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Kami Export - M2.U22 Drenaje de Colecciones Abdominales
Kami Export - M2.U22 Drenaje de Colecciones Abdominales
Propio
en
Cirugía
de
Mínima
Invasión
Guiada
por
Imagen
Módulo
2
Unidad
22
Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
1 2 3
De
Gregorio
MA ,
Laborda
A ,
D’Agostino
H
1
Catedrático
de
Universidad.
Dpto.
de
Pediatría,
Radiología
y
Medicina
Física.
Universidad
de
Zaragoza
2
Profesor
Ayudante
Doctor.
Departamento
de
Patología
Animal.
Universidad
de
Zaragoza
3
Departamento
de
Radiología
Intervencionista.
Universidad
de
Louisiana
Módulo
2.
Unidad
22
Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
1.
INTRODUCCIÓN
Junto
con
la
antibioterapia
se
acepta
el
drenaje
percutáneo
como
el
tratamiento
de
elección
en
las
colecciones
abdominales
no
complicadas.
En
los
casos
complejos,
de
difícil
acceso
o
por
fallo
de
la
terapia
percutánea,
hay
que
recurrir
a
la
cirugía
convencional
abierta.
El
tratamiento
de
los
abscesos
abdominales
ha
cambiado
drásticamente
en
las
dos
últimas
décadas
debido
fundamentalmente
a
la
mejora
en
los
medios
de
imagen
(TC,
RM
y
ultrasonidos),
al
refinamiento
de
los
materiales
intervencionistas
y
a
la
mejora
técnica.
Por
todas
estas
razones
y
por
su
alta
tasa
de
éxito
(74-‐91
%)
su
demanda
ha
aumentado
de
manera
exponencial
en
nuestros
hospitales,
llegándose
a
constituir
casi
una
técnica
de
rutina.
Dependiendo
de
la
complejidad
de
la
lesión,
la
gran
mayoría
de
las
colecciones
pueden
ser
resueltas
por
este
método
evitando
cirugías
más
costosas
y
de
mayor
riesgo.
En
los
casos
en
los
que
todavía
es
requerida
la
cirugía
convencional,
el
drenaje
percutáneo
puede
hacer
a
ésta
menos
séptica,
más
segura
con
importantes
beneficios
en
el
curso
postoperatorio.
El
éxito
técnico,
en
manos
expertas
alcanza
el
100
%
de
los
casos
mientras
que
el
éxito
clínico,
dependiendo
de
la
naturaleza
de
la
lesión
y
sobre
todo
de
la
localización
oscila
entre
el
80
y
100
%
de
los
casos.
La
técnica
percutánea
no
está
exenta
de
riesgos
pero
siempre
©
WATSON
CME
Máster
Propio
en
Cirugía
de
Mínima
Invasión
Guiada
por
Imagen
1
Módulo
2.
Unidad
22
Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
son
menores
que
la
cirugía
abierta.
La
morbi-‐mortalidad
de
la
reintervención
en
la
cirugía
del
abdomen
por
múltiples
causas
entre
ellas
el
absceso
se
sitúa
entre
el
20
y
el
40
%
en
función
de
los
factores
de
riesgo
del
paciente.
Algunos
factores
van
a
afectar
a
los
resultados
clínicos
y
estos
dependen
del
estado
basal
del
paciente,
del
agente
causal,
de
la
localización,
extensión,
tamaño
y
complejidad
de
la
colección.
La
principal
causa
de
fallo
en
el
drenaje
de
una
colección
depende
de
la
loculación
o
septación
de
la
viscosidad
aumentada
del
contenido
y
de
la
presencia
de
sangre
infectada
o
material
purulento
denso.
En
estos
casos,
a
pesar
del
uso
de
varios
catéteres,
del
incremento
del
diámetro
de
los
mismos
e
irrigación
constante
con
suero
salino
existe
una
tendencia
a
obstruirse
los
tubos
de
drenaje
por
moldes
de
fibrina
que
terminan
reagudizando
el
cuadro.
Aquí,
el
uso
local
de
fibrinolíticos
(estreptoquinasa
y
uroquinasa)
pueden
mejorar
los
resultados
clínicos
y
evitar
la
obstrucción
FIGURA
22.1.
Paciente
de
80
años
con
fiebre,
leucocitosis
de
22000
constante
de
los
catéteres.
3
cel/mm
y
dolor
en
la
defecación Muchos
autores
han
descrito
el
uso
beneficioso
de
los
fibrinolíticos
para
romper
los
septos
de
fibrina
en
colecciones
purulentas
tanto
pleurales
como
abdominales.
(Fig.
22.1)
Es
importante
diferenciar
una
colección
líquida
aséptica
de
una
colección
abscesificada
o
infectada.
Los
hematomas
intrabdominales
se
deben
manejar
de
manera
diferente
e
individualizar
su
tratamiento.
El
absceso
abdominal
se
define
como
una
colección
con
contenido
más
o
menos
purulento
que
presenta
unas
características
organolépticas
específicas
con
pH
ácido,
presencia
de
piocitos
o
material
necrótico.
La
fórmula
leucocitaria
debe
estar
alterada
(WBC
cantidad
>
11
x
109/1)
con
clínica
de
fiebre,
postración
y
dolor.
La
locación
puede
ser
variada
en
toda
la
cavidad
abdominal.
Los
hematomas
abdominales
salvo
complicaciones
derivadas
de
su
actividad,
localización,
compresión
y
evolución
no
se
deben
de
drenar
como
norma
general.
©
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Guiada
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Imagen
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2.
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Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
Otra
forma
de
calificación
de
las
colecciones
abdominales
es
por
su
localización
topográfica
en
el
abdomen
(Tabla
22.2)
TABLA
22.2.
Localizaciones
anatómicas
más
frecuentes
de
colecciones
abdominales
Peritoneal
Retroperitoneal
Pelviano
Pared
abdominal
Subfrénico
Peri
renal
Útero
y
anejos
Rectos
anteriores
Hepático
Renal
Próstata
Región
lumbar
Colecístico
Páncreas
Recto
Glúteos
Esplénico
Psoas
Apéndice
Entre-‐asas
intestino
Colon
descendente
y
delgado
descendente
Colon
transverso
y
Peri
aórtico
y
peri
cavo
sigmoideo
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Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
A B C
FIGURA
22.2.
