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TEMA 3: LA FORMACIÓN DE LA

MONARQUÍA HISPÁNICA Y SU
EXPANSIÓN MUNDIAL (1492 – 1700)

Rafael Castejón Marín. Apuntes de Historia de España. 2º de


Bachillerato.
TEMA 3: LA FORMACIÓN DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA Y SU
EXPANSIÓN MUNDIAL (1492 – 1700)

1.- JUSTIFICACIÓN
2.- INTRODUCCIÓN
3.- VIEJAS Y NUEVAS INSTITUCIONES Y FORMAS DE GOBIERNO EN EL
REINO DE CASTILLA Y LA CORONA DE ARAGÓN
3.1.- INSTITUCIONES CASTELLANAS
3.2.- INSTITUCIONES ARAGONESAS
4.- LAS BASES DEL IMPERIO HISPÁNICO. POLÍTICA ATLÁNTICA Y
MEDITERRÁNEA; POLÍTICA MATRIMONIAL
4.1.- POLÍTICA ATLÁNTICA: EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA
4.1.1.- LA CONQUISTA DE MÉXICO
4.1.2.- LA CONQUISTA DE PERÚ
4.1.3.- OTRAS EXPLORACIONES
4.1.4.- ¿COLONIZACIÓN O EXPLOTACIÓN?
4.2.- LA POLÍTICA MEDITERRÁNEA
4.3.- POLÍTICA MATRIMONIAL
5.- INSTITUCIONES Y FORMAS DE GOBIERNO. AUTORITARISMO,
SISTEMA POLISINODIAL. GOBIERNO DE VALIDOS
6.- CONFLICTOS INTERNOS Y EJES DE POLÍTICA EXTERIOR.
7.- EL S. XVI: LOS AUSTRIAS MAYORES Y EL CÉNIT DEL IMPERIO
7.1.- EL IMPERIO DE CARLOS I (1517 – 1556)
7.1.1.- OPOSICIÓN INTERIOR
7.1.2.- OPOSICIÓN EXTERIOR
7.2.- EL REINADO DE FELIPE II (1556 – 1598)
7.2.1.-POLÍTICA INTERIOR
7.2.2.- POLÍTICA EXTERIOR
8.- EL S. XVII: LOS AUSTRIAS MENORES. DEFENSA Y DECLIVE DEL
IMPERIO
8.1.- FELIPE III (1598 - 1621)
8.2.- FELIPE IV (1621 – 1665)
8.2.1.- LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS (1618 – 1648) Y
LAS PACES DE WESTFALIA (1648) Y DE LOS PIRINEOS (1659)
8.3.- CARLOS II (1665 – 1700)
9.- EVOLUCIÓN Y TRANSFORMACIÓN DE LA ECONOMÍA Y LA
SOCIEDAD DURANTE EL REINADO DE LOS AUSTRIAS
9.1.- LA ECONOMÍA DEL S. XVI
9.2.- CRISIS POLÍTICA Y SOCIAL DEL S. XVII

1.- JUSTIFICACIÓN Y NIVEL CURRICULAR

El presente tema que se va a desarrollar comprende una de las etapas de la


Historia de España en la que nacerá la preponderancia española mundial, de la mano de
la política de matrimonios realizada por los Reyes Católicos y los Habsburgo de Viena.
El resultado será la venida de los Habsburgo al trono de español y la forja de un gran
imperio universal multiétnico y en el que habrá diferentes problemas. Hablaremos en
estas páginas del desarrollo de la Monarquía Hispánica durante los casi doscientos años
que los Habsburgo – o Austrias – gobernaron sus extensos dominios hasta que en 1714

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llegue un cambio de dinastía tras la muerte del último Austria sin descendencia y ello
genere una guerra por la sucesión a la Corona.

2.- INTRODUCCIÓN

De la mano de la política de matrimonios efectuada por los Reyes Católicos para


con sus hijos, surgirá uno de los mayores imperios de la Edad Moderna. Concretamente
será el matrimonio de Juana de Castilla con Felipe de Habsburgo, del que saldrá el
heredero de todo un vasto territorio al que tradicionalmente se ha denominado “Imperio
Español” y que no se corresponde del todo con la realidad. Carlos I de España y V de
Alemania, el heredero de Juana y Felipe, heredará tanto de sus padres como de sus
abuelos toda una suerte de reinos de los que será rey a la vez, pero independientes entre
sí, siendo el Reino de Castilla uno de los que más peso tenga. Debido a esta
característica especial es más correcto hablar de Monarquía Hispánica, es decir, los
reinos peninsulares y sus dominios bajo el gobierno de los “Austrias” que de un Imperio
Español unitario como podríamos concebirlo atendiendo al criterio de lo que hoy es y
significa España. La unidad geográfica y legislativa que da lugar al Reino de España no
llegará hasta 1714 con la dinastía Borbón, tras la Guerra de Sucesión (1700 – 1714).

3.- VIEJAS Y NUEVAS INSTITUCIONES Y FORMAS DE GOBIERNO


EN EL REINO DE CASTILLA Y LA CORONA DE ARAGÓN

3.1.- INSTITUCIONES CASTELLANAS

Tanto en Castilla como en Aragón tenían Cortes. El rey gozaba de amplios


poderes. Entre las personalidades de mayor relevancia en torno al monarca se
encontraban el mayordomo y el notario del Reino. Junto a las Cortes, también había
otras instituciones como el Consejo Real, que asesoraba al monarca; y la Audiencia en
donde se impartía justicia. En las Cortes estaban representadas las ciudades y villas del
reino. A nivel local, las ciudades y villas estaban gobernadas por el concejo, integrado
por un número fijo de regidores nombrados por el rey.

Durante el reinado de los Reyes Católicos, el poder real necesitaba de


comisionar distintos aspectos del gobierno y administración de los reinos a otras
personas. Es así como se impone la figura del funcionario y como nace el Estado
Moderno. Los corregidores desempeñaban la vigilancia de los municipios, los
pesquidores o veedores de fiscalizar o poner orden en determinadas zonas, las
Audiencias y Chancillerías – Valladolid y Granada – eran los órganos de judiciales y de
apelación, que descargaron a los monarcas de la pesada tarea de administrar justicia
personalmente. Importancia fundamental tuvo la reforma del Consejo Real aprobada en
las Cortes de Toledo (1480). Este organismo empezó a componerse de juristas,
universitarios, peritos en leyes, en economía o en diplomacia. Pronto vemos el Consejo
desglosado en salas: de Estado (Asuntos Exteriores), Hacienda, Hermandad (orden
interior)… Las salas se irían haciéndose a su vez Consejos independientes, integradas
por expertos, “técnicos” en cada materia. Los Reyes Católicos no destruyeron las Corte,
ni mucho menos; pero esta institución inicia una decadencia que se acentuará en la
época de los Austrias. Así llegó a consagrarse el nuevo Estado, con un cuerpo de
funcionarios capaz de llegar a todas partes y de fiscalizarlo todo.

