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MUSCULOESQUELÉTICAS
Displasia
La displasia es considerada una condición pre-osteoartrítica ya que su
desarrollo condiciona la aparición de la OA en pacientes jóvenes, se estima que
entre el 20 a 40% de los casos de OA juvenil son debidos a procesos displásicos.
Presenta mayor prevalencia en razas grandes y condrodistróficas, pero de
todas formas se describe en razas pequeñas.
La displasia de cadera tiene prevalencia de 73,4% en bulldog, 69,7% en pug y
49,2% en san bernardo.
Mientras que la displasia de codo tiene prevalencia de 70% en boyero de Berna,
17-30% en labrador y 26% en terranova.
Displasia de cadera
La displasia de cadera es una
patología heredable
poligénica, donde factores
medioambientales modifican la
expresión de los mismos.
Concretamente en la displasia
de cadera, el índice de
heredabilidad hasta ahora
descrito es del 0,1 a 0,6, sin
embargo, se ha sugerido que los daños óseos ocurren como consecuencia de una
debilidad de tejidos blandos periarticulares más que por la propia genética.
Incluso la laxitud articular coxofemoral presenta en algunas razas una mayor
heredabilidad que los propios cambios óseos (0,64 en golden).
Aunque en la actualidad se desconocen los mecanismos del desarrollo de la
displasia de cadera se han postulado como posibles causas la laxitud articular,
alteraciones como la OC y OCD, alteraciones en el desarrollo óseo de la pelvis.
Respecto a la laxitud articular se ha estudiado que esta puede ser originada por
la debilidad del ligamento de la cabeza del fémur o de la cápsula por alteración del
contenido en colágeno o por un aumento del volumen del líquido sinovial.
Se ha registrado que, en pacientes displásicos, con una laxitud capsular
pronunciada, el volumen de líquido sinovial estaba bastante aumentado. Se
conoce que el volumen de este líquido se asocia al rango de laxitud ya que, en
condiciones normales, el líquido va a participar en la estabilidad articular, siempre
bajo condiciones de presión atmosférica.
Todavía se desconocen los mecanismos exactos de homeostasis activa por los
que se regula el volumen de líquido sinovial a nivel de venas y de vasos linfáticos
capsulares, no obstante, los procesos inflamatorios que acontecen en las
articulaciones displásicas van a afectar a este equilibrio ya que se va a producir
una pérdida de proteínas y una disminución del drenaje, por lo tanto se va a
producir un aumento de la presión intraarticular, lo que podría conducir a una
reducción de los sinoviocitos capsulares a un aumento de los espacios
intercelulares y todo ello contribuye al aumento de la permeabilidad.
En la actualidad aún no se tiene claro si el incremento de líquido sinovial es la
causa primaria de los cambios displásicos o si es un cambio secundario a la
laxitud y la propia respuesta inflamatoria.
Otra hipótesis que hasta ahora no se ha podido corroborar es la alteración en el
contenido de colágeno en la capsula articular de las articulaciones afectadas. El
colágeno 1 es el principal componente y el encargado de darle resistencia a la
cápsula. No hay estudios capaces de confirmarlo.
Es significativo que perros predispuestos a hacer displasia, nazcan con
articulaciones coxofemorales normales y con el crecimiento desarrollen cambios
displásicos, en estos individuos lo más significativo que se ha visto es que
presentan laxitud articular y cambios osteoartriticos tempranos, lo que podría
avalar las hipótesis anteriores.
La laxitud de los tejidos periarticulares va a provocar la subluxación coxofemoral.
Tradicionalmente se pensaba que la subluxación ocurría en la fase de apoyo de la
extremidad, haciendo que la cabeza femoral se desplazara lateralmente, pero la
observación de las lesiones en los pacientes displásicos, localiza los daños
cranealmente y dorsalmente en la cabeza femoral y en el acetábulo,
concretamente se han identificado áreas de desgaste articular, inmediatamente de
dorsal a la fóvea del ligamento de la cabeza del fémur lo que sugiere una
reducción de la subluxación del fémur durante la fase de apoyo, en consecuencia,
la luxación se va a producir durante la fase de propulsión dada la distribución y
acción de la musculatura estabilizadora de la cadera, durante esta fase de apoyo,
la acción específica de los músculos abductores y glúteo van a generar fuerzas
perpendiculares a la articulación coxofemoral portando a la cabeza del fémur a
dirigirse medialmente y a mantenerse en posición …
En cambio, en la fase de propulsión o protracción de la extremidad, los principales
encargados del movimiento, son los músculos ilipsoas, recto femoral y sartorio que
al contraerse van a traccionar del fémur en dirección dorsal craneal y ellos
generan dos fuerzas verticales paralelas al eje de longitudinal del fémur que dada
la preexistencia de una laxitud articular predispondría a la subluxación dinámica de
la articulación.