Abscesos
de
diversa
localización.
A.
Pelviano.
B.
Pancreático.
C.
Hepático
3.
FACTORES
DE
RIESGO
Y
SISTEMAS
DE
PUNTUACIÓN
MÉDICA
Existen
factores
directamente
relacionados
con
la
aparición
de
un
absceso
en
el
abdomen
que
justifican
su
presencia
como
puede
ser
la
dehiscencia
de
una
sutura
quirúrgica
que
ponga
en
contacto
el
peritoneo
con
la
cavidad
contaminada.
En
otras
ocasiones
la
causa-‐efecto
no
está
tan
clara.
No
obstante
existen
una
serie
de
factores
generales
y
locales
que
favorecen
la
aparición
de
colecciones
abdominales
contaminadas.
(Fig.
22.3)
(Tabla
22.3)
A B
FIGURA
22.3.
A.
Esquema
típico
absceso
piógeno
hepático
izquierdo
conectado
con
la
vía
biliar.
B.
RM
de
absceso
hepático
derecho
brillante
en
T2
con
halo
periférico
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Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
Para
evaluar
la
gravedad
de
un
paciente,
pronóstico
y
los
resultados
de
un
tratamiento
es
GENERALES
necesario
conocer
una
serie
parámetros
• Inmunosupresión
relacionados
directa
o
indirectamente
con
la
• Diabetes
patología
a
tratar.
Knaus
et
al.
en
1985
realizaron
• Neoplasia
una
clasificación
de
los
pacientes
que
ingresaban
en
• Conectivopatías
la
unidad
de
cuidados
intensivos
con
un
sistema
de
• Alcoholismo
medida
de
acuerdo
a
unos
parámetros
clínicos
y
de
• Enfermedad
inflamatoria
(Crohn)
laboratorio
(edad,
presión
arterial,
pulso,
• Cirugía
previa
temperatura,
recuento
de
leucocitos,
creatinina,
• Otras
etc.).
Esta
clasificación
se
denominó
APACHE
II
(Acute
Physiology
and
Chronic
Health
Evaluation).
La
LOCALES
puntuación
obtenida
al
inicio
y
a
las
24
horas
• Contaminación
quirúrgica
constituyen
la
base
sobre
la
cual
se
establece
el
• Dehiscencia
de
suturas
pronóstico
de
la
enfermedad.
Se
han
utilizado
otros
• Presencia
de
bilomas
sistemas
de
medida
para
evaluar
la
gravedad
del
• Hematoma
(trauma
o
cirugía)
proceso
tales
como
el
ASA
(American
Society
of
• Yatrogenia
local
Anesthesiologists),
APACHE
III,
SAPS
II
(Simplified
Acute
Physiology
Score),
Peritonitis
Index
Altona
II
and
TABLA
22.3.
Principales
factores
de
riego
Mannheim
Peritonitis
Index.
En
el
caso
del
tratamiento
de
abscesos
abdominales,
todos
estos
sistemas
de
medida
nos
permiten
evaluar
la
gravedad
del
paciente
y
los
resultados
de
nuestro
tratamiento
en
base
a
esa
gravedad
inicial.
Es
importante
recordar
con
vistas
al
pronóstico
y
resultados
finales,
el
estado
basal
del
paciente
y
los
factores
de
riesgo
y
comorbilidad
4.
MEDIOS
DE
DIAGNÓSTICO
El
diagnóstico
de
una
colección
abdominal
se
basa
en
los
datos
clínicos.
En
el
caso
de
una
colección
de
origen
infeccioso
serán
los
síntomas
clásicos
de
fiebre,
dolor
y
posible
reacción
local
peritoneal
acompañados
con
marcadores
de
inflamación
aguda
con
cifras
elevadas
de
leucocitos.
Cuando
la
colección
no
es
infecciosa
se
deben
valoran
valorar
signos
que
fijen
la
indicación
de
drenaje
tales
como
dolor
y
desplazamiento
con
significado
clínico
de
estructuras
huecas
o
macizas
del
abdomen.
La
imagen
juega
un
papel
relevante.
La
ultrasonografía
puede
ser
el
primer
método
de
imagen,
pero
en
nuestra
opinión
debe
ser
la
tomografía
computarizada
la
que
realice
el
diagnóstico
de
base
previo
al
tratamiento
percutáneo,
ya
que
ofrece
información
de
las
características
de
la
colección,
relaciones
anatómicas
de
vecindad,
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Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
así
como
las
vías
más
adecuadas
de
abordaje.
Otros
medios
de
imagen
como
la
resonancia
magnética,
PET-‐TC
pueden
ser
útiles
puntualmente
pero
pocas
veces
resultan
imprescindibles.
(Fig.
22.4)
FIGURA
22.4.
Tomografía
computarizada.
Plano
axial.
Reconstrucción
coronal.
Muestra
una
colección
abscesificada
(flechas
amarillas)
del
psoas
izquierdo
así
como
su
origen
vertebral
(flechas
negras)
Existen
signos
radiológicos
que
sugieren
la
presencia
de
una
colección
abscesificada
tanto
en
ecografía
como
en
tomografía
computarizada
y
resonancia
magnética.
(Tabla
22.4)
(Fig.
22.5)
TABLA
22.4.
Algunas
de
las
características
más
importantes
de
los
abscesos
Signos
radiológicos
de
absceso
RX
simple
TC
US
RM
Sensación
de
masa
X
X
X
X
Colección
bien
definida
X
X
X
Paredes
gruesas
X
X
XX
Tabiques
o
septos
X
XX
XX
Burbujas
de
gas
X
X
X
Realce
de
contraste
(pared)
X
X
Detritus
X
XX
X
Fístulas
X
X
X
X
Hemorragia
X
X
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Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
FIGURA
22.5.
Signos
radiológicos
en
TC
de
absceso
hepático:
Bastante
buena
definición,
relace
de
pared,
pared
gruesa
y
presencia
de
gas
La
tomografía
computarizada
constituye
en
el
momento
actual
el
test
de
imagen
mas
completo
para
el
diagnóstico
de
colecciones
abdominales
de
cualquier
localización
5.