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3.2.- INSTITUCIONES ARAGONESAS

La Corona de Aragón, al igual que la castellana, contaba con una serie de


instituciones que a continuación vamos a detallar grosso modo:

1. Consejo Real: esta institución, como elemento consultivo, acompaña en las


decisiones del monarca. Será un órgano de vital importancia pues el rey no
toma una decisión sin escuchar los consejos del mismo. Además, a este
consejo se mandarán todas aquellas peticiones que se presenten por escrito y
serán dadas a conocer los martes y viernes, dejando los días que hay entre
ellos para así estudiar detenidamente las causas bajo los principios de
objetividad y equidad. “De facto” será el órgano de gobierno de la Corona de
Aragón.
2. Cancillería Real: la figura del Canciller se consolida a partir de 1218, que
por lo general es un obispo que, además, es miembro del Consejo Real. En la
Cancillería Real se recogen todo tipo de peticiones particulares por escrito,
firmar todos los documentos y recaudar los derechos del sello real. Es un
aparato burocrático. El cargo de mayor peso será el de Vicecanciller aunque
parezca lo raro. El puesto de canciller al ser desempeñado por un obispo, éste,
y los clérigos en general, sólo se sometían a la justicia eclesiástica, luego la
incompatibilidad y posible impunidad del mismo a la hora de ejercer el cargo,
era más que clara. Es por ello, que la Vicecancillería, al ser un cargo laico, se
convierta progresivamente en la cima de la administración y en uno de los
cargos más cercanos al Rey. La Cancillería es, en todos casos, el reflejo del
gobierno gracias a la ingente actividad documental que genera.
3. Cortes: son el lugar en el que se representan los estamentos de la corona. Las
Cortes no son un instrumento coercitivo del poder del soberano, pues no
ponen en tela de juicio la potestad y capacidad de legislar del monarca.
Existirán Cortes en cada uno de los territorios, que se denominarán Cortes
Particulares; y unas Cortes Generales en las que se representarán todos los
territorios del Reino y que por regla general – no siempre – se reunían en
Monzón, Huesca.
4. Diputaciones o Generalidades: también son denominadas “Generalitats”.
Eran las encargadas de recaudar, gestionar y fiscalizar aquellos tributos
extraordinarios solicitados por el Rey. Son aprobadas en las Cortes de
Monzón de 1363 y en principio son de carácter provisional y tienen un
ámbito regional. Como consecuencia de la constante solicitud de dinero
extraordinario por parte de la Corona, son instituidas de forma permanente en
1413 en Cataluña, en 1418 en Valencia y en 1436 en Aragón. Son las
precursoras de las actuales Generalitat de Cataluña y Generalitat Valenciana.

4.- LAS BASES DEL IMPERIO HISPÁNICO. POLÍTICA ATLÁNTICA Y


MEDITERRÁNEA; POLÍTICA MATRIMONIAL

4.1.- POLÍTICA ATLÁNTICA: EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA

El descubrimiento de América el 12 de octubre de 1492 por Cristóbal Colón fue


uno de los hechos más importantes de la historia de Europa y condicionó, sin
sospecharlo, el desarrollo del Viejo Continente para los siglos posteriores. Desde ese

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momento la corona de Castilla se convertiría en principal actor de la vida política
europea y en una gran potencia mundial.

A finales del s. XV estaba más que aceptado que Portugal se había adelantado a
Castilla en la conquista de la ruta de las especias y de los metales precioso gracias al
control de la costa africana. Colón ofreció a Castilla sus servicios con un proyecto de
llegar a las Indias por el oeste basándose en la esfericidad de la Tierra, concepto
controvertido en la época. Después de tiras y aflojas entre Colón y los Reyes Católicos,
éstos abrazaron el proyecto de Colón bajo el patronazgo exclusivo de Castilla. El
3/VIII/1492 partió de Palos de Moguer, Huelva. La expedición de Colón arribó a la isla
de Guanahaní, en las Bahamas, renombrada por Colón como “San Salvador” el 12 de
octubre de 1492.

Juan II de Portugal consideraba que las tierras descubiertas por Colón eran
propiedad lusa en función de la latitud de las islas descubiertas según el Tratado de
Alcaçovas – Toledo de 1480. Fernando “el Católico” trazó un plan con tres acciones
para contrarrestar a Juan II de Portugal:

a) Disuadir a Juan II de sus pretensiones.


b) Conseguir el apoyo del Papado.
c) Organizar una nueva expedición para ocupar las islas descubiertas.

Alejandro VI reconoció a través de la bula “inter caetera” de 1493 – bulas


alejandrinas – la propiedad de las tierras descubiertas a Castilla y la línea de
demarcación entre lo que era por derecho de Castilla y de Portugal. La línea de división
pasó de ser un paralelo a ser un meridiano situado a cien leguas de marinas al oeste de
Cabo Verde. Sin embargo, los portugueses no se conformaron con la resolución papal y
entendieron que el Tratado de Alcaçovas había de ser sustituido por otro, en acuerdo
con Castilla.

Las presiones de portuguesas dio lugar a la creación de una comisión mixta de


expertos de la que resulta el Tratado de Tordesillas (7/VI/1494). Tordesillas fija la
nueva línea de demarcación a 370 leguas al oeste de Cabo Verde, el Oeste sería de
dominio castellano y el Este portugués. En los siguientes años se produce la llegada de
expediciones públicas y privadas al nuevo continente que obligará a la Corona a
establecer una administración y unos organismos para el control y tráfico de
mercancías:

o Consejo de Indias, 1524: encargado de todos los asuntos relacionados con


América, incluidos los religiosos. También es tribunal de apelación de
sentencias emitidas en Indias o por la Casa de Contratación.
o Casa de Contratación de Indias, 1504: ubicada en Sevilla, en 1717 cambia
de ubicación trasladándose a Cádiz. Es el almacén de las mercancías
destinadas o provenientes de América, oficina de navegación, centro de
investigación geográfico, etc.
o Administración: ésta no variará demasiado de la que se aplica en Castilla.
Habrá audiencias de justicia y corregimientos, y el territorio se dividirá en
virreinatos conforme la conquista de América avance.

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La mayoría de conquistas y colonizaciones se llevó a cabo durante el reinado de
Carlos I (1516 – 1556). Esta fue dirigida por la pequeña nobleza y gentes carentes de
recursos, con la esperanza de tener mejor fortuna. Destacados exploradores estuvieron
al servicio de la Corona. En 1516, Juan Díaz de Solís bordeó Suramérica hasta el Río de
la Plata. Fernando (o Hernando) de Magallanes en 1519 cruzó del Atlántico al Pacífico
por Suramérica por el paro que hoy lleva su nombre hasta llegar a Guam y las islas
Filipinas, en donde encontró la muerte. Muerto Magallanes, Juan Sebastián Elcano toma
el control de la armada o flota que en 1522 llegará de nuevo de donde partió, Sanlúcar
de Barrameda, completando la primera vuelta al mundo. Además, destacarán dos
grandes empresas en la conquista de América: las conquistas de los imperios azteca e
inca.

4.1.1.- LA CONQUISTA DE MÉXICO

En 1519 comienza la dominación de México cuando Hernán Cortés sale


de Cuba y arriba en la Península del Yucatán fundando Veracruz. A partir de entonces
Cortés irá a la conquista del Imperio Azteca, para lo que se aliará con los enemigos de
éstos, los Tlaxcaltecas. Cortés derrotará en la capital del Imperio Azteca, Tenochtitlán,
al emperador Moctezuma, y tras la batalla de Otumba (1520) se derrumba el imperio.
En 1535 el territorio de México y Centroamérica pasó a denominarse Virreinato de
Nueva España.

4.1.2.- LA CONQUISTA DE PERÚ

En 1531 una expedición dirigida por Francisco Pizarro y Diego Almagro


inició la conquista del Imperio Inca en Túmbez. Aprovechando la guerra civil entre los
partidarios de Atahualpa y Huáscar, apresaron a su caudillo Atahualpa en Cajamarca y
lo ajusticiaron. Más tarde fue conquistada Cuzco, la capital. En 1535 el territorio quedó
sometido y en 1543 se adopta el nombre de Virreinato del Perú. Desde Perú se inició la
penetración en Chile y Río de la Plata.

4.1.3.- OTRAS EXPLORACIONES

Además de estas empresas, también se llevaron a cabo otras expediciones


exploradoras y conquistas. En 1527 Pánfilo Narváez desembarca en Florida, en 1541
Pedro Valdivia funda Santiago de Chile, Francisco de Orellana desciende el Amazonas
en 1542, Pedro de Alvarado y Álvar Núñez Cabeza de Vaca exploran Centroamérica y
Norteamérica respectivamente, Gonzalo Jiménez de Quesada busca El Dorado y Miguel
López de Legazpi conquistó las islas Filipinas en 1571. A finales del s. XVI culmina el
proceso conquistador español de América a excepción de la Patagonia, la Amazonía y
las praderas de América del Norte.

