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Ariba, El tríunfo La llegada de los Habsburgo a España, la


del Emperador
Matcimilíano
dinastía más poderosa que ha reinado en
{Biblioteca nuestro país, coincide con un florecimiento de
Nacional,
las artes y las ciencias. Sus primeros reyes
Madrid). En el
estandarte figura protagonizan la exposición que se inaugura el
la boda de Juana próximo viernes en Toledo y que reúne
la Loca y Felipe
el Hermoso.
piezas procedentes de todo el mundo.
Junto a sstas líneas'
arnés del Emperador. Tacto: Fernando Rayón

SJFLEMENTO l9
Retrato de Isabel ueron cinco bodas deslumbrantes. La políti
la Católica, ca matrlmonial de los Reyes Católicos era 1a
atribuido a confirmación del expansionismo po1ítico es-
Michael Sithium. pañol. Isabel, la hija mayor, se casó dos ve-
Palacio Real de
ces; la primera con e1 Rey Alfonso de Portugal, y la segun-
Madrid.
da con el hermano de éste, Manuel, que también reinaría
en e1 país vecino. María, la segunda, contrajo matrimonio
con el Rey Manuel de Portugal cuando enviudó de su her-
mana, y Catalina, la menor, se unió primero con Arturo,
príncipe de Ga1es, y posteriormente con su hermano, el cé-
lebre Enrique MII de Inglaterra.
Pero las dos bodas más importantes fueron las de Juan y
Juana. Se buscó la alianza con el país más poderoso de Eu-
ropa. En 1494, Jmna se casaba con Felipe, Ilamado el Her.
moso, hijo de1 Emperador Maximiliano I de Austria y du-
que de Borgoña. Tres años después, Juan, el príncipe here-
dero, se casaba con Margarita de Austria, hija también del
Tríptico de la
Epifanía de la Emperador. Con este doble enlace, los Reyes Católicos pre-
escuela de della tendÍan estrechar lazos con la Casa Imperial. El resultado
Robbia. fue, sin embargo, distinto. Juan falleció e1 mismo año de 1a
Monasterio de boda sin descendencia
-según algunos por los excesos n
Pedralbes, ritales- y Juana pasó a ser la heredera, lo que inauguran-
Barcelona. un cambio de dinastía en el trono español. Los Trastamara
Naveta en forma se extinguían y los Habsburgo - los Austlias como en Es-
de carabela. paña se les llamó- pasalon a leinar en España con Car-
Museo de la Seo. los I, el hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso. Su vieio
Zangoza. Iema, Lo que unls clnsiguen czn las grenas, tú consígue
Io con los matrímonizs, fue entonces más real que nunca.
Carlos I, Felipe II, Felipe I1l, Felipe IV y Carlos II. Cinco
reyes dio la dinastía a España hasta que 1a 1ínea se extin-
guió con el último, muerto en el año 1700 sin descenden-
cia. Dos siglos que situaron a España a la cabeza del mun-
do. Y como primera potencia, consiguió que el mundo del
arte, siempre propenso a que el mecenazgo 1o ejerzan los
poderosos, visitara España e incluso residiese y tlabaiase en
nuestro país. La exposlción que ahora se inaugura en Tole-
do quiere set un homenaje a estos hombres que, al margen
de éxitos o desastres políticos y militares, sintielon por t0-
das las artes una pasión y amor difícilmente igualables.
La muestra, sin embargo, no abarca a todos los
Austrias, ni sólo a ellos. El subtítulo es claro: /os
Reyes Católicos'Maximiliano I y los inicios de la
Casa de Austria en España. Y es que la exposición
no incluye sólo las obras de arte que poseyelon 0
que se hicieron durante este período en España,
sino también la labor de mecenzgo que eierció la
otra rama de la familia en Austria.
Algo más de trescientas piezas integran el catá
1ogo, que aparece dividido en cuatlo partes bien di
ferenciadas. En la primera, El arte español a Jína
les de la Edad Media,las piezas se a$upan siguien-
do las tendencias estllísticas del momento: 1a fla-
menca e hispano-flamenca, ia italianizante y la
mudéjar.
La segunda estudia el mecenazgo de las princi-
pales casas nobiliarias españolas, ya que este aspec-
to constituye un factor determinante de la penetra-
ción de las nuevas formas artísticas. Los Mendoza,
Suárez de Figueroa, Fonseca, Borgia, Cisneros y Be'
navente son nombres, por derecho propio, en la his-
Custodia de Enrique
toria del arte de estos años.
de Arfe.
En la tercera se atiende a 1a protección de ias Benedicünos de
artes por la lglesia, agrupando 1as piezas según sus Sahagin.
funciones litúrgicas, piadosas e iconográficas. Y en
la cuarta y última, se muestran 1as colecciones y mecenaz-
go de los Reyes Fernando e Isabel, Felipe el Hermoso, Jua-
na la Loca, Margarita de Austria, Maximiliano I, así como
el joven Fernando I y Carlos I de España. En resumen, se
üata de explicar lós factores que hicieron posible el tránsito
artístico desde la Edad Media a Ia modernidad en la España
del siglo XV y comienzos del XVL
E1 Museo de Santa Cruz, ia sede elegida por los gobiemos
espanol y austriaco -organizadotes de la muestra- ha sido
restaurado para la ocasión. Treinta y tres millones han costa-
do las reformas, pero el edificio lo merece. Fundado a finales
de1 sl$o XV como hospital por don Pedto Gonzáez de Men'
doza, hombre fuertemente vinculado a 1os Reyes Cató1icos,
este edificio constituye uno de los ejemplos más claros de la
introducción de1 Renacimiento en Espana. Sus cuatro cruiías,
en forma de cruz, son marco ideal para la muestra.
Es una pena que, en una exposición de estas caracterÍs-
ticas, no se haya incluido la labor de mecenazgo de todos
los reyes de 1a Casa d€ Austria. Basta citar a Tiziano cuan-
do hablamos de Carlos I, al Escorial cuando lo hacemos de

