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Los clubes de lectura de libros prohibidos

con los que los jóvenes desafían la


creciente censura en Estados Unidos
 Fernando Duarte
 BBC World Service

23 abril 2023

Fuente de la imagen, Getty Images

Pie de foto,
Ella Scott (izq) y Alyssa Hoy se han movilizado contra la prohibición de libros en su
ciudad.

Ella Scott y Alyssa Hoy solo estaban tratando de "salir vivas" de la escuela secundaria
hasta que encontraron su vocación: defender el derecho a elegir qué libros leer.

La madre de Hoy, una maestra local, les contó en diciembre de 2021 que las autoridades
educativas en Leander, una ciudad en el estado de Texas, estaban prohibiendo varios libros
de instituciones académicas, alegando que habían recibido "quejas" de los padres.

La conversación estimuló a las dos adolescentes a establecer un club de lectura de libros


prohibidos.

Desde entonces, muchos más han surgido en todo Estados Unidos en respuesta a la
creciente censura de obras literarias en escuelas y bibliotecas públicas.

"No teníamos idea de lo que estaba ocurriendo con la prohibición, y sentimos que era
necesario hacer algo para crear conciencia", le dijo Scott, de 17 años, a la BBC.

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"Definitivamente es desconcertante pensar que esto está sucediendo en un lugar como


EE.UU., donde tenemos esta cultura de libertad".

El club de lectura de Scott y Hoy comenzó con un grupo de niñas de su clase y luego creció
hasta incluir estudiantes de la Vandergrift High School, una escuela estatal con 2.709
alumnos.

"Vienen personas de diferentes grados y orígenes. Es genial escuchar las diversas


conversaciones que surgen cuando hablamos de un tema que nos afecta a todos", agrega
Hoy, también de 17 años.

Miles de libros prohibidos


Leander está lejos de ser un caso aislado en el que las autoridades educativas han
restringido el acceso a obras literarias consideradas controvertidas.

La Asociación de Bibliotecas de EE.UU. (ALA, por sus siglas en inglés) informó en marzo
que las solicitudes para la retirada de libros de las bibliotecas escolares y públicas en 2022
alcanzaron su mayor número desde que comenzaron los registros hace 20 años.

En su informe más reciente, que cubre el año escolar 2021-2022 en EE.UU., PEN America,
una ONG con sede en Nueva York que rastrea la censura literaria, informó que más de
2.500 prohibiciones de libros fueron emitidas por distritos escolares en 32 estados.

PEN America estima que esas decisiones afectaron a 5.000 escuelas y a casi cuatro
millones de estudiantes.
Fuente de la imagen, VHS Banned Book Club

Pie de foto,

El club de lectura de Scott y Hoy ganó miembros en su colegio.

Texas, donde viven Scott y Hoy, tuvo el mayor número de prohibiciones de libros
(801), seguido de Florida (566) y Pensilvania (457).

Los números podrían aumentar aún más en todo EE.UU.


A fines de marzo, la Cámara de Representantes de mayoría republicana aprobó una ley
conocida como la Carta de Derechos de los Padres, que según los críticos otorgaría a los
padres derechos de veto sobre los libros en el sistema escolar.

El proyecto de ley aún no ha sido aprobado por el Senado, que tiene una mayoría
demócrata.

"Es natural que haya siempre alguien que se sienta incómodo con ciertos temas", dice Scott.

"Pero eso no es necesariamente motivo para retirar los libros o quitarles la oportunidad a
los demás de que formen su propia opinión".

"Tratando de silenciar la verdad"


La mayoría de las solicitudes de prohibición involucran obras que tratan sobre identidad
racial y sexual.

PEN America dice que de los más de 1.600 títulos que sufrieron algún tipo de censura de
2021 a 2022, más del 80% tenían personajes prominentes de la comunidad LGBTQ+ o no
blancos.

Uno de estos libros fue "All Boys Aren't Blue" de George M. Johnson, una memoria sobre
la experiencia de crecer como negro y queer, que se ha convertido en el tercer título más
prohibido por las autoridades escolares.

"Cada vez que escribes un libro en el que hablas sobre tu verdad, habrá personas que
querrán silenciarla", dijo Johnson en una entrevista de 2022 con la radio pública
estadounidense NPR.

El escritor y periodista, que usa los pronombres neutros, cree que el plan de estudios que se
enseña en la mayoría de los sistemas escolares estadounidenses todavía está fuertemente
orientado hacia el adolescente heterosexual, blanco y hombre, y que a las personas que
toman tales decisiones les queda difícil aceptar la diversidad.

"Es como: '¡Oh, Dios mío, cuán peligroso sería que los adolescentes blancos tuvieran que
aprender sobre las otras personas que existen en la sociedad?'".
Fuente de la imagen, Getty Images

Pie de foto,

El popular libro de George M. Johnson es uno de los más prohibidos.

Pero la censura también afecta a los textos básicos que han sido leídos por estudiantes
estadounidenses durante décadas.

Un ejemplo es "Matar a un ruiseñor", la novela ganadora del Premio Pulitzer de Harper


Lee publicada en 1960 que analiza la injusticia racial en EE.UU. Fue prohibido por los
distritos escolares de Oklahoma y Carolina del Norte en 2021.