4.1.4.- ¿COLONIZACIÓN O EXPLOTACIÓN?

La labor de España en América ha suscitado en los últimos tiempos


muchas críticas. La llegada de los españoles a América es el punto de partida de la
conocida como “Leyenda Negra”, toda una interpretación negativa del pasado histórico
español, a la que se contrapone una interpretación positiva, no menos exagerada,
denominada como “leyenda rosa”. Al calor de lo que es sin duda una positiva revisión
de nuestro pasado, han sido publicados libros tan notorios como “Imperiofobia” de

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María Elvira Roca Barea, en el que pretende desmontar la Leyenda Negra, o
“Imperiofilia y el populismo nacional – católico” de José Luis Villacañas que pretende
desmontar las tesis de Roca Barea y de esa nueva visión de la Historia de España. El
catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Barcelona Ricardo García Cárcel
opina que en ambos autores y libros hay un exceso de ideología. Hay una tercera
corriente en la que se encuadran novelistas como Juan Eslava Galán o Arturo Pérez
Reverte, y algunos historiadores; que consideran que ni lo bueno fue tan bueno, ni lo
malo fue tan malo. No dudan en reconocer que a pesar de las cosas que se hicieron bien,
también hubo cosas que se hicieron mal y viceversa; defendiendo que hay que huir del
“presentismo histórico”, esto es, huir de juzgar con los ojos de hoy los hechos del
pasado.

Lo cierto y verdad es que se buscaba la obtención de oro y de riquezas, y


que para ello se utilizó mano de obra indígena. Mediante las encomiendas y la mita –
sistemas precolombinos – se repartían los indios entre los españoles. De ahí la actitud
crítica del dominico fray Bartolomé de las Casas, para quién “todo linaje de los
hombres es uno desde su creación y en las cosas generales son semejantes”. La Corona
aprobó las Leyes de Burgos de 1512, que ponían el acento en el respeto riguroso a los
aborígenes, pero la realidad en muchas ocasiones fue distinta.

En cualquier caso, la presencia de España en América se tradujo en una


hispanización desde la religión, lo que se plasmó en una importante labor de
evangelización, hasta la lengua. A mediados del siglo XVI se crearon en América las
primeras universidades: México (1551) y Lima (1555). En 1538 se imprimió en México
el primer libro aparecido en el nuevo continente. La colonización española, con sus
luces y sombras, abrió camino a un proceso de aculturación y de enriquecedor
mestizaje.

4.2.- LA POLÍTICA MEDITERRÁNEA

La política exterior de Castilla tendía al Atlántico y al Cantábrico, en tanto que la


de Aragón tendía al Mediterráneo, y se enfrentaba con Francia, por la hegemonía sobre
Italia, territorio rico y culto, pero fragmentado. Fernando el Católico se lanzó a la
aventura de Italia, hasta imponer allí la hegemonía española; política continuada por los
Austrias. La intervención española estuvo motivada por las ambiciones del rey de
Francia de apoderarse de Nápoles. Mediante el Tratado de Barcelona (1493) Francia da
el Rosellón a Aragón a cambio de que no interviniera en Italia, salvo en los territorios
papales. Sin embargo Francia decidió anexionarse Nápoles, que era territorio pontificio,
y Fernando “el Católico” conforma una alianza formada por Aragón, Castilla, los
Estados Pontificios, el S.I.R. y los principados italianos; expulsando a los franceses de
Nápoles.

Luis XII de Francia acabó firmando con Fernando “el Católico” el Tratado de
Granada (1500) por el que ambos reinos se repartían Nápoles, pero la ocupación
devengó en problemas de límites territoriales, que acabaron en una guerra abierta entre
españoles y franceses. Las victorias españolas de Ceriñola (1502) y Garellano (1503)
aseguraron la posesión de Nápoles en manos aragonesas y consagraba la superioridad de
la infantería española gracias las tácticas militares de Gonzalo Fernández de Córdoba, el
Gran Capitán.

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4.3.- POLÍTICA MATRIMONIAL

Los Reyes Católicos, frente a una política interior basada en la conservación de


las instituciones propias de sus respectivos reinos Castilla y Aragón, decidieron
establecer una política exterior conjunta basada en un objetivo primordial para ambos
reinos, aislar al gran enemigo que suponía Francia como potencia europea. Para ello
Isabel y Fernando basaron fundamentalmente su estrategia en el establecimiento de
diferentes pactos con los restantes países europeos que también ansiaban el
debilitamiento francés. El principal pilar de estos acuerdos fue el crear vínculos de
parentesco con las restantes monarquías europeas por tal de establecer potentes lazos de
parentesco con los que se ganaría aliados, es decir, los Reyes Católicos casaron a sus
hijos con los principales miembros de las casas reales europeas buscando en estas
monarquías aliados que les ayudaran a lograr sus ambiciosos objetivos. Prueba de ello
fueron los matrimonios con Portugal y Austria.

5.- INSTITUCIONES Y FORMAS DE GOBIERNO. AUTORITARISMO,


SISTEMA POLISINODIAL. GOBIERNO DE VALIDOS

Con los Austrias asistiremos a una intensificación de la burocracia, algo ya


iniciado durante el reinado de los Reyes Católicos, y propio de los de Estados
Modernos. Ello es apreciable en el incremento del gasto en diplomacia y embajadas por
toda Europa.

Se procede a la formación del sistema polisinodial con la existencia de consejos


territoriales (Flandes, Italia, Indias…) y otros específicos (Hacienda, Órdenes Militares,
Inquisición…). La mayoría de los componentes de estos consejos procedía de los
colegios mayores, donde se formaban los letrados, y donde la limpieza de sangre era
conditio sine qua non para poder desempeñar tales cargos. El funcionamiento del
sistema de consejos se basaba en el sistema de consultas, a través del cual los consejeros
elevaban al rey un informe de los principales problemas en esa materia para que luego
el rey hiciera las observaciones pertinentes sobre dicho asunto.

La variedad de asuntos tratados en los consejos y el volumen de información era


tal, que se hacía imposible que los asuntos se dirimieran con agilidad. Por esta razón se
crearon pequeñas juntas en las que resolver las cuestiones más urgentes, sin necesidad
de reunir a todos los miembros del consejo. La proliferación de juntas se debió en buena
medida al deseo de los validos, figura propia del s. XVII, para no someterse a los
consejos. Raramente eran convocadas las Cortes, solamente en ocasiones muy puntuales
y especiales.

Otro cargo de especial relevancia en la Corte era el de Secretario Real, el nexo


entre los consejos y el rey. Su importancia fue en aumento al actuar como delegado real
en ausencia del rey. En el s. XVII su poder se verá aumentando y pasarán a ser
denominados validos, entre los que destacan Lerma u Olivares. El cargo de valido
nunca fue institucionalizado y debe su existencia a la confianza depositada por el rey
en una persona para llevar los asuntos de gobierno en su nombre. Intentarán gobernar al
margen de los consejos.

La Corte era importante, pues en ella se encontraba la alta nobleza y los círculos
más influyentes. La capital del reino se establecía allá donde estuviera la Corte hasta

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que en 1561 es establece de manera permanente en Madrid. Habrá un cambio durante el
reinado de Felipe III, en el que la capital se establecerá en Valladolid desde 1601 hasta
1606. Para el gobierno de los distintos territorios extraeuropeos se establecen
virreinatos, al frente de los cuales estaban los virreyes, que eran los representantes del
monarca en esos territorios. Será precisamente al incremento de los territorios
pertenecientes a la Corona, que asistimos a una ampliación del cuerpo de funcionarios
en el que la venalidad de cargos y oficios, estaba a la orden del día. La corrupción
estaba a la orden del día.

