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Joven: ¡JESÚS VIVE Y TE QUIERE VIVO!

Introducción

El Papa Francisco ha escrito una hermosa Exhortación Apostólica dirigida a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios,
un documento que surge después de la XV Asamblea General Ordinaria del sínodo de los obispos, que tuvo como eje
central a los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.
En Paraguay celebramos en setiembre el mes de la juventud, en coincidencia con el inicio de la Primavera, por lo
que nos pareció una perfecta oportunidad para acercarnos a esta “carta abierta” de Francisco, y hacerlo en pequeñas
partes, orando y dejando que las palabras de nuestro querido Papa nos acompañen.
En este sencillo material compartimos seis cuartos de hora con algunas frases del documento que esperamos sirva
a muchos para ir preparando el corazón para conectar con lo que significa realmente ser joven y lo que Jesús y la Iglesias
esperan de nosotros.

Orientaciones generales

- Para cada día sugerimos empezar siempre con un momento de hacernos consientes del aquí y ahora, respirando,
serenándonos, adoptando la postura adecuada para hacer oración, realizando la señal de la cruz…

- Luego poder repetir pausadamente la oración preparatoria, una adaptación de la oración para iniciar el Cuarto de
Hora de San Enrique de Ossó;
Dios y Señor y Padre mío, que me amas
Yo creo que estas presente en todo lugar,
que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón
Viendo lo más hondo de mi ser.
Te adoro con la más profunda humildad y reverencia,
desde mi propia verdad
Te pido gracia para hacer con provecho
este rato de oración. ¡Enséñame a orar!
Para conocerme y conocerte para hacerte conocer y amar.
AMEN

- Cada día también dejar en el momento sugerido al menos unos 3 minutos de silencio en el que posibilitemos que
los jóvenes entren en contacto con Jesús, como un amigo habla con un amigo, para lo que es necesario hacer
silencio e ir educando a los jóvenes en esa necesaria práctica. Se puede poner música instrumental. Está indicado
de esta manera: silencio orante
- Para cada día también hay un cartel con la frase del día que puede servir para ambientar lo lugares. Son
creación del departamento de Comunicación del Colegio Teresiano de Asunción, a quienes agradecemos
la colaboración.

Esperamos que este material sea de ayuda, todas las sugerencias para complementarlo son más que
bienvenidas, porque estamos convencidas de que gratis lo hemos recibido y gratis queremos seguir
compartiéndolo. ¡TODO POR JESUS!

vdcsecretariaprovincial@stjteresianas.org
Compañía Sta. Teresa de Jesús
Provincia Virgen de Caacupé
DIA 1:
“Jesús vive y te quiere vivo” (CV 1)

Disposición y oración inicial

Escuchamos la música: VIVIR (Rozalen) (https://youtu.be/IIUPEtepF1Q)


Antes de escuchar la música, podemos leer este comentario:

La canción “Vivir”, interpretada por Rozalén y Estopa, refleja y nos adentra en la experiencia de dolor de muchas mujeres,
sus hijos y sus familias. La letra recoge testimonios de distintas pacientes de cáncer con las que la cantautora se reunió
durante varios meses.

Pero no es una canción triste en absoluto, porque transmite mucha alegría y energía vital. Está llena de profundas
convicciones y rezuma esperanza. En el vídeo aparecen ellas, las mujeres, sus hijos y familiares cantando y proclamando a
los cuatro vientos que la vida merece la pena y que no se puede vivir de cualquier manera. Pequeñas píldoras de optimismo
y grandes dosis de luz que han nacido de muchas desolaciones y noches oscuras.

Escuchar, una y otra vez, sabias lecciones de vida: poner el contador a cero, que no pase mucho tiempo sin hablar de lo
importante, no hay tiempo para odiar, dar las gracias cada día, rechazar lo que no aporte nada o aprender a volar cuando
alguien detenga nuestros pies… El reto que tenemos delante es ir añadiendo nuestras propias lecciones. ¿Cuál sería la
tuya?

