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Cooperación internacional

Victoria Ficher - Turno mañana

Clase 1
Notas de los links de la clase 1: https://www.nytimes.com/2020/03/18/world/asia/coronavirus-china-
aid.html

Beijing está montando un bombardeo de ayuda humanitaria en países que luchan con sus
propios brotes. Al hacerlo, está asumiendo un papel que alguna vez dominó Occidente.
El líder de China, Xi Jinping, se comprometió a enviar más expertos médicos a Italia esta semana, el
mismo día que Beijing envió 2.000 pruebas de diagnóstico rápido a Filipinas. El presidente de Serbia
pidió ayuda no a los vecinos del país en Europa, que restringieron la exportación del equipo médico
necesario, sino a China.
“La solidaridad europea no existe”, dijo el líder serbio, Aleksandar Vucic, cuando anunció el estado de
emergencia en declaraciones televisadas . “Eso fue un cuento de hadas en papel. Creo en mi hermano
y amigo Xi Jinping, y creo en la ayuda china ”.
Con nuevos casos diarios en casa que se reducen a un solo dígito, China está montando una ofensiva
diplomática para ayudar mientras el resto del mundo lucha por controlar el virus. Desde Japón a Irak, de
España a Perú, ha proporcionado o prometido asistencia humanitaria en forma de donaciones o
experiencia médica, un bombardeo de ayuda que le está dando a China la oportunidad de
reposicionarse no como la incubadora autoritaria de una pandemia sino como un responsable global.
líder en un momento de crisis mundial.
Al hacerlo, ha asumido un papel que Occidente una vez dominó en tiempos de desastres naturales o
emergencias de salud pública, y que el presidente Trump ha cedido cada vez más en su retirada de
“Estados Unidos primero” del compromiso internacional.
los fracasos globales para enfrentar la pandemia desde Europa a Estados Unidos le han dado al
liderazgo chino una plataforma para demostrar que su modelo funciona, y potencialmente ganar
algo de vigencia geopolítica duradera.
China ha aspirado durante mucho tiempo a afirmar un papel más destacado en las Naciones Unidas y
otras organizaciones internacionales al tiempo que proyecta su influencia política, económica y militar
en más y más partes del mundo, a veces en competencia directa con Estados Unidos.
Los funcionarios chinos han insistido en que una pandemia debe ser un escenario para la cooperación
política, no para la competencia. Sin embargo, el éxito de China a la hora de frenar la propagación de la
enfermedad ha envalentonado a los funcionarios y los medios estatales a oponerse más, a veces con
torpeza.

http://spanish.xinhuanet.com/2021-01/21/c_139684752.htm

China hace un llamado a la comunidad internacional para que colabore con el fin de contribuir a la
distribución y uso equitativos de las vacunas contra la COVID-19 en todo el mundo y ayudar a derrotar
la pandemia, dijo hoy miércoles una portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.

La portavoz Hua Chunying hizo las declaraciones en respuesta a una pregunta acerca de las
expectativas de China de promover la cooperación internacional en las vacunas contra la COVID-19.

"Siempre hemos sostenido que el virus no conoce fronteras y que la humanidad comparte un destino
común. La solidaridad y la cooperación son el arma más poderosa para derrotar a la pandemia de

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COVID-19. También es el consenso común de la comunidad internacional", dijo Hua en una rueda de
prensa.

Actualmente, el virus sigue propagándose por el mundo, y la prevención y el control de la pandemia


continúa siendo una tarea larga y ardua, dijo Hua. La comunidad internacional necesita trabajar unida
para satisfacer las necesidades de vacunas de todos los países, especialmente de los que están en
desarrollo.

"Esperamos que todas las partes tomen acciones concretas para proporcionar más vacunas a los
países en desarrollo, promuevan la distribución y el uso justos de las vacunas en todo el mundo, y
ayuden a vencer la pandemia en una fecha cercana", agregó la portavoz.

https://news.un.org/es/story/2020/09/1481212

El Secretario General de las Naciones Unidas señaló este jueves que aunque en una situación tan
grave como la que vive el mundo a causa de la pandemia del coronavirus la cooperación entre los
países es primordial, ésta no ha ocurrido.

En un debate del Consejo de Seguridad sobre gobernanza global después de la crisis del COVID-19,
António Guterres también dijo que la escala alcanzada por el COVID-19 es el resultado de “una falta de
preparación, cooperación, unidad y solidaridad global”.

Aún fuera de control y con más de 30 millones de contagios y cerca de un millón de muertes hasta el
momento, “la pandemia es una crisis en sí misma que tiene lugar en un contexto de altas tensiones
geopolíticas y otras amenazas globales de formas impredecibles y peligrosas”, indicó.

“La pandemia es una prueba clara de cooperación internacional, una prueba en la que
esencialmente hemos fracasado”, subrayó Guterres.

Necesitamos con urgencia pensar de manera innovadora sobre la gobernanza global y el


multilateralismo, y adaptarlos al siglo XXI”.

Consideró que el mundo precisa de un multilateralismo en red, con vínculos y cooperación sólida entre
organizaciones internacionales y regionales, instituciones financieras internacionales y otras alianzas e
instituciones globales.

“La reforma de la gobernanza global no sustituye a la acción colectiva de los Estados miembros para
superar los desafíos comunes”, puntualizó.

El Secretario General agregó que tanto la Organización como sus miembros están "fuera de sintonía
con la realidad del mundo actual”.

“Las instituciones de gobernanza global deben trabajar juntas de manera coordinada para contener,
mitigar y reducir riesgos de todo tipo”, recalcó y sostuvo que no es posible seguir respondiendo a los
riesgos globales sistémicos y predecibles con soluciones ad hoc.

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“Esta pandemia es una llamada de atención para desastres aún más graves que podrían ocurrir,
comenzando con la crisis climática. Si respondemos a ese fenómeno con la desunión y la
desorganización que hemos presenciado este año, temo lo peor ”, expresó.

Insistió en la necesidad imperiosa de “una gobernanza global decidida, coordinada, flexible y lista para
responder a la variedad de desafíos”.

Guterres resaltó que en un mundo donde las amenazas están interconectadas, la solidaridad es de
interés para todos.

El jefe de la ONU recordó que muchos temas transfronterizos como la crisis climática, el aumento de las
desigualdades o incluso el ciberdelito involucran a grupos de interés, empresas, organizaciones y
sectores enteros, que escapan a conceptos tradicionales de la gobernanza global.

pidió mecanismos flexibles para incluir a estos diferentes actores, especialmente mujeres y jóvenes, y
para reformar y fortalecer las instituciones.

Guterres acusó a los actuales sistemas de gobernanza global de excluir a la mitad de la


humanidad, las mujeres, y recalcó que la pandemia ha probado que el liderazgo de este sector de la
población es muy efectivo.

“Las mujeres que hayan visto esta semana el debate general tienen el perfecto derecho de sentir
que no están representadas, que son voces no se valoran”, agregó, refiriéndose a la falta mundial
de jefas de Estado.

Deficiencias
Antes de terminar, reiteró que se requiere un multilateralismo “mejor y más fuerte, que funcione de
manera eficaz y realmente beneficie a las personas a las que servimos”.

“La pandemia ha ilustrado las deficiencias indiscutibles de nuestro sistema multilateral.


Necesitamos urgentemente instituciones multilaterales que sean capaces de actuar con decisión, sobre
la base del consenso global, por el bien del planeta. Y necesitamos instituciones multilaterales que sean
equitativas y representen mejor a los países en desarrollo, de modo que todas las partes tengan su
lugar proporcional en la mesa mundial”, concluyó.

Clase 2
http://reedes.org/wp-content/uploads/2013/10/RIED-2013-VOL.-2-1.pdf
https://cartainternacional.abri.org.br/Carta/article/viewFile/416/170

La cooperación internacional para el Desarrollo: fundamentos y justificaciones en la perspectiva


de la Teoría de las RRII - Bruno Ayllón

El texto analiza → las razones y motivos que nos llevan a cooperar con otros países y a exponer los argumentos
que justifican o rechazan la propia existencia de programas y proyectos de ayuda internacional. → Estas cuestiones
se encuentran estrechamente relacionadas con la propia eficacia de la cooperación internacional, en la medida en
que, después de cincuenta años y de miles de millones de dólares, la pobreza persiste en el mundo.

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→ Algunos argumentan que: la cooperación es ineficaz y, peor aún, en muchas ocasiones se ha
convertido en una trampa que contribuye a perpetuar la miseria y la dependencia pues transforma a los
países subdesarrollados que dependen de la ayuda en Estados pasivos.

→ Por Relaciones Internacionales entendemos la disciplina que abarca “el conjunto de relaciones
sociales que configuran la sociedad internacional, tanto las de carácter político como las de carácter
económico y cultural (...) tanto las que se producen entre los Estados como las que tienen lugar entre
otros actores de la sociedad internacional (Empresas Multinacionales, Organizaciones No
Gubernamentales, Individuos, etc), y entre estos y los Estados”.

Encontramos dos énfasis en el estudio de las Relaciones Internacionales (RI):

Aquellos autores que abordan las RI como el Otros prefieren pensar en los
estudio de las relaciones de poder en el ámbito aspectos sociológicos, es decir, en
internacional. las relaciones de todo tipo, de
conflicto y cooperación, entre
grupos sociales y determinados
por poderes estatales distintos.

Una de las herramientas analíticas más útiles en RI es el “Sistema Internacional” (SI) definido
como “el conjunto de interacciones entre los diferentes actores internacionales”. → Este SI está
constituido por: un conjunto de actores cuyas relaciones generan una configuración de poder
(estructura), dentro de la cuál se produce una red compleja de interacciones (procesos) de acuerdo a
determinadas reglas.

El texto examina → dos procesos clásicos en las relaciones internacionales: el conflicto y la


cooperación.

El conflicto → supone incompatibilidad de intereses y ≠ la cooperación, por el contrario, la


coordinación de intereses a partir de la percepción de problemas comunes.
→ Una situación de deterioro total conduce a la guerra, que representa el máximo nivel de discordia, con
el uso de la fuerza en defensa de los intereses alegados. Una situación de nula discordia conduce al
resultado de la integración, alegándose la existencia de un interés supranacional.

las RI surgieron como disciplina al término de la Primera Guerra Mundial, como resultado de la
necesidad de explicar cómo había sido posible un enfrentamiento de aquellas características y en un
ámbito planetario.

Modalidad específica que adopta la CI: la Cooperación Internacional para el Desarrollo.

Calduch (definición de CI) → considera que la CI es: “toda relación entre actores internacionales orientada
a la mutua satisfacción de intereses o demandas, mediante la utilización complementaria de sus
respectivos poderes en el desarrollo de actuaciones coordinadas y/o solidarias”.

¿cuáles serían los elementos que configurarían una relación de Cooperación Internacional para que
pudiésemos identificarla como tal? → Holsti nos dice que estos elementos serían:
1. La percepción de que dos o + intereses coinciden y pueden ser alcanzados por ambas partes
simultáneamente.

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2. La expectativa de una de las partes de que la actuación seguida por la otra parte, o las otras
partes si la cooperación fuese multilateral, en orden a lograr sus propios objetivos, le ayuda a realizar
sus intereses y valores.
3. La existencia de un acuerdo (expreso o tácito) sobre los aspectos esenciales de las
transacciones o de las actividades a realizar.
4. La aplicación de reglas y pautas (protocolos de actuación) que dominarán las futuras
transacciones.
5. El desarrollo de las transacciones o actividades para el cumplimiento del acuerdo.

CI para el Desarrollo: → (como una de las formas que adopta la Cooperación Internacional), es un fenómeno
relativamente reciente y cuyo surgimiento puede situarse al finalizar la Segunda Guerra Mundial. → Su propia
existencia está vinculada a los cambios que se producen en el sistema de relaciones internacionales,
como resultado de los procesos de descolonización, sobre todo al final de la década de los sesenta del
siglo XX. → estos cambios ponen de manifiesto la aparición de una serie numerosa de nuevos Estados
independientes, calificados como subdesarrollados, que nos colocarán ante la realidad de un sist. de RRII
desigual y donde, la propia condición de país subdesarrollado se deberá a causas y deficiencias
internas pero, destacadamente, a causas externas.

si es considerada por su contenido, según su grado de


puede ser de carácter general o institucionalización, de carácter
sectorial, orientada a la toma de informal u orgánico, en el seno o
decisiones conjuntas, al establecimiento como consecuencia de la actividad de
de normas internacionales o de carácter Organizaciones Internacionales.
operativo en la implementación de
medidas o programas concretos de
desarrollo.

Por el nº de participantes: puede ser una


cooperación bilateral (de país a país),
multilateral ( a través de Organizaciones
Internacionales), o triangular (un país
que financia, otro que ejecuta y un tercero
que será beneficiario directo de las
actividades).

Las dinámicas de las relaciones internacionales que explican el surgimiento del sistema internacional de
cooperación para el desarrollo son el conflicto Este/Oeste, el conflicto Norte/Sur a partir del proceso
descolonizador y la dinámica de la globalización.

El conflicto Este/Oeste

La aparición de la CID en el sistema de relaciones internacionales posterior a la Segunda Guerra Mundial no fue
fruto exclusivamente de motivaciones humanitarias o éticas. → Respondió + a una coyuntura geopolítica
que venía determinada por la división bipolar del mundo en dos bloques antagónicos = EEUU y
URSS.

→ En la lógica de la Guerra Fría, las dos potencias debían evitar que uno de los dos bloques alterase
el equilibrio bipolar para lo cuál era fundamental evitar defecciones de países que, por su debilidad económica,

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podrían verse tentados a adherirse a la órbita de influencia de Washington o de Moscú. → Uno de los instrumentos
más empleados para evitar esa deserción, y para fortalecer económica, social y políticamente a los aliados que más
directamente sufrían las presiones de la potencia enemiga, fue la CID.

Plan Marshall (1948 - 19529) → Uno de los 1eros antecedentes de los grandes programas de ayuda
internacional, a través del cual los EEUU suministraron a los aliados europeos unos 14.000 millones de
USD p/adquirir equipos y los bienes necesarios para la recuperación de la industria devastada por la
guerra y de paso favorecer sus propios intereses comerciales y estratégicos para la contención del
comunismo.

Los condicionantes propios de la guerra fría, es decir el conflicto Este – Oeste, impusieron a la CID –
como si fuese su pecado original – un tipo de relación entre donante y receptor que se mantiene
hasta hoy en la medida que, con frecuencia, priman más los intereses de todo tipo del donante
que las verdaderas necesidades de desarrollo del beneficiario.

El conflicto Norte/Sur

A partir de los procesos de independencia de diferentes naciones asiáticas y africanas, a finales de la


década de los 40, el sistema internacional agregará una serie de Estados que presentarán problemas
de desarrollo y se articularán frente al llamado Primer Mundo en la Conferencia de Bandung (1955).

La globalización
Con el final de la Guerra Fría y el término de la bipolaridad, se consagró la expresión “globalización”
para explicar las nuevas dinámicas de las relaciones internacionales y la intensificación de la
interdependencia económica, tecnológica y medio-ambiental entre las diferentes unidades del sistema-
mundo.

Surgen nuevos desafíos como consecuencia de la proliferación y relevancia de actores internacionales,


desde las ONG a las empresas transnacionales. Sin olvidar el papel creciente que asume el individuo,
“del turista al terrorista”.

→ Una primera cuestión reside en discernir que, en muchas ocasiones, se emplean términos diferentes para
referirse a una misma realidad → Mientras que “ayuda exterior” se refiere a un tipo de asistencia que
puede no tener por objetivo último el desarrollo del país beneficiario – por ejemplo las formas de ayuda
militar o económica que buscan el interés del donante –, el término “cooperación para el desarrollo”,
al menos nominalmente, significa que la meta explícita de esa modalidad de ayuda es el desarrollo
entendido como una iniciativa pactada de común acuerdo entre donante y receptor. Es decir, una
relación paritaria, horizontal, de asociación que no remite a una relación desigual, vertical y de
subordinación como la que está implícita en el término “asistencia para el desarrollo”.
→ En la última década el término “cooperación” ha ido sustituyendo aunque no reemplazando definitivamente al
término “ayuda”, como una noción más amplia que refleja el grado de imbricación entre donante y receptor y una
superación de la visión estrecha de la ayuda como volumen total de flujos independientemente de sus
características, incluyendo el comercio, las inversiones, la negociación o condonación de la deuda, la cooperación
empresarial, etc.

“Cooperación Internacional para el Desarrollo” = entendida como el conjunto de acciones que


realizan gobiernos y sus organismos administrativos, así como entidades de la sociedad civil de un

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determinado país o conjunto de países, orientadas a mejorar las condiciones de vida e impulsar los
procesos de desarrollo en países en situación de vulnerabilidad social, económica o política y
que, además, no tienen suficiente capacidad para mejorar su situación por si solos.
Dentro de la CID encontramos diferentes modalidades de ayuda. → La ayuda internacional al desarrollo
que consiste en: actuaciones internacionales que transfieren recursos públicos y privados, en
situaciones ventajosas respecto a las existentes en el mercado de bienes y servicios financieros
(elemento de concesionalidad).

→ Por CID podemos entender “el conjunto de actividades desplegadas por los países desarrollados
que, implicando alguna transferencia de recursos concesionales a los países subdesarrollados, tiene
como finalidad principal la de ayudar a superar la difícil situación existente en estos últimos países”.

→ A través de la CID se procura garantizar unas relaciones internacionales de carácter pacífico, más
estables, más seguras y equilibradas para todos los habitantes del planeta. → en la base de esta CID
deberían encontrarse criterios como la equidad y la solidaridad internacional, pero no es menos cierto que, nos
deparamos con el criterio del interés mutuo que constituye un componente real de la CID.

→ Otro aspecto indisociable del estudio de la CID – desde la perspectiva de las Relaciones Internacionales
– es la existencia de una cierta condicionalidad en la ayuda internacional, es decir, en un componente
que implica el “dar algo a cambio de que se cumplan determinados requisitos o condicionalidades”.

→ Si la ayuda es de carácter exclusivamente público, bilateral o multilateral, de un país desarrollado a


un país en vías de desarrollo, y se cumplen una serie de criterios técnicos, se denomina “Ayuda Oficial
al Desarrollo” (AOD).

Ayuda Oficial al Desarrollo – y que cumplen las siguientes condiciones:


1. Son proporcionadas por organismos oficiales, tanto gobiernos centrales como regionales o
locales, o por sus organismos ejecutivos.
2. Cada una de las transacciones se administra con el principal objetivo de promover el desarrollo y
el bienestar económico de los países beneficiarios.
3. Es de carácter concesional y conlleva un elemento de donación de al menos el 25%.
4. Estos flujos cuentan como AOD tanto si se dirigen de forma bilateral, a un país específico, o
multilateral, como los fondos que, por ejemplo, España destina a las agencias de desarrollo del sistema
de Naciones Unidas.

El criterio fundamental para la consideración de lo que es AOD es su orientación a la promoción


del desarrollo económico y el bienestar social. → el CAD/OCDE ha reducido el ámbito de interpretación
subjetiva y ha establecido una serie de límites. Por ejemplo, se excluye la ayuda militar y el perdón de las deudas
contraídas con fines militares.

→ encontramos otras formas de ayuda como la Financiación Oficial al Desarrollo (FOD) – flujos que aunque
cumplan los criterios de concesionalidad de la AOD no tienen el mismo grado de liberalidad, por ejemplo, las
operaciones de reestructuración de la deuda en términos no concesionales – y la Ayuda al Desarrollo de carácter no
oficial. → En este último grupo se incluyen los recursos privados que se destinan a los países en desarrollo por
Fundaciones u ONG.

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→ Toda esta red de instituciones públicas, sean países u organizaciones internacionales, y de la sociedad civil, sean
ONG, sindicatos, empresas o universidades, que promueven acciones de CI para el Desarrollo forman, según
Galán y Sanahuja, el Sistema Internacional de Cooperación para el Desarrollo cuyas principales
características son:

1. Su carácter discrecional, pues no existe ninguna obligación para que los países ofrezcan ayuda
al desarrollo. En consecuencia, la ayuda se otorga de forma graciosa, a quién se quiere, en la forma
que se quiere y cuando se quiere. La base del sistema de cooperación se asienta, como afirma Alonso,
“sobre la libre voluntad de los donantes”.
2. Su pluralidad, pues existen numerosas organizaciones de diversa índole.
3. Su especialización, pues muchas de ellas trabajan con sectores específicos de la población
(infancia, juventud, mujeres, indígenas) o en ámbitos donde la especialización funcional y la experiencia
acumulada son un valor añadido (educación, trabajo, medio ambiente)
4. Su descentralización, pues aunque el Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE funcione como
organismo que coordina las políticas de cooperación de sus países miembros no existe una autoridad
central, o jerárquicamente superior, que aglutine, organice o imponga algún tipo de obligatoriedad o
sanciones en las políticas de ayuda o en su ausencia.
5. Su carácter histórico, pues solamente se comprende si tomamos en cuenta el contexto en que
surge, como se desarrolla en función de la evolución de las relaciones internacionales y hacia donde
camina, conforme a los discursos imperantes en cada época sobre el desarrollo y sobre las tendencias
que pueden observarse haciendo un atento seguimiento de los foros y consensos donde se articulan,
por ejemplo, en el seno de Naciones Unidas.

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un primer elemento de reflexión se basa en la posibilidad de comparar las conductas cooperativas entre
animales y humanos. La diferencia más palpable es que mientras los primeros cooperan para la
satisfacción mutua de intereses y la provisión de necesidades, los segundos incorporan un componente
de altruismo y desinterés en muchas de sus actuaciones de cooperación.
→ Cálculo y compasión o interés y altruismo son elementos que están presentes en las motivaciones básicas que
llevan a los seres humanos a cooperar desde el origen de nuestra especie.

→ La diferencia entre cooperación y ayuda es que:


- la primera asume que se trata de un tipo de relación recíproca que conlleva formas de
asociación mientras que…
- la segunda contiene también un sentido social, pero no implica compartir pues supone la
existencia previa de una desigualdad.
- No es menos cierto que no todas las relaciones de cooperación llevan aparejado el
concepto de igualdad o de equilibrio. Desde luego en las relaciones internacionales resulta
evidente que la igualdad en las relaciones cooperativas se da con más frecuencia cuando
existen similares recursos de poder entre los participantes.

→ Según Holsti (explicita las razones que favorecen el establecimiento de relaciones de cooperación):
1. – Existencia de objetivos, intereses y necesidades similares o complementarias entre las partes
2. – Distribución equitativa de costes, riesgos y beneficios entre las partes
3. – Confianza en que la otra parte cumplirá con sus obligaciones
4. – Las interacciones se desarrollan en términos de reciprocidad y confianza mutua

La cooperación se contrasta con la discordia pero también se la diferencia de la armonía. Si se la


compara con la armonía, la cooperación requiere activos esfuerzos para adaptar las políticas y
satisfacer las demandas de los otros. No depende sólo de los intereses compartidos, sino que surge de
una estructura de discordia o de discordia potencial. Sin discordia, no habría cooperación sino tan solo
armonía.

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Teoría de los Juegos → La teoría perseguía explicar, por medio de modelos hipotéticos y matemáticos, el
comportamiento de los actores en situaciones de decisiones (juegos), cuyos resultados, diferentemente de lo
preconizado en el abordaje histórico, no dependen de sus habilidades o de factores casuales, sino de la
confrontación de estrategias racionalmente formuladas visando alcanzar objetivos previamente definidos.” → Esta
Teoría de los Juegos o de la Acción Colectiva, surgió en el contexto de la guerra fría con el evidente propósito de
promover la cooperación entre los dos lados de un mundo bipolar, ofreciendo una comprensión profunda de las
condiciones que la favorecen. La Teoría partía de la premisa de que la cooperación basada en la
reciprocidad puede evolucionar y sostenerse, incluso entre egoístas, siempre y cuando exista la
perspectiva de una interacción a largo plazo.

→ En definitiva, no es posible alcanzar una conclusión “concluyente” sobre las razones que llevan
a los Estados a cooperar. Puede no obstante afirmarse que la cooperación prolifera en el Sistema
Internacional por razones de carácter objetivo, tales como la incapacidad individual de los Estados
para hacer frente a los problemas globales o la satisfacción de intereses. Igualmente por razones
subjetivas como la percepción derivada del sentimiento de deber moral, de la existencia de valores
compartidos por toda la humanidad, por la búsqueda de la Justicia, por la existencia de una deuda
histórica contraída por los países del Norte en relación a los del Sur, etc.

Puede afirmarse, con carácter general, que los estudios sobre la CID han registrado una fuerte
polarización entre dos líneas teóricas principales.
1. Una primera que entiende que los programas de ayuda exterior han sido establecidos siguiendo
los intereses de los donantes.
2. Una segunda que considera que la ayuda internacional es una respuesta a la pobreza que surge
en el mundo, una respuesta ética y un imperativo moral.
3. → Existe una tercera vía de autores que intentan reconciliar perspectivas opuestas, argumentando que
la CID es en si misma neutra, sirviendo de escenario para la lucha entre los intereses de los donantes y
el interés ético y humano.

Principales argumentos esgrimidos por diferentes escuelas/enfoques teóricos de las RRII p/justificar
o denostar la existencia del sistema internacional de ayuda. → los enfoques realistas, los enfoques
estructuralistas, los enfoques neo-liberales, la teoría de la interdependencia y de los regímenes internacionales, los
enfoques constructivistas o el argumento moral.

Los realistas
Para los autores adscritos a este enfoque, el estado de naturaleza hobbesiano hace de la supervivencia
y de la seguridad nacional el objetivo central y exclusivo de la acción estatal. Este es el objetivo y la
razón de ser de la política exterior y de la ayuda externa que hace parte de ella.
Para estos autores, destacadamente para Morgenthau, la ayuda externa es una manifestación de los
intereses de los donantes. La moralidad de la política exterior se define en función del “interés
nacional” y no de valores morales subjetivos de los individuos. La amoralidad es la regla de
comportamiento de la acción estatal y los Estados son los agentes dominantes en el sistema
internacional. → La cooperación es problemática pues los Estados desenvuelven sus actuaciones en un mundo
que se considera de “suma cero”: lo que uno gana el otro lo pierde.
→ Para los realistas, las políticas de ayuda son inseparables de la cuestión del poder y esta deja
poco espacio para consideraciones éticas.

Los estructuralistas

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Este enfoque de raíz marxista, entiende la ayuda externa como una manifestación del
imperialismo. La ayuda reforzaría los padrones de desigualdad e injusticia heredados del periodo
colonial impidiendo las reformas estructurales necesarias e imponiendo un modelo de desarrollo ajeno a
las necesidades y aspiraciones del Tercer Mundo.
Autores como Mende, Zelystra, Susan George o Teresa Hayter, han contemplado la ayuda como un
anzuelo lanzado por el Primer Mundo a los Países en Desarrollo. Se trataría de un instrumento de
dominación, con gran valor estratégico, a través del cuál los países ricos tratan de controlar a los pobres
obteniendo a cambio ventajas políticas, económicas y militares.
→ El verdadero objetivo de la ayuda no sería cooperar con el Sur, sino servir a los intereses de
los países donantes, manteniendo en el poder a elites políticas corruptas que perpetuarían los
vínculos de dependencia del Sur hacia el Norte. La ayuda se convierte en un sinónimo de
explotación, un mecanismo que asegura la intromisión del Norte en los asuntos internos de otros
países.

Los enfoques neo-liberales


el papel de la ayuda es marginal cuando no abiertamente perjudicial para un auténtico proceso de
desarrollo. Desde los presupuestos neo-liberales de autores como Friedman, Bauer, Krueger o Krauss,
la ayuda externa distorsiona el juego del libre mercado que es el verdadero motor del desarrollo.
En realidad, la ayuda penalizaría el crecimiento pues supone una acción intervencionista perjudicial
para los sectores competitivos de las economías nacionales. Para estos autores, el desarrollo es un
resultado natural de la integración paulatina de las economías nacionales en el mercado
mundial, que se rige por las reglas de la oferta y la demanda.

→ La agenda del desarrollo internacional se debería resumir a garantizar la liberalización de los flujos de capitales,
el acceso al mercado mundial, el respeto a los derechos de propiedad y el fomento de la libre iniciativa. Desde esta
perspectiva, las instituciones clave para el desarrollo no se encuentran en el seno del sistema de cooperación de las
Naciones Unidas y si en la Organización Mundial del Comercio (OMC), en el Fondo Monetario Internacional y en
la adopción de los principios del Consenso de Washington.

Una variable del enfoque neo-liberal, a la que se conoce como teoría neoclásica de las ventajas
comparativas y de las ganancias del comercio internacional, defendida por Bela Balassa, Jagdish
Bagwati, Deepak Lal o Ian Little, afirma que la solución para los países del Sur es el comercio,
acuñando el famoso lema de “Trade not Aid”. Esta corriente rechaza el compromiso ético, entendiendo
la ayuda como un recurso que facilita lo que ellos identifican como el único instrumento para alcanzar
unas relaciones internacionales pacíficas que propicien la prosperidad internacional: el comercio.

La teoría de la Interdependencia o de los regímenes internacionales


Esta teoría explicativa de por qué nace y existe el sistema de ayuda y de por qué los Estados deciden
incentivarlo, surge en los años 70, cuando emergen concepciones que intentan explicar las nuevas
formas de cooperación que se realizan a través de Organizaciones Internacionales de carácter formal o
de regímenes internacionales.

Para Kehoane y Nye, la cooperación internacional representa una forma menos costosa para que los
Estados ejerzan su poder y, en algunos casos, su hegemonía.
Esta cooperación se canaliza a través de las Organizaciones Internacionales que desempeñan un
importante papel en la determinación de la agenda y actúan en la formación de coaliciones,
constituyendo ámbitos políticas para la actuación de Estados más débiles, lo que puede llevar al
debilitamiento de la jerarquía del poder en el sistema internacional.

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Los enfoques constructivistas o el argumento moral
Este enfoque bebe en sus fuentes de inspiración de la tradición liberal de la Teoría de las Relaciones
Internacionales, vinculando la cooperación para el desarrollo con los imperativos humanitarios y
con el compromiso ético.
Así, el régimen de ayuda es el reflejo de la existencia de principios morales en las relaciones
internacionales. Si los seres humanos poseen obligaciones morales de ayudar al prójimo, los Estados
también tendrían una obligación moral parecida de ayudar a otras sociedades y Estados más
desfavorecidos.
Dentro de esta escuela, encontramos 3 tipos diferentes de argumentos.
1. el de carácter deontológico, entiende la cooperación para desarrollo como una obligación
imperfecta de provisión de las necesidades básicas.
2. el de carácter utilitario, contempla la cooperación como una respuesta ética a los problemas que
pueden remediarse con la capacidad técnica de los donantes.
3. el de carácter humanitario, considera la cooperación para el desarrollo como personificación
ideal del humanitarismo.

La cooperación para el desarrollo en su surgimiento y evolución histórica contiene otros elementos de


consideración que no pueden ser calificados exactamente de altruistas, desinteresados, filantrópicos o
humanitarios.

Teoría de las relaciones internacionales y la explicación de la ayuda externa - Gino Pauselli


Cincuenta años después de la publicación del primero y más influyente artículo en relaciones
internacionales (RI), que analiza las motivaciones de la ayuda externa, A theory of foreign aid, de Hans
Morgnethau, la comunidad investigadora en IR todavía no ha construido un cuerpo teórico sólido que
explique la cooperación internacional al desarrollo.

Este artículo propone el análisis de las motivaciones de las decisiones de concesión de ayuda
externa por parte de los donantes. Estas motivaciones serían analizadas desde la perspectiva teórica
de las relaciones internacionales. De este modo, busca contribuir, desde la disciplina de las RI, a la
explicación del proceso por el cual los países desarrollados transfieren recursos a los países en
desarrollo.

Hans Morgenthau (1962) → padre de la escuela realista de las RRII, publicaba su influyente artículo
sobre las motivaciones existentes detrás de la ayuda internacional.

Este artículo tiene como objetivo principal vincular las visiones de mundo que tienen cada una de las
escuelas teóricas de la disciplina a la explicación de la cooperación internacional al desarrollo. En otras
palabras, poder entender qué explicaciones de este fenómeno se pueden derivar de las distintas
escuelas teóricas de RRII.

La literatura que ha abordado de forma explicativa la cooperación al desarrollo lo ha hecho


desde dos modalidades. Por un lado, se ha concentrado en dar una explicación teórica al fenómeno,
generando conceptos y teorías que sustentan las hipótesis sobre la explicación de la cooperación
internacional al desarrollo. Por otro lado, se han realizado estudios empíricos (cualitativos y
cuantitativos) que proporcionan una explicación de los factores que llevan a los Estados a transferir
recursos a otros con el objetivo (al menos en el discurso) de mejorar la situación del país receptor.

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El primer conjunto de trabajos, aquellos que explican teóricamente la cooperación al desarrollo,
está caracterizado por identificar un conjunto de propósitos implícitos o explícitos de la ayuda
internacional. Estos propósitos están relacionados con los objetivos últimos que tienen este instrumento
de política exterior para los Estados cooperantes. Las dos grandes categorías de las motivaciones que
fueron identificadas en estos trabajos son a) altruistas y b) egoístas.

- El trabajo clásico dentro de la disciplina de las RRII que realizó este análisis fue el de Hans
Morgenthau (1962, 1969). → Desde un enfoque realista, el autor plantea que la ayuda al desarrollo es
un instrumento de política exterior de los Estados donantes que sirve para promover su interés nacional.
Para explicar esta herramienta de política exterior, el autor acentúa el carácter egoísta de esta, utilizada
para sobornar a los Estados receptores de ayuda o generar prestigio, elementos que pueden estar
presentes junto con otros de carácter más humanitario.
- una década después McKinlay y Little (1977) afirmaron que existen dos explicaciones
encontradas sobre la cooperación internacional al desarrollo: humanitaria y utilitaria. La primera
fundamenta la ayuda internacional como instrumento para generar desarrollo en países de bajos ingresos, mientras
que la segunda afirma que está diseñada para promover los intereses de política exterior del donante. Su estudio
argumenta que los intereses centrales de la política de ayuda internacional de Estados Unidos son de poder político
y seguridad, ubicados dentro de la segunda explicación de la cooperación al desarrollo. → Rutan: quien afirma
que una explicación de este fenómeno se basa en el interés económico y estratégico del donante,
mientras que una 2da explicación descansa en la responsabilidad ética o moral de los ciudadanos de
países ricos hacia el 3er Mundo.

Lumsdaine → propuso centrar el análisis en la evolución y consolidación de la norma internacional que establece
que los Estados ricos deben ayudar a los Estados pobres, ubicando su explicación del fenómeno como consecuencia
de motivaciones humanitarias. → El autor provee una investigación sobre el papel de la moral en las
motivaciones de la ayuda al desarrollo, realizando una comparación entre donantes en el período 1949-
1989. Concluye que el principal determinante de la cooperación al desarrollo es la moral como
consecuencia del cambio en las orientaciones políticas domésticas y un cambio constante en las
preocupaciones éticas los cuales se canalizan a través de tres variables: a) creencias y valores en
política doméstica, b) normas y prácticas en la sociedad internacional, c) prácticas de la cooperación al
desarrollo.

→ A partir del siglo XXI, los trabajos explicativos resaltaron la necesidad de interpretar el fenómeno de la ayuda
internacional como determinada por diferentes factores interactuando entre sí. De este modo, Montúfar (2001)
identificó tres tipos de variables que interactúan entre sí para generar diferentes prácticas de ayuda
oficial al desarrollo:
a. intereses y poder del donante,
b. las organizaciones internacionales, y
c. las ideas.

→ Según Ayllón los estudios sobre la explicación de la cooperación internacional al desarrollo pueden
clasificarse en 3 líneas teóricas de acuerdo con los motivantes que impulsan a los Estados a transferir
fondos a otros Estados:
a. como resultado de los intereses de los donantes,
b. como una respuesta ética o imperativo moral a la pobreza,
c. como un instrumento neutro que puede servir tanto para satisfacer los intereses de los
donantes como imperativos morales o éticos.

15
encontramos que las explicaciones conceptuales o teóricas de la cooperación al desarrollo
descansan en tres variables: a) intereses egoístas de los donantes, b) altruismo de los donantes
y c) socialización de ideas. A pesar de no estar explicitados, es posible traducir estas explicaciones al
lenguaje teórico de las RRII. Los factores explicativos identificados por estos autores serían los
intereses nacionales de inspiración realista, reglas e instituciones internacionales de inspiración liberal,
y normas internacionalmente compartidas de inspiración constructivista. También están presentes en
estas explicaciones factores de tipo material, institucional o ideal.

Estos trabajos explicativos/empíricos de la asignación de la ayuda internacional permiten, además,


identificar las principales variables utilizadas con ciertos postulados de las escuelas teóricas de las RRII
que se desarrollarán más adelante. De esta forma, el PBI per cápita estaría relacionado con los
postulados constructivistas, el pasado colonial con el marxismo, y el comercio bilateral con el
realismo.

¿Cómo se puede explicar la cooperación al desarrollo desde las diferentes escuelas de pensamiento
teórico de las RRII?
→ Las teorías de las RRII y la cooperación al desarrollo
Este apartado analizará los postulados de las principales escuelas teóricas de RRII y su aportación a la
explicación del fenómeno de la cooperación internacional. → Las teorías de las RRII están caracterizadas por
la competencia entre diferentes tradiciones de pensamiento. Aquellas que han logrado mayor atención han sido las
diferentes corrientes del realismo, liberalismo, marxismo y constructivismo.

Realismo

→ explica la realidad internacional a partir del interés primario de los Estados de maximizar su
supervivencia, seguridad o poder (como instrumento para los otros dos primeros objetivos), tanto a
partir del objetivo final de la dominación de otras naciones (Morgenthau 1986), o de las características
de la estructura en la cual están insertos (Waltz 1988).
- Es necesario diferenciar ≠ entre los postulados dell realismo clásico y el neorrealismo o realismo
estructural.
- → el 1ero (realismo clásico) identifica las causas del comportamiento de los Estados en la
naturaleza humana, o el primer nivel de análisis. La conducta del hombre está determinada por su
interés y la búsqueda o maximización de poder. Como el Estado se encuentra compuesto por seres
humanos, las RRII se constituyen fundamentalmente por conductas egoístas por parte de los Estados,
dedicándose cada uno de ellos a la búsqueda de mayor poder, mayor seguridad, o maximizar el interés
nacional.
- El realismo estructural, explica las RRII a partir de fuerzas que se encuentran en la tercera
imagen, o nivel sistémico. Una teoría sistémica explica “de qué modo la organización de un dominio actúa
como fuerza limitadora y autorizadora de las unidades interactuantes” y explicita que las conductas y resultados se
hallan en la estructura del sistema. → En las RRII, «la estructura de un sistema cambia con los cambios de la
distribución de las capacidades» entre los Estados (Waltz 1988: 145). Para el realismo estructural, los
Estados también buscan maximizar poder o seguridad, pero como consecuencia del estado
anárquico de las RRII. Así, esta búsqueda será diferente de acuerdo con el tipo de estructura en el
cual se encuentren los Estados.
- Para ambas versiones del realismo, las relaciones con otros Estados, a través de su política
exterior, se basan en la utilización de diferentes herramientas para alcanzar los objetivos de aumento de
poder o maximización de seguridad.

16
En este sentido, la política de cooperación oficial al desarrollo de un Estado tendría que ser
entendida como una herramienta más para la promoción del interés nacional. Continuando con
este razonamiento, la AOD es distribuida con el fin de generar mayor seguridad para el donante
consolidando alianzas con los Estados afines o cercanos, o para generar mayor riqueza nacional al
impulsar el comercio bilateral del donante, posibilitando oportunidades comerciales en el exterior, en
este caso, con los receptores de AOD.

Serie de variables que explicarían la asignación geográfica de la ayuda al desarrollo desde una teoría
realista de las RRII
→ 1) Se debe pensar en una variable geográfica de distancia entre el donante y el receptor de ayuda. → Esta
variable se relaciona con el interés egoísta de los donantes de mantener un área de influencia y maximizar su
seguridad frente al peligro que pueden presentar los países más cercanos. La seguridad de un Estado (en este caso,
el donante) estaría amenazada, en primer lugar, por sus vecinos. Transferir recursos hacia los Estados cercanos, en
un postulado realista, contribuye a aminorar la potencial tensión que podría existir entre el receptor y el donante
(...).

→ 2) segunda variable realista que hay que considerar es el comercio bilateral entre el donante y el
receptor. se puede entender la AOD como instrumento de promoción de un interés económico (el
comercio exterior). En el realismo, se puede entender que la capacidad económica es parte del poder
de un país.

→ 3) tercera variable se puede considerar el grado de cercanía como potencial alianza que existe entre el
donante y el receptor. → Para el realismo, el juego de poder promueve la coincidencia de preferencias,
así sea por la persuasión o la fuerza del más poderoso hacia los más débiles. La cooperación al
desarrollo puede ser un instrumento de persuasión con el fin de generar o mantener cierta afinidad
entre los intereses del donante y los del receptor.

→ 4) cuarta variable (realista) propuesta hace referencia a la existencia o no de un sistema bipolar. → Se


considera a la distribución relativa de capacidades como el principal factor explicativo de la distribución de
preferencias y restricciones a la acción de los Estados. La competencia entre Estados Unidos y la Unión Soviética,
según esta corriente de pensamiento, llevó a la utilización de los diferentes instrumentos de política exterior para el
beneficio de los donantes en la rivalidad Este-Oeste. → La capacidad explicativa de los cambios de la estructura es
fundamental en el realismo estructural para considerar el poder explicativo de esta corriente teórica.

→ 5) Quinta variable hace referencia a la lucha de poder entre los bloques capitalista y comunista
que surge con la Guerra Fría. → La característica de país comunista denota la no alineación de un Estado con el
bloque de países capitalistas y donantes de ayuda al desarrollo.

Liberalismo

A diferencia del realismo, la escuela liberal resalta la posibilidad de la cooperación y la generación


de un contexto para el progreso general, los cuales son considerados realizables, y donde la
cooperación está presente, al menos en potencia. La escuela del liberalismo permite explicar las RRII
a partir de características internas de los Estados. En este sentido, el liberalismo centra la
explicación del fenómeno de las RRII en las variaciones en las preferencias de los Estados, y no en el
interés nacional o distribución de capacidades materiales que son dadas a partir del lugar que ocupa
cada Estado en el sistema internacional.

17
→ Rathbun (2010) identifica al liberalismo como aquella corriente que se centra en el análisis de la
cooperación entre los Estados como variable dependiente, en donde se espera un mayor potencial de
cooperación y progreso en las RRII.

→ Con respecto a la primera forma de identificar al liberalismo, variantes del mismo se manifiestan en el
institucionalismo neoliberal, liberalismo comercial, liberalismo militar, liberalismo sociológico,
liberalismo cognitivo y liberalismo regulativo.

→ la tesis más importante de esta escuela es la teoría de la paz democrática (como parte del
liberalismo republicano), la cual afirma que los Estados democráticos no se hacen la guerra entre sí.
Las democracias son capaces de alcanzar la paz entre ellas porque ejercen la precaución inherente a
toda democracia y son capaces de apreciar los derechos internacionales de las repúblicas extranjeras.
- Conscientes de la armonía entre ellas, que deriva en la creación de un contexto de paz y
seguridad, la cooperación puede surgir y mantenerse. Por lo tanto, es racional para los Estados
democráticos la promoción de la democracia en otros Estados.
- se puede pensar en la cooperación internacional al desarrollo como un instrumento de
política exterior de los Estados liberales y democráticos para generar cooperación y mayor
democracia en el exterior y crear un mundo más seguro para las mismas.

→ La 2da forma de identificar al liberalismo según Rathbun (2010) es la configuración institucional


interna (como el sistema político, el sistema de partidos o la opinión pública). Esta «segunda imagen»
también puede influir en las preferencias de los Estados y, de esta forma, en la política exterior.

→ La tradición liberal ha contribuido en dos sentidos a la teoría de las RRII:


Por un lado, desde la tesis de la paz democrática y, por otro lado, desde explicaciones que toman las
preferencias de los actores al interior de los Estados como factores determinantes de la política exterior.
Dos variables liberales pueden ser examinadas en esta forma de entender el liberalismo.
La primera variable hace referencia a los diferentes intereses y preferencias dentro de los Estados.
Los donantes de la OCDE son todas democracias, donde cada fuerza política puede participar en la
competencia y tiene sus propias preferencias de política exterior.
La segunda variable propuesta tiene en cuenta el supuesto sobre la tesis de la paz democrática y
analiza si los donantes tienen una preferencia positiva por los Estados democráticos a la hora de
destinar fondos de ayuda internacional. En esta variable, el liberalismo entiende que la cooperación
al desarrollo es un instrumento de la política exterior que los Estados liberales utilizan para generar
cooperación y mayor democracia en el exterior y, por lo tanto, mayor seguridad para ellos mismos.

Marxismo

La tradición marxista en RRII resalta el clivaje Norte-Sur entre los Estados y las relaciones de
desigualdad o dependencia en el sistema internacional. Este clivaje es consecuencia de la expansión
capitalista que reproduce entre los países las desigualdades que genera al interior de los Estados
(Kubálková y Cruickshank 1989). Dada la vinculación de economías que presentan diversos grados de
diferenciación del sistema productivo y ocupan posiciones distintas en la estructura global del sistema
capitalista se genera la diferenciación entre países desarrollados y subdesarrollados. Por lo tanto,
existe una diferencia de etapa y de función o posición dentro de la estructura económica
internacional de producción y distribución, lo que supone una estructura definida de relaciones
de dominación.

18
→ Los Estados subdesarrollados están en una condición de inferioridad y dependencia debido a las características
intrínsecas al capitalismo que, como consecuencia del proceso de acumulación, genera ganadores y perdedores.

→ La ayuda internacional que reciben los países del Sur es un fenómeno que surge de las
jerarquías materiales existentes entre los Estados, así sean político-militares o socioeconómicas. →
Según la tradición marxista, la vida económica de las naciones más débiles está penetrada por los
intereses de las naciones poderosas, incluso en aquellas regiones donde la práctica imperialista ha
desaparecido todavía existen relaciones jerárquicas y de imposición de condiciones (comerciales o de
política interna).

→ El marxismo en RRII acentúa el significado de soberanía westfaliana, el cual es un acuerdo institucional


basado en 2 principios: territorialidad y exclusión de actores externos de las estructuras de
autoridad internas. → Esta soberanía se viola cuando actores externos influyen sobre, o determinan, las
estructuras de autoridad internas a través de acciones coercitivas, voluntarias, intervención o invitación.

