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Modificación de la conducta I

La observación y el registro del comportamiento

Marys de Oleo

Darci Sánchez

17-mpss-1-194

Sección:795

7/2/2024
Evaluación directa e indirecta; La evaluación indirecta implica el uso de entrevistas,
cuestionarios y escalas de valoración para obtener información sobre el objetivo conductual,
bien a través de la persona que presenta el comportamiento o bien a través de otros (por
ejemplo, padres, profesores o empleados). Con la evaluación directa, una persona observa y
registra la conducta objetivo al tiempo que ésta tiene lugar. Para observar el objetivo
conductual, el observador (o una cámara de vídeo en algunos casos) debe situarse cerca de la
persona que presenta el comportamiento, de manera que pueda ser vista (u oída). La
evaluación directa, por lo general, es más precisa que la evaluación indirecta. Esto se debe a
que en la evaluación directa el observador está entrenado específicamente para observar la
conducta objetivo y registrar su ocurrencia inmediatamente.

A consecuencia de ello, la evaluación indirecta puede estar basada en información incompleta


sobre la conducta objetivo. Por tanto, la mayoría de la investigación y de las aplicaciones en
modificación de conducta se basan en la evaluación directa.

Definición de la conducta de interés; el primer paso en el desarrollo de un plan de registro de


conducta es definir la conducta objetivo o conducta específica que se quiere registrar. Para
definir la conducta objetivo para una persona con- creta se debe identificar qué es
exactamente aquello que la persona dice o hace que constituye el exceso o déficit conductual
que se pretende cambiar. Una definición conductual incluye verbos activos que describen
comportamientos específicos que una persona presenta. La definición debe ser objetiva y estar
exenta de ambigüedades. Como ejemplo de definición de una conducta de interés, se podría
definir la conducta antideportiva de un jugador de fútbol en particular como aquella que
consiste en gritar obscenidades, quitarse la camiseta y dar una patada al suelo cuando vuelve
al banquillo después de haber fallado. Una de las características de una buena definición
conductual es que, después de verla, diferentes personas pueden observar la misma conducta
y estar de acuerdo en que está teniendo lugar. Cuando dos personas observan la misma
conducta de forma independiente y ambas registran que ocurrió, se llama acuerdo entre
observadores (AEO) (Bailey, 1977; Bailey y Burch, 2002). El AEO, del que normalmente se
informa en la investigación en modificación de conducta.

La organización de registro:
El observador; En un programa de modificación de conducta, la conducta objetivo es habitualmente
observada y registrada por una persona diferente de aquella que presenta el comportamiento. El
observador puede ser un profesional, como un psicólogo, o una persona que se relacione habitualmente
con el cliente en su ambiente natural, como un profesor, un padre, un empleado o un supervisor. El
observador debe estar cerca del cliente para observar la conducta objetivo cuando ésta se produzca. Se
haría una excepción cuando el comportamiento se observara a través de vídeo. El observador debe estar
entrenado para identificar la ocurrencia de la conducta objetivo y para registrar el comportamiento
inmediatamente. También debe disponer de tiempo para observar y registrar el comportamiento y debe
estar dispuesto a ejercer de observador. Por ejemplo, podemos pedir a un profesor que observe y
registre una conducta objetivo en uno de sus alumnos, pero puede no querer hacerlo porque sus tareas
como profesor no le permiten tener el tiempo suficiente para ejercer de observador. En la mayoría de los
casos es posible desarrollar un plan de registro conductual tal que una persona pueda observar y
registrar el comportamiento del cliente sin demasiadas interrupciones en su rutina habitual. En algunos
casos, el observador es la propia persona que presenta el comportamiento. Cuando es el cliente quien
observa y registra su propio comportamiento, se habla de autobservación. La autobservación es útil
cuando no es posible que otro observador registre la conducta de interés, así como cuando este
comportamiento ocurre con poca frecuencia o cuando tiene lugar solamente cuando no hay nadie más
presente (Stickney y Miltenberger, 1999; Stickney, Miltenberger y Wolff, 1999