MATERIALES
DE
DRENAJE
Y
OTRAS
HERRAMIENTAS
No
existe
un
modelo
ideal
de
catéter
que
se
pueda
utilizar
en
todos
los
tipos
de
colecciones
abdominales.
Depende
de
las
características
de
la
lesión
y
sobre
todo
de
la
densidad
del
contenido
para
seleccionar
uno
u
otro
tipo
de
catéter
de
drenaje.
El
catéter
ideal
deberá
disponer
de
suficientes
orificios
y
del
tamaño
adecuado
para
drenar
el
contenido
de
la
colección,
además
deberá
disponer
de
un
sistema
de
sujeción
que
impida
su
pérdida.
El
calibre
del
catéter
depende
del
contenido
a
drenar
y
varía
desde
pocos
milímetros
(5-‐
6
Fr)
a
muchos
milímetros
(20-‐30
Fr).
Existen
dos
tipos
principales
de
sistemas
de
sujeción.
Los
materiales
de
construcción
de
los
catéteres
son
polímeros
no
demasiado
duros
para
evitar
daño
por
rozadura
en
la
piel,
ni
demasiado
blandos
para
evitar
el
“efecto
acordeón”
al
entrar
en
los
tejidos.
Generalmente
se
utilizan
la
silicona
y
el
poliuretano
recubiertos
de
sustancias
glide
o
hidrofílicas
que
facilitan
su
deslizamiento
en
la
penetración.
Los
dos
sistemas
de
sujeción
situados
en
la
punta
del
catéter
más
utilizados
son
el
sistema
cola
de
cerdo
o
pig-‐tail
y
el
Malecot
disponibles
en
varias
longitudes
y
diámetros.
(Fig.
22.6)
©
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Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
A B
A B
FIGURA
22.7.
A.
Catéter
pig-‐tail
con
sistema
de
entrada
de
trocar.
B.
Entrada
sobre
guía
Los
catéteres
proximalmente
están
ajustados
a
un
sistema
de
conector
con
un
calibre
universal
lo
que
es
importante
conocer
ya
que
es
el
limitante
para
el
paso
de
sustancias
de
cierto
calibre.
Este
dispositivo
tipo
luer-‐lock
puede
a
su
vez
conectar
con
un
sistema
colector
similar
a
bolsa
de
orina
a
través
de
catéter
intermedio
(Fig.
22.8)
©
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Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
A
B
C
FIGURA
22.8.
A.
Catéter
intermedio
con
doble
sistema
de
conexión.
B.
Sistema
luer-‐lock.
C.
Bolsa
de
orina.
D.
Detalle
de
conexión
en
la
bolsa
de
orina
D
El
sistema
de
sujeción
puede
estar
asegurado
en
su
extremo
distal
por
un
pequeño
hilo
de
seda
o
simplemente
por
una
curva
preformada
de
fábrica
(Fig.
22.9)
B
A
FIGURA
22.9.
A.
Sistema
de
sujeción
con
hilo.
B.
Sin
hilo
El
tamaño
y
el
número
de
orificios
es
variable
en
dependencia
del
modelo
y
del
objetivo
con
que
fue
diseñado.
Los
hay
grandes
y
pequeños.
Por
otra
parte
el
intervencionista
puede
modificar
el
número
y
el
tamaño
de
los
orificios
bien
con
herramientas
diseñadas
para
ello
o
con
sistemas
de
agujas
metálicas
de
diámetro
diferente,
punta
de
tijera,
etc.
(Fig.
22.10)
©
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de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
A
B C
FIGURA
22.10.
A.
Agujeros
grandes.
B.
Agujeros
pequeños.
C.
Dispositivos
para
agujerear
catéteres
Otras
herramientas
necesarias
para
la
realización
de
un
drenaje
son
las
agujas
de
punción
para
la
obtención
de
muestras
y
paso
de
guía.
Se
pueden
utilizar
varios
tipos.
La
aguja
Chiba
de
22
G
es
muy
segura
pero
tan
sólo
permite
la
obtención
de
muestras
para
estudio
y
de
seguridad
para
conocer
las
características
del
contenido.
Para
introducir
una
guía
en
caso
de
la
técnica
Seldinger
es
necesario
utilizar
al
menos
agujas
de
21
G
para
que
den
paso
a
una
guía
rígida
de
0,018”
o
0,014”.
(Hawkins-‐Akins
Blunt
Needles
Cook®,
Van
Sonnenberg
One-‐Step
Access
Needle
Set
Cook®
o
sistemas
coaxiales
tipo
Neff
Percutaneous
Access
Sets
Cook®)
Otros
elementos
necesarios
o
útiles
van
a
ser
dilatadores
que
faciliten
la
entrada
del
catéteres,
sobre
todo
cuando
éste
es
de
gran
calibre.
En
general
los
catéteres
se
manejan
sobre
guía
de
0,035”
que
en
dependencia
del
objetivo,
profundidad
y
trayecto
deberá
será
más
o
menos
rígida.
Si
el
trayecto
es
anfractuoso
se
puede
utilizar
una
guía
hidrofílica,
mientras
que
si
se
encuentra
en
la
profundidad
es
posible
que
se
requiera
una
guía
teflonada
mas
rígida.
(Fig.
22.11)
©
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de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
FIGURA
22.11.
Diversos
tipos
de
catéteres.
1.
Pig-‐tail.
2.
Malecot.
3.
Dilatadores.
4.
Agujas
de
punción.
5.
Guía.
6.
Trocar
de
punción.
7.
Adptador
luer-‐lock
a
jeringa
de
nutrición
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Técnica,
resultados
y
complicaciones
TABLA 22.5. Comparativa de diversos tipos de catéteres de varias marcas comerciales
6.
IMAGEN-‐GUÍA
Para
la
ejecución
del
drenaje
es
preferible
el
tiempo
real
que
proporcionan
la
fluoroscopia
y
la
ecografía.
Cada
una
de
las
dos
tiene
ventajas
y
desventajas.
Quizás
la
técnica
adecuada
sea
la
utilización
combinada
de
ambas.
