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El arte, se dice que es - y puede ser usado como - el mapa externalizado de nuestro
yo interior.
Peter London, No more secondhand Art.
Así como el arte puede servir como decoración o para apreciarlo en los museos y
exposiciones, el arte tiene otros propósitos de los que muchos hemos
desconectado. Entre ellos la comprensión de uno mismo, la búsqueda de
significado, el crecimiento personal, el empoderamiento, el desarrollo de la
autoestima y seguridad, la sanción y liberación de emociones, etc.
Mientras que el arte puede utilizarse para obtener algún grado de entendimiento de
la persona que lo crea, el proceso del arte terapéutico y su potencial para ayudar a
las personas a crecer, rehabilitarse y sanar, también viene del mismo proceso de
creación. Ayuda a las personas a entender que su expresión artística puede ser
parte importante del proceso terapéutico, pero el proceso es lo más importante. La
arteterapia es una modalidad con cualidades especiales para reparar, transformar y
auto explorar.
Pensamiento visual:
Carl Jung, conocido por su interés en los símbolos visuales en los sueños y el arte,
también remarcó la importancia de las imágenes en la actividad terapéutica. Él
observó que permitiendo que un humor o problema se personificara o representara
en una imagen a través de los sueños o el arte, podemos empezar a comprenderlo
más clara y profundamente y a experimentar las emociones que están contenidas
en este. La filosofía de Jung ha influenciado el campo de la psicoterapia, que ha
confiado fuertemente en las imágenes de memorias y sueños y su conexión con las
emociones para ayudar a personas a través de su trabajo emocional.
Aunque he trabajado con cientos de niños y adultos que han sido traumatizados, un
caso en particular demuestra cómo las experiencias de trauma severo pueden
retornar en forma de imágenes, hasta antes que las palabras puedan describirlos.
Hace unos años, una mujer joven, Carla, vino a verme con un saco lleno de
cuadernos llenos de dibujos que ella había creado en los últimos meses. Carla dijo
que nunca había tenido interés en el arte hasta ahora. Ella sintió el impulso de cada
día hacer dibujos, algunas veces de sus sueños y otros de su imaginación. El
contenido de esas imágenes la preocuparon, y pensó que quizás compartiéndolas
con un arte terapeuta podría ayudarle a entenderlas. La mayoría de los dibujos
contenía escenas de violencia y dolor. El estilo del dibujo era curioso. Mientras
algunas de las imágenes se veían creadas por un adulto, la mayoría de ellos podría
haberse confundido con dibujos de un niño pequeño. En los meses siguientes,
trabajé con Carla para ayudarle a determinar el significado de sus imágenes y a
descubrir por qué se sentía impulsada a ponerlas en papel. A través del trabajo
artístico y sesiones con un hipnoterapeuta, descubrimos que Carla había sufrido
abuso severo de niña y ahora sufría de trastorno de identidad disociativo (antes
conocido como trastorno de personalidad múltiple) como resultado. A través de la
expresión artística fue capaz de rescatar las memorias de su padre abusivo y
empezar el largo proceso de comprensión e integración de experiencias de las que
se había disociado, experiencias muy dolorosas para decirlas en voz alta. Las
imágenes artísticas también se convirtieron en la forma en que Carla y yo
empezamos a descubrir e identificar las personalidades múltiples que ella había
desarrollado para lidiar con el trauma severo que había sufrido en sus primeros
años de vida.