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Defensa personal

Por Ricardo E. Tatto

Alex mira al vacío hasta que un aroma peligroso lo saca de sus


cavilaciones. Se encuentra absorto en el andén esperando el metro,
cuyos vagones parece que nunca van a llegar. Un culazo de mujer se
coloca a su lado, deteniendo en seco el sonido de sus tacones altos,
justo en la raya amarilla al borde del foso de los rieles.
Alex le rehúye la mirada, pero por el rabillo del ojo la observa con
una curiosidad cada vez mayor. Se parece a Bibiana, piensa. Se
parece, pero no es ella. ¿O si es ella? Hace mucho que no la veo, el
parecido es asombroso... Tiene que ser ella. Sí, estoy seguro.
-¿Bibiana? -le pregunta con cierto resquemor en la voz.
-Sí... ¿Alex? -afirma ella con sorpresa.
-¿Cómo estás, Bibi? ¡Cuánto tiempo sin verte! -exclama con alegría.
-Todo bien -responde aquella al darle un abrazo amistoso, aunque con
cierta reserva.
-¿Qué es de tu vida? El otro día me acordé de ti... -dice aquel mientras
respira profundamente ese olor intoxicante y familiar.
-¿A poco? ¿Qué estabas pensando? -dice ella algo intrigada.
-Pues... tú sabes...
-Mmm... no sé. No me viene nada a la mente.
-Vamos, Bibi, no es posible que no lo recuerdes...
-... -ella hace mutis como haciendo memoria.
-No puedo creer que no lo recuerdes. Ese viaje a Ixtapa fue
inolvidable... -le insinúa Alex seductoramente.
-Alex -dice ella muy seria. -Creo que me estás confundiendo con
alguien más.
-¡No manches, Bibi! Ahora resulta que no te acuerdas de la costa y de
esa hermosa playa nudista en la estuvimos.
-De verdad, Alex. No era yo. -responde muy resuelta.
-No me digas eso, corazón. Te digo que lo recuerdo todo a la
perfección. Te veías espectacular con tu bikini brasileño, tienes un
cuerpo precioso. Casi casi me tatué tu imagen en las neuronas. Es
más: hasta recuerdo una marca de nacimiento que tenías en la nalga
izquierda...
-¡Alex! -grita Bibi sonrojada. -Es cierto lo de la mancha en mi pompi,
pero yo nunca estuve contigo en la playa, mucho menos nudista y
definitivamente no en Ixtapa-Zihuatanejo... -sentencia bajando la voz,
pues ha notado que tienen a mucha gente alrededor en la estación.
-¡Claro que sí! No lo niegues, ¿de qué otra forma podría saber ese
detalle tan íntimo?
-No lo sé, me sacas de onda. Ignoro cómo acertaste con eso, pero te
juro que yo jamás estuve ahí. Es más, ni conozco Ixtapa. Y si fuera
cierto, ¿dónde están las fotos? -lo interroga lanzándole el reto.
-No hubo fotos, tú mejor que nadie sabes que cuando fuimos yo
todavía andaba con la Maritza y tú recién terminabas con Lalo -le
espeta mirándola a sus ojos color revólver. -Fue hace poco más de un
año y ambos acordamos guardar total discreción.
-Esto que me dices es nuevo para mí. No he salido del D.F. para nada,
ni vacaciones he tenido en la chamba. De verdad, Alex, no sé si estés
bebido o drogado, pero andas imaginando cosas -asevera Bibi sin
desviar la mirada, visiblemente encabronada-. Mejor aquí la dejamos,
ese pinche metro no viene y prefiero tomar un taxi.
-¡Espera, Bibiana! ¿A dónde vas? -exclama Alex tomándola con fuerza
y jalando a la malagueña su brazo pecoso y rubicundo.
-¡Suéltame, pendejo…! -le grita la chica, liberándose al tiempo que lo
empuja con todas sus fuerzas, sí, así, justo como le enseñaron en las
clases de defensa personal en la universidad.
Un alarido de pánico se deja escuchar junto a las vías, una
exclamación aterradora que no tarda en ser opacada por la campana
electrónica que anuncia dos cosas inminentes e irreversibles: la
llegada del metro a la estación y la primera tragedia del día.
Ricardo E. Tatto, retrato por Gabriel Ramírez Aznar (2023).

Licenciado en comunicación por la Universidad Modelo y Maestro en Arte por la UNAY.


Periodista y promotor cultural, editor, ensayista y narrador, su trabajo se ha publicado en periódicos,
revistas y en libros de su autoría como Tercera llamada (Ayuntamiento de Mérida), Cuentos,
minificciones y aforismos del descaro (Libros en Red) y Yucatán en Letra Joven (PACMYC).

Ha ganado dos PECDA en 2008 y 2015. Ha recibido el apoyo del FONCA para proyectos
de coinversión. Ha sido columnista en el Por Esto, La Jornada Maya, Milenio Yucatán y en revistas
y suplementos como Laberinto (Milenio), Replicante, Generación, Yaconic, White Sands (USA),
Conjunto (Cuba), entre otros.

En 2022 hizo el prólogo a El canto de los grillos, de Juan García Ponce, reeditado por
Ediciones Odradek. En 2023 fue ganador del Fondo de Editorial del Ayuntamiento de Mérida con
dos libros de ensayo: Universo de Juan García Ponce (Textofilia, 2023) y Bestiario del bibliófilo
(Nitro Press). Actualmente es presidente de la Red Literaria del Sureste y director de la revista
Soma, Arte y Cultura (www.yucatancultura.com.

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