Previo
a
la
realización
del
drenaje,
no
es
imprescindible,
pero
si
deseable
disponer
de
una
tomografía
computarizada
o
resonancia
magnética
que
te
permita
estudiar
las
características
de
la
lesión,
otras
lesiones
anexas
o
la
distancia
así
como
las
relaciones
anatómicas.
Este
conocimiento
permite
planificar
la
estrategia
para
el
drenaje
y
marcar
la
ruta
más
adecuada
en
la
que
se
eviten
estructuras
vitales
o
que
no
deben
ser
atravesadas.
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Módulo
2.
Unidad
22
Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
A B
FIGURA
22.12.
Técnica
de
punción
de
colección
guiada
por
ecografía.
A.
Esquema
de
movimiento
buscando
el
mejor
abordaje.
B.
Trazado
de
la
eco-‐guía
La
ecografía
constituye
el
medio
ideal
de
guía
para
el
drenaje
de
abscesos.
La
TC
es
una
ayuda
excelente
para
estudiar
la
ruta
y
valorar
la
estrategia
7.
PREPARACIÓN
DEL
PACIENTE
Antes
de
realizar
el
drenaje
de
una
colección
abdominal
es
necesario
considerar
algunos
aspectos
clínicos
que
son
imprescindibles
para
evitar
complicaciones
y
facilitar
su
ejecución
de
una
manera
confortable
y
segura
para
el
paciente.
El
consentimiento
informado
para
el
paciente
explicando
los
beneficios
y
potenciales
complicaciones
es
de
obligado
cumplimiento
en
la
gran
mayoría
de
los
países.
De
todos
modos
la
colaboración
del
paciente
es
algo
importante
para
el
resultado
final
del
procedimiento
y
ésta
se
alcanza
desde
el
primer
contacto
con
él.
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2.
Unidad
22
Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
Si
la
colección
es
de
origen
infeccioso,
es
muy
probable
que
el
paciente
esté
recibiendo
antibioterapia
desde
hace
algunos
días.
Por
ello
es
posible
que
la
visión
directa
y
los
cultivos
microbiológicos
sean
negativos.
En
caso
contrario,
una
vez
recogidas
muestras
para
el
laboratorio
de
microbiología
se
instaurará
antibioterapia
de
amplio
espectro
cubriendo
Gram
positivos,
negativos
y
anaerobios.
Se
debe
conocer
el
estudio
de
coagulación
atendiendo
a
los
valores
de
actividad
de
protrombina
(>
65
%),
ATTP
y
el
número
de
plaquetas.
Una
alteración
en
la
coagulación
no
debe
de
constituir
una
contraindicación
para
el
drenaje
de
una
colección,
sobre
todo
si
el
paciente
está
grave.
Existen
múltiples
posibilidades
y
fármacos
para
corregirla
y
permitir
un
abordaje
seguro
sin
riesgo
de
sangrado
(vitamina
K,
plasma
fresco,
concentrados
de
plaquetas
y
concentrados
de
factores
II,VII,
IX
y
X
(Protromplex®
-‐
Baxter
Inmuno
S.A.)).
Son
importantes
otros
parámetros
hematológicos
y
bioquímicos
previos
para
el
diagnóstico
correcto
de
la
patología
de
base
y
para
seguimiento
del
paciente
(leucocitos
y
fórmula,
valor
hematocrito,
hemoglobina,
glucosa,
creatinina,
bilirrubina,
etc.).
La
analgesia
local
y
general
facilita
el
procedimiento
y
en
los
casos
de
lesiones
complejas
y
profundas
son
necesarias,
incluso
acompañada
de
una
ligera
sedación
con
diacepoxidos
tipo
Midazolam
a
dosis
de
0,25-‐0,50
mg
administrados
vía
intravenosa
cada
10-‐15
minutos
controlando
la
saturación
de
oxígeno.
En
ocasiones
se
puede
recurrir
al
Fentanilo
por
vía
también
intravenosa
a
razón
de
25
microgramos.
(Ver
unidad
6
de
anestesia,
analgesia
y
sedación)
Independientemente
del
medio
de
imagen
a
utilizar
se
deben
administrar
unas
mínimas
normas
de
esterilidad
y
aseptización
para
la
piel
adyacente
a
la
zona
a
drenar,
para
todos
los
materiales,
así
como
el
equipo
intervencionista.
La
sala
de
intervención
deber
reunir
una
serie
de
condiciones
difíciles
de
conseguir
en
las
salas
de
TC
o
RM
por
lo
que
siempre
que
sea
posible
hay
que
intentar
realizar
estos
procedimientos
en
el
quirófano
de
intervencionismo.
En
cualquier
sala,
el
paciente
requiere
tener
una
vía
central
y
monitorización
ECG
y
pulxioximetria
y
toma
de
oxígeno,
así
mismo
es
recomendable
disponer
en
la
propia
sala
un
equipo
de
emergencias
con
desfibrilador
y
otros
elementos
necesarios
para
una
hipotética
parada
cardio-‐respiratoria.
Es
importante
que
el
drenaje
de
una
colección
abdominal
sea
bien
soportado
por
el
paciente.
Por
ello
además
de
la
anestesia
local
hay
que
recurrir
si
es
necesario
a
la
analgesia
sedación
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Módulo
2.
Unidad
22
Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
8.
TÉCNICA
Existen
tres
técnicas
básicas
de
drenaje
de
colecciones
líquidas:
punción
directa
con
aguja
o
trocar
y
extracción
de
la
misma,
implantación
de
catéter
de
drenaje
mediante
la
técnica
Seldinger
e
introducción
del
sistema
catéter-‐trocar
en
conjunto
de
primera
intención.
Las
tres
técnicas
requieren
como
pasos
previos:
1. Aseptización
de
la
zona
mediante
povidona
yodada
en
un
campo
amplio
alrededor
del
punto
seleccionado
para
la
entrada.
2. Campo
estéril
de
la
zona
que
evite
la
contaminación
del
material
y
del
punto
de
entrada.
3. Anestesia
local
por
planos
con
lidocaína
o
bupivacaína
al
2
%
hasta
conseguir
una
buena
anestesia
de
la
zona.
4. Punción
diagnóstica
de
la
zona
con
aguja
fina
(espinal
o
Chiba)
de
18-‐25
G
y
longitudes
de
9
a
20
cm
que
localice
la
lesión
y
ayuda
a
la
caracterización
del
contenido.
