Podemos entender a la higiene como el proceso que hace que una persona cuide
su salud, su aspecto, su limpieza para evitar contraer enfermedades o virus, para
limpiar la suciedad, para conducirse de manera sana en la sociedad en la que vive.
La higiene es un complejo sistema de acciones más o menos simples que cada
individuo debe llevar a cabo por su cuenta, es decir que la higiene no es una
responsabilidad del Estado o de los profesionales (como sí lo puede ser mantener
una epidemia controlada) si no que es pura y exclusiva responsabilidad de la
persona. Los hábitos de higiene se ganan desde chicos y es ahí donde es
sumamente importante el rol que los padres o las autoridades tienen en enseñar a
los niños las formas de actuar ante determinadas situaciones, por ejemplo, lavarse
las manos antes de comer, luego de salir del baño, cepillarse los dientes luego de
cada comida, etc.
Se ha comprobado a lo largo del tiempo que las pequeñas acciones que
caracterizan a la higiene diaria y personal de cada individuo son, en suma,
importantísimas para asegurar a la persona un buen estado de salud, evitando estar
en contacto con virus o bacterias, limitando la exposición a enfermedades y
manteniendo en términos generales un buen estado de pulcritud del cuerpo.
La higiene personal se refiere al cuidado y aseo consciente de nuestro cuerpo y es
necesaria porque ayuda a prevenir el desarrollo de infecciones, enfermedades y
malos olores. Mantener altos estándares de limpieza implica atención a nivel
personal, pero también tomar decisiones saludables respecto a nuestra interacción
con los demás.
La cocina:
Al ser el espacio donde preparamos nuestros alimentos, debemos garantizar las
condiciones de saneamiento necesarias para evitar contagiarnos de alguna
enfermedad. Hay ciertos elementos potencialmente riesgosos en esta zona, como
el fregadero, donde se llega a acumular mucha humedad, los utensilios de limpieza
como trapos y esponjas, la superficie donde se prepara la comida y los sitios donde
almacenamos los alimentos, tales como el refrigerador y la alacena.
El baño:
Es el espacio donde cuidamos nuestra higiene personal y atenemos nuestras
necesidades fisiológicas básicas. Aquí el calor y la humedad favorecen el desarrollo
de bacterias, por lo tanto, desinfectar constantemente y mantener una buena
ventilación que permita que la humedad se evapore y el aire se renueve es
imprescindible.
Todos merecemos gozar de condiciones de vida adecuadas y una salud óptima.
Procurar una buena higiene a nivel personal y social es una parte del derecho
fundamental a la dignidad humana, que todas las personas tienen.
La higiene se puede llevar a cabo en pequeñas acciones como lavarse las manos
varias veces por día y en momentos específicos, bañarse de manera seguida,
utilizar ropa cómoda y fresca, cepillarse los dientes luego de cada comida y,
también, mantener los ambientes frescos, ventilados y limpios. Todos estos
pequeños actos y muchos otros contribuyen a elevar la calidad de vida de las
personas e influyen directamente en el mantenimiento de un buen estado de salud
que limita mucho más la presencia de posibles enfermedades o problemas de salud.
¿Por qué es importante la higiene personal?
La higiene personal debe ser considerada parte de la rutina diaria de toda persona,
pero -aunque suena obvio- muchos desconocen los beneficios de una buena
limpieza corporal, que nos ayuda tanto con nuestra salud como con nuestra
apariencia. Hoy te explicamos por qué es importante la higiene personal.
Cuando conocemos la importancia de la higiene personal somos capaces de
tomar las decisiones más adecuadas en cuanto a métodos y productos para
nuestro cuidado personal. El propósito principal de la higiene es el de prevenir
las enfermedades y mantener o mejorar la apariencia, ya que este es un aspecto
muy importante a nivel social, puesto que los malos olores no tienen la aceptación
de los demás.
La higiene varía con cada persona, dependiendo de los hábitos adquiridos desde la
infancia, por eso es importante resaltar su importancia y práctica continua desde
edades tempranas, para que en la vida adulta se mantengan los hábitos de limpieza;
ya que es de suma importancia para mantener la salud y realzar la imagen.
Cuidado de la salud bucal. Lava tus dientes al menos 2 veces al día, cuanto te
levantes y te vayas a dormir, aunque siempre es mejor higienizarse la boca también
después de cada comida. El cepillado de dientes y uso de hilo dental nos ayudan
a eliminar el mal aliento y remover las bacterias que se acumulan en la boca a través
de los restos de comida.
Higiene corporal. Debemos bañarnos al menos una vez por día con jabones
antibacteriales purificar nuestra piel de bacterias y eliminar la transpiración y los
olores que nuestro cuerpo produce naturalmente. Para ello, también debemos usar
desodorante y usar ropa limpia. La higiene corporal también incluye el lavado del
cabello, limpiar y cortar las uñas, limpiar los oídos, etc.
Lavado de manos. Es esencial que lavemos nuestras manos con agua y jabón
varias veces al día, entre ellas, antes de comer, luego de venir de la calle, acariciar
animales, tocar dinero o estar en contacto con personas enfermas. El lavado de
manos es importantísimo para prevenir infecciones y enfermedades a causa de los
gérmenes que rondan en el ambiente.