En el reino simbólico donde la balanza de la justicia se alza imponente, la escena se despliega

con solemnidad y equilibrio. En el fondo, un paisaje de colores cálidos irradia serenidad y

armonía, mientras que en el centro, la figura de una mujer con los ojos vendados sostiene con
firmeza una balanza en una mano y una espada en la otra.

La balanza, símbolo de equidad y ponderación, se mantiene en perfecto equilibrio, indicando

una justicia imparcial y objetiva. La espada, emblema de la autoridad y la rectitud, sugiere la
aplicación de la ley con determinación y firmeza.

La figura de la mujer, con los ojos vendados, representa la imparcialidad y la objetividad de la

justicia, que no se deja influenciar por prejuicios ni favoritismos. Su postura erguida y su
mirada hacia el horizonte denotan una actitud de serenidad y sabiduría ante las decisiones que
debe tomar.

En el plano mental, esta escena invita a la reflexión y la ponderación, al análisis imparcial de las
situaciones antes de tomar decisiones. En el plano espiritual

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escribiras esto como una historia, con muchas metaforas sensoriales, y que sea didactica y con
una moraleja para recordar el siguiente arcano, En el extremo izquierdo está el símbolo de la
placenta, que representa el orígen, el principio de la vida, el comienzo, el nacimiento, el
alimento, el fruto, la fecundidad, la capacidad de regeneración y el renacimiento a una nueva
vida.

En el centro, sobre la línea que separa el Plano Espiritual del Plano Mental, vemos un símbolo
compuesto. Desconozco su nombre y el significado específico, pero se puede deducir el mismo
sabiendo qué representa cada símbolo que lo componen.

Se observa por debajo y elevándose hacia ambos lados unos cuernos de buey: sacrificio,
trabajo paciente, voluntad, fuerza y poder.

En el centro, el círculo solar: Vida, luz, claridad, energía.

En la parte superior, dos plumas de avestruz en espejo: Alegoría del análisis y el discernimiento
que es necesario realizar frente a las emociones con el fin de que estas no dominen ni
confundan nuestra mente.

Sobre este símbolo se ubica otro, el Cetro o flagelo Nejej, usado por los faraones de Egipto se
convirtió en un símbolo de autoridad y su función primordial era demostrar la capacidad de
conducir al difunto a la otra vida, conectando a su portador con otras entidades del más allá.
La figura central representa a Maat, diosa de la justicia, la verdad y el orden, tanto cósmico
como político y social. En su cabeza porta los símbolos que la representan, el sol y las plumas
de avestruz ya vistas en el Plano Espiritual. La diosa está perfilada hacia nuestra izquierda
simbolizando que lo que analiza es el pasado, lo ya ocurrido, los actos ya ejecutados.

Con la mano derecha (su lado conciente y racional), Maat señala la balanza, símbolo del
equilibrio y la ecuanimidad.

En la otra mano porta una espada de manera perfectamente vertical (no es una postura
amenazante, lista para el castigo sino que indica también un equilibrio al no inclinarse hacia
ninguno de sus lados). La espada representa el elemento aire (la mente, los pensamientos, la
ideación, el análisis mental, el discernimiento). A su vez se debe notar que la diosa Maat la
sostiene con su mano izquierda (la del corazón, representando las emociones). Por lo tanto, el
análisis que su mente haga estará teñido por las emociones, las que también deberán
mantener un perfecto equilibrio (como la espada) para no caer en excesos, en injusticias o
venganzas).

Maat está situada sobre un pedestal, indicando la importancia y la jerarquía que representa.

Ubicada en el Plano Físico, pero afectando en parte el Plano Mental, hay una serpiente que
muerde su propia cola. Remite a la naturaleza cíclica del tiempo y al eterno retorno. La
serpiente devorándose a sí misma y volviendo a renacer, un símbolo de purificación, que
representa los ciclos eternos de vida y muerte al igual que el Sol, representado también en el
centro del círculo que forma la serpiente.

Saturno en Capricornio indica que la persona es ambiciosa y puede forzar o manipular las cosas
para conseguir sus objetivos. Su disciplina y paciencia le aseguran éxito social.

En el extremo derecho de la carta encontramos la letra hebrea Jeit que designa la barrera o la
frontera que separa el interior del exterior, con el fin de delimitar una propiedad. Indica la
separación entre las cosas, entre los valores, entre el deber y el derecho. Jeit simboliza un
continente o un recipiente. Alude a una reserva o a una energía que debe ser mesurada: la
fuerza, la cultura, la alimentación, la receptividad, el límite sutil entre las energías masculinas y
femeninas. Hace evidentemente referencia a la ley que está hecha para servirse y también
para indicar los límites que no deben ser franqueados ni transgredidos.

Jeit indica un lugar cerrado y limitado. Es una balanza que permite determinar, separar y
extraer las partes de un todo. Cada parte limitada que indica una propiedad y que se la
encierra protegida por la ley del lugar o del dominio en la que se encuentra. Así, cada uno
puede poseer su parte si acepta que los otros posean la suya. De la misma manera, Jeit
simboliza un tratado o un contrato que tiene la fuerza de reunir las divergencias, dando la
parte o el mérito a cada uno.
La letra Jeit tiene el sonido de la letra española J. Está asociada con el número 8 e indica algo
que puede extenderse, transformarse y encontrar nuevos equilibrios siguiendo las leyes
naturales. El número 8 tiene en este caso la significación de Ser y Actuar transformándose y
siguiendo un plan o un proyecto, adoptando un cierto modo o manera predefinida por la
naturaleza de las cosas. De esa manera, Jeit representa un cambio dentro de la legalidad para
ir todavía más lejos, hacia el infinito. Sugiere una interacción entre lo material y lo inmaterial
siguiendo un movimiento perpetuo. En el dominio social, sugiere la organización donde cada
uno posee una parte bien determinada y una función específica.

