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by JemmaDespistada
(MINIFIC CLEXA AU) Costia apareció en la vida de Lexa y la puso patas arriba. Pero
tan abruptamente como entró, salió de ella. Clarke , entones, se convierte en su paño
de lágrimas. ¿Logrará salir de la friendzone como ella desea?
SUMMER LOVE
-Vale, vale, cómo te pones -dice mi hermano levantando las palmas de las manos a
la altura de su pecho en señal de paz-. Prometo no volver a mencionarlo. Pero
ahora que tienes el corazón libre, a lo mejor encuentras alguien con quién ocuparlo,
un amor de verano.
-Y dale -digo volteando los ojos- , qué manía de emparejarme...
-Yo lo que quiero es que seas feliz. Y a ser posible que lo seas aquí y
no en la otra punta del mundo. ¿Sidney? ¿De verdad te quieres ir a Australia? -
me dice Lincoln de sopetón.
-No lo sé, Linc. A eso, entre otras cosas, quiero darle vueltas
durante los próximos días.
-Nunca has sido buena para las señales, princesa. Ni siquiera para
las que te hablan desde adentro -añade críptico.
-Vale, don Pitoniso ¿Qué dicen mis señales internas? -le pregunto.
-Eres una mujer muy guapa -apenas soy capaz de articular palabra.
-No te pregunto eso -insiste ella-. No quiero que me mires sólo por
fuera. Quiero saber si estás a gusto cuando paseas conmigo, si disfrutas cuando
nos reímos juntas, si tu cuerpo reacciona al roce de mi piel, si quieres mirar más
allá de mis ojos...
-No sé, creo que sí -respondo tímida sin saber muy bien el alcance
de mi respuesta. Sólo sé que no puedo dejar de mirar los labios de Costia y sé que el
corazón me late a mil.
-¿Te gusto yo a ti? -insiste, mi mano entre las suyas, sus ojos sobre
los míos y su perfume avanzando desde mi nariz hasta que la última célula de mi
cuerpo cae rendida ante ella, embriagadas todas mis terminaciones nerviosas de lo
que sea que me baila en la tripa ahora.
-Aquí tu pitoniso particular -me dice con una amplia sonrisa en sus
labios-, se va a ir a la cama, guapísima. Misión cumplida.
-Mira que eres tonto -acierto a contestarle ruborizada y con la mirada
en el suelo.
-Para la vida, hermanita, más espabilado que tú, por lo que veo.
¿Ha ido bien? -me pregunta, no por interés morboso, sino por chequear cómo me
encuentro yo realmente y qué es lo que siento.
-No sé, creo que sí. Me dijo que le gusto. Y nos besamos -respondo.
El rubor no abandona mis mejillas ni mi mirada el suelo.
-Un poco mejor que tú, parece. Luces muy nerviosa y tienes cara de
no haber dormido bien -me dice y su expresión se ensombrece un poco.
-Esto no puede acabar así -me dice Costia entre leves sollozos-. No
es justo. Nunca he querido a nadie como te quiero a ti. Y nunca me he sentido más
querida por nadie de lo que me siento por ti. No es justo.
-Buscaremos la forma de estar juntas, mi amor -intento tranquilizarla
aunque no sé ni cómo mantenerme tranquila yo misma, ella está tatuada a fuego en
mi piel y no sé cómo voy a ser capaz de respirar sin ella-. Tiene que haber alguna.
-Sé que lo que te voy a decir suena egoísta, lo sé -me está diciendo
Costia-. Yo tengo que regresar a California. La promoción de la serie que hemos
rodado comenzará enseguida, ya que quieren estrenarla el próximo otoño. Es mi
oportunidad de que mi carrera despegue.
-Soy consciente de ello -apunto.
-Es lo que más deseo en el mundo -me dice mientras posa sus ojos
sobre los míos. Leo la súplica en su rostro-. Ya sé que te pido mucho, ya sé que te
estoy pidiendo que aplaces de momento tu carrera, pero no quiero perderte y no veo
otro modo de intentar estar juntas. Prométeme que al menos te lo pensarás.
-Lo haré -digo convencida.
