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ORACIÓN

¡Oh Virgen Santísima Inmaculada, belleza y esplendor del Carmen! Vos, que miráis con
ojos de particular bondad al que viste vuestro bendito Escapulario, miradme
benignamente y cubridme con el manto de vuestra maternal protección. Fortaleced mi
flaqueza con vuestro poder, iluminad las tinieblas de mi entendimiento con vuestra
sabiduría, aumentad en mí la fe, la esperanza y la caridad. Adornad mi alma con tales
gracias y virtudes que sea siempre amada de vuestro divino Hijo y de Vos. Asistidme
en vida, consoladme cuando muera con vuestra amabilísima presencia, y presentadme
a la augustísima Trinidad como hijo y siervo devoto vuestro, para alabaros
eternamente y bendeciros en el Paraíso. Amén.

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ACCIÓN DE GRACIAS
Y OFRECIMIENTO
¡Oh Virgen Santa del Carmen! Jamás podremos corresponder dignamente a los favores
y gracias que nos has hecho al darnos tu santo Escapulario. Acepta nuestro sencillo,
pero hondamente sentido, agradecimiento y, ya que nada te podemos dar que sea
digno de Ti y de tus mercedes, ofrecemos nuestro corazón, con todo su amor, y toda
nuestra vida, que queremos emplear en el amor y servicio de tu Hijo Señor nuestro, y
en propagar tu dulce devoción, procurando que todos nuestros hermanos en la fe, con
los cuales la divina Providencia nos hace convivir y relacionar, estimen y agradezcan tu
gran don, vistiendo el santo Escapulario, y que todos podamos vivir y morir en tu amor
y devoción. Amen.

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ORACIÓN
PARA ALCANZAR SU AMOR
¡Oh Virgen del Carmen, María Santísima! Vos sois la criatura más noble, la más
sublime, la más pura, más bella y más santa de todas. ¡Oh si todos os conocieran,
Señora y Madre mía, ¡si todos os amaran como Vos merecéis! Pero me consuelo
porque tantas almas dichosas en el Cielo y en la tierra viven enamoradas de vuestra
bondad y belleza. Y me alegro más porque Dios os ama a Vos sola más que a todos los
hombres y ángeles juntos. Reina mía amabilísima, yo, miserable pecador, también os
amo, pero os amo poco en comparación de lo que Vos merecéis; quiero, pues, un
amor más grande y tierno hacia Vos, y esto Vos me lo habéis de alcanzar, ya que
amaros a Vos y llevar vuestro Santo Escapulario es una señal de predestinación a la
gloria, y una gracia que Dios no concede sino a los que eficazmente quiere salvar. Vos,
pues, que todo lo alcanzáis de Dios, conseguidme esta gracia: que mi corazón arda en
vuestro amor, conforme al afecto que Vos me mostráis; que os ame como verdadero
hijo, ya que Vos me amáis con el amor más tierno de Madre, para que, uniéndome con
Vos por el amor aquí en la tierra, no me separe de Vos después en la eternidad. Amén.

Virgen del Monte Carmelo por tu escapulario santo


CUENTAS CHICAS: Por tu Santo Escapulario, Virgen del Monte Carmelo,
Cubrela con tu manto y llevala pronto al Cielo. EN LUGAR DE GLORIA SE DICE:
Dale Seor, el descanso eterno y brille para ella la luz perpetua. Descansen en
Paz. Amen.
ORACIÓN A LA BEATÍSIMA
VIRGEN DEL MONTE CARMELO
¡Oh piadosísima Virgen! Vos, que nueve siglos antes de existir fuisteis vista en profecía
por el siervo de Dios nuestro Padre San Elías, y venerada por sus hijos allá en el
Carmelo... Vos, que en carne mortal os dignasteis visitarles y les dispensasteis
celestiales consuelos... Vos, que vigiláis siempre por la virtuosa familia que tuvo por
Superior a vuestro estimado hijo San Simón Stock, por Padres y reformadores a la
Seráfica Virgen y mística Doctora Santa Teresa de Jesús y al esclarecido y extático San
Juan de la Cruz, así como por una de sus dignísimas hijas a la ejemplar Esposa de
Jesucristo Santa María Magdalena de Pazzis, vuestra devotísima sierva... Vos, que
engalanasteis a dicha Orden con la estimable prenda del Santo Escapulario.., y, en fin,
Vos, que de tantas maneras habéis demostrado vuestro cariñoso amor a los carmelitas
y sus allegados, recibid benévola mi corazón ardiente de fervoroso entusiasmo hacia la
más pura de las criaturas y la más candorosa de las madres. No permitáis, Señora,
que el león rugiente asuste mi espíritu en el camino de la perfección, y haced que logre
arribar a salvamento en la gloria, como lo habéis alcanzado de vuestro Divino Jesús
para los que, invocándoos con fe e imitando vuestras virtudes, murieron píamente con
vuestra enseña. Amén.