(Fuente: https://pastoralsj.org/ser/1697-vivir)

Dice el Papa en CHRISTUS VIVIT:


Vive Cristo, esperanza nuestra, y Él es la más hermosa juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se
hace nuevo, se llena de vida. Entonces, las primeras palabras que quiero dirigir a cada uno de los jóvenes cristianos son:
¡Él vive y te quiere vivo!

Él está en ti, Él está contigo y nunca se va. Por más que te alejes, allí está el Resucitado, llamándote y esperándote para
volver a empezar. Cuando te sientas avejentado por la tristeza, los rencores, los miedos, las dudas o los fracasos, Él estará
allí para devolverte la fuerza y la esperanza.

- ¿Estoy vivo… o será que estoy más bien “muerto en vida”?


- ¿Qué parte de la música me confronta en mi modo de gozar y vivir…?
-
silencio orante

Terminamos rezando juntos:


Señor,
Danos tu vida, vida verdadera.
Para que también nosotros vivamos de verdad
Que como Tú
Compartamos nuestra vida joven
Con quienes la necesitan
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
DIA 2:
“Lo que avejenta el alma es todo los que nos separa de los demás.
La verdadera juventud es tener un corazón capaz de amar.” (CV, 13)

Disposición y oración inicial

Escuchamos el siguiente cuento:


Un día un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él poseía el corazón más hermoso
de toda la comarca. Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era
perfecto, pues no se observaban en el ni máculas ni rasguños.

Coincidieron todos que era el corazón más hermoso que hubieran visto. Al verse admirado el joven se sintió más
orgulloso aun, y con mayor fervor aseguro poseer el corazón más hermoso de todo el vasto lugar.

De pronto un anciano se acercó y dijo: "¿Por qué dices eso, si tu corazón no es tan hermoso como el mío?"
Sorprendidos, la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, este estaba
cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos y estos habían sido reemplazados por otros que no
correspondían, pues se veían bordes y aristas irregulares en su derredor.

Es más, había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos. La mirada de la gente se sobrecogió, ¿Cómo
puede el decir que su corazón es más hermoso?, pensaron...

El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado desgarbado, se echó a reír.
- "Debes estar bromeando", dijo. "Comparar tu corazón con el mío... El mío es perfecto. En cambio el tuyo es un conjunto
de cicatrices y dolor."
- "Es cierto", dijo el anciano, "tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo... Mira, cada cicatriz
representa una persona a la cual entregué todo mi amor. Arranqué trozos de mí corazón para entregárselos a cada uno
de aquellos que he amado. Muchos a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó
abierto. Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes por los cuales me alegro, porque al poseerlos me recuerdan
el amor que hemos compartido."
"Hubo oportunidades, en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un poco
del suyo a cambio. De ahí quedaron los huecos - dar amor es arriesgar, pero a pesar del dolor que esas heridas me
producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y alimentan la esperanza, que algún día tal vez
regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón."
- "¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?".

El joven permaneció en silencio, lagrimas corrían por sus mejillas. Se acercó al anciano, arrancó un trozo de su
hermoso y joven corazón y se lo ofreció. El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón, luego a su vez arrancó un trozo
del suyo ya viejo y maltrecho y con el tapó la herida abierta del joven. La pieza se amoldo, pero no a la perfección. Al no
haber sido idénticos los trozos, se notaban los bordes. El joven miró su corazón que ya no era perfecto, pero lucía mucho
mas hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior.

Dice el Papa en CHRISTUS VIVIT:


Jesús, el eternamente joven, quiere regalarnos un corazón siempre joven. La Palabra de Dios nos pide: «Eliminen la levadura
vieja para ser masa joven» (1 Co 5,7). Al mismo tiempo nos invita a despojarnos del «hombre viejo» para revestirnos del
hombre «joven» (cf. Col 3,9.10)[1]. Y cuando explica lo que es revestirse de esa juventud «que se va renovando» (v. 10)
dice que es tener «entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándose unos a otros y
perdonándose mutuamente si alguno tiene queja contra otro» (Col 3,12-13). Esto significa que la verdadera juventud es
tener un corazón capaz de amar. En cambio, lo que avejenta el alma es todo lo que nos separa de los demás. Por eso
concluye: «Por encima de todo esto, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección» (Col 3,14).