Las
agujas
de
menor
calibre
son
más
seguras
pero
generalmente
no
permiten
pasar
una
guía
rígida
de
0,014
pulgadas.
Si
en
este
momento
se
recoge
suficiente
contenido
se
deben
remitir
muestras
para
los
diferentes
laboratorios:
Microbiología
(Gram,
visión
directa
y
cultivos),
Bioquímica
(elementos
formes,
glucosa,
LDH,
bilirrubina,
pH,
colesterol,
otros
específicos),
Hematología
(D-‐
dímero).
5. Por
razones
ya
comentadas
en
general
se
prefiere
la
guía
ecográfica
a
otras,
reservando
la
TC
para
las
lesiones
profundas
o
las
situadas
entre
asas
.
Se
explora
al
paciente
antes
del
procedimiento
para
seleccionar
el
sitio
de
entrada
en
la
piel.
Se
efectúa
antisepsia
local.
Para
la
punción
con
aguja
fina
bajo
control
ecográfico,
el
transductor
se
esteriliza
con
una
solución
bactericida
(Cidex
durante
20
minutos)
o
como
efectuamos
nosotros,
se
envuelve
en
una
cobertura
plástica
estéril.
Se
coloca
una
pequeña
cantidad
de
gel
estéril
(xilocaína
jalea)
sobre
el
transductor
y
la
piel,
y
la
lesión
se
ve
en
imágenes.
El
pasaje
de
la
aguja
se
selecciona
tratando
en
lo
posible
de
evitar
la
interposición
de
órganos,
vasos
sanguíneos
o
intestino.
La
profundidad
de
la
lesión
desde
la
superficie
de
la
piel
se
mide,
teniendo
en
cuenta
una
compresión
de
los
tejidos
blandos
de
½
cm
causado
por
el
transductor.
Una
vez
medida
la
distancia
al
centro
de
la
lesión
puede
marcarse
si
se
desea
la
longitud
en
la
aguja
a
utilizar
con
una
pequeña
cinta
adhesiva
estéril
(banda
elástica
cortadas
o
steri-‐strip).
Esta
maniobra
es
útil
en
la
técnica
a
manos
libres
y
no
cuando
se
usa
guía
de
punciones.
Elegido
el
sitio
de
punción
se
infiltra
con
anestesia
local
(bupivacaina
1-‐2
%)
la
piel,
los
tejidos
blandos
y
serosas.
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Módulo
2.
Unidad
22
Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
Luego
puede
efectuarse
una
mínima
incisión
en
piel
en
el
sitio
de
punción.
Ello
marca
el
sitio
anestesiado
y
protege
el
extremo
de
la
aguja.
Para
este
propósito
aconsejamos
dos
tipos
de
agujas:
la
aguja
espinal
de
18-‐35
G
1.5,
3.5
pulgadas
y
de
3
a
9
cm
de
longitud
y
la
Chiba
20-‐22
G
4-‐8
pulgadas
10-‐20
cm
de
longitud.
La
técnica
varía
según
sea
a
mano
libre
o
con
guía
de
punción
(Fig.
22.13)
A
B
C
D
FIGURA
22.13.
Diversos
tipos
de
acceso
con
aguja
fina
con
control
ecográfico
en
el
abdomen
Si
la
punción
diagnóstica
se
realizó
con
una
aguja
de
suficiente
calibre
que
permita
el
paso
de
una
guía
rígida
(desde
0,014
a
0,035
pulgadas)
se
utiliza
la
técnica
Seldinger
con
dilatación
progresivo
del
tracto
e
implantación
de
catéter
de
drenaje.
En
las
colecciones
próximas
a
la
piel,
con
trayecto
seguro
y
de
gran
tamaño,
se
puede
utilizar
directamente
la
técnica
de
catéter
con
trocar
montado.
La
técnica
Seldinger
consume
más
tiempo,
es
más
cara
ya
que
suele
utilizar
microguías
rígidas
(Lunderquist
0,014
pulgadas
Cook®)
pero
obviamente
es
más
segura.
(Fig.
22.14)
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Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
1 2
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de
colecciones
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Técnica,
resultados
y
complicaciones
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Unidad
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Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
FIGURA
22.16.
Doble
opción
en
el
caso
de
colecciones
bilobuladas.
En
opción
1
se
pueden
dejar
dos
catéteres
en
paralelo
o
bien
uno
único
con
orificios
adicionales.
En
opción
2
se
dejan
dos
catéteres
independientes
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Módulo
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Unidad
22
Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
A F
D
B G
C E H
FIGURA
22.17.
Drenaje
de
colección
abdominal
tubular
con
doble
catéter
a
partir
de
doble
entrada.
A-‐C.
Extensión
del
absceso
por
el
psoas
iliaco.
D-‐E.
Manejo
de
guía
para
situarla
en
la
parte
más
declive.
Doble
catéter.
G-‐H.
Control
TC
¿Dónde
ubicar
el
catéter?
Parece
obvio
que
en
las
partes
más
declives
para
mejor
drenaje
de
la
colección.
Esto
no
siempre
es
posible
y
por
ello
es
imprescindible
controlar
estos
catéteres
y
recolocarlos
en
función
de
las
variaciones
de
morfología
y
decúbitos
que
van
presentando
las
colecciones
en
su
evolución.
(Fig.
22.18)
©
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Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
FIGURA
22.18.
Ajuste
y
recolocación
del
catéter
en
función
de
las
variaciones
de
morfología
y
tamaño
de
la
colección
¿Qué
abordaje
utilizar?
Parece
una
cuestión
sencilla
de
responder
pero
no
lo
es.
A
priori
se
podría
decir
que
hay
que
utilizar
la
vía
más
recta
que
evite
estructuras
vitales.
No
siempre
es
posible
y
existen
peculiaridades
especiales.
La
estrategia
inicial
en
los
abscesos
tubo-‐ováricos
es
el
tratamiento
con
antibióticos.
Aquellas
pacientes
que
no
mejoran
deben
controlarse
con
imágenes
para
así
evidenciar
colecciones
localizadas.
Si
la
punción
percutánea
demuestra
pus,
resultan
excelentes
candidatas
para
el
drenaje
percutáneo
.