Las organizaciones de libertad de expresión argumentan que la frecuencia y el volumen de


objeciones se han intensificado debido a la polarización política desatada después de las
amargamente disputadas elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 y 2020.
PEN America dice que ha identificado al menos 50 grupos que abogan por prohibiciones a
nivel local, estatal y nacional. La mayoría, dice la ONG, parece haberse formado en 2021.

"Los padres y los miembros de la comunidad juegan un papel importante en la


configuración de lo que los estudiantes aprenden en la escuela", dijo Suzanne Nossel,
directora ejecutiva de PEN America, en un comunicado.

"Pero esto va mucho más allá de las expresiones orgánicas de preocupación o el


intercambio normal entre padres y educadores en un ambiente escolar saludable".

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Las acusaciones de "obscenidad" a menudo respaldan las campañas para prohibir ciertos
libros.
Además, las reglas sobre quién puede cuestionar un determinado libro varían en cada
distrito escolar.

Algunos incluso permiten que las personas que no son padres de estudiantes expresen sus
preocupaciones.

Enfrentándose a las autoridades


Scott y Hoy quieren que su voz se escuche en este debate.

Uno de los libros discutidos recientemente en la reunión de su club es otro título


frecuentemente prohibido, "Fuera de la oscuridad", de Ashley Hope Pérez, una novela
centrada en una historia de amor entre una adolescente mexicano-estadounidense y un
adolescente afroestadounidense en la década de 1930 en Texas.

"Es tan extraño que en una sociedad tan individualista como EE.UU. haya algunas personas
tratando de eliminar historias que muestran diferentes individualidades", señala Hoy.

"Eso crea un tipo de persona 'ideal' que se supone que debes ser. Da miedo crecer en
tiempos como estos".

Las adolescentes texanas son parte de un movimiento de base que está haciendo más que
desafiar las prohibiciones de libros leyéndolos.

En el estado de Missouri, dos estudiantes llevaron al distrito escolar de Wentzville a los


tribunales el año pasado por la decisión de eliminar ocho libros considerados
"obscenos", incluido "Ojos azules" de Toni Morrison, ganadora del Premio Nobel de
Literatura en 1993.

Siete títulos fueron devueltos voluntariamente a las bibliotecas escolares por las autoridades
educativas.

Otro caso que llegó a los titulares en EE.UU. fue una larga protesta de estudiantes de
secundaria en Pensilvania en 2021 por la decisión de restringir el acceso a más de 300
libros, películas y artículos vinculados principalmente a autores negros y latinos.

Las campañas para facilitar el acceso a obras específicas también forman parte de este
movimiento.

En Florida, el activista y poeta Adam Tritt creó la Fundación 451, que compra libros
prohibidos y los distribuye en lugares públicos, como cafeterías y heladerías.
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Pie de foto,

También ha habido protestas contra las prohibiciones de libros.

"Hemos distribuido casi 3.000 de esos libros a niños y jóvenes, y mi sueño es recaudar más
fondos para hacer lo mismo en todo el país", le dijo Tritt, de 58 años, a la BBC.

Tritt, un profesor de inglés en una escuela secundaria en la ciudad de Palm Bay, comenzó la
campaña en mayo del año pasado después de recibir un mensaje de las autoridades
educativas locales solicitando la eliminación de dos libros de su clase -"Cometas en el
cielo" de Khaled Hosseini y "Matadero cinco" de Kurt Vonnegut- porque las obras
eran consideradas "pornográficas" y "anticristianas".

"Las alarmas sonaron en mi cabeza y, de inmediato, supe que era necesario actuar".
Tritt dice que su campaña provoca dos tipos de reacciones: por un lado, el agradecimiento
de jóvenes, algunos de la comunidad LGBTQ+, y de sus padres. Por el otro, intercambios
airados con personas que se oponen a la iniciativa.

"Me insultan y me acusan de ser pedófilo. Y a menudo recibo amenazas de muerte", agrega
el maestro.

Él dice que es importante crear conciencia sobre una causa que, irónicamente, la mayoría
de los estadounidenses apoyan en principio.

Las encuestas nacionales muestran que la mayoría de las personas de todas las tendencias
políticas se oponen a las prohibiciones.

El problema, cree Tritt, es que esta mayoría no está involucrada en el debate.

"Por eso es importante ver a los jóvenes protestando. Puede que todavía sean demasiado
jóvenes para votar y cambiar la ley, pero ya están luchando".
Fuente de la imagen, Adam Tritt

Pie de foto,

La Fundación 451 promueve la distribución de libros prohibidos en Florida.

Eso es música para los oídos de las estudiantes Ella Scott y Alyssa Hoy en Texas y su Club
de Lectura Prohibida.

"Estamos defendiendo una posición sobre un debate que creemos que está ocurriendo
principalmente en las reuniones de la junta educativa y que está siendo planteado por
padres que no quieren que sus hijos lean un determinado libro", dice Scott.

"Está bien sentirse incómodo y no leer un libro. Pero quitárselo a todos los demás no es
justo", añade Hoy.

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