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DIÁLOGO SOCRÁTICO Y
RELATIVISMO DE LOS SOFISTAS.
DIÁLOGO SOCRÁTICO Y RELATIVISMO DE LOS SOFISTAS

CONTEXTO

Nos situamos en el siglo V a.C., en Atenas, que a partir de aquí se convertiría en el centro
de la especulación filosófica y, en general, en la mayor potencia política, militar y cultural de
Grecia. Esta polis había liderado la guerra contra los persas (Guerras Médicas), y tras obtener la
victoria, comienza un período de esplendor sin parangón en la historia de la ciudad.
Ya se había instaurado en Atenas un régimen democrático (que, junto con otros factores,
había provocado una crisis de la aristocracia y, hasta cierto punto, también de los valores y
virtudes tradicionales que esta clase social había mantenido y ostentado durante muchos años,
las cuales sólo podían poseerse si se había nacido con ellas), pero en estos momentos, Pericles
(gobernador de Atenas durante este periodo) consolidó y mejoró tal sistema.
Por otra parte, se produce un crecimiento del comercio y, consecuentemente, aumenta
las relaciones con ciudadanos de otras póleis. Esto provoca que comience a aumentar el
número de extranjeros en la ciudad, y por tanto el contacto de los atenienses con otras culturas
y valores distintos a los suyos.
Por último, como decíamos, es también un momento de esplendor cultural; se construye
en esta época la Acrópolis (que podemos ver representada en la imagen superior), y es en esta
época en la que viven los poetas Esquilo y Sófocles , y más tarde Eurípides.
Es, además, la época en que la que los sofistas llegan a la ciudad, y en la que vive
Sócrates.

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1. LOS SOFISTAS

En este contexto, se desplaza el eje de reflexión filosófica; el tema central deja de ser la physis y la
búsqueda de un principio originario de la naturaleza y la realidad, y pasa a centrarse la atención en el ser
humano y en la vida del hombre en tanto que miembro de una sociedad, volviéndose el interés hacia temas
como la ética, la política o la retórica.
En la sociedad democrática, resultaba imprescindible saber desenvolverse bien elaborando discursos y
defendiendo las propias posiciones; todos los ciudadanos tenían derecho a intervenir en las asambleas en las
que se tomaban decisiones sobre asuntos prácticos concernientes a asuntos de la ciudad. Por lo tanto, los
ciudadanos debían elaborar adecuadamente sus discursos, ya que cuanta más gente se consiguiese convencer,
más posibilidades había de que las medidas o ideas defendidas fuesen llevadas adelante.
Así, comenzaron a llegar a Atenas unos maestros que se llamaban a sí mismos sofistas (sofista significa
"sabio", "experto en el saber"). Este grupo de pensadores no conformaban una escuela, sino que actuaban
individualmente. Daban clases de retórica y argumentación a quien quisiese contratar sus servicios,
enseñándoles cómo debían hablar y comportarse para convencer, para triunfar.
Según sus enseñanzas, lo importante de un discurso no es tanto su contenido, sino más bien la manera
en que éste se expresa; esto es, lo importante no es lo que se defiende en él, sino cómo se defiende (alguno de
ellos se jactaba incluso de defender tan brillantemente una posición concreta como su opuesta). Los sofistas
ayudaban a convencer, daba igual de qué exactamente.

Los sofistas mantenían una posición relativista. El RELATIVISMO MORAL sostiene que la diversidad de
opiniones y de formas de vida hace imposible encontrar normas de conducta válidas para
todos los seres humanos. Es decir, que los valores y normas de conducta variarían dependiendo
de cada pueblo o cultura, no habiendo ninguno universal y absoluto y no siendo unos más
correctos que otros. Vemos recogidas estas consideraciones en la famosa afirmación del sofista
Protágoras "el hombre es la medida de todas las cosas".