Hay
varias
opciones
de
acceso
a
los
abscesos
pelvianos,
aunque
comúnmente
se
realiza
bajo
guía
con
tomografía
computarizada
por
vías
anterior
o
posterior
transglútea.
Últimamente
se
ha
empleado
la
vía
transvaginal
(similar
a
la
quirúrgica)
mediante
guía
por
ecografía
intravaginal.
Este
método
es
de
elección
en
los
abscesos
profundos
(a
nivel
del
Douglas),
que
por
ser
inaccesibles
por
vía
anterior,
son
técnicamente
más
dificultosos
y
habitualmente
más
dolorosos
para
el
acceso
transglúteo.
Es
por
ello
que
en
nuestra
experiencia
desaconsejamos
la
vía
transglútea.
Las
colecciones
fluidas
pélvicas
infectadas
o
no,
pueden
aspirarse
o
drenarse
transvaginalmente.
La
aguja
se
dirige
con
la
guía
situada
en
la
cavidad
endovaginal.
Bajo
visualización
directa
se
inserta
la
aguja
en
la
colección
fluida.
Se
inyecta
anestesia
local
a
medida
que
la
aguja
avanza
hacia
la
colección
fluida.
Se
puede
lograr
la
aspiración
completa
de
la
colección.
Situar
el
drenaje
transvaginal
puede
requerir
la
técnica
de
Seldinger.
La
membrana
fibrosa
de
la
vagina
requiere
de
dilatación
para
insertar
el
catéter.
El
procedimiento
es
eficiente,
rápido
y
mejor
tolerado
que
la
aproximación
transglútea
guiada
por
TC
para
la
colocación
del
catéter.
(Fig.
22.19
y
22.20)
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Módulo
2.
Unidad
22
Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
A B C D
FIGURA
22.19.
Drenaje
de
colección
pelviana
bajo
control
guía
ecográfico
transanal.
A.
Punción
guía
ecográfica.
B.
Paso
de
guía.
C.
Posicionamiento
de
catéter
pig-‐tail.
D.
Control
TC
C
D
A
E
B
FIGURA
22.20.
Drenaje
transvaginal.
A.
RM
colección
uterina
(Piometra).
B.
Visión
ecográfica.
C.
Paso
de
guía.
D.
Colocación
de
pig-‐tail.
E.
Preparación
de
sonda
transvaginal
Una
vez
finalizada
la
implantación
del
catéter,
éste
se
debe
sujetar
a
la
piel
con
el
fin
de
asegurar
su
permanencia.
Suele
bastar
con
los
discos
plásticos
de
sujeción
que
acompañan
a
los
diferentes
sets.
No
obstante,
dos
o
tres
puntos
desde
la
piel
anudados
a
una
pequeña
bandera
de
tela
adhesiva
quirúrgica
es
suficiente
para
garantizar
la
seguridad
del
catéter.
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Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
La
mejor
guía
para
el
drenaje
de
colecciones
abdominales
es
la
ecografía.
Tan
sólo
en
situaciones
concretas
hay
que
recurrir
a
la
TC:
Lesiones
profundas
y
lesiones
entre-‐asas
9.
CUIDADOS
Y
REVISIONES
El
intervencionista
debe
responsabilizarse
del
cuidado
y
manejo
de
catéteres.
Es
necesario
realizar
la
ronda
diaria
para
anotar
débitos
y
cualquier
anomalía
que
se
produzca
en
su
funcionamiento.
Se
cuestiona
la
posibilidad
de
incluir
en
la
cartera
de
servicios
el
drenaje
de
colecciones
a
las
unidades
que
no
puedan
o
no
sepan
realizar
estos
cuidados
posteriores
a
la
implantación
de
un
catéter.
El
seguimiento
debe
incluir
aspectos
clínicos
y
de
laboratorio
que
muestren
la
evolución
del
proceso,
débito
diario
y
características
organolépticas
del
material
extraído
y
atención
a
los
resultados
del
laboratorio
microbiológico
por
si
fuera
necesario
ajustar
o
cambiar
la
antibioterapia.
En
general
es
necesario
realizar
una
cura
diaria
de
los
apósitos
y
sistemas
de
sujeción
del
catéter
o
catéteres
para
comprobar
su
limpieza
y
ausencia
de
infecciones
del
punto
de
entrada
que
pueden
ser
comunes.
Hay
que
comprobar
y
asegurar
la
permeabilidad
de
los
catéteres.
Por
lo
general
se
prescriben
tres
lavados
diarios
con
10
cc
de
suero
estéril,
uno
cada
8
horas.
Con
el
ello
suele
ser
suficiente
para
mantener
la
permeabilidad
del
catéter.
En
general
no
es
necesario
realizar
abscesograma,
salvo
que
el
paciente
no
evolucione
favorablemente
o
el
débito
no
disminuya.
En
estos
casos
será
necesario
realizar
un
relleno
de
la
cavidad
con
contraste,
preferentemente
no
iónico
e
introducido
a
poca
presión
hasta
rellenar
en
su
totalidad
la
cavidad
buscando
fístulas,
etc.
La
ecografía
y/o
TC
pueden
así
mismo
ser
necesarios
para
evaluar
el
curso
de
un
drenaje.
En
general,
ambos
deben
ser
obligatorios
antes
de
retirar
un
catéter
como
testimonios
del
éxito
clínico.
¿Qué
hacer
cuando
un
drenaje
abdominal
no
evoluciona
satisfactoriamente
a
pesar
de
estar
bien
implantado?
Es
necesario
revisar
con
los
medios
de
imagen
que
la
cavidad
no
está
multiloculada,
que
el
catéter
y
los
orificios
están
ubicados
en
el
sitio
correcto,
no
existen
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Módulo
2.
Unidad
22
Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
A B
C D E
FIGURA
22.21.
Absceso
en
colecistitis
enfisematosa.
A-‐B.
Visión
TC.
C-‐D.
Drenaje
bajo
control
combinado
fluoroscopia-‐ecografía.
E.
Control
en
abscesograma
que
demuestra
comunicación
con
el
colon
El
cuidado
y
seguimiento
de
las
colecciones
drenadas
debe
ser
una
obligación
del
intervencionista,
de
tal
forma
que
si
no
puede
realizar
este
seguimiento
debería
plantearse
no
hacerlos
10.
