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Higiene en el adolescente:

La higiene personal y los hábitos saludables son habilidades importantes para la vida.
La mayoría de los adolescentes necesitan un poco de motivación externa para aprender a cuidar su
higiene en un momento u otro. No obstante, es importante que adquieran las habilidades de vida que
necesitan para convertirse en adultos sanos y responsables.
Algunos adolescentes podrían pensar que cepillarse los dientes es una pérdida de tiempo. Pero
cepillarse dos veces al día previene las caries y otros problemas de salud. O es posible que no
aprecien el valor del ejercicio. Pero mantenernos activos nos ayuda a controlar el estrés y a
mantener nuestro cuerpo sano.
Es fácil para los adolescentes dejar de lado las tareas más básicas y mundanas de la vida cotidiana,
pero no deben soslayar por qué éstas pueden ser muy importantes.
Para que los adolescentes puedan llegar a ser adultos plenos al independizarse, deben saber cómo
mantener su cuerpo sano y limpio. También, lo cual va de la mano, es relevante que aprendan a
conservar su hogar limpio haciendo tareas domésticas regulares que contribuyan a su
autosuficiencia.
Los buenos hábitos de higiene no sólo son importantes para que seamos adultos responsables, sino
que se vuelven más importantes a medida que nuestro cuerpo se desarrolla.

Ésta es una lista de hábitos de higiene regulares que los adolescentes deben considerar:

 Cepillarse los dientes dos veces al día.

 Usar hilo dental una vez al día.

 Ducharse o bañarse una vez al día.

 Lavar el cabello con regularidad.

 Lávese las manos con regularidad.

 Afeitarse con regularidad.

 Evitar llevarse las manos a la boca (como morderse las uñas).

 Cepillase el cabello al menos un día y hacerse cortes de pelo con frecuencia.

 Recortar y acicalar las uñas de manos y pies una vez a la semana.

 Cuidar las lesiones si ocurren y hasta que se curen.

 Usar correctamente los productos de higiene personal, incluidos desodorantes, limpiadores faciales
para el acné, lociones corporales etc.
 Usar ropa limpia y cambiarse la ropa interior a diario.

 En caso de usar aparatos ortopédicos, abordar las recomendaciones específicas que deben
seguirse.
Del mismo modo, en caso de usar lentes de contacto, es importante revisar los pasos necesarios
para proteger los ojos. Es preciso asegurarse de cuidar los lentes y adecuarse a los pasos
recomendados por el médico.

Con la llegada de la pubertad muchos jóvenes comienzan a descuidar su aseo personal. Para

los padres supone una lucha continua lograr que los menores se bañen o se cepillen los

dientes, y los conflictos en el hogar comienzan a incrementarse. Si, como madre, te encuentras

en esta situación, has de saber que se trata de algo relativamente frecuente. Por ello, vamos a
analizar las causas de la falta de higiene en los adolescentes y qué hacer al respecto.

No resulta agradable tener que ir cada día detrás del joven insistiéndole para que se asee. Tras

meses de intentos e insistencia, la paciencia se agota y, por lo mismo, muchos progenitores

abordan el tema desde el ataque hacia el adolescente.

Sin embargo, con esta estrategia solo se logra poner al joven a la defensiva y acrecentar la

brecha entre padres e hijos. Empecemos, entonces, por comprender lo que ocurre.

La tarea de educar en higiene y cuidado personal recae principalmente en las familias , pese a
que desde las escuelas se pueda proporcionar un apoyo. Así, durante la infancia se sientan las
bases del aseo privado y su importancia. Pero también existen otros factores influyentes. Por
ello, podríamos decir que la higiene del adolescente se encuentra relacionada con los
siguientes aspectos:

 El ejemplo percibido en el seno familiar. Los niños observan a sus adultos de referencia
para comprender cómo han de comportarse. Así, los hábitos de higiene de mamá y
papá marcan una pauta importante que los niños adquirirán e imitarán. Por ello, en
primer lugar, asegúrate de mantener las conductas que desees ver reflejadas en tus
hijos. Mostrar es más eficaz que ordenar.
 Los hábitos de higiene adquiridos en la infancia. Es importante que, desde pequeños,
los niños se habitúen a mantenerse limpios y aseados. Establecer rutinas de higiene
como ducharse a diario o cepillarse los dientes tras cada comida contribuirá a crear un
hábito positivo sobre el cuidado personal.
 El grupo de iguales. Con la llegada de la pubertad, la familia pierde importancia a ojos
del menor y su atención se centra en sus compañeros. Estos serán a partir de ahora la
referencia. Por ello, los valores del grupo y las actitudes de sus amigos respecto a la
imagen personal jugarán un papel importante.