6.- CONFLICTOS INTERNOS Y EJES DE POLÍTICA EXTERIOR

La llegada de la monarquía de los Habsburgo a España no será todo lo pacífica


que cabía esperar. La herencia territorial que recibió Carlos I tanto de sus padres como
de sus abuelos le granjeará por un lado el temor, pero por el otro, los recelos de los
demás soberanos europeos. A su vez, dicha herencia irá pasando a sus sucesores, siendo
la Monarquía Hispánica una de las grandes potencias políticas y militares de la Edad
Moderna. La política de los Habsburgo pivotará sobre tres ejes básicos: Europa
continental, el Mediterráneo y el Atlántico.

En la Europa continental la Monarquía Hispánica luchará por mantener todas


sus posesiones y contra la Reforma religiosa iniciada por Lutero, siendo el brazo
armado del Papado para imponer la Contrarreforma en Europa. En el Mediterráneo
luchará contra el Imperio Otomano, controlando varias plazas a lo largo del Magreb
y derrotando a los turcos en Lepanto en 1572. En cuanto al Atlántico, la Monarquía
Hispánica hemos de indicar que tiene todo un imperio ultramarino que ha de cuidar
y proteger de otras potencias europeas como Inglaterra y Francia, siendo muy intenso
el tráfico comercial entre Las Indias y la Península. Uno de los grandes logros de la
política atlántica será el reconocimiento de Felipe II como rey de Portugal, en 1580.

A nivel interior, los Austrias continuarán con la labor iniciada por los Reyes
Católicos de homogeneizar Castilla y Aragón, mediante la práctica de una sola
religión, la católica. Para ello se ordenó la dispersión y posterior expulsión de los
moriscos, así como la forzosa conversión tanto de moriscos como sefardíes. Para vigilar
que los conversos no siguieran practicando sus antiguas fes religiosas, la Corona se
hacía valer de la Inquisición, tribunal que velaba por la ortodoxia de la cristiandad y la
unidad religiosa de los reinos. A Continuación y de manera más desarrollada veremos el
desarrollo de la Monarquía Hispánica bajo los distintos reyes de la casa de Habsburgo.

7.- EL S. XVI: LOS AUSTRIAS MAYORES Y EL CÉNIT DEL IMPERIO

7.1.- EL IMPERIO DE CARLOS I (1517 – 1556)

7.1.1.- OPOSICIÓN INTERIOR

Carlos I era el hijo de Juana I de Castilla y Felipe de Habsburgo, y heredero de


sus abuelos los Reyes Católicos y de Maximiliano de Habsburgo y María de Borgoña. A
los 17 años heredará toda una serie de territorios que le convertirán en el monarca más
poderoso de su tiempo:

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• Del emperador Maximiliano de Habsburgo heredará todos los territorios de la
Casa de Austria en Centroeuropa y la opción a la Corona Imperial del S.I.R.
• De María de Borgoña el Franco Condado y Flandes.
• De Fernando de Aragón obtendrá la Corona de Aragón y sus posesiones
mediterráneas.
• De Isabel de Castilla recibe la Corona de Castilla más las Indias.

Con Carlos I se abrirá una nueva página de la historia de los reinos hispánicos,
ya que con él se establece la dinastía de los Austrias. Hay que resaltar que si bien hereda
un gran imperio territorial, éste es plurinacional. Con ello queremos decir que Carlos I
será rey de todos y cada uno de los reinos que hereda pero éstos serán independientes
los unos de los otros, con sus propias leyes, no habiendo unión u homogeneización entre
los mismos.

El nuevo rey es educado en Flandes bajo la tutela de Adriano de Utrecht (futuro


Adriano VI) y Guillermo de Croy, señor de Chièvres. Cuando llega a España, en 1517,
apenas sabe castellano y viene acompañado de un séquito de consejeros flamencos. Jura
los fueros de Castilla y de Aragón, y pronto habrá de enfrentarse a conflictos internos
que tienen como denominador común la oposición de la presencia flamenca en las
instituciones de ambas Coronas y las nuevas imposiciones tributarias. En Castilla el
movimiento rebelde será el de los “comuneros”; y en Aragón las “germanías”.

En Castilla, la Iglesia y la burguesía castellana se organiza con el objeto de


conseguir o preservar una serie de fines:

• Defender los privilegios de las ciudades y oposición a la elevación de impuestos.


• Rechazar a los consejeros flamencos de la Corte, por sus gastos excesivos.
• La legitimidad de doña Juana como reina de Castilla, encerrada en Tordesillas
desde 1509.
• Oponerse a la regencia de Adriano de Utrecht por marcha del Rey a Aquisgrán
para ser coronado Emperador.

El conflicto entre las Juntas de Comunidades o “comuneros” y el Rey,


comienza con la aprobación en las Cortes de Santiago de Compostela de los gastos para
el viaje y la coronación como Emperador del S.I.R. en 1520. Varias ciudades castellanas
se rebelan y Juan de Padilla se erige en el líder del alzamiento junto a Juan Bravo y
Francisco Maldonado. Los comuneros consiguen la unión de otras ciudades para su
causa y toman la ciudad de Tordesillas para ofrecer la Corona a doña Juana, la cual
rechaza.

Carlos I consigue el apoyo de la nobleza castellana no sin hacer una serie de


concesiones, y de Portugal; para hacer frente a los comuneros en Villalar, en abril de
1521. Carlos I derrota al ejército comunero, captura a sus cabecillas Padilla, Bravo y
Maldonado; y los ordena ejecutar el 24/IV/1521, finiquitando el problema comunero en
Castilla.

Paralelamente al conflicto de las Juntas de Comunidades, estalló el de “las


Germanías” en la Corona de Aragón, principalmente en Valencia; una revuelta de
origen burgués contra la nobleza como consecuencia de la ausencia del Rey, la alta

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tributación, la huida de la nobleza de la ciudad por una epidemia de peste (1519) y la
presencia en las costas valencianas de navíos turcos.

Desde tiempos de Fernando II de Aragón, también llamado “el Católico” las


hermandades gremiales o “germanías” tenían el privilegio de formar milicias en caso de
tener que luchar contra un enemigo. Ante el vacío de poder en Valencia y Mallorca por
las causas ya descritas, las germanías tomaron el control de los burgos en 1519. Los
agermanados se organizan y forman la Junta de los Trece como órgano de gobierno y
envían al rey un memorándum con sus reivindicaciones en contra de la nobleza.
Finalmente, en 1524, la nobleza aragonesa aplasta el movimiento de las germanías.

7.1.2.- OPOSICIÓN EXTERIOR

La herencia territorial que recibe, su coronación como Emperador en


1520 y su idea de crear un Imperio Universal Cristiano en el que todos los soberanos
cristianos se sometieran a su soberanía, despertó el recelo del Papado y de un buen
número de casas reales europeas. Esta idea de Imperio Universal descansa sobre el
principio de las cinco vocales (AEIOU) que en latín y en alemán vienen a significar lo
mismo: “Austria Est Imperare Omni (Orbi) Universo” / “Alles Erdreich Ist
Österreich Untertan”: “El destino de Austria es gobernar el mundo entero”.

Sin embargo no podemos olvidar la gran dificultad que suponía gobernar todo
este imperio territorial, con diferentes leyes e instituciones, convirtiéndose la tarea de
gobernarlo en algo imposible. Además hemos de añadir las continuas guerras que
Carlos I tendrá que librar para defender su Imperio y a la cristiandad, no sin un alto
coste económico para la Corona de Castilla.