→ Para la teoría del sistema-mundo, la ayuda al desarrollo se ubica dentro del nacimiento de un nuevo
sistema inter-estatal: el de la hegemonía de EEUU, marcado por el nacimiento de la ONU, destinada a imponer
restricciones institucionales en favor del hegemón. → Entre el abanico de herramientas de restricciones
institucionales, se encuentran el uso de la fuerza, soborno y la persuasión ideológica. → Como parte de estas dos
últimas herramientas, se puede entender la cooperación al desarrollo dentro de este marco teórico.
Por lo tanto, las nuevas formas de imperialismo se pueden manifestar a través de la utilización de
la ayuda al desarrollo como soborno para influir en las estructuras de autoridad internas del país
receptor.

→ Para la teoría de la dependencia, el poder del centro se manifiesta a través de las desiguales condiciones de
intercambio en el comercio internacional y en la presencia de multinacionales, las cuales refuerzan la explotación y
dependencia de los países de la periferia. → Dentro de esta lógica, la ayuda internacional que ofrecen los países del
centro estaría relacionada con el fortalecimiento de las relaciones de dependencia (...).

Constructivismo

Dentro de las escuelas teóricas de las RRII, el constructivismo se ubica junto al realismo y el
marxismo como una escuela sistémica. Para esta corriente teórica, existen múltiples formas de
entender la anarquía del sistema internacional por parte de los Estados. Así, los actores entienden
a la política internacional como más o menos anárquica de acuerdo con las diferentes áreas o dominios.

→ El constructivismo se ha concentrado en la influencia que las ideas y normas poseen en el


comportamiento de los Estados, en especial aquellas compartidas a las cuales ajustan su
comportamiento los diferentes actores del sistema internacional. Las identidades estatales, para el
constructivismo, determinan quién es cada Estado y quiénes son los otros, además de afectar los
intereses de los mismos. Estas identidades, que son cambiantes, dependen del contexto histórico,
cultural, político y social. → esto permite que los Estados tengan intereses diferentes, supuesto que NO se
mantiene para el realismo. Además, reconoce la capacidad de evolución o cambio en las ideas y normas,
lo que posibilita pasar de sistemas competitivos a sistemas de cooperación o ayuda en las relaciones
entre Estados.

19
→ El constructivismo propone la idea de identidad colectiva en las relaciones entre Estados, en la
cual el interés propio y el interés colectivo son efectos de un proceso de identificación con el otro. Esta
identificación es un continuo entre identificación negativa y positiva, y puede variar en diferentes áreas.

→ La explicación humanitaria de la cooperación al desarrollo está relacionada con la identificación


positiva que tienen los donantes con las sociedades de los Estados receptores.
Así, se puede entender a la cooperación al desarrollo tanto como una evolución de una identidad
colectiva mundial en la cual una norma internacional presiona a los Estados ricos a ayudar a los
Estados pobres con el objetivo de mejorar la condición de estos últimos.
También se puede pensar como la consolidación en los Estados donantes de la identificación con los
ciudadanos de los Estados en vías de desarrollo en tanto seres humanos con necesidades. Esta norma
se ajusta a la cooperación internacional como una práctica voluntaria, ya que su incumplimiento no
implica una sanción, sino más bien una recriminación o reproche por parte de otros actores del sistema
internacional.
→ la cooperación internacional al desarrollo es consecuencia de intereses específicos de los Estados.
Así también lo es la asignación geográfica que realizan estos países. Para explicar este comportamiento
desde el constructivismo, es necesario remitirse a la estructura internacional de las ideas, a cómo estos
Estados socializaron y socializan la idea de ayuda internacional al desarrollo. Además, es necesario
investigar la socialización interna que se hace de esta idea.

→ Las variables de inspiración humanitaria son aquellas que estarían inspiradas en la corriente constructivista de
las RRII. En este sentido, la asignación de ayuda internacional a los Estados más pobres está
relacionada con la idea de cumplir con las obligaciones morales que poseen los Estados ricos,
obligaciones que surgen de un proceso de socialización con otros Estados.

→ Desde el constructivismo se entiende que la identidad nacional da forma a los intereses


nacionales, y estos a su vez generan las preferencias estatales en situaciones o áreas específicas.
Pensándolo en el sentido contrario, cómo un Estado donante ve al desarrollo en otros Estados depende
de su identidad nacional.

→ A pesar de los cambios, la cooperación al desarrollo se consideró siempre necesaria para colaborar con el
desarrollo del Tercer Mundo, aunque en diferentes niveles. Las diferentes declaraciones de la necesidad de un
mundo más igualitario, más justo o más desarrollado son manifestaciones del grado de evolución de esta norma
internacional en la sociedad de Estados.

Conclusiones → es posible afirmar que el estudio de la ayuda internacional está fuertemente disociado
del estudio teórico de las RRII. Sin embargo, este trabajo ha demostrado que las escuelas teóricas de
las RRII tienen un gran potencial explicativo para el fenómeno de la cooperación internacional, que no
solo posibilitará un mayor entendimiento del mismo, sino que su estudio también contribuirá al debate
teórico dentro de las RRII.

En cuanto a la contribución que cada escuela teórica realiza a la cooperación al desarrollo, se puede
distinguir entre aquellas que poseen una explicación egoísta como el realismo y el marxismo, o
más humanitaria como el constructivismo. Variables de orden sistémico están presentes en el
realismo y el constructivismo, mientras que variables de orden más interno están tanto en el
realismo como en el liberalismo. Las teorías de las RRII como marco explicativo de la cooperación al
desarrollo también posibilitan la interacción de variables materiales (realismo, marxismo), ideales
(constructivismo) e institucionales (liberalismo y realismo).

20
Notas de la biblio optativa - Reflexividad, emancipación y universalismo: cartografías de la teoría de
las relaciones internacionales

El ascenso de los países emergentes, en particular en Asia, estaría dando paso a un sistema
internacional que se ha descrito como multipolar, que cuestiona la primacía de Estados Unidos, y por
ello también se ha caracterizado como «post-occidental», «post-hegemónico», o «post-
estadounidense». → se trataría de un mundo en transición, sin una estructura o fisonomía clara.

Las dinámicas de globalización y transnacionalización que han transformado el sistema internacional


han significado cambios rápidos en la estructura del sistema internacional, y en la naturaleza, las
fuentes y las pautas de distribución del poder y la riqueza. Aparecen nuevos actores, pero su influencia
se diluye en mercados, estructuras y redes de interdependencias que diluyen la polaridad, pues ningún
actor parece tener primacía ni ejercer un control efectivo. De ahí que, frente a la imagen de un mundo
multipolar, también se haya hablado de un mundo «multicéntrico», «interpolar» o «heteropolar», e
incluso «apolar», del «G-cero», e incluso de «el fin del poder».
→ Estos cambios comportan un triple desafío intelectual y académico p/ la disciplina de las RRII. Por
una parte, exige examinar esas transformaciones estructurales en sí, desde una perspectiva
sociohistórica; por otra, demanda teorías adecuadas para permitir su conceptualización e interpretación.
Esto último supone, a su vez, adoptar una mirada crítica y reflexiva sobre las relaciones internacionales
como objeto de estudio y sus principales teorías y conceptos, en particular hacia sus corrientes
dominantes o mainstream. Ya no bastaría un conocimiento amplio de esas teorías, y se reclama una
mirada crítica y reflexiva que permita entender su papel en la propia constitución de la disciplina y de los
actores, prácticas, instituciones e ideas que son su objeto de estudio.

→ Cabe mencionar el primer gran debate entre realismo e idealismo de las décadas de los años treinta y
los cuarenta del siglo xx; un segundo gran debate entre tradicionalismo y cientifismo, en los años
cincuenta y sesenta; y un tercer gran debate inter-paradigmático en los setenta y parte de los ochenta.

→ Sin embargo, los debates inter-paradigmáticos son un equívoco relato auto-referencial de la disciplina, quizá
solo válido en la fase final del periodo de Entreguerras; o bien cuando realmente hubo «tres» paradigmas: en el
breve lapso de los años sesenta y setenta del siglo xx, y en ese periodo, en realidad, solo hubo debate entre el
realismo y el liberalismo, con el estructuralismo en una posición marginal. El debate que interesó al estructuralismo
se ubicó en otro ámbito, el de la Economía Política Internacional y los estudios del desarrollo, en el que se enfrentó
con la economía clásica o liberal dominante y con el paradigma sociológico de las teorías de la modernización.

→ Por otra parte, el debate inter-paradigmático puso de relieve un problema epistemológico esencial: la
inexistencia de un postulado universal, teoría general o fundamento básico común
(«fundacional») a partir del cual juzgar cada paradigma, sus pretensiones de verdad, y establecer
criterios para la verificación o falsación del conocimiento que pudieran generar. Las diferencias
epistemológicas entre paradigmas harían imposible el diálogo y el supuesto de la acumulación lineal de
conocimiento del positivismo, vía prueba y refutación dentro de una racionalidad común. → (Feyerabend y Kuhn)
→ se refieren a este hecho aludiendo a la “inconmensurabilidad” con su propio sistema coherente de
postulados fundamentales, ontologías, conceptos y categorías, métodos, criterios de juicio, “semántica”,
y un patrón propio de inferencias de causalidad.

21
→ Desde la asunción de la inconmensurabilidad, no sería factible afirmar la mayor validez «científica» de
un paradigma y de sus postulados básicos sobre otro, como en el primer debate, por lo que tampoco se
podría fundamentar la disciplina de las Relaciones Internacionales sobre un único corpus teórico
coherente y «verdadero». Habría que aceptar el pluralismo teórico, con teorías distintas que veían
mundos distintos, imposibles de integrar en «gran síntesis» y, por ello, con mayor riesgo de
fragmentación. Sería, en consecuencia, una disciplina más rica, diversa y plural, pero envuelta en un
«diálogo de sordos» o, más bien, en monólogos autorreferenciales. Por ello, según Wæver, el propio
debate inter-paradigmático quizás pudo ser el «pegamento» que mantuvo mínimamente unida a la
disciplina en ese periodo.

→ el debate inter-paradigmático dio paso en los años 80 a la denominada «síntesis neo-neo» al producirse
una visible convergencia entre el realismo estructural y el liberalismo. Con el realismo estructural de
Waltz, quedó atrás la tradicional argumentación sobre la maldad inherente a la condición humana, como
premisa ético-filosófica o religiosa básica del realismo clásico, de raíz judeo-cristiana, y se pretendió
establecer una nueva fundamentación racional para que el realismo pudiera ser una verdadera teoría
«científica» de la política internacional. El liberalismo, por su parte, asumiría los condicionantes
estructurales o sistémicos y el interés nacional como guías racionales de las preferencias de los
actores, dejando atrás los elementos normativos del idealismo, y recurriría en mayor medida a metodologías
cuantitativas. → esa común fundamentación racionalista y las convergencia de agendas y métodos de investigación
permitirían superar las barreras de la inconmensurabilidad.
→ Tanto el institucionalismo neoliberal como la teoría neorrealista de la estabilidad hegemónica se
centrarían en el estudio de la cooperación y los regímenes internacionales como concreción de una
«síntesis neo-neo» con la que se reconstruyó el discurso dominante en la disciplina.

Notas de clase 2: 26/03/2021

PPT
G Pauselli → palabras clave: teorías de las RRII, ayuda externa, concesión de ayuda.

Realista (más vinculada a Hobbes) Liberal (más relacionada a Locke).

Alonso, José Antonio y Glennie, Jonathan (2015). What is development cooperation?,


Development Cooperation Forum Policy Brief Nro 1, febrero, ECOSOC

development cooperation should have three major tasks (Severino and Ray, 2009; Ocampo, 2015):
1. supporting and complementing efforts of developing countries to guarantee the provision of
universal social basic standards to their citizens, as a means for people to exercise their
basic human rights;
2. promoting the convergence of the developing (and particularly the poorest) countries to
higher levels of income and wellbeing, correcting extreme international inequalities; and
3. supporting efforts of developing countries efforts to participate actively in the provision of
international public goods.

(criterios para definir el desarrollo “development cooperation”)

Development cooperation can be defined as an activity that meets the following four criteria:

22
1. Aims explicitly to support national or international development priorities.
- Not all international public non-profit activity is development cooperation. For instance,
internationally coordinated security manoeuvres or support to developing countries’ military
capacity may require plenty of international cooperation but would not be classified
development cooperation. In order to help classify activities by whether they are
developmental or not – there will always be grey areas – we should rely on globally agreed
goals, namely the internationally agreed development goals, such as the Millennium
Development Goals/SDGs, and other international or regional development agreements.
2. Is not driven by profit
- This is the critical added value of development cooperation, in that it means doing
something that is not-for-profit, or that accepts a lower profit than the market would offer. It
would not happen if profit incentives alone were followed, or at least not in the same way. It
is about correcting market failures and rules that impede or undermine developmental
objectives. That said, development cooperation can also play a role in incentivising genuine
for-profit activities with positive developmental impacts.
3. Discriminates in favour of developing countries
- Only if an action aims deliberately to create new opportunities for developing countries, in a
discriminatory way, and taking into account the structural impediments that limit poor
countries’ development, can it be considered development cooperation.
4. Is based on cooperative relationships that seek to enhance developing country
ownership
- Development cooperation should be based on cooperative and non-hierarchical
relationships between international partners that seek to complement resources and
capacities in favour of development purposes. These relationships should be respectful of
countries’ sovereignty in defining and steering national development strategies. In fact,
development cooperation should seek to widen developing countries’ room for manoeuvre,
limiting the restrictions and enhancing the opportunities that condition their development
process.

Any activities complying with all of these four criteria should be regarded as “development cooperation”
(DC).

Development cooperation is not only about transferring resources; it includes any measure specifically
designed in favour of developing country development.

Types of development cooperation

three main types of development cooperation can be identified in the modern era: Financial (and in-
kind) transfer; capacity support; and policy change.

TYPE 1: Financial (and in-kind) transfer


Financial transfers are what most people think of when they talk of “aid”. For good or ill, aid remains
seen as the mainstay of development cooperation, possibly because it is the easiest activity to measure.

TYPE 2: Capacity support


Many countries are gradually emerging from extreme economic poverty and rising up the income ladder.
While they will rely less on transfers (financial or in-kind), they can still benefit from other forms of

23
development cooperation. Long an integral part of aid, capacity building may grow in importance in the
years ahead given the changes in the international agenda and much wider range of issues covered in
the SDGs than the MDGs.

Among the most important lines of action in this field have been the following three: 1) organisational
and human resources 2) technology cooperation 3) sharing policy experience

TYPE 3: Policy change


It is long recognised that some of the most important things that wealthier countries can do to support
poorer countries have less to do with transferring to them either money or knowledge, but regard
changing rules and activities (at national and international levels) that work to keep poor countries poor
and in need of constant support. At national level, policy change includes reviewing public policies in
light of their effects on the development agenda, strengthening

development cooperation demarcates a broad area of international action in which several modalities
of support can operate.

Development Cooperation
Activity that aims explicitly to support national or international development priorities, is not driven by
profit, discriminates in favour of developing countries, and is based on cooperative relationships that
seek to enhance developing country ownership.

International Cooperation
Development cooperation is part of international cooperation, but there are fields of international
cooperation that are not directly related to development, such as sharing rules on international flights or
adopting preventive measures against terrorism.

24
25
Malacalza, Bernabé (2020). Cooperación al desarrollo y relaciones internacionales: un campo de
estudio en debate, en Revista CIDOB d’Afers Internacionals n.o 125, p. 209-22

Se afirma que el estudio de la cooperación al desarrollo queda fuera del núcleo básico de la disciplina
de las relaciones internacionales (RI). Sin embargo, la producción académica sobre este tema está lejos
de haber sido escasa. Este artículo realiza un ordenamiento sistemático de la literatura más relevante a
través del análisis de la evolución de sus debates (diferencias, coexistencias, separación y combinación
entre diversas perspectivas teóricas).

→ Se fueron situando 4 ejes de debate: a) naturaleza de la ayuda exterior b) métodos para estudiar
las políticas de ayuda c) fuerzas profundas detrás de las políticas de ayuda y d) formas de
conocer la ayuda y el desarrollo.

→ El interés por analizar las políticas de ayuda exterior desde los países desarrollados hacia los
países en desarrollo se vuelve una constante tras la Segunda Guerra Mundial e iniciados los procesos
de descolonización en los denominados países del Tercer Mundo.

→ “La economía del desarrollo”:


Las denominadas teorías de la modernización intentan presentar un marco analítico para pensar una
teoría general del desarrollo, a partir del cual se articulan explicaciones sobre la relación entre ayuda
y despegue económico, ayuda y crecimiento económico, ayuda y ahorro, ayuda y comercio, entre otras.
La génesis y el desarrollo de ese subcampo de la economía van a ir íntimamente unidos no solo a la
trayectoria de las grandes potencias donantes occidentales, sino también a una interpretación
economicista de la ayuda y su función (o disfunción) en el desarrollo económico de los países.

→ El debate público en Estados Unidos alrededor del lanzamiento del Plan Marshall para la reconstrucción
europea de la posguerra mundial contribuye a introducir el abordaje de la ayuda exterior como nueva
dimensión de estudio en las relaciones internacionales (RI).

→ El objetivo de este artículo es cubrir parcialmente esa brecha, identificar las diferentes
proposiciones teóricas sobre la cooperación al desarrollo y contextualizarlas dentro de la
evolución de los grandes debates de la disciplina.

→ Al menos desde la década de 1940, existe un interés por investigar la cooperación al desarrollo desde
las RI. Esas investigaciones se han desarrollado a lo largo de la historia con 2 problemas
fundamentales: la ambigüedad conceptual del constructo «cooperación al desarrollo», con sus múltiples
denominaciones, por un lado; y las dificultades metodológicas para abordarlo, por otro.

En los 50 y 60 → los estudios estaban centrados exclusivamente en el concepto de “ayuda exterior” que,
además de la ayuda al desarrollo, incluye la asistencia militar, la humanitaria y la inteligencia, así como
los sobornos, entre otras modalidades.

A partir de la década de 1970 → se pone en boga el concepto de «Ayuda Oficial al Desarrollo» (AOD),
acotando la referencia a donaciones, préstamos concesionales e intercambio de conocimientos técnicos
de organismos oficiales a países incluidos en la lista de elegibilidad del Comité de Ayuda al Desarrollo
(CAD) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

26
Desde la década de 1990 → se hace más frecuente en las investigaciones el uso del término «cooperación al
desarrollo» para comprender un universo más amplio de actores públicos (en los ámbitos nacional,
regional y local) y privados (empresas, organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales,
universidades, etc.), así como de modalidades (multilateral y bilateral; descentralizada, empresarial y no
gubernamental; financiera y no financiera; reembolsable y no reembolsable).

27
Se aceptan 4 períodos de disputa:
1. realismo versus idealismo
2. tradicionalismo versus cientificismo
3. neorrealismo/neoliberalismo versus estructuralismo
4. racionalismo versus reflectivismo.

28
Salomón (2002) observa una fractura en el cuarto debate que tiene que ver con el rechazo a
determinados aspectos en la manera de teorizar que los autores reflectivistas atribuyen a las
corrientes racionalistas en el estudio de las RI.

Como consecuencia del cambio geopolítico que implica la Guerra Fría, y a partir del despliegue del Plan
Marshall, surge un debate en Estados Unidos en torno a la naturaleza de la ayuda exterior, que es
deudor del debate realistas ver sus idealistas en RI de las décadas de 1930 y 1940. Las aguas se
dividen entonces:
→ entre instrumentalistas versus principistas/idealistas:
ayuda instrumental versus ayuda caritativa, ayuda como vehículo de intereses versus ayuda como
promoción del desarrollo económico, y ayuda a países considerados estratégicos versus ayuda
como auxilio a países pobres del Tercer Mundo.

→ Los instrumentalistas, anclados en el paradigma realista, basan sus estudios en las políticas de
ayuda exterior de las grandes potencias –principalmente, Estados Unidos–, partiendo de la premisa
de que los donantes son actores racionales comprometidos en transacciones de tipo quid pro quo.
La ayuda está determinada por factores sistémicos propios de la anarquía internacional y es un
instrumento al servicio del interés nacional del Estado definido en términos de poder y
autopreservación.

→ Las perspectivas instrumentalistas surgidas del mundo político estadounidense y su comunidad


científica se centran en el problema de la seguridad nacional, ya se interprete esta en términos
estratégicos-militares o en términos económicos y sociales.
- A finales de la década de 1960, aparecen voces disidentes –incluso dentro del propio
realismo– que cuestionan la capacidad de esos enfoques tradicionales para capturar la
naturaleza no monolítica de los estados. La contraargumentación emergente es que las
políticas de ayuda resultan frecuentemente de una competencia por recursos e influencia
entre múltiples actores con intereses divergentes. Esas críticas en torno a las debilidades
metodológicas constituyen la base para el siguiente debate entre tradicionalistas y
cientificistas.

El debate tradicionalistas versus cientificistas es producto del influjo de la revolución conductivista


en las ciencias sociales norteamericanas en los años 60, a partir de la cual prevalece la idea de hacer
de las RI una disciplina de metodología más rigurosa. → Las denominadas teorías de alcance medio y
el análisis de política exterior intentan trazar un puente entre las RI y los estudios de ciencia política de la
época. → El foco analítico pasa a ser la apertura de la «caja negra» de las políticas públicas y la política
exterior, así como el entendimiento del Estado como actor no monolítico, poniendo atención en la
dimensión doméstica de las políticas de ayuda y la formación de las decisiones.

→ La aparición de las corrientes cientificistas provoca una posterior reacción de neorrealistas y


neoliberales. Tras algunos primeros intentos de los tradicionalistas por operacionalizar el concepto de
interés nacional (Packenham, 1966), en la década de 1970, una serie de trabajos incorporan métodos
cuantitativos para analizar la correlación entre ayuda e intereses políticos y económicos, tales como
apoyo a gobernantes aliados, votos en las Naciones Unidas, o soporte a regímenes democráticos o a
excolonias.

29
→ El análisis de política exterior toma nuevo impulso entre los años 1990 y 2000 con el estudio de las pujas entre
actores en torno al presupuesto de la ayuda estadounidense.

→ Las corrientes cientificistas ofrecen un campo innovador en lo metodológico, pero carecen de


diversidad y pluralidad en relación con las unidades de análisis escogidas. La principal acusación de los
tradicionalistas hacia los estudios del análisis de política exterior es que, en su gran mayoría, son
análisis diagramados en Estados Unidos y se desarrollan sobre situaciones políticas específicas,
ofreciendo visiones estáticas no aplicables a unidades políticas con características propias diferentes a
las estadounidenses. No obstante, esa tendencia se modificará en la década del 2000 con la aparición
de una abundante literatura de análisis de política exterior sobre cooperación Sur-Sur. La emergencia
del estructuralismo entre los años 1960 y 1970 conforma una propuesta alternativa desde la periferia
del sistema internacional y desde América Latina en un momento de declive del poder económico
estadounidense.

→ El estructuralismo, asentado en el mundo poscolonial, emerge como perspectiva en la década de


1960 y se plantea entender las RI más allá de lo intergubernamental y de lo político-militar, visibilizando
el papel de las fuerzas económicas transnacionales en el comercio, las inversiones y las finanzas
internacionales. Las contribuciones sobre las relaciones centro-periferia de Raúl Prebisch (1973) y los
economistas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sirven como punto de
partida para los desarrollos posteriores de la teoría de la dependencia y la teoría del sistema-mundo. La
ayuda explica solo una parte de la problemática de las condiciones económicas de las relaciones Norte-
Sur y es señalada como una herramienta de las élites del centro para explotar a la periferia.

→ El estructuralismo inspira además a la economía política internacional, que encuadra la ayuda en el


marco de relaciones entre Estado y mercado y de conflictos distributivos donde hay ganadores y
perdedores.

En la década de 1980, el neoliberalismo institucional y el neorrealismo toman nota del creciente


peso de los factores transnacionales e interestatales.
- Desde el neoliberalismo institucional, se adoptan los conceptos de coordinación de
políticas y de régimen internacional para abordar procesos de ajuste mutuo y facilitación
de objetivos comunes (Keohane, 1984). Sin embargo, el sistema de ayuda es considerado
un cuasi régimen, dada la poca coherencia existente entre las reglas propuestas por el
CAD de la OCDE y las prácticas de los donantes occidentales (Ruggie, 1983).
- Desde el neorrealismo, por su parte, la ayuda es un elemento del Estado hegemónico
para el mantenimiento del sistema internacional, la provisión de bienes públicos
internacionales y la gobernabilidad internacional. Las fuerzas económicas (los lobbies y
grupos de presión, las corporaciones y los procesos de negociación dentro de los estados)
dan forma a los intereses políticos de la ayuda.

El estructuralismo, la economía política internacional, el neoliberalismo institucional y el


neorrealismo abordan la cuestión ontológica sobre el carácter de las RI y de las fuerzas profundas o
sistémicas que están detrás de las políticas de la ayuda. Sus planteamientos contribuyen a atraer un
mayor interés de los investigadores por analizar el papel de los regímenes internacionales, los factores
económico-sociales y las empresas transnacionales. Uno de los objetivos de fondo de los
estructuralistas y de la economía política internacional es interpelar el sentido y la lógica detrás las
finanzas públicas internacionales como lanzas de los estados para apalancar la internacionalización de
firmas transnacionales. Sin embargo, estructuralistas, neoliberales y neorrealistas son acusados por

30
el reflectivismo de adoptar un parecido significativo con el realismo clásico, por el hecho de compartir
una misma mirada teleológica de la ayuda y considerarla un instrumento de intereses, y de aproximarse
metodológicamente al objeto desde una epistemología positivista.

→ Con el proceso de hiperglobalización de la década de 1990 y el auge de la economía de mercado, la nueva


agenda de investigación en cooperación al desarrollo reconoce el peso cada vez mayor de los movimientos sociales,
las organizaciones de la sociedad civil, los grupos de expertos, las universidades y los donantes no tradicionales de
cooperación Sur-Sur. El cuarto debate de RI, entre racionalismo y reflectivismo, introduce la cuestión
epistemológica o sobre la forma de conocer las RI.

→ Desde una posición más radical, los enfoques neogramscianos postulan una reflexión en torno al
problema del orden mundial como un todo y una consideración normativa de cambiarlo.

→ Desde otro ángulo, el poscolonialismo y los estudios decoloniales introducen la cuestión de una
deconstrucción de la ideología colonial en la que la ayuda está encapsulada.

→ la perspectiva feminista crítica cuestiona el discurso colonialista de lo masculino-fuerte y lo


femenino-débil que moldea la cooperación al desarrollo.

→ Por su parte, el posestructuralismo y las teorías del posdesarrollo rechazan las grandes narrativas
del cambio social y el concepto de «desarrollo», al que consideran etnocéntrico y legitimador de
relaciones de dominación entre «desarrolladores» y los «que se desarrollarán» (Unceta, 2009). La
propuesta normativa del posdesarrollo son las «alternativas al desarrollo».

→ En afinidad con el neoliberalismo, las perspectivas cosmopolitas y los estudios sobre la gobernanza global
retoman el corazón de las preocupaciones en torno a los regímenes internacionales.

→ Los racionalistas acusan al reflectivismo de excesivo énfasis en el discurso de las élites y de


escasa variación en los casos de estudio seleccionados. Critican, además, su incapacidad para capturar
la dimensión moral de la ayuda (altruismo y los valores) a través de métodos científicos. Asimismo,
consideran las teorías críticas a un nivel de abstracción demasiado alto como para ser capaces de
capturar las disparidades y variaciones que existen en el Sur Global (Farias, 2018). Las corrientes
reflectivistas, por su lado, se oponen a lo que entienden como un marcado etnocentrismo de las
corrientes dominantes (Del Arenal, 2014). Ese cuestionamiento afecta, además, a la propia razón de ser
y la existencia de la ayuda, que es considerada por el reflectivismo como una práctica social al servicio
del poder de Occidente. Se trata, sin más, de una fractura sustantiva de carácter epistemológico –sobre
la forma de conocer las RI– aún vigente y difícil de cerrar.

La amplia literatura aquí revisada y los autores reseñados dan cuenta de que existe una basta cantidad
de aportes en las RI específicamente destinados al análisis de la ayuda exterior o de la cooperación al
desarrollo, y que esa densidad puede significar un llamado de atención a la idea convencional de que
las RI han descuidado el fenómeno de la ayuda o lo han ubicado en los márgenes de la disciplina.

La amplia literatura aquí revisada y los autores reseñados dan cuenta de que existe una basta cantidad
de aportes en las RI específicamente destinados al análisis de la ayuda exterior o de la cooperación al
desarrollo, y que esa densidad puede significar un llamado de atención a la idea convencional de que
las RI han descuidado el fenómeno de la ayuda o lo han ubicado en los márgenes de la disciplina.

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La cuestión ontológica constituye un punto de partida fundamental para abordar la cooperación al
desarrollo. En los enfoques racionalistas e instrumentales, los estados son tratados como actores
racionales, unitarios y monolíticos que persiguen un interés nacional inmutable y sinóptico. Esto aplica
al neorrealismo y al neoliberalismo institucional, pero también al estructuralismo. En contraste, los
enfoques basados en la política doméstica y la economía política internacional muestran mayor
interés en comprender la dinámica interna cambiante de las políticas de ayuda y sus múltiples actores

32
y agendas. Ese énfasis diferente sobre los niveles sistémicos y domésticos podría ser un factor
facilitador de comunicación a través de la profundización de estudios que expliquen la cambiante y
diversa interacción entre lo internacional y lo local, entendiendo el doble juego. La opción por el
pluralismo teórico y las teorías de alcance medio no niega la existencia de disputas teóricas, sino que
aboga por reconocer la complementariedad entre teorías dentro de cierta coherencia ontológica y
epistemológica para ganar en capacidad analítica/explicativa.

En cuanto a la epistemología y los métodos, las corrientes racionalistas orientadas a la resolución de


problemas proveen aportes para un entendimiento de las relaciones e instituciones de cooperación al
desarrollo; mientras que los estudios reflectivistas están más anclados en entender las relaciones de
poder, sus orígenes y motivaciones y ponderar si existe la posibilidad de cambio histórico. Asimismo,
son diferentes las capas que intentan abordar el racionalismo y el reflectivismo. Para el primero,
cuentan los hechos observables en la superficie; para el segundo, lo que se nombra en el núcleo es
constitutivo. Las diferencias son ontológicas y epistemológicas, pero una combinación equilibrada
podría enriquecer las investigaciones, tomando en cuenta los diferentes niveles de abstracción.

Si hay una lección que puede extraerse es que el diálogo entre teorías tiene que ocupar una posición
central si se trata de afinar la explicación, la interpretación o la comprensión crítica de la ayuda, así
como de la actual efervescencia de la cooperación Sur-Sur.

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34
La estructura multidisciplinar de las RI, su capacidad organizativa, la proximidad a necesidades de
conocimiento aplicado o al ejercicio de la reflexión crítica, la centralidad de sus objetos de estudio y su
potencialidad predictiva solo han sido posibles a lo largo de la historia por cuanto se ha comportado
como un campo de estudio dinámico, con gran capacidad de renovación y dotado de habilidad en la
discusión de su ámbito temático.

35
Cunego, A. y Ruiz, S. (2014) Introducción al sistema de cooperación al Desarrollo. Paradigmas,
actores y perspectivas Cap 1

Qué es el desarrollo

Existen numerosas definiciones de desarrollo. → diremos que una de las definiciones más ampliamente
aceptadas es la de desarrollo humano, según la cual el desarrollo no se centra sólo en el
crecimiento económico sino que involucra otros aspectos imprescindibles para el ser humano.
Parafraseando a Cambra Bassols (1999), se puede afirmar que progresivamente se ha ido
extendiendo la idea de que el desarrollo es un proceso integral que incluye dimensiones culturales,
éticas, políticas, sociales, económicas y medioambientales, con una interrelación que es inherente al
propio fenómeno del desarrollo.

Para las Naciones Unidas, “el desarrollo humano es un paradigma de desarrollo que va mucho más
allá del aumento o la disminución de los ingresos de un país. Comprende la creación de un entorno en
el que las personas puedan desarrollar su máximo potencial y llevar adelante una vida productiva y
creativa de acuerdo con sus necesidades e intereses. Las personas son la verdadera riqueza de las
naciones. Por lo tanto, el desarrollo implica ampliar las oportunidades para que cada persona pueda
vivir una vida que valore. El desarrollo es entonces, mucho más que el crecimiento económico, que
constituye sólo un medio, –si bien muy importante– para que cada persona tenga más oportunidades.”

Subdesarrollo (2 visiones antagónicas) → Unos autores ven el subdesarrollo como una etapa del proceso
de desarrollo, necesaria para alcanzarlo. Otros autores consideran, sin embargo, que el subdesarrollo
no es únicamente una etapa en el proceso de desarrollo, sino que es, además, un producto o
consecuencia del mismo, y por tanto se define como “una situación de pobreza marginada y

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permanente, segregada por el desarrollo en que vive gran parte de la humanidad, sin perspectivas de
evolución espontánea favorable mientras persiste su subordinación dentro del sistema”.

El concepto de desarrollo no es estático, por el contrario es un concepto dinámico que ha ido


evolucionando a lo largo del tiempo.

Haciendo un recorrido histórico vemos que la expresión ‘desarrollo’ adquiere legitimidad universal por
primera vez en 1949, en el marco de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuando el
mandatario norteamericano Harry Truman, en el discurso de inauguración de su mandato, alude a
extensas regiones del planeta como mundo subdesarrollado y plantea por primera vez la posibilidad de
luchar contra esta situación de inequidad.
En la evolución del concepto de desarrollo podemos identificar varios enfoques progresivos:
modernización, dependencia, ambientalista, de las capacidades, del desarrollo humano y post-
desarrollo.

50: el enfoque de la 60: teoría de la 70: enfoque ambientalista 80: enfoque de las
modernización dependencia capacidades

El nacimiento de este La teoría de los 50 fue muy tiene su origen en la Teoría de las
enfoque en los Estados criticada por la “teoría de la Declaración de Estocolmo de capacidades, Sen
Unidos está marcado por el dependencia” → surge en 1972, aprobada en la defiende que el
surgimiento del conflicto AL en los 60. Conferencia de Naciones desarrollo tiene que
Este-Oeste. Algunos Unidas sobre Medio Humano ver con las cosas
organismos internacionales, Esta teoría utiliza la y que abordó como temática que las personas
como las Naciones Unidas y dualidad centro-periferia central el ecodesarrollo, pueden realmente
el Banco Mundial, lo para exponer que la entendido como un proceso hacer o ser, es
adoptaron, contribuyendo economía mundial posee de desarrollo con una base decir, con las
con ello a su rápida un diseño desigual y ecológica y una racional capacidades de que
legitimación, divulgación y perjudicial para los países ordenación del ambiente en disponen,
aplicación práctica. menos desarrollados, a los beneficio del ser humano. entendidas como
que se les ha asignado un las oportunidades
La escuela de la economía rol periférico de producción Para el logro del desarrollo para elegir y llevar
del desarrollo sostiene que de materias primas con sostenible es necesario, por una u otra clase de
la acumulación de bajo valor agregado, en tanto, llevar a cabo una vida.
capitales es el eje central tanto que las decisiones política económica acertada,
del desarrollo. Para los fundamentales y los contar con instituciones El desarrollo puede
defensores de este enfoque → mayores beneficios se sólidas que respondan a las verse como un
el desarrollo aparece a mitad del realizan en los países necesidades de la población, proceso de
siglo XX como un problema de centrales, a los que se ha el respeto a los derechos expansión de las
crecimiento de la economía de asignado la producción humanos, la igualdad entre libertades reales de
mercado, de ampliación de la industrial de alto valor hombres y mujeres, y un las personas
riqueza material expresada en agregado. compromiso general con una
un único indicador sociedad justa y
macroeconómico: El PBI. Un tipo de articulación entre democrática.
la economía mundial y las
El “subdesarrollo” se debía economías locales.
básicamente al “círculo de
la pobreza”= los bajos Otro aspecto cardinal de
ingresos generaban una baja este enfoque es la
capacidad de ahorro, y por consideración de que el
ende la escasez de capital subdesarrollo no es un

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de inversión; la ausencia de “momento” ni una “etapa”
capitales volvía imposible en la evolución de una
modernizar la infraestructura sociedad aislada y
y la base tecnológica; lo autónoma, sino parte del
anterior mermaba la proceso histórico global de
productividad y no permitía desarrollo del capitalismo.
que los ingresos
aumentaran, volviendo así al La inspiración teórica de
punto de partida. esta corriente económica-
social estaba en las tesis
marxistas en diálogo con
los postulados de Max
Weber, cuyo pensamiento
influyó notablemente en las
estructuras políticas de
muchos estados
latinoamericanos.

La solución propuesta fue el


modelo de la
“Industrialización por
sustitución de
importaciones” que hace
énfasis en el rol del Estado,
quien debía tomar el control
total de las políticas
nacionales; entre éstas, el
control del dinamismo
estacionario del capital,
creación de empresas
estratégicas con dirección y
capital estatal y regulación
bancaria.

90: enfoque del desarrollo humano final de los años 90: post desarrollo

Naciones Unidas presentó una propuesta En pleno contexto de la globalización y de


relativamente renovada del desarrollo, a la exacerbación de conflictos culturales, destaca
que denominó “Desarrollo Humano”, inspirada un nuevo enfoque conocido como el “Post-
en el enfoque de las capacidades de Amartya Desarrollo”. Esta corriente aglutina a una
Sen. gama de autores de diversas nacionalidades,
Desarrollo humano = proceso de ampliar la cuyo común denominador es su postura
gama de opciones de las personas, radicalmente contraria a todo lo que es
brindándoles mayores oportunidades de considerado desarrollo.
educación, atención médica, ingreso y empleo,
y abarcando el espectro total de opciones Se rechaza el desarrollo definido bajo criterios
humanas, desde un entorno físico en buenas universalistas y se critica que, bajo el nombre
condiciones hasta libertades económicas y de “desarrollo”, las potencias occidentales
políticas. han perpetuado su dominio durante los últimos
50 años. Estos autores mantienen que la
Acorde a este enfoque el desarrollo humano ayuda al desarrollo es un instrumento de

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incluye tanto el proceso de ampliar las alienación y sumisión. El post-desarrollo
opciones de las personas como la hace referencia, por tanto, a la posibilidad de
optimización de su bienestar. Los aspectos crear diferentes discursos que no se
cruciales del desarrollo humano son: una vida encuentren mediados por la construcción del
prolongada y saludable, la educación y un desarrollo ideada por los países ricos, y a la
nivel de vida digno. Otras cuestiones que de elaborar una nueva conceptualización de
incluye son las libertades sociales y políticas. desarrollo alternativa en función de las
En este sentido, el concepto distingue dos características de las distintas regiones del
partes del desarrollo humano. Por un lado, la mundo.
formación de las capacidades humanas, como
la mejora en la salud o en la educación y, por
la otra parte, comprende disfrutar las
capacidades adquiridas, ya sea para trabajar o
para disfrutar del tiempo libre.

39
La Declaración sobre el Derecho al Desarrollo (aprobada por la ONU en el 86) → La Declaración establece que la
responsabilidad principal en la realización del derecho al desarrollo recae en los gobiernos nacionales. También
destaca el papel que debe jugar la cooperación internacional al afirmar que los “Estados tienen el deber de cooperar
mutuamente para lograr el desarrollo”.
→ los derechos humanos han comenzado a aparecer como elementos centrales en las acciones de cooperación, y el
desarrollo pasa así de ser una necesidad a convertirse en un derecho. El enfoque de derechos
humanos contribuye, además, a legitimar las acciones de cooperación, dándoles fuerza normativa
derivada de la exigibilidad jurídica de los derechos humanos.

→ En un intento por generar consenso, los organismos de cooperación de las NNUU plantearon un “Entendimiento
Común sobre el Enfoque de Derechos Humanos”, concluyendo que las acciones de cooperación deben:
- Promover la realización de los derechos humanos.
- Regirse por los principios de los derechos humanos.
- Contribuir al desarrollo de capacidades para que los titulares de derechos puedan
reclamarlos y ejercerlos, y los titulares de obligaciones puedan hacerlos efectivos.

El enfoque basado en derechos humanos en el contexto de la cooperación al desarrollo ha sido


definido por Fernández Aller como “el marco conceptual y metodológico fundamentado
normativamente en estándares internacionales de derechos humanos y operativamente dirigido a
promover, proteger y hacerlos efectivos”.

El Informe sobre Desarrollo Humano, elaborado de forma anual por el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) cumple una función única en el marco del desarrollo internacional.
Este Informe centra el debate mundial sobre cuestiones clave de desarrollo, proporcionando
instrumentos de medición, análisis innovadores y, a menudo, propuestas de política controvertidas para
impulsar el desarrollo a nivel mundial. Se orienta por la creencia de que el desarrollo, en última
instancia, es “un proceso de ampliación de la capacidad de elección de las personas”, no simplemente
una cuestión de ingresos nacionales.

→ El Informe de Desarrollo Humano incluye el índice de desarrollo humano (IDH) que es un


indicador que mide el desarrollo humano por país. Se basa en un indicador social estadístico
compuesto por 3 parámetros:
- Vida larga y saludable: medida según la esperanza de vida al nacer.
- Educación: medida por la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta combinada de
matriculación en educación primaria, secundaria y superior, así como los años de duración
de la educación obligatoria.
- Nivel de vida digno: medido por el PIB per cápita, paridad del poder adquisitivo (PPA) en
dólares internacionales

Al hablar de desequilibrios internacionales nos referimos a la diferencia entre los países ricos, que
controlan la economía mundial y se encuentran en un estadio de desarrollo avanzado; y los países en
vías de desarrollo, que no poseen un nivel mínimo de bienestar para la mayoría de su población y, por
lo general, tienen escaso control sobre sus recursos naturales.

40
Se consideran países desarrollados EEUU, Canadá, la Unión Europea, Australia, Nueva Zelanda y
Japón, a los que se suman otros países como Corea del Sur, Israel, entre otros. Por su parte, la
mayoría de los países en vías de desarrollo se encuentran ubicados en el continente africano, América
Latina y Asia.
→ Esta brecha tiene su origen en el siglo XVIII, cuando se inició la revolución industrial en Inglaterra. Desde
entonces, no han cesado de crecer las diferencias entre aquellas regiones y países del planeta que en su día se
incorporaron a la industrialización, y aquellas otras zonas del mundo que no lo hicieron, o lo hicieron en escasa
medida. El resultado de estos procesos es que hoy existe una profunda fractura en términos de renta y nivel de vida
entre quienes viven en el mundo desarrollado, el 20% de la población mundial, y quienes habitan en el mundo en
vías de desarrollo, el 80% de la población del planeta.

→ En muchos países, la desigualdad económica extrema resulta preocupante debido a los efectos
perniciosos que la concentración de riqueza acarrea para la equidad en la representación política. La
masiva concentración de los recursos económicos en manos de unos pocos supone una gran amenaza
para los sistemas políticos y económicos inclusivos. El resultado es la erosión de la gobernanza
democrática, la destrucción de la cohesión social y la desaparición de la igualdad de oportunidades.

La Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) es una estrategia de desarrollo que


surge como reacción a la doctrina basada en la exportación de productos primarios, predominante en
los países en vías de desarrollo. → Está vinculada a la Teoría de la Dependencia y hace referencia al
proceso por el cual aquellos bienes que antes importaba el país, pasan a ser producidos internamente
para impulsar el mercado nacional.

→ En el modelo ISI se proponen 2 etapas. 1) La primera se basa en promover inversiones para la


producción de bienes de consumo masivo de menos complejidad tecnológica. Mediante ello, una vez
consolidada esta etapa, se pasa a la segunda, 2) donde se producen bienes de mayor complejidad y
bienes de capital.

Este modelo se basa en los siguientes postulados:


- Política industrial activa: subsidios y dirección del Estado para la producción de sustitutos.
- Barreras al libre comercio (proteccionismo): altos aranceles a la importación de bienes,
depósitos previos de importación, y en general cualquier barrera artificial a la internación
de bienes extranjeros al país.
- Política cambiaria o monetaria: se utiliza un tipo de cambio elevado.

Estas políticas fueron aplicadas principalmente en América Latina en los años ‘80 con consecuencias
económicas desfavorables debido a dos problemas fundamentales: la inflación y el desequilibrio
externo, lo que producía ciclos de crecimiento (avance) y retroceso (caída) en períodos más o menos
regulares.

→ A finales de la década de los ‘60, los EEUU entran en una crisis económica debido a la pérdida de
competitividad de sus productos en el escenario internacional, lo cual origina un importante déficit comercial. El
déficit obliga a la administración Nixon a devaluar por dos veces el dólar, la moneda de referencia en el sistema
financiero internacional desde los acuerdos de Bretton Woods. Con ello se rompen las paridades fijas entre
monedas y, de esta manera, los EEUU internacionalizan su crisis financiera interna. Crisis que no querrán acarrear
los países exportadores de petróleo, los cuales, para compensar la devaluación del dólar, aumentan de manera
exponencial el precio del petróleo en el escenario internacional. Con un petróleo mucho más caro, el mundo
occidental entra en una crisis productiva sin precedentes que durará toda la década de los 70 y parte de los 80.

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- Los Acuerdos de Bretton Woods son las resoluciones de la Conferencia Monetaria y
Financiera de las Naciones Unidas, realizada en el complejo hotelero de Bretton Woods,
(Nueva Hampshire), entre el 1 y el 22 de julio de 1944, donde se establecieron las
reglas para las relaciones comerciales y financieras entre los países más
industrializados del mundo.
- En esta Conferencia se decidió la creación del Banco Mundial y del Fondo Monetario
Internacional y el uso del dólar como moneda internacional. Estas organizaciones se
volvieron operativas en 1946. Bretton Woods trató de poner fin al proteccionismo del
período 1914-1945.
→ Así las cosas, la banca privada necesita un nuevo mercado donde invertir: los países en vías de desarrollo,
ávidos de recursos financieros para desarrollar sus economías. En ese momento, tanto la banca como los países
desarrollados prestan ingentes cantidades de dinero a muchos países en vías de desarrollo (PVD), ávidos de
financiación, por parte de organismos financieros, tanto públicos como privados, del Norte. La banca
con el objetivo de invertir los petrodólares, los países desarrollados con la intención de abrir nuevos
mercados donde poder exportar y, así, poder salir de su crisis productiva.
- Esta política derivó en una perversa espiral de endeudamiento de los PVD: intereses
desbocados que, a su vez, forzaban a la petición de nuevos préstamos. De esta forma, en
los años siguientes, los países en vías de desarrollo, endeudados, se encontrarían ya en
una telaraña en la que empezarían a pagar en retorno de la deuda e intereses, mucho más
de lo que recibirían como Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD).

- Debido al fenómeno de la deuda externa de los países en vías de desarrollo, los años 80
se denominaron “la década perdida para el desarrollo”.

→ Ante una situación tan insostenible, algunos países declararon no poder pagar la deuda, como
ocurrió en México en 1982. = La respuesta de la comunidad y los organismos internacionales fue la de
renegociar las deudas a cambio de que los países endeudados aplicasen los Programas de Ajuste
Estructural (PAE), que se “vendieron” como la receta mágica que debería ayudar a estos Estados a
salir de la crisis causada por la espiral de la deuda.

