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CASO PRÁCTICO
PRIMERA PARTE
1. BRASILIA S.A: Se trata del cargador, es quien contrata en nombre propio con el
porteador además de ser la dueña de las mercancías. Tiene la obligación principal de
entregar la cosa y como obligaciones secundarias, deber de saneamiento por vicios ocultos
y por evicción.
- Derechos: art. 35.1: con independencia de los derechos que tiene como comprador
frente a la empresa vendedora "BRASILIA, S.A." también tiene el derecho frente al
transportista "MERCATRANS, S.A." a que éste le entregue la mercancía transportada.
El destinatario puede ejercer directamente frente al porteador todos los derechos
derivados del contrato de transporte (art. 35 LCTTM). Si ejercita el derecho a la
entrega, esto no es incompatible con que el destinatario pueda ejercer una acción de
responsabilidad contra el transportista, aunque lo más razonable es que reclame al
vendedor BRASILIA por incumplimiento del contrato de compraventa, dejando que sea
éste quien actúe contra el porteador MERCATRANS (hay que tener en cuenta que el
porteador tendrá previsiblemente un seguro de daños para las mercancías).
Dado que en este caso las mercancías llegan con averías (desperfectos),
pérdidas y retraso esto justifica que el destinatario COFFEESHOP ejercite el
denominado “derecho de abandono” o “derecho de rehúse” (art. 54 LCTTM):
este derecho se da cuando la avería, pérdida parcial o el retraso se equiparan a una
“pérdida total”. El destinatario debe probar su insatisfacción total de acuerdo con lo que
establece este precepto. Cuando el retraso en la entrega sea grande –más de 20 días-
se equipara el retraso a una pérdida total de la mercancía. Si la avería o la pérdida es
parcial el destinatario puede ejercer el derecho de abandono si prueba que no puede
usar las mercancías sin las que faltan o que los desperfectos hacen inútiles las
mercancías para su venta o consumo.
Por ejemplo, entre otras muchas sentencias, la SAP Murcia 12-6-2015: reconoce
legitimación activa al destinatario para ejercitar la acción de responsabilidad por daños
contra el porteador, aunque el destinatario sea un sujeto distinto del cargador
2.- En las ventas con expedición, ¿en qué momento se transmiten los riesgos al
comprador? ¿qué significa que en la carta de porte se haya introducido la cláusula
“DAP Polígono La Mercè nave 10 Barcelona”? ¿puede incorporarse dicha cláusula a
este contrato?
Las ventas con expedición son aquellas en las que la entrega se realizará en un lugar
diferente del establecimiento del vendedor apareciendo un porteador que transportará la
mercancía y la entregará.
Cuando el vendedor consigna la mercancía al porteador este cumple con su obligación de
entrega. De acuerdo con los artículos 331-333 del código de comercio, una vez que las
mercancías son puestas a disposición del comprador, los riesgos pasan a este, así la
responsabilidad del transportista se mantiene hasta la entrega de las mercancías.
Una vez que las mercancías llegan al destino y el comprador manifiesta la voluntad de
recibir la mercancía decae su derecho a rehusarla.
Por otro lado, el incoterm DAP o “Delivered at Place” viene a establecer que el vendedor no
es responsable de la descarga de las mercancías en destino ni de cualquier coste
relacionado con las aduanas o el pago de impuestos y aranceles que se puedan aplicar.
Entiendo que en el contrato de compraventa (del café), al ser esta internacional, se podrá
incluir la clausula válidamente.
3.- En relación con la eventual responsabilidad del porteador:
a) ¿bajo qué circunstancias puede hacerse responsable a “MERCATRANS, S.A.” del
retraso en la entrega y de los desperfectos en las mercancías?
* En cuanto al hecho de que la mercancía haya llegado parcialmente deteriorada, hay que
tener en cuenta que los artículos 47 y 53 de la LCTTM declaran que el porteador estará
obligado a entregar los efectos cargados, en el mismo estado en que, según la carta de
porte, se hallaban al tiempo de recibirlos, sin detrimento ni menoscabo alguno. Igualmente,
la culpa o negligencia del porteador se presume.
b) ¿Qué parte tendría la carga de probar las causas que pudieran determinar la
responsabilidad del transportista?
En estas sentencias se deja claro lo que la propia LCTTM establece: que la responsabilidad
del transportista es una responsabilidad subjetiva o por culpa, no es una responsabilidad
objetiva.
