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Titulo:

“El Feminismo”
Introducción:

Yo elegí este tema, por que me llamo la atención, el hecho de que


muchas personas, están en contra de los movimientos feministas. Se
expresan de una manera muy agresiva hacia los diferentes grupos
y/o movimientos feministas y elegí conocer más acerca de este tema.
“El feminismo ha sido como movimiento social, una de las
manifestaciones históricas más significativas de la lucha
emprendida por las mujeres para conseguir sus derechos. Aunque la
movilización por votos, es decir, el sufragismo haya sido uno de sus
ejes mas importantes, no puede equiparse sufragismo y feminismo.
Este ultimo tiene una base re indicativa muy amplia que a veces
contempla el voto, pero qué en otras ocasiones, también exigen
demandas sociales como la eliminación de la discriminación civil
para las mujeres casadas, o el acceso a la educación, el trabajo
renumerado, etc.”

Postura:

Yo me encuentro a favor definitivamente

Desarrollo:

Argumento 1
Estoy a favor por que las mujeres participaron en hechos históricos
tomando un papel muy importante y lamentablemente en esos tiempos no
fueron reconocidos los dichos actos.
“Las mujeres participaron en los grandes conocimientos históricos de los
últimos siglos como el renacimiento, la Revolución Francesa y las
Revoluciones socialistas, pero en forma subordinada.
La lucha de la mujer empieza a tener finalidades precisas a partir de la Revolución Francesa, ligada
a la ideología y racionalismo del Iluminismo y a las nuevas condiciones de trabajo surgidas a partir
de la Revolución Industrial. Olimpia de Gouges , en su declaración de los Derechos de la mujer y
de la ciudadana, afirma que los Derechos naturales de la mujer están
limitados por la tiranía del hombre.”
Argumento 2
La mujer no tuvo derecho a votar durante muchos años…
La Revolución Francesa no cumplió con sus demandas y ellas aprendieron
que debían luchar en forma autónoma para conquistar sus
reivindicaciones. La demanda principal fue el derecho al sufragio, a partir
de la cual esperaban lograr las demás conquistas. Sus líderes fueron
mujeres de la burguesía, también participaron muchas de las clases
obreras, E.E.U.U. e Inglaterra fueron los países donde este movimiento
tuvo mayor fuerza y repercusión. En el primero, las sufragistas
participaron en las sociedades antiesclavistas de los estados norteños.
En 1848 se realizo en una iglesia de Séneca Falls, el primer congreso para
reclamar los derechos civiles de las mujeres.
Acabando la guerra civil, se concedió el voto a los negros pero no a las
mujeres, lo que provoco una etapa de duras luchas. En 1920 la enmienda
19 de la constitución reconoció el derecho al voto sin discriminación de
sexo. El primer país de América Latina en aprobar el sufragio femenino
fue Uruguay. Allí, las mujeres pudieron votar por primera vez el 3 de julio
de 1927, en un pueblo local organizado por la comunidad de Cerro Chato,
en el centro del país. Sin embargo, no fue hasta el 27 de marzo de 1938,
que las mujeres participaran en una elección nacional.
Esos hitos se lograron gracias a la labor de mujeres como Paulina Luisi
(1875-1949), una médica, docente y activista feminista.
En 1899 Luisi fue la primera mujer en Uruguay en obtener el título de
bachiller y en 1908 se convertiría en la primera en graduarse de la
Facultad de Medicina de la Universidad de la República, donde se graduó
de ginecóloga.
Una persona muy respetada, representó a Uruguay en diversas
conferencias internacionales sobre la mujer y fue la primera delegada
gubernamental femenina de América Latina en la Sociedad de las Naciones
(League of Nations), la precursora de la ONU.
En 1922 fue nombrada vicepresidenta honoraria de la Conferencia
Panamericana de la Mujer.
Luisi también fundó y editó la revista "Acción Femenina" y enseñó sobre
salud y sexualidad. Luchó para prevenir la prostitución y las
enfermedades venéreas, campañas por las que fue criticada por algunos,
que la consideraban una anarquista y revolucionaria.
Además, se involucró en política, siendo una de las fundadoras del Partido
Socialista de Uruguay, y creó los primeros dos sindicatos femeninos de ese
país: la Unión de Telefonistas y de Costureras.