- Los Programas de Ajuste Estructural constituyeron un conjunto de medidas


macroeconómicas inspiradas en el “paradigma neoliberal” y encaminadas a
subordinar las economías de los países endeudados a la integración en el mercado
mundial. Estas medidas basadas en la austeridad y en la liberalización de la economía,
perseguían simultáneamente la estabilización económica a corto plazo y reformas
estructurales a largo plazo. Estas últimas se concretaron en: privatización y
desmantelamiento de las empresas públicas; apertura y facilidades a las inversiones
extranjeras; drástica reducción del gasto público (y especialmente el dedicado a salud,
educación y seguridad social), así como a los subsidios para alimentación y consumo;
devaluación de la moneda nacional y contención de la inflación; liberalización de precios y
salarios.

Remesas = el dinero enviado a casa por los migrantes, son 3 veces más grandes que la asistencia
oficial para el desarrollo y proporcionan un medio de vida importante para millones de familias pobres.

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La AOD (Ayuda Oficial al Desarrollo) “son los flujos que las agencias oficiales, incluidos los gobiernos
estatales y locales, o sus agencias ejecutivas, destinan a los países en desarrollo y las instituciones
multilaterales”.

Dicha definición precisa, además, que, para que una transferencia de dinero público (de un país
próspero a otro más pobre) pueda ser catalogada como AOD, debe cumplir los siguientes requisitos:
- Los recursos aportados deben tener un incuestionable origen público.
- Deben dedicarse a la promoción del desarrollo económico y el bienestar social de un país
en vías de desarrollo (PVD), por lo que quedan excluidas otras finalidades, como las
militares, y toda ayuda que sirva exclusivamente a intereses comerciales y políticos del
donante.
- El país candidato a recibir esta ayuda debe constar en la relación de Estados y territorios
receptores, conocida como lista del CAD38.
- La transferencia, en caso de ser un préstamo, debe poseer un grado de concesionalidad
de al menos un 25%. En el caso de que sea una ayuda ligada, debe ser como mínimo del
35% y si está dirigida a uno de los países menos adelantados, será de al menos el 50%.

La AOD se puede clasificar en multilateral y bilateral, de acuerdo con el destino de los flujos de
ayuda.
La ayuda oficial bilateral es una de las primeras formas de cooperación financiera, forma en la cual la
relación se plasma entre un país industrializado con capacidad de destinar una magnitud considerable
de recursos hacia el exterior y un país en vías desarrollo con la necesidad de financiar un vasto
conjunto de proyectos de inversión que considera prioritarios. En este tipo de ayuda, un elemento
indispensable es contar con los así llamados países donantes.
La ayuda bilateral puede ser de dos tipos: reembolsable y no reembolsable.
- La ayuda bilateral reembolsable consiste en préstamos concesionales que otorga un
país desarrollado a un gobierno, institución o empresa de un PVD, para realizar obras de
desarrollo. En este caso, el PVD asume una deuda, en condiciones de concesionalidad,
que debe saldar.
- Por el contrario, la ayuda bilateral no reembolsable comprende donaciones de dinero o
de servicios (asesorías, asistencia técnica, etc.) por las cuales el receptor no contrae
ninguna deuda. En muchos casos, se canaliza mediante instrumentos como: programas,
proyectos y cooperación técnica, ayuda alimenticia, ayuda de emergencia, subvenciones,
reorganización de la deuda externa, cooperación descentralizada, etc.

Otro canal de ayuda oficial para el desarrollo es la ayuda oficial multilateral, es decir, aquella en la
que los gobiernos remiten los fondos de AOD a organizaciones multilaterales para que éstas los utilicen
en la financiación de sus actividades de cooperación, quedando en sus manos la gestión de la ayuda.
Dependiendo del tipo de organismo multilateral al que se destinen los recursos, la ayuda puede
considerarse financiera o no financiera.

- La ayuda multilateral financiera es la que se proporciona a los principales organismos


financieros internacionales (OFIMUDES, organismos financieros multilaterales de
desarrollo), que tienen el cometido de prestar a los PVD asistencia económica en términos
de concesionalidad, para que puedan llevar a cabo programas de desarrollo, tales como
infraestructuras o programas productivos. Entre los principales OFIMUDES se encuentran
el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y los Bancos Regionales de
Desarrollo.

43
- La ayuda multilateral no financiera es la que se destina a los organismos internacionales
no financieros (OMUDES, organismos no financieros multilaterales de desarrollo), en su
mayoría adscritos a la Organización de Naciones Unidas (ONU). Estas instancias tienen
como misión prestar asistencia técnica, científica, cultural, laboral, alimenticia, de
emergencia, así como realizar pequeñas donaciones a los PVD. Además, elaboran
documentos e informes sobre la situación del mundo en sus respectivos campos, de gran
valor para la comprensión del fenómeno abordado.

La AOD es un fenómeno reciente, surgido tras la II Guerra Mundial. En su origen, nació con un doble
objetivo. En primer término, impulsar el crecimiento y reducir la pobreza en los PVD, intentando acelerar
la modernización de estas sociedades. En este sentido, la ayuda al desarrollo nació de la idea,
expresada por la teoría de la modernización y por los primeros economistas del desarrollo, de que dicho
desarrollo es un proceso más o menos predeterminado, cuyos plazos pueden ser acortados por la
ayuda externa, destinada a paliar la escasez de recursos financieros.
Pero también, en un mundo marcado por la bipolaridad durante la Guerra Fría, la ayuda externa se
convirtió en un instrumento de política exterior, en la medida en que perseguía defender los intereses
estratégicos de los donantes.

Notas de clase: 9/04/2021

La Cooperación Internacional para el Desarrollo: conceptos y modalidades

Niveles de analisis para estudiar la cooperación internacional

Sistema → sistema internacional → regímenes internacionales - sociedad internacional - estructura - hegemonía

Unidad → Estados → Política exterior - intereses - identidades

Subunidad → Gobiernos locales/otros actores NG → Federalismo - sociedad civil - descentralización -


desarrollo local

Ejes de análisis:

La cooperación en las RRII (asimetrías, distribución de poder / sociedad internacional, comunidad


mundial / instituciones, regímenes y agendas)

Estado y cooperación internacional (Política exterior y cooperación - políticas y públicas y cooperación)

Conceptos:

Cooperación al desarrollo: conjunto de actuaciones, realizadas por actores públicos y privados, entre
países de diferente nivel de renta con el propósito de promover el progreso económico y social de los
países del sur de modo que sea más equilibrado en relación con el Norte y resulte sostenible. A través
de la cooperación al desarrollo se pretender también contribuir a un contexto internacional más estable,
pacífico y seguro para todos los habitantes del planeta. (1999)

44
→ Actividad que se orienta explícitamente a apoyar prioridades de desarrollo nacional o internacional, no está
guiada por la búsqueda de ganancias, discrimina a favor de los países en desarrollo y se basa en relaciones
cooperativas orientadas a elevar la apropiación de los países en desarrollo. (2015)

(tema de doble nivel, xq ayudar contribuye a un contexto más pacífico y seguro).

Ayuda al Desarrollo: se refiere a la transferencia DIRECTA de recursos de los países desarrollados a


los países en desarrollo para promover el progreso de esos últimos

Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD):


Flujos de agencias oficiales, incluidos los gobiernos estatales y locales, o sus agencias ejecutivas,
destinan a los países en vías de desarrollo y a las instituciones multilaterales, y que en cada operación
satisfacen las siguientes condiciones: a) tienen como principal objetivo la promoción del desarrollo
económico y (.....)

bienes públicos globales → una vez q son provistos todo el mundo puede beneficiarse, se habla de que son globales
xq todo el mundo los pueda disfrutar. (paz, justicia, etc).

ligada → (ejemplo:
viene usa y te construye
hospitales pero todo con
materiales de su país →
chequeado que es
perjudicial).

Multilateral → se puede
ver de dos maneras, es

45
una forma de canalizar los fondos (los países pueden canalizarla por agencias multilaterales y ahí empiezan a
importar los planes y objetivos de esas agencias, hay una negociación y el interés del país pasa a ser algo indirecto).
→ las agencias multilaterales son actores que generan programas y que buscan después financiamiento.

Lancaster, Carol. 2007. Foreign Aid. Diplomacy, Development, Domestic Politics, The University
of Chicago Press. Cap. 1

Why Foreign Aid? Setting the Stage

Foreign aid is among the “real innovations which the modern age has introduced into the practice of
foreign policy,” according to Hans Morgenthau, one of the fathers of the study of relations between
states.1 Aid is such a familiar and expected element in those relations today that it is often hard to recall
just how truly new it is. At the end of the Second World War, foreign aid as we know it today did not
exist. There had been a few temporary programs of humanitarian relief in the nineteenth and first half of
the twen- tieth centuries. But the gift of public resources from one government to another (or to an
international organization or nongovernmental organization), sizable and sustained over time, an
important purpose of which was to help improve the human condition in countries receiving the aid, was
un- heard of—even unimagined—in policy circles or by the public.

→ Today, in many of the world’s poorer countries, activities funded with aid from foreign governments and
international organizations are widespread and familiar.

→ The number of organizations and countries involved in providing foreign aid is also large. Several dozen
international organizations, like the World Bank, the Asian, African, and Inter-American Development Banks, and
the United Nations Development Program (UNDP), plus approximately thirty governments have significant
programs of foreign aid, including all the rich countries of North America, Western Europe, and Japan as well as
oil-producing countries in the Middle East and “middle-income” developing countries, like Korea, Thailand, and
Turkey.

→ Foreign aid, though large and commonplace, is not without controversy, especially in major countries providing
aid. This controversy centers on the volume of aid that donor governments should provide and the related issue of
the impact of aid on development. Aid’s critics complain that aid has been ineffective and should be cut. Aid’s
advocates argue that it has been effective, can with reforms be more effective in the future, and therefore, on moral
and practical grounds, it should be dramatically expanded. However, an important part of the debate on aid
e≠ectiveness is often missing—the mix of purposes for which aid is provided. Aid has been provided not only to
promote growth and poverty reduction abroad. It has been and continues to be provided for a variety of purposes,
of which development is only one.

So why aid?

→ Questioning the purposes of aid is not new among scholars of international relations. Those scholars who
interpret relations between states through “realist” lenses—that is, that states operate in an anarchic
environment in which power, security, and survival are their predominant preoccupations—answer that
aid is, indeed, primarily a tool of hard-headed diplomacy.

→ Marxist scholars and their “dependency,” postmodern, and (often) antiglobalization cousins have a
di≠erent take on the purposes of foreign aid: they regard it as a tool of dominant states at the center of
world capitalism to help them to control and exploit developing countries.

46
→ Liberal internationalists and others of the liberal tradition in international relations would see
foreign aid as an instrument or reflection of the tendency of states to cooperate in addressing problems
of interdependence and globalization. Growing amounts of aid have been channeled through
international institutions and used to expand international “public goods,” such as controlling the spread
of infectious diseases worldwide or reducing environmental degradation.

→ Foreign aid has also been interpreted through the lenses of “constructivism”—the newest tendency among
international relations scholars—as the expression of a norm that has evolved in relations between
states that rich countries should provide assistance to poor countries to help the latter better the quality
of lives of their peoples.

!!! → None of these theories of international politics explain adequately the complexities of aid’s
purposes. And all of them together lack one important element: the impact of domestic politics on aid-
giving. Foreign aid constitutes a public expenditure of significant size, repeated year after year. As such,
it is periodically reviewed (and often influenced) by a variety of elements within the executive and
legislative branches of aid-giving governments.

→ This study offers an analysis of aid’s evolving purposes, beginning with an international history of aid-giving
(chap. 2). It then provides five case studies of aid-giving in major donor countries: the United States, Japan, France,
Germany, and Denmark. Although the narratives of aid’s evolving purposes are di≠erent from country to country,
each of these case studies addresses two basic questions. First, what was the profile of aid’s purposes in each
country and how did it evolve over time? Second, why did governments choose the particular mix of purposes they
did? This second question is answered in a common framework that emphasizes the role of domestic political
factors in aid-giving. A final chapter draws con- clusions on the nature of foreign aid and on how various elements
in the domestic politics of that aid influence its purposes. It ends with several ob- servations on the policy
implications of this study and offers conjectures on the future of foreign aid.

Argument and findings of this book

→ In its narrative of aid’s history, this study will show that aid (for purposes other than humanitarian relief) began
as a temporary expedient of Cold War diplomacy. It was not primarily an expression of altruism on the part of aid-
giving countries. Nor was it driven mainly by commercial interests or a desire to spread capitalism. If there had
been no Cold War threat, the United States—the first and, for most years, the largest aid-giving country
—might never have initiated programs of aid or put pressure on other governments to do so.
→ While aid commenced as a temporary diplomatic expedient, by the year 2000 it had become a common, and
expected, element in relations between better-off and poorer states, with an increasing emphasis on improving the
quality of life in recipient countries.

→ This history reflects the development of an international norm that the governments of rich
countries should provide public, concessional resources to improve the human condition in poor
countries. This norm can be observed in the discourse on aid, the distribution and use of aid, and the
management of foreign aid in donor governments. It did not exist in 1950. By 2000 it was widely
accepted and uncontested. It evolved in significant measure because of the domestic politics of aid-
giving in donor countries— the imperatives of governments gaining domestic support for annual aid
expenditures, the creation and professionalization of aid agencies (which in effect became lobbies within
their own governments for aid for development), and the rise of development-oriented NGOs, which
created a domestic constituency for aid’s development purpose.

47
→ Within aid-giving governments, these purposes have always been mixed, even if one has usually been
predominant. For example, in the United States, diplomatic and development purposes have predominated. In
Japan, commercial and diplomatic goals long prevailed. In Denmark, the priority has been on development and
commercial goals. Further, aid’s purposes and the priorities among them have differed from government to
government, and they have converged over time, with an increasing priority on development evident across
governments.

→ This book will show that the structure of government (especially the role of legislatures and their power to
demand accountability from the executive, the access they give to interest groups, and their ability to legislate aid
policies) and even electoral rules affect aid-giving by influencing how and when aid issues get on the national
political agenda and how they are handled.

→ Interests are the most dynamic factor in aid-giving. They typically include those private organizations and
informal networks as well as government agencies supportive of the diplomatic uses of aid, those pushing for the
commercial uses of aid, and those engaged in the development uses of aid.

→ Despite the aid-for-development norm, aid continues to be used for multiple purposes by donor
governments. New and compelling purposes of aid have arisen since the end of the Cold War (some of
which, like dealing with global infectious diseases or environmental degradation, are closely related to
development). Diplomatic purposes of aid have undoubtedly had a boost from the terrorist attack of 9/11.

→ These last two points—that support for aid within donor countries is conditional on aid being effective and that
aid’s purposes are and promise to continue to be mixed—create a serious and impending problem for aid-giving
governments.

A note on theory
On the broader question of modeling influences over foreign aid, I confess I do not have a model, except
at the broadest level where domestic and international factors influence foreign aid’s purposes and, in
turn, are over time influenced by aid’s purposes and uses. There are too many interacting variables to
justify a model that would be both parsimonious and insightful. Further, while quantitative data are
essential, this study is essentially a qualitative one.

Definitions

Foreign Aid → is a tricky concept. It is sometimes thought of as a policy. It is not a policy but a tool of policy. It
is sometimes regarded as including trade and military expenditures abroad or is used to encompass all public
transfers among countries. In fact, the conventional definition of aid and the one I use in this study is considerably
narrower (estrecho). → Foreign aid is defined here as a voluntary transfer of public resources, from a
government to another independent government, to an NGO, or to an international organization (such as
the World Bank or the UN Development Program) with at least a 25 percent grant element,14 one goal
of which is to better the human condition in the country receiving the aid. → I use a more limited definition
of development here that refers to economic and social progress in poor countries, sustained by economic growth,
and leading eventually to a reduction in poverty.
→ Foreign aid is used here to refer to transfers among independent governments and countries. It does not include
transfers from a colonial power to its colonies. Further, foreign aid does not include military assistance or military
expenditures abroad, government export credits or trade financing, subsidies to promote private investment,
intelligence-related expendituresfunding to fight terrorism or international crime, government-to-government

48
subsidies, bribes or tributes for purely diplomatic or political ends, the costs of diplomatic representation, or private
charitable giving.

→ Aid can be in the form of cash (grants or concessional loans), in kind (e.g., food aid), or in the form of debt
relief. These transfers can fund a diverse set of activities: budgetary and balance of payments needs in recipient
countries, investment projects and research activities, economic or political reform programs, technical advice and
training, and humanitarian relief.

→ Like defining aid, measuring aid can be a tricky business, depending on what one is seeking to understand.

Defining Aid’s “Purposes”


Why do governments give aid? In answering that question, some talk about “motivations” or “rationales.”
But motivations involve individuals and can be difficult to observe, while rationales may not reflect intent.
For much of the period of this study, foreign aid was used for four main purposes: diplomatic,
developmental, humanitarian relief, and commercial. Cultural purposes were also present but less
prominent.
→ Diplomatic purposes involve international security, international political goals, and the management
of relationships between governments.
→ Development as a purpose of aid—support for economic and social progress and a reduction in
poverty—has been both a means and an end of policy.
- In the early post-war period, aid was seen as a tool for easing financial constraints on poor
countries and, thus, for stabilizing economies, for stimulating economic growth, and,
eventually, for reducing poverty. It was sometimes used to fill budgetary and balance of
payments gaps and at other times was provided to finance technical assistance and
training, basic infrastructure projects, and the expansion of public services such as
education and health. In the 1970s aid for development took on a more redistributive
orientation, with much of it used to support activities intended to meet the “basic human
needs” of the poor directly, especially in rural areas. In the 1980s views regarding aid and
development again shifted to a renewed emphasis on economic growth, with aid (including
debt relief) providing the incentive for governments to undertake economic policy reforms.
In the following decade, aid took several additional directions—one emphasized the
importance of good governance to support economic progress. Poverty reduction also took
on a renewed importance, with aid funding more projects intended to benefit the poor
directly

→ Aid for humanitarian relief has always been the least controversial of all of aid’s purposes. Natural
or manmade crises often generate large numbers of victims, sometimes producing displaced persons at
home or refugees abroad. The governments of poor countries frequently lack the resources or capacity
to accommodate the needs of disaster victims. Typically, nongovernmental organizations (NGOs)
specialized in relief and rehabilitation deliver assistance, much of it provided by the governments of
better-off countries (as well as by private individuals).

→ Aid’s commercial purposes include the expansion of a country’s exports and securing access to
needed raw materials imports, as seen most evidently in the case of Japan but also among
Scandinavian governments as well. Aid can be allocated as part of “mixed-credit” schemes (combined
with export financing that is usually provided on relatively hard terms) to provide financial incentives for

49
foreign governments to import goods and services from the donor country, usually as part of specific
projects or major equipment purchases, such as aircraft.

→ Aid for cultural purposes usually involves e≠orts to support the use of a country’s language in
foreign lands, primarily through funding educational activities in that language. This purpose of aid is
often evident in the programs of ex-colonial powers in their former territories, such as France, Italy (in
Ethiopia and Somalia), or Portugal. Aid can also be used to strengthen and expand religious
communities through funding good works by churches and mosques—a familiar use of aid from Arab
governments. This sort of aid is typically channeled through religious organizations for implementation.

→ Four additional purposes of aid gained considerable prominence in the 1990s.


Promoting economic and social transitions in former socialist countries involved advice in rewriting
constitutions and instituting legal and regulatory reforms; help with reforming the judiciary; advice on
privatizing state owned enterprises, real estate, and land; advice and financing for economic policy
changes; financing elections, political party training, and independent media development; and a host of
other changes potentially involving all aspects of political and economic institutions in such countries.

→ Aid has also been used for promoting democracy in Africa, Asia, and Latin America, involving many
institutional changes in political systems. Here the goal is to spread democracy, not just as a means of
furthering development (on the assumption that development is likely to proceed more rapidly in
democratic polities) or for promoting international peace and security (based on a view that democratic
countries do not wage war on one another) but as a worthy goal itself, reflecting the value placed on
political and civil rights by the aid-giving country.

→ Aid for addressing global issues (sometimes referred to as “international public goods issues”) has
concentrated on international environmental problems such as global warming, loss of the ozone layer,
air, water, and land pollution, and protection of endangered species and coral reefs.

→ Aid came to be used increasingly during the 1990s for mitigating conflicts and managing post
conflict transitions—primarily to help countries recover from war through demining, demobilization and
reintegration of soldiers, reconstruction, conflict mediation, and rebuilding political institutions and social
relations between communities.

→ How do we ascertain the purposes of aid-giving? First, there are no precise and definitive metrics for judging
purposes; those purposes are often much too intertwined with one another in country aid programs and even in
projects to disaggregate and describe them in a single datum or index.

Domestic political forces and foreign aid

In my conceptual framework for analyzing and comparing aid’s purposes, I have identified four
categories of domestic political forces shaping foreign aid: ideas, political institutions, interests, and
the aid organization (that is, the way governments organize themselves to manage their aid).

Ideas → There are several types of ideas, shared by significant portions of the public and political elites in aid-
giving countries, that can influence aid. Most fundamental are what some scholars have called “worldviews”—
widely shared values (based on culture, religion, ideology) about what is right and wrong, appropriate and
inappropriate in public and private life.

50
→ The term ideas in this study is used to refer primarily to the first two of these categories—worldviews and
principled beliefs: How do basic values regarding the obligations of the rich to help the poor and the
role of the state in fulfilling such obligations affect the purposes of foreign aid in different countries?

Institutions → Political institutions shape the rules of the political game. → The three main aspects of political
institutions I shall consider in this study are electoral rules; parliamentary versus presidential systems and,
especially, the role of legislatures in both; and the role of local governments and semipublic entities such
as advisory committees and state-supported NGOs.

→ Regarding the impact of parliamentary and presidential systems on foreign aid, the important
element is the relationship between the executive and legislature. In parliamentary systems, the
executive is drawn from the legislature and typically relies on its party predominance or on a governing
coalition in the legislature to remain in power. As a result, legislatures in parliamentary systems tend to
support government policies, including aid policies. In contrast, in a presidential system like that of the
United States, the two bodies are autonomous and there is a tendency for members of Congress,
regardless of the political parties controlling the two houses, to criticize executive branch policies,
especially policies that are controversial with their constituents (as has been the case for foreign aid).
And those crit- icisms in turn can deepen public skepticism of the efficacy and appropriateness of foreign
aid.

Interests → Interest groups are a pervasive and dynamic force in politics, especially where public
resources are involved. This is as true of foreign aid as it is of spending on welfare, domestic
agriculture, education, and the vast array of other policies and programs governments undertake. With
regard to aid, there are three main categories of interests: those supporting the commercial purposes of
aid (agricultural, manufacturing, and service producers, who often regard aid as a vehicle for expanding
their export markets or who view aid as a means of enhancing their access to needed raw materials im-
ports); nongovernmental organizations and public interest groups that support aid for relief, development, and
related purposes; and groups with an a∞nity for particular foreign countries, ethnicities, or religious orientations
that support aid directed to those groups and countries.

→ And on foreign aid, public opinion tends to be aroused in two circumstances: when there is a major
humanitarian crisis that the public observes in the media (especially on television) or when there is a
major scandal involving the use of aid funds. In both cases, public clamor can force government to act—
to increase and redirect aid or to decrease and reform it.

Organization → By organization, I am referring to the location within government of the tasks related to a major
function or program of government, for example managing foreign policy or welfare programs. It does not refer to
the organizational arrangements within government agencies, such as the type or location of bureaus.

Morgenthau, Hans. 1962. “A Political Theory of Foreign Aid” in The American Political Science
Review, Vol. 56, No. 2 pp. 301-309

Define para ello seis tipos de ayuda exterior, así como sus consecuencias y contenidos políticos,
entre ellas la humanitaria, la de desarrollo económico ―que hoy conoceríamos como de
cooperación al desarrollo―, la ayuda militar o la ayuda de prestigio.
→ Su conclusión es que la política exterior, como parte del arsenal político de una nación, debe caer en
el dominio de la acción política, criticando la preponderancia de los economistas y su papel principal en

51
la gestión de la misma, en la medida en que los objetivos últimos de dicha política deben ser el refuerzo
político del país donante.

De todas las innovaciones reales y aparentes que la era moderna ha introducido en el ejercicio de la
política internacional, la ayuda exterior, tanto en su forma teórica como en su forma práctica, es la que
ha resultado más incomprensible. En realidad, la misma idea de considerarla un instrumento de política
exterior es muy controvertida. Por un lado, la controversia surge de la idea muy común de que la ayuda
exterior es una finalidad en sí misma, que tiene su propia justificación, la cual trasciende y no depende
de la política exterior. Desde este punto de vista, este tipo de ayuda se considera el cumplimiento de
una obligación de unas pocas naciones ricas hacia otras muchas pobres. Por otro lado, no se ve la
ayuda exterior como algo justificable en absoluto y, de hecho, se reputa un enorme despilfarro que no
sirve ni los intereses de Estados Unidos ni los de las naciones que la reciben.

Seis (6) tipos de ayuda exterior

El primer requisito para poder desarrollar una política viable de ayuda exterior es reconocer la
diversidad de “políticas” que son identificadas bajo este nombre. Estas consisten en la ayuda exterior
humanitaria, la ayuda exterior de subsistencia, la ayuda exterior militar, la corrupción, la ayuda exterior
para lograr prestigio y la ayuda exterior para el desarrollo económico.

De todos estos diferentes tipos, sólo la ayuda exterior humanitaria es de por sí apolítica. Esta es la
que los gobiernos han extendido tradicionalmente a naciones que han sido víctimas de desastres
naturales tales como inundaciones, hambrunas y epidemias. A esta misma también pertenecen los
servicios, sobre todo en el campo de la medicina y de la agricultura, que las organizaciones privadas,
tales como las iglesias y las fundaciones, han proporcionado a países en Asia, África y América Latina.
A pesar de que la ayuda humanitaria de por sí no es política, puede seguramente llegar a desempeñar
este tipo de función cuando tiene lugar dentro de un contexto político. Asimismo, la ayuda exterior que
proporcionan las organizaciones privadas será atribuida a sus respectivos gobiernos, con sus relativos
efectos positivos o negativos, en la medida en que el país destinatario o sus habitantes perciban que la
ayuda humanitaria de un país extranjero está desempeñando una función política.

La ayuda exterior de subsistencia se proporciona a gobiernos como los de Jordania y Níger, los
cuales no consiguen asumir el control de sus recursos para poder mantener los servicios públicos
mínimos. Por lo tanto, la nación donante subsana el déficit en el presupuesto de la nación destinataria.
La ayuda externa de subsistencia es parecida a la humanitaria en el sentido de que en los dos casos se
intenta prevenir el colapso del orden y la desintegración de una sociedad organizada. Sin embargo,
también desempeña la función política de mantener el statu quo, sin, como regla general, aumentar su
viabilidad.

Gran parte de lo que hoy en día se conoce con el nombre de ayuda exterior está incluida en la
naturaleza de los sobornos. → La transferencia de dinero y servicios desde un gobierno a otro desempeña la
función de un precio pagado por unos servicios políticos prestados o que se prestarán.
→ Estos sobornos se diferencian de los tradicionales citados anteriormente en dos aspectos: se
justifican principalmente en términos de ayuda exterior para el desarrollo económico, y tanto dinero
como servicios se transfieren a través de un elaborado engranaje creado con el fin de proporcionar una
auténtica ayuda económica. En consecuencia, estos sobornos son un medio menos efectivo para
comprar favores políticos que los tradicionales.

52
La obsesión por sustituir la tradicional y formal transferencia de sobornos por el elaborado y pretencioso
engranaje de ayuda exterior para el desarrollo económico procede de una corriente de opinión que
acepta como universalmente válida la idea de que las naciones altamente desarrolladas tienen la
obligación de transferir dinero y servicios a países subdesarrollados para su desarrollo económico. Por
lo tanto, a parte de la ayuda exterior humanitaria y la militar, la única manera de transferir dinero y
servicios que parece ser legítima es la que está aparentemente concebida para el desarrollo
económico. El desarrollo económico se ha convertido en una ideología a través de la cual la
transferencia de dinero y servicios desde un gobierno a otro en tiempos de paz se racionaliza y justifica.

→ La opinión pública actual acepta también otra suposición como universalmente válida: la idea según la cual el
desarrollo económico en realidad puede promocionarse a través de estas transferencias de dinero y servicios.

→ el desarrollo económico como ideología → A diferencia de la mayoría de las ideologías políticas, que
operan solo a nivel verbal y cuyos efectos permanecen dentro del terreno de las ideas, esta, para poder ser
plausible, requiere de un aparato administrativo elaborado que sirva como instrumento para este tipo
de falsa política.

→ El soborno disfrazado de ayuda exterior para el desarrollo económico convierte tanto al donante
como al destinatario en actores de un juego que al final podría no distinguirse de la realidad.

→ Lo que la ayuda al prestigio comparte con los sobornos modernos es el hecho de que su verdadera
finalidad también es ocultada por los objetivos aparentes de desarrollo económico o de ayuda militar. →
La ventaja para el donante de ayuda al prestigio es triple. En primer lugar, podría recibir una ventaja
política específica, muy parecida a la recibida para un soborno. En segundo lugar, el carácter
espectacular de la ayuda al prestigio establece una relación patente entre la generosidad del donante y
el aumento del prestigio del destinatario. El prestigio del primero se acentúa, por así decirlo, por el
aumento del prestigio del segundo. Finalmente, la ayuda al prestigio es relativamente barata. Un
compromiso limitado de recursos en forma de símbolos económicos de la modernidad, inútiles aunque
espectaculares, podrían llevar a unos dividendos políticos desproporcionados.

→ la opinión popular y, a través de esta, una gran parte de la práctica de la ayuda exterior proceden de suposiciones
no probadas y profundamente empapadas del folclore político americano.
→ La primera de estas suposiciones implica que el subdesarrollo es fundamentalmente el resultado de la falta de
capital y de competencia tecnológica. Este es considerado una especie de casualidad o, aún peor, una especie de
enfermedad de deficiencia que se puede curar a través de inyecciones subcutáneas de aquellos elementos que
faltan. Sin embargo, una nación puede sufrir algún tipo de deficiencia, alguna natural e insuperable, otras sociales y
remediables, que ninguna cantidad de capital y de conocimiento tecnológico suministrada desde el extranjero puede
curar. La pobreza de los recursos naturales puede ser de tal magnitud que puede hacer que el desarrollo económico
sea imposible.

→ Una nación puede también sufrir de deficiencia humana, lo cual imposibilita el desarrollo económico. Así como
hay individuos cuyos atributos de personalidad y nivel de inteligencia hacen que para ellos sea imposible
aprovechar las oportunidades económicas, hay también naciones que tienen la misma discapacidad. Dicho
claramente: de la misma manera en la que hay vagabundos y mendigos, asimismo hay naciones vagabundas y
mendigas. Estas podrían ser las receptoras de donativos pero, a menos que su inteligencia colectiva y su carácter
experimente un cambio milagroso, lo que recibirán desde el extranjero no será probablemente usado para el
desarrollo económico.

53
→ Otras naciones son actualmente deficitarias de los atributos específicos del carácter y de la
inteligencia que sirven para crear un sistema económico moderno, a pesar incluso de que sus
competencias las cualifiquen para la transformación necesaria en un momento futuro. Para usar una
analogía fuerte, estas están en el estadio medieval de su desarrollo cultural y aún no han tenido las
revoluciones morales e intelectuales que en los siglos XVI y XVII crearon las precondiciones culturales
para el desarrollo económico de Occidente. Sin embargo, tendemos a dar por supuesta la existencia de
estas precondiciones y nos olvidamos de que, sin la secularización y la racionalización del pensamiento
occidental y de la sociedad, su industrialización no habría sido posible.

→ En las sociedades subdesarrolladas, los grupos gobernantes, que obtienen su poder político
en gran medida de su statu quo económico, suelen generalmente identificarse con aquellos
intereses económicos que tienden a impedir que la ayuda exterior se use para un relativo
desarrollo. La posesión y el control de la tierra cultivable, en muchas sociedades subdesarrolladas, es
el fundamento del poder político. La reforma de la tierra y la industrialización son, en consecuencia, un
ataque al statu quo político. En la medida en la que tienen éxito, estarán destinadas a afectar
drásticamente la distribución igualitaria del poder económico y político. Sin embargo, los que pertenecen
al statu quo económico y político son los destinatarios de la ayuda exterior proporcionada con el objetivo
de cambiarlo. Pedirles que usen la ayuda exterior para esta finalidad sería demandar que estén
dispuestos a un sacrificio personal y que tengan un sentido de la responsabilidad social que pocos
grupos gobernantes han demostrado tener a lo largo de la historia.

→ Dada la probable resistencia del grupo que gobierna al desarrollo económico, la ayuda exterior
requiere un cambio político drástico como condición necesaria para su éxito. Esta tiene que ir de la mano
del cambio político, ya sea voluntariamente inducida desde el interior o provocada a través de presiones exteriores.
La segunda alternativa supone un dilema para la nación donante. Por un lado, dar ayuda exterior para el desarrollo
económico sin estipular las condiciones que maximicen las posibilidades de éxito seguramente maximizará las
posibilidades de fracaso. Por otro lado, proporcionar una ayuda “con condiciones” despertaría sospechas de
xenofobia y resentimientos nacionalistas que tanto los que defienden el statu quo como los promotores de la
revolución comunista podrían explotar. → una vez que se haya decidido llevar a cabo un cambio político que vaya
en contra del grupo gobernante, se tiene que identificar alguna agrupación que pueda ser el instrumento de este
cambio. A veces, la única elección posible es entre grupos alternativos que son todos poco atractivos. En ocasiones,
y no pocas, la ausencia de cualquier grupo alternativo significa que la única opción será crear un nuevo conjunto de
individuos.

→ una nación democrática como Estados Unidos, es totalmente incapaz de competir con los
comunistas en la capacidad de controlar la revolución.

→ Una ayuda exterior al desarrollo económico exitosa podría tener resultados políticos igualmente inquietantes. En
este caso, el desarrollo económico, logrado sobre todo por medio de la industrialización, afectará el tejido social de
la nación subdesarrollada. A través de la creación de un proletariado urbano industrial, debilitará y
destruirá los nexos sociales de la familia, la aldea y la tribu , en los cuales el individuo se siente
seguro. Y no será capaz, por lo menos rápidamente, de proporcionar un sustituto a este mundo social
perdido. El vacío creado será llenado por malestar social y agitación política.

→ llegamos a la conclusión desconcertante de que una ayuda exterior al desarrollo económico


exitosa puede ser contraproducente si el objetivo social y político de la nación donante es la
estabilidad social y política del destinatario. En algunos casos, por lo menos, el fracaso de la ayuda
para el desarrollo económico americana podría haber sido una bendición disfrazada, en el sentido de

54
que no alteró un statu quo estable cuya continuación era de nuestro interés. Esta ayuda, destinada al
desarrollo económico, en realidad desempeña la función o de un soborno o de una ayuda de prestigio.
Aunque, en este caso nuevamente, estas funciones probablemente serán perjudicadas por unas
expectativas frustradas de desarrollo económico por parte, tanto de la nación donante como de la
destinataria.

→ hace hincapié en “faltan las precondiciones intelectuales y morales para el desarrollo económico en la
población general y sólo se encuentran en una pequeña élite (como en muchas naciones
subdesarrolladas) la imposición de la voluntad de esta pequeña minoría sobre la mayoría de la
población es un prerrequisito no solamente para el comienzo del desarrollo económico, sino también
para un crecimiento económico prolongado en el tiempo”.

→ considera a la URSS que se convirtió en un peligro una vez que su desarrollo económico la transformó en una
potencia industrial moderna.

→ la ayuda exterior al desarrollo económico tiene un umbral de éxito mucho más pequeño de lo que
se cree generalmente. Su resultado positivo depende en buena medida no tanto de su validez en
términos estrictamente económicos sino de las precondiciones intelectuales, morales y políticas del país
destinatario que no varían según la manipulación económica ―si es que se pueden cambiar a través de
una manipulación externa―. Además, los resultados políticos de una ayuda exterior exitosa para el
desarrollo económico podrían ser impredecibles o contraproducentes en términos de objetivos políticos
de la nación donante. En todo caso, son en gran medida incontrolables. La ayuda exterior ofrecida y
aceptada para el desarrollo económico podría resultar en algo diferente de lo planeado, a no ser que
esté claramente orientada hacia las condiciones políticas dentro de las cuales debe desempeñarse.

Conclusiones para la política


Las mayores conclusiones para la política de este análisis son 3: la necesidad de identificar cada
situación concreta a la luz de los seis diferentes tipos de ayuda exterior y de escoger la cantidad y la
calidad de la ayuda exterior apropiada a la situación; la necesidad de armonizar, dentro la misma
situación concreta, diferentes tipos de ayuda exterior entre ellos en vista de los objetivos finales de la
política exterior; y el requisito de tratar la ayuda exterior como una parte integral de las líneas de trabajo
políticas.

Es necesario anticipar la receptividad del país a los diferentes tipos de ayuda exterior y sus efectos
sobre ello. Cuando este análisis haya finalizado, se debe seleccionar desde un gran número de
medidas posibles de ayuda exterior las que son más apropiadas a la situación y, por lo tanto, las que
tienen más probabilidad de éxito.

→ la ayuda destinada al desarrollo económico, cuyos beneficios a la nación destinataria son


inmediatos y evidentes, es un arma política más poderosa que los otros tipos de ayuda que
prometen beneficios ocultos y lejanos. Además, los efectos políticos de la ayuda exterior se pierden si el
donante no se presenta claramente frente a los destinatarios.

→ una política de ayuda exterior no difiere de una diplomática o militar o de la propaganda.


Todas ellas constituyen armas en el arsenal político de una nación.

→ De la naturaleza política de la ayuda exterior se desprende que esta no es una ciencia, sino un arte. Este arte
requiere, por medio de una predisposición mental, una sensibilidad a las interrelaciones entre los

55
hechos, presentes y futuros, finalidades y medios. Los requisitos de esta actividad mental son dobles. El
primero es una valoración discriminatoria de los hechos, de las finalidades, de los medios y de sus
efectos recíprocos.

→ lo que marcará la diferencia en la formulación y en la gestión de la ayuda exterior será la intuición del hombre
de estado.

Gulrajani, Nilima. 2015. Dilemmas in donor design: organizational reform and the future of
foreign aid agencies, en Public Administration and Development, Nro. 35

Este artículo explora si un deseo de reforma y cambio a la organización donante tiene el potencial de
producir resultados productivos y prometedores. Ofrece una revisión de la literatura sobre las formas en
que se han investigado las organizaciones donantes dentro de las ciencias sociales hasta la fecha.

→ ¿qué es un donante de ayuda? En esta revisión, la definimos como las unidades administrativas
encargadas de la gestión del desarrollo por un país que proporciona Asistencia para el desarrollo en el
extranjero (AOD).

→ International relations scholars have explored donor behavior as deriving from global norms and
national state interests.

→ Neo institutional economics borrows from rational public choice theory and Coasian theory of the firm to
suggest that bilateral donors are involved in multiple principal-agent problems across the transnational spaces of
development. → While the bilateral donor agency is in some cases a principal, for example to
contractors and consultants hired to implement development projects, it can also be an agent for
national taxpayers and their legislative representatives.

→ Organisational sociologists have pointed to the ambiguous mandates of donor agencies that are the
result of contradictory pressures in the environment. In the complexity of a multi-stakeholder milieu,
organisational legitimacy is derived from a constellation of sites. Donor mission statements become
deliberate attempts to curry favour from all quarters instead of presenting objective prioritized statements
on official policies and goals.

→ Anthropologists with interests in foreign aid treat the people, policies and organisations of
international development as ethnographic objects worthy of study in their own right. The study of the
aid-worker is central as it is they that have the capability for autonomous behavior within the complex,
diffuse global realm of development policy.

→ public administration scholarship has richly and insightfully examined the performance of donor-led
policies or reforms in developing countries, it rarely uses its own theoretical arsenal to explore the
organisational attributes of aid agencies themselves that impinge on outcomes.

The context for donor reform and renewal

56
The desire to advance donor effectiveness is driven by a number of concerns about the state of foreign aid as an
arena of public activity. → The seven areas of concern listed below provide the backdrop for growing interest in
the organisational performance of donors.

1 - Fiscal retrenchment

The global financial crisis and turmoil in the Eurozone have put aid budgets under significant
pressure.As the fiscal environment in donor countries deteriorate, so too does the general perception
that foreign aid is provided at the expense of the poor at home

2 - Competition from other actors

As aid budgets shrink, commercial organisations encroach on the mandate of donors as emissaries of
international poverty reduction. These competitors include: venture philanthropists who have pledged
significant sums to tackle global challenges; hybrid social enterprises encouraging pro-poor venturing;
and large corporations investing in global public goods.

3 - Shrinking mandates
The management and delivery of government-to-government aid is the defining responsibility of a donor.
In today’s climate, that mandate is perceived to be a remnant of a postwar era captivated by large
administrations. Accusations of bureaucratic archaism are launched alongside claims of irrelevancy as
non-aid policies are identified as more germane for global development. Trade, climate change, global
remittances, migration policy, technological change, tax policy, emergency relief, military assistance: all
these are seen to be alternative pathways to improving living standards with a more robust track record
than ODA.

4 - Emerging markets

The problem of shrinking donor mandates is exacerbated as the pool of poor country clients contracts,
leaving a new geography of global poverty for which traditional donors are poorly equipped.

5 - Donor failure

There is now acceptance that the Millennium Development Goals, a key set of objectives for the aid community,
will not be reached. Donors only achieved one of the targets in the Paris Declaration benchmarking their own
performance, and this one was achieved virtually at the time it was set in 2005. → Against such failure, aid
agencies are also perceived to be less responsive to both their financial backers (voters) and their beneficiaries →
There is a palpable and growing insecurity in the donor community with every best seller lamenting the way aid
fosters corruption, inflation, dependency, and lucrative tax-free employment with perks, among other horrors.

6 - Political ideology

Among all the factors within domestic political systems that impinge upon foreign aid administrations and
policies, one of the most widely assumed is that social democratic left-leaning governments are
ideologically more supportive of foreign aid consistent with development than conservative or right-
leaning ones.

Donor reform: The case for better governance

57
Organisational variables within donor agencies have a critical, if sometimes imperceptible, effect on aid
outcomes. The success or failure of donor policies and programmes, decision-making processes and
strategic management systems will always be mediated by organsiational variables like structures,
goals, motivations and cultures.

Effective public governance is one such organisational variable, a necessary condition for sustainable
long-lasting poverty reduction. This is as much the case within aid-receiving countries seeking to achieve
domestic development goals, as it is when central government ministries and departmental agencies are
tasked with international cooperation for poverty reduction across national borders.

Integrated donor governance: unknowns and directions for future research

1 - Exploring path dependencies

Although integration is a dominant donor governance model, there is scant evidence that this is the most
effective form of organising bilateral aid for achieving lasting poverty reduction.

2 - Street-level bureaucrats

Policy and operational professionals populate donor bureaucracies, even if these actors tend to be silent
figures in the bulk of foreign aid agency research (albeit with a few exceptions in anthropologically
informed work). Yet, these ‘street-level bureaucrats’ are worthy of attention for their axiomatic discretion
and autonomy and their ability to shape public policy in significant ways.

3 - Polycentric accountability

As mentioned, the introduction of integrated donor governance structures are motivated by the
imperative of upward accountability to national bureaucratic, legislative and executive actors. The danger
is that strengthening governance in this direction comes at the cost of accountability to others,
particularly those with less power and influence over donor nations and yet whose input is critical for
improving aid’s performance.

4 - Transnational public administration and boundary-spanning

National administrative systems are now more likely to be engaged in activities with global ramifications
as well as informed by international agendas. Transnational public administration is a product of
globalisation infusing national policy objectives resulting in national public administrations unable to
pursue objectives single-handedly. Transnational public administration can inform the design of
structures, improve capacity and strengthen competencies affected by these growing, globalizing
agendas where activities span jurisdictional, administrative and sectoral boundaries. This is particularly
important in international development, where looking beyond aid to other domestic policy spheres for
global development requires coordination, coherence as well as translation across global/local divides.

5 - Collaborative management

58
Related to transnational dynamics, growing acceptance that aid is now but one element of a multi-policy
bilateral development strategy puts the imperative on collaborative management. This is particularly the
case in bilateral development policy where an MFA is mandated to represent and vocalize the national
domestic interest in international affairs.

6 - Politics-administrative dichotomy

Separating those who steer policy from those who implement it was a key plank of New Public
Management thinking. The division of political and administrative functions in this manner prompted the
creation of numerous specialised arms’ length agencies of government.

Looking beyond donor governance

Perhaps more than establishing with any certainty the superiority of a donor governance structure, what
is needed is a way to ensure that whatever structure is in place, there is knowledge of how to tweak and
tailor it to maximize the likelihood of donor effectiveness.

Legler - Gobernanza global

→ La influenza A (H1N1) materializó la idea abstracta de que fenómenos globales son capaces de afectar la vida
diaria de las personas.

→ El caso de la influenza A (H1N1) es un ejemplo relevante para América Latina de las diferentes dimensiones
involucradas en la gobernanza global en funcionamiento: la lucha para resolver verdaderos problemas globales a
través de la constitución de bienes públicos globales como la seguridad sanitaria mundial. La OMS y el RSI
también representan una esfera de autoridad efectiva, así como una arquitectura institucional específica. Como
puede comprobarse, la respuesta a cada problema ya sea mundial o regional, implica un conjunto específico de
actores: estatales, intergubernamentales y no estatales.

→ En este capítulo se ofrece una introducción al complejo fenómeno llamado gobernanza global. A lo largo
de este capítulo, un punto común, subrayado por la experiencia latinoamericana, es que aun cuando la
gobernanza se ha establecido en la práctica, sigue siendo contenciosa en la teoría.

Gobernanza global: los ingredientes esenciales

La gobernanza global se puede definir como la resolución de problemas globales específicos por medio
de la creación de distintas esferas transnacionales de autoridad, cada una de las cuales comprende un
grupo diferente de actores y una arquitectura institucional particular. Cabe resaltar que en el “mundo
real”, las instancias de gobernanza global están impregnadas por el poder y que sus prácticas no
siempre tienen fines nobles. A continuación, se resumen cuatro elementos esenciales que constituyen
la gobernanza global: la resolución de problemas globales, la creación de esferas de autoridad, el
conjunto de actores y la arquitectura institucional.

Resolución de problemas globales


La gobernanza global implica la resolución de problemas globales. Un punto de partida común en este
campo de estudio es que hay un número cada vez mayor de graves problemas mundiales o regionales
que desafían las capacidades de cualquier gobierno para resolverlos por sí solo. Estos desafíos

59
trascienden las fronteras de dos o más estados o se concentran en aguas internacionales que afectan a
los estados vecinos o la comunidad internacional. Además, suelen tener naturaleza interméstica, es
decir, a la vez contienen dimensiones nacionales, transnacionales e internacionales. Estos problemas y
sus esquemas correspondientes de gobernanza se consideran fenómenos transescalares o multinivel,
pues conectan diferentes escalas geográficas, desde las comunidades más pequeñas hasta las
planetarias. Por ende, para resolver tales problemas los gobier- nos deben promover esquemas de
cooperación global y regional.