Pero es una es una responsabilidad subjetiva con inversión de la carga de la prueba: ante
la llegada de las mercancías con avería, pérdida o con retraso que pudieran determinar la
responsabilidad del transportista, corresponde a la parte que interponga la acción de
responsabilidad (es decir, al cargador o al destinatario) la prueba de estos hechos, es decir,
que la mercancía llegó con pérdida, avería o retraso. Pero no corresponde al demandante
probar la culpa o negligencia del transportista porque esta se presume (art. 48 y 49
LCTTM).
O bien:
En relación con la avería, hay que diferenciar si el deterioro del café transportado es
parcial (avería parcial) o es total, de modo que las mercancías quedan inutilizadas
totalmente para su venta o consumo (avería total):
- Si la avería es sólo parcial (es decir, implica sólo una disminución en el valor del
género, pudiendo, no obstante, aprovechar parte del mismo), el porteador
"MERCATRANS, S.A." deberá abonar el importe de diferencia de valor (art.53.1
LCTTM)
-Si la avería es total, la Ley equipara esta circunstancia a una pérdida total de la
mercancía, correspondiéndole a "COFFEESHOP, S.L." la misma indemnización que en
este caso (art. 53.2 en relación con el art. 52 LCTTM).
El valor de las mercancías es el que establece el art. 55 LCTTM: en nuestro caso,
puesto que las mercancías se vendieron inmediatamente antes del transporte, el valor
será el determinado en la factura de venta.
Además, el porteador debería reintegrar el pago del porte, ya sea totalmente o a
prorrata dependiendo del caso (art. 58.1 LCTTM).
En relación con el retraso, se indemnizará el perjuicio que se pruebe haya ocasionado tal
retraso (art. 56 LCTTM).
¿qué función cumplen los límites a la cuantía indemnizatoria presentes en la
LCTTM¿ ¿son válidos los pactos que eliminen estos límites?
Vid. STS nº 99/2020, de 12 de febrero
Ha de tenerse en cuenta que a la cuantía indemnizatoria en este caso particular que estamos
resolviendo tienen que aplicarse las limitaciones a las que hace referencia el art. 57 LCTTM,
de modo tal que la indemnización (a salvo del valor de la mercancía y la recuperación del
porte) no cubre más daños y perjuicios que haya podido experimentar el cargador: ej: no
cubre la pérdida de beneficio esperado (art. 58.2). Esto, eventualmente, podrían ocasionar
que el importe de la indemnización no llegue a cubrir por completo los daños causados, como
excepción al régimen de responsabilidad universal del artículo 1911 del Código civil.
Los límites a la cuantía indemnizatoria establecidos legalmente a favor de los transportistas
son pueden considerarse una excepción al principio de responsabilidad universal del artículo
1911 del Código civil.
En cuanto a la función que cumplen los límites a la cuantía indemnizatoria, la STS de 12 de
febrero de 2020 señala que:
“En la actualidad, tanto en los tratados internacionales, como en la mayoría de las normativas
nacionales, entre ellas la española, se ha instaurado un sistema de limitación que pretende
fijar una cantidad razonable de indemnización, según un criterio que suele ser el del peso de
la carga.
2.- Además, con la limitación de responsabilidad del porteador se pretende, ante todo,
hacerla asegurable a un precio asumible, sin multiplicar el riesgo empresarial de las
compañías de transporte. De hecho, en la mayoría de los casos la introducción, bien por vía
legal o convencional, de la limitación de responsabilidad del porteador se produce en un
primer momento a cambio de un abaratamiento de la tarifa del precio del transporte.
3.- Asimismo, la fijación de un límite preciso y apriorístico de indemnización facilita
enormemente la valoración del riesgo que corre el porteador y, derivativamente, el cálculo de
la prima del seguro.
De este modo, la limitación de responsabilidad del porteador constituye una fórmula de
reparto de los riesgos de la operación entre las partes que produce efectos beneficiosos en la
economía del contrato, tanto desde la perspectiva del transporte en sí, como de su
aseguramiento”.
En cuanto a la validez de los pactos privados que eliminen dichos límites legales señala la
citada sentencia lo siguiente: “En el caso enjuiciado, las partes introdujeron un pacto
(transcrito en el fundamento jurídico primero) que, por su literalidad, no tiene encaje en las
previsiones del art. 61.3 LCTTM (RCL 2009, 2166 y RCL 2010, 361) , porque no implica un
aumento del límite indemnizatorio legal, sino que elimina cualquier limitación, al hacer
responsable al porteador - Mesabiaga- de todas las pérdidas o daños sufridos por las
mercancías transportadas.