INDICACIONES
Y
CONTRAINDICACIONES
Las
indicaciones
y
contraindicaciones
son
variables
en
función
de
la
amplitud
del
término
de
colección
o
absceso
abdominal.
En
líneas
generales
estaría
indicado
drenar
todas
las
colecciones
fluidas
abdominales
infectadas
o
que
puedan
llegar
a
infectarse
con
el
tiempo,
así
mismo
también
estaría
indicado
drenar
las
colecciones
que
en
su
evolución
o
por
su
situación
están
produciendo
daño
de
compresión
o
de
disfunción
de
órgano
o
estructuras
adyacentes.
Existen
diversos
procesos
abdominales
en
los
que
en
la
literatura
médica
no
hay
unanimidad
de
criterios
tales
como:
enfermedad
de
Crohn,
tumores
abcesificados,
tumores
en
la
ruta
de
colon
transverso
o
pleura.
En
tales
situaciones
complejas
debe
existir
un
consenso
entre
el
cirujano
y
el
intervencionista
y
valorar
riesgos-‐beneficios.
La
gran
mayoría
de
estos
procesos
terminaran
requiriendo
solución
quirúrgica
,
sin
embargo
el
drenaje
puede
constituir
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Módulo
2.
Unidad
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Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
un
paso
intermedio
que
permita
mejorar
la
situación
general
del
paciente
y
llevar
con
mayores
garantías
y
seguridad
al
paciente
a
la
cirugía.
(Fig.
22.22)
Indicaciones
de
Drenaje
de
una
colección
1. Sospecha
de
que
el
líquido
este
infectado
o
sea
el
resultado
de
una
fistulización
patológica.
2. Necesidad
de
conocer
la
naturaleza
de
la
colección.
3. Sospecha
de
que
la
colección
está
produciendo
síntomas
de
suficiente
entidad
para
drenarlo.
4. Como
adyuvante
para
mejorar
otra
intervención
(evacuación
de
ascitis
pre-‐TIPSS).
Existen
pocas
contraindicaciones
para
el
drenaje
de
una
colección
abdominal
pero
hay
que
respetarlas
si
existen.
Contraindicaciones
1. Coagulopatía
importante
que
no
se
puede
corregir
adecuadamente.
2. Compromiso
cardio
respiratorio
importante
con
inestabilidad
hemodinámica.
3. No
seguridad
en
el
camino
hasta
el
absceso
o
la
colección.
4. Imposibilidad
de
colaboración
por
parte
del
paciente
en
el
procedimiento.
Todas
estas
contraindicaciones
excepto
la
falta
de
un
camino
seguro
hasta
la
colección,
son
relativas
ya
que
existen
drogas
y
anestésicos
que
pueden
corregir
las
situaciones
anteriormente
citadas.
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Módulo
2.
Unidad
22
Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
A B C
FIGURA
22.22.
Paciente
de
58
años
con
viaje
reciente
a
Marruecos
que
presenta
fiebre
y
leucositosis.
A.
Se
punciona
y
aísla
entamoeba
histolytica.
B.
Se
drenó
y
se
aplicaron
tres
sesiones
de
fibrinólisis.
C.
Resultado
final
11.
COMPLICACIONES
Se
ha
publicado
que
ocurren
complicaciones
en
el
10
%
de
los
pacientes
a
los
que
se
realiza
un
drenaje
abdominal.
Estas
complicaciones
dependen
de
la
selección
del
paciente,
de
la
técnica
y
experiencia
y
sobre
todo
del
manejo
del
paciente
en
el
post-‐procedimiento.
A
pesar
de
ello,
la
ACR-‐SIR
(American
College
of
Radiology
–
Society
of
Interventional
Radiology)
ha
publicado
la
tasa
de
complicaciones
así
como
la
tasa
deseada
siguiendo
estándares
de
buenas
prácticas.
(Tabla
22.6)
(Fig.
22.23)
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Módulo
2.
Unidad
22
Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
TABLA
22.6.
Complicaciones
publicadas
en
la
literatura
y
estándares
según
el
ACR
(American
College
of
Radiology)
y
SIR
(Society
of
Interventional
Radiology)
Publicado
Estándar
COMPLICACIÓN
(%)
(%)
• Shock
séptico
1-‐2
4
• Bacteriemia
(que
requiere
intervención)
2-‐5
10
• Hemorragia
(que
requiere
transfusión)
1
2
• Sobreinfección
1
2
• Perforación
intestinal
1
2
• Perforación
pleural
(requiere
1
2
intervención
abdominal)
• Perforación
pleural
(requiere
2-‐10
20
intervención
pleural)
TOTAL
1-‐10
2-‐20
A B C
FIGURA
22.23.
A.
Paciente
de
29
años
con
enfermedad
de
Crohn
que
debuta
con
cuadro
infeccioso
abscesificado
en
el
abdomen
(psoas
lumbar
e
iliaco).
B.
Se
drenó
con
catéter
de
12
Fr
durante
7
días.
C.
La
evolución
no
favorable
y
la
aparición
de
reacción
peritoneal
y
sepsis
aguda
que
requirió
retirad
de
catéter
y
cirugía
convencional
con
postoperatorio
tórpido
en
UCI
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Unidad
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Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
12.
RETIRADA
DE
CATÉTERES
El
momento
de
la
retirada
de
un
catéter
es
coincidente
con
el
estado
satisfactorio
del
paciente
desde
el
punto
de
vista
clínico
y
analítico,
cuando
el
débito
es
menor
de
10
cc
diarios
y
la
colección
ha
desaparecido
o
es
muy
residual
en
los
medios
de
imagen.
¿Es
imprescindible
disponer
de
medios
de
imagen
que
testimonien
esta
curación?.
Parece
razonable
que
sí
ya
que
cualquier
cambio
en
la
evolución
favorable
del
paciente
pondría
dudas
si
la
curación
clínica
fue
aparente
o
verdadera.
La
ecografía
o
mejor
la
TC
realizado
antes
de
retirar
los
catéteres
ponen
de
manifiesto
la
resolución
del
proceso.