En el cuento veíamos que el hombre viejo tenía un corazón lastimado, pero que ese era el corazón más lindo, sin embargo el joven
con el corazón perfecto, lo tenía así porque no había amado.
En un momento de silencio me pregunto… mi corazón... ¿cómo es? ¿Joven o viejo? Un corazón capaz de amar o un corazón
“perfecto” pero alejado de los demás… dice San Agustín: “Si no quieres sufrir no ames pero si no amas ¿para qué quieres vivir”

silencio orante

Terminamos rezando juntos:


Corazón de Jesús, dame hoy un corazón nuevo. Un corazón sin amarguras.
Un corazón sin susceptibilidades. Un corazón joven, capaz de olvidar los agravios verdaderos o falsos.

Dame hoy un corazón que sepa tener esperanzas cuando todos los demás la pierden.
Un corazón amable que sepa sonreír aun con lágrimas.

Dame un corazón que no pierda nunca la confianza en los hombres, aunque fallen mil veces
Un corazón que sepa ser siempre puro, generoso, desinteresado aunque sienta el lastre del egoísmo

Dame Señor, un corazón amable y optimista como el Tuyo


Un corazón lleno de Paz, de dulzura de Bondad.
Un corazón que ame realmente y no se canse nunca de dar y pedir perdón.
Amén
DIA 3:

“Es propio del corazón joven disponerse al cambio,


ser capaz de volver a levantarse y dejarse enseñar por la vida” (CV, 12)

Disposición y oración inicial

Conectamos con nuestra vida


 Pienso en alguna experiencia en la que viví un fracaso o dificultad… intento recordar que pasó, cómo me sentí…
 Intento también recordar como superé esa situación, qué personas me ayudaron, qué hice… o qué no hice…
 ¿Qué aprendí de esa dificultad?
(se puede pedir que alguna persona comparta con el grupo… o bien el que dirige compartir una experiencia)

Dice el Papa en CHRISTUS VIVIT:


Cuenta una parábola de Jesús (cf. Lc 15,11-32) que el hijo “más joven” quiso irse de la casa paterna hacia un país lejano
(cf. vv. 12-13). Pero sus sueños de autonomía se convirtieron en libertinaje y desenfreno (cf. v. 13) y probó lo duro de la
soledad y de la pobreza (cf. vv. 14-16). Sin embargo, supo recapacitar para empezar de nuevo (cf. vv. 17-19) y decidió
levantarse (cf. v. 20). Es propio del corazón joven disponerse al cambio, ser capaz de volver a levantarse y dejarse enseñar
por la vida. ¿Cómo no acompañar al hijo en ese nuevo intento?

En un momento de silencio le presento a Jesús alguna dificultad o aspecto de mi vida en el que quiero cambiar, que deseo superar…
le pido la luz para descubrir la enseñanza que hay detrás de esta dificultad…. pido la fortaleza para levantarme… también le pido
por aquellas personas que están pasando una dificultad, desafío… cómo puedo ser presencia de Dios frente a la dificultad de los
otros…
silencio orante
Terminamos escuchando la música: Todo va a ir bien (Luis Guitarra) también se puede ver el video con la letra
https://www.youtube.com/watch?v=8r4Vs18vKO4
DIA 4:

“Cada joven está invitado a reconocer en su interior esas mismas palabras


que dice el Padre a Jesús: “TU ERES MI HIJO AMADO” (CV, 25)

Disposición y oración inicial

Dice el Papa en CHRISTUS VIVIT:


Las primeras imágenes de Jesús, joven adulto, son las que nos lo presentan en el gentío junto al río Jordán, para hacerse bautizar
por su primo Juan el Bautista, como uno más de su pueblo (cf. Mt 3,13-17).