 Por otro lado, tal vez esté lidiando con problemas y preocupaciones que le desbordan y

acaparan su atención y energía. Dificultades escolares, conflictos con los compañeros

o los primeros desamores puede generar tal ansiedad en los jóvenes que les impida
mantener unos buenos hábitos de autocuidado.

 Del mismo modo, la falta de higiene en los adolescentes puede ser un signo de

enfermedades serias como la depresión u otros trastornos del estado de ánimo. Si el

menor se muestra apático, decaído, triste y desinteresado, tal vez el problema vaya

más allá de la higiene.

¿Cómo abordar la falta de higiene en los adolescentes?

Para prevenir la aparición de estos problemas es importante hablar con los jóvenes sobre la

importancia de la higiene cuando alcancen la pubertad. Proporcionarles información clara y

pautas a seguir puede ser de gran ayuda.

Así, recalquemos que la higiene personal no solo nos mantiene saludables sino que,

además, nos evita problemas de rechazo por parte de otras de otras personas. Igualmente,

dejemos claro qué conductas y hábitos son los deseables.

Asimismo, si percibimos falta de cuidado personal en nuestro hijo, hemos de abordarlo con

respeto y comprensión, sin atacar al joven. Preguntémosle qué ocurre y mostrémonos

dispuestos a escuchar sin juicios. Si existe un problema de aceptación del cuerpo o trastorno

del estado de ánimo, buscar ayuda profesional será lo más recomendable.


Higiene en la embarazada:

Durante el embarazo debemos cuidar especialmente nuestra salud y una forma de hacerlo es, sin
duda, tener una higiene adecuada.

Muchos patógenos van a introducirse en nuestros cuerpos por la boca y la nariz, por lo que
debemos lavarnos las manos todas las veces necesarias: siempre antes y después de usar el aseo,
antes y después de comer y también al llegar a casa y cuando toquemos a alguien claramente
resfriado o cuando tocamos objetos sucios.

También es importantísima la higiene de la boca y, obviamente, la salud dental, lavarse los dientes
adecuadamete después de cada comida y antes de irse al cama y seguir hábitos alimenticios
adecuados pueden ayudar a evitar problemas bastante frecuentes en el embarazo. Ante cualquier
molestia siempre es bueno acudir a un dentista.

Otra cuestión que hay que cuidar es la higiene íntima. Deben evitarse las duchas vaginales y los
jabones agresivos, mantenerse limpia, recordar no limpiar hacia delante tras hacer las necesidades
para evitar la contaminación con heces y también usar ropa interior de algodón y llevar prendas que
no estén muy ajustadas. Si aparecen molestas urinarias o signos de infecciones vaginales se debe
pedir consejo médico.

El pecho cambia con el embarazo. Lo que no es necesario es ponerse jabones ni cremas especiales
en los pezones, ni son sucios incluso si producen pequeñas cantidades de calostro ni se preparan
para la lactancia con ello. Lo que no se aconseja es dejarlos mojados con la ropa puesta, pues eso
si podría producir irritaciones. No es necesario tampoco ponerles ninguna clase de pezonera ni
darles masajes para que salgan si son planos o invertidos, y si se pueden tocar en las relaciones
sexuales.

Y hablando de sexo, de no se que el médico indique lo contrario o que la mujer no tenga ganas, el
sexo es estupendo en el embarazo, recomendable y seguro. Se deben ir usando posturas cómodas
a medida que la tripa crece y, por supuesto, hay que hacerlo practicando sexo seguro pues algunas
ETS son especialmente peligrosas para el bebé.

