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Dr. Eduardo Fasce H.

La primera referencia a este término aparece en el año 1833 en el libro “Las Ideas
Educacionales de Platón”, del profesor alemán Alexander Kapp, quien plantea que el
aprendizaje no sólo tiene como fuente al profesor sino también a la auto-reflexión y a la
experiencia de vida. Aun cuando Kapp no desarrolla una teoría, plantea la andragogía como
una necesidad práctica para la educación de adultos.

El término Andragogía fue introducido por Malcom Knowles en USA en 1984. De acuerdo
al autor, se refiere “al arte de enseñar a los adultos a aprender”.

En su libro editado en 1989 describe las circunstancias que le llevaron a utilizar esta
terminología: “Mientras conducía una experiencia en la universidad de Boston en 1967, se
me acercó un educador yugoslavo, Dusan Savicevic, para decirme: Malcom, estás
predicando y practicando Andragogía. Le repliqué: Cualagogía?, por cuanto nunca antes
había oído ese término. Entonces me explicó que había sido acuñado por Alexander Kapp 34
años antes".

De acuerdo a Knowles, el aprendizaje del adulto se sustenta en 2 atributos principales:


1. Los aprendices poseen autonomía y la capacidad de dirigir el sentido del aprendizaje.
2. El profesor pasa a ocupar un rol de facilitador del aprendizaje en vez de ser un
transmisor de información, otorgando un mayor énfasis a la opción del aprendiz de
elegir sus propios requerimientos más que ceder al control del experto.

Principios de la teoría de aprendizaje de Knowles


1. La necesidad de saber:
Según Tough (citado por Knowles) los estudiantes adultos que se disponen a aprender ponen
mucha energía en comprender los beneficios que obtendrán, por lo tanto, los facilitadores de
ese aprendizaje deben entregar herramientas que le permitan a estos/as estudiantes darse
cuenta de su necesidad de aprender para mejorar su desempeño y/o calidad de vida.

“Los adultos deben tener una mano en el diseño y desarrollo de su experiencia de


aprendizaje.” Deben estar completamente comprometidos con el proceso tanto de desarrollo
de los planes de estudios. Así mismo, deben estar a la par de su implementación y ser capaz
de superar los procesos de evaluación.

2. El concepto personal
Un principio básico es que como adultos somos responsables de nuestras acciones, por lo que
en la medida que quienes lideren los procesos de entrenamiento estén conscientes de esto,
podrán desarrollar estrategias no evidentes para lograr el tránsito entre estudiantes
dependientes a estudiantes auto dirigidos.

A menudo este punto, por más trivial que parezca, no está interiorizado en las organizaciones
por lo que los procesos tienden a caer en estrategias de “garrote – zanahoria” que poco efecto
tienen en tasas de completitud de cursos.

3. La Experiencia previa
“La experiencia debe estar en la raíz de todas las actividades y las tareas de aprendizaje
en línea.” Durante toda la etapa de aprendizaje, el adulto va desarrollando nuevas
habilidades y va adquiriendo nuevas experiencias que servirá para resolver nuevos problemas
en el futuro.

Es fundamental que en el diseño de ambientes instruccionales se tome en cuenta


el background de los trabajadores y se construyan recursos o materiales que se hagan cargo
de ella. En ese sentido, se debe tener cuidado en el uso de un lenguaje, ejemplos y formatos
que se ajusten a las labores diarias de un/a trabajador/a.

4. Disposición para aprender


Este punto hace mención a que los adultos Sí estamos dispuestos a aprender, pero la
disposición estará principalmente hacia aquellas materias o herramientas que nos permitan
enfrentar de mejor manera las situaciones de la vida real.

5. Inclinación al aprendizaje
De la mano del punto anterior, al centrarnos en aprendizajes para la vida diaria, hay que
generar capacitaciones que fortalezcan el desempeño laboral y la resolución de problemáticas
de la vida cotidiana. En concreto, es clave entonces que tanto las temáticas sean específicas
y concretas y los formatos de entrega (videos por ejemplo) permitan demostrar de forma
práctica el valor de la capacitación.

6. La motivación
Los adultos, como lo hemos visto, tenemos una inclinación hacia nuestro desarrollo y la
mejora de nuestras “condiciones”. Sin embargo, existen muchos obstáculos: el escaso tiempo
libre, prejuicios sobre su capacidad de aprendizaje, el escaso acceso a la educación superior,
entre otros. Por lo tanto, toda capacitación debe partir por un proceso de sensibilización en
torno a las motivaciones internas de los trabajadores y su constante deseo de mejorar.

Figura 1: Principios para el aprendizaje de adultos

Los 5 supuestos de Malcolm Knowles en el Elearning


El modelo andragógico de Malcolm Knowles tienen 5 suposiciones que se adaptan de manera
adecuada a el modelo de educación en línea. Los supuestos de andragogía según Knowles
que se pueden aplicar en el Elearning son:

Auto concepto:
Los estudiantes deben adquirir la capacidad de adquirir nueva información sobre los
conocimientos que ya tienen.

Experiencia de aprendizaje para adultos:


El ELearning, engloba un conjunto de herramientas y recursos que permiten relacionar
directamente la experiencia con los conocimientos adquiridos.
Debe existir la disposición de aprender:
El Elearning ha presentado ciertos puntos positivos en este aspecto. Pues al contar con gran
cantidad de recursos, el adulto despierta cierto interés y despierta la disposición de aprender
que se necesita para captar nuevos conocimientos.

Orientar el proceso de aprendizaje:


Se debe tener mucha atención en la forma como se imparte un contenido. Esto tiene que ser
de una forma práctica, a tal punto que el adulto aprende en el momento y pueda aplicarlo en
el futuro.

La motivación es clave:
Está comprobado que las personas no adquieren los conocimientos impartidos si no se sienten
motivados. Por eso, debe existir alguna razón, compensación o motivación válida para
garantizar que el adulto capte lo enseñado.

Controversias y debate:
Las ideas propuestas por Knowles no son generalizables por cuanto existen numerosas
situaciones donde el aprendizaje auto dirigido no tiene aplicación.

Por otra parte, el propio Knowles reconoce más tarde que no existe una separación tajante
entre la pedagogía y la andragogía. También se ha cuestionado que los principios de Knowles
no corresponden a una “teoría del aprendizaje del adulto” sino a una “descripción del
aprendiz adulto”.

Merriam cierra el debate del siguiente modo: “Aun cuando la andragogía no es una teoría del
aprendizaje del adulto, sí logra capturar las características generales del aprendiz adulto, y
ofrece guías para planificar la instrucción con aprendices que tienen a lo menos la tendencia
de ser algo independientes y auto-dirigidos”.

BIBLIOGRAFÍA
1. Knowles M. Andragogy in action. San Francisco, Jossey-Bass, 1984.
2. Knowles M. The modern practice of adult education: andragogy versus pedagogy. New
York: Association Press, 1970.
3. Norman G. The adult learner: a mythical species. Acad Med 1999;74:886-889.
4. Shannon S. Adult learning and medical education programmes. Lancet 2003;361:266.
5. Kaufman D, Mann K and Jennett P. Teaching and learning in medical education: how
theory can inform practice. ASME, Edimburgh, 2000.
6. Merriam S. Updating our knowledge of adult learning. J Continnum Ed in the Health
Professions 1981;3:203-210.

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