Este bautismo no era como el nuestro, que nos introduce en la vida de la gracia, sino que fue una consagración antes de
comenzar la gran misión de su vida. El Evangelio dice que su bautismo fue motivo de la alegría y del beneplácito del Padre: «Tú
eres mi Hijo amado» (Lc 3,22). En seguida Jesús apareció lleno del Espíritu Santo y fue conducido por el Espíritu al desierto. Así
estaba preparado para salir a predicar y a hacer prodigios, para liberar y sanar (cf. Lc 4,1-14). Cada joven, cuando se sienta
llamado a cumplir una misión en esta tierra, está invitado a reconocer en su interior esas mismas palabras que le dice el Padre
Dios: «Tú eres mi hijo amado».

Oración guiada: “Tú eres mi hijo amado… tu eres mi hija amada”.


(se va leyendo pausadamente el siguiente texto…)
Me ama. Me elige. Ya no temo. Él es el hijo predilecto de Dios. Siento que yo también soy hijo de Dios en Jesús. Eso me salva,
me sana. Porque he nacido con una herida profunda de desamor. Quiero ser amado por todos y siempre. Y necesito que me lo
digan, que me lo demuestren.

Tal vez me olvido de que Dios me ha creado y pronuncia sobre mí esa frase. Soy su predilecto. Si me creyera de verdad que
soy su elegido tantas cosas cambiarían. Dejaría seguro de mendigar amor. Creería más en ese amor de Dios sobre el que se
levanta mi vida. Cuando es así, ya sólo me queda confiar y creer en ese Jesús que va conmigo.

Pero a veces, en medio de la noche de mi cruz, dudo y me pregunto: ¿Realmente, Jesús, me quieres tanto a mí? ¿Soy tu predilecto?
Veo que no me das lo que te pido. No haces lo que me sana. No respetas la vida de los míos. No allanas mi camino. Me quitas
la esperanza. ¿Cómo voy a pensar que me quieres de forma predilecta? Pienso todo lo contrario. No me amas de forma especial.

Es normal que piense así, me digo, cuando las cosas no me resultan. Es verdad. Cuando no salen adelante mis planes. Cuando
no sale bien lo que emprendo. Cuando me quedo solo en el fracaso. Cuando me insultan y hablan mal de mí. Cuando no me
alaban ni me siguen. Cuanto todo el mundo se ríe de mis decisiones. ¿Cómo voy a ser yo el predilecto? Lo dudo. No me creo
el amor predilecto de Dios.

Me falta fe para tener esa mirada de fe. No la tengo. No me siento la ocupación predilecta de Dios. Pero me gustaría sentirlo.
Me gustaría pensar que en medio de mi cruz sostiene Dios mis pasos. Sana mis heridas. Levanta mi cuerpo cuando ha caído. A
lo mejor Él tampoco es mi ocupación predilecta.

¿Doy tanto valor a mi oración? ¿Me gusta estar a su lado cuidándole a Él que me ha elegido? Muchas veces son otros los que
van delante de Dios en mi lista de ocupaciones. Tengo otras prioridades que elijo. Hay otras ocupaciones que me despiertan
más alegría.

¿Es Dios mi Padre predilecto, ese Dios al que elijo? No lo creo. Lo dudo porque mis obras no se corresponden con mis
promesas. He prometido ocuparme de Dios en todo lo que hago. Ponerlo en el centro de mis obras. Amarlo por encima de
todas las cosas. Elegirlo como el tesoro más grande de mi campo.

Por eso hoy me acerco con Jesús al Jordán. Me pongo en la misma cola de hombres caminando hacia Juan. Sin pretender nada
especial, como Jesús, uno más entre tantos. Me acerco a Jesús porque quiero escuchar asa voz de Dios. No sucede todo de
forma extraordinaria. Es más bien en lo cotidiano donde Dios me habla, donde me dice que me ama.