→ Gran parte de los primeros trabajos sobre gobernanza global están estrechamente relacionados con la idea de
globalización. La globalización contrae al planeta de tal manera que todos los estados comparten un
destino común ante una serie de problemas globales que producirán graves consecuencias para toda
la humanidad si no se abordan de manera oportuna y decisiva a través de una mayor cooperación
internacional. La globalización afecta la capacidad de los gobiernos y sus ciudadanos para hacer
frente a estos problemas globales en al menos dos aspectos importantes. En primer lugar, a través de
los vínculos de la globalización económica, política, social, cultural y tecnológica, aumenta la
interdependencia entre los estados y las poblaciones, de tal manera que un acontecimiento en un lugar
invariablemente afecta a los demás por muy alejados que se encuentren y viceversa.

→ En segundo lugar, mientras que antes los gobiernos tenían mayor capacidad para proteger a sus países de los
problemas que venían del exterior, las revoluciones tecnológicas en el transporte y las
comunicaciones asociadas con la globalización han incrementado la vulnerabilidad de los países
a estos fenómenos.

→ La gobernanza global como método de resolución de problemas se relaciona con la idea de llenar los vacíos
de gobernanza, esto es, las áreas temáticas o de políticas públi- cas en las que no hay soluciones globales ni
regulaciones adecuadas. → El resultado de estos esfuerzos por llenar los vacíos de gobernanza normalmente se
traduce en bienes públicos mundiales. → los públicos son bienes con un carácter compartido, que benefician
a muchas personas en diferentes países y regiones y cuyo disfrute no viene a expensas de los demás. La estabilidad
económica, la paz y la seguridad ciudadana son ejemplos de bienes públicos globales.

Esferas de autoridad

En el proceso de hacer frente a los problemas regionales o mundiales, los actores estatales,
intergubernamentales y no estatales tienen que constituir nuevas esferas de autoridad. → En cuanto a
la autoridad, la gobernanza global se encuentra situada entre una estructura inadecuada y otra inexistente: los
gobiernos nacionales y el gobierno mundial. → los gobiernos encuentran límites territoriales reales a su
autoridad. A menos que deseen violar el derecho internacional o entrar en conflicto con otros
gobiernos, están verdaderamente limitados en su capacidad de extender su autoridad más allá de sus
propias fronteras. En este sentido, en términos de autoridad, la gobernanza puede incluir al gobierno;
sin embargo, no son sinónimos.

→ Como los partidarios del Realismo nos recuerdan constantemente, la política global se define por la anarquía o
la ausencia de un gobierno mundial que impone su jerarquía sobre los estados (véase el capítulo 2). En
consecuencia, en términos de la construcción de instancias de autoridad, la gobernanza global es más que el
gobierno nacional y menos que el gobierno mundial.

60
→ Para James Rosenau, la gobernanza consiste en la construcción de esferas de autori- dad. Según Rosenau,
tener autoridad puede entenderse como ser “reconocido con derecho de gobernar y de emitir directivas que son
seguidas por los afectados de dichas directivas”. → la prueba crucial para la existencia de una esfera de auto- ridad
es el cumplimiento por parte de los gobernados.

→ De acuerdo con David Lake, autoridad implica “un contrato social en el que un gobernante ofrece un
orden político de valor para una comunidad a cambio del cumplimiento por parte de los gobernados de
las normas necesarias para producir ese orden”.

→ De acuerdo con Weiss y Thakur, el cumplimiento es uno de los vacíos cruciales en la gobernanza
global contemporánea. Sus problemas se pueden analizar en tres vertientes: la implantación, el
seguimiento y la ejecución.

→ De manera similar, Kahler relaciona la autoridad con la eficacia institucional. Esto incluye tres
capacidades: la centralización de la gestión de un área temática en particular en lugar de la
competencia institucional y difusión; la legalización, que consiste en crear la precisión y la obligación de
las iniciativas, y la delegación de autoridad de los gobiernos a las organizaciones intergubernamentales
y sus burocracias.

→ Las esferas de autoridad pueden asumir varias formas según los actores que las conforman. El
transgubernamentalismo contempla el establecimiento en una determinada área temática de redes
entre los empleados públicos de dos o más estados que se orientan a la política o la toma de decisiones
y que tienen el fin pragmático de aumentar la cooperación cotidiana y eficaz entre ellos.

→ El supranacionalismo implica la sesión de la autoridad real por parte de los gobiernos a una
organización intergubernamental u otra institución internacional formal. El ejemplo más citado y
complejo de esta modalidad es la Unión Europea, que ejerce una considerable autoridad sobre sus
ciudadanos en ámbitos de política monetaria, política de medio ambiente, protección del consumidor y
justicia.

→ gobernanza privada = gran parte de la construcción de reglas tiene lugar más allá de las fronteras
estatales por parte de los actores no estatales, incluidas las organizaciones no gubernamentales,
sindicatos, grupos religiosos y empresas multinacionales.

→ No todas las estructuras de autoridad transnacionales comparten el noble objetivo de resolver problemas
globales o de producir los bienes públicos necesarios. Colocar el concepto de autoridad en la ecuación de la
gobernanza global nos recuerda que vivimos en un mundo donde el poder y la riqueza son inequitativos entre los
países y en los mercados. En consecuencia, las esferas de autoridad también están relacionadas con el ejercicio del
poder, así como con la búsqueda de ganancias privadas y egoístas. La cuestión de la autoridad problematiza el
análisis de la gobernanza.

Conjunto de actores

Un distinto conjunto de actores forma cada instancia de gobernanza.


→ Aunque gran parte de la gobernanza global se basa en esquemas multilaterales en los que participan
representantes del estado y burócratas internacionales, muchos expertos afirman que cada vez se requieren más
arreglos de gobernanza policéntricos, complejos o multisectoriales que promuevan la participación de una amplia
gama de actores no estatales. → Estos diferentes actores no estatales tienen el potencial de aportar recursos

61
valiosos, tales como experiencia, conocimiento, espíritu emprendedor, financiamiento y legitimidad a los esfuerzos
de gobernanza.

Arquitectura de gobernanza global

La gobernanza global crea instituciones internacionales o transnacionales, es decir, conjuntos de reglas


formales e informales vinculados con áreas temáticas específicas. En otras palabras, la gobernanza
global diseña y edifica arquitectura de gobernanza.

→ Desde 1948, la Organización de Estados Americanos ha sido el principal foro multilateral para la gobernanza
regional en el hemisferio occidental.

→ hay una tendencia general al aumento de la gobernanza privada mundial o regional, en particular en la economía
y las finanzas. Refuerza este argumento que hay invariablemente una amplia mezcla de lo público y lo privado, del
estado, las organizaciones intergubernamentales y los actores no estatales en la formación de nuevas instituciones
de gobernanza.

Proyecto liberal histórico

→ Hay una convergencia entre defensores y opositores en cuanto a que ambos consideran la gobernanza global
como un proyecto liberal histórico. Al poner énfasis en la cooperación mundial y regional, la promoción del
derecho y la regulación internacional, así como la construcción de instituciones internacionales, la gobernanza
global como fenómeno del mundo real es profundamente liberal. Su relación con la propagación y la reforma de un
orden capitalista global político y económico también la define como liberal.

→ Aunque el término gobernanza global, similar a la globalización, se refiere a la constelación liberal de


instituciones y actividades de gobernanza que han surgido en las últimas décadas, éstas tienen importantes
antecedentes históricos que se remontan al siglo XIX.

→ En el periodo de entreguerras, los países occidentales hicieron su primer intento de crear una organización
verdaderamente global para la gobernanza política mundial: la infructuosa Liga de las Naciones. La gobernanza
global contemporánea está levantada sobre los pilares multilaterales de la gobernanza económica y política creada
en los años inmediatamente posteriores al final de la Segunda Guerra Mundial, las llamadas instituciones de
Bretton Woods (el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Acuerdo General sobre Aranceles
Aduaneros y Comercio) y el sistema de las Naciones Unidas.

¿Nuevo paradigma?

→ La gobernanza global es cada vez más reconocida como una nueva y distinta perspec- tiva, o incluso paradigma,
para el estudio de las RI.

→ Según Klaus Dingwerth y Philipp Pattberg, la gobernanza global se diferencia de los enfoques
tradicionales de las RI en cuatro aspectos.
1) En primer lugar, a diferencia de las escuelas más antiguas como el Realismo y el
Liberalismo, que conceden la prioridad al análisis del estado y las RI como el ámbito de los
asuntos interestatales, la gobernanza global no preestablece una jerarquía entre los
actores de la política internacional y señala una mayor atención al papel de los actores no
estatales.

62
2) En segundo término, la gobernanza global no separa lo internacional de lo nacional, sino
más bien concibe la política mundial como un sistema multinivel en donde lo local,
nacional, regional y global están interconectados.
3) En tercer lugar, a diferencia de los enfoques tradicionales, la gobernanza global no afirma
una sola lógica general o principio, tal como la política de poder, sino que reconoce la
heterogeneidad de formas, mecanismos y fines de gobernanza.
4) En cuarto lugar, la gobernanza global pone el énfasis en la diversidad de las formas de
autoridad, lo que abre la posibilidad de que haya esferas de autoridad en las que los
estados y los actores intergubernamentales tengan una pequeña o nula participación.

Los límites de la gobernanza global

→ Los acercamientos a la gobernanza global han provocado numerosas críticas. Una cues- tión importante para los
estudiantes de la gobernanza global es si las opiniones de sus defensores y opositores, en última instancia, pueden
reconciliarse.

Los expositores de la gobernanza global han hecho sus propias críticas sobre la eficiencia y el
desempeño de los arreglos de gobernanza. Como Thomas G. Weiss y Ramesh Thakur señalan, hay
un rezago en la capacidad de las instituciones de gobernanza global de proveer una respuesta eficaz
ante el surgimiento de problemas transnacionales, regionales o globales.

→ Weiss y Thakur afirman que el desempeño de la gobernanza global se ve obstaculizado por


cinco vacíos.
1) El primero es la falta de conocimientos. A menudo, la falta de información esencial impide
una eficaz toma de decisiones.
2) La segunda laguna es a menudo la falta de estructura normativa adecuada. Por tanto, para
resolver los nuevos desafíos globales y regionales, los actores tienen que crear nuevas
normas donde había pocas.
3) El tercer vacío es político. Muchas veces, o no hay políticas o son la causa de los
problemas de gobernanza.
4) En cuarto lugar, son evidentes las brechas institucionales. Se ofrecen soluciones
informales para salir del paso o como medidas urgentes, en lugar de crear instituciones
internacionales más formales y duraderas con importantes recursos y autonomía.
5) Por último, el cumplimiento resulta una grave laguna en el desempeño de la
gobernabilidad mundial y es la prueba definitiva para saber si se han creado o no esferas
de autoridad eficaces.

Las críticas más graves de la gobernanza global provienen de sus detractores. Ellos señalan al menos
cuatro grupos principales de carencias: el carácter neoliberal de la gobernanza global, la invisibilidad de
poder y de política, la ceguera de género y problemas de déficit democrático y de legitimidad. En primer
lugar, muchos críticos han acusado a la gobernanza global contemporánea por ser neoliberal. Mientras
que su carácter liberal es visto por muchos de sus defensores como una cualidad redentora, otros lo
ven como profundamente problemático. Para ellos, la estructura de gobernanza económica mundial
ha trabajado para concentrar la riqueza y el poder en manos de una plutocracia global
emergente, es decir, los más ricos de las élites, en detrimento de los desfavorecidos y los

63
pobres del mundo. Además, las instituciones financieras internacionales ayudan a proporcionar una
red de seguridad para los bancos internacionales y corporaciones multinacionales.

- Esta crítica de la economía política mundial llama la atención sobre el hecho de que la
gobernanza global implica cuestiones vitales de distribución: quién obtiene qué, dónde,
cuándo, por qué y cómo (véase también el capítulo 5). La gobernanza global no se limita
necesariamente a resolver problemas colectivos en beneficio de la igualdad de todos, sino
que crea ganadores y perdedores, así como incluye a algunos y excluye a otros en
términos de participación y beneficios

En segundo lugar, el discurso liberal de la gobernanza global tiende a ocultar el poder y la política
subyacentes. Por ejemplo, el informe de la Comisión sobre Gobernanza Global de 1995, Our Global
Neighborhood, que fue uno de los primeros estudios con una perspectiva de la gobernanza global,
mostró una visión idílica en que la humanidad comparte un destino común frente a las amenazas
mundiales, como si hubiera un mundo unido.

Cuando el poder y la política se añaden a la ecuación, comenzamos a observar que las instituciones
de gobernanza global han estado dominadas históricamente por las principales potencias, y que
no siempre han tenido fines benévolos o altruistas, sino que más bien han sido planeadas con un frío
interés egoísta. Cuando la gobernanza global se yuxtapone a las estructuras internacionales del poder
económico y político, empezamos a comprender que a menudo no funciona para el beneficio equitativo
de todos, sino para los intereses de una minoría selecta.

El discurso de la gobernanza global también tiende a volver invisible la política. Refleja una mentalidad
gerencial, técnico-administrativa y práctica para la resolución de problemas, con un enfoque
institucionalista neoliberal sobre la superación de los problemas de acción colectiva y las barreras a la
cooperación internacional. Desde luego, todos los procesos de gobernanza son intensamente políticos,
pero la política está a menudo ausente en el análisis de la gobernanza global.

En tercer lugar, las investigadoras feministas de las RI advierten que la gobernanza global también está
ciega respecto a la cuestión de género. Es decir, se presta poca atención a cómo los procesos y las
instituciones de gobernanza global reflejan y refuerzan las relaciones de género entre hombres y
mujeres, así como las concepciones de la masculinidad y la feminidad en todos los niveles geográficos.
Esta es una grave omisión cuando uno considera que la mayoría de las posiciones de autoridad clave
en la arquitectura de la gobernanza mundial están ocupadas por hombres.

Por último, la gobernanza global ha sido criticada por su déficit democrático y problemas de legitimidad.
Los gobiernos y sus representantes diplomáticos toman muchas decisiones globales y regionales
cruciales en materia económica, política o ambiental sin una consulta previa o participación de las
mismas personas afectadas por estas decisiones, así como casi sin rendir cuentas.

A manera de conclusiones: El estudio de la gobernanza global en América Latina

→ el análisis de la gobernanza global entre los académicos latinoamericanos ha sido escaso. → La escasez de
análisis académicos latinoamericanos exige una explicación. Hay por lo menos tres causas de esta situación.

64
- En primer lugar, en años recientes muchos líderes e intelectuales latinoamericanos han
sido severos críticos del sesgo neoliberal y de la inclinación estadounidense o eurocéntrica
de la gobernanza global contemporánea.

- Segundo, hasta hace muy poco los investigadores latinoamericanos no enfocaban su


análisis de las RI sobre los elementos que se combinan para el estudio de la gobernanza
global.

- Por último, los académicos han puesto mayor interés en la problemática de


gobernabilidad de los países de América Latina que en la gobernanza global y
regional. Esto es, muchos académicos enfocan sus análisis en los desafíos internos que
enfrentan los gobiernos electos de la región en su intento por gobernar: presiones de los
actores de la sociedad civil, situaciones de gobiernos divididos e instituciones políticas
débiles que carecen de legitimidad y recursos. Aun cuando la fuerte tradición de análisis
de gobernabilidad en América Latina ha demostrado un creciente interés en cómo la
globalización afecta la capacidad de los gobiernos para actuar, ésta no equivale a la
gobernanza, porque no hace hincapié en la construcción de esferas de autoridad
transnacionales y multinivel. Sin lugar a dudas, muchos países de América Latina
continuarán enfrentando serios retos internos de gobernabilidad que quizás impidan la
futura promoción del análisis de la gobernanza.

Krasner, Stephen: “Structural causes and regime consequences: regimes as intervening


variables”.

→ Los regímenes internacionales se definen como principios, normas, reglas y procedimientos de toma de
decisiones en un área particular de las relaciones internacionales en torno a la cual convergen las expectativas de
los actores. Como punto de partida, los regímenes han sido conceptualizados como variables intervinientes entre
factores causales básicos, por un lado, y resultados y comportamientos, por el otro.

→ Los artículos de este volumen presentan tres enfoques de la cuestión del significado de los regímenes. Los
artículos de Oran Young (1982) y Donald Puchala y Raymond Hopkins (1982) ven a los regímenes
como una característica generalizada en todo el sistema internacional. Ningún patrón de
comportamiento puede mantenerse durante un período de tiempo sin generar un régimen compatible.
Los regímenes y los comportamientos están inextricablemente entrelazados. En contraste, Susan
Strange (1982) sostiene que el régimen es un concepto engañoso que oscurece las relaciones básicas
entre economía y poder. Strange, probablemente representando lo que sería la posición más tradicional
de los pensadores de las relaciones internacionales, elabora una crítica estructural convencional que
rechaza cualquier papel significativo de los principios, normas, reglas y procedimientos para la toma de
decisiones.

→ Los regímenes pueden definirse como principios, normas y reglas implícitos o explícitos y
procedimientos de toma de decisiones en un área particular de las relaciones internacionales en torno a
las cuales convergen las expectativas de los actores.

→ Los principios son creencias en hechos, causas y cuestiones morales.

→ Las normas son estándares de comportamiento definidos en términos de derechos y obligaciones.

65
→ Las reglas son prescripciones o proscripciones específicas para la acción.

→ Los procedimientos de toma de decisiones son prácticas predominantes para tomar y ejecutar la
decisión colectiva.

→ Los regímenes deben entenderse como más que acuerdos temporales que cambian con cada cambio en el poder
o los intereses del Estado. → Los acuerdos son arreglos ad hoc, generalmente único y de corta duración. El
propósito de los regímenes, a su vez, es facilitar los acuerdos. (acuerdos ≠ regímenes).

→ el comportamiento definido por el régimen no puede basarse únicamente en cálculos de intereses a corto plazo.
Dado que los regímenes abarcan principios y normas, la función de utilidad que se maximiza debe incorporar algún
sentido de obligación general.

→ Es necesario hacer una distinción fundamental entre principios y normas, por un lado, y reglas y
procedimientos, por otro. → Los principios y estándares proporcionan las características definitorias
básicas de un régimen. Puede haber muchas reglas y procedimientos de toma de decisiones que
sean consistentes con los mismos principios y estándares. Por lo tanto, los cambios en las reglas y
procedimientos de toma de decisiones son cambios internos en los regímenes , siempre que no se
modifiquen los principios y normas.

→ Los cambios en los principios y las reglas son cambios en el propio régimen. Cuando se abandonan las
normas y los principios, se produce un cambio a un nuevo régimen o la desaparición de regímenes
en un área particular de las relaciones internacionales.

→ es necesario distinguir el debilitamiento de un régimen de cambios dentro del régimen o cambios entre
regímenes. Si los principios, normas, reglas y procedimientos de toma de decisiones de un régimen se vuelven
menos consistentes o si las prácticas actuales son cada vez más inconsistentes con los principios, normas, reglas y
procedimientos, el régimen se debilita.

→ los cambios dentro de un régimen implican cambios en las reglas y los procedimientos de toma de decisiones,
pero no en las normas o principios; los cambios de régimen implican cambios de normas y principios; el
debilitamiento de un régimen implica una inconsistencia entre los componentes del régimen o una inconsistencia
entre el régimen y el comportamiento correspondiente de los miembros.

¿Importan los regímenes?

→ los regímenes sí importan. Sin embargo, no hay consenso al respecto y se pueden distinguir tres puntos de vista
diferentes. La visión estructural convencional ve el concepto de régimen como inútil, si no engañoso. La
perspectiva estructural modificada sugiere que los regímenes pueden ser importantes, pero solo en condiciones muy
restringidas. Y la visión de Grocian ve a los regímenes de una manera mucho más generalizada, como un
atributo inherente a cualquier patrón complejo y persistente de comportamiento humano.

→ Susan Strange (1982) representa la visión estructural convencional. Tiene fuertes reservas sobre el
valor de la noción de régimen. Strange sostiene que el concepto es dañino porque ensombrece y
oscurece la relación entre poder e intereses, que no solo son las causas más importantes, sino sobre
todo las fundamentales del comportamiento de los Estados en el sistema internacional.

66
→ El segundo punto de vista sobre los regímenes internacionales, el estructural modificado, se
demuestra más claramente en los artículos de Keohane (1982) y Stein (1982). Ambos autores parten de
una visión realista estructuralista convencional, es decir, un mundo de estados soberanos que buscan
maximizar sus intereses y poderes. Keohane postula que en el sistema internacional, los regímenes
surgen de acuerdos voluntarios entre actores legalmente iguales. Stein declara que "la
conceptualización se basa en la caracterización clásica de la política internacional como relaciones
entre entidades soberanas dedicadas a su propia conservación, en última instancia capaces de
depender sólo de sí mismas y preparadas para recurrir a la fuerza".

→ En un mundo de estados soberanos, la función básica de los regímenes es coordinar el comportamiento de los
estados para lograr los resultados deseados en áreas de interés particulares.

→ El tercer enfoque de los regímenes, elaborado con mayor claridad en los artículos de Donald
Puchala y Raymond Hopkins (1982) y Oran Young (1982), refleja una visión fundamentalmente
diferente de las relaciones internacionales de los dos argumentos estructurales descritos anteriormente.
Estos dos artículos están fuertemente informados por la tradición grociana, que ve a los regímenes
como fenómenos generalizados en todos los sistemas políticos. Puchala y Hopkins concluyen que "los
regímenes existen en todas las áreas temáticas, incluso en aquellas en las que existe una gran rivalidad
de poder, tradicionalmente vistos como claros ejemplos de anarquía. Los estadistas casi siempre se
sienten constreñidos por principios, normas y reglas que prescriben y proscriben diferentes".

→ Mientras que el enfoque estructural modificado no percibe al mercado como un régimen - porque en este caso la
acción de los actores resulta puramente de cálculos individuales sin considerar el comportamiento de otros -, el
tercer enfoque sí considera al mercado como un régimen. Los patrones de comportamiento que persisten durante
largos períodos de tiempo están imbuidos de un significado normativo. Un mercado no se puede mantener
únicamente con cálculos egoístas.

→ La tradición grociana en la que se basan Puchala, Hopkins y Young ofrece un contraste con las visiones realistas
estructurales y estructurales modificadas. Estos autores rechazan el supuesto de que el sistema internacional esté
compuesto por estados soberanos limitados únicamente por el equilibrio de poder. Por el contrario, Hopkins y
Puchala sugieren que las élites son los actores reales en las relaciones internacionales. Los estados son
abstracciones enrarecidas. Las élites tienen vínculos nacionales y transnacionales. La soberanía es una variable de
comportamiento y no una presunción analítica. La capacidad de los estados para controlar los movimientos a través
de sus fronteras y mantener el dominio sobre todos los aspectos del sistema internacional es limitada. La seguridad
y la supervivencia del Estado no son sus únicos objetivos. La fuerza no ocupa una posición de importancia única en
la política internacional. Las élites actúan dentro de una red de comunicaciones, incorporando reglas, normas y
principios, que trascienden las fronteras nacionales.

→ los argumentos estructurales convencionales no toman en serio los regímenes: si las


variables causales básicas cambian, también lo hacen los regímenes. Los regímenes no tienen un
impacto independiente o autónomo en el comportamiento. Los argumentos estructuralmente
modificados, representados aquí por muchos partidarios del enfoque realista de las relaciones
internacionales, ven a los regímenes como importantes solo cuando la toma de decisiones
independiente conduce a un resultado no deseado. Finalmente, la perspectiva grociana acepta los
regímenes como una parte fundamental de toda interacción humana estandarizada, incluido el
comportamiento en el sistema internacional.

67
Explicaciones para el desarrollo

Se ha presentado una amplia variedad de variables causales básicas para explicar el desarrollo de
regímenes. Las variables más importantes enumeradas en este volumen son 1) interés propio egoísta,
2) poder político, 3) normas y principios, 4) usos y costumbres y 5) conocimiento. Los dos últimos
se consideran complementarios, incorporando fuerzas más básicas relacionadas con el interés, el poder
y los valores.

Interés propio egoísta

La explicación predominante de la existencia de regímenes internacionales es el interés propio egoísta. → Por


"interés propio egoísta" me refiero al deseo de un actor de maximizar su función de utilidad sin incluir la utilidad
de otro. El actor egoísta se preocupa por el comportamiento de los demás solo cuando el comportamiento de los
demás afecta su propia utilidad. Todas las teorías contractuales, desde Hobbes hasta Rawls, se basan en la idea del
interés propio egoísta. Por el contrario, un actor que busca el poder puro está interesado en maximizar la diferencia
entre sus poderes de poder y los de sus oponentes.

Poder político

La segunda variable causal más importante para explicar el desarrollo de los regímenes es el poder
político. Se pueden resaltar dos puntos de vista diferentes sobre el poder.
El primero es cosmopolita e instrumental: el poder se utiliza para garantizar resultados óptimos para el
sistema en su conjunto. En el lenguaje de la teoría de juegos, el poder se utiliza para promover la
maximización conjunta de las ganancias. Es poder al servicio del bien común.
El segundo enfoque es particularista y está relacionado con objetivos específicos [ consumatorio]. El
poder se utiliza para fortalecer los valores de actores específicos del sistema. Dichos valores pueden
incluir tanto el aumento de la capacidad de poder como la promoción de objetivos económicos u otros
objetivos. En el lenguaje de la teoría de juegos, el poder se usa para maximizar las ganancias
individuales. Es poder al servicio del interés propio.

Poder al servicio del bien común → El propósito de la intervención estatal es facilitar la creación y el
mantenimiento de un entorno en el que pueda florecer un mercado basado en cálculos de interés propio individual.
El mercado, como el cuerpo humano, es básicamente saludable, pero puede ser necesaria la intervención ocasional
de un agente externo (el estado, un médico). Una economía de mercado maximiza la utilidad de la sociedad en su
conjunto. El poder político se pone al servicio del bien común.

Poder al servicio de los intereses privados →


Una analogía con la teoría de juegos facilita la distinción entre dos variantes importantes con respecto
al poder al servicio de intereses específicos.
- El primero supone que las ganancias son fijas y que la elección de la estrategia por parte
del actor se determina de forma autónoma y solo en función de esas ganancias.
- El segundo asume que el poder puede usarse para alterar las ganancias e influir en la
estrategia del actor.

Estándares y principios

68
las normas y los principios se han tratado como endógenos: son las características definitorias críticas
de cualquier régimen. Sin embargo, las reglas y principios que influyen en el régimen de un área
particular de las relaciones internacionales, pero que no están directamente relacionados con esa área,
también pueden considerarse como explicaciones para la creación, persistencia y disipación de
regímenes.

→ . En las relaciones internacionales, el principio más importante difundido es la soberanía.

Usos y costumbres

El uso se refiere a patrones regulares de comportamiento basados en una práctica eficaz; la costumbre,
a las prácticas que han existido durante mucho tiempo.

Conocimiento

Al igual que los hábitos y las costumbres, el conocimiento normalmente se trata como una variable
interviniente y no como una variable exógena.

Para que el conocimiento tenga un impacto autónomo en el sistema internacional, debe ser
ampliamente aceptado por los tomadores de decisiones.

Sin consenso, el conocimiento puede tener poco impacto en el desarrollo de regímenes en un mundo
de estados soberanos. Si solo unas pocas partes comparten un conjunto específico de creencias, su
importancia estará totalmente mediada por el poder de sus seguidores.

En un mundo sumamente complejo, donde los objetivos a menudo están mal definidos y son posibles
muchas conexiones, el conocimiento consensuado puede facilitar en gran medida los acuerdos para el
desarrollo de regímenes internacionales. Este conocimiento puede iluminar un camino en un entorno
que de otro modo sería oscuro e imperceptible.

Conclusión

Al abordar las dos preguntas básicas que guiaron este ejercicio teórico -el impacto de los regímenes en
los comportamientos y resultados correspondientes, por un lado, y la relación entre las variables
causales básicas y los regímenes, por otro lado- los artículos de esta edición reflejan dos puntos de
vista diferentes de las relaciones internacionales. La perspectiva grociana, observada en los artículos de
Puchala y Hopkins (1982) y Young (1982), ve los regímenes como una faceta generalizada de la
interacción social. Este enfoque es amplio al describir las causas fundamentales de los regímenes: el
interés, el poder, las normas dominantes, las costumbres y el conocimiento pueden ser relevantes para
la formación de un régimen. Estos factores causales pueden manifestarse a través del comportamiento
de individuos, burocracias específicas y organizaciones internacionales,
La orientación estructural realista que impregna los otros artículos de esta edición es más circunspecta.
El caso ejemplar o estándar de la perspectiva realista no incluye los regímenes internacionales. Los
regímenes surgen solo en condiciones restringidas caracterizadas por no tomar decisiones individuales
para asegurar los resultados deseados. Las variables causales básicas que conducen a la creación de
regímenes son el poder y el interés. Los actores básicos son los estados.

69
José Antonio Ocampo. 2015. Introducción. Gobernanza global y desarrollo: una comprensión
cabal de las instituciones y las prioridades, en Ocampo, José Antonio, Gobernanza global y
desarrollo. Nuevos desafíos y prioridades de la cooperación internacional

→ Este libro aborda las cuestiones interrelacionadas de la gobernanza global y la cooperación con los países en
vías de desarrollo o, para decirlo en pocas palabras, la cooperación para el desarrollo. Las dos cuestiones están,
desde luego, íntimamente relacionadas, no sólo porque el apoyo a los países en vías de desarrollo ha sido uno de
los grandes objetivos de la cooperación global desde la creación de las Naciones Unidas (ONU), sino también
porque está cada vez más vinculado a otros objetivos de la cooperación internacional, entre ellos la provisión de
bienes públicos globales (BPG) y el cumplimiento de las metas sociales y ambientales mundiales fijadas por las
conferencias y cumbres de la ONU desde 1990, y sus predecesoras en las décadas anteriores.

→ las Naciones Unidas han estado y siguen estando en el centro de la cooperación mundial. → se trata de la
organización líder a cargo de la cooperación intergubernamental mundial.

→ Está claro que el desarrollo en ese doble sentido, así como la cooperación con los países en vías de desarrollo,
van más allá de las Naciones Unidas. Para empezar, el desarrollo sostenible es en esencia una responsabilidad de
los gobiernos nacionales. En el área de la cooperación para el desarrollo, el mundo depende no sólo de
organizaciones globales –el sistema de la ONU, incluido el Grupo del Banco Mundial–, sino también de
organizaciones regionales –en especial los bancos regionales y subre- gionales de desarrollo– y de la asistencia
oficial bilateral y multilateral para el desarrollo. En este último caso, al margen de la cooperación tradicional entre
países desarrollados y en vías de desarrollo (Norte-Sur en la terminología ya asentada), hay un dinámico mundo de
cooperación entre los países en vías de desarrollo (Sur-Sur) y un sinnúmero de asocia- ciones en las que participan
la sociedad civil, fundaciones y otros actores privados.

→ 3 objetivos básicos de cooperación internacional en los campos económico, social y ambiental:


1) el manejo de la interdependencia entre naciones, idea que ha sido recogida en el concepto
de bienes públicos globales;
2) la promoción de normas y criterios sociales comunes y la prestación asociada de un nivel
mínimo de servicios sociales para todos los ciudadanos del mundo, lo que yo llamo bienes
sociales universales (BSU), y
3) la reducción de las desigualdades internacionales, en especial los diferentes niveles de
desarrollo económico entre los países, que es el ámbito de la cooperación para el
desarrollo.

Esta tipología coincide con el origen histórico de las instituciones internacionales. Así, la mayoría
de los mecanismos de cooperación creados con anterioridad a la Primera Guerra Mundial se relacionan
con la administración de la interdependencia (tratados de navegación, manejo de enfermedades
contagiosas, interconexión de servicios telegráficos y postales, etc.). La creación de la Organización
Internacional del Trabajo como consecuencia del Tratado de Versalles dio origen a la segunda forma de

70
cooperación, que, desde luego, se expandió aún más una vez terminada la Segunda Guerra Mundial.
La tercera forma de cooperación nació tras el fin de ese conflicto y estuvo estrechamente vinculada al
desmantelamiento del colonialismo.

Las 3 formas de cooperación son conceptualmente distintas tanto en lo que se refiere a las
demandas de cooperación internacional como en la relación con la soberanía nacional.
La primera responde a los criterios de los economistas sobre la necesidad de una acción colectiva para
evitar la provisión insuficiente o excesiva de los bienes y servicios con atributos de no rivalidad y no
exclusión en el consumo, o que generan externalidades fuertes (positivas y negativas, respectivamente)
en virtud de su consumo o producción. Así, esta forma de cooperación se relaciona con cuestiones de
eficiencia en la provisión de bienes y servicios.
En contraste, el segundo y el tercer objetivos de cooperación se relacionan con la equidad: entre los
ciudadanos y entre los países, respectivamente.

Cuáles serían las mejores estructuras de gobernanza global, y para ello examina 6 criterios.
Los dos primeros están estrechamente interrelacionados: el reconocimiento del principio de
subsidiariedad y la necesidad de una red “densa” de instituciones mundiales, regionales y nacionales,
un instrumento más adecuado que el apoyo en unas pocas organizaciones globales. Una red densa –
se argumenta– es un sistema más eficaz de cooperación internacional y, al mismo tiempo, más
equilibrado en términos de relaciones de poder.
El tercer criterio es la necesidad de superar la tensión entre la inclusividad –y la legitimidad asociada a
ella– y la eficacia.
El cuarto criterio está muy relacionado, dado que se refiere a la necesidad de una participación
equitativa de los países en vías de desarrollo en la toma de decisiones y la fijación de normas.
El quinto es la necesidad de idear instrumentos eficaces de monitoreo, rendición de cuentas y, al fin y al
cabo, cumplimiento de los compromisos internacionales.
El sexto y último criterio es, como resultará evidente, la necesidad de coherencia del sistema de
gobernanza global.

“dilema del prisionero”: ningún país puede tener éxito por sí solo, pero ninguno confía lo suficiente en
los otros para procurar una cooperación y coordinación eficaces.

En consecuencia, el desafío central, conforme a la opinión de Kaul y Blondin, es hacer que los Estados
vuelvan a participar. Para ello es necesario forjar consensos globales que rompan la paradoja de la
soberanía y construir la idea compartida de una soberanía mutuamente respetuosa. Esto depende de la
justicia mundial, que es esencial para obtener un sólido apoyo a la cooperación internacional. Para
moverse en esa dirección también es necesario incorporar la gestión de la interdependencia a la
arquitectura de las Naciones Unidas, es decir, un dominio público global con esta organización en el
centro. Eso implica introducir de manera explícita y sistemática la gestión de la interdependencia en la
arquitectura del sistema de la ONU: ampliar el campo de acción de sus organismos para que se ocupen
de manera explícita y sistemática de los temas que constituyen preocupaciones globales. El
establecimiento de agentes u organismos de base para temas globales dentro del sistema multilateral
podría alentar la creación de pares institucionales en los ni- veles nacionales y regionales, lo cual
facilitaría a su vez la coordinación y la cooperación entre esos diferentes niveles de gobernanza. Y para
que el sistema de las Naciones Unidas desempeñe su papel de coordinación de manera más explícita y
sistemática, podría solicitarse a la Secretaría de la organización el establecimiento de una nueva
unidad: un observatorio de tendencias, desafíos y oportunidades globales.

71
→ la autora estima que la cooperación internacional enfrenta dos problemas cruciales: el carácter incompleto de la
agenda internacional y los débiles mecanismos institucionales para la toma de decisiones, la priorización, el
seguimiento, la rendición de cuentas y, por fin, la ejecución de los compromisos internacionales. En la estructura
institucional actual, hay una tensión adicional que es de carácter más práctico y se relaciona con la protección de
los mandatos o intereses de agencias internacionales o grupos de países específicos. → (...) uno de los elementos
más importantes en el trabajo de Bárcena es el hincapié que la autora hace en el papel de las dimensiones
regionales de la cooperación. Las instituciones regionales y subregionales son las que están mejor situadas para
garantizar la inclusión y protección de los actores más débiles. Sobre la base de la obra de Elinor Ostrom, Bárcena
sostiene que, en vez de concentrarse sólo en los esfuerzos globales –que son, de todos modos, importantes y forman
parte de una solución de largo plazo–, tal vez sea esencial alentar de manera simultánea las iniciativas policéntricas.
Esta podría ser una estrategia más adecuada, por ejemplo, para reducir los riesgos asociados a la emisión de gases
de invernadero. Esta lógica da a las organizaciones regionales mayor espacio intelectual y político para abordar
esos temas. En consecuencia, si en un nivel global la cooperación tropieza con obstáculos de magnitud, el nivel
regional puede contribuir a alcanzarla por medio de acuerdos en cada región gracias a la mayor homogeneidad de
los países correspondientes.

→ Alonso sostiene que el sistema de cooperación para el desarrollo está ante dos opciones extremas. La primera
sería encaminarse hacia una perspectiva plenamente integrada, en un trabajo con agendas diferenciadas de
conformidad con las condiciones hetero- géneas de los países en vías de desarrollo. La otra alternativa consistiría
en preservar la ayuda como una política focalizada, especializada en el combate contra la pobreza extrema
exclusivamente en los países más pobres y los Estados más frágiles.

Notas de clase: 16/04/2021

todas son un instrumento de política exterior → crítica a la cooperación al desarrollo

racionalidad de la política exterior → la ayuda externa genera un compromiso del Estado que obtiene esa ayuda, y
eso es un beneficio para el Estado que la otorga (para proteger intereses o para promocionar intereses) → la ayuda
se utiliza para establecer este compromiso, el cual puede generar dependencia (no hay una simetría, el que recibe
tiene más costos si esa ayuda no viene).

la política de cooperación → es una forma de difundir ideas (vehiculo de difusión). Como ese país se percibe

IDEAS = CONSTRUCTIVISMO.

intereses = hay distintos grupos (algunos se benefician económicamente, otros priorizan determinados
temas entonces quieren que haya ayuda en (ej: educación, medio ambiente, etc),

72
instituciones políticas → no hablamos de distintas organizaciones, sino de como se organiza el sistema político (no
es lo mismo un sist. presidencialista que uno parlamentario). De como funciona el sistema político.

formas de organización →

-UAM Ediciones | UAM ... No 12 (2009): Regímenes Internacionales. Octubre de 2009. Coordinado
por José Luis DE LA FLOR y Sergio CABALLERO SANTOS.

→ La figura de régimen internacional fue introducida en Relaciones Internacionales por John Gerard
Ruggie (1975) que lo definió como “un conjunto de mutuas expectativas, normas, regulaciones, planes,
energías organizativas y compromisos financieros que han sido aceptados por un grupo de estados”.

→ la definición comúnmente aceptada por la disciplina fue la ofrecida por Stephen Krasner en 1983 que
define el régimen internacional como “los principios, normas, reglas y procedimientos de toma de
decisión, implícitos o explícitos, alrededor de los que convergen las expectativas de los actores en un
área determinada de las relaciones internacionales”. → A partir de esta definición surge dentro de la
disciplina una línea de estudio centrada en la figura del régimen internacional y que englobará
tanto el debate teórico como el análisis concreto de ciertas áreas como, por ejemplo, la seguridad
nuclear, la legislación marítima, la protección medioambiental, los refugiados o la ayuda humanitaria.

→ Podemos tomar a Hasenclever, Mayer y Rittberger para ejemplificar cómo las aproximaciones al
régimen internacional reflejan distintas ontologías y epistemologías empleadas en el estudio de las
relaciones internacionales.
De este modo y en primer lugar, estos autores señalan una escuela de pensamiento centrada en el
auto-interés de los estados (cercanas a los enfoques del neoliberalismo), en virtud de las cuales el
régimen internacional podría ser visto como un elemento estratégico que permite maximizar el auto-
interés y las ganancias gracias a la previsibilidad y la minimización de los costes de acceso a la
información.
En segundo lugar, Hasenclever, Mayer y Rittberger nos presentan otra escuela de pensamiento
centrada en el estudio del poder: el neorrealismo. En esta línea, el régimen internacional podría ser
entendido como un medio a través del cual un hegemón (un estado poderoso) instrumentaliza las
relaciones internacionales para mantener su poder en el ámbito internacional en detrimento de los
demás. Para esta escuela, la demanda y la formación de un régimen buscarían la obtención de
ganancias relativas frente a otros estados, y no ya ganancias absolutas como veíamos en el caso
anterior. Por último, en tercer lugar, estos autores nos muestran una escuela de pensamiento
constructivista basada en el estudio de la importancia de las ideas y los procesos de comunicación en
las políticas internacionales. Desde este enfoque constructivista se subrayaría el valor cambiante de los
intereses de los actores internacionales y se facilitaría la incorporación de figuras como las
comunidades epistémicas (...).

→ para Susan Strange, la aparición del régimen internacional fue una respuesta de la escuela norteamericana a la
pérdida de hegemonía de Estados Unidos durante la década de los setenta.

→ una fortaleza y una debilidad que podría acarrear el uso del régimen internacional desde este enfoque. En lo que
se refiere a la fortaleza, como ya hemos señalado, el enfoque constructivista logró desmarcar la figura del régimen
internacional del habitual debate teórico entre neoliberales y neorrealistas de las últimas décadas del siglo pasado.
Partiendo de la discusión sobre las posibilidades de que los estados cooperasen en un orden internacional
caracterizado por la anarquía, el régimen internacional adecuado a una mirada constructivista revindicó unas

73
nuevas lentes para interpretar la construcción de las políticas globales. Y de aquí también surge una debilidad,
porque si la figura del régimen internacional y el enfoque constructivista han abierto nuevas ventanas también es
oportuno que nos preguntemos si no habrá cerrado otras puertas a la investigación académica dentro de nuestra
disciplina.

→ el debate entre realistas y liberales en torno a la cooperación y el conflicto implicaba, en última instancia, la
manifestación de dos expresiones diferentes de cómo la academia consideraba que la comunidad política por
excelencia –el estado- debía comportarse en un medio ajeno –el internacional- cuyo espacio y tiempo compartía
con otros estados.

Barbé, Esther. «Cooperación y conflicto en las relaciones internacionales. (La teoría del régimen
internacional)». Revista CIDOB d' Afers Internacionals,

→ Desde la perspectiva del estudioso de las relaciones internacionales 1968 se ha convertido en un momento clave
para señalar el inicio de una era de cambios en la sociedad internacional.

- El mismo 1968nos ofrece ejemplos notables: la ofensiva Tet en Vietnam supone la derrota
de la potencia hegemónica en el mundo; la ocupación de Checoslovaquia por las tropas
del Pacto de Varsovia y el abandono francés de la estructura militar integrada de la OTAN
destacan las divergencias en el seno de 10s bloques, y el acuerdo entre soviéticos y
norteamericanos-parainiciar negociaciones sobre la limitación de armas estratégicas
comporta el comienzo de la distensión.

→ Se han producido una serie de novedades que han modificado sustancialmente las características del sistema
internacional. → los teóricos de las RRII generaron nuevos instrumentos de análisis capaces de explicar la
situación actual, que se la presenta bajo el calificativo de “la complejidad”. Complejidad que se explica por el
funcionamiento paralelo de diversos juegos en las RRII contemporáneas. Entre los diversos juegos
existentes hay que destacar por su papel dominante el juego de las grandes potencia centrado en la
disuasión nuclear y el juego de las relaciones económicas internacionales, generador de
interdependencia.

→ realistas de los ochenta han dotado a la teoría de las relaciones internacionales de nuevos instrumentos; entre los
que destaca el régimen internacional que, para algunos autores, ha abierto ccla linea de investigación más fecunda y
sugerente de los últimos años en el campo de estudio que nos ocupa.

¿Qué es un régimen internacional?

→ se puede precisar que el régimen internacional es una construcción teórica que pretende explicar no
las situaciones de anarquia y conflicto clásicas de la política internacional, sino las situaciones de orden
(su creación, su evolución y su desaparición o carnbio) existentes en un campo de actividad (issue-
areal) internacional.

→ dos definiciones sucesivas de régimen internacional. Se trata, en primer lugar, de la definición de Stephen
Krasner, para quien los regimenes internacionales son principios, normas, reglas y
procedimientos de decisión en torno a los cuales convergen las expectativas de un determinado
campo de actividad.

74
En segundo lugar, para Robert Keohane y Joseph Nye → los regimenes son redes de reglas,
normas y procedimientos que configuran el comportamiento y controlan sus efectos en un
campo de actividad.

→ este articulo pretende profundizar el tema desde una doble perspectiva. En primer lugar se trata de presentar este
instrumento de análisis en base a dos coordenadas (los cambios de la realidad internacional y la formulación teórica
consecuente);y en segundo lugar se trata de aplicar dicho instrumento a un campo de actividad internacional
concreto (el mar).

Marco histórico y teórico del régimen internacional

El concepto de régimen hace su aparición en las relaciones internacionales a mediados de los años
setenta y de la mano de la aproximación sistémica.
Las condiciones históricas del momento motivan la aparición de este instrumento teórico que
introduce novedades respecto del paradigma del realismo, basado en la lucha por el poder, dominante
en las relaciones internacionales a lo largo de toda la guerra fría. En este sentido se puede avanzar que
los (usuarios del régimen como instrumento de análisis) parten de la noción de Organización
Internacional (obsérvese la utilización del singular y de mayúsculas) frente a la concepción de los
realistas clásicos, como Hans Morgenthau o Raymond Aron, de anarquia internacional.

→ nuevo instrumento de análisis (es el régimen internacional) → se explica en base a las condiciones
cambiantes de
la realidad. De este modo, el régimen internacional pretende explicar una situación para la que no
existian instrumentos adecuados, pues ((el impacto de los acontecimientos internacionales durante los
setenta y más adelante se produjo de un modo para el que no se disponía de explicaciones elaboradas
de antemano.
Los acontecimientos de los setenta -la distensión USA-URSS basada en la paridad nuclear, la
capacidad comercial de Europa y de Japón, la crisis del sistema monetario, la derrota de los Estados
Unidos en Vietnam y la política de la OPEP de embargo y aumento de precios - tendrán consecuencias
de carácter global, para el conjunt0 del sistema internacional.

→ De este modo, la realidad internacional comienza a interpretarse en términos de globalidad. → La teoria


de las relaciones internacionales genera un nuevo paradigma de interpretación -el paradigma globalista- que
surge frente al modelo estatocéntrico del realismo dominante durante la guerra fria y a partir del fracaso
de las teorias de la integración regional, motivadas por el fenómeno comunitario,de los años sesenta.

Visión global, ordenada y realista de las RRII

→ La suma de los aspectos históricos y teóricos citados hasta ahora crea el marco en el que se encuadra la noción
de régimen internacional. Es un marco de carácter global, en el que se admite la existencia de orden internacional y
en el que se opera con categorías realistas.