Matilde Hidalgo de Procel, Ecuador

Tres años antes de que las mujeres pudieran participar por primera vez en
un plebiscito en Uruguay una ecuatoriana logró convertirse en la primera
mujer en América Latina que pudo sufragar en una elección nacional. Su
nombre era Matilde Hidalgo de Procel (1889-1974), fue la primera mujer en
graduarse de una escuela secundaria en Ecuador, la primera médica de su
país y también la primera en ocupar cargos de elección popular. En 1924
cuando se abrieron los registros de empadronamiento para las elecciones
legislativas pidió ser registrada para votar. Ante la negativa de los
funcionarios citó la Constitución nacional: "Para poder ejercer el derecho
al voto el único requisito es ser mayor de 21 años y saber leer y escribir".

Su solicitud fue elevada al Consejo de Estado que finalmente decidió


otorgarle el derecho a votar.

El sufragio femenino se lograría finalmente en 1929 (aunque solo para las


mujeres que pudieran demostrar tener facultades para hacerlo, el voto sin
restricciones llegaría en 1967), convirtiendo a Ecuador, junto con Puerto
Rico, en los primeros países latinoamericanos en darle participación a las
mujeres en comicios nacionales.

En 1941, Hidalgo fue la primera mujer en postularse a un cargo de


elección popular en Ecuador y la primera elegida administradora pública.

A lo largo de su vida recibió muchas distinciones por su constante lucha


por los derechos de la mujer: fue condecorada con la medalla al Mérito en
1956 y a la Salud Pública en 1971. Su ciudad natal la recuerda a través
del Museo Matilde Hidalgo de Procel.

Elvia Carrillo Puerto, México


Conocida como "La Monja Roja" por sus ideas socialistas, Elvia Carrillo
Puerto (1878-1967) fue la principal impulsora del feminismo en México.

A diferencia de sus pares en el resto de América Latina, que lucharon por


el voto a través de asociaciones civiles, Carrillo Puerto se involucró
directamente en política para obtener este objetivo.

Oriunda de la península del Yucatán, tuvo doce hermanos. A los 13 años


contrajo matrimonio con un hombre mayor con el que tuvo a su único hijo.
Viuda a los 23, volvió a contraer nupcias años después, aunque en 1923
solicitó el divorcio, que era legal en Yucatán.

Trabajó como maestra rural y en 1912 fundó la primera organización


femenina de campesinos de México. A lo largo de esa década siguió
organizando grupos feministas, promoviendo campañas de alfabetización,
de higiene femenina y de control de la natalidad. Escribía sus discursos en
español y en maya.

Justo con su hermano Felipe Carrillo Puerto inició uno de los movimientos
sociales más importantes de la época con la creación del Partido Socialista
Obrero de Yucatán.

Tras la elección de su hermano como gobernador del Estado en 1922,


Yucatán permitió a las mujeres votar y participar en política. Fue así como
Carrillo Puerto hizo historia junto con Beatriz Peniche de Ponce y Raquel
Dzib Cicero, convirtiéndose en las primeras mujeres mexicanas en asumir
un cargo de representación popular, al ser electas diputadas del Congreso
de Yucatán.

Sin embargo, faltaría mucho para que las mujeres tuvieran derecho a votar
en el resto del país.

En 1924, tras el asesinato de su hermano, Carrillo Puerto fue obligada a


dejar su cargo y mudarse a Ciudad de México, donde continuó con su
campaña por la educación de las mujeres y el sufragio femenino.

A pesar de que logró reunir miles de firmas a favor del voto femenino,
recién en 1947 se les daría el derecho a las mujeres a participar en
elecciones municipales.

El derecho pleno a participar en comicios nacionales llegaría en 1953,


convirtiendo a México en uno de los últimos países de América Latina en
aprobar el sufragio femenino, junto con Colombia (1954), Honduras,
Nicaragua y Perú (1955), y Paraguay (1961).
El 15 de octubre de 2013 el Senado de México anunció la creación del
premio Elvia Carrillo Puerto para conmemorar cada año el Día
Internacional de la Mujer.

Conclusión

Por los motivos anteriores expuestos, reafirmo mi postura

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