Ahí en medio de ese bautismo, yo también escucho este día: TU ERES MI HIJO AMADO, TU ERES MI HIJA AMADA. Escucho
mi nombre, lo pronuncia Dios con amor, ese amor que renueva mis fuerzas y con determinación le digo: YO SOY TU HIJA
AMADA, YO SOY TU HIJO AMADO… TU ERES MI PADRE…

silencio orante

(Fuente: https://es.aleteia.org/2018/01/10/sientes-de-verdad-que-eres-un-hijo-amado/ )

Terminamos rezando juntos:


Tú, me elegiste, Padre, el día de mi bautismo.
Me pusiste un nombre nuevo, y me llamaste «Hijo querido».
Desde aquel día tú me cuidas y pones un escudo de cariño ante mí.
A medida que crezco me doy cuenta que me has dado una misión,
para que sea luz en medio de la oscuridad del mundo,
alegría para la tristeza de tantos,
manos tendidas para reparar toda violencia.
Haz que sepa responder sin miedo y coraje.
Dame para ello un corazón generoso y un espíritu indómito.
El tuyo Padre: tu Espíritu Santo.
DIA 5:

“Un joven no puede estar desanimado, lo suyo es soñar cosas grandes


Por eso insisto ¡no se dejen robar la esperanza!” (CV, 15)

Disposición y oración inicial

Dice el Papa en CHRISTUS VIVIT:


Un joven no puede estar desanimado, lo suyo es soñar cosas grandes, buscar horizontes amplios, atreverse a más, querer
comerse el mundo, ser capaz de aceptar propuestas desafiantes y desear aportar lo mejor de sí para construir algo mejor.
Por eso insisto a los jóvenes que no se dejen robar la esperanza, y a cada uno le repito: «que nadie menosprecie tu
juventud» (1 Tm 4,12).

Sin embargo, al mismo tiempo a los jóvenes se les recomienda: «Sean sumisos a los ancianos» (1 P 5,5). La Biblia siempre
invita a un profundo respeto hacia los ancianos, porque albergan un tesoro de experiencia, han probado los éxitos y los
fracasos, las alegrías y las grandes angustias de la vida, las ilusiones y los desencantos, y en el silencio de su corazón guardan
tantas historias que nos pueden ayudar a no equivocarnos ni engañarnos por falsos espejismos.

La palabra de un anciano sabio invita a respetar ciertos límites y a saber dominarse a tiempo: «Exhorta igualmente a los
jóvenes para que sepan controlarse en todo» (Tt 2,6). No hace bien caer en un culto a la juventud, o en una actitud juvenil
que desprecia a los demás por sus años, o porque son de otra época. Jesús decía que la persona sabia es capaz de sacar
del arcón tanto lo nuevo como lo viejo (cf. Mt 13,52). Un joven sabio se abre al futuro, pero siempre es capaz de rescatar
algo de la experiencia de los otros.

En el Evangelio de Marcos aparece una persona que, cuando Jesús le recuerda los mandamientos, dice: «Los he cumplido
desde mi juventud» (10,20). Ya lo decía el Salmo: «Tú eres mi esperanza Señor, mi confianza está en ti desde joven […]
me instruiste desde joven y anuncié hasta hoy tus maravillas» (71,5.17). No hay que arrepentirse de gastar la juventud
siendo buenos, abriendo el corazón al Señor, viviendo de otra manera. Nada de eso nos quita la juventud, sino que la
fortalece y la renueva: «Tu juventud se renueva como el águila» (Sal 103,5). Por eso san Agustín se lamentaba: «¡Tarde te
amé, hermosura tan antigua y tan nueva! ¡Tarde te amé!»[2].

Si has perdido el vigor interior, los sueños, el entusiasmo, la esperanza y la generosidad, ante ti se presenta Jesús como se
presentó ante el hijo muerto de la viuda, y con toda su potencia de Resucitado el Señor te exhorta: «Joven, a ti te digo,
¡levántate!» (Lc 7,14).

Para la reflexión
- ¿Cómo vivo la esperanza… soy un joven con sueños e ilusiones?
- ¿Cómo recibo el consejo de las personas mayores? ¿Los escucho o los desprecio?
- ¿En este tiempo vivo desanimado y sin ganas de vivir… o más bien con ilusión, esperanza y deseos de más?