Cuándo y dónde registrar; el observador registra la conducta objetivo en un período de tiempo


específico denominado período de observación. Es importante elegir un período de observación en un
momento en el que sea probable que la conducta objetivo ocurra. La información derivada de la
evaluación indirecta por parte del cliente o de otros (por ejemplo, a partir de una entrevista) puede
indicar cuáles son los mejores momentos para programar el período de observación. Por ejemplo, si el
personal de plantilla informa de que en torno a la hora de la comida es más probable que un paciente en
un hospital psiquiátrico emita comportamientos disruptivos (definidos como gritar, andar de un lado
para otro e insultar a los demás residentes), el período de observación deberá ser programado durante
las comidas. La programación de los períodos de observación también se establece en función de la
disponibilidad del observador o de los observadores y de las limitaciones impuestas por las actividades
del cliente o sus preferencias. Téngase en cuenta que el cliente o sus padres o tutores deben dar su
consentimiento antes de que pueda observar y registrar su conducta. Esto es especialmente importante
cuando la observación tiene lugar sin el conocimiento del cliente. En tales casos, el cliente debe dar su
consentimiento para realizar las observaciones teniendo en cuenta que algunas de ellas podrán ocurrir
en momentos en los que no lo sepa.

La observación y el registro de la conducta pueden realizarse en ambientes naturales o artificiales. Un


ambiente natural es aquel en el que la conducta objetivo tiene lugar normalmente. Un ejemplo de un
ambiente natural para un estudiante es la observación y registro de la conducta objetivo en su clase. La
observación de una conducta objetivo en una sala de juegos en la clínica es un ambiente artificial porque
estar en la clínica no es parte de la rutina diaria habitual del niño. Es probable que la observación en un
ambiente natural proporcione una muestra más representativa de la conducta objetivo. La conducta de
interés, puede estar influida por el ambiente artificial y la observación en este entorno puede
proporcionar una muestra no representativa de la conducta que tiene lugar en circunstancias normales.
Sin embargo, la observación en ambientes artificiales tiene algunos beneficios: es más controlada que
aquella que se realiza en un ambiente natural y es más fácil manipular las variables que influyen en el
comportamiento. La observación de la conducta objetivo puede ser estructurada o no estructurada.
Cuando las observaciones son estructuradas, el observador fija eventos o actividades específicas que se
producirán durante el período de observación. Por ejemplo, cuando se observan problemas de conducta
infantil, el observador puede pedir a los padres que hagan peticiones específicas al niño durante el
período de observación. Cuando se realizan observaciones no estructuradas, no se dan eventos,
actividades o instrucciones específicas durante el período de observación.

Elección de un método de registro:


Registro continuo; En el registro continuo, el observador observa al cliente de manera continua durante
el período de observación y registra cada ocurrencia de la conducta. Para ello, debe poder identificar la
aparición y desaparición (o el principio y el final) de cada ocurrencia de la conducta. En el registro
continuo, el observador puede registrar varias dimensiones de la conducta de interés, en particular, su
frecuencia, duración, intensidad y latencia.

La frecuencia de una conducta se define como el número de veces que ésta se produce en un período de
observación. La frecuencia se mide, simplemente, contando cada vez que la conducta se produce. Una
ocurrencia se define como una aparición y desaparición de la conducta. Por ejemplo, se puede contar el
número de cigarros que una persona fuma. En el caso de esta conducta objetivo, la aparición se puede
definir como encender el cigarro y la desaparición como apagarlo. Se usará una medida de frecuencia
cuando el número de veces que el comportamiento se produce es la información más importante que se
tiene acerca del comportamiento. Se puede informar de la frecuencia en forma de tasa, que es la
frecuencia dividida entre el tiempo que dura el período de observación.

La duración de una conducta es la cantidad total de tiempo que ocupa el comportamiento de principio a
fin. La duración se mide calculando el tiempo que transcurre desde la aparición de la conducta hasta su
desaparición. La intensidad de una conducta es la cantidad de fuerza, la energía o el esfuerzo implicados
en ella.

