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FRANCISCO MORAZAN
CUED-CHOLUTECA
SUMNER, William Gram. Folkways. New York: Dover, 1959. En: LEVINSON,
David, EMBER, Melvin (Editores). Encyclopedia of Cultural Anthropology. New
York: Henry Holt, 1996.p.404.
Revista
D. Páez; I. Fernández; S. Ubillos y E. Zubieta (coords.). Psicología Social, cultura y
educación. Madrid, Pearson 2003
Paginas 819-844
El sincretismo es el proceso por el cual los elementos de una religión son asimilados
en otra religión que ocasionen un cambio en los principios fundamentales o la
naturaleza de esas religiones. Es la unión de dos o más creencias opuestas, de
modo que la forma sintetizada es una cosa nueva. No siempre es una fusión total,
pero puede ser una combinación de segmentos separados que siguen siendo
compartimentos identificable. Originalmente un término político, "sincretismo" se
utiliza para describir la unión de las fuerzas de su rival griego en la isla de Creta, en
oposición a un enemigo común.El sincretismo es por lo general asociados con el
proceso de comunicación. Puede originarse en el remitente o el receptor del
mensaje. El remitente puede introducir elementos sincréticos en un intento
consciente de la relevancia o por la presentación de una parte limitada y
distorsionada del mensaje. Puede suceder inconscientemente como el resultado de
una inadecuada o defectuosa comprensión del mensaje. El receptor interpreta el
mensaje en el marco de su visión del mundo. Esto puede distorsionar los datos, pero
utilizados sus valores.
Friedlander, Sittengesch Darstellungen aus der. Roms, IV (8 ª ed., Leipzig, 1910),
119-281; Cumont, las religiones orientales Les dans le paganisme Romain (París,
1907); WENDLAND, Die Kultur-Römische hellenistisch en ihren Beziehungen zu
Judentum u. Christentum (Tübingen, 1907); Reville, La religión de Roma à sous les
Sévères (París, 1886).
Cultura y Cambio Social son dos aspectos correlativos, la sociedad, en cada etapa
de su desarrollo, es caracterizada por su cultura y ésta encuba los brotes de la nueva
formación económico-social. Cultura y cambio social son dos aspectos
estrechamente interrelacionados: la primera avanza junto al movimiento de todas las
esferas de la vida social y de esta forma se va consolidando y convirtiendo en una
fuerza social capaz de producir el cambio que abra pasos a nuevas culturas, por ello
pudiéramos decir, que forman una unidad de contrarios: se presuponen y al mismo
tiempo se excluyen y el papel activo lo desempeña la cultura. El cambio, si se
retrasa, frena el progreso cultural, pero cuando se produce, ocurre el salto
revolucionario de lo cultural.
Por el lugar que ocupa la producción de bienes materiales en el movimiento
ascensional de la sociedad y en particular, el modo de producción de éstos, es que
al trabajo y a las relaciones laborales se les considera objeto primario del cambio
cultural, en sus aspectos económicos, técnicos y sociales; pero los portadores
materiales activos de estas relaciones son los trabajadores y de hecho, se
convierten en sujetos de las transformaciones que se imponen como necesidad
histórica. La dinámica con que opera este proceso irradia todo el sistema de la
actividad práctica humana y toma cuerpo en políticas, mecanismos y modelos que
inciden desde la superestructura social sobre la base económica.
Muchos cientistas sociales coinciden en señalar a las décadas finales del siglo XX
como incubadoras de los valores de una nueva cultura, la que niega en esencia, la
ya caduca cultura burguesa. Ello cobra una importancia relevante, teórica y práctica,
en la era de la globalización neoliberal
Alfonso González, Georgina y otros "La polémica sobre la identidad" Ed. Ciencias
Sociales, La Habana, 1997.
Si entendemos por cultura el modo de vivir de una colectividad, se debe afirmar que
lo cultural subyace como cimiento y motivación de todo comportamiento, sea
individual o colectivo. Es el nivel de los valores y verdades simbólicas o absolutas,
de las imágenes y creencias. La cultura abarca los objetos de los otros dos niveles,
y esto es lo específico del tercer nivel; así como lo técnico caracteriza el primer nivel
y lo institucional el segundo. Es el nivel propio de los meta economistas que tendrán
como campo de reflexión la dimensión económica de lo cultural. "No habrá nuevo
desarrollo sin referirse a un nuevo sistema de valores.