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R,EYES
YMECEI\AS

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ii:

Arriba, San Sebastián,


escultura en mármol de
Diego de Siloé.
Barbadillo de Herreros.
A la derecha, Ios
ímpropertos en casa de
Pilatos d,el políptico de
Juan de Flandes.
Palacio ReaI de Madrid.

22 SUPLEMENTO
FelipeII, a la corte madrileña de Felipe III o aYeluquez bellas de cuantas se importaron a Espana. Resulta curioso
con Felipe IV, para comprender la dimensión del mecenaz- comprobar en ella, a1 margen de la mosca que da nombre
go de toda la dinastía, incluido el enfermizo Carlos IL MU- a la tabla, el rostro de Santa Catalina, sentada a Ia derecha
chas de las obras de arte que adornan 1os palacios, monas- de la Virgen. Este rostro, que tradicionalmente, aunque sin
teflos y, pol supuesto, e1 Museo del Prado tienen su origen fundamento, se ha atribuido a la Reina Isabel, fue utilizado
en el amor a la belleza de estos hombres. pot el diseñador de aquellos billetes de mi1 pesetas con la
Paradójicamente, la exposlción se inicia con los últimos efigie de los Reyes Católicos para representar a la mujer de
Trastámara, con los Reyes Cató1icos. Resulta curioso com' Fernando.
probar cómo ya el padre de la Reina Isabel, Juan II de Cas Entre las piezas que no pertenecieron a la Reina desta-
tilla, era aficionado a poseer pinturas, y consta que regaló can el Tríptico de la Ultima Cena de Alejo Fernández, que
a la Cartula de Miraflores, en Burgos, tres tablas del rMaes- se guarda en Ei Pilm de Zaragoza, y el gan retablo de San
tre Rogier -Van der Weyden- magno et famoso flandres Jetónimo de Jorge Inglés dei Museo Nacional de Escultura
cu qre hoy se conservan en e1 Museo de Berlín. Y es pro- de Valladolid. Dos piezas, de grandes proporciones, que
bable que Enrique IV, el hermanastro de Isabel, regalase al completan la visión pictórica de los retablos de la época. Des-
Monasterio de El Parral, pues a1lí se registra en 1454,Iata- tacan también tablas de Fernando Gallego, Pedro Berrugue-
bla eyckiana La fuente de la gracia, que, aunque conserva' te, Jaime Huguet, Miguel Ximénezy del Maestro de Sigena.
da en e1 Prado, está ausente incompren- Ai margen de las pinturas y retablos
siblemente de la exposición. resaita el soberbio sepulcro de Juan de
Pero si sus antecesores poseyeron her- Padilla, todo él de alabastro, que se con-
mosas piezas, en el caso de la Reina Ca serva en e1 Museo de Burgos. Represen-
íá\p1rsq,th¡
tólica éstas se convierten en series deslum- rr;-ii liir¡ccr '- dLtLLuu
Ld, clI ^-+:r"¡uldllLc y d^ tamaño natu-
brantes con sus inventarios conespondien- ñr rr¡r¡irc fln I'rni t-ati ral, al paje de la Reina Isabel muerto en
rrncis: cr rclúffccnc\
tes. Hasta nosotrcs han liegado, a pesar rn*:nr oz: teftt r:pl crrii
la guerra de Granada. Es una de las me
de las ventas que se hicieron tras su muer- ll'tl. ú: C r:rú:¡ratc¡elt jores obras de Gil de Siloé y muy expre
te, 53 cuadros de su colecclón parlicular: rir'-'l € r lc
lrrnrrrrr rqn:*. siva del suntuoso estilo del último góti
glri:rr lir¡ rrrrofihrrro:
38 est¿ín en la Capilla Real de Cmnada y nrr¡ripr,'ñclc,v er:rlhn¡ co españ0l.
15 en el Palacio Real de Madrid. OUDá , nr.* *v-*., ina v . { pLz Entre las obras de orfebrería hay pie
una de las pérdidas más importantes fue € riluc;clt¡.t zas ran significativas como ia Cruz pro-
el polípüco pintado por Juan de Flandes y
r¡rf ¡s
$11nr cft cesional de Enrique de fufe (San Isidoro
|\1 | fetll{l1 lll'lli' O tt4ll