Francia será el principal enemigo del rey castellano, puesto que se verá
rodeada por un vasto imperio dominado por la casa de Habsburgo. La enemistad entre
Castilla y Francia ya provenía de antes, desde el s. XV, y continuó durante los
siguientes siglos. El rey francés Francisco I (1515 – 1547) se enfrentará abiertamente a
Carlos I, existiendo tres conflictos de gran importancia:

• Navarra: durante el conflicto con los comuneros, Francia invade Navarra en un


intento por volver a ponerla bajo su órbita, obteniendo el fracaso.
• Italia: Francia intervendrá en la guerra por el Milanesado, hasta que en la batalla
de Pavía (1525) las tropas imperiales derrotan y hacen prisionero a Francisco I.
• Liga Clementina: el papa Clemente VII forma una alianza con Francia,
Florencia y Venecia para luchar contra el emperador en 1526. A su vez Francia
se alió con la Inglaterra de Enrique VIII. En 1527, las tropas imperiales entran
en Roma y la saquean, y expulsan a los franceses de Nápoles.

Tanto Francia, como Castilla, eran las principales interesadas en una paz urgente
como consecuencia del propio desgaste que genera la guerra, de la presión del
protestantismo y de los turcos. En 1529 se firma la Paz de Cambray en la que Carlos I
renuncia a Borgoña y Francisco I a Italia. Finalmente es coronado emperador en 1530,
en Bolonia, por Clemente VII.

Otro de los grandes problemas de Carlos I estaba en el Mediterráneo, debido a


la acción de los piratas berberiscos de Barbarroja, apoyados por los otomanos y los

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franceses para debilitar la posición de la Monarquía Hispánica en el Mediterráneo. La
expansión de la monarquía castellano – aragonesa por el Magreb y la Europa
mediterránea topó con la oposición de Francia y el Imperio Otomano, que apoyaron a
los piratas berberiscos para interferir en el tráfico comercial del Mediterráneo y la
seguridad de las costas. Carlos hubo de reunir un ejército y una flota a partir de 1532,
con el apoyo de los protestantes – Paz de Núremberg, 1532 – para derrotar a Barbarroja.
El emperador junto a Andrea Doria toman personalmente la Goleta y Túnez en 1535,
sin embargo fracasan en la toma de Argel en 1541. Mientras Carlos I se enfrentaba a los
piratas, Francisco I invadió el Piamonte y el Milanesado rompiendo los acuerdos de
Cambray (1529). La guerra entre Francia y Castilla duró dos años, de 1536 a 1538. Tras
la derrota española de Argel (1541), Francisco I vuelve a declarar la guerra a Carlos I,
mostrándose totalmente inútil y estéril dicha guerra. La paz se firma en Crépy en 1544.

El gran problema – de entre los muchos que tenía – de Carlos I fue sin duda el
Imperio y su unidad religiosa. La reforma protestante de Martín Lutero, iniciada en
1517 con la publicación de sus 95 tesis, alterará la unidad religiosa de Europa por su
crítica a la Iglesia de Roma, siendo acusado de herejía. La expansión del luteranismo es
creciente, ya que el nuevo credo es adoptado por diferentes príncipes alemanes, que
empiezan a cuestionar la autoridad imperial. Viendo el curso de los acontecimientos, se
convoca una Dieta Imperial en Wörms, en 1521, a la que asisten el propio Carlos I.
Martín Lutero asiste a la misma bajo salvoconducto imperial y expone al emperador sus
tesis religiosas a través de citas de los Evangelios, sin conmover ni alterar la
religiosidad de Carlos I.

Tras varios intentos por conciliar el movimiento protestante y el católico – Dieta


de Augsburgo de 1530, Paz de Núremberg en 1532 – y reorganizada la Iglesia Católica
tras el comienzo del Concilio de Trento (1545 – 1563), Carlos V recluta un ejército para
enfrentarse a la Liga de Esmalcalda – príncipes protestantes – liderada por Federico de
Sajonia y Felipe de Hesse, resultando victorioso Carlos V en la batalla de Mühlberg en
1547. Cuando parecía todo resuelto, en 1552, el nuevo rey de Francia, Enrique II; se alía
con los príncipes rebeldes alemanes y reabre las luchas religiosas. Carlos V, débil y
mayor, vio como el movimiento anti imperial triunfaba y se vio obligado a firmar la Paz
de Augsburgo (1555) en la que cada príncipe decidiría la religión de sus reinos y de sus
súbditos. Ello provoca la abdicación de la corona imperial de Carlos en su hermano
Fernando, y de la Monarquía Hispánica en su hijo Felipe. Carlos I se retira en 1556 al
monasterio de Yuste, Cáceres; para morir en 1558 sin ver su sueño del Imperio
Universal Cristiano cumplido.

7.2.- EL REINADO DE FELIPE II (1556 – 1598)

Hijo de Carlos I y de Isabel de Portugal, Felipe II nace en Valladolid en 1527.


Desde muy joven tendrá que manejar los resortes de la monarquía debido a las
continuas ausencias de su padre. Al cargo de su educación estaban su madre, Juan de
Zúñiga, Juan Martínez de Siliceo y su propio padre, el Rey. El objetivo era convertir a
Felipe en un rey modélico. Tal fue la preocupación de Carlos I, que mantuvo una
extensa correspondencia con su hijo para aconsejarle de cara a sus futuras
responsabilidades, destacando las “instrucciones de Palamós”, todo un manual de
prudencia, previsión y experiencia política. Felipe II llegó a casar cuatro veces. La
primera de ellas con Manuela de Portugal que murió en 1545 y del que nacería el
infante Don Carlos. En 1554 volvería a casar, esta vez con la reina de Inglaterra, María

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I Tudor, matrimonio poco aceptado por la sociedad inglesa y del que no habría
descendencia. En 1559 casaría con Isabel de Valois y en 1570 con Ana de Austria del
que nacería el futuro Felipe III.

Hemos de distinguir dos períodos en el reinado de Felipe II. Entre 1556 y 1560
habrá de hacer frente en sus dominios peninsulares a la heterodoxia cristiana y a la
población morisca aún residente. Entre 1560 y 1598 se desarrolla la política más
personalista del Rey. Esta etapa vendrá marcada por los conflictos con los Países Bajos,
Inglaterra, y el integrismo religioso. La desafección de las diferentes partes del “Imperio
Filipino” hacia su rey y el empuje del protestantismo calvinista serán conflictos a los
que dedicará toda su atención en detrimento del que será su gran problema en el
Mediterráneo: el Imperio Otomano.

7.2.1.-POLÍTICA INTERIOR

El reinado de Felipe II tuvo conflictos internos, al igual de que en época


de su padre, siendo los más notorios el de los moriscos y el de Aragón. La Corona
siguió presionando a la población morisca para que adoptara la religión católica y
abandonasen las costumbres musulmanas. En 1568 estalla en las Alpujarras granadinas,
una rebelión de los moriscos. La rebelión surge como consecuencia de la renovación de
las prohibiciones a la población morisca. Éstos buscarán el apoyo de los otomanos y de
Argel para volver a reconstituir el Reino de Granada. Los moriscos proclamarán como
rey a Fernando de Córdoba, nombre cristiano de Aben Humeya. Felipe II viaja hasta
Córdoba para reunir a las Cortes y conseguir dinero para hacer frente a la rebelión
morisca, en 1571. Finalmente un ejército mandado por don Juan de Austria consigue
derrotar a los moriscos, los cuáles son deportados a otras regiones con el objeto de
evitar otro levantamiento y facilitar su asimilación al cristianismo.

A finales del s. XVI, en Aragón estalló una rebelión por la defensa de los
fueros. El origen del conflicto está en el Secretario de Estado de Felipe II, Antonio
Pérez. Éste fue acusado de traición a Felipe II y huyó a Aragón recurriendo a su
condición de aragonés. Felipe II solicitó que Aragón entregara a Antonio Pérez a través
de la Inquisición a lo que las autoridades aragonesas se opusieron. Felipe II reacciona
enviando un ejército a Zaragoza y ajusticiando al Justica Mayor del Aragón y a otros
implicados.

