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Oración Inicial.
Señor mío Jesucristo, que por el amor que nos tienes, estás de noche y de día en este
Sacramento, lleno de piedad y de amor, esperando... llamando... y recibiendo a cuántos
vienen a visitarte. Creo, Señor, realmente que estás presente en el Santísimo Sacramento
del Altar.
Te adoramos y te damos gracias por todos los dones que me has hecho,
especialmente ,por habernos dado en este Sacramento, tu Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad; por habernos dado como abogada a tu Santísima Madre, la siempre Virgen
María, y por habernos llamado a visitarte en este santo lugar. Por eso te consagramos esta
hora de Adoración. Amén.
«En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: Maestro, ¿qué tengo que hacer de
bueno para obtener la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me preguntas qué es
bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Él
le preguntó: ¿Cuáles? Jesús le contestó: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás,
no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama al prójimo como a ti
mismo". El muchacho le dijo: Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta? Jesús le contestó:
Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres –así tendrás
un tesoro en el cielo– y luego ven y sígueme. Al oír esto, el joven se fue triste, porque era
rico. Palabra del Señor.
Momentos de silencio para meditar.
LECTOR 1: En la vida hay tantas cosas que nos entristecen. Vivir es un enfrentase
continuamente a aquello que causa pena, dolor y sufrimiento. Ayuda a todos los
jóvenes que sufren para que descubran que la alegría y la juventud sólo pueden
venir de ti.
JESUCRISTO, CAMINO, VERDAD Y VIDA, ATIENDE A NUESTRA SÚPLICA.
LECTOR 2: Algunos jóvenes luchan y vencen, otros se dejan llevar por la tristeza
y viven sumidos en la oscuridad, están enfermos del alma. Ayuda a todos aquellos
adolescentes y jóvenes que pasan por momentos de depresión haciéndoles ver
que tú eres quien los puede levantar.
JESUCRISTO, CAMINO, VERDAD Y VIDA, ATIENDE A NUESTRA SÚPLICA.
LECTOR 2: Hay jóvenes que no se han dado cuenta de que el llenarse de cosas
materiales no remedia la soledad. Ayuda a los jóvenes que han sido esclavizados
por el materialismo para que no busquen sustituir con cachivaches la compañía
humana y el consuelo que solo tú puedes brindar.
JESUCRISTO, CAMINO, VERDAD Y VIDA, ATIENDE A NUESTRA SÚPLICA.
LECTOR 1: En nuestra sociedad, se ven jóvenes tristes y decaídos. Abre los ojos
de esos muchachos para que se den cuenta de que la alegría es un estado, una
actitud de vida permanente y responsable que viene de ti y no se pierde ante las
adversidades, sino que nos ayuda a superarlas.
JESUCRISTO, CAMINO, VERDAD Y VIDA, ATIENDE A NUESTRA SÚPLICA.
LECTOR: En medio del mundo que va tan de prisa, hay jóvenes que, entre esas
carreras sufren la ausencia de paz. Ayúdales a recobrar la paz que has sembrado
en sus almas, para que recobren la inocencia que muchos adultos lamentamos
han perdido y que se llama paz interior.
JESUCRISTO, CAMINO, VERDAD Y VIDA, ATIENDE A NUESTRA SÚPLICA.
Silencio
¿Cuántas veces hemos dicho la oración de Jesús? La repetimos una y otra vez, que sea tu
voluntad y no la mía... Sin embargo, muchas veces, lo decimos de labios para afuera, por
dentro se siente la rebeldía de quien no se conforma con los hechos y acontecimientos.
No somos coherentes, no nos gusta cargar con nuestra cruz, ni escuchar un “no” como
respuesta, aunque ese “no” venga de Jesús.
La voluntad de Dios trae momentos de intensa alegría, pero también tiene el gran peso
de la cruz. Aún no aprendemos a sonreír en los momentos de dolor y a mantener la
serenidad en el momento de la prueba. No logramos admitir que el dolor forme parte del
gran proyecto de Dios, entonces comenzamos a luchar en contra y terminamos pidiendo
lo que es nuestra voluntad y no la de Dios. Pedimos que Jesús haga lo que nosotros
queremos, de la manera que lo queremos y en el plazo determinado por nosotros, para
disfrazar nuestras exigencias añadimos un tímido “si es tu voluntad”, pero allá en nuestro
interior es nuestra voluntad la que prevalece, condicionamos a Dios. Necesitamos
aprender de Jesús y María, cuando ellos dijeron sí, lo hicieron con su vida. Esa es la razón
por la que muchas veces nos va mal, no le encontramos solución a nuestros problemas,
porque no nos atrevemos a decir sí a Jesús.
Nos hemos reunido hoy, ante la presencia de Jesús Sacramentado, para pedirle eso
precisamente, que nos ayude a decir “que se haga tu voluntad y no la mía”.
El Señor conoce a nuestros jóvenes y sabe sus necesidades, sin embargo, Él quiere que en
este momento le pidamos por sus estudios, por sus amistades, por sus diversiones. Quiere
escucharnos, quiere que nosotros le pidamos a Jesús para que Él les ayude, a no escaparse
de clases, aprovechar sus dones.
Oración final:
Señor, te damos gracias por la juventud, el más grande de los regalos. Tu palabra
sigue viva en muchos hombres y mujeres jóvenes. Queremos jóvenes que se
comprometan a fondo con el hombre, hasta arriesgar su vida y su dinero; que
amen con algo más que con palabras, al hombre solo, triste y abatido. Señor,
haznos a todos jóvenes de tu Reino ante los descreídos poderosos y arrogantes;
jóvenes de la civilización del amor, en las calles de nuestros pueblos, en la
tiendas, en las fábricas, sobre el asfalto de nuestras ciudades, en las playas y los
montes. Jóvenes que lleven la justicia y paz a todos; en fin, Señor, que llevemos
el amor más que con palabras, con obras. Amén.