→ El carácter global está determinado por las condiciones de interdependencia compleja del
sistema internacional que se recogen en los siguientes puntos:
1) Disminución del papel de la fuerza militar
2) Importancia de múltiples campos de actividad, no ordenado jerárquicamente
3) Existencia de diversos canales de contacto entre las sociedades.

75
→ se rompe el esquema estatocéntrico (comunicación intergubernamental y prioridad de lo militar)
para adoptar una visión global y pluralista de los acontecimientos internacionales.

Niveles de aplicación del régimen internacional

Este comportamiento organizado -la existencia, por tanto, de regimenes- queda limitado a algunos
campos de actividad. De ahí que los estudios realizados se hayan centrado en temas tales como el
comercio, la moneda, el petróleo o el mar. Campos de actividad en los que no se impone el
determinismo estructural del modelo realista.

→ se pueden establecer 3 grandes grupos a partir de la visión que se ha adoptado del régimen internacional.

- El primer de dichos grupos está formado por aquellos autores que supeditan la existencia
del régimen al equilibrio del poder y a la expresión de los intereses nacionales, negándole
autonomía en todos los campos de actividad. De este modo, el régimen es un instrumento
inútil para el análisis.
- El segundo grupo divide su análisis entre el modelo realista, aplicado a los campos de actividad en
los que la seguridad se ve afectada (juegos de suma nula o situaciones de maximización de poder) y
el modelo de la interdependencia compleja. En los campos de actividad en los que se da esta última
situación (comercio, petróleo y moneda, entre otros) el régimen pretende explicar la armonización de
los comportamientos estatales para conseguir los resultados deseados en campos concretos de
actividad. → el régimen actúa al margen de la estructura internacional y tiene por función aumentar
beneficios a partir de una actuación coordinada.
- el tercer grupo defiende la idea antes recogida por la escuela italiana de que los regímenes existen en
todas las áreas de las relaciones internacionales, incluso en aquellas en las que hay mayor rivalidad
entre potencias, tradicionalmente consideradas como claros ejemplos de anarquía. → , el termino de
régimen es utilizado de manera puramente descriptiva para agrupar una serie de comportamientos
estatales en un campo concreto de actividad aplicándose, como han hecho algunos autores, a
fenómenos tales como el colonialismo, el Concierto Europeo del siglo XIX o la disuasión nuclear.

Estudio neorealista del mar

→ la teoría de regímenes ha sido ampliamente aplicada a lo largo de los años 70 al estudio del mar.


El análisis est6 dividido en tres periodos (1920-1945; 1946-1967 y 1967-1975) que se justifican asi:
ccen el medio siglo que sigue a la Primera Guerra Mundial, el principio de la libertad de los mares ha
declinado desde el status de un régimen al cual se adheria la practica totalidad de los estados
relevantes (hasta 1945) a un régimen casi fuerte al que se adheria en principio la mayor parte de
estados, pero existian desafios importantes (1946-1966) y finalmente, a un régimen casi débil en el que
los desafios son tan grandes que el status de las reglas se ha puesto en duda (desde 1967) (...)El
principio de la libertad de los mares ha sufrido una erosión gradual haciendo la identificación de 10s
periodos del régimen un tanto arbitraria. Sin embargo, dos momentos decisivos -la Declaración Truman
y el discurso de Pardo - son suficientes para permitirnos identificar los tres periodos del régimen).

→ Complejidad e interdependencia serian, por tanto, dos conceptos que podrían aplicarse, a partir de la nueva
conciencia existente, al mar como campo de actividad. Ese es el objetivo de Keohane y Nye: elaborar para el

76
estudio de los océanos un modelo alternativo al generado por los realistas clásicos, centrado en la utilización militar
del mar por parte de las grandes potencias.

Aplicación del modelo de interdependencia compleja al estudio del mar

→ Para explicar la evolución sufrida por el régimen de los océanos -dividida, como se ha visto, en tres periodos -
Keohane y Nye han aplicado cuatro modelos sucesivos de interpretación, denominados: modelo del proceso
económico, modelo de la estructura global, modelo de la estructura funcional y modelo de la organización
internacional.

1. Según el modelo del proceso económico, el cambio de régimen consiste en una reacción ante
innovaciones económicas y tecnológicas.

2. El modelo de la estructura global reposa sobre la premisa de que el fuerte hace las reglas. De este
modo, el cambio de régimen estará determinado por la distribución del poder militar en el sistema
internacional.

3. El modelo de la estructura funcional reposa sobre la misma premisa que el anterior, pero en este
caso lo importante es la capacidad no a nivel global, sino dentro del campo de actividad.

4. De ahí que necesite un cuarto modelo, útil para explicar esa incongruencia a partir de componentes
del propio régimen. Se trata del modelo de la organización internacional, que explica la evolución del
régimen a través de los cambios operados en las normas y en los procesos organizativos de la política
mundial.

→ Asi, en el caso del régimen de libertad de los mares, la erosión se ha debido a las normas y a 10s procesos
politicos generados en Naciones Unidas. De tal modo que a partir del proceso iniciado por la Asamblea General
para celebrar una Conferencia sobre Derecho del Mar (las cuestiones de 10s océanos fueron determinadas tanto por
los procedimientos organizativos igualitarios y por la confrontación entre naciones ricas y naciones pobres como
por la potencia naval.

Consideraciones finales

En el primer caso, el del modelo complejo, se debe criticar el análisis de estos autores porque al igual que el realista
es parcial y simple. Asi, cuando Keohane y Nye exponen su modelo de la organización internacional para explicar
la evolución del régimen del mar desde 1967 olvidan el tema de las flotas militares, como si se tratara de un factor
ajeno al uso de los mares en tiempo de paz (supuesto de su análisis). → la influencia de las superpotencias en la
utilización militar es simplista quedando reducida al uso posterior de la fuerza caso de que los acuerdos no
convengan a sus intereses.

En el segundo caso, se entra en un tema que conecta con la actualidad política, antes anunciada: la
cuestión de la hegemonía americana. En su análisis sobre la evolución del régimen del mar Keohane y
Nye destacan la erosión que sufre, a partir del desafio del Nuevo Orden Económico Internacional, el
status)internacional de los grandes estados democráticos industrializados (especialmente Estados
Unidos) durante la Conferencia sobre el Derecho del Mar.

77
En este caso, al igual que en el anterior, los autores llevan a cabo un análisis parcial. Análisis reducido
al terreno de los principios que no toma en consideración las realidades económicas derivadas a
posteriori de las demandas de los paises del Tercer Mundo que, en muchos casos, han favorecido más
a los grandes estados industrializados que a los propios impulsores de las demandas como ha ocurrido
con la explotación de los recursos en la zona económica exclusiva.

VIDEO: Cooperación, instituciones y regimenes internacionales

Sistema Internacional Interacciones sistemáticas, permanentes

Sociedad Internacional Objetivos sociales, instituciones, socialización

Sociedad Mundial Trasciende estados, humanidad

Sistema internacional → implica que hay unidades que interactuan de manera sistematica y permanente. Estados
que tienen relaciones e interacciones permanentes. → Estos estados tienen objetivos sociales y crean instituciones,
y hay un proceso de socialización, este proceso de socialización implica incorporar estandares de conducta.

El nivel de la sociedad mundial → trasciendo a los estados, es la humanidad como conjunto.

La sociedad internacional se vincula con la sociedad mundial porque las sociedades presionan para
que los Estados generen y cumplan normas. (elemento de presión).

¿Cómo se organiza nuestro mundo? → hay que entender que detrás de estas formas que tienen los Estados de
vincularse, hay una distribución de poder, no funciona “en el aire”, hay asimetrías. Los Estados cooperan pero esa
cooperación se da en relaciones asimétricas.
3 ELEMENTOS:
1) Cooperación: punto intermedio entre armonía de intereses y discordia. ACCIÓN POLÍTICA. → la
cooperación es una acción política p/articular políticas, para generar algún tipo de coordinación de
políticas.

2) Instituciones: patrones regulares de conducta (derecho internacional, balance de poder, guerra). →


los Estados van regulando sus interacciones.

3) Regímenes internacionales → (definición clásica → conjunto implícito o explícito de: Principios:


creencia sobre hechos, causalidad y rectitud (soberanía, reciprocidad, etc) - Normas:
estándares de conducta definidos como derechos y obligaciones (respeto a la autoridad
estatal) - Reglas: prescripciones y proscripciones específicas para la acción (no
intervención) - Procedimientos de toma de decisiones: prácticas predominantes para
crear e implementar opciones colectivas. …. En torno a los cuales convergen las
expectativas de los Estados en un área determinada de las RRII.

Los regímenes regulan un área particular.

78
¿Por qué se crean regímenes internacionales?

Liberales
No es posible mantener un patrón de conductas internacionales, sin crear un régimen.
Los regímenes facilitan información y ofrecen previsibilidad
Los estados se “autolimitan” en búsqueda de ganancias absolutas.

Realistas
En un sistema anárquico, son creados por los estados para maximizar sus beneficios bajo ciertas
condiciones que restringen la posibilidad de asegurarlas mediante la acción individual

Teorías críticas
Oscurecen relaciones económicas y de poder y constituyen elementos de dominación.

Constructivismo
Socialización. Persistencia de creencias: influencia de determinadas (...) Aprendizaje institucional.

79
Función Motivación Fortaleza/
Permanencia

Funcionalistas Reducen Interés: evitar efectos Costos de inversión


incertidumbre sub-óptimos política
(aumentan la (ganancias absolutas)
transparencia,
proveen información)

Estructuralistas Aseguran posiciones Poder: ganancias Hegemonía/balance


de poder relativas de poder

Cognitivistas Aprendizaje Creencias sobre Persistencia de


institucional causalidad creencias influencia
de determinadas CE.

¿Qué hay detrás de los regímenes? → El concepto de Orden Internacional (Robert Cox).
Se trata de una configuración particular de capacidades materiales, ideas e instituciones que resulta
hegemónica en un determinado momento histórico.

Capacidades materiales: “En su forma dinámica existen como capacidades tecnológicas y


organizativas y en sus formas acumuladas como recursos naturales que pueden ser transformados con
tecnología, stocks de equipamiento (x ej: industrias y armamentos) y la riqueza de que se pueda
disponer.”

Ideas: Un primer conjunto son: “pensamientos intersubjetivos o nociones compartidas de la naturaleza


de las relaciones sociales que tienden a perpetuar hábitos y expectativas de conducta”.
Un segundo conjunto:”imágenes colectivas del orden social que tienen diferentes grupos…” los cuales
pueden ser diversas y opuestas dentro de una misma estructura, representando por ello alternativas al
orden prevaleciente.

Instituciones: amalgama de ideas y poder material, que a su vez, influencian e desarrollo de ideas y
capacidades materiales”.

Notas de estudio en base al texto de Hasenclever, Mayer y Rittberger: “Integrating theories of


international regimes”

→ los autores recurren a una definición clásica de Stephen Krasner y generalmente aceptada en el campo de las
Relaciones Internacionales acerca de los regímenes:
“conjunto de principios, normas, reglas y procedimientos de toma de decisión en torno a los cuales
convergen las expectativas de los actores en un área dada de las relaciones internacionales”

→ principios, normas reglas y procedimientos son los elementos que definen el contenido de un régimen, y en este
orden van desde un nivel más abstracto (principios) a otro más concreto (los procedimientos), pasando en medio
por las normas (derechos y obligaciones) y reglas (lo que se puede o no se puede hacer al partir de las normas). Los
cuatro elementos están en relación y se entrelazan a partir del primer componente.

80
Los regímenes son “un tipo de institución internacional”, esto es una institución organizada en torno a
los elementos mencionados.

Son “deliberadamente construidos” por los estados: implican que hay intereses que motivan su
establecimiento y un proceso de negociación para definir sus contenidos.

Son “órdenes internacionales parciales”, de escala global o regional: no construyen ninguna especie de
gobierno mundial, sino que están limitados a regular ciertas áreas (el comercio, la seguridad, la
proliferación nuclear, la protección del ambiente, la cooperación al desarrollo).

Buscan “sacar a ciertas áreas temáticas específicas del ámbito de un comportamiento basado en la
auto-ayuda”: si el sistema internacional no tiene una autoridad central, se presupone que los estados
deben proveerse seguridad y bienestar por sí mismos (“auto-ayuda”). Los regímenes mueven a los
estados hacia un espacio de cooperación, donde acuerdan normas, reglas y procedimientos.

Los regímenes crean “expectativas compartidas acerca de conductas apropiadas”: una vez que su
contenido fue acordado, todos esperan que los otros cumplan.

Aumentan el nivel de transparencia en el área temática (las reglas y procedimientos implican que los
países informen sobre lo que hacen).
Estos dos últimos elementos, mueven a los estados a cooperar para obtener ganancias colectivas
(“absolutas”) en forma de seguridad y bienestar adicional

Los autores toman 3 escuelas de pensamiento que han dado forma a la discusión sobre los regímenes
internacionales → 1) Neoliberalismo 2) Neorrealismo 3) Cognitivismo.

Las 2 primeras escuelas comparten un enfoque “racionalista”, es decir que observan la conducta de los
actores en base a cálculos de costos y beneficios: los actores definen sus preferencias de forma
racional, eligiendo lo que más les conviene en términos de lo que pueden ganar o perder de acuerdo al
contexto. El cognitivismo, en cambio, analiza la conducta no a partir de condiciones dadas u objetivas
que dan información completa a los estados, sino a partir de ideas y creencias.

Neoliberalismo
Neorrealismo
Cognitivismo
Las relaciones internacionales no son puro conflicto.
Los estados cooperan y lo hacen para reducir la incertidumbre sobre la conducta de los otros: si se
acuerdan normas y reglas se espera que actúen en torno a ellas, y por tanto los regímenes cumplen la
función de aumentar la certidumbre.

los neoliberales, asumen que los estados tienen intereses, pero que los regímenes los ayudan a
coordinar sus conductas para evitar resultados colectivos que no serían óptimos (sub-óptimos) desde
una opción racional.

81
Una vez creado un régimen, los estados enfrentan costos reputacionales si no lo cumplen. Los
regímenes no son fáciles de crear e implican negociaciones y cesiones, por lo tanto, son una inversión
política que se valora.
el poder juega un rol central para comprender cómo se establecen y se mantiene un régimen. Desde
esta corriente, se propone la teoría de la estabilidad hegemónica, que sostiene que los regímenes son
provistos por un actor dominante o hegemónico que lidera su establecimiento y presiona para su
cumplimiento.

la existencia de los regímenes depende de que un poder dominante, los sostenga. Aceptan, sin
embargo, que terminada una hegemonía, algunos regímenes puedan permanecer por inercia, hábito o
temor a mayor inestabilidad.

se destaca que los estados tienen en cuenta no sólo las ganancias absolutas (aquellas que se producen
para el conjunto de estados), sino las ganancias relativas: los estados se abstienen de crear un régimen
cuando perciben que otro estado puede obtener mayores ventajas.
Esta escuela critica a las dos anteriores por tratar las preferencias o intereses de los estados y sus
opciones como algo dado y exógeno, es decir como hechos que son asumidos u observados, pero que
no se analizan teóricamente.

2 tipos de cognitivistas:
Débiles: aquellos que se focalizan en analizar las ideas causales acerca de qué lleva a la construcción y
cambio de un régimen. Analizan la influencia que tiene en conocimiento y las ideas, apelando a la
noción de “comunidades epistémicas”, esto es grupos de individuos que comparten creencias e ideas
sobre causalidades y tienen capacidad de incidir en la toma de decisiones.

Fuertes (reflectivistas/constructivistas: destacan el carácter social de las relaciones internacionales y el


hecho de que los estados son moldeados por instituciones internacionales -entendidas aquí sí como
patrones regulares de conducta-, en los cuales los estados se van socializando en sus interacciones.
Estos patrones inciden en cómo los estados definen quienes son”, sus identidades y la de los otros.

Para los autores es posible una integración entre neoliberales, neorrealistas y cognitivistas débiles (no así con los
cognitivistas fuertes, pues éstos tienen una visión muy diferente de la naturaleza de los estados y de las relaciones
internacionales y no comparten los supuestos racionalistas). → Lo que posibilita esta integración es que se analice
el contexto en el cual un régimen se crea y opera.

→ En cuanto a la forma de integrar el cognitivismo débil –no el fuerte, pues se opone a los supuestos racionalistas-,
los autores proponen hacerlo considerando un proceso como vínculos de una cadena causal.

Notas de clase: 23/04/2021

(mix de la clase 5 y la clase 6)

la clase de la semana que viene es la 7.

Instituciones, regímenes internacionales y gobernanza.

82
- Reflexión y debates sobre las instituciones y regímenes internacionales
- Su aplicabilidad a la conceptualización y análisis de la CI.
- Breve historia del Régimen de CID

Capítulo 3 - Principales actores del sistema de cooperación al desarrollo

El sistema de cooperación al desarrollo está constituido por actores de diversa índole y funciones,
coexistiendo organismos públicos y privados, generalistas y especializados, de diversos países y con
distintas formas y estrategias de acción. De manera general, cabe distinguir entre instituciones de
cooperación al desarrollo públicas y privadas.
Entre las primeras están fundamentalmente las instituciones multilaterales, los gobiernos de los países
donantes y receptores, las administraciones públicas descentralizadas (regionales y locales) y las
universidades. Dentro de las entidades privadas de cooperación al desarrollo se pueden distinguir las
que tiene fines lucrativos (como las empresas) y las que carecen de fines lucrativos, como las
organizaciones no gubernamentales de desarrollo (ONGD) y otros colectivos sociales (sindicatos,
organizaciones de base, comités de solidaridad, etc.).

Actores Públicos Actores privados

Organismos multilaterales, de carácter no ONGD (Asociaciones y Fundaciones)


financiero (vinculados al sist. de NNUU y
CAD), de carácter financiero (Bancos de Empresas privadas
Desarrollo y FMI) y Unión Europea.
Sindicatos y otros colectivos sociales
Admin General del Estado (AGE): Ministerios,
Agencias de Cooperación, otros.

Administración descentralizada: autonómica y


local.

Universidades públicas

→ instituciones multilaterales (integradas por varios países) que ejecutan cooperación al desarrollo, bien con sus
propios recursos o con fondos entregados por los países miembros para programas concretos, (...) → las principales
instituciones multilaterales financieras representadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI),
el banco Mundial (bM) y los bancos Regionales de Desarrollo (BRD).

→ Instituciones multilaterales no financieras: principales agencias especializadas del sistema de Naciones Unidas
(PNUD, FAO, ACNUR, OIT, UNESCO, UNICEF, etc.), así como por el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y por la Unión Europea, que a través de

83
la Dirección General de Desarrollo y Cooperación (EuropeAid) y la Dirección General de Ayuda Humanitaria y
Protección Civil (ECHO) gestiona los programas europeos de ayuda exterior.

Instituciones multilaterales financieras

Origen de las instituciones multilaterales financieras

Son organizaciones internacionales de carácter sectorial que se establecieron con dos objetivos
principales.
1) El primero de ellos, coordinar las políticas económico-financieras de los distintos
países miembros, y
2) el segundo, el uso de recursos comunes para impulsar el desarrollo en los países en
vías de desarrollo.

Instituciones financieras más relevantes → son las llevadas a cabo en el complejo hotelero Bretton Woods en
EEUU → donde se establecieron las nuevas reglas para las relaciones comerciales y financieras internacionales,
que finalmente se conocieron con el nombre de “Acuerdos de Bretton Woods”. → El propósito de esta
Conferencia era el de asegurar la estabilidad de los cambios, fomentar el crecimiento de la economía, abrir los
mercados y poner fin al proteccionismo del periodo anterior (desde 1914-1945). En esta Conferencia, se acordó
también la creación del Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo, más conocido como banco
Mundial (bM), y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que finalmente se constituyeron sólo a finales de 1945.

El FMI

Durante el periodo comprendido entre las dos guerras mundiales, los intercambios comerciales
internacionales se vieron desfavorablemente afectados por el desorden monetario. Por este motivo, en
la Conferencia de Bretton Woods se tomó la decisión de crear el Fondo Monetario Internacional, cuyo
tratado constitutivo entró en vigor en 1945.

Propósitos del FMI: 1) Promover la cooperación monetaria internacional 2) facilitar la expansión y el


crecimiento equilibrado del comercio internacional 3) promover la estabilidad de los cambios 4) ayudar a
establecer un sistema multilateral de pagos → p/cumplir con esto: el FMI ejerce funciones de control,
reglamentación y actividades financieras.

→ Sus políticas han sido muy cuestionadas como causantes de regresiones en la distribución de la riqueza,
especialmente en lo que atañe a los condicionamientos que el Fondo impone a los países en vías de desarrollo para
el pago de la deuda o para otorgar nuevos préstamos. → En concreto, las críticas más comunes al FMI están
dirigidas en gran medida a sus controvertidas políticas en pro de la liberalización de los mercados y la privatización
de los servicios, que según algunos expertos conllevaron (y siguen conllevando) a la consecuente destrucción de los
estados sociales que garantizaban condiciones mínimas de bienestar para todos los ciudadanos de muchos países.

→ En el FMI, c/país tiene un determinado poder de voto dentro del organismo, dependiendo del tamaño de su
economía (PIB), cuenta corriente, reservas internacionales y otras variables económicas.

→ Algunas condiciones clave del Fondo Monetario Internacional, como el aumento de las tasas de interés, la
restricción del crédito, el recorte de gastos gubernamentales y la contracción inducida de la economía, fueron
diseñadas para países (en especial de América Latina) que enfrentaban problemas como altos déficit presupuestales

84
y enormes deudas externas originadas en el sector público. Sin embargo, estas recetas se aplicaron de manera
universal incluso en regiones como la asiática que enfrentaba problemas económicos de diferente naturaleza.

El grupo del Banco Mundial (BM)

El Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo, también denominado Banco Mundial, fue creado
junto al Fondo Monetario Internacional en la Conferencia de Bretton Woods, con la finalidad de
contribuir a la reconstrucción del territorio de los Estados miembros, incluida la rehabilitación de las
economías destruidas por la II Guerra Mundial. Si bien en sus primeros años, su actividad se centró en
la obra de reconstrucción de las economías europeas y japonesa, su más importante actividad en el
presente es la asistencia a los países en vías de desarrollo.

→ Sus operaciones consisten principalmente en garantizar o conceder préstamos, y/o participar


en su concesión. Estos préstamos están regidos por el Derecho Internacional y sujetos a registro en la
Secretaría de las Naciones Unidas. También ofrece asesoramiento y ayuda técnica.

→ Desde su creación, el Banco Mundial ha ido ampliando sus funciones y aglutinando otras instituciones, dando
lugar a lo que hoy se conoce como el Grupo del Banco Mundial, una organización compleja que abarca cinco
instituciones:
1) Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento
2) La Corporación Financiera Internacional
3) La Asociación Internacional de Fomento
4) Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a las Inversiones
5) El Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones

Los Bancos Regionales de Desarrollo

La necesidad de abordar los problemas de desarrollo de determinadas zonas geográficas, junto con la
escasez de recursos financieros para hacer frente a las necesidades sociales y del sector rural y la
propia dificultad de llevar la financiación del Banco Mundial a todas las regiones fueron algunos de los
factores que impulsaron el establecimiento de instituciones de desarrollo de carácter regional. Así
surgieron los bancos Regionales de Desarrollo (bRD), instituciones sin fines de lucro, con estructura y
funciones similares a las del BM, pero con carácter regional.

85
→ Los Bancos Regionales de Desarrollo financian proyectos y programas exclusivamente en los países miembros
de su región, y tienen como objetivo primordial la lucha contra la pobreza y el fomento de un desarrollo económico
y social sostenible.

→ estas instituciones cumplen un papel fundamental en el financiamiento para el desarrollo y ocupan un espacio
que no cubren adecuadamente instituciones mundiales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional,
ni mucho menos las entidades financieras del sector privado.

Los Bancos Regionales de Desarrollo cumplen 3 funciones principales:


1) Movilización de recursos financieros que suministran a los países en desarrollo
mediante préstamos ordinarios y en condiciones concesionarias
2) Creación de capacidad, desarrollo industrial y transmisión de conocimientos, por
medio de asistencia técnica, donaciones, divulgación de buenas prácticas y respaldo a la
investigación.
3) Ayuda p/promocionar bienes públicos regionales y globales que las instituciones
nacionales no pueden proveer en su totalidad.

Instituciones multilaterales NO financieras

→ El sistema de Naciones Unidas de cooperación y ayuda al desarrollo


Entre las instituciones multilaterales no financieras, la más relevante es la Organización de las Naciones
Unidas (ONU).

→ Desde su creación, las Naciones Unidas se caracterizaron como una organización de gobierno global que
sucede idealmente a la Sociedad de Naciones y se orientaron a facilitar la cooperación entre los países
asociados en asuntos como la salvaguardia del derecho internacional, la promoción y la tutela de los
derechos humanos, la preservación de la paz y la seguridad internacional, el fomento del desarrollo
económico y social, y el suministro de asistencia humanitaria a las poblaciones necesitadas, sean
desplazados por guerra, o afectados por otros desastres.

La cooperación al desarrollo de la UE

La Unión Europea (UE) es el principal donante mundial de ayuda pública al desarrollo y de ayuda
humanitaria. Europa aporta aproximadamente la mitad de la AOD mundial destinada a la cooperación y,
para un buen número de países, es su primer socio comercial.

→ os principios comunes que rigen las actividades de cooperación al desarrollo europea son:
• La participación y el compromiso de todas las partes
• El diálogo político en profundidad
• La participación de la sociedad civil
• La igualdad entre hombres y mujeres
• El compromiso constante para prevenir la fragilidad de los Estados

86
La cooperación al desarrollo bilateral

Una manera de analizar los flujos de ayuda al desarrollo es a partir del tanto por ciento del PIb que los
países destinan a tal fin.

la cooperación bilateral es aquella en la que los gobiernos donantes canalizan sus fondos de
cooperación al desarrollo directamente hacia los receptores, sean éstos los gobiernos de los países
receptores u otras organizaciones (Alfonso Dubois). La cooperación bilateral suele canalizarse a través
de las agencias de cooperación de los países donantes.

→ Organizaciones no Gubernamentales de Desarrollo (ONGD)


Las Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo (ONGD) conforman hoy en día uno de los
actores más relevantes del sistema de cooperación para el desarrollo. Las ONGD forman parte del
llamado tercer sector o sector no lucrativo; más concretamente participan, sin agotarlo, del movimiento
asociativo voluntario de la sociedad civil.

→ En cuanto a su origen y evolución encontramos que las primeras ONGD denominadas de “primera
generación” surgieron en los años ‘50. Las mismas se clasificaban en tres grandes grupos:
confesionales, laicas y políticas. Las primeras se caracterizan por su cercanía con las iglesias (católica,
protestantes, etc.) y por sus vínculos con las misiones religiosas que ya operaban en los países en vías

87
de desarrollo. Las ONG laicas proponen un planteamiento ético-civil sobre los derechos humanos de
todas las personas y defienden los principios humanitarios y universales que se encuentran en los
primeros documentos de las Naciones Unidas. Finalmente, las ONG políticas se caracterizan por su
estrecha vinculación con partidos políticos y sindicatos del Norte y por su apoyo directo a los
movimientos de descolonización en los países del Sur. Estas primeras ONGD estaban impregnadas por
grandes dosis de asistencialismo en sus acciones.

→ En la década de los ́60 surgieron las llamadas ONGD de “segunda generación”, que se caracterizaban por un
enfoque más crítico y menos asistencialista a la cooperación. “Una de las aportaciones más importantes de las
ONGD en esta década fue, sin duda, su labor social como impulsoras de valores tales como la conciencia crítica, la
preocupación por el desarrollo integral y la voluntad de constituir una alternativa real para la solución de muchos
de los graves problemas de las sociedades del Sur” (Unceta y Yoldi 2000: 43).

→ En los años 70, las ONGD se fueron consolidando, tanto en los países industrializados como en los países en
desarrollo, y sus enfoques novedosos empezaron a ser conocidos y apreciados internacionalmente. En los años ’80
y ‘90, las ONGD aumentaron su prestigio, así como sus enfoques innovadores se fueron consolidando día tras día.
Entre ellos, se destacan el partenariado38 formado entre actores del Norte y del Sur, una concepción participativa
del desarrollo, con la prioridad asignada a la formación y la creación de capacidades en las organizaciones de base
de los países en desarrollo.

→ La última etapa, desde el 2000 hasta la actualidad, está marcada en el plano internacional por
la Declaración del Milenio y las declaraciones emanadas de la Agenda de Eficacia de la Ayuda,
que establecen nuevos paradigmas de desarrollo hacia los que las ONGD tienen que orientar sus
modelos de cooperación.
En las últimas décadas han aparecido las ONGD de “tercera” y “cuarta generación”, caracterizadas
estas últimas por una visión de la problemática del desarrollo más interdependiente, que dirigen sus
acciones hacia la denuncia causal y la presión política.

88
→ Gobiernos Descentralizados
Los gobiernos descentralizados o administraciones locales(municipios,provincias,regiones y otras
denominaciones según los países) han ido cobrando un protagonismo creciente en la escena
internacional en las últimas dos décadas. Según I. Martínez (2012), procesos como la globalización,
caracterizada por una redefinición del poder y de su anclaje territorial [...], la descentralización política y
administrativa acontecida en buena parte de los Estados nacionales o la emergencia de una sociedad
civil global (Kaldor, 2003), han situado a los gobiernos descentralizados en un nuevo espacio en las
relaciones internacionales. Paralelamente, las dinámicas y desafíos resultantes del proceso de
globalización han demandado una participación cada vez más intensa de estos actores. De esta
manera, los procesos de gobernanza multinivel y la provisión de bienes y servicios a escala global –los
denominados “Bienes Públicos Globales”– dependen hoy en día en buena medida de la participación de
los gobiernos descentralizados.

→ Una de las manifestaciones más visibles de este fenómeno se expresa en el auge de la denominada
cooperación descentralizada, que en sentido estricto es aquella impulsada por las administraciones
locales y orientada a favorecer procesos de desarrollo basados en el territorio y en el dinamismo de sus
actores políticos, sociales y económicos. Se trata de un enfoque de cooperación caracterizado por la
descentralización de iniciativas y la incorporación de nuevos actores.

→ Las empresas son un actor cada vez más relevante en el marco de la cooperación al desarrollo.
Paulatinamente, ha ido ganando peso la idea de que la intervención coordinada del sector público, las
ONGD y las empresas constituye la mejor manera de garantizar la eficacia de la cooperación. Este tipo
de asociaciones se denominan alianzas público- privadas para el desarrollo.

89
Tres grandes ámbitos en los que las empresas pueden desplegar su participación en la política de
cooperación al desarrollo:
1) suministro de ByS
2) Programas de Cooperación
3) Donaciones
Historia y tendencias de la Cooperación Internacional al Desarrollo: la construcción de un
régimen - Valeria Pattacini

Objetivo ppal del artículo → la elaboración de un "estado del arte" de la cooperación internacional, principalmente
la ligada a la ayuda oficial al desarrollo.

→ las transformaciones en el régimen de cooperación internacional para el desarrollo deben decodificarse en la


imbricación entre los acontecimientos y las ideas, entre la historia y las teorías. Deben interpretarse a partir de una
lectura compleja que ponga en relación los resultados, no siempre exitosos, de las políticas implementadas en
términos de impacto y sostenibilidad, las transformaciones en el contexto internacional y en el espacio geográfico
de ejecución de las políticas; así como los aciertos y limitaciones explicativas de las teorías.

→ para bosquejar el estado del arte de la cooperación internacional, se partirá del concepto de régimen
internacional que permite describir y explicar su genealogía y desarrollo.

Marco teórico - conceptual de la cooperación internacional

→ partiremos de la definición que afirma que la cooperación internacional comprende todo tipo de
actividades realizadas conjunta y coordinadamente por dos o más Estados, organismos
gubernamentales o no gubernamentales, organizaciones internacionales, entre otros; cualquiera
sea su ámbito y objetivo. → No obstante esta amplia definición, mayoritariamente la cooperación
internacional fue sinónimo de cooperación intergubernamental y esto es a su vez, de
“coordinación de políticas”; es decir, de la adaptación mutua de políticas que los gobiernos realizan
con el fin de reducir, eludir o balancear las consecuencias adversas de alguna decisión del otro que lo
afectaba.

→ La relación entre los Estados, fue el foco con el que los teóricos de las relaciones
internacionales han conceptualizado y discutido la cooperación internacional. → en la corta historia
de la disciplina hubo muy pocos intercambios entre las teorizaciones realistas dominantes y las corrientes herederas
de la tradición liberal; los neorrealistas y neoliberales han desarrollado puntos en común, especialmente desde el
surgimiento de los enfoques antiracionalistas, o reflectivistas (teoría crítica, postmodernismo y feminismo) que de
algún modo han posibilitado el acercamiento entre ambas posturas “racionalistas”.

→ A partir del diálogo entre los discípulos del liberalismo, y los “neorrealistas”, se ha aceptado que pese a
las presunciones hobbesianas/pesimistas sobre los intereses e intenciones de los Estados,
pueden identificarse condiciones bajo las cuáles dichos actores encuentran no solo posible sino
también benéfico cooperar con los otros a pesar de la anarquía (falta de gobierno).

→ Realistas (estados en situación de anarquía y motivados, ante todo, por la búsqueda de poder) ≠ liberales
(posibilidad de cooperación) (distanciándose - no totalmente - del optimismo del liberalismo clásico).

90
→ El análisis de los argumentos del debate indica que en general las posturas no son antagónicas. Por el contrario,
ambas escuelas reconocen que ciertos factores, como la estructura del sistema, la valoración de los beneficios y los
intereses así como el rol de las instituciones y los regímenes inciden en la estructuración de la cooperación. La
diferencia fundamental, radica en el peso otorgado a cada variable.

- P/los neorrealistas, la cooperación internacional es + dependiente de las relaciones de


poder de los estados y por lo tanto + difícil de conseguir y de sostener que lo que los
neoliberales sostienen.
- Los neoliberales sostienen que en general prevalecerá el deseo de obtener beneficios
absolutos, aunque reconocen que en determinadas condiciones la cooperación se puede
ver impedida o dificultada por la preocupación de los estados por los beneficios relativos.

La pregunta: “Bajo qué condiciones los Estados emprenden una cooperación mutuamente beneficiosa
para preservar su poder y status relativos?” → la búsqueda de de esta respuesta ha definido: el tema
principal del diálogo neorrealismo-neoliberalismo; esto es si las instituciones internacionales, un
concepto amplio que incluye a todas las modalidades de cooperación internacional formales e
informales, pueden o no compensar los efectos de la anarquía.

Keohane → ¿Cómo consideraran los actores sus propios intereses e intenciones en relación con los
demás? ¿En que grado son sus intereses independientes de los demás y en qué grado son
interdependientes del bienestar ajeno?
Según el autor, hay 4 situaciones:
1) Indiferencia al bienestar ajeno: un mundo totalmente hobbesiano, en el cual los actores
no tienen relación entre sí. Pero en el sist. interestatal sabemos que las relaciones entre
los Estados son persistentes y continuas.
2) Intereses instrumentalmente interdependientes: esta situación se da en el caso en el
que los actores pueden estar interesados en el bienestar ajeno en tanto los otros puedan
emprender acciones que los afecten. (EJ: flujos de ayuda para programas destinados a
evitar la migración).
3) Intereses situacionalmente interdependientes: los actores en este caso pueden
interesarse en el bienestar ajeno porque las mejoras en el bienestar de los otros redunda
en su propio beneficio. Esta situación se da incluso en actores con tendencias egoístas (Ej:
flujos de ayuda p/impulsar intereses comerciales).
4) Relaciones de interdependencia empática: los actores valoran positivamente los
beneficios recibidos por los otros, por lo tanto los otorgan, los fomentan o no los limitan.
(Ej: flujos de ayuda no condicionada p/fomentar las capacidades nacionales).

Es dentro de este marco donde se juegan relaciones e intereses que pueden comprenderse dentro de
los regimenes de cooperación.

Regímenes internacionales → (definición de Krasner) = Los regímenes internacionales son


principios, normas, reglas y procedimientos de toma de decisión en el cual convergen las
expectativas de los actores. Los principios son un conjunto coherente de afirmaciones teóricas acerca
de cómo funciona el mundo. Las normas especifican los estándares generales de conducta. Las reglas
y procedimientos de toma de decisión se refieren a las prescripciones específicas de conducta en las
áreas claramente definidas.

91
→ Los adherentes al paradigma neorrealista asumen que → las políticas de ayuda al desarrollo son
direccionadas principalmente por los intereses estratégicos de Estados egoístas. → De acuerdo con este
punto de vista las relaciones internacionales son conducidas en un medio caracterizado por el estado de naturaleza
hobbesiano en el cual la seguridad nacional (en sus dimensiones económicas-políticas y militares) y el auto-interés
son los objetivos primarios. = las políticas de ayuda externa son un instrumento al servicio del interés
nacional y se rigen de acuerdo a los parámetros de las capacidades nacionales. → los
neorrealistas dan una gran importancia a la dimensión económica dentro del interés nacional (...).

→ La corriente neoliberal trata de mostra, que + allá de los preconceptos pesimistas sobre los intereses
y las intenciones de los Estados, pueden identificarse ciertas condiciones bajo las cuales los estados
encuentren beneficios en las acciones de cooperación, y estas acciones encuentran su ámbito más
adecuado en el marco de las instituciones internacionales, que no implican la posibilidad de un gobierno
mundial, sino que solo tienen el poder que los mismos estados acuerdan en otorgarles.

→ A pesar de las diferencias de enfoque para ambos existen espacios para la cooperación interestatal
(aunque de disímil peso específico), y los regímenes internacionales son un instrumento idóneo para
su construcción ya que facilitan la comunicación, la coordinación de políticas y constituyen, por ende, un
modo de cooperar en el marco de un sistema anárquico.

→ En principio, los regímenes internacionales tienen las siguientes funciones: Definen los derechos de
propiedad básicos, establecen esquemas de conducta aceptables, coordinan la toma de decisión y
principalmente posibilitan a los actores escapar de situaciones en las que la toma de decisiones
individual conduce a resultados Pareto subótimos.

Génesis, desarrollo histórico y características principales del régimen de cooperación


internacional al desarrollo

→ Antes de 1945 las políticas de ayuda no existían como tales.

→ La aparición de la ayuda al desarrollo y su actual fisonomía son el resultado de las dinámicas


históricas que han dado forma al sistema internacional contemporáneo: En primer lugar, la
confrontación Este-Oeste y el bipolarismo. En segundo lugar, las dinámicas de la globalización
principalmente la paulatina integración de la economía mundial.

→ debe mencionarse que desde los inicios la cooperación internacional, estuvo relacionada con la
búsqueda de la superación del conflicto (luego de las experiencias devastadoras de las guerras
mundiales), la lucha contra la pobreza, la discriminación, y las desigualdades en general. La idea sobre
“lo que debía ser” la cooperación internacional surge entonces teñida de un marcado tinte humanista y
solidario; y de esta manera es interpretado en las cartas orgánicas de las organizaciones
internacionales y regionales que surgen en la inmediata posguerra (ONU, UNESCO, UNICEF, CEE).

Segunda posguerra y la década del 50: las primeras bases

→ Los cimientos del actual régimen de cooperación internacional radican en las instituciones
originadas durante y posteriormente a la 2 o Guerra Mundial. La lógica de la nueva distribución de
poder emergente se vio plasmada en las acciones de cooperación. La emergencia de la división bipolar
de la estructura del sistema internacional, y por ende la confrontación interbloque determinó las políticas
de ayuda al desarrollo.

92
→ la primera "institución" de posguerra de importancia fue el Plan Marshall13, ideado por el Secretario de Estado,
George Marshall, en 1947 durante la presidencia de Harry Truman. Este plan combinó un flujo masivo de ayuda
desde Estados Unidos a los países europeos con una estrategia de reconstrucción. → el gobierno yankee invitó a las
naciones europeas a proponer el programa de reconstrucción, por su parte EEUU entregaría materias primas,
productos y capitales en forma de créditos y donaciones. → Este es uno de los pocos casos en los que las
partes rompen la lógica donante-recipiendario y consensúan en gran medida, las implicancias de la
política de cooperación.

→ Este Plan fue revolucionario en un cierto sentido. Los Estados Unidos usaron sus recursos
económicos para fortalecer y reconstruir la economía europea, y esta favoreció en gran mediada
los intereses norteamericanos, ya que posibilitó el restablecimiento del mercado mundial, del
cual EEUU era el mayor beneficiario. → interés situacionalmente interdependiente

al año siguiente surge la primer reunión europea “pro marshall” → en donde los países participantes constituyen la
OECE16, Organización Europea de Cooperación Económica, que es la antecesora de la actual Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Con ella empieza a constituirse otros de los pilares del
actual régimen de cooperación al desarrollo.

→ La intensificación de la Guerra Fría le dio una orientación política y geoestratégica a la ayuda,


y ya durante la década del ‘50 podremos perfectamente establecer una clasificación de las
intenciones basadas en el autointerés de las líneas de cooperación según se enmarcaran en la
confrontación Este- Oeste17 que caracterizaba la dinámica del sistema internacional, pero en esta
década también se perciben acciones que se enmarcan en la lógica Norte- Sur, dinamizada por los
procesos de descolonización y basada mayoritariamente en intereses empáticamente
interdependientes.

→ Nace con estos nuevos acontecimientos una de las reglas de la cooperación al desarrollo : el
apoyo de las ex potencias coloniales, principalmente Francia y el Reino Unido, a sus ex colonias.
Puede verse en la notable continuidad entre las instituciones coloniales a la post- coloniales que se da,
por ejemplo, en la redenominación de la "Colonial Development Corporation" como "Comonwealth
Development Corporation" en los sesenta y los esfuerzos de ayuda financiera que se muestran a través
de la autoridades británicas y francesas en el caso de "Community Development Movement".

→ es dable afirmar que la cooperación internacional es propuesta como un “instrumento


fundamental para apoyar el crecimiento económico”. Las primeras líneas de cooperación al
desarrollo con el mundo no desarrollado, realizadas con posterioridad inmediata al Plan Marshall, sigue
mucho las ideas de ese plan. Se trata, en un caso, de reconstrucción, y en el otro, de construcción, pero
siempre el tema básico de la cooperación inicial es apoyar el “crecimiento económico”. Lo fundamental,
por consiguiente, es la asistencia técnica para aumentar la capacidad productiva y la inversión de los
países, además de una transferencia de recursos económicos realizada por los instrumentos de
fomento.

Los 60: “la década del optimismo”

93
cuando se gesta el sistema de cooperación internacional al desarrollo, la acción contra el subdesarrollo
tendía a concebirse como una derivación directa del crecimiento económico. Se entendía que el
progreso en el ámbito económico terminaría por trasladarse, de manera más o menos automática, al
ámbito social, difundiendo sus benéficos efectos en forma de una reducción progresiva de la pobreza y
la salida del subdesarrollo.

La acción de cooperación al desarrollo se centró en suplir aquellas carencias que los países en
desarrollo presentaban para poner en marcha una dinámica de crecimiento sostenido. En concreto, se
entendía que la principal limitación a la que se enfrentaban los países en desarrollo estaba asociada a
su baja capacidad de ahorro doméstico, lo que, a su vez, se traducía en la existencia de muy bajas
tasas de inversión y de acumulación de capital.

→ desde los inicios de esta década los poderes coloniales usaron las políticas de ayuda para consolidar su presencia
e influencia en la nueva era post-colonial y otros países industrializados comenzaron a crear y/o consolidar sus
agencias y programas de ayuda y cooperación durante toda la esta década.

→ Para 1969, dentro del CAD (Comité de Ayuda al Desarrollo) se acordó la estandarización de la
terminología y como resultado la definición consensuada de la AOD que rige en la actualidad:
“La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) consiste en aquellos flujos hacia los países en desarrollo o
instituciones multilaterales, provistos por agencias oficiales, incluyendo estado y gobiernos locales o por
sus agencias ejecutivas, cada transacción que contenga las siguientes características: a) se administra
para la promoción del desarrollo económico y del bienestar de países en vías de desarrollo como su
objetivo principal, y b) es concesionaria en carácter y contiene un elemento de la concesión por lo
menos de 25 por ciento”.

→ Posteriormente (hacia fines de los sesenta y comienzo de los setenta), fenómenos políticos poco ligados a la
cooperación, junto a la visión y a la percepción distinta de organismos internacionales y agencias de cooperación,
motivaron un cambio sustantivo en las condiciones y en la dirección hacia la cual apuntaban los recursos.

¿Por qué existen agencias de ayuda? - Bertin Martens

→ Este artículo trata de explicar la organización de la ayuda exterior desde una perspectiva coasiana: ¿Por qué hay
muchas y diferentes organizaciones de ayuda y no sólo una? ¿Por qué la ayuda exterior no se transfiere
directamente del donante al beneficiario? Si los costes de transacción fueran nulos y las preferencias entre donantes
y beneficiarios fueran totalmente compartidas, no habría necesidad de agencias de ayuda.

Introducción

¿cómo podemos explicar la organización del suministro de la ayuda exterior?

Para responder a estas preguntas, primero tenemos que determinar qué hacen realmente las agencias
de ayuda. En el nivel más general, las agencias de ayuda exterior pueden definirse en contraste con las
agencias nacionales de redistribución de ingresos, como las agencias gubernamentales que se ocupan
de las prestaciones médicas y de desempleo. Mientras que las agencias de ayuda nacionales
redistribuyen los ingresos entre los donantes y los beneficiarios que viven en la misma circunscripción
política, las agencias de ayuda exterior se dirigen a los beneficiarios que viven fuera de la
circunscripción del donante, normalmente en los países en desarrollo.

94
→ en la ayuda exterior se rompe el circuito de retroalimentación entre los receptores y los responsables de la toma
de decisiones; sólo los donantes tienen influencia política sobre el proceso de toma de decisiones.

→ Este bucle de retroalimentación roto explica los orígenes del problema de la apropiación que se menciona con
tanta frecuencia en relación con la ayuda exterior, pero rara vez o nunca en relación con la redistribución de la renta
nacional. Los problemas de apropiación se producen cuando los donantes pueden imponer
decisiones a los receptores, sin que éstos tengan voz en el proceso.

→ Evidentemente, las agencias de ayuda exterior son algo más que un mecanismo de transferencia financiera.
Participan activamente en las decisiones de gasto, tanto por parte del donante como del receptor.

→ En este artículo se argumenta que la función principal de las agencias de ayuda es resolver el
problema de la apropiación que provoca el bucle de retroalimentación roto en la ayuda exterior.
Lo hacen a través de la mediación entre los intereses o preferencias de los donantes y los receptores.
Aunque los donantes siguen siendo los principales responsables de la ayuda exterior, la mediación es
necesaria porque prácticamente todos los programas de ayuda requieren también algún tipo de acuerdo
por parte de los receptores, aunque sólo sea para autorizar que el programa se aplique en su territorio
soberano.