7.2.2.- POLÍTICA EXTERIOR

La política exterior filipina girará en torno a dos ejes: el atlántico con


Francia, Portugal, Inglaterra y los Países Bajos, siendo el foco más importante el
último; y el mediterráneo con el Imperio Otomano. En 1555, Carlos I hace llamar a
su hijo a Bruselas para abdicar en él sus reinos. Felipe II hereda toda la Monarquía
Hispánica: Castilla y sus posesiones ultramarinas, Aragón, Nápoles, Sicilia, Borgoña,
Países Bajos y las plazas del Magreb. En 1580 heredará Portugal y su imperio
ultramarino.

Eje Atlántico

Nada más acceder al trono, Felipe II ha de hacer frente a su primer problema,


que ya venía heredado de su padre: Francia. Los primeros años del reinado de Felipe

12
II (1556 – 1560) están protagonizados por la guerra con Francia y por las tensiones
religiosas heréticas en Castilla. En 1556 reverdece el conflicto entre Francia y la
Monarquía Hispánica no sin que hubiera a la vez conflictos paralelos, en este caso, con
el Papado. La guerra con Francia viene por la no resolución de antiguas diferencias y
por el temor a que de la unión de Felipe con María I Tudor de Inglaterra naciera un
heredero que permitiera el cerco definitivo sobre Francia. El Papado ve amenazado su
poder por el creciente dominio español del Mediterráneo y de Italia, más la alianza
familiar con los Habsburgo de Viena.

Felipe II resuelve en primer lugar el conflicto con los Estados Pontificios. El


duque de Alba entra en los territorios papales obligando a Paulo IV firmar la paz y
reconciliarse con España, en 1557. Por otro lado Felipe II tiene preparado un ejército en
los Países Bajos para invadir Francia. Los ejércitos españoles y franceses se enfrentan
en la batalla de San Quintín en agosto de 1557. Francia sufre una apabullante derrota
de la que no se recuperaría. En 1559 se firma la Paz de Cateau – Cambresis en la que
Saboya volvía a ser un Estado, Francia recuperaba Metz, Toul y Verdún a cambio de
renunciar a Italia. España seguía manteniendo Nápoles, el Franco Condado y Charolais.
A su vez se concierta el matrimonio de Felipe II e Isabel de Valois. De esta manera se
sellaban 65 años de enfrentamientos entre Francia y España, y se abría un período de
paz y colaboración en la lucha contra la herejía.

Entre 1559 – 60 se pone fin a las prácticas espirituales heterodoxas en Castilla.


Así España se aprestaba como el brazo armado del Papado para imponer la
Contrarreforma Tridentina en Europa y, defender a la cristiandad y el catolicismo frente
al peligro otomano.

Otro de los grandes rasgos que marcarán la política de Felipe II será la


constante falta de liquidez. El reinado de Felipe II comienza con una bancarrota debido
a una deuda adquirida por su padre, el rey Carlos, de 37 millones de ducados. No será la
primera, ni última vez que declare la bancarrota, ya que Felipe II se verá obligado a
intervenir constantemente en diferentes guerras como consecuencia de defender sus
territorios y defender la cristiandad, generando un grave perjuicio al erario real.

La unión de Castilla, Aragón y Portugal bajo la persona de Felipe II es


considerada como el mayor triunfo diplomático del propio Felipe. A la muerte del rey
Sebastián I de Portugal en Alcazarquivir, Marruecos, en 1578; Felipe II inicia una
intensa labor diplomática por hacer valer sus derechos al trono luso, al morir Sebastián
sin descendencia. Finalmente Felipe II logró imponer su candidatura al trono portugués
gracias a la presencia del duque de Alba y un ejército en Portugal. En 1581, en las
Cortes de Tomar, Felipe II es reconocido como Rey de Portugal a cambio de que
jurase las leyes lusitanas y estableciera un virrey portugués cuando Felipe II no
estuviera en Portugal.

Las relaciones entre Inglaterra y España durante el s. XVI fueron muy


amistosas hasta el momento en que Enrique VIII (1509 – 1547) decide romper con la
Iglesia de Roma en 1531 con motivo de su divorcio de Catalina de Aragón. La
separación de Enrique VIII conlleva la creación de la Iglesia Anglicana que en 1534 se
ve reconocida a través del Acta de Supremacía del Parlamento. A partir de ahí, la
progresiva asimilación del protestantismo, más el apoyo inglés a los nacionalistas

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holandeses, la expedición constante de “Patentes de Corso”1 a piratas como Drake para
asaltar y robar navíos castellanos en las Indias; hacen cambiar las pacíficas relaciones
entre Inglaterra y España.

La ejecución de María I Estuardo (1587) motiva a Felipe II a planear la invasión


de Inglaterra, creando una poderosa flota “ad hoc” conocida como la Armada
Invencible. Ésta contaba de 130 barcos y de 27.000 soldados. La flota estaba
comandada por el duque de Medina – Sidonia, hombre poco capaz puesto que no sabía
navegar ni dirigir un barco. El plan consistía en que la flota debía de ir a Flandes, a
recoger a Alejandro Farnesio y sus tercios, embarcarlos, atacar la flota británica y
destruirla, y desembarcar. La Invencible partió el 27/VII/ 1588 hacia Inglaterra en
lugar de ir hacia Flandes, cercando a la flota británica en Plymouth. Pudiendo atacar a la
flota inglesa, Medina – Sidonia no lo hizo, acción aprovechada por los ingleses junto a
la adversa climatología, para atacar por sorpresa y de noche a la Invencible. La armada
española fue derrotada y hubo de darse a la fuga, siendo la derrota de la Invencible el
comienzo del lento declive español en Europa.

El gran problema durante el reinado de Felipe II fue sin duda Flandes. El


conflicto holandés, por su ubicación y por la resistencia de su población, supondrá el
mayor desgaste económico, político y humano de España hasta 1648, fecha en que
Holanda consigue la independencia. Los Países Bajos Españoles constaban de 17
provincias con diferencias significativas entre las del norte – flamencas y
protestantes – y las del sur – valonas y católicas – y que en un futuro serán los futuros
países de Holanda y Bélgica respectivamente.

Eje Mediterráneo

La paz con Francia en 1559 despeja el camino a Castilla para hacer frente a los
otomanos en el Mediterráneo Oriental. El ataque turco en 1565 a Malta es respondido
por España con una contraofensiva que hace abandonar Malta a los turcos. En 1570 los
turcos toman la isla de Chipre, posesión de Venecia, que acelera la formación de la
Santa Liga, auspiciada por Pío V. Una flota comandada por Don Juan de Austria se
enfrenta a los turcos en el golfo de Lepanto el 7/X/1571, infligiendo una severa derrota
a los turcos que no llevó a la recuperación de Chipre. Las desavenencias entre Venecia y
España no tardaron en aparecer y en 1573 Venecia firma la paz por separado con los
otomanos; para hacerlo España en 1577.

8.- EL S. XVII: LOS AUSTRIAS MENORES. DEFENSA Y DECLIVE


DEL IMPERIO

8.1.- FELIPE III (1598 - 1621)

Desde el primer momento se demostró el poco interés del monarca por los
asuntos de gobierno. A partir de 1602, Felipe III delega las tareas de gobierno en
Francisco Gómez de Sandoval, duque de Lerma.

1
Patente de Corso: Despacho con que el Gobierno de un Estado autorizaba a particulares para hacer el
corso contra los enemigos de la nación. Ir de corso significa “campaña que hacían por el mar los buques
mercantes con patente de su Gobierno para perseguir a los piratas o a las embarcaciones enemigas”. A
día de hoy significa coloquialmente “derecho que alguien se atribuye para hacer o decir lo que le viene
en gana”.

