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Los sapos y el venado —¡Ya!— Entonces, el venado se fue saltando.

Y
Una vez, un venado que se creía más que todos el sapo se quedó allí sentado, sin brincar.
se encontró a un sapo: Cuando el venado llegó a la loma del primer
—Oye, sapo, ¿sabías que soy mejor que tú? —le cerro, llamó al sapo:
preguntó el venado. —¡Sapito! ¿Dónde estás?
—No, venado. Yo no lo sabía. ¿Y por qué eres Y el sapo gordo, que esperaba al venado en ese
mejor que yo? —le preguntó el sapo. cerro, le contestó:
—Mira, tú y yo somos animales que brincamos. —¡Aquí voy llegando, venadito!
Pero tú saltas poco y yo salto muy alto —dijo, El venado nada más vio dónde estaba el sapo y
muy engreído, el venado.
continuó la carrera. Se fue saltando al siguiente
"Este venado anda muy creído. Hay que darle cerro. Y, cuando el venado subió hasta la loma,
una lección", pensó el sapo. Entonces, dijo al llamó al sapo otra vez:
venado:
—¡Sapo, ya llegué! ¿Dónde andas tú? —dijo el
—Pues, si tú quieres, te juego una carrera. Así venado.
veremos quién es el mejor.
Y el sapo bocón, que esperaba al venado en ese
Como el venado estaba muy seguro de ganar, otro cerro, le contestó:
aceptó jugar la carrera:
—¡Aquí estoy, venadito! Yo también voy
—Ándale, sapo. Cuando quieras nos la echamos. llegando.
Por la tarde, el sapo llamó a todos sus amigos Entonces, el venado vio dónde andaba el sapo y
sapos para aconsejarse. Los sapos quedaron de pegó la carrera otra vez. Se fue al cerro de junto
acuerdo en ponerse cada uno en los cerros del y, cuando subió hasta la punta del cerro, llamó al
camino: sapo:
—Tú, sapito gordo, te pones en el primer cerro. —¡Aquí voy llegando ya, sapo! ¿Dónde estás tú?
—Tú, sapito bocón, te pones en el cerro de Y el sapo ojón, que esperaba al venado en ese
junto. último cerro, le respondió:
—Tú, sapito ojón, te pones en el cerro que sigue. —¡Yo ya estoy acá, descansando! Te gané la
Y así, cada sapo tenía que ponerse en cada cerro carrera, venado.
del camino. Al otro día, el sapo que apostó la —Pero cómo voy a saber si es cierto que me
carrera llegó con el venado: ganaste
—Ya estoy listo para la carrera, venado. Que sea —dijo el venado.
hoy mismo.
—Mira, amigo. Tú te ves muy agotado, muy
—Pero, ¿de dónde a dónde será la carrera, asoleado. En cambio, yo no me veo nada
sapo? —preguntó el venado. cansado. Eso quiere decir que ya tenía rato de
—Mira, de aquí saldremos brincando. Y esperarte aquí —dijo el sapo ojón.
llegaremos hasta el último de los cerros que ves. Así fue como entre todos los sapos le hicieron
Pero en cada loma nos llamaremos —dijo el creer al presumido venado que perdió lo carrera.
sapo.
Cuando estuvieron listos los dos, el venado gritó:

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