Hablo con Jesús de cómo vivo mi juventud, le doy gracias por la ilusión que me regala cada día o le pido que también hoy a mí me
diga… ¡LEVANTATE! Que nadie te robe la ilusión de ser joven…

silencio orante

Terminamos escuchando la música: Levántate (Álvaro Fraile) (https://www.youtube.com/watch?v=91jgDM45yAg)


DIA 6:

“Jóvenes: ustedes son el ahora de Dios. No sólo son el futuro, son el presente
y lo están enriqueciendo con su aporte.” (CV, 178)

Disposición y oración inicial

Dice el Papa en CHRISTUS VIVIT:


Después de recorrer la Palabra de Dios, no podemos decir sólo que los jóvenes son el futuro del mundo. Son el presente,
lo están enriqueciendo con su aporte. Un joven ya no es un niño, está en un momento de la vida en que comienza a tomar
distintas responsabilidades, participando con los adultos en el desarrollo de la familia, de la sociedad, de la Iglesia.

«¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El Evangelio no es para algunos sino para
todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan
miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano,
más indiferente. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor»

Amigos, no esperen a mañana para colaborar en la transformación del mundo con su energía, su audacia y su creatividad.
La vida de ustedes no es un “mientras tanto”. Ustedes son el ahora de Dios, que los quiere fecundos[96]. Porque «es
dando como se recibe»[97], y la mejor manera de preparar un buen futuro es vivir bien el presente con entrega y
generosidad.

Pintamos la mandala: “YO SOY EL


AHORA DE DIOS”
Vamos a interiorizar con esta afirmación
del Papa, pero dejando que vaya entrando
en el fondo de mi corazón, por medio de
la técnica de pintar una mandala. Voy a
escoger algunos colores, y en silencio
pintar las formas que rodean a esta frase,
intentando en todo momento solamente
repetir en mi interior: YO SOY EL
AHORA DE DIOS

(se pone música instrumental y se deja tiempo


para pintar…)

silencio orante

Luego se les invita a dejar hasta donde


llegaron, contemplar los colores y
reconocer en su interior que sienten
frente a esa afirmación; YO SOY EL
AHORA DE DIOS. ¿a qué me
compromete?

Terminamos rezando juntos un


Padrenuestro.
Anexos

Frases de la Exhortación Apostólica Christus Vivit


1. Jóvenes: ¡Jésus vive y te quiere vivo!
2. Es propio del corazón joven disponerse al cambio, ser capaz de volver a levantarse y dejarse enseñar por la vida
3. Lo que avejenta el alma es todo los que nos separa de los demás. La verdadera juventud es tener un corazón capaz
de amar.
4. Un joven no puede estar desanimado, lo suyo es soñar cosas grandes, buscar horizontes amplios, atreverse a más y
desear aportar lo mejor de sí para construir algo mejor. Por eso insisto ¡no se dejen robar la esperanza!
5. Cada joven está invitado a reconocer en su interior esas mismas palabra que dice el Padre a Jesús: “TU ERES MI
HIJO AMADO”
6. Jóvenes: ustedes son el ahora de Dios. No sólo son el futuro, son el presente y lo están enriqueciendo con su
aporte.
7. Jovenes: los sueños mas bellos se conquistan con esperanza, paciencia y empeño, renunciando a las prisas, no hay
que tener miedo de apostar y de cometer errores. El unico miedo que deberían tener es el de vivir paralizados.
8. Jovenes: no renuncien a lo mejor de su juventud, no observen la vida desde un balcón, ni vivan toda su vida detrás
de una pantalla. No sobrevivan con el alma anestesiada, ni miren el futuro como si fueran turista. ¡Hagan lío! ¡Vivan!
¡Entréguense a lo mejor de la vida!
9. No prives a tu juventud de la amistad con Cristo y podrás sentirlo a tu lado no sólo cuando ores, podrás
reconocerlo que camina contigo en todo momento.
10. Si quieres andar rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos, camina con los demás. ¡Jóvenes, no nos dejemos robar la
fraternidad!
11. Todos los jóvenes, sin exclusión, están en el corazón de Dios.
12. Jesús no los ilumina a ustedes, jóvenes, desde lejos y desde afuera, sino desde su propia juventud, que comparte con
ustedes.

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