ANÁLISIS DEL PROCESO ADMINISTRATIVO Y LA SATISFACCIÓN
DE LOS SERVICIOS DEL PROGRAMA SOCIAL VASO DE LECHE EN EL DISTRITO DE RUPA RUPA
Proyecto de Tesis
Para optar al Grado Académico de:
MAESTRO EN CIENCIAS ECONÓMICAS
MENCIÓN EN: GESTIÓN PÚBLICA
GIANELLA SHELLEY SILVA MAIZ
Tingo María – Perú 2019
1.1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
A nivel internacional y nacional, las entidades del gobierno se encargan de
brindar servicios a la población que lo conforman, con el fin de mejorar la calidad de vida, para ello cuentan con planes que benefician a las familias que carecen de recursos necesarios para contar con lo básico.nn Los programas sociales que da el gobierno son importantes que sea desarrollarlos de manera efectiva y de calidad, por que mejoran de manera razonable en la satisfacción de cada uno los beneficiaros, a la par de la buena atención y el profesionalismo de los que laboran en las municipalidades para lograr cada uno de las metas y objetivos institucionales. La pobreza extrema sigue siendo un problema vigente en el Perú y a pesar de los esfuerzos que hace el Estado para disminuirla aún es un punto de agenda en las políticas públicas. En el año 2020, la pobreza monetaria afectó al 30,1% de la población del país, incrementándose en 9,9 puntos porcentuales en comparación con el año 2019; así lo informó el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). En los últimos cinco años la población en situación de pobreza aumentó en 8,3 puntos porcentuales Es importante señalar que, el aumento de la pobreza estaría asociado a la paralización de la mayoría de las actividades económicas, ante el Estado de Emergencia Nacional y el aislamiento social obligatorio por la presencia del COVID- 19 en el país, establecido mediante el Decreto Supremo N° 044-2020-PCM, publicado el 16 de marzo del año 2020 en el diario oficial El Peruano y que fuera ampliado a través de diversos Decretos Supremos.
Los efectos de la pobreza, se puede resumirse en dos componentes. El primero,
tiene que ver con las dificultades en satisfacer las necesidades alimenticias, principalmente se da en grupos sociales de extrema pobreza, generando así inseguridad alimentaria. El segundo componente, está relacionado con las necesidades básicas (INEI, 2015).
Si consideramos en contexto el primer componente expuesto, podemos decir que
la pobreza extrema es determinante del déficit alimenticio, el cual genera a la vez desnutrición en su nivel crónico, principalmente en niños y madres gestantes. Al respecto, En el año 2020, el 12,1% de la población menor de cinco años de edad del país sufrió desnutrición crónica según el Patrón de la Organización Mundial de la Salud (OMS), así lo dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) al publicar el documento PERÚ: Indicadores de Resultados de los Programas Presupuestales-2020; elaborado con información recopilada mediante la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES). En el área urbana, la desnutrición crónica afectó al 7,2% de este grupo población y en el área rural al 24,7% de las niñas y niños menores de cinco años de edad. En ese argumento el Estado ha implementado políticas sociales que se entienden como los procesos de estructuración, planificación y ejecución de programas que conllevan a suplir el déficit de demanda de aspectos básicos como derecho fundamental, vale decir tener acceso a salud, educación y alimentación (Montoro, 1997).
Como acción para combatir la desnutrición y la anemia el Estado crea el programa
del vaso de leche (PVL) mediante Ley 24059 del 06 de enero de 1985 y sus modificaciones, en el cual se apertura un espacio de 2 ayuda social o asistencial a una parte de la población que están dentro del nivel de extrema pobreza y por tanto experimentando inseguridad alimentaria, otorgando para tal efecto, una ración alimentaria diaria generalmente comprendida entre leche y/o alimentos equivalentes. Este programa es uno de los que se caracteriza por ser de alcance nacional, siendo su promotor el extinto alcalde de Lima Alfonso Barrantes, además se caracteriza por fortalecer la organización vecinal y su participación en todo el proceso de planificación, ejecución y control.
La organización del PVL se da a través de los gobiernos locales. La participación
de la población beneficiaria se da a través de las organizaciones de base, denominadas clubes de madres, en el cual coordinan acciones con los funcionarios municipales para consensuar los insumos a comprar. De otra parte, los representantes de los clubes de madres debidamente reconocidos por el municipio de su jurisdicción participan directamente en el empadronamiento de los beneficiarios, la distribución de las raciones diarias y el control ciudadano que le compete. El objetivo principal del PVL es de asistir con ayuda alimentaria a un grupo de la población vulnerable, estableciéndose un mecanismo de priorización, como son en primera instancia los niños de 0 hasta los 6 años, en segunda línea de prioridad se encuentran las madres gestantes y en periodos de lactancia, éstas últimas se priorizarán aquellos que muestren estados de desnutrición o tuberculosis. Del mismo, en la medida que se cumplan dichas líneas de priorización, se puede asistir a la población a los niños de 7 a 13 años, ancianos y afectados por tuberculosis (Ley Nº 27470, 2001). Para el cumplimiento de los objetivos del PVL el Gobierno Central otorga el presupuesto correspondiente. No obstante, desde el ejercicio económica 2013 hasta el ejercicio 2018 la asignación presupuestal no ha variado llegando a ser 363 millones de soles (MEF, 2018). A pesar de que en dicho periodo los costos de los insumos se han encarecido y en consecuencia la cantidad de las raciones han disminuido dejando de lado el espíritu del programa. A parte de la baja asignación presupuestal, se 3 evidencia problema en la gestión del PVL en los niveles de la planificación. Ejecución y control. Esta problemática del PVL no es ajena a lo que ocurre en la región Huánuco, en donde la desnutrición crónica y la anemia alcanzó el 17.5% y 14.2% de la población respectivamente (Instituto Nacional de Salud, 2020), además dicha región ocupa el tercer lugar en los niveles de pobreza (INEI, 2017). La misma situación problemática se percibe en la provincia de Leoncio Prado, principalmente en las zonas rurales. Contextualizando la problemática de la pobreza que genera la inseguridad alimentaria y los procesos de gestión administrativa del PVL, podemos decir que este programa presenta algunas deficiencias en el proceso de planificación, ejecución y control. Tal es el caso en el control de los beneficiarios, baja asignación presupuestal, el incumplimiento de los programas de distribución de las raciones, incumplimiento de los valores mínimos nutricionales de los insumos adquiridos. Estos problemas generan que el PVL sea deficiente en esta parte del país, se vienen gastando un presupuesto que no estaría ayudando a cumplir los objetivos del programa. Por tanto, es necesario investigar los determinantes de este problema.