La intensidad, también denominada magnitud, es más difícil de medir que la frecuencia o la duración,
ya que no consiste simplemente en contar el número de veces que la conducta ocurre o registrar la
cantidad de tiempo durante la cual tiene lugar. La intensidad a menudo se registra con un instrumento
de medición o usando una escala de valoración. Por ejemplo, se podría usar un medidor de decibelios
para medir el volumen del discurso de alguien. Un fisioterapeuta puede medir la fuerza de agarre de una
persona para valorar la recuperación de una lesión.

La latencia de la conducta es el tiempo que transcurre desde la aparición de un estímulo hasta el inicio
del comportamiento. La latencia se mide mediante el registro del tiempo que le lleva a la persona iniciar
el comportamiento después de que ocurra un evento específico.

Porcentaje; un último método que se puede utilizar para llevar a cabo el registro de eventos es el
porcentaje de ensayos o el porcentaje correcto. Con este método el observador registra la ocurrencia de
una conducta en relación con algún otro evento, como un ensayo de aprendizaje o una oportunidad de
respuesta, e informa del resultado como el porcentaje de ocasiones en las que la conducta tuvo lugar.
Decir que un estudiante cumplió con las peticiones de un profesor 11 veces durante el período de
observación o que acertó 13 palabras en una prueba de ortografía supone una información insuficiente
porque no se hace ninguna mención a las ocasiones de respuesta. Informar de los resultados como el
número de veces que el comportamiento se produjo dividido entre el número de ocasiones de respuesta
ofrece una información más útil. Si el maestro hizo 12 peticiones y el estudiante cumplió 11 de ellas, el
porcentaje de cumplimiento es 11/12 ó 92 por 100. Sin embargo, si los profesores hicieron 25 peticiones
y el estudiante cumplió 11 de ellas, el porcentaje es sólo del 44 por 100, un nivel de conducta mucho
menos aceptable

Registro de productos; otro aspecto de una conducta que se puede registrar es su producto. El
registro de productos, también llamado registro de productos permanentes (Marholin y
Steinman, 1977), es un método de evaluación indirecta que se puede utilizar cuando una
conducta da lugar a un cierto resultado tangible en el que se tiene interés. Uno de los
beneficios del registro de productos es que el observador no necesita estar presente cuando se
produce la conducta un inconveniente del registro de productos es que no siempre se puede
determinar quién participó en la conducta que derivó en el producto que se registra.

Registro de intervalos; otro aspecto de una conducta que se puede registrar es si ésta ocurre
durante períodos de tiempo consecutivos. Esto se conoce como registro de intervalos. Cuando
se utiliza el registro de intervalos, el observador divide el período de observación en un
determinado número de períodos de tiempo o intervalos más pequeños, observa al cliente a lo
largo de cada intervalo consecutivo y luego registra si la conducta se produjo en ese intervalo.
Hay dos tipos de registro de intervalos: el registro de intervalos parcial y el registro de
intervalos completo. Con el registro de intervalos parcial, el interés no se encuentra en el
número de veces que el comportamiento se produce (frecuencia) o en cuánto dura (duración).
No se tiene que identificar el inicio y el final de la conducta, sino simplemente registrar si la
conducta ocurrió durante cada intervalo de tiempo.

Registro de muestreo temporal; cuando se utiliza el registro de muestreo temporal se divide


el período de observación en intervalos de tiempo, pero se observa y registra la conducta sólo
durante una parte de cada intervalo. Los períodos de observación están separados por
períodos sin observación. Por ejemplo, se puede registrar determinada conducta durante sólo
1 minuto en cada intervalo de 15 minutos o se puede registrar el comportamiento sólo si se
produce al final del intervalo. Imagínese un observador que está utilizando el registro de
muestreo temporal para registrar una mala postura de un cliente (definida como estar
encorvado, doblando la espalda hacia delante). El observador programa un temporizador para
que suene cada 10 minutos y registra una ocurrencia de mala postura sólo si la postura del
cliente es mala cuando suena el temporizador al final del intervalo. El registro de muestreo
temporal es útil porque la persona no tiene que observar la conducta durante todo el intervalo.

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