-Gracias, mi amor.
-Pues seguir viviendo, Lexa, como todo el mundo -me dice con su
infinita paciencia-. Sé que para ti Costia ha sido tu primer amor. Y de eso estoy
seguro porque es la primera vez que he visto felicidad en tu mirada. Pero, a veces,
todo en la vida no es para siempre y hay que seguir adelante. Desgraciadamente el
corazón muchas veces late sin querer escuchar las directrices de nuestro cerebro y
nos equivocamos.
-Pero no estoy equivocada -me quejo en voz alta-. La quiero
-Claro que la quieres -no sé cómo este hombre puede tener ese
exquisito cuidado , ya que yo tiendo a ponerme cabezota e inflexible cuando intentan
razonar conmigo y no lo veo...-. No estoy poniendo eso en tela de juicio. Pero la
quieres desde hace cuatro semanas. Quieres a su mejor versión de ella y ella quiere
a tu mejor versión de ti.
-Sí, debiste hacerlo -le digo, pero para cuando lo hago ella ya ha
leido en mis ojos que la he perdonado.
Nos amamos hasta caer exhautas. Pasa la mayor parte del día
acurrucada conmigo, buena parte del tiempo durmiendo entre mis brazos,
recostadas en el sofá y a la noche decido llevarla a cenar. Estoy más que feliz.
Cuando salimos a la calle, la tomo de la mano, como siempre.
-Lexa -me dice un poco nerviosa-, será mejor que limitemos las
muestras de afecto en público. Ahora empiezo a ser un poco más conocida y vamos a
tener que ser más discretas.
-Pues no entiendo por qué -me incomoda en cierta forma su
actitud, la he extrañado tanto estos días y he deseado tanto tenerla cerca otra vez,
que se me hace difícil mantener las manos lejos de ella y en el fondo, lo que más me
incomoda, es que ella no se sienta igual que yo.
-¿Pero qué haces aquí? -me dice Peter con la sorpresa pintada en sus
ojos.
-Hasta donde yo sé, trabajo aquí... -contesto yo sin entender por qué
Peter me está diciendo eso.
-Pero, vamos a ver -el que habla ahora es Fabien-. ¿Esta pasada
noche no se presentaba el episodio piloto de la serie que protagoniza tu chica?
-Sí, ¿y qué? -pregunto, aunque empiezo a sospechar por dónde
van a ir los tiros y comienzo a maquinar rápido rápido en mi cabeza una excusa
creible.
-No. La verdad es que decidimos que era mejor que fuera sola, así
podría estar más relajada y disfrutar más de ese día tan especial para ella sin tener
que estar pendiente de mi todo el rato -cruzo los dedos rezando para que esa
explicación sea suficiente para ellos y me dejen tranquila con el tema. Bastante me
ha amargado ya a mi, como para que ellos tengan que recordármelo...
-¡No me lo puedo creer! ¿Has dejado pasar la oportunidad de asistir a una fiesta en
Hollywood, de conocer gente famosa? Eres una sosa... -me Fabien dice sin entender
nada.
-(Yo le saco la lengua) ¿Gente famosa? Ya duermo con una, así que
no necesito más celebritis en mi vida. ¿No tenéis trabajo? -apunto, intentando así
dejar zanjada una conversación que no me apetece seguir teniendo.
-Pues pasa que no debieras dejar que nadie te trate así -me dice
seria Clarke-. Mírate, eres una mujer guapísima, amable, inteligente, cariñosa... No
debieras dejar que nadie te trate así. Tú vales más que eso.
-Tampoco es para tanto -ya me he dado por vencida y no soy capaz
de aferrarme más a la excusa que había inventado-. Una fiesta, nada más
-Una fiesta ayer, pero ¿y todas las demás a las que no te ha llevado?
-me tiene sujeta por ambos brazos y tiene clavados sus preciosos ojos azules en los
míos-. No entiendo por qué dejas que te esconda. Mira, Lexa, cuando el amor
comienza a circular solo en una dirección, a lo mejor llega el momento de plantearse
que te tienes que apear de ese tren.