Para que la cláusula que refleje el pacto previsto en el art. 61.3 LCTTM sea válida, debe
contener: (i) una mención concreta al aumento de la responsabilidad; y (ii) correlativamente,
una previsión expresa y concreta sobre el aumento del precio del transporte. A lo que no es
óbice que también se pacte que el porteador deba contratar un seguro de transporte, para
quedar cubierto ante esta contingencia, pues queda a su cargo. E, indudablemente, el
aumento del riesgo conllevará una elevación en el importe de la prima, lo que, por lo menos
desde el punto de vista de los costes iniciales, agrava todavía más su posición contractual”.
¿qué efecto tendría la prueba del dolo o del dolo eventual del porteador en relación
con las acciones de responsabilidad?
Art. 62 LCCTTM. Muchas de las sentencias facilitadas se pronuncian sobre este asunto, ya
que es frecuente en la práctica alegar por el demandante dolo del porteador para lograr
eliminar los límites legales a la cuantía indemnizatoria.
Ente otras consecuencias, la existencia de dolo (incluido tanto el dolo directo como el dolo
eventual) hace perder al porteador los beneficios del sistema de responsabilidad (art. 62),
especialmente los límites a la cuantía indemnizatoria.
La SAP de Murcia de 8 de noviembre de 2018 explica muy bien el concepto de dolo eventual
en este ámbito.
Fundamento de Derecho Segundo de la STS de 4 de julio de 2016 (compara el 29 del
Convenio CMR en relación con el 62 de la LCTTM, que son muy similares).
Por tanto en el caso de que se aprecie ya sea una actuación dolosa o una infracción de
los deberes jurídicos asumidos que produzca daños, no será posible limitar o excluir la
responsabilidad del porteador de acuerdo con el articulo 57. Se trata de una
responsabilidad subjetiva.
¿Podría el abogado del porteador apelar al art. 1103 del Código civil para sustituir en
beneficio de su cliente las consecuencias que se derivan del art. 62 de la LCTTM?
NO en caso de que el porteador haya actuado con dolo (directo o eventual). Sí en caso de
que haya actuado con culpa simple o incluso con culpa grave.
Las reservas son advertencias o indicaciones que pueden incluirse en la carta de porte por
el porteador acerca del estado en que recibe las mercancías para la carga y transporte. Si
el porteador no hace reservas en la carta de porte, se presume que las mercancías están
tal cual figuran en la carta de porte (presunción iuris tantum).
Pero no hay que confundir estas reservas hechas por el porteador en la carta de porte con
las reservas que puede hacer el destinatario en el momento de la entrega. Las reservas del
destinatario son las que se regulan en el artículo 60 LCTTM, y su relevancia consiste en
que, si no las hace, se presume (presunción iuris tantum) que las mercancías se
entregaron en el estado descrito en la carta de porte, es decir, correctamente y tal y como
las entregó en cargador. Pero no tienen más trascendencia que esta, ya que aunque no
haga reservas el destinatario sigue conservando sus acciones de responsabilidad frente al
porteador, si bien al presumirse que las mercancías fueron entregadas correctamente,
tendrá que destruir esta presunción (en cierto sentido, puede decirse que la ausencia de
reservas anula la inversión de la carga de la prueba en contra del destinatario y
demandante en caso de ejercicio de una acción de responsabilidad frente al porteador).
- en conexión con lo anterior, debe tenerse en cuenta que el poder económico que
representa el lobby del transporte hace que los contratos no se negocien en pie de
igualdad, sino que se celebran mediante condiciones generales impuestas por las
empresas de transporte. La imperatividad del régimen legal de responsabilidad
impide que en estas condiciones generales se puedan incluir cláusulas aún más
beneficiosas para el transportista en esta materia.
Para estos casos en los que el rehúse del destinatario es infundado, discutible o no
motivado la LCTTM contempla varias vías: art. 36 y art. 44 (el depósito de la mercancía o
incluso enajenación de la misma si se trata de mercancía perecedera).