→ Este artículo pretende explicar el papel que desempeñan los distintos tipos de agencias e instrumentos de ayuda
en la mediación entre donantes y receptores y en la gestión de los costes y riesgos contractuales resultantes.

→ ¿Por qué siguen existiendo e incluso floreciendo todas estas organizaciones de ayuda si no son eficaces para
aliviar al mundo en desarrollo de la situación de pobreza? Está claro que su existencia continua indica que son
útiles, aunque no necesariamente para la reducción de la pobreza en los países beneficiarios. Su utilidad puede
residir en la producción de servicios de mediación para los que existe una demanda y por los que sus clientes
(donantes, beneficiarios) están dispuestos a pagar. Esto implicaría que la actuación de una agencia de ayuda
no debería evaluarse en términos de mejora del bienestar en los países beneficiarios, sino en términos
de eficiencia y eficacia de su mediación.

→ El artículo parte de un modelo muy sencillo de redistribución directa entre un donante y un beneficiario, con
costes de transacción nulos y plena alineación de preferencias, y por tanto sin riesgo moral ni selección adversa.
Demuestra que en este caso no es necesaria una agencia de ayuda. A continuación, el modelo se amplía para tener
en cuenta los costes de transacción positivos, las preferencias no alineadas y la información asimétrica.
Esto induce los riesgos de riesgo moral por parte del agente y de selección adversa por parte del
principal y la necesidad del principal de incurrir en costes de transacción para mejorar la información y
reducir la incertidumbre sobre el resultado de la transacción. → Aquí es donde entran en juego las
agencias de ayuda.

Ayuda voluntaria privada y alineación de preferencias

→ La ayuda - la redistribución de los ingresos entre los seres humanos - es un fenómeno profundamente arraigado
en el comportamiento humano. De hecho, no podríamos sobrevivir sin ella.

(Carr et al. 1998) → (...) La redistribución puede considerarse como una transacción: el donante
transfiere recursos al receptor a cambio de una reducción de la disonancia en la mente del donante. La
reducción de la disonancia es una forma de "satisfacción del consumidor". Sólo se consigue si la

95
transferencia cambia efectivamente la situación del receptor de acuerdo con las expectativas del
donante. Si el donante tenía expectativas erróneas sobre la respuesta del receptor al regalo, y observa
una respuesta de comportamiento diferente, la disonancia del donante no se reducirá e incluso puede
aumentar. Una conclusión importante es que los donantes y los receptores deben tener preferencias
idénticas -o al menos estrechamente alineadas- en cuanto al uso de la transferencia, para lograr una
transferencia exitosa en la que aumente la utilidad tanto del donante como del receptor.

→ La mayor parte de la ayuda exterior está condicionada. Se pueden distinguir dos grandes tipos de
condicionalidad.
→ El primer tipo, la condicionalidad de los insumos, restringe la discrecionalidad del receptor en el gasto
de los recursos y la vincula a condiciones de adquisición, ya sean geográficas (adquisición de bienes y
servicios en el país donante) o de procedimiento (procedimientos específicos de adquisición y gasto
acordados con el donante).
La forma + típica de la condicionalidad de los insumos es la ayuda tradicional a los proyectos . Los
"proyectos" vinculan las transferencias de ingresos a una amplia gama de procedimientos que
aumentan la influencia del donante sobre los insumos y las actividades del proyecto: el donante "posee"
una gran participación en la gestión del proyecto. La ayuda vinculada al comercio es otra forma de
condicionalidad de los insumos.

→ El segundo tipo de ayuda condicionada, la condicionalidad de los resultados, vincula la ayuda a


cambios en el comportamiento y las instituciones del beneficiario (decisiones políticas específicas,
reformas institucionales, etc.). Sin embargo, en este caso el beneficiario conserva la mayor parte de la
responsabilidad de la gestión.

→ Desde la década de 1980 se ha producido un cambio de la condicionalidad de los insumos hacia la


condicionalidad basada en los productos o resultados, sobre todo en forma de apoyo
presupuestario y programas de ajuste estructural, pero también en la ayuda más tradicional a los
proyectos. Recientemente, la política de los donantes parece alejarse aún más de la condicionalidad y
acercarse a los llamados programas de asociación y (co)apropiación;

Costes de transacción ex-ante y ex-post en las transferencias de ayuda

Todas las transacciones, incluidas las transferencias de ingresos entre donantes y receptores, conllevan
costes de transacción (...).

→ Se pueden identificar 2 líneas principales de pensamiento.


1) North (1990) y Coase (1937) los definen como los costes de oportunidad efectivamente
realizados de la organización de una transacción: los costes de búsqueda de un socio
comercial, de encontrar la información adecuada, de medir las cantidades y calidades de
los bienes y servicios comercializados y de negociar un contrato, además de la supervisión
y el cumplimiento de dicho contrato.
2) Williamson (1985) parte de los supuestos de una información imperfecta y asimétrica
entre los socios de la transacción y del oportunismo o "búsqueda del interés propio con
astucia". estas son las causas fundamentales de un atributo clave de las transacciones:
la incertidumbre se considera que la incertidumbre es la razón por la que las partes de un
intercambio invierten en la búsqueda de socios y productos adecuados, dedican tiempo a

96
medir calidades y cantidades, negocian un contrato e invierten en dispositivos de
ejecución.

→ Para un entorno institucional determinado, existe un trade-off: cuanto más invirtamos en costes de transacción
ex-ante, menores serán los costes potenciales ex-post.

El concepto de costes de transacción se ha "integrado" en los últimos años en la literatura sobre la


ayuda al desarrollo. Se refiere a los costes administrativos y de gestión de los flujos de ayuda, que
deberían reducirse mediante la armonización de los procedimientos entre los donantes.

Intermediación de las ONG

El ejemplo más sencillo de redistribución voluntaria privada directa entre un único donante y un único
receptor se basa en la suposición de la proximidad geográfica y de las preferencias. En realidad, los
costes de transacción distan mucho de ser insignificantes, sobre todo en el caso de la ayuda exterior,
en la que donantes y receptores potenciales pueden vivir a miles de kilómetros de distancia, es poco
probable que se conozcan y proceden de entornos culturales, sociales y económicos muy diferentes,
por lo que es poco probable que coincidan en sus preferencias.

El arquetipo de la intermediación en la ayuda exterior es el misionero: él/ella media entre los


potenciales donantes en su ciudad de origen y los potenciales receptores en su ciudad de misión. Tanto

97
los misioneros individuales como las organizaciones misioneras pueden generar dos tipos de ahorro en
los costes de transacción:

1) Reducen los costes reales de transacción gracias a las economías de escala en los
costes de búsqueda: información y apreciación de la situación de los posibles receptores,
transmisión de información a los posibles donantes; y

2) Reducen la incertidumbre a posteriori al garantizar la alineación de las preferencias


entre comunidades donantes y receptoras. Los misioneros aplican los valores morales
y religiosos de su comunidad de origen para seleccionar a los receptores en su comunidad
misionera.

Los misioneros individuales y las organizaciones misioneras son los precursores de un tipo más general
de intermediación privada en las transferencias voluntarias de ayuda exterior: las organizaciones no
gubernamentales (ONG). Las ONG constituyen un primer paso hacia una respuesta más completa
al problema de la intermediación entre donantes y receptores.

- ¿Qué son las ONG? Existe una desconcertante gama de tipos y variedades de ONG.
Algunos autores las definen como organizaciones sin ánimo de lucro o voluntarias; otros
destacan su origen popular como organizaciones "de la gente"; y otros insisten en
determinados tipos de estatuto jurídico o aspectos no gubernamentales.

Los individuos se convierten en miembros de una ONG porque comparten un conjunto de preferencias
que les gustaría transmitir al resto del mundo. La principal preocupación de las ONG es encontrar un
público receptivo a "la cuestión" y dispuesto a adaptar su comportamiento a las necesidades percibidas
por la cuestión. Las ONG pueden ser organizaciones de un solo tema - "Salvar la ballena"- o pueden
tratar de promover una gama más amplia de temas que abarcan todo un ámbito político, como las
preocupaciones medioambientales, la democracia, los derechos humanos o las causas religiosas.

→ Para un presupuesto determinado, las ONG maximizan las actividades en línea con "el tema" hasta
que el presupuesto se agota. Estas características típicas de las ONG las hacen muy adecuadas para
la prestación de ayuda exterior.
Están en condiciones de ofrecer una intermediación ex-ante y ex-post que reduce los costes de
transacción entre los donantes potenciales y los beneficiarios.

Organismos oficiales (bilaterales) de ayuda

→ La selección para la alineación de preferencias entre los donantes y los beneficiarios es una forma de
proporcionar un acuerdo institucional eficiente para la prestación de la ayuda. Sin embargo, a menudo los donantes
tratan de promover objetivos para los que es difícil encontrar beneficiarios afines. Las preferencias pueden incluso
diferir entre los propios donantes. Esto requiere una intermediación más fuerte, lo suficientemente fuerte como para
negociar un compromiso aceptable entre las preferencias de las distintas partes. En ese momento, las ONG se
vuelven ineficaces y entran en escena los organismos oficiales de ayuda bilateral.

→ Puede estar condicionada a la adopción de cambios políticos y a la aplicación de reformas institucionales que no
se ajustan a las propias preferencias del receptor; puede suministrar bienes y servicios que no se ajustan a los
propios estándares del receptor, etc. Con la ayuda oficial, abandonamos el mundo bastante idealizado de
la alineación de preferencias entre donantes y receptores, para pasar a un mundo en el que las

98
transferencias se utilizan para influir en el comportamiento tanto de los donantes como de los
receptores.

No alineación de las preferencias entre los donantes

Los donantes con antiguas colonias asignan su ayuda predominantemente a estos países, con vistas a
mantener y obtener más beneficios de esta relación histórica privilegiada. En cambio, los donantes sin
pasado colonial parecen asignar la ayuda más fácilmente en función de las necesidades de los
beneficiarios, es decir, de los indicadores de pobreza.

Los lazos históricos implican que estos países se preocupan menos por dónde dirigir sus intereses
comerciales. Deja más flexibilidad para casar los intereses del verdadero lobby de la ayuda con los del
lobby comercial.

En el lado de los donantes se pueden identificar, de forma estilizada, varios motivos diferentes y los
correspondientes grupos de interés:
1) En primer lugar, una parte del electorado de un país desarrollado puede estar
realmente a favor de utilizar los ingresos fiscales para transferir riqueza a los países
en desarrollo.
2) los proveedores de servicios de ayuda o, en general, los proveedores cuyos productos y
servicios podrían ser valiosos en los países en desarrollo, pueden querer utilizar las
transferencias de ayuda para mejorar sus posiciones en los mercados de los países en
desarrollo (asistencia técnica, proveedores comerciales, pero también institutos
académicos y de investigación, laboratorios, empresas de construcción, etc.).
3) el gobierno de un país donante puede utilizar los flujos de ayuda para potenciar las
alianzas políticas con el gobierno del país receptor, a fin de obtener buena voluntad
política y cambios (no alineación en las preferencias originales) en las decisiones y la
postura política de dicho gobierno. Los gobiernos de los países donantes también pueden
querer alimentar su relación con determinados grupos de interés en el país receptor
(preferencias alineadas con las del gobierno donante) que pueden ser influyentes en las
decisiones políticas y económicas de interés para el país donante.

(...) → las preferencias de estos grupos de interés de los donantes no se excluyen mutuamente.
Comparten un objetivo común: todos quieren satisfacer los flujos de ayuda p/lograr sus
preferencias.

→ La acción colectiva entre diferentes grupos de interés es más fácil de conseguir si delegan conjuntamente la
toma de decisiones en un agente común, el organismo oficial de ayuda gubernamental.

No alineación de preferencias entre donantes y receptores

→ Los organismos bilaterales no sólo tratan de movilizar la mayor coalición posible de grupos de interés de los
donantes en el país. También tienen que lidiar con la posible falta de alineación de preferencias entre los donantes
en el país y los receptores en el extranjero. Los proveedores de servicios de ayuda comercial pueden estar
interesados únicamente en la entrega de los insumos del proyecto (la venta de bienes y servicios), más que en los
resultados → (...) los organismos bilaterales disponen al menos de dos medios para hacer frente al
desajuste de preferencias entre donantes y receptores, y frenar el riesgo moral por parte del
receptor.

99
1) Una primera opción para el donante, como se sugiere en la Figura 1, es aumentar
sustancialmente la inversión en los costes de transacción realizados ex ante, y gastar más
en la recopilación de información y el seguimiento del comportamiento del receptor,
redactando un contrato más elaborado con el receptor, implicándose activamente en la
gestión de los proyectos de ayuda, etc.
2) Una segunda opción para el donante es cambiar las modalidades de desembolso de la
ayuda y pasar de la condicionalidad de los insumos a la condicionalidad basada en los
resultados. En otras palabras, pasar de pagar por adelantado la ejecución del proyecto a
pagar sólo después de la ejecución y en función de la producción de los resultados
deseados.

En conclusión, el margen de mediación de una agencia de ayuda bilateral se ve limitado por los
intereses divergentes de donantes y receptores.
→ Dispone de 2 mecanismos institucionales diferentes para gestionar esta situación: una condicionalidad de
insumos con escaso apalancamiento, pero posiblemente más interesante a nivel nacional, y una
condicionalidad de resultados con mayor apalancamiento que, sin embargo, puede tropezar con
tácticas de oposición nacionales y del país receptor. En términos de la Figura 1, la condicionalidad
basada en los resultados es, en teoría, un acuerdo institucional más eficiente: reduce los costes de
transacción para un grado determinado de incertidumbre ex-post o, alternativamente, reduce la
incertidumbre ex- post para un nivel determinado de costes de transacción. Sin embargo, su eficacia
depende del apoyo político subyacente.

Subcontratación por parte de los organismos de ayuda bilaterales

Los organismos oficiales de ayuda no suelen ejecutar los proyectos a través de su propio personal, sino
que delegan la ejecución en subcontratistas con ánimo de lucro (empresas, expertos) o sin ánimo de
lucro (ONG). Por consiguiente, la ayuda bilateral oficial suele ser una combinación de dos estructuras
institucionales: el organismo oficial de ayuda para la toma de decisiones políticas y financieras y el
subcontratista para la ejecución. Los distintos tipos de subcontratistas tienen diferentes incentivos de
rendimiento.

Organismos multilaterales

Una gran parte de la ayuda bilateral en forma de subvenciones se canaliza en realidad a través de
organismos multilaterales (...).

→ Al igual que la ayuda bilateral, en la que diferentes grupos de interés nacionales acuerdan delegar la ejecución
de la ayuda en un único organismo gubernamental, la ayuda multilateral es un caso de delegación conjunta por
parte de países donantes con diferentes intereses en un único organismo internacional. Los organismos
multilaterales proporcionan un marco institucional que responde a una demanda de los donantes y de los
receptores.

→ 2 grupos: uno gira en torno a la consecución de una acción colectiva y el segundo grupo gira en torno a
las economías de escala y de alcance

→ Un enfoque multilateral, respaldado por todos los donantes y receptores, también puede reforzar la legitimidad y
credibilidad de los programas impopulares (por ejemplo, los programas impopulares de estabilización y reforma

100
económica). En todos estos casos, el organismo multilateral actúa como intermediario entre las partes. Abre una
brecha entre los distintos grupos de interés y la utiliza para diseñar un programa que pueda ser apoyado por todas
las partes.

→ Una primera ventaja evidente es que las instituciones multilaterales restablecen, al menos parcialmente, el bucle
de retroalimentación roto que es tan típico de la ayuda bilateral. Dan voz a los países receptores en la toma de
decisiones.

→ Un segundo beneficio, probablemente más importante y directo, que los países receptores pueden obtener de las
instituciones multilaterales es el acceso a préstamos baratos, típico de los BMD.

→ Las AGM tienen dos grandes desventajas en comparación con los BMD. En primer lugar, utilizan el dinero de
los contribuyentes de los países donantes, lo que hace más difícil mantener a distancia los intereses políticos y
económicos nacionales de los donantes. En segundo lugar, la mayoría de las agencias de la ONU funcionan como
clubes de cooperación, en los que tanto los donantes como los países beneficiarios están representados en los
órganos de toma de decisiones que siguen la regla de un país, un voto. Esto da a los países en desarrollo
beneficiarios una mayoría abrumadora en la toma de decisiones y crea un desequilibrio evidente entre las
contribuciones financieras y el poder de voto.

→ las AGM constituyen un acuerdo institucional con dos caras: una institución financiera y una institución
normativa. La institución normativa tiene una elevada incertidumbre ex post para los donantes porque suelen ser
minoritarios. La institución financiera tiene una baja incertidumbre debido a la influencia financiera que otorga a
los donantes, a cambio de un alto coste de transacción (contribuciones de subvenciones). La combinación de ambos
logra un equilibrio político aceptable tanto para los donantes como para los beneficiarios. Las AGM que descuidan
alguno de estos aspectos corren el riesgo de perder credibilidad y estatus en la comunidad internacional de la
ayuda.

Conclusiones

Como todas las demás instituciones, los organismos de ayuda existen para reducir los costes de
transacción ex-ante y las incertidumbres ex-post de las transacciones, en este caso, las transferencias
de ingresos de los donantes a los receptores. Los costes de transacción existen por varias razones: el
coste de recaudar fondos y canalizarlos a los receptores, el coste de recopilar información sobre los
posibles receptores y seleccionarlos, el coste de supervisar la ejecución de los proyectos de ayuda, etc.
Las incertidumbres a posteriori surgen porque ambas partes tienen percepciones diferentes e
incompletas de las preferencias y objetivos de la otra. Esto, combinado con una información imperfecta
y asimétrica entre las partes, puede dar lugar a un riesgo moral y a una selección adversa.

El hecho de que exista una multitud de agencias de ayuda constituye un fuerte indicador de que un
único objetivo de ayuda totalmente compartido es una suposición poco realista. Las decisiones sobre la
ayuda pública son el resultado de un compromiso político en los países donantes, o entre países
donantes en el caso de la ayuda multilateral, que refleja una mezcla de preferencias divergentes de
diferentes grupos de presión nacionales. Además, es poco probable que ese compromiso nacional
refleje plenamente las preferencias del receptor, ya que éste no participa en el proceso de toma de
decisiones. Obligar a los países donantes y a los grupos de presión de todo el mundo a adherirse a un
único objetivo de ayuda, como la reducción de la pobreza, o incluso a un conjunto limitado de objetivos,
como los identificados en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, limitará los márgenes de compromiso

101
político en torno a estas preferencias divergentes y, por tanto, reducirá la disposición de algunos grupos
a pagar por la ayuda.

. En la medida en que las preferencias de los donantes convergieran plenamente, no habría necesidad
de mantener una multitud de agencias donantes; todos los donantes podrían delegar la entrega de la
ayuda en una sola agencia, por ejemplo el Banco Mundial. Afortunadamente, ésta no es una política
realista porque existe una sana divergencia de opiniones entre los donantes; nadie tiene el monopolio
de las soluciones a los problemas de desarrollo.

La principal conclusión política que se desprende de este artículo es que, mientras los donantes y los
receptores vivan en circunscripciones políticas diferentes, sin una institución política global que pueda
elaborar un compromiso político entre ellos, las agencias de ayuda llenarán ese vacío y actuarán como
mediadores entre donantes y receptores, proponiendo instrumentos de entrega de la ayuda que
reduzcan los costes de transacción y las incertidumbres ex-post en la entrega.

Notas de clase: 30/04/2021

hablar de régimen (en el campo de la cooperación al desarrollo) queda c/v más pequeño,

Variables domésticas para analizar la CID: ideas - instituciones - intereses → formas de organización: modelos
institucionales - eficacia

estructura de gobernanza: se refiere a las reglas, relaciones y responsabilidades de la agencia que


tiene a cargo la política de desarrollo y/o gestión vis a vis otros actores nacionales que tienen intereses
y mandatos en los países en desarrollo.

4 modelos de gobernanza, todos vinculados en distinta medida con los MRE

Modelos se insertan en la cultura institucional de c/país


Hay un creciente consenso en que la tarea de gestionar la ayuda se realiza mejor dentro de un modelo
integrado dentro de los ministerios de relaciones exteriores.

Algunos estudio de caso demuestran que los modelos autónomos conducen a una agenda de desarrollo
más sólida y políticamente empoderada.

Modelos institucionales en los países latinoamericanos


“Rol dual”: gestionan tanto la cooperación recibida la que el país ofrece.

Eficacia
Economía neoinstitucional

La AOD fluye a través de cadenas complejas. Eficacia se produce por las fallas en los circuitos de
información y las interacciones entre diversas organizaciones.

Teoría de agente - principal p/examinar cómo los problemas de información afectan el desempeño
organizacional. 2 problemas clásicos de esta relación:

102
Riesgo moral: refiere a situaciones en las que los agentes se desvían de las instrucciones dadas por el
principal, desarrollan las tareas delegadas de tal manera que promuevan sus propios intereses, más
que los del principal.

Selección adversa: se produce cuando el agente tiene acceso a información inaccesible para el
principal y la manipula de forma que vaya en contra de los intereses de éste último.

eficacia → separación geográfica y política beneficiarios y contribuyentes bloquea el proceso normal de


retroalimentación del desempeño: los beneficiarios pueden observar el desempeño, pero no pueden modular los
pagos (recompensas a los agentes) en función del desempeño.

Las agencias de cooperación son intermediarios necesarios p/cerrar esta brecha.Cumplen un rol clave
p/alinear distintas preferencias, ya sea en el sistema de gobernanza doméstico, como entre donantes y
receptores.

¿Por qué las agencias deberían reformarse? (Gulrajani)

Elementos de presión → recorte fiscal - competencia con otros actores - mandatos estrechos - mercados emergentes
y donantes emergentes - fallas de los donantes

Con la agenda global de desarrollo sostenible ¿se dibuja un mejor horizonte para 2030? - Andrea
Costafreda

(....) Nuevos compromisos internacionales para el 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS), llamados a sustituir a los icónicos Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) ¿Es el tránsito de
los ODM a los ODS un logro o un fracaso? → (x ahora), parece que el nuevo marco de compromisos debe
entender más como un avance hacia una agenda + integral y universal y que el proceso que ha llevado a
la declaración fina consiguió solventar algunos de los principales déficits de los ODM.

La agenda global del desarrollo → está c/v + vinculada a una agenda de provisión de bienes públicos
globales (provisión de salud internacional, seguridad humana, el combate contra el cambio climático o
la propia regulación del sistema financiero internacional), (...) y obliga a poner “en mira” la capacidad de
acción colectiva, también, en el ámbito global.

El camino de los ODM a los ODS

Contexto del diseño de las ODS ≠ a aquél de mediados de los 90 en el que se trazaron los ODM como una
expresión operativa de la histórica Declaración del Milenio.

→ Los ODM se dieron en un contexto de “época dorada” p/ la ONU. → que resurgía tras la caída del Muro de
Berlín con un liderazgo renovado en la definición de agendas sectoriales que tomaron la forma de conferencias y
cumbres (x ejemplo: derecho a la educación, desarrollo sostenible, derechos de las mujeres, etc).

En ese contexto de post-guerra fría, los ODM pueden entenderse, en el sentido en el que lo plan- tea
J.A. Sanahuja (2009), como un intento para dotar de una incipiente agenda social global al proceso
acelerado de globalización económica y financiera de la década de los noventa.

103
→ la declaración del Milenio representaba una reivindicación de la centralidad de Naciones Unidas como líder en
la promoción de una agenda que recupera la esencia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y daba
lugar, por primera vez en la historia, a una hoja de ruta concreta, con ocho objetivos alrededor de los cuales los
estados firmantes se comprometían a alcanzar 21 metas en el plazo de 15 años.

→ La mayor contribución de los ODM puede evaluarse más allá de lo que muestran los resultados. (En cuanto a
resultados → la valoración está llena de claroscuros).

- Por un lado, los datos globales indican logros significativos, llegando a cumplirse las
metas en el objetivo de reducción de la pobreza extrema, el acceso al agua potable, el
combate contra las hambrunas o la alfabetización. Pero, a pesar de resultados notables,
no se ha logrado alcanzar la meta prevista en ámbitos como la reducción de la mortalidad
infantil y, en menor medida, la mortalidad materna.
- cuando se desagregan los datos por regiones y por países, e incluso en el interior de
los mismos, se hace evidente que los logros globales esconden realidades muy
heterogéneas: tales como el incumplimiento de prácticamente todos los objetivos en África
Sub-sahariana, o las grandes disparidades que existen al interior de los países que, aun
consiguiendo alcanzar la meta pre- vista, mantienen importantes bolsas de población que
queda rezagada -por razón de género, etnia o por vivir en regiones deprimidas, alejadas
de los polos de desarrollo.

Los ODM → Su gestación se hizo en un proceso tecnocrático conducido desde París (OCDE) y Washington
(Banco Mundial).
Fueron una innovación relevante por ser una agenda con metas e indicadores concretos que ha
permitido: generar datos e info comparable entre países y a lo largo del tiempo sobre diversos
resultados de desarrollo; fueron utilizados como mecanismos para presionar a gobiernos y/o
organismos internacionales en el cumplimiento del mandato que deriva de esta agenda → provocar un
efecto movilizador sobre los recursos destinados a la ayuda oficial al desarrollo en un momento
en que ésta estaba deslegitimada por entenderse como un instrumento dirigido por los intereses
de las políticas exteriores de los países ricos; y en definitiva, cristalizar el optimismo de los noventa
sobre la capacidad de liderazgo de Naciones Unidas y la posibilidad de dotarse de una agenda social
consensuada globalmente que pudiera balancear el consenso neoliberal imperante propio de la era de
la globalización y de la postguerra fría.

Un nuevo contexto mundial

(Contextos mundiales ≠ entre la creación de ODM de la agenda global del desarrollo ODS)
El contexto mundial en el que se ha diseñado, debatido y aprobado la nueva agenda global del
desarrollo, la agenda 2030, dista mucho del que acogió y condicionó las prioridades de la agenda de los
ODM.

ODM → (fue más que nada una “agenda de combate” contra la pobreza dirigida a incrementar el monto y a
definir las prioridades de los flujos de ayuda de los países donantes ricos hacia los paíces receptores pobres). →
objetivo: reivindicar La Ayuda Oficial al Desarrollo

104
Actualmente, diversas situaciones tales como: la transformación de la pobreza, emergencia de nuevas potencias
regionales y globales, e intensificación de las “externalidades negativas” de los procesos de globalización → =
transformación radical del escenario global.

Los pobres ya no viven en países pobres

el mapa de la pobreza es muy distinto al que teníamos en la década de los noventa, en el que la
mayoría de los pobres vivían en países pobres. Actualmente, la mayoría de pobres vive en países de
renta media, gran parte de los cuáles han registrado en los últimos años tasas sostenidas de
crecimiento por encima de los cinco puntos anuales.

→ Las tendencias hacia la convergencia económica mundial de los últimos años y las consecuentes
transformaciones operadas en la geografía de la pobreza hicieron que quede todo “patas arriba” el
esquema que venía funcionando sin muchos cuestionamientos durante mucho tiempo, desde la
constitución del sistema internacional (bilateral y multilateral) de la ayuda.
- Esto tiene consecuencias de gran dimensión sobre la agencia de desarrollo de los
próximos años.
- Existe un todavía elevado sector de la población altamente vulnerable que ha salido de la
pobreza extrema pero que está lejos de poder lograr realizaciones vitales que consideren
dignas, en la concepción seniana del desarrollo. Esta realidad impone por primera vez
exigencias a las economías emergentes y a los nuevos países de renta media: han
demostrado dar con una fórmula para crecer pero, ahora, deben demostrar que ese
crecimiento puede ser inclusivo.

El ascenso del Sur

El ascenso del Sur → tiene un impacto a nivel tanto regional como global en la configuración de agendas de
desarrollo.

La influencia creciente de las potencias regionales y globales emergentes, junto con las nuevas
fórmulas de cooperación Sur-Sur que las acompañan, están teniendo impactos en distintos sentidos.
Por un lado, cuestionan la centralidad del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE como
árbitro internacional y proveedor de estándares de calidad en la cooperación internacional, a la
vez que aumentan las críticas por representar una visión eurocéntrica y caduca de la
cooperación internacional en un mundo mucho más complejo en el que las divisiones entre
países ricos y países pobres, y entre donantes y receptores ya no son explicativas ni
funcionales. Por otro lado, el mercado de la ayuda es ahora más competitivo e innovador, tanto por la
proliferación de actores de cooperación como por la multiplicación de instrumentos que va asociada a
esta proliferación. Finalmente, la transformación en el orden global y la emergencia de nuevas
potencias han situado en una posición cada vez más residual a la ayuda oficial al desarrollo (AOD)
como instrumento de promoción del desarrollo.

Problem without borders

Vinculado al proceso de globalización y a los desequilibrios relacionados, cada vez son más los
desafíos globales –o problems without passports - que sitúan en una relación de igualdad a países
en desarrollo y desarrollados. (...)

105
Como resultado, la agenda global del desarrollo está c/v + vinculada a una agenda de provisión de
bienes públicos globales cuyo abordaje va desde la provisión de salud internacional, seguridad
humana, el combate contra el cambio climático o la propia regulación del sistema financiero
internacional.

Desafíos de la nueva agenda

3 requisitos mín. que deberían estar presentes en la agenda 2030:


1) reivindicación de la dimensión política de la agenda global del desarrollo,
2) tránsito de una política sectorial de Ayuda Oficial al Desarrollo a una concepción holística
de políticas públicas globales,
3) urgencia de la reforma de la arquitectura y de los instrumentos de la cooperación
internacional.

Politizar la agenda global del desarrollo

La agenda de la pobreza global se está convirtiendo en una agenda de desigualdades domésticas. Esto
plantea la necesidad de preguntarse en qué medida la relación entre donantes y receptores permanece
vigente, y de abordar el desafío de las desigualdades como principal vector de desarrollo.

→ Los retos del desarrollo interpelan a las capacidades nacionales y locales para movilizar recursos domésticos e
impulsar estrategias de redistribución de riqueza, de ampliación de las oportunidades y de inclusión política de los
sectores que perviven en situaciones de pobreza y exclusión.

se trata de garantizar un ejercicio efectivo de la ciudadanía en todas sus dimensiones (civil, política,
económica, social y cultural) para poder al canzar el ideal de bienestar que cada cual considere digno.

Todo esto trasladado a la configuración de una agenda global p/el 2030, el reto es adoptar un conjunto
de compromisos globales que sirva de marco de incentivos p/impulsar procesos en el interior de los países
orientados a promover reformas y políticas favorables a la redistribución → el papel de la cooperación
internacional (en esta situación) sería más bien el de catalizador de procesos de reforma que son
de naturaleza esencialmente política.
- Lo que se traducirá en: mantener la posición de socio incómodo en foros internacionales
en caso de vulneración de los compromisos y de los derechos humanos; apoyar a la
sociedad civil en su ejercicio de control político democrático respecto a sus gobiernos y en
el monitoreo del nivel de consecución de los compromisos globales adquiridos; fortalecer
las capacidades institucionales locales para diseñar e implementar políticas públicas; o
apoyar la generación de información y conocimiento que permita identificar y medir dónde
están las principales brechas de desarrollo.

Compromisos compartidos en torno a políticas públicas globales


Hay que evitar continuar con la visión que dividía el planeta entre mundo desarrollado y mundo en desarrollo y
otorgaba centralidad a instrumentos compensatorios como la AOD en su misión de reequilibrio, mediante los flujos
de ayuda, lso recursos entre ambos mundos. → básicamente: “existen muchos “nortes” en el hemisferio
Sur y muchos “sures” en el hemisferio Norte”.

106
→ La gran mayoría de los diversos problemas ya afectan por igual a la ciudadanía de ambos hemisferios. → Por
esto, la nueva agenda global debe ser universal, debe establecer compromisos y responsabilidades compartidas para
todos.
Se otorga una mayor centralidad a la coherencia de políticas en busca de las interdependencias que existen entre el
desarrollo humano sostenible y las regulaciones internacionales que organizan diversos aspecto. → Lo que no
significa olvidar los compromisos sobre la financiación del desarrollo, pero esta vez, yendo más allá de
los flujos de la AOD

Hacia una gobernanza global del desarrollo humano sostenible

el reconocimiento progresivo y generalizado de que la agenda del desarrollo está cada vez más vinculada a la
provisión de bienes públicos globales obliga a poner en el punto de mira la capacidad de acción colectiva, también,
en el ámbito global. → implica transitar hacia un nuevo multilateralismo más eficaz y democrático, capaz de
integrar el conjunto de actores –viejas y nuevas potencias, sociedad civil, empresas, gobiernos locales, etc.- y capaz
de dar una respuesta eficaz a los desafíos transnacionales.

→ se debe garantizar el pluralismo y a la vez la eficacia.

→ La arquitectura institucional sobre la que descansará esta agenda global deberá incorporar, además, la lógica de
la gobernanza multinivel y el entramado de responsabilidades compartidas entre los distintos niveles de gobierno.

¿Es la agenda 2030 un logro o un fracaso?

“hay motivos para el optimismo”

La agenda 2030 supone mantener el “momentum” de una agenda multilateral de desarrollo y además
ha hecho compatibles las distintas narrativas en disputa. Al hacer esto, ha propiciado el avance hacia
una verdadera agenda global.

La agenda 2030 es excepcional en tanto que agenda multilateral, dotada de compromisos globales con
metas concretas y cuantificables. Aunque se trate de una normativa blanda, el grado de deliberación
pública que se ha dado en el proceso de elaboración y adopción de la misma la convierte en un
instrumento multilateral poderoso, al servicio de gobiernos, grupos políticos, ONG, burócratas
internacionales, y ciudadanos, comprometidos con el combate a la pobreza, el cambio climático o la
reducción de las desigualdades, entre otros.
El proceso hiperparticipativo que ha caracterizado su elaboración ha permitido superar una de las
principales debilidades que aquejaron los ODM, hartamente criticados por estar diseñados en una
suerte de vacuum político, lo que mermó su capacidad de impactar en los procesos políticos
domésticos.

Junto con la consolidación de la dimensión ambiental, la nueva agenda incorpora objetivos asentados
en esa aproximación más sistémica del desarrollo cuando se refiere específicamente a los modelos de
crecimiento (objetivos 8 y 9), y a la reducción de las desigualdades (objetivo 10). Y lo más relevante, la
suma de la narrativa de la sostenibilidad ha contribuido a cumplir uno de los desafíos arriba referidos: la
agenda 2030 es por primera vez una agenda global con metas y responsabilidades compartidas entre el
mundo “desarrollado” y el mundo “en desarrollo”.

107
El tan debatido y reivindicado sistema de responsabilidades compartidas entre los distintos niveles de
gobierno y entre los distintos actores implicados, no logra tener una expresión concreta que de pistas
sobre cómo va a ejercerse el control político de la agenda. De nuevo, en un sistema de
responsabilidades difusas, parece que nadie va a perder su empleo si los ODS son un fracaso.

ODS es la apropiada para los nuevos tiempos, que ofrece una lectura más compleja y actualizada de
los desafíos locales y globales que amenazan y limitan nuestras capacidades, individuales y colectivas,
para vivir una vida digna. Lo que queda por demostrar es si la melodía adopta significados concretos,
coherentes y apropiados. En definitiva, queda por demostrar, si esta normativa global soft puede
inspirar políticas concretas hard.

Futuro de la cooperación internacional para el desarrollo ¿Cooperación o competencia?

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) representan una narrativa de progreso humano
universalista, respetuosa de la diversidad, que convoca a la comunidad internacional en un momento
en el que la globalización está en crisis como modelo de relaciones sociales y como narrativa de
progreso. → esta agenda alternativa es un reto de naturaleza esencialmente política, y no técnica.

Requiere del concurso de los Estados y de otros actores, pero también de un sistema multilateral
capaz de situar esa acción estatal en un marco de acción colectiva con instituciones representativas,
legítimas y eficaces.

→ La crisis ambiental → desvela que los patrones de producción y consumo no son universalizables,
lo que plantea problemas distributivos a escala global.

la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, aprobada por la Asamblea General de la ONU en
2015, es mucho más que una mera recopilación de metas e indicadores. Los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) representan una narrativa de progreso humano universalista, respetuosa de la
diversidad, que convoca a la comunidad internacional en un momento en que la globalización está en
crisis, como modelo de relaciones sociales y como narrativa de progreso.

→ La propia Agenda 2030 reclama una reforma del sistema multilateral, como ilustra su propio
proceso de diseño y aprobación, y así lo ha planteado la Unión Europea. Pero en el escenario
inmediato, más que coaliciones favorables a la reforma, aparecen actores que la impugnan.

En el siglo XXI no existe un único sistema de cooperación, sino que coexisten dos sistemas bien
distintos que, por el momento, siguen derroteros diferentes. → De una parte está el sistema tradicional de
cooperación financiado por los países de la OCDE, que son donantes del Comité de Ayuda al Desarrollo
(CAD). Dichos recursos (la Ayuda Oficial al Desarrollo, AOD) se destinan a los países en desarrollo,
cuya elegibilidad depende íntegramente de un criterio simplista y obsoleto de desarrollo, como es el
nivel de renta per cápita (receptores son, básicamente, los países de rentas bajas y medias según la
clasificación del Banco Mun- dial). Los donantes del CAD han ratificado (y re-ratificado en numerosas
ocasiones) el compromiso de destinar, al menos, el 0,7% de su PNB a financiar AOD. Sin embargo, tan
solo cinco de los 30 países donantes cumplen este objetivo y, en promedio, los países del CAD realizan
un cicatero esfuerzo del 0,31%.

→ al calor del ascenso del sur se ha creado un amplio entramado de actores e iniciativas de cooperación Sur-
Sur (CSS) que ha puesto de manifiesto el carácter parroquial y la limitada legitimidad del CAD. La característica

108
distintiva de la CSS es que los países donantes son, al igual que los receptores, países en desarrollo de acuerdo con
la clasificación imperante del Banco Mundial. Por esta característica se considera que la CSS es más “horizontal” y
“solidaria” que la cooperación del CAD. → También en la CSS son muy visibles las prioridades de política exterior
de los donantes.

→ La CSS es un marco amplio de colaboración entre los países del Sur en los ámbitos político, eco- nómico,
social, cultural, medioambiental y técnico. Pero, a diferencia del sistema CAD, el sistema de CSS no cuenta con
normas homologadas y compartidas por todos los países.

→ De cara al futuro de la cooperación internacional, se abren dos escenarios posibles, uno de “cooperación” y otro
de “competencia”:
- El escenario de “cooperación entre los sistemas de cooperación” exigirá no solo
consensuar e impulsar una única agenda de desarrollo global, sino también unificar
enfoques de política y criterios contables para computar los esfuerzos para financiar el
desarrollo.

- Un escenario de “competencia entre los sistemas de cooperación”, en el que se


profundicen las diferencias de los sistemas CAD y CSS, priorizándose los intereses geo-
estratégicos de cada país por encima del objetivo global del desarrollo humano sostenible.
Este escenario, que supone una deriva de las tendencias actuales antes descritas,
profundizará los costes que generan los elevados niveles tanto de ineficiencia del sistema
de cooperación internacional como de incoherencia entre las políticas internacionales y los
objetivos de desarrollo. Y, previsiblemente, este escenario dará pábulo a los movimientos
nacionalistas y de extrema derecha en la defensa de sus intereses nacionales a costa de
minar las capacidades transformadoras de los sistemas de cooperación internacional.

Los países de renta media - Un nuevo enfoque basado en brechas estructurales - CEPAL

→ En el trigésimo tercer período de sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL), celebrado en Brasilia en 2010, los países miembros de la CEPAL aprobaron la resolución 647(XXXIII),
en virtud de la cual encomendaron un nuevo mandato a la Secretaría de la Comisión para que, en colaboración con
otros organismos intergubernamentales, internacionales y regionales, continuara el análisis de nuevas alternativas
que aportaran el volumen de recursos necesarios para financiar el desarrollo de los países de América Latina y el
Caribe → Con el fin de que el criterio de renta media deje de ser un impedimento a priori p/participar en
la asistencia oficial para el desarrollo (AOD). → En cumplimiento de este mandato, la Secretaría elaboró el
informe Los países de renta media: Un nuevo enfoque basado en brechas estructurales. Nota de la
Secretaría, en el que se argumenta que las restricciones y desafíos del desarrollo no se deben
asimilar de manera lineal con el nivel de ingreso per cápita de los países.

→ La asignación de la AOD según el ingreso per cápita adolece de dos problemas.


1) Primero, la superación de la pobreza es a la vez causa y efecto del proceso de desarrollo,
que es multifacético y requiere que los países superen una gran variedad de brechas
estructurales que limitan o impiden procesos de crecimiento inclusivos.
2) Segundo, presupone que en las categorías de países de renta media, baja o alta se
agrupan países relativamente homogéneos en sus necesidades económicas y sociales, lo
que dista mucho de la realidad.

109
En este documento se propone afinar la mirada y complementar el criterio de ingreso per cápita con un
nuevo enfoque basado en brechas estructurales que limitan el desarrollo de los países de renta
media (en desigualdad y pobreza, inversión y ahorro, productividad e innovación,
infraestructura, educación, salud, fiscalidad, género y medio ambiente).

→ Esto supone revisar el concepto de desarrollo que se está aplicando para canalizar los recursos de la
cooperación, a fin de adoptar uno más amplio y multifacético, que incluya no solo mejorar los
estándares de vida de las personas, sino también lograr procesos de crecimiento sostenibles e
inclusivos que se hagan cargo de la desigualdad social y la heterogeneidad productiva que caracteriza a
los países de América Latina y el Caribe y, en general, a los de renta media.

→ . Se planteó que, al ampliar el concepto de desarrollo y reconocer la gran heterogeneidad


existente entre los países denominados de renta media, e incluso dentro de ellos, se develan las
falencias metodológicas que conducen a la clasificación de la gran mayoría de los países de la región, y
de más de la mitad de los países del mundo, en una sola categoría. Se hace evidente, entonces, que
no basta con utilizar el ingreso per cápita como principal criterio para la asignación de la
asistencia oficial para el desarrollo en el marco de la cooperación internacional.

Capítulo 1 - Introducción

El nivel de ingreso per cápita → constituye el principal criterio utilizado para asignar los recursos
financieros de cooperación para el desarrollo. La conjunción de este criterio con los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM), que han dominado la agenda de cooperación a partir del nuevo siglo, se
ha traducido en una canalización de los recursos hacia países de menores ingresos, en detrimento de
los países de renta media.

→ En efecto, en el caso de América Latina y el Caribe, una región predominantemente de renta media, se observa
un descenso, en términos relativos, de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD), tanto respecto del promedio
del ingreso nacional bruto (INB) como en comparación con otras regiones en desarrollo. → Tal comportamiento
refleja, por una parte, la decisión de concentrar los recursos de cooperación internacional en el combate
de la pobreza y en sus efectos más inmediatos, privilegiando a los países de menores ingresos, pese a
que más del 70% de la población mundial en condiciones de pobreza vive en países de renta
media.

→ Esta lógica de asignación de recursos adolece de dos grandes problemas.


1) En primer lugar, la superación de la pobreza es a la vez causa y efecto del proceso de
desarrollo, dado que se trata de un proceso multifacético que no solo supone mejorar los
estándares de vida, sino que además requiere hacerse cargo de una gran variedad de
brechas estructurales que limitan y entorpecen un crecimiento inclusivo capaz de abordar
los problemas de pobreza y desigualdad.
2) En segundo lugar, esta lógica da por sentado que las categorías de países de renta media
baja o alta reflejan una realidad relativamente homogénea. No obstante, esta realidad se
caracteriza más bien por una gran heterogeneidad en las condiciones de pobreza,
inclusión social, capacidad productiva, institucional y financiera.

En este documento se plantea la necesidad de → revitalizar la participación de los países de América


Latina y el Caribe (y, en general, de los países de renta media) en el sistema de cooperación
internacional, para lo cual se requiere no asimilar de manera lineal las restricciones al desarrollo con el

110
nivel de ingreso per cápita, sino “afinar la mirada” y evaluar las necesidades del desarrollo sobre la
base de las brechas estructurales que lo limitan.

→ Se plantea así un enfoque a la vez alternativo y complementario al criterio de ingreso per cápita, que implica
incorporar explícitamente, en la agenda de cooperación para el desarrollo, la evaluación de
necesidades y carencias que no están representadas por indicadores de ingresos sino que
reflejan otro tipo de brechas.

→ En el análisis empírico de las brechas se muestra que es posible agrupar a los países de distintas maneras, según
el tipo de brecha que se incorpore.

→ En el análisis de la asignación de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) en la región se


observa que esta se ha destinado fundamentalmente a los sectores de servicios sociales e
infraestructura social. Si bien la ayuda dirigida a los sectores sociales y, en general, a los sectores
vinculados a los Objetivos de Desarrollo del Milenio cumple un importante papel, en el análisis de
brechas se comprueba que los obstáculos para el desarrollo con que tropiezan los países de renta
media son mayores y heterogéneos y que difieren según su capacidad de enfrentarlos.

→ La mejor caracterización de los obstáculos para el desarrollo en el ámbito de cada país, junto con un diálogo
sistemático entre donante y receptor en el que se decidan en conjunto las áreas a privilegiar, contribuiría así, sin
duda, a una orientación más certera de la asistencia para el desarrollo y, en general, a una mayor eficacia de las
políticas de cooperación. En definitiva, se trata de un enfoque que permita abrir espacios de mejora
para la canalización y la asignación de la asistencia oficial e incorporar de manera activa a todos
los países de renta media en el sistema de cooperación internacional.

El nivel de ingreso per cápita y los países de renta media

→ El nivel de ingreso per cápita constituye el principal criterio para agrupar países según su nivel
de desarrollo y, por ende, para la asignación de los flujos de cooperación internacional. Por
ejemplo, el Banco Mundial, pese a reconocer que el desarrollo no es una cuestión exclusivamente de
ingresos, utiliza el ingreso nacional bruto (INB) per cápita para generar umbrales de ingreso y clasificar
a los países en cuatro grupos: los países de ingreso bajo, los países de ingreso medio-bajo, los países
de ingreso medio-alto y los países de ingreso alto.
- Existen organismos que utilizan criterios alternativos , como el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD), que se basa en el índice de desarrollo humano
para evaluar el nivel de desarrollo de los países. Este índice se sustenta en 3 indicadores:
la esperanza de vida, el nivel educativo (medido en función de una combinación de la tasa
de alfabetización de adultos y la tasa bruta de matrícula combinada de educación primaria,
secundaria y superior) y el PIB per cápita.

Ell Comité de Asistencia para el Desarrollo (CAD) de la OCDE distingue, sobre la base del mismo
indicador, 2 grandes grupos de países para establecer un criterio objetivo que permita asignar la
asistencia oficial para el desarrollo (AOD):
1) los países desarrollados (que corresponden, básicamente, a los países de ingreso alto de
la clasificación del Banco Mundial) y
2) los países en desarrollo (países menos desarrollados (PMD), países de ingreso bajo,
medio-bajo y medio-alto).

