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¿Cómo reacciono ante el Señor que ahora mismo quiere “alojarse” , “hospedarse” o “quedarse”
en mi “casa” y en mi vida?
¿La invitación de Jesús provoca alegría y felicidad en mi corazón?
¿Soy capaz de hacer lo posible y “lo imposible” para reparar el mal que puedo haber hecho a
otras personas?
Todos los cristianos podemos imitar esta actitud de prontitud ante los reclamos del Señor y una
prontitud alegre, porque no hay mayor motivo de felicidad y alegría que Jesús nos llame y lo
hace todos los días.
Zaqueo no podía seguir siendo el mismo después de conocer personalmente a Jesús. Decide
restituir a toda persona que haya engañado. Y Jesús, que conoce el corazón de cada hombre, le
da la buena noticia: «Hoy la salvación ha entrado en tu casa».
Canto: Renuévame
Oración:
Jesús, como Zaqueo quiero conocerte mejor,
pero hay muchas cosas que me lo impiden
y me distraen.
Vengo a la oración dispuesto/a encontrarme contigo.
Mírame, Señor, con ese amor con que miraste a Zaqueo,
ven a mí, no quiero dejarte ir nunca más.
Contemplación:
Jesús alerta con frecuencia sobre el riesgo de quedar atrapados por la atracción irresistible de
los mejores videojuegos, la mejor Ipad, del mejor celular. El deseo insaciable de bienestar
material puede echar a perder la vida de una persona. No hace falta tener muchos juguetes, ropa,
zapatos. Quien vive esclavo de lo material termina encerrado en sí mismo. Los demás no
cuentan.
Zaqueo «trataba de ver quién era Jesús». Quiere saber quién es, qué se encierra en este hombre
bondadoso y lleno de amor, que tanto atrae a la gente. No es tarea fácil para un hombre
instalado en su mundo. Pero este deseo de Jesús va a cambiar su vida. Quiere encontrar el
momento y lugar adecuados para entrar en contacto con Él.
Hay momentos decisivos en los que Jesús pasa por nuestra vida porque quiere salvar lo que
nosotros estamos echando a perder. Hoy, no mañana, ni dentro de unos días. El encuentro con
Jesús se produce en el aquí y ahora. No admite un después.
Canto: Jesús está pasando por aquí.
Jesús se acerca y se invita a estar contigo. Ábrele todas las puertas, aún las más
escondidas de tu persona y dale las gracias porque hoy ha llegado la salvación a tu casa.
Imita la disponibilidad pronta y alegre de Zaqueo para responder a lo que Jesús te pida,
porque no hay mayor motivo de felicidad y alegría que Jesús te llame y lo hace todos los
días.
Tener una casa en la que habita Jesús y su salvación implica un cambio de vida:
¿Qué puedes hacer para que tu familia y tus amigos abran su corazón a Jesús?
Oración final:
Señor Jesús, necesito
este encuentro contigo en la oración.
El ejemplo de Zaqueo
me hace ver que quien te deja entrar en su vida,
no pierde nada
de lo que realmente hace la vida bella, buena y grande.
Tu amistad
abre las puertas de un horizonte inmenso.
Ayúdame a hacer
la misma experiencia de Zaqueo
y a no tener miedo de abrirte
de par en par las puertas de mi corazón.