SEGUNDA PARTE
Imagine que MERCATRANS, S.A. hubiera subcontratado la ejecución del transporte con la
empresa de transportes INTRANSPORT, S.L., de modo que hubiera sido esta empresa la
que ha realizado el transporte hasta Barcelona:
Pero tras la aprobación de la LCTTM se aprobó una norma en la Ley de Ordenación del
Transporte Terrestre de Mercancías:
“De todo ello cabe concluir que la acción directa regulada en la Disposición Adicional Sexta
de la Ley 9/2013, de 4 de julio , es una acción directa en favor del que efectivamente ha
realizado los portes frente a todos aquellos que conforman la cadena de contratación hasta
llegar al cargador principal; como instrumento de garantía de quien ha realizado
definitivamente el transporte. Es por ello que puede ocurrir, como sucede en este caso, que
el porteador efectivo reclame al cargador el precio del transporte que, sin embargo, éste ya
haya pagado al porteador contractual. Como también dijimos en la sentencia 644/2017, de
24 de noviembre.
"Aquí es donde esta acción se aparta de manera más significativa del régimen general
previsto en el art. 1597 CC , al establecer, en garantía del porteador efectivo, un régimen
que posibilita el doble pago, sin perjuicio de un ulterior derecho de repetición contra el
porteador contractual para la evolución de lo abonado al porteador efectivo. De manera que
la única forma que tiene el cargador para evitar que pueda ser objeto de este tipo de
acciones es prohibir en el contrato de transporte su subcontratación".
Por tanto, en casa de impago por parte de MERCATRANS bajo la interpretación del artículo 6
LCTTM, INTRANSPORT solo podrá dirigir su acción de reclamación de pago frente a
MERCATRANS que fue con quien contrató. Sin embargo, considerando la más reciente
jurisprudencia, podrá también demandar a BRASILIA, existiendo entre ambos una
responsabilidad solidaria.
TERCERA PARTE
Imagine ahora que BRASILIA hubiera contratado el transporte tanto con
MERCATRANS como con INTRANSPORT, de manera que en la carta de porte se
indique que MERCATRANS queda obligada a ejecutar el transporte desde Cádiz a
Madrid e NTRANSPORT de Madrid a Barcelona:
6.- ¿Cómo se dilucidarían las responsabilidades entre las dos empresas en caso de
que las mercancías lleguen con demora o con desperfectos? Explique la diferencia
conceptual de este supuesto con el llamado “transporte multimodal”.
Sería un caso de transporte sucesivo (arts. 64-66 LCTTM), que se distingue del supuesto
anterior (subcontratación del porte por el porteador) en que todos los porteadores son
contractuales, porque todos ellos figuran en la carta de porte como tales repartiéndose de
común acuerdo entre ellos y con el cargador la realización de los distintos tramos del
transporte. En el transporte sucesivo “los porteadores se obligan simultáneamente en virtud
de un único contrato documentado en una sola carta de porte a ejecutar sucesivos tramos
parciales de un mismo transporte”. En este caso, en la relación externa (porteadores-
cargador) hay una responsabilidad solidaria especial (art. 65). Y en la relación interna
(entre los propios porteadores) existiría una acción interna de repetición entre los
porteadores en el caso de que uno de ellos pague la indemnización, de acuerdo con las
reglas del artículo 66 LCTTM.
Por su parte, el transporte multimodal (art. 67-70) es en el que intervienen distintos medios
de transporte (medios terrestres, marítimos, etc…). En teoría, el transporte multimodal
puede ser realizado por un solo transportista (no de manera necesaria tienen que ser
varios). Y de ser varios transportistas puede ser sucesivo u organizarse la relación interna
entre los transportistas de otro modo.
En la práctica, dado que es raro que una sola empresa de transporte tenga la titularidad de
más de un medio de transporte, lo más frecuente es que el transporte multimodal sea, a su
vez, sucesivo (contratado con diferentes empresas titulares de distintos medios de
transporte que asuman en la póliza la realización del porte en un tramo concreto respecto
del global) o que exista un único porteador contractual que subcontrate los distintos tramos
con porteadores titulares de diferentes medios de transporte.
7.- ¿Qué es el Convenio CMR? ¿A qué contratos se aplicaría? ¿hay alguna diferencia
relevante entre el régimen de responsabilidad del transportista establecido en el
Convenio CMR y el establecido en la LCTTM española?