La higiene del entorno de la embarazada

Según el puesto de trabajo pueden existir riesgos para el embarazo, en ese caso, hay derecho a
pedir un cambio de puesto temporal o la baja.

Hay que extremar la higiene de los alimentos con una buena conservación y preparación, evitar los
que pueden transmitir la toxoplasmosis, limpiar bien los vegetales y no comer en lugares que no
sean de confianza ni compartir vasos y cubiertos.

Algunas cuestiones fundamentales serían el cocinar los alimentos a más de 75 grados, no consumir
carnes ni pescados crudos, cocinar bien los huevos, no mezclar productos crudos y cocinados que
puedan entrar en contacto y mantener la nevera y los utensilios de cocina limpios.
Y por último también debemos cuidar la higiene de lo que respiramos: no acudir en lo posible a
ambientes cerrados y cargados, o donde haya productos tóxicos y, por supuesto, además de no
fumar, también evitar la exposición al humo del tabaco ya que el riesgo de problemas congénitos
asociados al humo del tabaco es también real en las fumadoras pasivas.

Es indispensable la cuestión de evitar la exposición al humo del tabaco y no fumar, pues se


relaciona con problemas que van desde el parto prematuro, la preeclampsia, varios defectos
congénitos e incluso se ha hablado de que podría afectar al cerebro del bebé.

Hay que tener especial cuidado con la exposición a productos químicos pero, en realidad,
descubrimos que la protección absoluta no existe y hay muchos químicos en el ambiente que
pueden ser peligrosos para el feto. La limpieza de la casa no debería ser problemática, pero siempre
será mejor hacerla con productos poco agresivos o incluso naturales.

Respecto a los cosméticos, hay que mirar bien su composición, pues algunos podrían suponer un
riesgo para el bebé.

En general el ambiente o nuestros actos pueden suponer un riesgo para la salud del bebé y es
conveniente estar bien informadas y tener en cuenta los hábitos de higiene indispensables para la
embarazada.

Los cuidados que debe tener una mujer embarazada en la gestación son prioridad. La vagina sufre
alteraciones causadas por el cambio hormonal típico de este periodo. En este marco, una higiene
íntima inadecuada puede causar infecciones y hasta provocar complicaciones durante la gestación.

Una de las causas más comunes por las que se infecta la vagina es por la falta o el inadecuado aseo
genital. Una higiene deficiente puede ser consecuencia de la falta de información o incluso la
incomodidad para practicarlo correctamente a partir del gran tamaño de la panza. En el embarazo, la
vagina tiene más cantidad de secreciones que afectan el pH y la flora vaginal. Estos cambios causan
mayor humedad, por lo que es común que casi todas las embarazadas presenten flujo vaginal,
prurito y ardor en algún momento de la gestación.

Si las infecciones genitales durante la gestación son persistentes, se aumenta el riesgo de un trabajo
de parto prematuro. Te recomendamos consultar a tu médico si algo te está incomodando o no estás
segura de lo que estás presentando.
La higiene genital
Los especialistas recomiendan higienizar el área externa e intermedia por lo menos entre una y tres
veces por día en países con climas cálidos, y al menos una vez por día en países fríos.

En cuanto a la técnica, lo mejor es utilizar agua con movimientos circulares y secar cuidadosamente
el área genital.
Otras recomendaciones son:

 Utilizar ropa suelta para favorecer la ventilación local y la irrigación de sangre necesaria
 Cambiar la ropa interior una vez al día
 Dormir sin ropa interior o con ropas largas
Sin duda alguna, los controles médicos, exámenes de laboratorio, pruebas, ecografías y cuidados
especiales que te recomiendan y programan los especialistas son indispensables para que puedas
llevar a feliz término tu embarazo.
Pero hay otros temas sobre los que no se insiste tanto, que pueden pasar un poco desapercibidos
para ti y que a priori no son considerados de vital relevancia, para que tanto tú, como tu futuro hijo,
permanezcan con buena salud durante este periodo.
Es el caso de la higiene personal, que debe estimularse en todo momento de la vida, pero que
también es primordial en la gestación, con el fin de evitar afecciones y enfermedades que causen
molestias o pongan en riesgo tu bienestar y el del bebé que viene en camino.
Todos conocemos los hábitos de higiene personal indispensables, sin embargo en el embarazo,
algunas cosas van a cambiar, primero, respecto a nuestras costumbres, y luego, respecto al cuidado
que tendremos con el entorno.
Durante el embarazo debemos cuidar especialmente nuestra salud y una forma de hacerlo es, sin
duda, tener una higiene adecuada.

