Está en la página 1de 12

3.

EL RESULTADO DE LA CONQUISTA ASIRIA Y LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA


EN EL LEVANTE

Esta parte incluye una breve introducción sobre el resultado de la conquista asiria del
levante y la situación geopolítica durante la segunda mitad del siglo VIII y la primera
mitad del siglo VII a.C. Es el trasfondo esencial para el entendimiento de la historia de
Judá cuando fue conquistada por los babilonios. La conquista asiria del levante
conformó su carácter geopolítico y administrativo para las generaciones venideras.
Tiglatpileser III, que gobernó entre 745 y 727 a.C., estableció las bases para la
organización administrativa asiria y dio forma a la situación geopolítica sobre todo de
esta zona.
Tiglatpileser III conquistó el más fuerte y grande de los reinos en la región, causando
grandes destrucciones. Deportó a una gran parte de la población, sustituyéndola con
exiliados de regiones remotas, y anexionando su territorio a Asiria. convirtiendo los
reinos destruidos en provincias asirias.
El éxito de Tiglatpileser fue aniquilar el poder de los reinos sirios, y la abolición de las
distinciones nacionales de su población, puede ser demostrado por el hecho que
ninguna entidad política independiente se desarrolló en las áreas asirias conquistadas
en los siguientes siglos. Tampoco había ninguna amenaza militar al control de los
egipcios, babilonios o imperios persas. Después de la conquista asiria, la población en
aquellas áreas no demostró más, ninguna distinción nacional.
Este estado de las cosas, permitió al imperio asirio, y después a los egipcios,
babilonios, e imperios persas, e incluso a la dinastía Seléucida a controlar estas
regiones y explotar su potencial económico, comercial y estratégico.
Este proceso continuó durante los 60 años tras el gobierno de Tiglatpileser, y el
imperio asirio extendió su control sobre todo el levante.

Me gustaría describir las disposiciones que fueron formadas por los asirios y que
aparentemente fueron válidas cuando los babilonios, y después de ellos los persas,
controlaron el área. Judá fue sólo una pequeña parte de esta área, y con el fin de
entender su historia, es esencial situarla en el trasfondo de toda la región.
Como punto de partida, me gustaría destacar un punto importante.
Está claro que las disposiciones hechas por Tiglatpileser III en las antiguas áreas del
reino de Israel, el reino del norte, el norte de Judá existió hasta el control de los
imperios babilonio y persa. Conquistó y estableció dos provincias en las tierras
arrebatadas al reino de Israel ya en el 732 a.C. La provincia de Dor se extendía a lo
largo de la costa mediterránea, y la provincia de Megido abarcaba la alta y la baja
Galilea, el valle de Beit She'an, y la llanura de Jezreel.

Después de la destrucción del reino de Israel, Sargón II, anexionó el resto del territorio
a Asiria en 720 a.e.c. y estableció una tercera provincia en ella, la provincia de
Samaria.
Las tierras de esta provincia consistían principalmente en las colinas samaritanas, el
corazón del anterior reino de Israel.
Al este de Judá, y al sur de la provincia de Du'ru en Filistea, las gestiones asirias
habían sido establecidas en el tardío siglo VIII a.e.c., durante el reinado de Sargón II y
después durante el reinado de Senaquerib. Ashdod era una provincia asiria aislada
entre las ciudades-estado vasallas de la región.
El norte y el sur de Ashdod, las ciudades-estado de Ashkelon, Ekron y Gaza que
siguieron manteniendo su existencia. Estas ciudades-estado se reforzaron
territorialmente y económicamente bajo el reinado de los reyes asirios, aparentemente
porque los reyes reconocieron la importancia estratégica de Filistea como la puerta a
Egipto, y tanto como su importancia económica.
Ashkelon era un puerto importante, un centro comercial central, y una vasta industria
de producción de vino prosperó allí también.