Michel Sithium, compuesto por 47 tablas, bun¡ ñur rn orb: g¡Én
do I pónl nnr dp l:c mpinrps rpnrp(pn-
de las que se conservan 15 en e1 Palacio [r.r
1r¡
9 ¡¡ 6i¡; g¡1r Iq 1¡ ¡[ taciones de ia orfebrería española del si
Rea1, ya que Margarita de Austria compró
cth$ rruo$irs;tío¡¡t g1o XV, y la Custodia procesional de las
rrolh rcúrrpi-r;a
32. Enla muesúa se exhiben tres de las nrr¡,ctrruabl6l,¡lu*. ? Benedictinas de Sahagún, también de
quince que posee el Palacio Real, una del a"t6¡rf ft'clall|¡fl Fnrinla d,o Arfo Fnrro
-^^..- l:,Js prezas venr-
1nr.4; Cr.tthnir¿i
Kunsthistirisches Museum de Viena y dos das del extranjero destacan los arneses
penenecientes a la National Gallery de de Maximiliano de Austria y Fernando
Washingon. Es la primera vez que estas
últimas piezas se pueden admirar junto
'.*"9¡**o*
¡i,t¡¡til.t ln;ttr:,:.:
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el Católico, conservados ambos en el
Museo de Viena.
el n r-]1 ru ti r!¡r.r . .r rt,r.
a sus compañeras. Algo que sólo la Rei No faltan tampoco los libros y códi
na Isabel pudo ver. ces. con eiemnlos tan sobresalientes
A Michel Sithium también se atribu- como el Breviario rlmanl de Isabel la
ye otra de las piezas más interesantes de Católica (Palacio Real de Madrid) o las
la muestra, el reuato de don Diego de capitulaciones matrimoniales de don
Guevara (National Gallery), uno de los rostros flamencos Breviario romano Juan y de la archiduquesa Margarita, que se conservan en
más característicos del siglo XV iunto al retrato, también pre, que perteneció a el archivo de la Casa de Alba. Muebles, atmaduras, alfom-
sente, de la Reina Católica. la Reina Isabel la bras, tapices -entre ellos E1 nacimiento de Crísto, de la
Pero si resulta interesante 1a comparación de estas pie- Católica, Palacio serie de los Paños de oro del Palacio Real- y otras piezas
Real de Madrid.
zas, no puede entenderse la ausencia de las tablas flamen de arte menor ilustran la vida en España durante los prime-
cas e italianas que, pertenecientes a la Reina, se conservan ros años del Renacimiento.
en la Capilla Real de Granada. Ninguna de sus 38 pinturas Ta exnosición ore nermanecerá abierta hasta el 31 de
y demás objetos está presente en Toledo. Las tablas de Mem- mayo, se expondrá postedormente en Innsbruck, en el cas-
ling, Van der Weyden, Bouts, Botticelli o eI Cristo de pie tillo de Arrás, desde e1 3 de julio hasta el 20 de septiembre.
en el sepulcro, atribuido a Perugino, se han quedado en Gra- Austria no quiere perderse el evento.
nada. Tampoco están la corona, el cetro, el cofre, ni el es- Cuando éramos niños nos enseñaban aquello del AEIOU
pelo que poseyó la soberana. Los organizadores argumentan (Austia Est Imperare Orbi Universi), es propio de Austria
la negativa del Arzobispado granadino para el préstamo. Una gobernar todo el mundo. Viendo esta muestra, precisamen-
ausencia que, sea como fuere, no se entiende en una ex- te en Toledo, se siente y se entiende que aquellos hombres
posición de estas características. consiguieran dominar el mundo. Probablemente 1o tenían
Sí ha permitido la Colegiata de Toro, lnstitución donde escrito en la sangre, pero también quisieron tener aquella
se conserva desde que se adquirió, e1 préstamo dela Virgen visión del mundo a través del arte, protegiéndolo y amán-
de la mosca. Es, sin duda, una de las tablas flamencas más dolo. La exposición es buena muestra de ello.

SJPLEMENTO 23

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