Otra alternativa como mecanismo causal de la displasia de cadera es la alteración
de la osificación endocondral, es decir, OC u OCD, se ha postulado que estas …
compresivas aberrantes generadas durante la locomoción sobre el aspecto medial
de la cabeza femoral y el borde acetabular dorsal pueden interferir en la
osificación normal, interrumpiendo el aporte vascular, lo que va a originar defectos
de cartílago y retraso en el cierre de la fisis de la cabeza del fémur, esta falta de
vascularización va a producir un retraso en la osificación endocondral, dando
origen a focos de cartílago retenido, el cual se necrosará y que puede o no
fracturarse.
Otros mecanismos aparte de los descritos, que también pueden tener implicación
en la patogénesis de estas condrosis, pero que todavía no está muy claro, son
alteraciones celulares como la hipertrofia de los condrocitos, respuesta que sería
secundaria a su incremento de actividad en un intento de reparar esta lesión del
cartílago articular, o bien cambios en los patrones de expresión genética de los
condrocitos. También cambios en los componentes de la matriz extracelular que
podrían participar en la aparición de la osteocondrosis.
Por último, también se ha propuesto como contribución al desarrollo de la displasia
coxofemoral factores biomecánicos derivados de una alteración del desarrollo
óseo de la pelvis, concretamente, que tenga una inclinación superior, mucho más
marcada del borde dorsal acetabular respecto a la horizontal. Parece ser que este
hallazgo puede estar relacionado con la mayor predisposición a la subluxación
articular dado que existe menor área de la cabeza femoral protegida o cubierta por
el acetábulo, sin embargo, aún se desconoce si esta hipótesis es cauda primaria o
secundaria.
Displasia de codo
Ocurre la misma incertidumbre con los
mecanismos fisiopatológicos de la displasia de
codo, son diferentes las patologías ortopédicas
que derivan en displasia de codo, estas son:
- Síndrome del proceso coronoideo medial
con o sin fragmentación.
- OC/OCD del cóndilo medial del húmero.
- No unión del proceso ancóneo.
- Incongruencia articular por el crecimiento asincrónico del cúbito y del radio.
La patología más diagnosticada en la displasia de codo es la fragmentación del
proceso coronoideo, proceso que es cartilaginoso al nacimiento y que se osifica
completamente a las 20 semanas de edad, sin embargo, a pesar de las
investigaciones no se han podido obtener datos concretos sobre cuales son los
mecanismos implicados en su desarrollo, la tendencia actual es considerar la
incongruencia articular en fases tempranas del crecimiento como base de esta
patogenia. Pero la incongruencia articular por si misma no es causa de displasia,
sino la expresión de la alteración en el desarrollo de las placas de crecimiento.
Independientemente del tipo de incongruencia, la consecuencia es una
distribución anormal de las fuerzas de carga durante la fase de apoyo que son
dirigidas principalmente hacia el compartimento articular medial, es decir, cóndilo
humeral medial y proceso coronoideo medial del cúbito, resultando así con el
tiempo en un daño o desgaste del cartílago articular y del hueso subcondral, es
decir, el desarrollo de osteoartritis.
Es importante tener en cuenta que estas patologías pueden ser concomitantes o
no, puede existir más de una de estas patologías en el desarrollo de la displasia.
Osteoartritis (OA)
Patología heterogénea con numerosas y diferentes progresiones, pero que es muy
prevalente en la población.
Hasta hace unos años se consideraba una enfermedad crónica no inflamatoria ya
que en un 85% de pacientes humanos y 60% de pacientes equinos se
diagnosticaba OA sin antecedente traumático, sin embargo, cada vez más, existe
evidencia acumulada que sugiere que la OA es una enfermedad no solo
degenerativa, sino que también inflamatoria, compleja y multifactorial, con
numerosos componentes genéticos, biológicos y biomecánicos, que en función de
su acción van a dar lugar a la expresión de diferentes fenotipos (imagen).
