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Sexta generación de cazas de reacción

El término caza de sexta generación (y el mismo concepto de generaciones


de cazas de reacción) es un marco conceptual del avión que se espera que entre en servicio
en diversas fuerzas aéreas del mundo en el periodo 2035-2040.

Concepto[editar]
A medida que los nuevos desarrollos de aviones de 5ª generación (como los cazas
chinos Chengdu J-20 y Shenyang J-31) puedan ofrecer un oponente comparable en combate
a los aviones estadounidenses (F/A-22 Raptor y F-35 Lightning II), y al modelo de caza
ruso Sukhoi Su-57, su adopción por parte de las fuerzas aéreas respectivas se limitan debido
a su alto coste operacional y de desarrollo, por lo que su entrada sólo será posible en la
medida en que dichos programas sean adoptados más decididamente por las naciones
involucradas en su desarrollo.

En el caso de Rusia, la pronta integración del Su-57 en su arsenal aéreo, que se debe a la
vejez de su parque actual (los MiG-29 y Sukhoi Su-27 que operan actualmente, y que ya han
llegado a su vida útil límite) siendo la razón de peso para su pronta aparición la adopción del
T-50 y además de deducir la crónica fatiga del aparato anterior y del futuro caza en servicio,
además de la aparición de condiciones geopolíticas comprometedoras, y entornos de combate
desfavorables.1 Aparte, con el avance en el programa ruso para un caza de esta generación,
la sexta generación rusa debería ser contemporánea a la estadounidense, y ofrecer una
amplia gama de variantes, además de un caza, un bombardero y un interceptor de gran
altura.2

Ademas, el desarrollo de un avión de caza de sexta generación podría resolverse en el futuro


próximo como algo muy preocupante para los militares de Estados Unidos, por lo que la
aparición de nuevas aeronaves de dicha generación no debe ser descartado.

Bautizada como la "próxima generación de aeronaves tácticas", la Fuerza Aérea de EE.UU.


busca un avión de combate con "una mayor capacidad en áreas tales como alcance,
persistencia, capacidad de supervivencia, neto-centralidad, conocimiento de la situación,
sistema de integración humana y efectos de las armas". "El futuro sistema tendrá que hacer
frente a adversarios equipados con avanzados sistemas de ataque electrónico, sofisticados
sistemas de defensa aérea integrada, detección pasiva, integrado de protección de uno
mismo, las armas de energía dirigida, y la capacidad de ataque cibernético. Debe ser capaz
de operar en el entorno anti-acceso (area-denial) que existirá en el calendario 2030-2050."

Características[editar]
Si bien no hay en proyecto aviones que puedan ser merecedores de la asignación a esta
categoría, son muchas las naciones que están en pleno estudio de las muy diversas nuevas
tecnologías que permitan la aparición de esta generación de cazas. Se especula que las
características que marcaran esta generación serían: sigilo extremo, eficiencia en todos los
regímenes de vuelo (subsónicos, supersónicos e hipersónicos), posible capacidad de
"camuflaje", y la posibilidad de la irrupción del vehículo aéreo de combate no
tripulado plenamente operativo. Además de muchas mejoras en las tecnologías ya existentes,
mejoras en los sistemas de detección, nuevos sistemas de armas, materiales más resistentes
y avanzados, etcétera.

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