111
La evolución de la asistencia oficial para el desarrollo otorgada a América Latina y el Caribe

A partir de la evolución de los flujos de asistencia oficial para el desarrollo observada durante el período
1990-2010, de acuerdo con la clasificación de los países por nivel de ingreso, se comprueba que esta
se concentra de manera creciente en la categoría de menores ingresos.

La consecuencia del aumento de la canalización de estos flujos a los países de menores ingresos es la
persistente pérdida de participación e importancia de los de renta media como receptores de la AOD.

→ Este patrón de asignación de la asistencia oficial para el desarrollo basado en el nivel de


ingreso y sesgado hacia los países de menores ingresos → se ha visto en parte reforzado por el impulso
otorgado por el sistema de cooperación internacional a la consecución de los llamados Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODM), en tanto que muchas veces el ingreso per cápita y los indicadores de ODM muestran una estrecha
relación.

Caracterización de los flujos de asistencia oficial para el desarrollo (AOD) hacia los países de la región

En cuanto a los sectores donde se ha concentrado la AOD, ha continuado la tendencia —que habría
comenzado en la década de 1990— a redireccionar las asignaciones de AOD desde los objetivos de
infraestructura económica y de desarrollo general (que incluyen, por ejemplo, los programas de
asistencia al ajuste estructural) hacia los sectores de servicios sociales y de infraestructura social.

→ Así, para la región en su conjunto, el rubro de Infraestructura y servicios sociales es el que ha recibido mayor
volumen de AOD.

Argumentos para la cooperación con países de renta media: el desarrollo como concepto amplio

→ el sistema de cooperación internacional, que funciona guiado por la lógica de niveles de ingreso per cápita como
variable representativa (proxy) del desarrollo, no incorpora a los países de renta media como los de América Latina
y el Caribe.
Sin embargo, el nivel de desarrollo no puede identificarse solo con el nivel de ingreso. El concepto de
desarrollo se extiende más allá del aumento del ingreso medio por habitante.

→ Actualmente, más de la mitad de los países del mundo pertenecen a la categoría de renta media y este grupo es
el hogar de más del 70% de la población mundial. → los países clasificados como de renta media son muy
diferentes no solo por su tamaño y sus condiciones sociales, sino también por sus condiciones económico-
estructurales vinculadas al potencial de desarrollo y al desempeño productivo. Al agruparlos según el nivel de
ingreso no se tienen en cuenta estas diferencias ni la gran similitud que hay entre muchos de sus problemas y los de
los países clasificados como de renta baja.

→ El sistema de cooperación internacional debe hacerse cargo de las diversas vulnerabilidades y necesidades sin
cubrir en los países excluidos.

CEPAL ha planteado que es preciso revisar la lógica que rige la agenda de cooperación internacional
actual y ha sostenido que un paso crucial en esta dirección sería aplicar un nuevo enfoque que permita
afinar la mirada para determinar dónde están los mayores desafíos del desarrollo en cada caso.

112
Afinar la mirada: un nuevo enfoque para determinar vulnerabilidades a partir de brechas

→ El enfoque de las brechas de ingresos y la agenda de desarrollo asociada a este concepto, cuyo eje es el
cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, no sirve para reflejar la naturaleza multifacética del
desarrollo señalada por la CEPAL ni los verdaderos desafíos estructurales que encaran los países de renta media
como los de América Latina y el Caribe.

→ Según la propuesta de la CEPAL (2010a), para lograr el desarrollo es preciso superar los
rezagos productivos endémicos mediante la innovación y la inversión en capital físico y,
fundamentalmente, humano, a fin de aumentar la productividad y la competitividad sistémicas,
además de fortalecer las instituciones y consolidar las democracias.

→ estas brechas incluyen:


1) El ingreso por habitante
2) la desigualdad
3) la pobreza
4) la inversión y el ahorro
5) la productividad y la innovación
6) la infraestructura
7) la educación
8) la salud
9) la fiscalidad
10) el género
11) el medio ambiente

Clasificaciones de los países de renta media de América Latina y el Caribe sobre la base de las brechas
del desarrollo
Distintas brechas implican distintas clasificaciones: un criterio uniforme es insuficiente para evaluar las
necesidades del desarrollo

Para evaluar las necesidades de desarrollo de los países se seleccionó una serie de indicadores que —
en la medida de lo posible— sirven de variable representativa (proxy) de cada una de las brechas
descritas y se valoró la magnitud de c/u p/c/país.

→ Del análisis se desprende:


1) en primer lugar, que el ordenamiento y la clasificación de los países por brecha de ingreso
no coincide con la clasificación que se puede obtener a partir de las otras brechas.
2) En segundo lugar, se muestra que no existe un orden preestablecido claro por el cual
algunos países tienen las menores o las mayores brechas en el conjunto de los
indicadores considerados. Esto implica que el peso relativo de las distintas brechas es
distinto para cada país y que algunas son muy relevantes en uno pero menos relevantes
en otro y viceversa.

113
Por lo tanto, y dado que la relevancia de las brechas para los distintos países puede diferir según las
prioridades y objetivos, se deberá fortalecer el diálogo entre los países donantes y los países receptores
y estos últimos deberán tener un papel proactivo en la determinación de las áreas a privilegiar y de las
formas de canalización de la asistencia oficial.

Como una primera aproximación al análisis se generaron 3 grupos de países utilizando solamente
las brechas de capital humano y físico. Como una segunda aproximación se generaron los grupos
solamente a partir de la brecha de desigualdad, luego a partir de la brecha de pobreza, luego a
partir de la brecha de fiscalidad y, para terminar, se generó una clasificación utilizando todas las
brechas aquí consideradas.

Metodología para la generación de las clasificaciones de países según brechas

La metodología usada para categorizar y agrupar países fue la llamada técnica de análisis de conglomerados
(clusters). → e trata de una técnica numérica que permite clasificar un conjunto de países heterogéneos en un
número determinado de grupos (conglomerados) a partir de ciertas características dadas —en nuestro caso a partir
de los indicadores utilizados como proxy de las brechas.

114
Resultados de las clasificaciones de países según brechas

→ En el gráfico 5 se presentan los resultados de las clasificaciones de países en tres grupos según las siguientes
brechas de desarrollo: brechas de capital humano y físico, brecha de desigualdad, brecha de
pobreza y brecha de fiscalidad.

115
→ Por lo tanto, para que el sistema de cooperación sea capaz de dar una respuesta integral al problema del
desarrollo, que no excluya a los países clasificados como de renta media por el mero hecho de pertenecer a esta
categoría, es necesario pasar del enfoque de la renta per cápita a otro enfoque más amplio e integral. En este
documento se plantea el enfoque de brechas.
En la medida en que la relevancia y la magnitud de las brechas para los distintos países sean
diferentes, se deberán fortalecer los espacios de diálogo entre los donantes y los receptores y
estos últimos deben ser quienes jueguen un papel activo en la orientación de las áreas a
privilegiar y en la determinación de las formas de canalización de los flujos de cooperación.

→ los organismos de cooperación que existan en los países —o las oficinas que tengan a cargo la
cuestión de la cooperación— son agentes fundamentales en su calidad de interlocutores con los
donantes.

La necesidad de un diálogo político en varios niveles

→ El enfoque de brechas propuesto por la CEPAL refleja la variedad y heterogeneidad de las necesidades de
desarrollo de América Latina y el Caribe. A la vez, destaca que no hay una jerarquización única y que, de hecho, la
identificación y el ordenamiento de las prioridades radican en las decisiones individuales de los
países de la región.

→ En primer lugar debe haber un diálogo político a nivel de toda la comunidad internacional que
establezca el marco general para debatir una agenda de desarrollo global que, lejos de uniformizar
los problemas del desarrollo de los países, recoja su diversidad y especificidades concretas. Se
trata de generar una agenda de desarrollo que incluya los desafíos de todos los países y que constituya
la base sobre la cual el sistema de cooperación internacional organice su apoyo.

→ En segundo lugar, debe haber un diálogo político a nivel de donantes y receptores donde se haga
un detalle pormenorizado de los retos con que tropieza el desarrollo y sobre esa base se
generen acuerdos que determinen las áreas a privilegiar y las formas que adoptará la
cooperación. En este segundo nivel de diálogo es necesario que los donantes adopten la visión del
desarrollo como concepto amplio y sean capaces de articular, junto con los países socios receptores de
la cooperación, las estrategias que mejor se adapten a cada realidad.

→ Este segundo nivel de diálogo debe combinar el principio de apropiación, que implica que los países
receptores toman el liderazgo para establecer sus propios planes y políticas de desarrollo
nacional, con el de alineación, por el que se insta a los donantes a que el apoyo que brinden
basándose en las estrategias de desarrollo nacionales de los propios países socios-receptores se
vuelva una realidad concreta mediante la existencia de acuerdos políticos que vuelvan operativos estos
principios.
También es importante, en un tercer nivel, establecer las modalidades mediante las cuales se
canaliza la cooperación entre donantes y receptores. Por ejemplo, es natural que, en los países
donde la AOD es de una magnitud muy reducida como porcentaje del ingreso bruto nacional, esta se
canalice de manera directa y se concentre en problemas muy concretos, lo que evita su dispersión en
un abanico amplio de necesidades. En cambio, en los países donde la AOD es de una magnitud más
apreciable como porcentaje del ingreso, la cooperación sí puede contribuir a apoyar objetivos más
amplios dentro de la agenda de desarrollo de los países receptores.

116
→ En general —y más allá de las características concretas de los países receptores—, un elemento relevante al
momento de canalizar de manera eficiente la asistencia para el desarrollo es concebir instrumentos para el
apalancamiento de los recursos, que los multipliquen y que permitan así potenciar las posibilidades que brinda la
cooperación.

→ por mejor que sea el proceso de detección de necesidades y retos, si no hay un diálogo político es probable que
no se aproveche plenamente el potencial que brinda la cooperación en sus distintas formas y modalidades, dado que
puede haber fallas de coordinación que hagan que los donantes terminen atendiendo brechas que no son las más
urgentes para el país receptor.

Capítulo 2 - Conclusiones

→ Desde los años sesenta América Latina y el Caribe, al igual que otras regiones de renta media,
ha perdido participación en los flujos de asistencia oficial para el desarrollo (AOD). → Este
comportamiento refleja la lógica con la cual opera el sistema de cooperación internacional basado en el ingreso per
cápita como variable que resume el nivel de desarrollo de los países y, por ende, que guía la asignación de los
flujos de ayuda oficial. Como consecuencia de esta lógica, los países de bajos ingresos y los países menos
desarrollados concentran el grueso de los flujos (más del 65% del total actualmente).

→ Este documento plantea un enfoque alternativo al del ingreso per cápita, sobre la base de una serie
de brechas estructurales (pobreza, desigualdad, inversión y ahorro, productividad e innovación,
infraestructura, educación y salud, fiscalidad, género y medio ambiente) que dificultan el crecimiento
sostenido, igualitario e inclusivo de América Latina. → estas brechas constituyen un punto de partida
p/medir necesidades y evaluar dónde radican los mayores desafíos de las economías de la
región p/poder sentar las bases de una agenda de cooperación inclusiva.

→ se corrobora una de las hipótesis centrales del documento, a saber, que no existe una clasificación
única, uniforme y objetiva para todos los países. Así pues, una clasificación de países basada
solamente en la brecha de ingresos refleja de manera muy limitada sus restricciones al desarrollo.

→ En el caso particular de los países de América Latina, esto significa perfeccionar las modalidades de
cooperación vigentes orientadas a hacer frente a algunas de las brechas sociales que concentran el grueso de la
ayuda oficial destinada a la región. A su vez, se trata de abrir nuevos espacios de cooperación y establecer y asentar
el uso de nuevas modalidades tales como la ayuda programática, la cooperación triangular y la ayuda
para el comercio.

→ Este enfoque alternativo busca ante todo reincorporar a los países de renta media en el
sistema de cooperación internacional.

La cooperación Sur-Sur y el reto de su cuantificación, evaluación y valoración

La emergencia de una más activa cooperación sur-sur constituye uno de los factores más relevantes de
cambio del entorno internacional de las últimas décadas. Es expresión del nuevo papel que encarnan
economías emergentes del mundo en desarrollo en el conjunto de las transacciones internacionales y
en la generación de polos dinámicos de poder económico y político. No obstante, y aunque para
algunos especialistas la CSS se ha consolidado como mecanismo de cooperación, aún enfrenta retos

117
relevantes para reconocer su potencialidad y beneficios. Uno de los retos más discutido hoy día y, quizá
por tanto, el más necesario, es el de la cuantificación, evaluación y valoración de las acciones de CSS.
La falta de un consenso regional e internacional sobre los mecanismos, metodologías y espacios para
registrar, cuantificar y evaluar la CSS limita que esta logre posicionarse, más allá del discurso, como
una herramienta eficaz, eficiente, horizontal y sostenible para el logro del desarrollo a largo plazo.
Desde este artículo se piensa que aún es necesario profundizar en el análisis de la CSS, pero ya no
solo desde el discurso, sino desde elementos materiales que nos permitan conocer la valía de esta
cooperación.

→ El sistema de cooperación internacional para el desarrollo ha experimentado cambios en sus


mecanismos, instrumentos y objetivos como resultado de la diversificación de los actores, de la
cre- ciente interdependencia y transnacionalización de los problemas de desarrollo.

→ los países de renta media en actores con mayor autonomía financiera y mayor capacidad técnica y política para
marcar sus propias agendas de política exterior y cooperación para el desarrollo ---> se convirtieron en nuevos
donantes y actores ACTIVOS en la lucha mundial contra la pobreza y la desigualdad, dejando atrás su papel pasivo

→ la cooperación Sur-Sur (CSS) se ha convertido en una modalidad que podría no resultar novedosa
en un marco de relaciones políticas e ideológicas entre países en desarrollo pero sí en ámbitos de
intercambios económicos, financieros, técnicos y de cooperación para el desarrollo poniendo sobre el
debate otras formas de actuar, otras prioridades y formas distintas de instrumentación dentro del
tradicional sistema de cooperación para el desarrollo.

→ se intenta argumentar la relevancia que tiene la medición, evaluación y valoración de la CSS con el fin de poner
en el debate la necesidad de fortalecer la CSS para que coadyuve en el logro de las agendas nacionales y globales
del desarrollo.

Creciente dinamismo de la CSS. Evolución e implicaciones


→ Desde el fin de la Guerra Fría, y de manera más acelerada, en el siglo xxi, el sistema internacional de
cooperación ha enfrentado diversos cambios como respuesta a los distintos órdenes políticos, el crecimiento
sostenido de algunos países en desarrollo y la profundización en las relaciones de cooperación entre el «Sur global»
renovando la estructura institucional de la cooperación internacional para el desarrollo.

→ para explicar no solo la magnitud que están teniendo los países emergentes en la dinámica global sino también
la intensidad con la que se están fortaleciendo las relaciones entre los países del «Sur global», se recurre a tres
ámbitos económicos de análisis donde se observa esta tendencia: inversión extranjera, comercio y flujos de
ayuda oficial al desarrollo.

→ En los análisis de la Economía del Desarrollo y en las Relaciones Internacionales la etiqueta «potencias
emergentes» se ha colocado a algunos países del mundo en desarrollo que han sido catalizadores de la estructura
económica y política a comienzos del siglo xxi. Esto se puede sintetizar en tres fenómenos interrelacionados: a) el
desplazamiento del eje gravitatorio del crecimiento de la economía mundial; b) la difusión estructural del poder
global ocasionada por la diplomacia enérgica y multidireccional desplegada por los emergentes, lo que ha generado
cambios en la gobernanza política y económica, y c) la progresiva pérdida del monopolio del poder por parte de las
potencias occidentales después de cinco siglos de hegemonía en el concierto internacional.

118
→ Brasil, China, Rusia, India, Sudáfrica son principalmente estos países denominados «potencias
emergentes» —una categoría económica y política— que al mismo tiempo forman parte del mundo en
desarrollo y/o del ahora llamado «Sur global» que, gracias a su empoderamiento económico y político,
han desempeñado un papel determinante en la reconfiguración de las relaciones económicas y políticas
internacionales intensificando su rol como cooperantes entre países en desarrollo y dinamizando las
relaciones Sur-Sur.

→ De esta forma el ascenso económico y político de los países emergentes todavía en proceso de desarrollo
constituye una las principales transformaciones en las relaciones internacionales del siglo xxi, y que han sido
propulsores para intensificar una cooperación Sur-Sur que, recogiendo su elemento central del intercambio de
conocimientos técnicos, científicos y tecnológicos, así como de las experiencias, prácticas y soluciones, puede
contribuir a la superación de los obstáculos que dificultan el crecimiento económico, la inclusión social y el
desarrollo sostenible de los países del Sur global.

→ En cuanto al concepto del «Sur global», se piensa que es una definición más acorde a las
características actuales de las relaciones internacionales y del elemento identitario con el que se
asumen la mayoría, si no la totalidad, de los países en desarrollo.

Protagonismo del Sur global en la dinámica internacional

→ Los flujos de inversión directa (IED) de los países en desarrollo en décadas anteriores se habían registrado bajos
en comparación con los provenientes de los países desarrollados. No obstante, esta tendencia parece estar
divirtiéndose desde inicios del siglo xxi.

→ En las últimas décadas, la IED se encuentra como la 1era fuente de financiación externa de los paíss en
desarrollo y emergentes, creciendo por encima de la AOD (Olivie y Pérez, p.87).

Antecedentes e ideario de la CSS

→ El empoderamiento económico de un notable número de economías emergentes de países del Sur y su


participación en el incremento de los flujos financieros y comerciales a nivel internacional es uno de los factores
que permite el resurgimiento de esta «otra» CSS diferente a la concebida en la Primera Conferencia contra la Liga
Imperialista de 1927 y de la Conferencia de Bandung de 1955, de la cual se habla a continuación.

→ Esta relevancia de la cooperación Sur-Sur en los foros internacionales responde a múltiples factores de cambios
económicos y políticos dados en el escenario internacional y particularmente en el sistema de cooperación que,
además, han abierto expectativas sobre una mayor participación de los países del Sur en la economía mundial y en
los esquemas de provisión de recursos financieros y técnicos en el sistema de ayuda, identificando la CSS como
una modalidad que puede ofrecer diferentes formas de cooperación entre países en desarrollo.

→ en una realidad multipolar donde los países del Sur están teniendo una participación más activa en la dinámica
global, la CSS empieza a abordarse a la par de temas como los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), la
Financiación al Desarrollo, la eficacia y el papel de los Países de Renta Media, y es a partir de 2008 que se habla ya
del rol de la CSS como mecanismo adicional de financiación para el desarrollo. Asimismo, desde los preparativos
de la agenda post 2015, la CSS ha estado presente como un mecanismo de financiamiento que debe sumar en el
logro de los ODS.

119
→ La participación más activa de los países emergentes en la economía y en la gobernanza
internacional está fomentando un cambio en la estructura del sistema de cooperación para el desarrollo,
impulsando un sistema menos «centralizado» (Esteves y Assunção 2014), más multipolar y con
múltiples niveles, donde tanto los países desarrollados y las instituciones internacionales como las
potencias emergentes y los países menos avanzados tengan más influencia para introducir una agenda
diversa en torno a las múltiples necesidades de desarrollo que cada país requiere, así como una
agenda global enfocada a los bienes públicos internacionales, a una convergencia internacional para el
desarrollo y a un mayor equilibrio macroeconómico.

→ nos encontramos en un impasse sobre la cooperación internacional, en el que se debe reflexionar qué coope-
ración responde a los nuevos paradigmas, escenarios y demandas de desarrollo, de acuerdo con esta era multipolar,
interdependiente y con un grupo de países capaces de asumir responsabilidades financieras y técnicas en la lucha
contra la pobreza y las desigualdades. Es momento de renovar y reconstruir.

Algunas implicaciones de la CSS en el sistema de cooperación internacional para el desarrollo

se considera que la CSS puede incorporar nuevos elementos al sistema internacional de cooperación
presentándose como un instrumento con diversas ventajas para los procesos de desarrollo de los
países del Sur y de la agenda global de desarrollo.
Algunas de las implicaciones que se consideran podría tener la CSS como aporte en el logro de los
objetivos de desarrollo de los países en desarrollo son:
1. mayor aportación de recursos financieros, pues la cooperación Sur-Sur puede
representar más recursos que sean complementarios a los flujos de ayuda oficial otorgada
por el sistema internacional de cooperación y así alcanzar los objetivos de desarrollo de
manera más eficiente;
2. transferencia técnica, la cual supone la mayoría de los intercambios entre los países en
desarrollo, y
3. capacidad política que puede aportar la CSS a los países en desarrollo en relación
con las estructuras políticas internacionales.

En cuanto las implicaciones positivas que podría conllevar la CSS para el sistema internacional de
cooperación, se identifican las siguientes:
1. consolidar un diálogo más incluyente, apostando por una responsabilidad compartida
entre todos los actores de la cooperación con el fin de promover relaciones más
simétricas, cercanas y horizontales que permitan consensuar en la renovación o
reestructuración de las políticas de cooperación, las cuales están siendo determinadas aún
por los países miembros del CAD;
2. aportar buenas prácticas mejorando la eficacia de las acciones de cooperación, dado
que los países en desarrollo en los últimos años han fortificado sus capacidades, siendo
proveedores de un importante número de experiencias y conocimientos técnicos que están
siendo compartidos entre ellos, haciendo de las relaciones de cooperación Sur-Sur un
esquema de aprendizaje, no solo para los países socios sino también, en algunas
direcciones, para el sistema de cooperación internacional para el desarrollo, y
3. «descentralización» del sistema internacional de cooperación tal como lo sugieren
Esteves y Assunção, tanto en términos del número de los agentes «autorizados» para
participar como el tipo de acciones y prácticas consideradas legítimas por el sistema
institucionalizado.

120
Retos y desafíos de la CSS

→ La CSS ha ido trazando un camino cada vez más firme, posicionándose como un mecanismo alternativo a los
esquemas tradicionales de cooperación para el desarrollo. No obstante, aún hay un camino largo por recorrer para
dar respuesta a preguntas clave como qué tan eficaz puede ser en la lucha contra la pobreza, cómo establecer un
marco técnico medible capaz de analizar su calidad, transparencia y efectividad en la reducción de la desigualdad y
el fomento de las capacidades locales o cómo evitar replicar relaciones de poder e intereses geoestratégicos que han
sido identificadas como perniciosas en los esquemas Norte-Sur, entre muchas otras dudas que ponen continuamente
la mira en la CSS.

→ Son varios los retos y limitaciones que tiene que afrontar la CSS. Sin un consenso total y no siendo exclusivos,
algunos de esos retos grosso modo podrían resumirse en los siguientes puntos clave:
● a) la falta de un consenso de definición, clasificación, medición y valoración (en
términos técnicos y políticos) de la cooperación y ayuda ofrecida por los «donantes
emergentes» (o «nuevos donantes»);
● b) la aún no clara caracterización de la identidad, las motivaciones y los
mecanismos y la dialéctica de los «nuevos donantes» con respecto a los
tradicionales, sobre todo aquellos (la mayoría) que se encuentran en la doble condición
de donante y receptor;
● c) el análisis del impacto (nuevamente técnico y político) que la CSS produce en el
sistema internacional de la cooperación para el desarrollo;
● d) consenso sobre tener o no un órgano multilateral y una metodología común que
coordine la información (datos) y los recursos (financieros y técnicos) de la
cooperación Sur-Sur.

Definición teórica de la CSS y características diferenciadoras


Marco conceptual

→ la cons- trucción del ideario político de la CSS emerge, aunque de manera incipiente, en la Primera
Conferencia de la Liga contra el Imperialismo de 1927 y se refuerza en la Conferencia Afro-
Asiática de Bandung, siendo ambas referencias el inicio en la consolidación de un ideario político
«común» de los países del Sur y de la reivindicación de la existencia de otro mundo con necesidades y
características diferentes al Primer y Segundo Mundo.

→ Movimiento de Países No Alineados (MPNA) → fue fundado en la Conferencia de Belgrado de 1961,


con el objetivo de construir un discurso que identificara a los países en desarrollo en una posición
neutral y posicionarse en apoyo a la autodeterminación, la oposición al apartheid, la no adhesión a pac-
tos multilaterales militares, la lucha contra el imperialismo en todas sus formas y manifestaciones, el
desarme, la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, el fortalecimiento de la Organización
de las Naciones Unidas, la democratización de las relaciones internacionales, el desarrollo
socioeconómico y la reestructuración del sistema económico internacional.

→ Poco a poco se hizo evidente que el progreso logrado en las tres décadas que siguieron a 1945 no se había
traducido en un cambio fundamental de las condiciones y las perspectivas reales de desarrollo de los países del
tercer mundo. La dependencia crecía en lugar de disminuir, la pobreza persistía y aumentaba la brecha económico
social entre el Norte rico y el Sur pobre (Nyerere 1988, p. 149).

121
→ No obstante, algunos países del Sur que no estaban sumergidos por completo en la deuda emprendieron un
camino de reformas económicas con el fin de potencializar la competitividad, ser más eficientes y actualizar el
nivel tecnológico. Cinco países del MNPA, para mediados de la década de los noventa, producían más del
80% de la producción industrial de todo el conjunto de países: Brasil, Corea del Sur, India, México y
Argentina. Estos países, junto con los «Tigres Asiáticos», iniciaron el camino hacia un proceso de
industrialización con una visión unilateral dejando, por un momento, de lado (o detrás) el programa
político y «colaborativo» que se había intentado construir desde principios del siglo pasado.

→ Si en aquella época la lógica fue la búsqueda de alternativas políticas en un mundo bipolar, hoy la racionalidad
que lleva a los países emergentes y en desarrollo a intensificar sus relaciones es «la de promover su inserción
internacional a través de generación de mecanismos de diálogo político, empoderamiento económico y cooperación
en bases horizontales».

→ Bajo el entendido de que estas relaciones entre el Sur surgen en un contexto prioritariamente político, en muchas
definiciones de la CSS se concibe en gran medida como un mecanismo de acción política. En este sentido, Lechini
(2014) alude a que «la CSS implica una construcción esencialmente política que apunta a reforzar las relaciones
bilaterales y a formar coaliciones en los foros multilaterales, para obtener mayor poder de negociación conjunto. Se
basa en el supuesto de que es posible crear una conciencia cooperativa que les permita a los países del Sur afrontar
los problemas comunes mediante el fortalecimiento de su capacidad de negociación con el Norte y de la
adquisición de mayores márgenes de maniobra en el plano internacional».

→ Aunque la CSS se encuentre cargada de un ideario político, también se ha consolidado a partir de una
colaboración técnica entre los países en desarrollo, reconociéndose como un mecanismo de intercambio de
capacidades. Esta idea de una cooperación no solo política sino también de experiencias y conocimientos se
consolida a partir de 1978 con el Plan de Buenos Aires que emana de la Conferencia de Alto Nivel de Naciones
Unidas para la Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo, donde se definió a la cooperación entre los países
en desarrollo como «un proceso consciente, sistemático y políticamente motivado, elaborado con el objeto de crear
una estructura de vínculos múltiples entre países en desarrollo a fin de que puedan crear, adquirir, adaptar,
transferir y compartir conocimientos, técnicas y experiencias en beneficio mutuo».

122
→ La CSS Hoy ha dejado de desarrollarse en un ámbito exclusivamente bilateral y político, para convertirse en una
dinámica regional y transregional multisectorial en la cual los países emergentes, los países de renta media y el
conjunto de los países del Sur global desempeñan un papel más activo impulsando cambios en la práctica de la
cooperación al desarrollo insertando nuevos elementos que pueden ser complementarios a la cooperación
tradicional y colaborar en el esfuerzo colectivo para alcanzar el desarrollo global (Costa 2014).

→ este documento, pues, concibe la CSS como un mecanismo de cooperación propio de los países en desarrollo a
través del cual se fortalecen y/o desarrollan capacidades compartiendo y/o transfiriendo conocimientos,

123
experiencias, recursos y soluciones técnicas que fomentan el desarrollo mutuo bajo los principios de
horizontalidad, reciprocidad, equidad, consenso y solidaridad.

Modalidades y características propias

→ La CSS tiene dos modalidades: la cooperación horizontal y la cooperación triangular.


- La cooperación horizontal, de acuerdo con el PNUD, es aquella en la que «dos o más
países en desarrollo transfieren y adquieren capacidades a través de intercambios
cooperativos en conocimiento, cualificación, recursos y know how tecnológico». Esta
puede ser bilateral —de país a país— o multilateral, un conjunto de países que se
relacionan entre sí para adquirir y compartir experiencias en torno a un sector específico.
- La cooperación triangular es la actuación conjunta de países en desarrollo y países
desarrollados, donde un país en desarrollo con el know how y un desarrollado que aporta
el apoyo financiero actúan a favor de un tercer país en desarrollo.

→ Características diferenciadoras ≠ de la CSS (que posee frente a la cooperación tradicional Norte-Sur):


Se basa en la solidaridad para la ampliación de capacidades institucionales a través de la cooperación
técnica.
— Pretende ser una cooperación internacional para el desarrollo en la cual prima el intercambio
de conocimiento por encima del financiero. No implica compra de bienes y servicios del país
oferente (Segib 2010).
1. Las relaciones de CSS se establecen entre socios que ofrecen y demandan acciones
de acuerdo con sus fortalezas y debilidades en condiciones de reciprocidad.
2. Favorece las relaciones entre países de una misma región, promoviendo la
integración, así como la relación con países socios de otras regiones con los que se puede
construir alianzas (Segib 2010).
3. Es una cooperación que evita una relación vertical y asistencialista en la búsqueda del
desarrollo, optando por la asociación horizontal entre actores como principio básico de
actuación y gestión.

Por qué medir, evaluar y valorar la CSS

→ La inquietud por conocer las ventajas reales que supone la CSS en el desarrollo más allá del vínculo político e
ideológico que existe entre las partes supuso plantear la hipótesis de que la CSS puede aportar nuevos mecanismos
y acciones de cooperación, motivando el posicionamiento de los países de renta media como «nuevos donantes» en
la cooperación internacional, presentándose a sí misma como una cooperación que, a diferencia de la cooperación
Norte- Sur, prioriza las agendas de desarrollo de cada uno de los países sin condicionalidades, de forma solidaria;
fomenta una genuina apropiación, mayor horizontalidad y un desarrollo basado en el fortalecimiento de las
capacidades de los países.

La demanda por cuantificar, medir y evaluar la CSS

→ La CSS, a pesar de no ser un mecanismo nuevo y tener un largo historial, cuenta con pocos datos y análisis
sobre sus ventajas, restando relevancia y certeza a la narrativa que asegura que esta cooperación otorga beneficios
en el desarrollo de los países, por lo que, y aunque la medición, evaluación y valoración no sea el único reto que
debe enfrentar la CSS.

124
→ Conferencia de Delhi de los Proveedores del Sur → se identificaron seis grandes retos en torno a la CSS, de los
cuales, al menos, tres estaban enfocados al tema de registro, monitoreo, cuantificación y evaluación de la
cooperación y en su conjunto se encontraban relacionados con el logro del fortalecimiento de esta modalidad a
partir de una mayor evidencia y control de la información. Así, los principales desafíos identificados en este foro
fueron:
a) un manejo pobre de información y de datos;
b) débil sistema de monitoreo y evaluación en el conjunto de las agencias de cooperación de los países
del Sur;
c) mayor brecha para establecer asociaciones entre los donantes;
d) preocupaciones sobre algunas responsabilidades entre los beneficiarios y los proveedores del Sur;
e) necesidad de una plataforma común para el intercambio de conocimientos, experiencias, el
aprendizaje que permita el desarrollo de la narrativa SSC;
f) el desarrollo de una posición común entre los socios del Sur en otros foros de política mundial
(GPEDC, la ONU, la OMC, etc.) y el contrabalanceo de la narrativa dominante de la OCDE-CAD

Variaciones de las políticas de cooperación Sur-Sur en América Latina (Estudio de casos) -


Bernabé Malacalza

→ La trayectoria de la cooperación Sur-Sur para el desarrollo (CSSD) de América Latina presenta


altibajos, con ciclos de auge, retracción y estancamiento. Los vaivenes se deben a factores
estructurales y de agencia, tales como la crisis de la globalización, las diversas coyunturas políticas y
económicas internacionales y regionales, las agendas de los donantes del Comité de Ayuda al
Desarrollo (CAD) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), así como
a las vulnerabilidades y giros de las políticas de cooperación latinoamericanas.

→ El presente estudio analiza las continuidades y cambios de las políticas de CSSD de Argentina, Brasil, Chile,
Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Venezuela desde 2015.

Introducción

→ Los orígenes históricos de la cooperación Sur-Sur para el desarrollo (CSSD) de América Latina se
remontan a las décadas de los años 60 y 70 del siglo XX, cuando se comandaron las primeras
iniciativas intergubernamentales de intercambio de conocimientos y expertos en la región. Luego, entre
fines de los 80 y principios de los 90, nacieron los primeros fondos específicos para ofrecer cooperación
bilateral y sus dos primeras agencias de cooperación: la Agencia Brasileña de Cooperación (ABC),
en 1987, y la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AGCID), en 1990.

→ El recorrido de la CSSD en América Latina es extenso, intenso, cambiante y diverso. Es un trayecto que
presenta altibajos, con ciclos de auge, retracción y estancamiento, debido, entre otros factores, a diversas
coyunturas políticas y económicas internacionales, agendas de los donantes del Comité de Ayuda al
Desarrollo (CAD) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), así como
a vulnerabilidades y giros en las políticas de cooperación latinoamericanas. De esa manera, la llamada
época dorada de la CSSD, desde el 2000 hasta el 2014 , coincide con un ciclo económico de
bonanza de los precios de las materias primas y un ciclo político de marea rosa —de acuerdo con
la expresión utilizada por Lievesley y Ludlam (2009)— o gobiernos progresistas.

125
≠ época actual → está marcada por un ciclo de retracción económica y deterioro de los términos de
inter- cambio y un ciclo político de marea celeste —siguiendo la nomenclatura que proponen
Lorenzini y Pereyra Doval (2019)— o de gobiernos liberal-conservadores, así como por un proceso
político regional de creciente conflictividad, polarización e incertidumbre, en el que aparecen nuevos
factores de agencia con el ascenso de orientaciones de ultraderecha, cuyo discurso cuestiona, entre
otros asuntos, el sentido de la cooperación.

Parte de la noción de políticas de CSSD como resultantes de una combinación de factores de carácter
socioestructural, narrativo, material, institucional y organizacional.→ El uso del concepto de CSSD —en lugar
de cooperación Sur-Sur (CSS)— permite diferenciar esta dimensión de las relaciones Sur-Sur como un
área específica de políticas que comprende la promoción y/o la colaboración en la construcción de
capacidades entre países en desarrollo. En términos de modalidades, el trabajo analiza
principalmente la cooperación técnica bilateral y triangular, así como la cooperación financiera
reembolsable.

Condiciones estructurales y ciclos de la CSSD: de la bonanza a la incertidumbre

→ En un marco global de cambio sistémico e histórico —que puede leerse como una crisis de transición de la
globalización y de la hegemonía sobre la que se ha basado el orden internacional liberal, y donde se encienden
alarmas por el avance de la disputa entre Estados Unidos y China—, la CSSD atraviesa una fase de estancamiento e
incertidumbre, que ha llevado incluso a algunos retrocesos, fruto del impacto del cambio de ciclo político y
económico en la región.

→ Fruto del ascenso de gobiernos liberal-conservadores y de ultraderecha, la región atraviesa un periodo de mayor
polarización ideológica y de creciente conflictividad en las relaciones bilaterales.

→ Al escenario político hay que sumar el panorama de fin de ciclo económico. La mayor vulnerabilidad
externa de los países latinoamericanos es producto de una tendencia mundial negativa a la
salida de capitales desde los mercados emergentes, el recrudecimiento del endeudamiento y la
caída del precio de los commodities a partir de 2014 (UNCTAD, 2018). Pero además existe un
componente explosivo causado por la profundización de las brechas estructurales en la región con los
mayores índices de desigualdad del mundo.

→ Estos fenómenos van unidos a nuevas tendencias en CID, tales como la creciente securitización de la
Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) de los donantes del CAD-OCDE, o el fenómeno “más allá de la
ayuda”

Narrativas, valores e identidades de las políticas de CSSD

los grandes giros narrativos

→ Los grandes giros narrativos tienen un efecto ineludible sobre los discursos y las políticas exteriores y de CSSD.
El caso de Brasil es innovador, en el sentido de que se introduce una nueva narrativa afín al antiglobalismo
reaccionario. → De manera consistente con ese giro, se da un viraje en las aspiraciones internacionales del
país relacionadas con un marcado antiglobalismo y una búsqueda de alineamiento con los Estados
Unidos de Trump, excluyendo a Europa.

126
- En materia de CID, implica abandonar todo compromiso con países denominados
“izquierdistas” o que plantean desafíos a la política estadounidense. La decisión se refleja,
por ejemplo, en medidas como la reducción del papel de la ABC, o el abandono de
proyectos de esta con Venezuela, Bolivia, Cuba y Palestina. Un símbolo de esa política es
la cancelación del Programa Mais Médicos, que permitía el ingreso de médicos cubanos
para cubrir la demanda profesional insatisfecha en territorio brasileño.

Otro de los grandes giros narrativos recientes es el de México, con la emergencia de un discurso
fundacional que opera como contranarrativa al neoliberalismo. En contraste con el globalismo
adaptativo presente en los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido
Autonomista Nacional (PAN), la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su
Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), en diciembre de 2018, constituye, en palabras del
nuevo presi- dente, “no solo un cambio de gobierno, sino un cambio de régimen, una salida del
neoliberalismo”.

→ El giro narrativo de Ecuador es uno de los más pronunciados. Tras la llegada al gobierno de Lenin
Moreno en mayo de 2017, y con el impulso a la consulta popular de febrero de 2018 para prohibir la
reelección indefinida, se instaló una nueva narrativa de “descorreización” que puso fin a la
institucionalidad y a los conceptos creados durante la presidencia de Correa. Una de las nociones
ordenadoras que fueron elimi- nadas de la Constitución de 2008 es la del Buen Vivir o Sumak Kawsay,
cuya visión ponía en cuestión el desarrollo en pos de “una aspiración más amplia y más profunda de la
vida” (Ayllón y Dolcetti, 2014). El anuncio de salida de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América (ALBA) en 2018, la posterior retirada de la Unasur o la entrada a Prosur en 2019, son
algunos de los ejemplos de los cambios en la agenda externa.
- En materia de CID, tras la eliminación de la Secretaría Técnica de Cooperación
Internacional (SETECI) en 2016 (por razones presupuestarias), se creó la Subsecretaría
de Cooperación en el ámbito del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana,
mostrando así un alineamiento de la política de CSSD con la agenda de la eficacia de la
ayuda.

Continuidades y cambios en las narrativas adaptativas y reformistas

→ La llegada al poder de nuevas coaliciones de gobierno en la región suele motivar cambios en los acentos y
matices de las políticas de CSSD, a pesar de que las continuidades —en el caso de los países sudamericanos del
Pacífico— suelen ser más acentuadas. Esa trayectoria de continuidad también está bastante consolidada en el
posicionamiento político de países como Argentina, Uruguay y Costa Rica.

→ En el caso de Argentina —aunque con un breve interregno durante la presidencia de Macri—, la narra- tiva
globalista reformista se mantuvo a lo largo de la última década. Ello se observa durante el ejercicio de la
presidencia del G-77 más China en 2011, en la participación en el G-20, en la articulación con el bloque G-90 en la
Organización Mundial del Comercio (OMC) → la Administración Macri (2015-2019) introdujo un giro narrativo
más afín al globalismo adap- tativo con el lema “queremos volver a ser parte del mundo y cortar con el
aislacionismo” (Casa Rosada, 2016) y a una concepción minimalista del desarrollo asociada al mundo de los
negocios, al crecimiento económico y a la lucha contra la pobreza, marcando así una nueva identidad del país en
iniciativas como un mayor alineamiento con Estados Unidos.

127
- en materia de CID, esto no implicó estar más a tono con la agenda de la eficacia ni con la
AGCED, aun cuando se participó por primera vez de sus reuniones en 2016 como
observador. El hecho de haber sido país anfitrión de la II Conferencia de Alto Nivel de
Naciones Unidas sobre la CSS —en conmemoración de los cuarenta años del Plan de
Acción de Buenos Aires (PABA), en marzo de 2019— obligó al gobierno argentino a
mantener una participación constructiva aunque distante de los foros propiciados por el
CAD, resaltando la importancia de que la CSSD se desarrolle bajo perspectivas y
metodologías propias.

→ La narrativa del globalismo adaptativo fue la marca de los gobiernos de la Concertación de Ricardo Lagos
(2000-2006) y Michelle Bachelet (2007-2010) en Chile. La musculatura adquirida por la activa política de
negociaciones comerciales internacionales, apertura económica, y acuerdos bilaterales y regionales de
libre comercio —junto con la participación en asociaciones transregionales como el Foro de
Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) y el Acuerdo Transpacífico de
Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés)— resultó clave para establecer las bases de
una política exterior apoyada en la búsqueda de prestigio internacional, la atracción de inversiones y la
liberalización comercial (Gutiérrez y Jaimovich, 2017). Asimismo, el ingreso como miembro de la OCDE
en 2010, y la creación de la Alianza del Pacífico en 2011 fueron semillas que contribuyeron a dinamizar
ese rol en la CSSD y la cooperación triangular.

→ Uruguay es un referente de continuidad y solidez en materia de cooperación en la región. Su


adscrip- ción a la narrativa globalista reformista ha sido una constante en los gobiernos del Frente
Amplio (Lamas, 2017). A partir de la creación de la AUCI en 2010, esa visión reformista se reforzó con
profesionalización e institucionalidad. El retorno de Tabaré Vásquez a la presidencia en 2015 marcó una
línea de continuidad con José Mujica, pero en el contexto de nuevos desafíos por el impacto de la
graduación de la AOD en el aumento de las cuotas del país a organismos internacionales, o en la
exclusión de fondos multilaterales (Vignolo y van Rompaey, 2020). Con el apoyo político y técnico en la
CEPAL y, luego, el diálogo con el Centro de Desarrollo de la OCDE —del cual Uruguay es miembro
pleno desde 2015—, se facilitó la reflexión en torno a una narrativa nueva, la del “desarrollo en
transición”. En ese sentido, el presidente Tabaré Vásquez promueve un planteamiento de no
penalización a los países en desarrollo: “El desarrollo en transición no es un concepto caprichoso. Es la
expresión más cabal de la situación de países que, como Uruguay, están en la senda del desarrollo
pero aún necesitan de una cooperación repensada y reorientada que los acompañe”.

Narrativas, planes nacionales de desarrollo y estrategias de CSSD

→ Aun cuando las narrativas pudieran dar lugar a dudas sobre el compromiso de los países de la región con la
Agenda 2030, es necesario observar algunos matices nacionales. Por ejemplo, como bien señala Guerra Rondón
(2019) para el caso de Cuba, la narrativa contrahegemónica no implica seguir una “contra-agenda”, ni
estar en desacuerdo con la agenda multilateral del desarrollo.

→ Otro de los ejemplos es Brasil, donde existe una narrativa reaccionaria que pone en cuestión el orden
internacional liberal y desacredita el contenido de las normas regionales y/o multilaterales, tal como se
evidencia en el creciente obstruccionismo brasileño a consensos regionales o multilaterales, en la crítica
al Acuerdo de París desde una posición soberanista frente al Amazonas, o en el reciente veto del
presidente Bolsonaro a un artículo del Plan Plurianual (2020-2023) con referencia a la Agenda 2030
(Valor, 2019).

128
→ Un primer punto que es necesario considerar es que, salvo en los casos de Chile y Argentina, en los que existe
un programa de gobierno, todos los países de la región cuentan con planes de desarrollo vigentes en
los que sobresalen diferentes narrativas. Una segunda cuestión es que de la lectura de los
documentos de Brasil, Colombia, Perú, Argentina y Chile, surgen expresiones afines a un lenguaje más
empresarial y tecnocrático —como “crecimiento económico”, “ambiente de negocios”, “competitividad”,
“igualdad de oportunidades”, “lucha contra la pobreza” o “emprendimiento”—, mientras que en los
planes de desarrollo de México y Uruguay aparece una narrativa más acorde con el neo estructuralismo
cepalino —con conceptos como “raíces estructurales”, “problema de desarrollo”, “desarrollo equitativo y
sostenible”, “transformación productiva sostenible”, “cambio estructural”, “transformación social” o
“transformación de las relaciones de género”.

Narrativas sobre la CSSD en disputa

→ as disputas en torno a las narrativas de la CID y de la CSSD están a la orden del día en América Latina. Ello se
refleja en el significado que se le otorga y el lugar que ocupa la CSSD en los discursos, las estrategias nacionales
de desarrollo, y los lineamientos y documentos específicos de política. Se trata de una disputa de significantes que
tiene, además, efectos en la política exterior, y establece clivajes sobre los cuales se definen lineamientos y
prioridades.

→ aparece en la actualidad un nuevo eje o clivaje fundamental, marcado por las posiciones frente a la
globalización, entre cosmopolitismo y nacionalismo, o entre “globalistas” y “antiglobalistas”, según el
consenso o el cuestionamiento existente en torno al orden internacional liberal en cuestiones como la
globalización, la integración económica, el libre comercio, la política migratoria, la de seguridad o la
agenda global del desarrollo.
- Si se parte de un análisis constructivista e histórico, es posible observar diferentes clivajes
narrativos de la CSSD según las concepciones del desarrollo a las que adhieren las
coaliciones gobernantes. De esa manera, puede aparecer con claridad una divisoria entre
coaliciones gobernantes que apelan a discursos minimalistas del desarrollo — centrados
en el crecimiento económico, las oportunidades de negocio y la lucha contra la pobreza—,
y coaliciones gobernantes que postulan un discurso más afín con el neo estructuralismo
cepalino en términos de reconocer los problemas del desarrollo como estructurales y
multidimensionales. Dentro de ese discurso estructuralista, los contrahegemónicos ponen
el acento en las asimetrías en el orden mundial y en las condiciones socioeconómicas
sobre las que subyacen los modelos de desarrollo; mientras, los reformistas subrayan la
necesidad de una transformación productiva socialmente inclusiva y ambientalmente
sostenible.