Así, los sofistas no creían que existiesen verdades absolutas, ya no sólo en el ámbito de la ética,
sino en ninguno; mantenían una posición escéptica. El ESCEPTICISMO sostiene que no existen
verdades fijas y absolutas y, que en caso de haberlas, no podríamos conocerlas. Gorgias, un
famoso sofista, puso esto de manifiesto, defendiendo que:

• Nada existe.
• En caso de existir algo, no podríamos conocerlo.
• En caso de poder conocerlo, no podríamos comunicarlo.

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Se produce, pues, con los sofistas, un GIRO ANTROPOLÓGICO en el seno del pensamiento griego. Las
reflexiones dejan de centrarse en la physis y en la búsqueda de unas leyes naturales fijas, absolutas e
inmutables, y comienza a fijarse la atención en las leyes que rigen y regulan la convivencia en sociedad de los
seres humanos. En griego se utilizaba la palabra NOMOS para representar este concepto, que abarca las
costumbres de una sociedad, sus valores morales, etc., y como hemos visto los sofistas consideraban que no
poseían un valor absoluto, sino que eran relativas.

2. SÓCRATES

Sócrates es contemporáneo de los sofistas, y sus reflexiones se centran


también en el ser humano, pero veremos que su pensamiento es completamente
contrario al de éstos.
Así como la filosofía de la naturaleza se centraba en descubrir qué es
ésta y cuál es su principio fundamental o esencia, Sócrates se pregunta cuál es
la naturaleza del ser humano, cuál es su esencia, y considera que ésta es el
alma. El ALMA (psyché) es aquello que distingue al ser humano
específicamente del resto de cosas, es nuestra razón, la sede de la actividad del
pensamiento y la ética, de nuestra personalidad intelectual y moral. Y considera
que la VIRTUD del hombre, por tanto, es aquello que hace que el alma sea como Busto de Sócrates

debe ser, esto es, BUENA y PERFECTA.

La VIRTUD (en griego, areté) para los griegos es aquella actividad y modo de ser que perfecciona
cada cosa, haciéndola ser aquello que debe ser. Por ejemplo, un caballo virtuoso sería aquel
que corre muy rápido, la virtud del perro consistiría en ser buen guardián, etc.

Esto que hace que el ser humano sea virtuoso, que su alma sea buena y perfecta, no es, según piensa
Sócrates, la riqueza, la fama, la salud, o la belleza, como algunos podrían pensar, sino que la virtud del ser
humano es el CONOCIMIENTO. La persona virtuosa es aquella que posee conocimiento. El vicio, por el
contrario, sería la ignorancia, la privación de conocimiento.

Al contrario que los sofistas, Sócrates sí cree que existen VERDADES ABSOLUTAS, UNIVERSALES (esto es,
que valen para todos, que no dependen de los seres humanos, que son siempre las mismas., en
el ámbito de la MORAL, que el ser humano puede y debe conocer. Éste debe, utilizando la razón,
ir más allá de las cosas particulares en busca de esos conocimientos universales para alcanzar
la virtud.

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Sócrates mantenía, además, que el ser humano virtuoso, el que ha llegado a esos conocimientos y
verdades absolutas, que conoce el bien, hace el bien, mientras que aquel que hace el mal lo hace por ignorancia,
es decir, porque desconocimiento. Podemos llamar a esta posición INTELECTUALISMO MORAL.

El INTELECTUALISMO MORAL consiste en esa identificación entre conocimiento y virtud, según la cual
aquel que posee conocimiento, que conoce el bien, actúa bien, de manera correcta, mientras
que aquellos que actúan incorrectamente lo hacen por ignorancia.