Oración para después de la petición

OFRECIMIENTO

Virgen soberana y gloriosísima María, templo y sagrario de la Santísima Trinidad, gloria de


los justos, amparo y consuelo de los afligidos pecadores, Madre y blasón de los Carmelitas;
por la purísima limpieza de vuestro cuerpo sin mancha de pecado, por la gracia y dones que
adornan vuestra alma santísima, por la dignidad grandiosa de Madre de Dios, engrandecida
y ensalzada entre todas las generaciones, por la Asunción gloriosa para Reina de los Cielos,
y por las coronas de gloria que os dieron para aventajar a los santos y coros celestiales, os
suplico, (pues lo tenéis ofrecido a los que llevan vuestro santo escapulario, y procuran ser
hijos vuestros) me ayudéis en la vida, para que con santidad en el alma y pureza en el cuerpo,
sirva a vuestro Hijo Jesús, guardando sus santos preceptos, me asistáis en mi muerte, para
que de los peligros de ella, salga en gracia y amor de Dios, triunfando de mis enemigos; y
finalmente, en las rigorosas penas del purgatorio, vuestra intercesión soberana me valga, para
que el primer sábado salga a gozar de la vida eterna. Amen.

GOZOS

(tonada de los santos reyes)

Prodigiosa y admirable
Imán de nuestro desvelo;
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre

Coro:
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre,
Sednos protectora y Madre,
Nubecilla del Carmelo.
Salve, Reina de los cielos,
De misericordia Madre,
Vida, dulzura divina;
Esperanza nuestra, Salve;

Nubecilla etc.

Dios te Salve, Templo hermoso


Del divino Verbo en carne,
Sálvete Dios, Madre Virgen,
Pues eres Virgen y Madre;

Nubecilla etc.
Volvednos, Madre piadosa,
Vuestros ojos admirables,
Y mirad por vuestros hijos,
Pues que sois piadosa Madre;
Nubecilla etc.
Socorrednos, pues escucha
Que en las penas y combates
A ti suspiramos todos
En este lloroso valle;
Nubecilla etc.
Mostradnos a vuestro Hijo
De Josafat en el Valle,
Piadoso, pues que nació
De ese cristal admirable;
Nubecilla etc.
Rogad por vuestros devotos
A la bondad inefable;
Pues murió para salvarnos,
Por su clemencia nos salve;
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre.
V. Ruega por nos, santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

SALUTACIONES

1ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los serafines, los santos y los justos
os llenen de alabanzas, porque me habéis dado vuestro Escapulario. Dios te
salve, María, etc.

2ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los serafines, los santos y los justos
os llenen de alabanzas, porque con vuestro Escapulario sois salud de mi
alma. Dios te salve, María, etc.

3ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los tronos, los santos y los justos os
llenen de alabanzas, porque con vuestro Escapulario me protegéis contra todos
los peligros. Dios te salve, María, etc.
4ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis una y mil veces; las dominaciones,
los santos y los justos os llenen de alabanzas, porque con vuestro Escapulario
me defendéis de las tentaciones del enemigo. Dios te salve, Maria, etc.

5ª. Madre mía del Carmen y Reina de mi corazón, bendita seáis; los
querubines, los santos y los justos os llenen de alabanzas, porque con vuestro
Escapulario sois la paz y la alegría de mi alma. Dios te salve, María, etc.

6ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los arcángeles, los justos y los
santos os llenen de alabanzas, porque con vuestro Escapulario me habéis
hecho especialísimo hijo vuestro. Dios te salve, María, etc.

7ª. Madre mía, madre de mi corazón y Reina de mi amor, os doy mi alma, mi


vida, mi corazón, y quiero que os alaben las Virtudes y todas las criaturas,
porque con vuestro Escapulario me habéis infundido la esperanza de que os
veré en el cielo... No me dejéis, Madre mía. Dios te salve, María, etc.

Jaculatorias a la Virgen del Monte Carmelo


Pues eres nuestro consuelo

Y medianera con Dios,

Ruega, Señora, por nos,

Virgen del Monte Carmelo.

Por la pena y agonía

que orando tuvo en el huerto

Jesús, en sangre cubierto,

que del rostro le salía,

cuando el Ángel le traía

el suave licor del Cielo:

Ruega, Señora, por nos,

Virgen del Monte Carmelo.

Padre nuestro y Ave María.

Por los nudosos cordeles

con que sus manos prendieron

al pilar, donde le dieron

cinco mil azotes crueles,

para que las almas fieles,


tengan divino consuelo:

Ruega, Señora, por nos,

Virgen del Monte Carmelo.

Padre nuestro y Ave María.

Por el terrible dolor

que la corona de espinas

causó en las sienes divinas

de Jesús mi Redentor;

para aplacar el dolor

de la malicia del suelo:

Ruega, Señora, por nos,

Virgen del Monte Carmelo.

Padre nuestro y Ave María.

Por la púrpura y la caña

con que le mostró Pilato

al tropel del pueblo ingrato

para mitigar su saña,

con la sangre que le baña

desde la cabeza al suelo:

Ruega, Señora, por nos,

Virgen del Monte Carmelo.

Padre nuestro y Ave María.

Por el tránsito postrero

que hasta el Calvario pasó

cuando en sus hombros llevó

aquel pesado madero:

y como Isaac verdadero


hizo sacrificio al Cielo:

Ruega, Señora, por nos,

Virgen del Monte Carmelo.

Padre nuestro y Ave María.

Por las señales que hicieron

las tinieblas y la luz,

cuando enclavado en la Cruz

al Rey de la gloria vieron;

y con clamores rompieron,

las piedras, templo y su velo:

Ruega, Señora, por nos,

Virgen del Monte Carmelo.

Padre nuestro y Ave María.

Por la sensible lanzada

que después de Cristo muerto

dejó su costado abierto,

y su alma muy traspasada;

puesto que sois abogada

de los que están en el suelo:

Ruega, Señora, por nos,

Virgen del Monte Carmelo.

Padre nuestro y Ave María.

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