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A las ocho

de la tarde
Adriana Ortega Castillo
7 de octubre de 2023, Universidad de Historia del
Arte, Madrid.
Alicia, chica alta, atlética, con pelo negro oscuro,
ojos marrones, color miel, nariz pequeña y una
sonrisa tímida, llega nueva a lo que va a ser su
nueva casa durante un par de años. La gente es
muy fría y distante, se siente sola y deprimida.
Pasan los días, incluso las semanas, para conocer a
sus compañeros decide dar el paso y se apunta a
el periódico de la universidad, para conocer a
gente. La asignan la parte de investigación y el
primer tema que la dan es “El Pueblo Fantasma”,
Alicia se extraña y pregunta a que se refiere con
eso, el “jefe” la comenta que antes de que se
construyera la universidad, en los ochenta, había
un pueblo que desapareció por completo de un día
para otro, aunque especifica que para el es una
leyenda.
Una tarde Alicia se queda haciendo la
investigación hasta muy tarde en la biblioteca de
la universidad, hasta que ve a un chico joven, alto,
con traje negro, pelo castaño oscuro y au aire de
superioridad entrando en la biblioteca, entra y va
directo a la sección de entretenimiento, se sienta
en un sofá lee lee parte de atrás de algunos libros,
selecciona algunos y se va. Alicia la parece
sospechoso el aire misterioso y antiguo con el que
iba esa persona, así que decide seguirle. Lo sigue
hasta salir de la universidad y dirigirse a una
especie de bar de carretera, al entrar le pierde el
rastro, al ver la situación se ríe de sí misma y
decide sentarse a comer algo y descansar. Al
acabar sale del local y se queda perpleja, no hay ni
rastro de coches, ni de personas, ni siquiera de
casas, la extraña un poco, pero decide irse hacia
su residencia.
Cuando llega no esta, se sorprende, pero piensa
que ha sido un despiste, mira el móvil y no tiene
cobertura. A lo lejos se escucha una melodía de
una guitarra eléctrica suave y una luz de un local a
lo lejos, asi que decide ir para pedir ayuda. Es un
bar donde tocan música en directo, es una
ambiente clandestino y acogedor a la vez.
Pregunta a la primera persona que ve,
sorprendentemente es el chico misterioso.

-Hola, ya veo que lo de seguirme te ha


funcionado- dijo con un tono de vacile.

Alicia muy tímidamente lo niega y pide que la


ayude a ir a la dirección que está señalando en su
móvil, Javier alucina y se queda mirando la pantalla
del móvil anonadado Alicia chasquea los dedos y
Javier vuelve a la normalidad, sonríe y le dice
extendiendo sus brazos hacia el cielo,

-“Eso no está aquí, ¡ya no estas ahí!”.- dice


riéndose.

Alicia se empieza a asustar y decide irse de ahí,


pero el chico va detrás de ella, aunque le este
ignorando.

-A ver, he sido muy brusco, pero es verdad,


acabas de viajar a otro lugar, mira, ya no está el
supermercado ese raro al que llamáis Mercadona y
tampoco está esa horrible universidad donde
antes se encontraba mi casa- dice con una aire de
tristeza.
-Venga, para de tomarme el pelo que aunque sea
la novata no me lo hagáis pasar mal, por favor, así
que ahora di…- La corta un sonido que viene del
bosque, sospecha que sus compañeros la estén
gastando una novatada. Los ruidos no paran y
cada vez se acercan más, son unos pasos entre
hojas que suenan muy cerca, entonces ya
enfadado se da la vuelta le mira y le da un empujón,
pero al dárselo…
-AAAAA- grita desconcertada.
Aparecen varios seres con aspectos horribles,
desfigurados, sin expresión humana totalmente
deformes y terroríficos detrás de él. Alicia sale
corriendo y pidiendo ayuda. Aterrorizada mira
hacia atrás para ver si aún la siguen pero se choca
con una mujer altísima y muy fuerte al suelo.