Aunque estos fenotipos presentan importantes diferencias, también comparten los
mismos mecanismos de alteración metabólica, alteración biomecánica e incluso
muchos factores predisponentes como la edad o el ejercicio, los cambios
metabólicos sobre el cartílago articular y concretamente sobre los condrocitos se
han considerado desde un principio como el primer eslabón en la fisiopatología de
la OA.
En articulaciones sanas, los condrocitos son responsables del mantenimiento del
equilibrio entre la degradación y la reparación de la matriz extracelular, este
equilibrio se mantiene con una compleja interacción entre condrocitos, citoquinas y
los estímulos mecánicos.
Los procesos osteoartriticos, como se
ve en el esquema, los condrocitos
intentan mantener la homeostasis y
reparar los daños incrementando la
producción de prostaglandinas y de
colágeno inicialmente, pero llega un
momento donde los procesos
catabólicos van a superar a los
anabólicos, la degradación del
cartílago articular ocurre por la acción
de numerosos mediadores
inflamatorios como las citoquinas, los
radicales libres (óxido nítrico) y las
enzimas degradativas. Junto con la degradación de los proteoglicanos y el
colágeno de la matriz extracelular, los condrocitos comienzan a producir menos
cantidad de estos componentes y además de manera defectuosa, es decir, en vez
de colágeno tipo II, va a sintetizar tipo I que se caracteriza por diámetros fibrilares
menores y unas uniones covalentes más débiles, biomecánicamente el colágeno I
es menos efectivo para soportar las cargas aplicadas, además los proteoglicanos
sintetizados tienen menos glucosaminoglicanos en su núcleo central y son más
cortos, además la matriz extracelular es más susceptible a incorporar moléculas
de agua en su estructura, lo que causa un aumentar de la dispersión de los
proteoglicanos en la propia matriz y lo que va a facilitar la acción de las
metaloproteinasas.
Todos estos cambios en composición van a disminuir las propiedades
biomecánicas del cartílago articular, lo que se traduce en una menor resistencia y
una menor viscoelasticidad.
La degradación progresiva del cartílago articular, sin una reparación efectiva va a
resultar en un cartílago articular más delgado que es incapaz de absorber y
distribuir las fuerzas aplicadas, lo que deriva en una aparición de fibrilación de su
superficie, también van a aparecer fisuras conforme progresa la inflamación, estas
fisuras del cartílago van a producir que se liberen pequeños fragmentos de esa
matriz degenerada, van a ser liberadas al liquido sinovial y van a ser fagocitadas
por los macrófagos, lo que estimulará más a la inflamación, se van a liberar más
mediadores inflamatorios y se va a perpetuar el ciclo de inflamación en los tejidos
articulares, además, la fisura del cartílago va a exponer el hueso subcondral, se va
a encontrar sometido a cargas superiores a su límite fisiológico, lo que producirá
en él microfracturas que se van a ir reparando y al final van a producir un hueso
subcondral más rígido debido a la esclerosis y va a dar lugar a una menor
capacidad de absorción de carga, el cual se va a seguir fragmentando, es un ciclo
vicioso.
Las fisuras, además van a exponer al hueso subcondral a la acción de
metaloproteinasas, citoquinas y el resto de mediadores inflamatorios provocando
una degeneración y necrosis del hueso subcondral.
Las citoquinas se producen por gran variedad de células, en el caso de las
articulaciones, principalmente por sinoviocitos y condrocitos, van a presentar tanto
una actividad catabólica como anabólica (eso en articulaciones sanas), sin
embargo, en articulaciones con OA, los procesos catabólicos van a ser
mayoritarios que los anabólicos, no habrá equilibrio.
Las citoquinas proinflamatorias más estudiadas son la IL-1 y el FNT (factor de
necrosis tumoral) alfa, su expresión tiene efectos negativos sobre el metabolismo,
están implicados directamente en la destrucción de la matriz extracelular,
mediante la estimulación de la síntesis de las metaloproteinasas, el óxido nítrico y
la prostaglandina (PG) E2, lo que van a hacer también es inhibir la síntesis del
colágeno tipo II, del … y del resto de proteoglicanos, es decir, van a reducir los
procesos anabólicos.
Parece ser que el efecto del factor de necrosis tumoral alfa, es menos potente que
el de la IL 1, pero en conjunto se potencian, se ha observado que el FNT alfa
estimula la producción de IL 1.
