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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA

FACULTAD DE INGENIERÍA

ESCUELA ACADÉMICA PROFESIONAL DE INGENIERÍA DE MINAS

CURSO:

Filosofía y Fundamentos de la Investigación

DOCENTE:

CARUAJULCA MEDINA, Humberto Carmelo

ACTIVIDAD:

Informe

ALUMNO:

MARIN MANTILLA, Jhosep Adrian

Cajamarca, 30 de diciembre 2023


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INDICE

INTRODUCCIÓN 1

I. ¿Se puede creer en la evolución y en Dios? 3

II. Conclusiones 5

REFERENCIAS 6
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INTRODUCCIÓN:

El origen del hombre es una cuestión que ha interesado a la humanidad

desde tiempos remotos, y que ha generado diversas respuestas desde el punto de

vista religioso, filosófico y científico. Según la ciencia, el hombre es el resultado

de un largo proceso de evolución biológica, que comenzó hace unos 7 millones

de años, cuando se separaron los linajes que dieron origen al Homo sapiens y a

los chimpancés. Desde entonces, se han identificado más de 20 especies de

homínidos, que presentan rasgos distintivos como el bipedismo, el aumento del

tamaño cerebral, el uso de herramientas y el lenguaje. El Homo sapiens es la

única especie humana que sobrevivió hasta la actualidad, y que se expandió por

todo el planeta, adaptándose a diferentes ambientes y desarrollando diversas

culturas

La historia del origen del hombre es fascinante y compleja, y ha sido

objeto de estudio y especulación a lo largo de los siglos. Desde una perspectiva

científica, la evolución humana se remonta a millones de años atrás, y se ha

desarrollado a través de un proceso gradual de cambio genético y adaptación

ambiental.

La teoría principal que explica el origen del hombre es la teoría de la

evolución, propuesta por Charles Darwin en el siglo XIX. Según esta teoría, los

seres humanos comparten un ancestro común con otros primates y han


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experimentado cambios genéticos a lo largo del tiempo, lo que ha dado lugar a la

diversidad de especies que vemos hoy en día.

I. ¿Se puede creer en la evolución y en Dios?

Sabemos muy bien que desde hace muchos años la evolución y las creencias
religiosas están en contra, sin embargo, no deberían de estarlo. (Ayala, 2011)

La ciencia y la religión son 2 maneras diferentes de afrontar el mundo, dos


maneras distintas de percibir el medio que nos rodea.

Como primer punto tenemos que la ciencia trata de explicarlos bastantes aspectos
naturales, como el movimiento de los planetas, la composición de la materia, la
adaptación de los organismos y más.

En cambio, la religión se ocupa de tratar el correcto significado del mundo y la


vida humana, en contraste esta trata de explicarnos la correcta relación entre los
seres humanos y el nuestro creador.

Hablamos de ciencia como una forma de conocimiento, sin embargo, este no es


el único, este conocimiento también puede provenir de la experiencia de cada
uno, como también del arte y la historia, las cuales proporcionan un
conocimiento del mundo. (Ayala, 2011)

Para la gente de fe, la relación entre la ciencia y la religión podría llegar a ser
inspiradora y hasta motivadora, ya que podría inspirar las creencias religiosas y
el comportamiento religioso.

Sabemos que la religión fomenta en gran medida la reverencias hacia la creación


y la humanidad, para algunos científicos e incluso otras personas, la religión
puede llegar a ser una fuerza estimulante y una fuente de inspiración para darle
relevancia a el increíble mundo de la creación.

La hipótesis científica actualmente más aceptada sobre el origen de la


humanidad es que la especie humana moderna (llamada Homo sapiens) surgió en
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África, hace unos 200 000 años, tras un proceso evolutivo de millones de años.
(Ayala, 2011)

En la actualidad, científicos y teólogos suelen admitir que, entre evolución y


creación, no hay contradicción, y que la evolución tampoco se opone a la
espiritualidad humana. Francisco J. Ayala, en su libro "La teoría de la evolución.
De Darwin a los últimos avances de la genética" (Madrid: Ediciones Temas de
Hoy, 1994) explica que la creación a partir de la nada "es una noción que, por su
propia naturaleza, queda y siempre quedará fuera del ámbito de la ciencia", y
añade que "otras nociones que están fuera del ámbito de la ciencia son la
existencia de Dios y de los espíritus, y cualquier actividad o proceso definido
como estrictamente inmaterial" (pág. 147). Por otra parte, Ayala recoge la
opinión de los teólogos según los cuales "la existencia y la creación divinas son
compatibles con la evolución y otros procesos naturales. La solución reside en
aceptar la idea de que Dios opera a través de causas intermedias: que una persona
sea una criatura divina no es incompatible con la noción de que haya sido
concebida en el seno de la madre y que se mantenga y crezca por medio de
alimentos... La evolución también puede ser considerada como un proceso
natural a través del cual Dios trae las especies vivientes a la existencia de acuerdo
con su plan" (págs. 21-22). Ayala añade que la mayoría de los escritores
cristianos admiten la teoría de la evolución biológica. Menciona que el Papa Pío
XII, en un famoso documento de 1950, reconoció que la evolución es compatible
con la fe cristiana. Y que el Papa Juan Pablo II, en un discurso de 1981, ha
repetido la misma idea. (Artigas, 1997)

