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Analizamos y comentamos
1. ¿Qué me dice el texto?
2. ¿Qué me dice el texto a mí?
3. ¿Qué camino de vida me invita
a tomar?
Les recordamos, que el nombre de Laico se designa a todos los fieles cristianos a excepción de los
sacerdotes y religiosas, es decir los fieles que, en cuanto son incorporados a Cristo por el Bautismo e
integrados al pueblo de Dios. Ejercen en la Iglesia y en el mundo la misión de todo el pueblo cristiano en la
parte que a ellos les corresponde.
Por ello los laicos deben tener conciencia cada vez más clara no solo de pertenecer a la Iglesia, sino de
ser la Iglesia, es decir la comunidad de los fieles sobre la tierra bajo la guía del jefe común el Papa.
Los fieles laicos ejercen su misión en el mundo, siendo está en Orden de la santificación y lo hacen así:
Dando testimonio con su vida al cumplir con amor y responsabilidad todos sus deberes y obligaciones, en el
estudio, trabajo y en el mundo donde vive.
Asumir el compromiso de cuidar la vida humana y el medio ambiente.
Difundir la palabra de Dios unida con el buen ejemplo en el lugar donde se encuentren.
Integrarse en grupos parroquiales dando alternativas de solución a la luz de la palabra de Dios a los problemas
que se presentan y animando unos a otros en el proceso de conversión cristiana.
Estimando, respetando y ayudando al párroco en la tarea evangelizadora, en la preparación de los
sacramentos, en el sustento económico de la parroquia y otras actividades.
Viviendo en santidad, con la frecuencia de los Sacramentos: Eucaristía y Reconciliación.
Asistir a misa, tal como lo manda la Santa Iglesia Católica.
Desde sus orígenes, el ser humano ha dependido del medio ambiente que le rodea, para
alimentarse, vestirse o construir sus viviendas.
Pero a medida que las civilizaciones se fueron desarrollando, las cosas cambiaron, porque las
personas aprendieron a dominar el medio a tal grado, que en nuestros días ya no es el hombre
quien depende de la naturaleza, sino la naturaleza de él.
Como discípulos de Jesús nos sentimos invitados a dar gracias por el don de la creación. En el designio maravilloso
de Dios, el hombre y la mujer están llamados a vivir en comunión con Él, en comunión entre ellos y con toda la creación”.
Uno de los signos del espíritu cristiano en la vida pública es la defensa y protección del medio ambiente que es una
forma de convivencia pacífica y respetuosa con la naturaleza.
La naturaleza es expresión de un proyecto de amor y de verdad, Ella nos precede y nos ha sido dada por Dios como
ámbito de vida .Nos habla del creador y de su amor a la humanidad. La naturaleza está a nuestra disposición no como
un montón de desechos esparcidos al azar, sino como un don del creador que ha diseñado sus estructuras intrínsecas
para que el hombre descubra las orientaciones que se debe seguir para guardarla y cultivarla. Caritas in Veritate N°48.
Evidencia
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