14
Lerma permanecerá en las tareas de gobierno desde 1602 hasta 1619. Su
gobierno se caracterizará por la acumulación de cargos, prebendas y favores reales para
sí mismo y para su familia. De esta manera creó una clientela política afín a sus
objetivos políticos. El duque de Lerma es un claro ejemplo de nepotismo y de
corrupción. El valido apartó del rey de todos aquellos que podían perjudicarle en sus
objetivos, a excepción – matizada – de la emperatriz María, abuela de Felipe III, debido
a la política matrimonial de los Habsburgo; y de la reina Margarita. El motivo de
trasladar la Corte a Valladolid fue con el objeto de aislar al rey de la influencia de la
emperatriz. Con la reina Margarita, Lerma se tuvo que emplear a fondo para aislarla de
Felipe III. Despidió a toda la servidumbre de la reina y la sustituyó por otra afín a sí
mismo.

En política interior y coincidiendo con la “Tregua de los Doce Años” en los


Países Bajos, se produce la expulsión de los moriscos. Concretamente el 22/XII/1609
se publica la orden de expulsión, provocando un entusiasmo entre los cristianos, cuyas
consecuencias se empezarían a manifestar durante el reinado de Felipe IV (1621 –
1665). Coincidiendo con el valimiento de Lerma en 1618, se inicia en Europa la Guerra
de los Treinta Años que implicará a España, Dinamarca, Suecia y Francia, siendo
Europa Central y del Norte el tablero de operaciones.

En política exterior las directrices seguidas por Lerma fueron conservadoras.


Ante la falta de capital, se redujeron los gastos drásticamente. A partir de 1611 las
relaciones con Francia se normalizarán y darán lugar a la concertación de los
matrimonios de Felipe IV e Isabel de Francia, y al de Luis XIII con Ana de España. Los
Países Bajos será otro de los focos de acción de la política exterior de Felipe III. El rey
no quería retirarse de Holanda, todo lo contrario que Lerma. La lucha entre Castilla y
los separatistas holandeses se recrudece y viene acompañada de dificultades económicas
que obligan a firmar una tregua en 1609 y que será conocida como la “Tregua de los
Doce Años” por el tiempo que duró. Con la firma de esta tregua se reconoció la
independencia de las Provincias Unidas de Holanda. Las hostilidades se reanudarían en
1621 con el rey Felipe IV.

Con Inglaterra, al morir Isabel I y llegar al trono Jacobo I de Inglaterra y IV de


Escocia, se buscó firmar una paz angloespañola que fue encomendada al conde de
Gondomar. Ésta se lograría en 1609. En el Mediterráneo los esfuerzos hispanos se
concentrarían en Italia por el marquesado de Finale en el valle de Valtelina y el
enfrentamiento con Venecia. El marquesado es invadido por España en 1602 pero hasta
1619 no es concedido a la Corona por el Emperador del S.I.R. El valle de Valtelina era
de vital importancia pues así comunicaba el Milanesado con el Tirol, lo que suponía una
unión de los dominios habsbúrgicos con los españoles, y también de sus ejércitos. La
campaña para reducir el poderío militar de Venecia en el Mediterráneo acaba en fracaso.

8.2.- FELIPE IV (1621 – 1665)

El reinado de Felipe IV nacerá bajo la guerra contra su enemigo natural,


Francia. Pronto se vio que el nuevo rey también delegaba las tareas de gobierno en un
valido, Gaspar de Guzmán, conde de Olivares y duque de Sanlúcar la Mayor; más
conocido como Conde – Duque de Olivares. Éste estaba más interesado en el gobierno
que el patronazgo, lo que le hará acaparar múltiples cargos políticos. Bajo la privanza de

15
Olivares (1622 – 1643) el sistema de Juntas alcanzará su máximo apogeo con el
objetivo de mejorar la administración del Reino. El programa del Conde – Duque para
la gobernanza de la Monarquía Hispánica se resume en tres puntos:

1. Reforma administrativa: lucha implacable contra la corrupción y la


venta de cargos. Plan de aumento de la natalidad bajo políticas de
proliferación de matrimonios, limitación de vocaciones religiosas y de
emigraciones. También introduce políticas de austeridad con el objetivo
de aliviar la economía nacional. No obtuvo resultados de ningún tipo.
2. Reforma financiera: establecimiento de los “Montes de Piedad y
Erarios”, entidades bancarias destinadas a prestar y guardar dinero de los
particulares, siendo el garante de los depósitos la Real Hacienda. Sin
embargo la insolvencia de la misma hizo fracasar la propuesta.
3. Reforma constitucional: las leyes y fueros habían de ser suprimidos y
“castellanizar” los distintos territorios de la Monarquía, tomando como
referente a Francia. Para conseguir “castellanizar” los territorios
proponía tres caminos:

a) Política de atracción: dar títulos, cargos y prebendas a los no castellanos


en Castilla.
b) Unión de armas: ejército común en el que cada territorio de la
Monarquía aporta una cuota de soldados a ese ejército común.
c) Provocar rebeliones: favorecer movimientos contrarios a la Corona para
así conquistar los territorios rebeldes y aplicar derechos de conquista.

Este ambicioso programa de reformas no podrá aplicarse desde primera hora ya


que en 1621 se reanuda la guerra en los Países Bajos y contará con una fuerte oposición
interna. El gobierno de Olivares llevará a la Monarquía a su mayor crisis interna
llegando a poner en grave peligro la existencia y cohesión de la misma. La política
exterior de Felipe IV la veremos más adelante, ahora atenderemos a la política interior
aunque buena parte de ésta está condicionada por la política exterior y viceversa, puesto
que son coincidentes en el tiempo.

En el interior, en 1631 estalla en Vizcaya una rebelión debido al aumento del


precio de la sal, siendo esta revuelta el comienzo de la gran crisis que estallaría en 1640.
El año 1640 será la fecha clave del reinado de Felipe IV pues será conocido como el
“Annus Horribilis”. Estallaron casi de forma simultánea en Portugal, Andalucía,
Cataluña, Aragón, Nápoles y Sicilia; revueltas independentistas que amenazaron con
la descomposición de la Monarquía. Además, desde 1621 – y hasta 1635 – España se
encontraba en plena guerra contra las Provincias Unidas y Francia respectivamente.

Los levantamientos de Nápoles y Sicilia nacen de una población explotada. En


Portugal, debido al aumento de la presión fiscal, se sublevan y proclaman Rey de
Portugal al duque de Braganza bajo el nombre de Juan IV. En Cataluña los campesinos
se sublevan contra los tercios. La rebelión liderada por Pau Claris, asaltan y toman
Barcelona el 7 de junio, ajusticiando al Virrey y a los Jueces Reales en lo que se conoce
como el “Corpus de Sangre” y poniéndose bajo la protección de la Francia de Luis
XIII. En Andalucía se gesta una revuelta nobiliaria encaminada a proclamar Rey de
Andalucía al duque de Medina – Sidonia, que fue abortada cuando se descubrió el
complot. Todas las revueltas secesionistas fueron sofocadas a excepción de la de

16
Portugal. Olivares vio en estas revueltas la oportunidad para la castellanización de la
Monarquía, pero realmente significaron su fin político.

8.2.1.- LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS (1618 – 1648) Y


LAS PACES DE WESTFALIA (1648) Y DE LOS PIRINEOS (1659)

El s. XVII es conocido como el siglo del conflicto permanente. El Conde -


Duque de Olivares auspicia una política de apoyo a Austria como paladín del
catolicismo. He aquí como la Guerra de los Treinta Años estalla como una guerra
religiosa contra el protestantismo que devendrá en una guerra mundial que desgastará a
toda Europa. Francia y Suecia apoyarán a los protestantes, mientras España y
Austria serán los defensores del catolicismo. En 1643, tras la derrota de los Tercios
españoles en la batalla de Rocroi a manos de Francia, asistiremos al fin de los propios
Tercios. Rocroi supondrá el fin de la tan temida infantería española en Europa, que
había posibilitado la hegemonía hispana en el continente por más de una centuria. Tras
duras negociaciones, en 1648 se firma la Paz de Westfalia, todo un duro golpe a la
hegemonía europea de los Habsburgos. El tratado recogía los siguientes acuerdos:

o Autonomía y libertad religiosa para los Principados Alemanes.


o Dación de Pomerania Occidental a Suecia.
o Independencia de Suiza.
o Ampliación de Brandemburgo a Prusia.
o Reconocimiento de España de la Independencia de Holanda.