Cuando el alma es virtuosa, el ser humano alcanza la FELICIDAD (eudaimonía); ésta se consigue como
consecuencia de la virtud. Para Sócrates, conocimiento, virtud y felicidad son inseparables.
Así, Sócrates quiso orientar moralmente a sus contemporáneos, ayudarles a encontrar el conocimiento
y la virtud, a pesar de que él afirmaba irónicamente no saber nada. El método que utilizaba para ello era la
DIALÉCTICA, esto es, a través del diálogo, contraponiendo unas tesis a otras, y llegando así a la verdad.
De este modo, Sócrates ayudaba a sus interlocutores a alumbrar o llegar a la verdad, a hallar definiciones
concretas, a través del diálogo, no “enseñándoles” nada directamente, no dándoles lecciones sobre nada. Y es
que Sócrates consideraba que nadie podía “enseñar” (entendida la palabra en su sentido tradicional) nada a
nadie, sino que cada uno/a debía descubrir la verdad por sí mismo/a, ya que esta verdad se encuentra siempre
en nuestro interior.
De hecho, una de las más famosas frases de Sócrates es aquella que dice “Yo sólo sé que no sé nada”.
Al decir eso, Sócrates quiso ilustrar que él no era un sabio que pudiera transmitir conocimientos o dar clases
sobre ellos; lo único que podía hacer, en su opinión, era ayudar a los demás a llegar al conocimiento por sí
mismos, a llegar a esas verdades que ya se encuentran en ellos/as mismos/as.
El método de Sócrates, la dialéctica, constaba de dos fases:

• La IRONÍA: en un primer momento Sócrates preguntaba a su interlocutor la definición de algún concepto


o asunto, como por ejemplo la justicia. Sabiendo que normalmente aquellos con los que hablaba creían
conocer la respuesta, seguía formulando preguntas e indagando hasta conseguir que el otro admitiese su
ignorancia sobre el tema (refutación).
• La MAYÉUTICA: una vez confesado el desconocimiento de aquello por lo que se preguntaba, Sócrates, a
través de más preguntas, intentaba guiar a su interlocutor y ayudarle a que alcanzase por sí mismo la
definición correcta, la verdad. El significado de la palabra mayéutica en griego hacía referencia a la
asistencia en los partos; así, metafóricamente hablando, en esta parte del diálogo Sócrates actuaría como
partero, ayudando a su interlocutor a "dar a luz" a la verdad por sí mismo.

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Teniendo en cuenta cuál era su pensamiento y el método que utilizaba, no nos resultará extraño que
Sócrates no dejase ninguna obra por escrito. El alumbramiento de la verdad y el alcanzar la virtud requerían
del diálogo, y este no puede producirse a través de una obra escrita.

Debido a su manera de proceder con sus contemporáneos, Sócrates resultaba bastante molesto a
muchas personas (de hecho, se ganó el apodo de “tábano”). Démonos cuenta de que era un hombre que
paraba a la gente por la calle, les preguntaba cosas y los dejaba “quedar mal” haciendo ver que no sabían de
lo que estaban hablando; así, acabó ganándose muchos enemigos.
De este modo, Sócrates acabó siendo encerrado y condenado a muerte (por los siguientes cargos: no
rendir culto a los dioses de la ciudad, corromper a la juventud e introducir nuevas figuras divinas), que debía
ejecutarse mediante la ingestión de cicuta.
Mientras Sócrates se encontraba encerrado, sus discípulos quisieron ayudarle a escapar, pero él se
negó; la justicia lo había condenado, y él debía asumirlo, ya que, en sus propias palabras “es peor cometer
injusticia que soportarla”.

Sócrates tuvo muchos discípulos y seguidores, que fundaron distintas escuelas tras su muerte. Sin
embargo, uno de sus discípulos destacaría entre todos, ya que se convertiría en una de las figuras más
importantes de la historia de la filosofía: Platón.

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Para saber más…

Aspasia de Mileto

Una importante figura intelectual de esta época fue Aspasia de Mileto. Aspasia (s. V a.C.), a pesar de
ser de Mileto, vivió en Atenas, se dedicó a la filosofía y la retórica y fue consorte del gobernador Pericles,
sobre el que, se cree, tuvo gran influencia. De hecho, escribió a propósito de esto Plutarco:

"Según parece, (Pericles) hizo la guerra contra Samos por complacer a Aspasia, sería oportuno
plantearse aquí sobre todo a propósito de esta mujer con qué arte o influencia tan grande logró
conquistar a los responsables de la política y brindó a los filósofos no malos ni pocos motivos
para hablar de ella.”