Ekron, un importante centro para la producción de aceite de oliva, fue el principal


partido en beneficiarse del duro golpe recibido por Judá en la campaña de Senaquerib
en el 701 a.e.c.
Es el crecimiento durante el siglo VII a.e.c. bajo el mandato asirio, está conectado
directamente con la debilitación del reino de Judá y el severo daño a los territorios del
reino en la región de Shephela en la frontera occidental de Judá.
Gaza fue el reino más meridional de los reinos filisteos y sirvió como el mayor puerto
de salida para la mercancía que llegaba del comercio de Arabia.
Durante el reino de Tiglatpileser III, y los primeros días del de Sargón II el mayor
esfuerzo de asiria se ha centrado en Gaza y y todos sus alrededores, a causa de su
gran importancia.
Por lo tanto, no es sorprendente que Gaza se mantuviese como un leal vasallo del
reino asirio hasta el colapso del control asirio en el levante.

En Transjordania, al este de Judá, los pequeños reinos transjordanos mantuvieron su


fidelidad a Asiria durante el reino de Senaquerib y luego, al reino de Asarhaddón y
Asurbanipal. Los asirios tenían un interés principal económico y militar en proteger la
frontera oriental del imperio contra los ataques nómadas y en establecer su sistema
político.

Asiria proporcionó protección a los habitantes de la región y estimuló la producción de


la materia prima distintiva del área. Además, la protección asiria ayudó a desarrollar
las rutas comerciales que transformaron a Transjordania en un cruce importante en el
comercio asirio con las tribus árabes al este y al sur.
Por primera vez, los habitantes de la región fueron capaces de integrar el sistema
económico imperial, y esta es la prueba de un enorme desarrollo de los reinos de esta
área. Este fenómeno fue observado principalmente en Edom, donde los hallazgos
arqueológicos muestran una oleada de asentamiento en el siglo VII a.e.c.
Las características naturales de la región no permitían el crecimiento de un reino
anterior a esta era. Sin embargo, su localización en los caminos conduciendo al golfo
de Eilat, y Arabia, y desde allí hasta Gaza, fue lo que provocó la gran prosperidad por
la que el reino fueron establecidos posteriormente. En Amón, la datación arqueológica
atestigua un asentamiento extensivo y una prosperidad cultural bajo el control asirio.
Los patrones de asentamiento y las características de la cultura material de Moab no
son claros como en Amón, pero probablemente pasaron por la misma y prosperidad
cultural de asentamiento, justo como el otro reino en Transjordania.
Llegando a nuestro tema principal, Judá. Judá era un reino pequeño, periférico y
montañoso con un establecimiento político, económico y militar que existió en la
región en el siglo VII a.e.c.
El trauma intenso infligido al reino por la campaña de Senaquerib en el 701 a.e.c. tuvo
consecuencias horribles para todos los asuntos relacionados con Shephela y llevó a
un gran debilitamiento de su fuerza militar y sus recursos humanos. Al mismo tiempo,
Judá disfrutó de prosperidad económica en toda la región bajo el control asirio en los
primeros dos tercios del siglo VII a.e.c.
Las áreas fronterizas del sureste, particularmente el Néguev y el valle del Jordán,
integradas al sistema comercial asirio e internacional y ambos florecieron demográfica
y económicamente.
Me gustaría terminar esta breve introducción sobre el resultado de la conquista asiria
del levante, y de la situación geopolítica durante la segunda mitad del siglo VIII a.e.c.,
con dos notas introductorias más. Una geográfica, y otra política.
Desde el punto de vista geográfico, debemos diferenciar entre la región costera y la
montañosa. La costa era mucho más importante, tanto desde el aspecto militar como
el económico, y está claro que los asirios dedicaron muchos más esfuerzos en esta
región que en la región montañosa. Está también claro que la costa era mucho más
urbana en su naturaleza, y porque todo lo de arriba fue mucho más problemático para
gobernar, y con muchos más eventos históricos.
Desde el punto de vista político, el imperio asirio estaba basado en dos sistemas
principales diferentes. Control directo sobre las provincias a través de gobernadores y
oficiales, y control indirecto sobre reinos vasallos a través de un sistema complejo de
acuerdos políticos y económicos, inspectores, y numerosos cambios dinámicos según
el desarrollo e interés del imperio en cada periodo, y en cada reino.

Oded Lipschits. Profesor de historia judía y el director del Instituto de Arqueología


Sonia y Marco Nadler en la Universidad de Tel Aviv

También podría gustarte