La carta de porte por carretera o convenio CMR constituye el documento encargado
de formalizar el contrato de transporte de las mercancías por carretera; se aplicará a todo
contrato de transporte de mercancías por carretera realizado a título oneroso por
medio de vehículos, siempre que el lugar de la toma de carga de la mercancía y el lugar
previsto para la entrega, indicados en el contrato, estén situados en dos países diferentes,
uno de los cuales al menos sea un país contratante, independientemente del domicilio y
nacionalidad de las partes del contrato
CMR: Culpa del transportista se presume; no hay que demostrarla –diferencia con régimen
extracontractual-. Aplicación al transporte del Cc art. 1183 (cosa perdida en poder del deudor).
Al reclamante basta demostrar el hecho perjudicial. Es el transportista quien debe probar, para
librarse de responsabilidad, la concurrencia de una causa exoneratoria (CMR art. 18.1, LCT
48 y 49).
Según se indica en el enunciado del supuesto práctico Juan Ortiz y Pol Martorell han prestado
una fianza a favor de la sociedad "COFFEESHOP, S.L." para garantizar el pago que ésta
adeuda a "BRASILIA, S.A." por la compra del café. La fianza es un tipo de garantía de
carácter personal que obliga a aquél que la presta (fiador) a pagar o al cumplir la obligación
que tiene otra persona frente a un tercero en caso de que esta obligación sea incumplida. Lo
primero que hay que averiguar es si esta fianza tiene carácter civil o mercantil. El Código de
Comercio considera que una fianza es mercantil cuando tenga por objeto el
cumplimiento de un contrato mercantil, aunque el fiador no sea comerciante (art. 439 C.
de C.). En este caso, es claro que la fianza prestada por Juan Ortiz y Pol Martorell es
mercantil porque con independencia de ellos puedan ser considerados o no empresarios (en
principio no lo serían por su mera condición de consejeros delegados), el contrato que han
garantizado es una compraventa que tiene un indudable carácter mercantil, según los criterios
que establece el art. 325 C. de C.
Partiendo de esta premisa, hay que analizar si Juan Ortiz puede alegar alguna
circunstancia para no pagar el importe de la deuda:
― En primer lugar, puede alegar a su favor el llamado "beneficio de excusión", que es típico
de toda fianza sea civil o mercantil (art. 1830 Código civil) salvo que el fiador haya renunciado
expresamente al mismo, cosa que no se ha producido en el caso presente. El beneficio de
excusión significa que la garantía del fiador es subsidiaria, por lo que no puede ser obligado al
pago hasta que se haya producido la constitución en mora o el incumplimiento por el obligado
principal, en este caso "COFFEESHOP, S.L.", y sin que el acreedor haya hecho excusión de
todos los bienes de éste. En otras palabras, tanto Juan Ortiz como Pol Martorell garantizan al
acreedor sólo en caso de insolvencia de "COFFEESHOP, S.L." , por lo que ante la
reclamación de pago del acreedor pueden oponer este beneficio de excusión señalando
bienes del deudor principal que sean suficientes para cubrir el importe de la deuda (art. 1832
C.c.).
― En segundo lugar, puesto que tanto Juan Ortiz y como Pol Martorell son fiadores respecto
de la misma obligación estamos ante un caso de cofianza.
La cofianza puede ser solidaria o mancomunada. La solidaridad implica que los cofiadores no
pueden alegar frente al acreedor división de la deuda garantizada, de modo que cualquiera de
ellos puede quedar obligado a pagar al acreedor el importe íntegro de la deuda, aunque pueda
después reintegrarse lo indebidamente pagado mediante la reclamación a los demás
cofiadores de la parte que le correspondía asumir a cada uno de ellos en esa deuda común.
Pero en la fianza mercantil, al igual que la civil, la Ley no presume con carácter general el
carácter solidario de la fianza, de modo que ésta sólo tendrá este carácter cuando la Ley lo
establezca así para un supuesto concreto (ej.: el aval cambiario) o se haya establecido
expresa o implícitamente en el contrato de fianza. De lo contrario, habrá que entender que la
fianza mercantil tiene carácter mancomunado, lo que significa que cada uno de los cofiadores
tiene “beneficio de división”, de modo que frente al acreedor cada fiador responderá sólo de su
parte (art. 1837.1 Código civil).
Por esta razón, y como nada se indica en el texto del enunciado, habrá que presumir que la
fianza prestada por los dos consejeros delegados de la entidad "COFFEESHOP, S.L." tiene
carácter mancomunado, por lo que Juan Ortiz sí que podrá alegar en su favor el "beneficio de
división" para no pagar el total de la deuda.