Sabemos poco sobre su vida y su pensamiento, pero existen algunos testimonios de otros pensadores
(Platón, Plutarco, Aristófanes) que nos hacen ver la importancia de esta pensadora.
Se cree que Aspasia era una hetaira, esto es, una prostituta de alta clase. Las hetairas acompañaban
muchas veces a hombres importantes en los banquetes que estos celebraban; así, habría sido de este modo
que Aspasia habría podido relacionarse con ellos y participar, en cierta medida, de los debates que esas
comidas tenían lugar.
Aspasia habría sido también, según la información de la que disponemos, maestra de retórica, habiendo
enseñado e influenciado al propio Sócrates. Esto es lo que recoge Platón, discípulo de Sócrates, en una de
sus obras:

SÓCRATES: En efecto, Menexeno, nada de extraño tiene que yo también sea capaz de hablar,
pues casualmente tengo por maestra a una mujer muy experta en la retórica, que precisamente ha
formado a muchos otros excelentes oradores y a uno en particular, que sobresale entre los de
Grecia, Pericles, hijo de Jantipo.

MENEXENO: ¿Quién es ella? Es evidente que te refieres a Aspasia ¿no?

SÓCRATES: A ella me refiero (...) No es nada extraño que un hombre educado así, sea hábil en
el hablar.

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Para reflexionar un poco…

Los valores morales,


¿universalismo o relativismo?
Lee el siguiente artículo sobre el caso de Rodney King. Recuerda lo estudiado en clase sobre el
relativismo de los sofistas y el universalismo moral de Sócrates, y luego relfexiona sobre las preguntas que
aparecen a continuación.

Rodney King, símbolo del enfrentamiento racial en Estados Unidos

Se convirtió en el símbolo de las revueltas de la ciudad en 1992

(…) El 2 de marzo de 1991, King, que conducía borracho, fue parado por cuatro agentes, que le
sacaron de su vehículo, le dispararon con una pistola eléctrica y le propinaron una brutal paliza. La
escena fue captada por un vídeoaficionado y, a los pocos días, los espectadores de medio mundo
contemplaban el desmedido ataque. Desde entonces, King pasó de ser un ciudadano que vivía en el
más completo anonimato a convertirse en un símbolo para los jóvenes afroamericanos de los guetos
de Los Ángeles, que veían en sus heridas un ejemplo más del abuso que ellos mismo sufrían a diario
a manos de los policías de raza blanca.
La absolución de los agentes un año después, desató una indignación que derivó en las revueltas
raciales más violentas que se recuerdan en Estados Unidos en los últimos 30 años. Durante los
disturbios, que comenzaron el 29 de abril de 1992, 53 personas perdieron la vida y alrededor de 2.000
resultaron heridas. Los altercados causaron daños cifrados en miles de millones de dólares.
(…) King se convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos civiles. Supo aprovechar la
atención mediática que generó su agresión y firmó contratos millonarios con agencias publicitarias
y estudios de Hollywood. Pero esa fama inesperada también lo expuso al escrutinio social sobre cada
una de sus nuevas detenciones y recaídas en las adicciones.

Eva Saiz, El país, 17 de junio de 2012.

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f ¿Crees que lo que le ocurrió a Rodney King fue objetivamente injusto? ¿Estuvo objetivamente mal? ¿O
crees que debemos adoptar una postura relativista al respecto?

f Si adoptamos una postura universalista y afirmamos que, objetivamente, no deben ocurrir situaciones
como esta, ¿cómo podríamos justificarlo?

f Si adoptamos una postura relativista, ¿nos vemos obligados a aceptar que actos como este pueden ser
aceptables desde algún punto de vista? ¿Cómo podríamos justificarlo?

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