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La primera teoría sobre el origen de la vida era la abiogénesis, que afirmaba que la vida surgía de la materia inanimada. Esta teoría fue ampliamente aceptada hasta que los avances en biología y anatomía la descartaron. Experimentos en el siglo XIX como los de Pasteur demostraron que los seres vivos procedían de "gérmenes" presentes en el aire y no se generaban espontáneamente, refutando definitivamente la teoría de la abiogénesis.
La primera teoría sobre el origen de la vida era la abiogénesis, que afirmaba que la vida surgía de la materia inanimada. Esta teoría fue ampliamente aceptada hasta que los avances en biología y anatomía la descartaron. Experimentos en el siglo XIX como los de Pasteur demostraron que los seres vivos procedían de "gérmenes" presentes en el aire y no se generaban espontáneamente, refutando definitivamente la teoría de la abiogénesis.
La primera teoría sobre el origen de la vida era la abiogénesis, que afirmaba que la vida surgía de la materia inanimada. Esta teoría fue ampliamente aceptada hasta que los avances en biología y anatomía la descartaron. Experimentos en el siglo XIX como los de Pasteur demostraron que los seres vivos procedían de "gérmenes" presentes en el aire y no se generaban espontáneamente, refutando definitivamente la teoría de la abiogénesis.
teoría de la abiogénesis, afirmaba que la vida surgió de la materia
inanimada, es decir, de un material sin vida. El filósofo griego Aristóteles, por ejemplo, era partidario de esta teoría, que fue ampliamente aceptada por la ciencia. Según esta hipótesis, crear un ser vivo era bastante sencillo. Por ejemplo, se podían generar gusanos, escarabajos y avispas a partir de queso, madera, estiércol animal o cualquier otra materia putrefacta si se dejaba reposar unos días.
Con el tiempo, los conocimientos modernos de biología y anatomía hicieron que se
descartara esta teoría. Pero para refutarla, fueron necesarios varios experimentos y avances en los métodos científicos. Por ejemplo, Britannica afirma que la generación espontánea fue objeto de gran controversia entre famosos científicos del siglo XIX, como el francés Louis Pasteur. Pasteur, por ejemplo, pudo demostrar que hasta los seres más diminutos, como los que fermentaban los zumos o la cerveza, procedían de "gérmenes" que flotaban en el aire pero a los que se podía impedir el acceso a los alimentos mediante una filtración adecuada. Los resultados de los experimentos de Pasteur fueron definitivos para refutar la teoría de la abiogénesis, dejando claro que un ser vivo solo nace de otro preexistente (reproducción), es decir, que la vida no surge espontáneamente de la materia no viva.