-Pues anda queno eres dramática tú ni nada... -intento quitarle hierro
al asunto.
-No, mejor no. Va a ser muy aburrido para ti -contesta casi sin ser
consciente de lo que dice.
-Nos consta que compartes tu vida con una mujer -le suelta entonces
de sopetón el presentador.
-Pues nos dejas más tranquilos. ¿Así que tu corazón está libre? -
insiste el presentador.
-Lexa, ¿qué está pasando? -oigo su voz preocupada al otro lado del
auricular.
-¿Tú estás bien? -sé que Lincoln está preocupado por mi y sé que él
sabe que algo no va bien en mi vida.
-No, Clarke, estamos bien, pero ya sabes cómo son estas cosas -
digo.
-No, no sé cómo son esas cosas, la verdad, explícamelo tú -me
responde inquisitiva.
-¡Oh, por favor! -me dice antes de que yo haya abierto siquiera la
boca-. ¡Qué pasa ahora! ¿Qué he hecho para que traigas esa cara de vinagre?
Como respuesta, le alcanzo la revista que he comprado y paso de
largo en dirección a la cocina. Será mejor que me tranquilice un poco, porque como
me ponga ahora a discutir con ella, seguro que voy a decir cosas de las que me voy a
arrepentir. A los diez minutos entra en la cocina.
-Mi vida ahora es esto. Qué quieres que te diga. Haz lo que tengas que hacer, pero
no me vuelvas loca con tus lamentaciones y con tus exigencias -zanja la
conversación.
-Sí que lo dije, pero en cualquier caso veo que no has perdido el
tiempo en rellenar rápido mi espacio - ya ni siquiera tengo temple para gritar. No
me creo lo que me está pasando.
-¡Lexa!
-Vale, está bien -me doy por vencida , he terminado con Costia.
-No te voy a preguntar qué ha pasado -me dice entonces y se lo
agradezco-. Cuando te apetezca ya me lo contarás. ¿Qué vas a hacer ahora?
-Estoy instalada en un hotel, mientras busco un apartamento -le
digo.
-No. Clarke, gracias. Ahora no voy a ser buena compañía -le digo.
-Es que tú ahora no tienes que ser buena compañía -me dice con voz
suave-. Tú ahora tenes que tener buena compañía -añade con mirada tierna-.
Alguien que respete tus silencios cuando no quieras hablar y alguien que quiera
escucharte cuando quieras hacerlo. ¿Cuándo vas a recoger tus cosas?
-Esta misma tarde -le digo.
-¿No sabes hasta qué punto eres estupenda, verdad? La mujer que
esté contigo será afortunada. Eres sincera, amable, inteligente, divertida y
guapísima. Si Costia no supo apreciar todo eso en ti, en verdad no te merecía. Y no
entiendo por qué pierdes el tiempo pensando en una mujer que no te valora, que no
te quiere. Mereces algo mejor que eso.
Trabajo mucho y salgo todos los fines de semana con la pandilla del
Laboratorio, grupo que se ha revelado tremendamente divertido. Peter y Patricia
parece que tontean juntos y es francamente muy agradable verles tan ñoños , Clarke
es una excelente e interesante amiga y Fabian es una loca como yo. Los dos nos
hacemos cada fin de semana los amos de la pista y arrastramos en nuestra locura a
Peter, Patricia y Clarke, quienes se mueren de risa cuando nos ven componer
nuestras coreografías (los Village People palidecerían de envidia ante nuestros
bailes).
CAPÍTULO FINAL
-¿Ayer? ¿Cuándo? -pregunta sin poder creerse todavía que cuando estaba con ella
me encontrara con Costia y no le dijera nada.
-Entiendo. Por eso de repente estabas tan rara -dice entonces ella con
expresión abatida.
-Ya ves, parece que tu sino es perseguir a las mujeres que amas a lo
ancho y largo de este mundo -me dice en un tono divertido.
Muchísimas gracias a las que habéis votado los capítulos y a las que
me habéis dejado vuestros comentarios.
Al resto, mis disculpas y la promesa de intentar hacerlo mejor la
próxima vez.
Fdo: Despistada
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