Pasadas unas horas se despierta, al abrir un poco


los ojos ve al chico misterioso que grita
-La mujercita se ha despertado, chicos, hermano
ayúdame a sentarla en la silla.-
al abrirlos por completo ve a una multitud
exagerada de seres a los que no puede describir
con adjetivos humanos, sólo reconoce a unos
cuantos como humanos los demás están como
podridos, delante suya ve a el chico misterioso con
una amplia sonrisa y a un chico rubio alto con cara
de tímido y con un libro en sus manos, parece que
está ahí por obligación.
Una mujer mayor, alta y muy musculosa se acerca a ella,
le da una manta, se coloca en un piano lleno de
telarañas y empieza a hablar como si estuviera
cantando.
-Bueno querida, perdón por la bienvenida, pero
cuando alguien se mete con uno de los nuestros
atacamos- Al decir esto Javier le hace una seña a
Alicia de que no pasa nada.
-No voy a darle mucha vueltas, porque creo que
para haber llegado hasta aquí debes de ser una
chica fuerte y madura, asi ahi va…-
-¡Estamos muertos, bienvenida!- grita un bola
verde con unos ojos irreconocibles
Alicia se empieza a reír, pero al ver sus formas y
colores de esos seres demuestra que de verdad
están muertos, se asusta, pero a la vez la da
curiosidad.
-A ver cariño, en un momento fuimos personas
como tu, pero al llegar el día de nuestra muerte,
gracias a Dios, despertamos en este lugar igual de
desubicados que tu, pero muertos, no como tu que
estas viva, bueno en fin, estamos aquí para cumplir
lo que nos faltó hacer en nuestra vida y poder
llegar a nuestro destino final totalmente
realizados como entes, así pues a mi, Catalina me
queda muy poco para cumplirlo, mientras que
otros, como el delgaducho rubio de ahí llamado
Víctor que le queda todavía hasta descubrir que
tiene que hacer.-
Muchos de ellos la empiezan a contar sus
experiencias, hasta el chico vacilón de la
biblioteca.
-Yo me llamo Javier, al que pegaste tremendo
empujon.- la guiña un ojo.
-Mi muerte…fue especial, única, inusual.-
-¡Fue lamentable, se atragantó con un trozo de
pan!- dijeron varios a la vez.
-¿Y tú?, ¿Qué te pasó?.- preguntó Alicia a el
chico rubio.
-A mi…pues…fue…fue en…- dice tímido y triste
-Dilo ya Víctor, que es igual de patético.- dice
Javier riendo.
-¡En un accidente de tráfico camino a mi boda!,
¿contentos?.- se pone rojo y vuelve la mirada
hacia el suelo.
Catalina vuelve e interrumpe diciendo que a esta
hora no puede regresar a su mundo y que tiene
que esperar hasta mañana. Alicia se queda un poco
intranquila, pero a la vez hay algo en su instinto
que dice que se quede.
Se van todos de la sala y Javier se la acerca y le
desea feliz noche con aire de ligoteo y
prepotente. Catalina la acompaña a su habitación
y la hace un pequeño tour por ella, se despide y la
deja en ella. Alicia se tumba en la cama, pero hay
un ruido que no la deja dormir, es una melodia de
piano que viene de la habitación de al aldo, al
entrar se encuentra a Victor en la misma ropa que
antes una camisa verde con uns pantalones
negros, se sienta a su lado, él se asusta dando un
brinco el asiento.-¿Qué es lo que tocas?.-
preguntó Alicia con una sonrisa
-Es una melodía que me he inventado ahora
mismo…es sobre lo que ha pasado esta noche,
suelo escribir canciones cuando me pasan cosas
interesantes, com si fuera un diario.-
Alicia se queda alucinada mirándole, le transmite
tanta paz y tranquilidad que parece como si le
conociera de toda la vida.
-Esta noche ha sido bastante inolvidable, muchas
emociones, casi os descubren por culpa de una
niñata como yo, seguro que le pones toda tu rabia
dentro, por lo menos soy la musa de alguien
aunque sea de unos muertos, sin ofender.- dice
Alicia riendo mientras se pone a hablar con gestos
muy dramáticos, lo que le provoca la risa a Víctor.
-En verdad no, la canción si es sobre ti, pero para
bien, ya que has sido la única que me ha tratado
bien y se ha interesado por el invisible fantasma
que soy para todos aqui, asi que ya que eres mi
musa, ¿Cómo te llamas?.-
Alicia se sonroja y se lo escribe en la partitura. Ese
es el comienzo de todo.

Se pasan toda la noche hablando sobre las nuevas


películas que han estrenado en el 2023,
comparándolas con los ochenta, en las nuevas
canciones, cómo era cuando vivía donde ahora
está la universidad, pero sobre todo conociéndose
mejor y mejor.
A la mañana siguiente Alicia se despertó en la
cama de la universidad, sin saber dónde estaba,
pero a partir de ahí cada día a las ocho de la tarde
se presentaba en el mundo de los muertos, para
visitar a todos, pero especialmente a Victor,
componían canciones, escuchaban música
hablaban y hablaban a todas horas. Mientras tanto
Javier tenía celos de su hermano, no estaba
acostumbrado a que fuera mejor que él y sentía
algo de sentimientos hacia Alicia.
Pasaban los días y todo seguía igual, a las ocho a
componer música. El 27 de octubre, Víctor
confesó su amor hacia Alicia terminado la canción
que compuso aquella noche, los dos estaban
completamente enamorados, un sentimiento que
no podían expresar con palabras era una unión.
Esto enfureció a Javier tanto que se transformó en
el mal, la avaricia de ser el número le apoderó y su
ira le llevó a cometer el mayor error de su vida,
bloqueó el portal y Alicia se quedó en el mundo
humano y Víctor en ultratumba.
Los días se llenaba de nubes, se hacían eternos y
pesados para ambos, hasta que un día Alicia
recibió una carta, de Victor que decía así:

Querida Alicia, mi musa,

te escribo para decirte que te quedes tranquila,


esto sabemos que en algún momento iba a ocurrir.
Un muerto y una humana , eso no es posible,
muchas veces las cosas no acaban como
queremos, no hay finales felices, pero qué mejor
final que esté, el haberte conocido y que me hayas
cambiado por completo, porque el secreto de la
vida es eso, “la gente cambia a la gente”. Gracias
a ti he descubierto mi objetivo para pasar al
destino final, me has hecho creer en mí mismo, en
que soy divertido, listo, en que se me da bien
componer canciones y en que tengo voz y que no
me pueden callar, gracias a ti me he conocido a mí
mismo. Esto no es un adiós, es un hasta pronto,
siempre nos vamos a ver a las ocho de la tarde
entre telarañas, brujas, monstruos, seres
inexplicables y vampiros, pero qué más dan ellos si
estamos juntos.

te quiere tu fantasma,

Víctor.
Alicia sonrió entre lágrimas, miró hacia aquel bar
donde todo empezó y se sintió agradecida y libre.

FIN.

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