La guerra entre Francia y España continuará hasta 1659, año en que se firma la
Paz de los Pirineos, por la que el Rosellón pasa a Francia.

8.3.- CARLOS II (1665 – 1700)

Entre 1665 y 1675 se formará un Consejo de Regencia debido a la minoría de


edad de Carlos II. Éste será un rey de salud quebradiza, además de ser una persona poco
dotada intelectualmente; lo que le incapacitará para el gobierno, que será ejercido por
validos. La muerte de Carlos II sin descendencia provocará un conflicto sucesorio, que
debido a la extensión de la Monarquía Hispánica, afectará a toda Europa en una guerra
por la codiciada corona española. La Guerra de Sucesión (1700 – 1714) no sólo fue
una guerra patria, sino que se desarrolla en toda Europa y en la que se dirimirá el
equilibrio de fuerzas en el Viejo Continente. Francia irá ganando la guerra en España,
pero sufrirá terribles derrotas frente a los Aliados en Europa. La muerte del “Kaiser”
José I de Austria, precipita la coronación del pretendiente al trono de España, Carlos,
como nuevo Emperador de Alemania con el nombre de Carlos VI. La asunción del
trono austríaco y del Imperio sirvió para buscar una solución negociada a la guerra ante
la posibilidad de una posible hegemonía de Austria en Europa.

La paz fue firmada a través de los tratados de Utrecht (1713) y de Rastadt


(1714). Felipe V es aceptado como Rey de España a cambio de renunciar a Francia y
ceder a Austria los Países Bajos Españoles, las Dos Sicilias y Cerdeña; ceder a Gran
Bretaña la isla de Menorca y Gibraltar. Así mismo Gran Bretaña acuerda con España
el “asiento de negros” y el “navío de permiso”. Luis XIV consiguió España, pero a
un alto precio.

17
9.- EVOLUCIÓN Y TRANSFORMACIÓN DE LA ECONOMÍA Y LA
SOCIEDAD DURANTE EL REINADO DE LOS AUSTRIAS

9.1.- LA ECONOMÍA DEL S. XVI

El s. XVI se caracteriza por ser un siglo de crecimiento demográfico en los


reinos de Castilla y Aragón, siguiendo las pautas generales del régimen demográfico
antiguo, es decir, alta natalidad y alta mortalidad. La población española, es decir, de
ambos reinos; es la siguiente:

• Población eminentemente rural, dispersa; y con escasas ciudades o urbes.


• El Norte se caracteriza por la escasez de ciudades y dispersión de la población.
• La Meseta Norte: destacan ciudades El Norte se caracteriza por la escasez de
ciudades con estructuras industriales como Burgos, Salamanca, Segovia, o
Valladolid. Estas poblaciones rondaban entre los 20.000 y los 40.000 habitantes.
• La Meseta Sur: destacan las ciudades de Toledo (50.000 h.) y Madrid
(70.000h.; 1597).
• Extremadura es de las áreas más despobladas de Península Ibérica por sus
condiciones de vida, a excepción de las localidades ubicadas dentro de la Ruta
de la Plata.
• Andalucía experimenta un importante desarrollo demográfico. Sevilla llegará
a tener una población de 85.000 habitantes puesto que es el puerto de Indias;
pero también destacarán ciudades como Málaga y Granada.
• Aragón cuenta con ciudades consolidadas dentro del comercio mediterráneo
como Barcelona (50.000 h.), Zaragoza o Valencia (60.000 h.) y en donde se
formará la futura burguesía.

La economía no varía sensiblemente a la que se daba en etapas anteriores pero


existen novedades dignas de señalar:

• Crecimiento de la burguesía, que permite el desarrollo del comercio en América


y Europa.
• Instrumentos de cambio masivos producto de la explotación de oro y plata
americanos.
• La llegada masiva de oro y plata hace subir los precios y dispara la inflación.
• La subida de los precios es consecuencia de la alta demanda y la poca
productividad también.
• Castilla se convirtió en proveedora de materias primas.

Sin embargo, los diversos conflictos que tanto Carlos I como Felipe II tuvieron
que hacer frente en Europa y frente a los turcos, causan una desestabilización
económica como consecuencia de:

• El costo de la leva permanente de soldados en todos los reinos de la Monarquía


Hispánica.
• Abandono del campo ante la poca rentabilidad de la agricultura por la subida de
impuestos a los cereales.
• Poca competitividad industrial.
• Grandes y graves deudas contraídas con la banca europea – Fugger y Welser –
para sostener las guerras en las que se veía involucrada la Corona.

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La combinación de todos estos factores sentarán las bases de una decadencia
económica que llevará a la decadencia política.

Socialmente, la estructura demográfica de la Península responde al esquema del


Antiguo Régimen, es decir, la población se encuentra diferenciada social y legalmente
por estamentos. La nobleza (alta y baja) impondrá los valores a la sociedad, controlando
los mecanismos de poder del Estado y de la Iglesia.

Por último hemos de señalar que la Península era una tierra despoblada en
términos relativos y que hemos de incluir las epidemias como factor a tener en cuenta
en la alta mortalidad de la población, véase la peste o el hambre, muy frecuentes durante
los siglos XVI y XVII.

9.2.- CRISIS POLÍTICA Y SOCIAL DEL S. XVII

Si a finales del s. XVI comienza a producirse en España diferentes bancarrotas


económicas y comienza a declinar la preponderancia española en Europa; durante el s.
XVII asistiremos a la continuación de esta tendencia negativa con la propagación de la
Peste y las malas cosechas agrarias. Las pestes de 1597, 1647, 1676 y las malas
cosechas tendrán como consecuencia:

• Pérdida poblacional extremadamente importante de alrededor de 1 millón de


personas.
• La ruina de los pequeños campesinos y la consiguiente concentración de la
propiedad
• El descenso de la productividad agraria, comercial e industrial.

A estas características sociales hemos de añadir otras características políticas


que afectan a los últimos Austrias. Esta etapa se conoce como la de la dejación del
poder de los reyes en la figura de los validos, hombres de confianza del rey que
gestionan el gobierno de la Monarquía Hispánica, a la que debemos de añadir la acción
de los arbitristas2 y “sus soluciones” a los males del Reino.

BIBLIOGRAFÍA

A la hora de citar la bibliografía usaremos el sistema APA sexta edición:

- ALVAR EZQUERRA, A. (coord.) (2011), Historia de España XI: La


España de los Austrias. La actividad política. Madrid, España: Istmo.
- ALVAR EZQUERRA, J. (2003), Diccionario de la Historia de España.
Madrid, España: Istmo.
- COMELLAS, J. L. (1999), Historia de España moderna y
contemporánea. Madrid, España: Rialp.
- DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. (2006), Historia de España III. El Antiguo
Régimen: los Reyes Católicos y los Austrias. Madrid, España: Alianza
Universidad.

2
Arbitrista: Persona que propone proyectos o soluciones quiméricos, especialmente en el ámbito de la
política y la economía. En los siglos XVI y XVII, persona que elevaba memoriales al rey o a las Cortes
con propuestas de arbitrios de todo género para resolver problemas de la Hacienda y del Estado.

19
- FLORISTÁN, A. (coord.) (2015), Historia Moderna Universal.
Barcelona: Ariel.
- ELLIOT, J. (1998), La España Imperial. 1469 – 1716. Barcelona,
España: Vicens Vives.
- GARCÍA HERNÁN, D. (editor) (2010), La Historia sin complejos. La
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católico. Madrid: Lengua de trapo.
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20

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