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El sufragio efectivo y la no reelección

Para conformar un Estado democrático es necesario que se vote y se respete dicho


voto, para garantizar una verdadera democracia se instituyó el sufragio efectivo y la
no reelección.

Se buscó establecer la no reelección desde que inició el México independiente en 1821,


pero varios presidentes trataron de mantenerse en el poder y cambiaron las leyes al
respecto, entre ellos: Benito Juárez, Lerdo de Tejada, Porfirio Díaz, Álvaro Obregón y
Plutarco Elías Calles.

«Sufragio efectivo, no reelección» fue la demanda política que desencadenó la guerra


civil en México en 1910. Se referían a la libertad y el respeto que todos debemos de
tener al emitir el voto, que debe ser consciente-mente razonado. La no reelección
significa que una persona no puede volver a elegirse ni ha ocupar el cargo que ya ha
desempeñado en periodos siguientes para el que fue electo.

Durante el porfiriato, con las continuas reelecciones, se creó un gobierno autoritario,


antidemocrático y gran desigualdad social, injusticia y pobreza.

Para 1910, Francisco I. Madero contendió por la presidencia con el lema «sufragio
efectivo, no reelección». En esas elecciones hubo un fraude electoral y comenzó la
Revolución Mexicana que provocó la renuncia de Porfirio Díaz y su salida del país
rumbo a Francia. Francisco I. Madero resultó electo Presidente, sin embargo su
mandato se terminó por un golpe de Estado realizado del 9 al 19 de febrero de 1913
(etapa conocida como Decena Trágica) por Victoriano Huerta.

En enero de 1927 se modificó la Constitución Mexicana para permitir la reelección del


General Álvaro Obregón a presidente de la República de los Estados Unidos Mexicanos
para el periodo 1928-1932 lo cual nunca llegó a suceder porque murió a manos de José
de León Toral.

El 4 de marzo de 1929, Plutarco Elías fundó el partido Nacional Revolucionario que


luego cambió su nombre al Partido de la Revolución Mexicana y después se convirtió
en el Partido Revolucionario Institucional que gobernó por 70 años de manera
ininterrumpida. En las 4 primeras décadas de gobierno del PRI se logró una estabilidad
política, económica y social que se conoció como «el milagro mexicano». Para lograr la
estabilidad se abrieron espacios políticos a sindicatos obreros, campesinos,
transportistas y formó la Federación de Jóvenes Priístas, por estas razones y una débil
oposición el PRI dominó el ámbito federal, estatal y municipal en todo el país.

Mario Vargas Llosa declaró que «México es una dictadura perfecta», esa frase insultó
al pueblo mexicano, pero algunos sectores de la sociedad estuvieron de acuerdo con el
escritor pues el PRI incurrió, por más de medio siglo, en abusos iguales a los que se dan
en las dictaduras latinoamericanas. Por muchos años manipuló el fraude electoral, la
corrupción, las violaciones de los derechos humanos y la impunidad provocando
represión estudiantil, presos políticos, y cientos de personas asesinadas por
cuestiones políticas.

El proceso de democratización se lleva a cabo de manera gradual y todavía tenemos


que avanzar en la construcción de un Estado verdaderamente democrático.

Breve historia de la lucha del sector femenino por el derecho al voto

El sufragio femenino significa el reconocimiento a la igualdad en la participación


política y en la vida democrática en nuestro país. Este reconocimiento no es producto
de una deuda o de un obsequio o concesión sino que fue el resultado de movimientos
universales y locales a favor de la equidad de género, los primeros antecedentes de
esta lucha en nuestro país se vislumbra en el año 1884 cuando un grupo de mujeres
demandó mayor participación política para las mujeres y exigió el reconocimiento de
sus derechos políticos.

El estado de Yucatán ha sido la clave en el movimiento feminista, en Mérida se celebró


el primer movimiento feminista en 1916. Ermila Galindo se pronunció por los derechos
políticos de las mujeres y 6 años después las yucatecas accedieron al voto. En 1922 la
constitución del estado de Yucatán les reconoció el derecho a votar a ser votadas en
las elecciones municipales. Elvia Carrillo fue la primera mujer mexicana electa a
diputada al congreso local por el V distrito.

Laureana Wright, Ermila Galindo y Elvia Carrillo sentaron las bases en la lucha por el
reconocimiento oficial a nivel nacional del derecho al voto.

La Constitución Mexicana, en el artículo 84 establecía como iguales a hombres y


mujeres dentro del seno familiar, pero pasó por alto el reconocimiento del sufragio a la
mujer. Fue hasta el año 1937 cuando el general Lázaro Cárdenas envió al Senado una
iniciativa de reforma al artículo 34 constitucional con el fin de otorgarle el derecho a
votar y ser votada a la mujer; el Senado la aprobó, pero la Cámara de Diputados la
rechazó.

Los esfuerzos por conquistar el derecho al voto continuaron y por fin se tuvo éxito en
1952 cuando el candidato a Presidente Adolfo Ruíz Cortines se comprometió ante 20
mil mujeres ha conceder el derecho al voto si llegaba a la presidencia. Cumplió su
promesa y el 3 de julio de 1955 las mujeres mexicanas votaron por primera vez, desde
entonces el voto femenino es un derecho constitucional de las mexicanas.

En la actualidad el 52% de la lista nominal lo componen las mujeres, no obstante que


han ocupado todos los puestos de elección popular, excepto el de Presidente de la
República, el acceso a los puestos de elección popular es bajo en relación a los
hombres. El derecho al voto por parte de la mujer es vital para nuestra democracia
pues sin él no existiría la democracia.

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