La
clínica
y
la
imagen
son
obligatorias
para
decidir
cuándo
hay
que
retirar
un
catéter.
La
ACR-‐SIR
establece
una
tasa
del
95
%
para
el
éxito
técnico
y
del
85
%
para
el
éxito
clínico
13.
FIBRINOLISIS
Entre
el
10
y
20
%
de
los
drenajes
fallan
a
pesar
de
estar
adecuadamente
implantados.
Las
principales
causas
de
fallo
son:
el
contenido
viscoso
de
la
colección,
la
existencia
de
trabéculas
de
fibrina
que
septan
la
colección
y
la
presencia
de
sangre
(hematomas).
Se
conoce
que
al
igual
que
en
la
pleura,
la
cavidad
peritoneal
reacciona
frente
a
la
infección
produciendo
tractos
de
fibrina
en
un
intento
de
controlarla
localmente.
Diversos
autores
han
demostrado
que
la
administración
de
fibrinolíticos
localmente
en
colecciones
abdominales
complicadas
y
loculadas
acelera
la
resolución
del
proceso,
disminuyendo
los
días
de
hospitalización
y
el
costo
del
procedimiento.
En
el
caso
de
utilización
de
fibrinolíticos
es
útil
la
monitorización
de
la
actividad
fibrinolítica
mediante
la
cuantificación
seriada
del
D-‐dímero
en
el
contenido
de
la
colección.
La
falta
de
movimiento
en
el
D-‐dímero
revela
la
no
eficacia
del
fibrinolítico
por
lo
que
no
se
debería
seguir
utilizando.
La
pauta
habitual
de
aplicación
del
fibrinolítico
son
tres
instilaciones
diarias
de
100000
UI
de
UK
disueltas
en
20
cc
de
suero
fisiológico
durante
dos
o
tres
días.
A
veces
son
necesarias
más
días
de
tratamiento
fibrinolítico.
(Ver
pauta)
(Fig.
22.24)
Existen
pocas
complicaciones
pero
cuando
aparecen
pueden
ser
graves.
Es
necesaria
una
cualificación
y
entrenamiento
adecuado
para
su
realización.
Es
importante
saber
cuando
no
se
debe
drenar
una
colección
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Unidad
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Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
A
B
FIGURA
22.24.
Paciente
de
37
años
con
dolor
lumbar,
fiebre
e
impotencia
funcional
en
ambas
extremidades
inferiores.
A.
Se
aisló
escherichia
coli
y
se
drenó
con
2
catéteres
de
12
Fr.
B.
Se
realizaron
tres
sesiones
con
fibrinolíticos
La
administración
de
fibrinolíticos
en
casos
seleccionados
de
abscesos
complicados
mejora
los
resultados
del
drenaje,
acelerando
la
curación,
disminuyendo
costos
y
días
de
estancia
hospitalaria
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colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
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Drenaje
de
colecciones
abdominales.
Técnica,
resultados
y
complicaciones
11. Haaga
JR,
Nakamoto
D,
Stellato
T
et
al.
Intracavitary
urokinase
for
enhancement
of
percutaneous
abscess
drainage:
Phase
II
trial.
Am
J
Roentgenol.
2000;174:1681-‐5
12. Park
JK,
Graus
FC,
Haaga
JR.
Fluid
flouw
during
percutaneus
drainage
procedures:
an
in
vitro
study
of
the
effects
of
fluid
viscosity,
catheter
size
and
adjunctive
urokinase.
Am
J
Roentgenol.
1993;160:165-‐9
13. Keeling
AN,
Leong
S,
Logan
PM
et
al.
Empyema
and
effusion:
outcome
of
image-‐
guided
small-‐bore
catheter
drainage.
Cardiovasc
Intervent
Radiol.
2008;31:135-‐41
14. Temes
RT,
Follis
F,
Kessler
RM
et
al.
Intrapleural
fibrinolytics
in
management
of
thoracic
empyema.
Chest.
1996;110:102-‐6
15. de
Gregorio
MA,
Miguelena
JM,
Medrano
J.
Abdominal
abscess
drainage.
Advantages
of
fibrinolytic
agents.
Cir
Esp.
2005;77(6):315-‐20
16. Laborda
A,
de
Gregorio
MA,
Miguelena
JM,
Medrano
J,
Gómez-‐Arrue
J,
Serrano
C,
de
Blas
I,
Gimenez
M,
D'Agostino
H.
Percutaneous
treatment
of
intrabdominal
abscess:
urokinase
versus
saline
serum
in
100
cases
using
two
surgical
scoring
systems
in
a
randomized
trial.
Eur
Radiol.
2009;19(7):1772-‐9
17. Lahorra
JM,
Haaga
JR,
Stellato
T
et
al.
Safety
of
intracavitary
urokinase
with
percutaneous
abscess
drainage.
Am
J
Roentgenol.
1993;160:171-‐5
18. Peel
ALG,
Taylor
EW.
Proposed
definitions
for
the
audit
of
postoperative
infection:
a
discussion
paper.
Annals
of
the
Royal
College
of
Surgeons
of
England.
1991;73:385-‐8
19. Knaus
WA,
Draper
EA,
Wagner
DP,
Zimmerman
JE.
APACHE
II:
A
severity
of
disease
classification
system.
Critical
Care
Medicine.
1985;13:818–29
20. Macha
DB,
Thomas
J.
Nelson
R.
Pigtail
Catheters
Used
for
Percutaneous
Fluid
Drainage:
Comparison
of
Performance
Characteristics.
Radiology.
2006;238:1057-‐
63
21. Kee
ST,
Haaga
J,
Lossef
S,
Sanhu
J.
Abscess
Drainage
Workshop
session.
Hanout
Book
26th
Annual
Scientific
Meeting
SCIVIR.
San
Antonio,
Texas;
2001
22. Worthen
NJ,
Gunning
J.
Percutaneous
drainage
of
pelvic
abscesses:
management
of
the
tubo-‐ovarian
abscess.
J
Ultrasound
Med.
1986;5:551-‐6
23. Tyrrel
R,
Murphy
F,
Bernardino
M.
Tubo-‐ovarian
abscesses:
CT-‐guided
precutaneous
drainage.
Radiology.
1990;175:87-‐9
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