La Justicia en el acto de conocer y fallar en razón. Es símbolo del misterio del Plasma Mater en
cuyo seno dormita la vida. Representa el principio de la existencia elemental, la repartición en
equidad, la conciencia como manantial de conocimiento.

En el Plano Espiritual es la razón pura, lo absoluto en acto, el rigor y la moderación, la Justicia

como ley fatal de la existencia.

En el Plano Mental representa la fuerza del derecho, el logro de la dicha como consecuencia de
la moderación en el recto pensar.

En el Plano Físico propende a la evolución y a la involución, la atracción y la repulsión, a lo que

es grato e ingrato simultáneamente.

"Edifica un altar en tu corazón, mas no hagas de tu corazón un altar"

Evidentemente esta carta representa la necesidad de equilibrio, rectitud, estabilidad,

imparcialidad, razonamiento, análisis y reflexión. Pero no sólo se refiere a la justicia como
institución, sino que quizás más especialmente a la que nos involucra como personas,
aplicando nuestro juicio crítico hacia los demás de la misma manera que lo aplicamos a
nosotros mismos. Lo que habitualmente se dice "medir con la misma vara" a todos,
empezando por nosotros.

Es el despertar de la conciencia, del conocimiento profundo de uno mismo después de evaluar

nuestros valores positivos y negativos y "auto juzgarnos" con verdad y honestidad.

Actúa en el presente evaluando el pasado para poder ver el futuro con mayor claridad y
certeza, con el equilibrio necesario para poder avanzar libres de cargas que nos retrasen, luego
de saldar las deudas que tengamos con la vida y sobre todo, con nuestra propia conciencia.
Es la búsqueda del equilibrio entre las potencialidades creativas y los impulsos negativos. Es la
idea de los límites que no pueden ni deberían trasgredirse. Es el justo reparto, de bienes o de
responsabilidades. Es también un aprendizaje que lleva a la transformación de lo negativo en
positivo.

En cualquiera de los planos que consideremos La Justicia, implica necesariamente integridad,

honestidad, perseverancia, disciplina y autodisciplina.

En el plano adivinatorio se puede decir algo obvio, como el merecer recompensas por acciones
positivas realizadas en el pasado.

Situaciones equilibradas, decisiones honestas, rectitud y honradez.

Juicio ganado o asuntos burocráticos que se destraban.

Acuerdos o tratos legales.

Relaciones sentimentales estables y consolidadas, comprometidas y leales. Matrimonio civil.

Empleo seguro, estabilidad laboral. Contratos, cobro de trabajos o servicios prestados.

Puede indicar también que se recibirá una herencia o donación.

En el aspecto negativo puede significar o indicar la necesidad de asumir las consecuencias de lo

mal hecho o de las malas decisiones pasadas. Situaciones inestables, desequilibradas. Dudas e
indecisiones o malas decisiones.

Falta de honestidad y honradez. Imprudencia, temeridad.

Fallo judicial adverso, demoras y problemas burocráticos.

Empleo inestable, inseguro. Contratos desfavorables o ilegales.

Inseguridad económica.

Desavenencias en las relaciones sentimentales. Discusiones. Poco compromiso en el

matrimonio. Posibilidad de divorcio o separación.

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En un mundo donde la vida y la ley se entrelazan en un baile eterno, la escena se despliega con
majestuosidad y significado. En un extremo, el símbolo de la placenta evoca el origen, el
nacimiento y la regeneración, mientras que en el centro resplandece un conjunto de íconos
misteriosos que parecen tejer el tapiz del destino.
Por debajo, emergen los cuernos del buey, símbolos de sacrificio y trabajo paciente, mientras
que en la cúspide, las plumas de avestruz reflejan la necesidad de análisis y discernimiento
ante las emociones. Entre ellos, el cetro Nejej, emblema de la autoridad y la conexión con lo
trascendental.

En la figura central, Maat, la diosa de la justicia, sostiene con serenidad la balanza y la espada,
representando la imparcialidad y la rectitud. Su mirada hacia el pasado simboliza la reflexión
sobre las acciones pasadas, mientras que su postura erguida denota sabiduría y autoridad.

En el plano espiritual, la serpiente que se muerde la cola evoca la naturaleza cíclica del tiempo
y el eterno retorno, mientras que en el plano físico, la letra Jeit marca los límites y las fronteras
que delinean nuestra existencia.

La Justicia, en su acto de conocer y fallar en razón, es el faro que guía nuestro camino hacia la
equidad y la conciencia. En su esencia, es el equilibrio entre las potencialidades creativas y los
impulsos negativos, la búsqueda de la integridad y la honestidad.

En el plano adivinatorio, nos recuerda la importancia de asumir las consecuencias de nuestras

acciones y decisiones pasadas, así como la necesidad de buscar el equilibrio y la rectitud en
todas nuestras empresas. Nos enseña que solo a través del análisis objetivo y la rectitud de
intención podemos alcanzar la verdadera justicia, tanto en nuestras relaciones como en
nuestras acciones.