Algunos fundamentalistas cristianos se oponen a la evolución. Se trata de unas


minorías protestantes muy activas en Estados Unidos. Ayala alude a este
problema, que conoce bien, porque esos grupos han ejercido acciones legales
para implantar sus ideas acerca de la enseñanza de la evolución en la escuela, y
Ayala ha debido intervenir en esos procesos para clarificar qué corresponde a la
ciencia y qué a la religión. Afirma al respecto: "Los anti evolucionistas
estadounidenses siguen buscando el modo de impedir la enseñanza de la teoría de
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la evolución, a la que todavía consideran como antirreligiosa, en vez de


simplemente 'no religiosa', como lo es cualquier otra teoría científica" (pág. 24).

En abril de 1985, La Universidad de Múnich organizó en Roma un Simposio


internacional sobre "La fe cristiana y la teoría de la evolución". El Papa Juan
Pablo II, en la alocución que dirigió a los participantes, dijo que "el debate en
torno al modelo explicativo de evolución no encuentra obstáculos en la fe, con tal
que la discusión permanezca en el contexto del método naturalista y de sus
posibilidades". Después de recoger textualmente el pasaje donde Pío XII, en la
encíclica "Humani generis" de 1950, afirmaba la compatibilidad del cristianismo
con el origen del cuerpo humano a partir de otros vivientes, prosiguió con estas
palabras: "no se crean obstáculos a partir de una fe rectamente comprendida en la
creación o de una enseñanza, correctamente entendida, del evolucionismo: la
evolución, en efecto, presupone la creación; la creación, en el contexto de la
evolución, se plantea como un acontecimiento que se extiende en el tiempo -
como una creación continua-, en la cual Dios se hace visible a los ojos del
creyente como Creador del Cielo y de la Tierra" (El texto de esa alocución, del
26 de abril de 1985, se encuentra en "Documentos Palabra", DP-122, 1985, p.
147).

En un mensaje dirigido a la Academia Pontificia de las Ciencias el 22 de octubre


de 1996, Juan Pablo II afirmó que la teoría de la evolución es hoy día algo más
que una hipótesis, y añadió que una interpretación filosófica de la evolución que
no deje lugar para las dimensiones espirituales de la persona humana chocaría
con la verdad acerca de la persona y sería incapaz de proporcionar el fundamento
de su dignidad (Artigas, 1997)

Cuando hablamos de teoría de la evolución, en realidad podemos estar


refiriéndonos a diferentes cuestiones. Y ocurre lo mismo con el término creación.
Como siempre, el encaje de ambas nociones dependerá de a qué nos referimos
con cada una de ellas.
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El profesor Francisco Ayala afirma en un libro del año 1994, La teoría de la


Evolución, lo siguiente:

«La teoría de la evolución se ocupa de tres materias diferentes. La primera es el


hecho de la evolución; esto es, que las especies vivientes cambian a través del
tiempo y están emparentadas entre sí debido a que descienden de antepasados
comunes. La segunda materia es la historia de la evolución; esto es, las relaciones
particulares de parentesco entre unos organismos y otros (por ejemplo, entre el
chimpancé, el hombre y el orangután) y cuándo se separaron unos de otros los
linajes que llevan a las especies vivientes. La tercera materia se refiere a las
causas de la evolución de los organismos». (Collado, 2016)

De estas tres cuestiones, la primera puede considerarse, efectivamente, como un


hecho. Hay datos más que suficientes para afirmar como científicamente cierto
que todas las especies existentes tienen antepasados comunes, y que se ha dado
por tanto una evolución desde unas especies primitivas y menos complejas hasta
las que conocemos en la actualidad. También sabemos con certeza, por los restos
fósiles, que muchas especies se han extinguido. (Collado, 2016)
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CONCLUSIONES:

En última instancia, la cuestión de creer en Dios y en la evolución es

decisión de cada uno como ser humano y subjetiva. La perspectiva que uno elija

puede depender de factores como sus creencias religiosas, su interpretación de la

evidencia científica y su comprensión de la relación entre la fe y la razón. La

diversidad de opiniones en esta área refleja la complejidad y la riqueza de las

experiencias humanas y de las formas en que las personas integran sus creencias.

Sin embargo, encontramos que el creer en dios y la evolución genera una

gran variedad de opiniones sin embargo esta cuestión muchas veces podríamos

mencionar que no se encuentran en oposición y es criterio de cada uno creer en lo

que le parece o del cual se sienta mejor identificado.


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Referencias

Artigas, M. (1997). Evolucionismo y Cristianismo. Articulo Inedito. Obtenido de

https://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/evolucionismo-y-

cristianismo

Ayala, F. (2011). ¿Soy un Mono? Barcelona: Planeta S.A.

Collado, S. (s.f.). ¿Cómo encajan la teoría de la evolución y la doctrina de la

creación? 50 Preguntas sobre la Fe, 16. Obtenido de

https://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/como-encajan-la-teoria-de-

la-evolucion-y-la-doctrina-de-la-creacion

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