Muchos patógenos van a introducirse en el cuerpo, por la boca y la nariz, por lo que se deben lavar
las manos todas las veces necesarias: siempre antes y después de usar el baño, antes y después
de comer y también al llegar a casa y cuando se toque a alguien claramente resfriado al tocar
objetos sucios.

Hoy más que nunca el autocuidado y la higiene constituyen la primera línea de defensa contra virus,
parásitos y patógenos externos.

Báñate diariamente
Todo tu cuerpo y con agua templada y jabón, no solo para lograr un óptimo aseo general al eliminar
las impurezas, también para que haya mejor circulación de la sangre. En medio de tantos afanes,
compromisos y estrés, es una opción para relajarte si lo haces con calma, incluso en las noches.

Límpiate bien las manos


Con agua y jabón, pero no solo en la actualidad, por ser época de pandemia. Nunca está demás,
pero procura hacerlo antes y después de cada comida, al manipular alimentos y cocinar, después de
ir al baño, al llegar a casa, si las notas sucias y cuando lo estimes conveniente.

Cuida tu salud oral


Es primordial porque durante la gestación los dientes son más sensibles; por ello, lávatelos debida y
cuidadosamente después de cada comida, usa seda dental y enjuague bucal. Mantén buenos
hábitos nutricionales y no dejes de asistir al odontólogo para los controles periódicos o en caso de
molestias.
Usa ropa cómoda
Es indicado que los interiores sean de algodón o de tejidos transpirables, no muy ajustados y
flexibles o adecuados para cuando se presenten cambios o crecimiento de caderas y pechos, a
medida que transcurra el embarazo.
Las prendas exteriores deben ser cómodas, amplias y no muy ceñidas a tu cuerpo con el fin de
evitar trastornos. Según algunos especialistas, es mejor dormir sin ropa interior para impedir que
aumente la humedad y se incremente el riesgo de contraer infecciones.
Presta atención a tu higiene íntima
La embarazada desarrolla gran cantidad de adaptaciones fisiológicas durante su nueva condición de
gestante, condición que particularmente, a nivel del área genital, puede alterar el sistema de
respuesta inmune, aumentar las secreciones vaginales y hacerla más propensa a infecciones vulvo-
vaginales.

Por lo tanto, es importante emplear jabones íntimos neutros que no alteren el pH ácido de la vagina,
no darse duchas vaginales o hacerse aseo excesivo, que también alteran el pH, la microbiota vaginal
y pueden generar más problemas.

Es aconsejable no usar protectores ni ropa interior con materiales sintéticos que aumenten la
temperatura a nivel genital
Controla la sudoración
Es normal que en los dos últimos trimestres de la gestación aumente tu temperatura corporal, motivo
por el que es preferible que después del baño general, utilices desodorante y talco para pies; de esta
manera, evitarás que transpires mucho y que se produzcan malos olores.

No descuides tu piel
Por los cambios hormonales presentas muchas transformaciones, provocando estiramiento,
manchas, picores, várices o estrías, entre otras. Es fundamental que protejas las zonas más
sensibles hidratándolas frecuentemente con cremas o productos recomendados por un dermatólogo.
Debes lavar dichas zonas con agua tibia y jabón, y secarlas muy bien para evitar humedad e
irritaciones.

Protege tu cabello

Las hormonas placentarias provocan cambios en el cuero cabelludo, dependiendo del tipo.

Pero en general, para mantenerlo en buenas condiciones, lávatelo regularmente con un champú
suave y pH neutro, no uses secador eléctrico y hazte unos masajes relajantes para que se
incremente su irrigación sanguínea.

En cuanto a las uñas, tanto de manos como de pies, no dejes que crezcan tanto mantenlas siempre
limpias.

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