La IL 1 influye en la producción de osteofitos por estimulación de los osteoclastos,
también la estimulación de los fibroblastos que existen en la cápsula articular
produciendo fibrosis de la misma.
Con respecto al óxido nítrico (NO) es un radical libre derivado de la síntesis de las
enzimas degradativas y parece ser también que es producido de manera
espontánea por el propio cartílago osteortrítico.
La hipótesis de más peso sobre su actividad es que este aumenta la expresión de
las metaloproteinasas, a la vez que reduce la expresión de las proteínas
anabólicas protectoras, pero también la proteína antagonista del receptor de la IL
1. El NO incluso puede inducir la apoptosis de condrocitos.
En relación a la contribución de la PG E2, en articulaciones con … artritis, pues
esta contribución todavía no está bien definida, pero si se ha determinado que se
encuentra en grandes cantidades en aquellas articulaciones que padecen sinovitis
y/o OA. Se piensa que participa en la degradación de la matriz extracelular y en la
erosión del hueso subcondral mediante la activación de las metaloproteinasas y de
la inhibición de la síntesis de las proteínas …
Las enzimas degradativas (metaloproteinasas) son sintetizadas por sinoviocitos y
condrocitos, debido al estímulo por la acción de los mediadores inflamatorios, pero
también de otros estímulos mecánicos, son consideradas las principales
ejecutoras de la degradación de la matriz extracelular es la OA, de hecho, la
concentración de las mismas está correlacionada con la severidad de las lesiones
histológicas, en las articulaciones patológicas, se expresan diferentes tipos de
metaloproteinasas, clasificadas como colagenasas, estromelisinas y gelatinasas,
entre otras.
De manera general, las colagensas actúan sobre diferentes tipos de fibras de
colágeno degradándolas, las estromelisinas fragmentan el colágeno ya
degradado, la elastina, el …, la fibronectina, pero también otras proteínas de
actividad muy similar.
Estas metalopoteinasas son secretadas de forma inactiva o latente y se van a
activar por los residuos proteolíticos de la degradación de la matriz que se
producen por la actividad de otras enzimas.
En la actualidad, las investigaciones más recientes han destacado la implicación
de la membrana sinovial y el líquido sinovial en el desarrollo de la osteoartritis. In
vitro se ha determinado que los sinoviocitos son una fuente importante de
secreción de mediadores inflamatorios y enzimas degradativas.
La sinovitis primaria puede producirse debido a insultos ¿? Biomecánicos como
traumas repetitivos de baja intensidad o traumas severos, lo que va activar los
mecanismos inflamatorios celulares y enzimáticos, además de una cicatrización
fibrosa de la cápsula, pero esta respuesta inflamatoria también se activa de
manera secundaria ante otras anormalidades como los fragmentos osteocondrales
o la rotura de ligamentos cruzados.
Fases de la cicatrización
Lesiones musculares
Miopatías
Miopatías o lesiones de los músculos. En perros representan un 53% de las
lesiones ortopédicas diagnosticadas (32%) son miopatías o tendinopatías.
Entre las miopatías más frecuentes diagnosticadas en miembro pélvico destacan
la contractura del cuádriceps, gracilis, pectinio, abductores, también la miopatía
fibrótica del semitendinoso y semimembranoso y la miopatía traumática del
músculo iliopsoas.
En los miembros torácicos son más comunes las lesiones en los músculos
infraespinoso, supraespinoso y bíceps, aunque los traumatismos son muy
frecuentes, el excesivo estiramiento de las fibras durante la contracción excéntrica
es la causa más común de distenciones y roturas musculares agudas en la
medicina deportiva. La contracción excéntrica es el tipo de contracción más
peligrosa o arriesgada para los músculos, pero son necesarios para ayudar a
controlar los movimientos concéntricos de los músculos agonistas y por tanto
obtener una estabilidad locomotora.
Las fases de cicatrización en los músculos siguen
los mecanismos descritos anteriormente, pero con
algunas particularidades. Lo más característico de
la fibra muscular es su capacidad regenerativa, la
miofibra sana está compuesta por una membrana
basal que es la que recubre a la miofibrilla, que
engloba al sarcolema fibrilar y a sus propias celular
madre mesenquimales.
Las células satélite son indiferenciadas, están
inactivas y van a participar en la auto regeneración
fibrilar, además pueden diferenciarse según el
estimulo recibido en otras células para participar en
el proceso de cicatrización, completando así la
regeneración muscular.