129
a) Globalistas adaptativas (eje Davos-París). Esta narrativa subraya el compromiso con el orden inter-
nacional liberal e impulsa una activa agenda en los países en desarrollo para incrementar su presencia
global en instituciones multilaterales, promover la democracia liberal, el libre comercio y la empresa
privada, y asumir, de manera creciente, un papel como donantes u oferentes de cooperación.

b) Antiglobalistas reaccionarias (eje Washington-Brasilia). Desde el surgimiento del movimiento


político estadounidense de ultraderecha Tea Party en 2009 —en protesta contra la Ley de Estabilización
Económica de Urgencia de 2008 de George W. Bush y contra los impuestos y el aumento de gasto
público de Barack Obama—, esta narrativa es alimentada en el hemisferio por la llegada al poder de
líderes como Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil, que promueven “guerras
culturales” en torno a la globalización, al género, la inmigración, el derecho a una vida digna, la
educación de calidad, la soberanía alimentaria, el acceso a la tierra, el respeto y la no discriminación, la
participación política en igualdad de condiciones, etc. (Sanahuja, 2018). Como bien señala Gómez
Reino (2019), esta narrativa antiayuda y anticooperación implica mayores recortes presupuestarios a la
CID, obstrucciones a avances en agendas multilaterales de desarrollo, y una mayor securitización de la
agenda de cooperación, vinculándola de manera más estrecha a objetivos nacionales de seguridad.

→ c) Globalistas reformistas (eje Porto Alegre-Santiago de Chile). Los sectores agrupados en torno al
icónico Foro Social Mundial de Porto Alegre plantean la necesidad de regular la globalización a través
de reglas regionales o globales que busquen reducir las desigualdades, y protejan los derechos
laborales y so- ciales y el medio ambiente, con una regulación inclusiva de la inmigración y el
reconocimiento de de- rechos de género. Doctrinalmente, en América Latina, esta narrativa encuentra
su inspiración en la agenda neodesarrollista y neoestructuralista desarrollada por la CEPAL (...). En
materia de CID, promueve activamente la CSSD y un mayor protagonismo del Sur Global en su visión
reformista de la gobernanza de la CID, en la que se privilegia la búsqueda de consensos en el ámbito
multilateral.

d) Antiglobalistas contrahegemónicas (eje La Habana-Caracas). La narrativa antiimperialista y tercer-


mundista de los soberanistas y antiglobalistas de izquierda comprende los movimientos bolivarianos
agrupados en torno a la ALBA y al eje La Habana-Caracas. Radicalmente opositores a la “globalización
neoliberal”, identificada con el libre comercio, y a la actuación de las multinacionales, rechazan también,
por su carácter hegemónico, las premisas del orden internacional liberal.

Marco interpretativos y orientaciones geográficas y sectoriales de las políticas de la CSSD

130
→ Partiendo de una perspectiva teórico-metodológica constructivista, Van der Veen (2011) argumenta
que las ideas sobre los objetivos y motivaciones de la ayuda externa determinan su formulación e
implementación, y las clasifica en tres grupos principales: valores centrales, marcos interpretativos
(aid frames) o actitudes normativas e ideas sobre cuestiones específicas. El autor introduce el
concepto de marcos interpretativos para abordar el proceso a través del cual las narrativas, las
perspectivas sobre el mundo, las visiones y los valores se constituyen en factores de agencia. Aunque
los marcos interpretativos son afectados por intereses materiales, no resultan solamente de ellos, sino
que están fuertemente influidos por los discursos nacionales, y son formados por las tradiciones y
experiencias nacionales, el contexto económico y político internacional y los esfuerzos hechos por los
gobiernos en términos de políticas públicas.

131
132
→ En Brasil, la política de prestigio de Bolsonaro pasa por consolidar la cooperación triangular con países
ideológicamente afines como Estados Unidos, Israel, Italia, Hungría o Polonia, pero también por abandonar
definitivamente las vinculaciones con gobiernos de izquierda o antiestadounidenses como Palestina, Venezuela y
Cuba

Las bases institucionales y organizacionales de las políticas de CSSD

→ Entre finales de los años ochenta y principios de los noventa, América Latina vio nacer los primeros fondos
específicos para la CSSD —por ejemplo, en 1992, se creó el FOAR— y sus primeras agencias de cooperación, la
ABC y la AGCID. Sin embargo, el resto de las agencias, como APCI, AECI, APC, AMEXCID y AUCI, fueron
creadas en la época dorada de la CSSD, marcada por los escenarios de “fin de la ayuda” y la conversión de los
países latinoamericanos hacia un papel dual o de oferente neto. Como bien señalan Rivero y Xalma (2019), el
surgimiento de nuevos órganos rectores, agencias, fondos o instrumentos normativos representó un compromiso
compartido de dedicar más y mejores recursos (financieros, técnicos y humanos, además de los institucionales) a la
CID, sin embargo, los procesos no siguieron una única fórmula.

→ El dilema político de definir la narrativa de la cooperación tiene un efecto ineludible en la adhesión a una
concepción del desarrollo. Como puede observarse en los diferentes lineamientos políticos de los planes de
desarrollo y en las estrategias de cooperación, asoman en la región dos grandes concepciones antitéticas sobre el
desarrollo: una minimalista y tecnocrática —que entiende el desarrollo como crecimiento económico y oportunidad
de negocio—, y otra estructuralista —que parte de una noción más amplia y afín a la visión multidimensional de la
Agenda 2030 en la que se integran los ejes de la productividad, la inclusión social y la sostenibilidad ambiental.

→ En la mayoría de los países de la región, no existe legislación que rija la cooperación, y los déficits de
profesionalización y permanencia de recursos humanos son serios, por lo que las políticas de CSSD están expuestas
a una alta vulnerabilidad frente a cambios de prioridades gubernamentales o con la llegada al poder de nuevas
coaliciones partidarias, algunas de ellas incluso con discursos anticooperación. Es importante dotar a los órganos
rectores de presupuesto suficiente para encarar reformas administrativas y fortalecer sus instituciones,
institucionalizar sus sistemas de informa- ción y seguimiento de proyectos, y apoyar la formación de sus recursos
humanos.

Cooperación internacional, política exterior y desarrollo. Una discusión situada para el caso de
la Argentina - Lara Weisstaub

→ El objetivo de esta ponencia es analizar las representaciones que históricamente han construido los
grupos responsables de la cooperación internacional en torno de la relación entre cooperación
internacional, política exterior y desarrollo. En cierta forma, pretende poner en discusión un ‘axioma’ de
los estudiosos del fenómeno que define inexorablemente a la cooperación internacional como parte de
la política exterior de los estados.

→ ¿Por qué los países están dispuestos a recibir cooperación? ¿Cómo se vincula dicha decisión a sus intereses de
política externa y también a sus políticas nacionales de desarrollo?

→ El examen de las representaciones gráficas y los contenidos del modesto cuerpo de informes y materiales de
divulgación que ha emitido la Dirección General de Cooperación Internacional (DGCIN) de la Cancillería

133
Argentina, pretende ser una vía de acceso al marco epistemológico que sustentaba las acciones y las
decisiones de los responsables de la política de cooperación Argentina.

Marco epistemológico → El marco epistémico de los funcionarios argentinos, no se asume definido en un régimen
de ideas que se ‘consensuan’ internacionalmente, sino construido intersubjetivamente en la relación entre la
configuración político-ideológica hegemónica local sobre el ‘tipo de país que queremos ser’, el modo de
lograr el desarrollo, la noción misma de desarrollo, por un lado, y las tendencias internacionales que
caracterizan a los países en referencia con ciertos estándares de ‘desarrollo’ construidos sobre ‘tipos
ideales’ representados por las democracias occidentales capitalistas, por el otro.

→ el trabajo plantea que las imágenes que ilustraron las publicaciones y los contenidos que fueron seleccionados
para la divulgación, constituyen una fuente sintética y potente que permite dar cuenta de las concepciones sobre la
cooperación internacional, sobre su función pero sobre todo, acerca de la relación que presuponía con las políticas
nacionales de desarrollo y de relaciones exteriores. En otras palabras, a través de las imágenes de los informes y
revistas sobre cooperación internacional de la Cancillería Argentina, se pretende identificar los cambios en las
concepciones que tenían los grupos gobernantes sobre el tipo de relación que existía en la tríada de políticas
Exterior- Cooperación- Desarrollo.

→ En los treinta años de vida democrática, la Dirección General de Cooperación Internacional (DGCIN) de la
Cancillería argentina, hizo públicos sólo dos informes sobre sus actividades: en los años 1987 y 1999. Estos
documentos tenían como objetivo realzar el rol de la Cooperación Internacional en el país.

→ Las tres imágenes refieren a sectores productivos esenciales de la Argentina, vinculando desde el inicio a la
cooperación internacional con el desarrollo del país. Industria, campo y ciencia son presentados como los
pilares del desarrollo, las ramas de la actividad que se fortalecen gracias a la cooperación internacional. →
Aunque ninguno de los escenarios debía su existencia a la ayuda internacional, un lector ocasional
podía interpretar que las tres escenas eran fruto de la cooperación, en el sentido que la existencia
misma de la industria, de la cosechadora o del aparato que utiliza la científica, habían sido generados
gracias al aporte de la Cooperación Internacional.

→ El modelo de desarrollo propuesto en los inicios del gobierno de Alfonsín, basado en el ejercicio activo de
la ciudadanía y una propuesta heterodoxa de estímulo al crecimiento bajo el auspicio de un Estado
“independiente”, sufrió profundas transformaciones a lo largo de su gobierno. Sin embargo, algunos de
sus principios subsistieron, al menos discursivamente, en una referencia tácita al estado de bienestar
europeo. Esto, idealmente, implicaba promover una economía productivista, con un Estado que
garantizara el desarrollo armónico de las relaciones de clases, promoviendo políticas educativas, de
trabajo y acción social que permitieran alcanzar una sociedad más equitativa y moderara la puja
distributiva que había elevado los niveles de conflictividad social en las décadas precedentes.
- Esa narrativa en torno del desarrollo, presentaba en sus fundamentos profundas
discordancias con el régimen de ideas hegemónico de los organismos de cooperación
internacional. En esencia, el modelo de desarrollo que promovía la comunidad
internacional se referenciaba en las argumentaciones clásicas y neoclásicas de la
economía y el libre comercio internacional.

→ hasta entrada la década del 90, el desarrollo fue concebido estricta y únicamente en términos
económicos y equiparado al crecimiento o incremento del producto bruto interno. El tratamiento

134
de la ́ cuestión social ́ durante la década del ́ 80 había sido relegado a propuestas asistencialistas que
garantizaran las necesidades básicas de las poblaciones, y el motor del desarrollo identificado con el
sector privado. El concepto de desarrollo humano, comenzó a disputar un espacio significativo recién
a comienzos de la década del 90 y no indicó un cambio de estrategia sino una ampliación de la agenda
para incluir en el debate la dimensión social del desarrollo.

→ En la dimensión externa, la política era similar. Anticipándose a los cambios de política interna, la diplomacia
había operado, ya desde los últimos meses de 1984, un “giro realista”(Russell, c1988, p. 156) y había orientado sus
planteos a fortalecer la imagen internacional del país, mejorando sus relaciones internacionales para crear una
especie de “malla protectora” frente a las amenazas a la democracia o a las crisis económicas que pudieran
desestabilizar al país.

→ La publicación del informe de cooperación perseguía también este objetivo: insertar al país en la comunidad
internacional difundiendo la calidad de los vínculos internacionales que mantenía como receptor y como donante.
Construía un ‘nosotros’ potencia agrícola, que situaba al país en el concierto de las naciones que ‘dan’, pero lo
hacía de una forma no agresiva.

→ el primer informe de la Cooperación Internacional de la Argentina democrática, se erigió como


una credencial de presentación al mundo. Un documento que informaba ambiguamente la estrategia
que tenía argentina como receptora pero mostraba abiertamente, en cambio, la comprensión de los
códigos y la pertenencia a las sociedades capitalistas y democráticas, es decir al mundo occidental.

El camino hacia el Norte

→ El documento “Cooperación al Desarrollo Técnica y Científico-Tecnológico. Diez años de gestión” se publicó


sobre el final del gobierno de Menem, a modo de informe de gestión → Para cuando se editó, hacia 1999, la
situación del país era completamente distinta respecto del período de la transición democrática, y también lo era el
contexto de producción y recepción del informe, es decir, el entorno institucional, los editores y sus lectores.

→ Diez años de gobierno menemista habían logrado transformar al país en casi todas sus dimensiones. Las
políticas económicas y financieras habían impedido las reiteradas crisis inflacionarias, equilibrando mediante
controversiales ajustes sucesivos las deterioradas cuentas fiscales e incrementado las posibilidades de acceso al
capital. Los procesos de privatización de las empresas públicas y los cambios de los roles y funciones reservados al
Estado y al mercado, habían transformado la estructura productiva y social del país. El sector de los servicios
había subsumido a los productivos. Aunque se produjo una mejora de los indicadores de crecimiento de
la economía argentina, los datos tendieron a ocultar que, a medida que la década avanzó, la crisis del
mercado laboral fue horadando la situación social y aumentando la desigualdad entre los sectores
minoritarios más ricos y la amplia masa de sectores intermedios y pobres.

→ Durante la transición democrática, re-insertar a la Argentina en el mundo se había concebido como un proceso
para fortalecer su imagen como un país autónomo, pero respetuoso de los cánones políticos y económicos
occidentales. Durante el menemismo, en cambio, la ‘inserción’ había sido asociada a la necesidad ‘convertir’ a la
Argentina en un país del ‘primer mundo’. Políticamente esto se tradujo en una alineación casi automática con los
Estados Unidos, en tanto potencia hegemónica y la profundización de sus vínculos transnacionales, sobre todo, en
materia económica. Pero el concepto implicaba un cambio más profundo. Involucraba la
́asimilación ́ acrítica de los parámetros políticos, económicos y culturales del modelo de
desarrollo que tenía como referencia, ya no los países europeos como había ocurrido durante el
gobierno de Alfonsín, sino a la sociedad norteamericana.

135
- En este contexto, la política de cooperación fue diseñada estratégicamente a partir de su
vinculación con la política exterior y con el modelo de desarrollo neoliberal que se deseaba
alcanzar.

→ La estrategia comunicacional no es exclusiva del contexto institucional. Por el contario, la decisión de


la Subsecretaría de Cooperación Internacional de la Cancillería, se inserta en un clima de ideas que
tendió a considerar como el único conocimiento válido aquel que estaba respaldado por las cifras. El
énfasis en lo cuantitativo, en ‘objetivar’ las decisiones sobre la base de ‘criterios racionales’, es propio
de un estilo de gestión que se conoció como el paradigma de la Nueva Gestión Pública (New Public
Managemente) promovido en el marco de los programas de reforma del Estado durante los años ‘90.

De regreso al Sur

→ El tercer documento que se analiza en este texto, es la Revista del FOAR en su número aniversario con motivo
de los 15 años del programa (Ministerio de Relaciones Exteriores Comercio Internacional y Culto, Subdirección
Nacional de Cooperación Internacional, 2008). Tal como se mencionara anteriormente su historia, su objetivo y
naturaleza son claramente diferentes a los documentos analizados en las secciones precedentes. Sin embargo, el
relanzamiento de la revista en el 2008, señaló un viraje en la orientación de la política de cooperación de la
Argentina hacia el Sur y por eso merece ser analizado.
- las particularidades del soporte elegido, ‘la revista’, implicaban no sólo el objetivo de
‘difundir’ información, sino el de promover un cierto discurso ‘oficial’. Debía transmitir un
mensaje que tendiera a homogeneizar las perspectivas de los actores que intervenían en
las actividades de CSS, explicitando los motivos y la calidad de los vínculos que debía
involucrar esta política. Por lo tanto, debía posicionar a la Argentina como oferente y
referente de un tipo particular de CSS.

→ el discurso que desarrolló la Argentina en torno de la CSS hacia el 2008 retoma los principios
del Movimiento de los No Alineados y reconstruye una narrativa que unifica la diversidad
representada en una categoría exógena, impuesta a los países por el sistema tradicional de
cooperación, como el de países de renta media (PRM) bajo la identidad “Sur”. Es que los debates
que estaban teniendo lugar desde comienzo de siglo en torno a la focalización de la ayuda en los
países más pobres y la condición de los países de renta media para continuar siendo receptores,
hicieron eclosión con la crisis financiera de los países centrales en el 2008. Esto redundó en un notable
deterioro de los fondos de la AOD en la región. La reacción de la Argentina y el resto de los países
latinoamericanos fue un fuerte retorno discursivo hacia los planteos de soberanía, autodeterminación y
en lo que refiere a la relación entre los países hacia la “solidaridad de los pueblos”.

Conclusiones

Desde el campo de estudio de las relaciones internacionales se ha definido a la cooperación


internacional como parte de la política exterior. Pero esta enunciación ha sido formulada esencialmente
para los países donantes. En el caso de países cuya condición es dual, como la Argentina, dicha
afirmación demanda una revisión crítica que permita ver el tipo de articulación que se da entre
ambas políticas y las tensiones que se producen al incorporar la consideración del objetivo
básico por el que se establece la cooperación, es decir el desarrollo.

136
→ todos los documentos han cumplido con dos funciones, una explícita y una implícita. La primera, obviamente
refería a la función de información. Todos los documentos presentaron datos y describieron situaciones en un
marcado tono de ‘neutralidad’ que presentaba el discurso institucional como verdadero, objetivo, y despojado de
intencionalidad política.
La segunda, fue la de promover una serie de ideas o creencias vinculadas al grado de desarrollo del
país y sobre todo al modo en que dicha imagen debía proyectarse internacionalmente. Esta segunda
función está dada por su vínculo con la estructura institucional del poder. Como elementos
comunicacionales constituyen soportes de un discurso que es eminentemente político. Por lo tanto,
tiene como intencionalidad en su producción de sentido la generación de una creencia.

→ Aunque los tres documentos expresan la intención de ‘insertar’ a la Argentina en el mundo, los
contenidos de ese mensaje tenían significados diversos.
1) Durante el gobierno radical dicha expresión refería al fortalecimiento de la capacidad
autónoma del país.
2) Durante el menemismo la ‘inserción’ había sido asociada a la necesidad ‘convertir’ a
la Argentina en un país del ‘primer mundo’.
3) Durante el gobierno krichnerista, dicha estrategia consistió en ‘integrar’ un espacio
regional a partir del cual disputar un espacio de poder a nivel global.

Argentina y la cooperación para el desarrollo: cambios y continuidades - Bernabé Malacalza

→ la cooperación para el desarrollo de Argentina ha estado influida por el marco institucional y los actores que han
participado en ella, pero fundamentalmente por las apreciaciones de los cambios en los ambientes internacionales y
domésticos. Sus trazos han estado inspirados en intereses y han servido como instrumentos diplomáticos para la
consecución de objetivos políticos, económicos y comerciales a nivel internacional.

→ El presente capítulo intenta hacer un recorrido por la evolución histórica de la cooperación argentina
desde sus orígenes hasta la actualidad.

la prehistoria de la cooperación argentina

→ El periodo anterior a la etapa democrática podría presentarse como una prehistoria de la cooperación. Si bien no
existía aún un órgano institucional especializado en la materia en el ámbito de la cancillería, comenzaban a
encaminarse de manera aislada iniciativas de cooperación técnica por parte de instituciones estatales autónomas.

→ Durante esta etapa, la Argentina fue receptora neta de cooperación y firmó los primeros convenios de
cooperación técnica: con Francia en 1964, Alemania en 1969, México en 1970 y Brasil en 1982. La primera
referencia concreta como país oferente la encontramos en el Informe Nacional presentado ante la Primera
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo (ctpd) de Buenos Aires
en 1978.

Los 1eros intentos de institucionalización (1983-1989)

→ La restauración democrática de 1983 marca el inicio de una reestructuración de la política


exterior. La principal motivación del gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989) pasaba por restaurar la
credibilidad y la imagen del país en el mundo, dañada por las violaciones a los derechos humanos de la
dictadura militar (1976-1983) y por la derrota en la guerra de Malvinas en 1982.

137
→ La definición del país como perteneciente a América Latina y el Caribe y al mundo en vías de desarrollo dio
impulso a iniciativas de cooperación regional y sentó las bases para un esquema de integración regional con Brasil,
activó la participación en el debate sobre el Nuevo Orden Económico Internacional y en el Movimiento de Países
No Alineados (MNA) como alternativas frente a la confrontación bipolar de la Guerra Fría.

→ Durante la administración del gobierno de la Unión Cívica Radical, se insertó en la agenda pública la idea de
que la cooperación técnica podía asumir el papel de herramienta de la política exterior.

→ La cooperación argentina surgió así de manera institucionalizada desde el impulso de la cooperación triangular
con organismos multilaterales, en la que la Subsecretaría de Cooperación Internacional (Subci) estaba a cargo
de coordinar la cooperación financiera y técnica no reembolsable.

La creación del FO-AR con foco en el “Primer Mundo” (1989-1999)

→ El fin de la Guerra Fría, el establecimiento de la hegemonía estadounidense y la propagación del modelo de


democracia y economía de mercado en el mundo tuvieron particular incidencia en la formulación de la política
exterior de Carlos Menem (1989-1999). → aquiescencia pragmática = estuvo centrada en la relación
especial con EEUU, la apertura comercial irrestricta y el aprovechamiento de lazos internacionales p/el
fortalecimiento del proceso de reformas orientadas al mercado.

→ El deseo de la administración Menem de acceder como miembro pleno a la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económicos (ocde) exigía el reposicionamiento de Argentina como “donante” de cooperación
técnica. Entre las obligaciones de los países miembros, se encontraba la de contribuir al desarrollo económico de
países en desarrollo y ampliar los presupuestos destinados a “proveer asistencia técnica”. En esa línea se inscribió
la creación del FO-AR en marzo de 1992 en el ámbito de la Subci.

→ La concepción original del FO-AR acuñó el concepto de cooperación técnica basada en la


horizontalidad y el intercambio de conocimientos. Este principio, consagrado por el Plan de Acción
de Buenos Aires (paba) en 1978, guió el envío y recepción de expertos y la preparación de seminarios,
reuniones y talleres de trabajo. Bajo este esquema, el fondo proveyó viáticos, pasajes, cobertura
médica, y apoyo a los proyectos; mientras que las dependencias gubernamentales garantizaron el pago
de salarios y las embajadas actuaban de nexo con las instituciones locales.14 Además, participaron
fundaciones o empresas, como por ejemplo Sancor.

→ El FO-AR sirvió como instrumento de adaptación al orden internacional occidental y como un


mecanismo de difusión de técnicas y conocimientos para las reformas neoliberales.

El FO-AR entre la inercia y la parálisis (1999-2003)

→ La asunción de Fernando de la Rúa (1999-2001) se dio en el marco de una economía debilitada como producto
de su alta exposición al endeudamiento externo. La nueva administración procuró dar prioridad al Mercado Común
del Sur (Mercosur), aunque los desencuentros con Brasil y la presión creciente del Fondo Monetario Internacional
(fmi) limitaron su margen de maniobra. Una serie de saqueos a comercios y masivas concentraciones desembocó
en la renuncia del presidente en diciembre de 2001. Tras una sucesión de cuatro breves presidencias entre
diciembre de 2001 y comienzos de 2002, el gobierno transitorio de Eduardo Duhalde (2002-2003) tuvo que
afrontar una de las peores crisis nacionales de la historia. → La política exterior de Duhalde reintrodujo una lectura

138
política y estratégica de las vinculaciones con la región, en especial de la relación bilateral con Brasil (....). → Este
periodo coincidió con la caída del país a la categoría de renta media baja, creciendo levemente su papel como
receptor de ayuda al desarrollo bilateral y multilateral. En 2002, se creó en la cancillería argentina el cargo de
“representante especial para las acciones de solidaridad”, designado para atender la captación de recursos
internacionales.
- Las prioridades domésticas ocuparon el centro de la agenda de política exterior, por lo que
el fo-ar mantuvo de manera inercial los encadenamientos iniciados durante la
administración Menem, que implicaron actividades en 31 países, con la salvedad de que
los compromisos decrecieron en 2002

MINUSTAH y la revitalización del FO-AR (2003-2007)

→ Durante el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) la política exterior sirvió como un conducto para el apoyo
a la reestructuración de la deuda. En la región se trató de irradiarle un tono más armónico a la relación con Brasil,
poniendo el acento en las posturas coincidentes frente a temas relevantes como la relación con el fmi y la creación
de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

→ la decisión de participar en la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (minustah) en 2005
abrió la puerta a una serie de iniciativas de cooperación, que incluyó la implementación del Programa de
Promoción de Autoproducción de Alimentos Frescos (ProHuerta) en la zona de influencia del batallón argentino en
Gonaïves. Tras las elecciones en 2006, esta agenda se profundizó con la extensión del programa y la incorporación
de otros proyectos de fortalecimiento institucional.
La cooperación con Haití contribuyó a revitalizar el fo-ar y generó una oportunidad para iniciar un
diálogo con miras a una agenda regional de css.

Ascenso de la CSS y ampliación del FO-AR (2008-2011)

→ A partir de la crisis financiera de 2008, en paralelo a la contracción de las economías desarrolladas, se observó
un mayor vigor de la css, resultante de la creciente influencia de China y los países emergentes. Desde la visión del
gobierno de Cristina Fernández (2007-2015), la crisis internacional era el resultado de instituciones internacionales
que no representaban a los países en desarrollo, por lo que era necesario cuestionar las reglas internacionales
vigentes en materia de comercio y finanzas y promover la css. Este discurso retomaba los principios del no
alineamiento de la década de 1980.

→ En el ámbito de la política de cooperación, se adoptó un perfil de tono crítico y de rechazo a


intervenir en los foros propiciados por los donantes tradicionales del Comité de Ayuda al Desarrollo
(cad) de la ocde en torno a la eficacia de la ayuda.

→ Si bien crecieron ampliamente la cantidad de iniciativas del fo- ar, éstas se concentraron en los países
fronterizos más vulnerables, priorizando los temas de seguridad alimentaria, pesca, derechos humanos, salud,
políticas sociales y gobierno.

Crisis global y diversificación del FO-AR (2012-2015)

→ La crisis económico-financiera global y la desaceleración de la economía china tuvieron un impacto negativo en


Argentina. A la retracción del comercio internacional, se sumó una caída en el precio de las materias primas y del

139
petróleo. Este deterioro de los términos de intercambio se concibió como un proceso a mediano y largo plazo que
marcaba el fin de la bonanza económica y, consecuentemente, del boom de la css en la región latinoamericana.

Inestabilidad global y redefinición del FO-AR (2015-2019)

→ El diagnóstico inicial del gobierno de Mauricio Macri, elegido en 2015, era que la política exterior debía
aprovechar las oportunidades del mundo y de la globalización económica. Ello implicaba volver a despertar el
interés de las potencias occidentales, solicitar el acceso a la ocde y recomponer las relaciones con los organismos
multilaterales de crédito como el fmi y el Banco Mundial. Sin embargo, a poco tiempo de asumir el gobierno, hubo
señales inmediatas de que el poder internacional parecía encauzarse hacia la inestabilidad.

→ Por lo tanto, la política exterior de “vuelta al mundo” tuvo que readecuarse de manera forzosa.

→ Esta nueva dimensión ideológica se puso también de manifiesto en las expresiones de la política de cooperación
para el desarrollo. La novedad fue que los países miembros de la ocde y de la Alianza del Pacífico (Chile,
Colombia, México y Perú) ganaron peso específico como beneficiarios.

→ La política de css experimentó cambios de énfasis y de enfoque de acuerdo con el perfil ideológico del
gobierno. En cuanto a la orientación general, se intentó conceder un mayor interés a cuestiones de escalamiento
productivo y a procesos que potenciaran la exportación de servicios, el desarrollo tecnológico o el desarrollo
empresarial.29 La reconfiguración del fo-ar reemplazó el énfasis del anterior gobierno en la agricultura familiar y
el Pro-Huerta a favor de la agroindustria y la siembra directa, tal como reflejan los proyectos en Mozambique y
Sudáfrica.

Conclusiones

→ La política de cooperación al desarrollo de Argentina es uno de los campos de la política exterior que debe su
institucionalización a la transición democrática de 1983. Uno de los aspectos fundamentales es la caracterización
francamente positiva de esas políticas y prácticas implementadas. La fórmula resultante, al menos en la
cooperación técnica, fue una combinación de diplomacia activa en la promo- ción de intereses políticos y
económicos del país, con una política de cooperación inspirada en criterios de horizontalidad y solidaridad,
consagrados en la Primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cooperación Técnica entre Países en
Desarrollo (ctpd), de Buenos Aires en 1978.

→ En cuanto a la css, debe analizarse con mayor cuidado hasta qué punto sus diagnósticos y decisiones
reflejaron las características propias de la política exterior y del modelo de desarrollo y, más
concretamente, si existieron indicios de cambio o rectificaciones que pudieran haber sido el resultado de
ajustes de apreciaciones correspondientes del paso de una etapa a la otra. Pareciera que la
colaboración con el desarrollo de los países fronterizos más vulnerables (Bolivia y Paraguay), la
complementación a la labor de las misiones de paz (Haití y Centroamérica) en las que participó el país y
el compromiso con instituciones multilaterales fueron constantes a lo largo de la historia, mientras que la
apuesta a una mayor diversificación de vínculos apareció dentro del rango de opciones recién a partir
de 2012. Los ajustes, en cambio, tuvieron que ver con los acercamientos de los gobiernos a países
ideológicamente afines, o con alineamientos políticos propiciados en el marco de la política exterior.

→ Los matices políticos y económicos del modelo de desarrollo y de las políticas públicas
marcan los tonos dominantes de la época en cada etapa.

140
→ Dos grandes concepciones antitéticas sobre el desarrollo: una minimalista y tecnocrática - que entiende
el desarrollo como crecimiento económico y oportunidad de negocio - y otra estructuralista - que parte
de una noción más amplia y multidimensional en la que se integran los ejes de la productividad, la
inclusión social y la sostenibilidad ambiental-

→ la cooperación está mediada por grandes dilemas o dicotomías, como la búsqueda de alineamiento con grandes
potencias versus la creación de espacios de autonomía regional, la orientación al Norte versus la inclinación al Sur,
y la apertura comercial versus la priorización del mercado interno.

→ El diagnóstico es común para todos los periodos gubernamentales: la falta de una visión estratégica sobre la
cooperación, concentración de la cooperación en relativamente pocos países y sectores pese a recientes esfuerzos
de diversificación, y déficit de capacidades y recursos para gestionar una política de cooperación Sur-Sur rica en
conocimiento en un entorno cambiante e incierto.

Fortaleciendo los Sistemas Nacionales de Cooperación: el desafío de la coordinación


interinstitucional para la Cooperación Sur-Sur

Introducción

→ Entre los países iberoamericanos existen diferentes niveles de institucionalidad de la Cooperación


Internacional para el Desarrollo (CID) y, en particular, para la Cooperación Sur-Sur (CSS). Los marcos
normativos que soportan dichos engranajes institucionales sientan las bases de Sistemas Nacionales
de Cooperación (SNC) que incluyen procesos, lineamientos, instrumentos y responsabilidades de los
actores participantes en los intercambios de cooperación, tanto en los roles de receptor, oferente y/o
socio de cooperación horizontal.

→ A pesar de los avances que han experimentado los países de la región en formalizar sus procesos como socios de
la CSS y la Cooperación Triangular (CT), aún enfrentan retos a nivel político, institucional y normativo
que históricamente han limitado el despliegue del potencial que tiene este tipo de cooperación.
● Entre los desafíos se encuentran:
○ la dispersión o fragmentación de acciones;
○ las debilidades en materia de coordinación entre actores;
○ la falta, obsolescencia o inoperancia de algunos esquemas normativos, y
○ la operación con presupuestos limitados que impactan en la predictibilidad y el
alcance de las iniciativas, así como en la disponibilidad de recursos para el
fortalecimiento institucional.

→ la CSS ha tenido como protagonistas a los ministerios y dependencias sectoriales de los


gobiernos centrales.
- Las y los especialistas sectoriales son los principales agentes de cambio en los procesos
de CSS y CT = son los vehículos que han permitido el intercambio y la co-construcción del
conocimiento sobre política pública para enfrentar retos similares en temas tan diversos
como: el manejo de plagas, la conservación y la restauración forestal, el fomento a las
pequeñas y medianas empresas, la medición y la evaluación de la política social, la
promoción de energías renovables, entre muchos otros temas.

141
→ la participación de las instancias sectoriales se ha tomado por sentado y la complejidad de lograr una
coordinación óptima, se asume como costo de transacción inherente a la CSS que no necesariamente puede
reducirse. Ese es el objeto de análisis en el presente documento: las prácticas de coordinación
interinstitucional y desafíos que enfrentan los SNC para la CSS y la CT.

Metodología

→ Para la elaboración de este informe, se realizó un ejercicio participativo de reflexión, intercambio e


identificación de desafíos y oportunidades en materia de articulación y coordinación entre instituciones rectoras de
la cooperación e instituciones sectoriales gubernamentales.

Objetivos específicos
1. compartir experiencias de coordinación interinstitucional para la CSS y la CT en
Iberoamérica;
2. ampliar el conocimiento respecto a las implicaciones de la coordinación interinstitucional
en los diferentes procesos de la CSS, incluidos la definición de la política de cooperación,
los procesos de registro y seguimiento de la CSS y la CT, el ordenamiento de la oferta de
cooperación, así como la gestión diaria de la CSS;
3. identificar los principales retos asociados a la coordinación interinstitucional y posibles
avenidas para atenderlos, y
4. identificar vacíos o áreas de interés respecto al funcionamiento de los SNC,
particularmente enfocados a la coordinación interinstitucional.

Revisión histórica

→ han surgido temas que van ocupando el centro de la discusión sobre la CSS: los diferenciadores de la CSS
con respecto a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) o cooperación Norte-Sur, la cooperación
triangular, el registro y la valorización de la CSS, los nuevos actores en la CSS (gobiernos
subnacionales y sector privado), entre otros. El fortalecimiento de la ingeniería institucional para la
coordinación entre actores que participan en la cooperación internacional para el desarrollo
(CID), específicamente la cooperación sur-sur (CSS), es una preocupación que ha estado
presente durante décadas entre los países que participan en dichos intercambios.

Plan de Acción de Buenos Aires (PABA) en 1978 → El PABA es el instrumento de CSS (Naciones Unidas,
1978) que hace un mayor reconocimiento de la contribución de las instituciones del sector público en la
cooperación técnica entre países en desarrollo (CTPD).

→ El Documento final de Buenos Aires de la Segunda Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas
sobre la Cooperación Sur-Sur (PABA+40) celebrada en 2019 reconoce, por un lado, “que la
cooperación Sur-Sur se está institucionalizando progresivamente y que algunos países y regiones la
están incorporando en la formulación de sus políticas”. Por otro lado, también plasma que existe una
“necesidad de mejorar la eficacia de la cooperación Sur-Sur y la cooperación triangular para el
desarrollo.” En el mismo documento se invita a los países en desarrollo a crear o en su caso fortalecer
políticas nacionales que promuevan la CSS y CT (....).

→ A lo largo de la historia de la CSS, el debate ha evolucionado desde que se enfocaba en confirmar en


su relevancia y diferenciación vis a vis la cooperación norte-sur, pasando por la discusión y construcción
de procesos y metodologías específicas para fortalecer capacidades de gestión de la CSS (registro,

142
medición, monitoreo, evaluación y gestión del conocimiento de la CSS), para profundizar en
modalidades innovadoras como la CT o en colaboraciones con nuevos actores como son gobiernos
subnacionales, sector privado, sociedad civil, entre otros. La misma historia del Programa
Iberoamericano para el Fortalecimiento de la CSS (PIFCSS) lo revela.

Revisión conceptual de los SNC

(Distintas definiciones de Sistema Nacional de Cooperación Internacional)


x ej → La Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI) define como Sistema Nacional de
Cooperación Internacional “tiene como fin generar una mejor coordinación y alineación de la
cooperación internacional para el desarrollo”. Entre las instituciones que lo integran se encuentran las
oficinas de cooperación internacional de poderes ejecutivo, legislativo y judicial, entes centrales y
subnacionales, socios cooperantes, organizaciones de la sociedad civil, sector privado y academia.

→ No todos los países iberoamericanos reconocen la existencia o el diseño de un SNC, aunque


en la práctica cuenten con distintos elementos propios de un Sistema. Cabe mencionar que la
existencia de un SNC no depende de que el país sea principalmente oferente de CSS, receptor de
Ayuda Oficial para el Desarrollo o cooperante dual. Para cualquiera de los roles ha sido necesaria la
definición de procesos de coordinación e identificación de actores y responsabilidades.

→ El término que engloba justamente a las instancias que participan en los proyectos de CSS es el de
Contraparte nacional, entendido como la entidad nacional (dependiendo del país puede ser un
organismo público o también de la sociedad civil y sector privado) que actúa como la entidad ejecutora
o responsable de la cooperación técnica.

→ para los fines de este documento, se propone entender como SNC al conjunto de actores (provenientes de
diferentes poderes, niveles de gobierno, sector privado o civil, según la normativa de cada país),
arreglos institucionales, normativas, instrumentos y procesos y sus interacciones para la formulación
y/o ejecución de las políticas y estrategias de cooperación para el desarrollo en un país, sea en
su papel como oferente, receptor o cooperante dual (Figura 1). Dicho SNC no necesariamente debe
encontrarse formalizado o establecido por un marco normativo específico, tampoco presupone cierto
orden en la aparición, creación o reconocimiento de los componentes. Su relevancia radica en las
interacciones entre los componentes y los efectos que estas tienen en el desarrollo de los proyectos y
programas de CSS y CT.

143
Prácticas de coordinación interinstitucional

→ los países iberoamericanos identificaron diferentes prácticas de coordinación con los


sectores con las que cuentan las instituciones rectoras de la CSS en la región iberoamericana. El
objetivo era identificar prácticas-tipo —institucionalizadas o consuetudinarias, puntuales o realizadas a
través de mecanismos complejos—, que faciliten la comunicación y la colaboración entre las
instituciones rectoras de cooperación y las instituciones sectoriales. Las prácticas compartidas se
agruparon en las siguientes categorías:
1. Reuniones de coordinación interinstitucional vía órganos colegiados de coordinación
2. Enlaces en instituciones sectoriales (nivel técnico)
3. Mesas sectoriales
4. Plataformas de registro/seguimiento de la cooperación
5. Área en la institución rectora especializada en la vinculación interinstitucional f. Catálogos
de capacidades nacionales
6. Comités de seguimiento de proyectos

→ Cada práctica-tipo conlleva interrelaciones entre diferentes componentes de un SNC, al- gunas prácticas detonan
una serie de procesos que conectan a diferentes actores a lo largo de la vida de un proyecto, otras implican
necesariamente la interacción con ciertos instrumentos de la CSS. Algunas prácticas derivaron de un marco
normativo específico, otras fueron creadas para la estructuración de la estrategia o política de cooperación.

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Retos de la coordinación con las instituciones públicas que participan en la CSS

150
→ Los SNC en la región presentan complejidades inherentes a la CSS y a la misma evolución del
paradigma de desarrollo que generan o multiplican los retos de coordinación con las instituciones
públicas que participan en la CSS.
- Algunas de estas complejidades son la historia de los cooperantes del sur como
receptores de AOD y la responsabilidad de muchos de administrar simultáneamente
tanto la recepción de cooperación (en sus diferentes modalidades) como la oferta de
CSS;
- considerando que la esencia de la CSS continúa ubicada en compartir las capacidades
nacionales desarrolladas, a diferencia de la centralidad que tienen los recursos financieros
en la AOD, una complejidad adicional es identificar adecuadamente las capacidades
nacionales destacadas y distinguir aquellas que pueden ser transferidas o compartidas; el
número de actores en la CID ha aumentado gradualmente y con ello, los canales de
comunicación y necesidades de articulación, y finalmente, la transformación en la forma de
abordar los problemas de desarrollo, de soluciones sectoriales a multidimensionales,
aumenta la complejidad de la coordinación cuando se incorporan todas las aristas y voces
de un problema para llegar a una solución.

Se reconocieron tendencias temáticas entre los retos mencionados, algunas de las más salientes
vinculadas al ciclo de la CSS. Así, es posible agrupar los principales retos o desafíos relacionados con
la coordinación interinstitucional en 7 categorías:
1) Estrategia de cooperación
2) Marco normativo
3) Identificación de capacidades y/o necesidades nacionales
4) Diseño de proyectos
5) Ejecución de los proyectos (gestión diaria)
6) Seguimiento y evaluación
7) Recursos Humanos (de carácter transversal)

Estrategia de cooperación

→ Con respecto al nivel de diseño de la política o definición de la estrategia de cooperación, el principal reto
identificado se concentra en el impacto que tienen los cambios de gobierno en las prioridades, la
forma de operar y la continuidad de la CSS. Este reto fue identificado tanto por países
predominantemente proveedores de CSS (Colombia, México, Perú) o socios de la cooperación
horizontal, como por países mayoritariamente receptores (El Salvador, Guatemala, Honduras y
Paraguay).

→ Un segundo reto compartido por la mayoría de los países es la escasez de presupuesto para respaldar
los intercambios de cooperación que se podrían lograr y el uso eficaz de los recursos escasos.
Este reto tiene eco en el Documento de Buenos Aires de PABA+40 en el que se reconoce “que la
escasez de recursos sigue obstaculizando la expansión de la cooperación Sur-Sur y la cooperación
triangular” y se hace un llamado a la colaboración del sector privado en iniciativas de CSS y de CT.

→ se identificó como un factor ambivalente la multiplicidad de actores gubernamentales y canales de


información. Si bien es una característica que refleja un ecosistema de cooperación dinámico en el que
existe interés y capacidades continuamente manifestadas, se corre el riesgo de duplicidad de acciones,
falta de integralidad en las iniciativas de CSS e inadecuado seguimiento de la cooperación.

151
Marco normativo

→ Para algunos países, la falta de un marco jurídico robusto representa un reto para la coordinación
interinstitucional.
- La creación de leyes reguladoras de la cooperación en general contribuyó en ciertos
países a que se aclararan roles y responsabilidades de las diferentes partes y a que los
sectores respondieran de manera más ágil ante solicitudes de la institución rectora de la
cooperación, así como una presencia más regular en los espacios de coordinación. No
obstante, la aprobación de marcos jurídicos no depende de las instituciones rectoras de la
cooperación.

→ la existencia de dichos marcos no elimina completamente los retos de coordinación que, en ocasiones, se
originan entre las mismas instituciones rectoras de la cooperación.

Identificación de capacidades y/o necesidades nacionales

→ Los desafíos se enfrentan tanto en la forma de atender las necesidades identificadas, la correspondencia entre las
áreas demandadas por las instituciones y las líneas de trabajo de los cooperantes, así como en la promoción del
conocimiento y experiencia desarrollada nacionalmente para la CSS.

→ Los países de la región identificaron que existen retos en la coordinación entre áreas o departamentos al
interior de las instituciones rectoras de CSS y CT. Existe riesgo de duplicidad de esfuerzos y fragmentación
de la CSS si las áreas que coordinan la cooperación bilateral, la CSS regional y la cooperación al desarrollo
proveniente de países desarrollados en una misma agencia, no se hablan. → = Diálogo y mayor interacción
entre las áreas y/o departamentos dentro de una misma institución podría conducir al diseño de
intervenciones más robustas y a reducir la fragmentación de las acciones (...).

→ Algunos países identifican como reto que muchas instituciones nacionales tienen necesidades similares y no
existen criterios de asignación para definir con qué prioridad se deben atender dichas necesidades.

Formulación de los proyectos o iniciativas de CSS

→ Las instituciones rectoras de la cooperación de los diferentes países de la región coinciden en que un problema
generalizado es la demora en la respuesta por parte de las unidades técnicas sectoriales. Esta
demora no es necesariamente un reflejo de falta de interés por parte de la institución sectorial. Puede
responder a la falta de tiempo o saturación por parte del personal técnico sectorial. También puede ser
una consecuencia directa de que, en algunos países, se solicita el aval de la máxima autoridad para la
presentación de proyectos de los sectores, lo que puede generar retrasos que van más allá de los
expertos.

→ las demoras pueden responder a otro tipo de factores: así como existen instituciones que colaboran de manera
recurrente en intercambios de CSS y pueden llegar a un punto de saturación, otras instituciones pueden carecer de
experiencia de participación en la CSS y la CT, lo que requiere de mayor acompañamiento y revisiones por parte
de la instancia rectora y, por lo tanto, retrasos adicionales.

→ las instituciones sectoriales tienen que enfrentarse a una diversidad de formatos ya sea para la presentación de
proyectos o para la revisión y retroalimentación de propuestas de proyectos de CSS.

152
Ejecución de la cooperación (gestión diaria)

→ Una vez formulado y aprobado el proyecto, las instituciones rectoras y las instituciones sectoriales continúan
enfrentando desafíos. Se puede dar una falta de apropiación de los proyectos en ciertas instituciones
en el caso en que no se hayan originado en esa instancia sectorial. La demora en los tiempos de
respuesta continúa durante el periodo de ejecución.
Se perciben retos diferenciados con respecto a la administración de los recursos para financiar
desplazamientos del personal técnico. En algunos casos, la dependencia sectorial no
necesariamente presupuesta a tiempo los recursos que requerirá. En otros casos, incluso si la
institución rectora de la cooperación cuenta con presupuesto para el financiamiento de los intercambios
de CSS, es posible que la normatividad vinculada a los viáticos desanime en lugar de incentivar la
participación de las instituciones sectoriales.

→ la claridad de las normativas es una característica deseable, el hecho de que los montos para
viáticos sean limitados o que los procesos de rendición de cuentas sean complejos representan
obstáculos para la CSS.

→ En cuanto a los mecanismos de financiamiento, en los países esencialmente oferentes, las instituciones rectoras
son las que cuentan con mayor presupuesto para ejecutar las acciones de CSS.

Seguimiento y evaluación

→ Durante la implementación de los proyectos, los países coinciden en que las instituciones sectoriales no siempre
realizan los informes de las actividades realizadas ni de los resultados alcanzados. Las instituciones rectoras de la
cooperación tienen que recalcar e insistir en que las y los especialistas envíen los informes de los proyectos en
tiempo y de manera satisfactoria. En ocasiones, son las instituciones rectoras de la cooperación las que elaboran los
informes que el personal técnico sectorial complementa. Surge la duda sobre la relevancia y el uso de la
información plasmada en los informes o la función que cumplen dichos informes, si son para el aprendizaje y
monitoreo o meramente para la rendición de cuentas vinculada al uso de los recursos.

Recursos humanos

→ Es importante hacer una diferenciación entre los perfiles que están del lado de las instituciones sectoriales. El
punto de contacto inicial es generalmente la persona que ocupa el puesto de coordinación de asuntos
internacionales en la institución sectorial, que funge como intermediario entre las instituciones rectoras de la
cooperación y los expertos que finalmente participarán en los intercambios de cooperación. En ellos se encuentran
los principales aliados para la identificación de duplicidades, saturación y limitantes de la CSS en el sector.
En cuanto al nivel técnico en las instituciones sectoriales, la disponibilidad de recursos humanos es
reducida y, además, pueden ver a la CSS como una carga adicional a su labor oficial, como se describió
en el apartado 5.4.

Medidas para enfrentar los retos identificados

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Conclusiones

155
→ Lograr una coordinación adecuada entre instituciones rectoras de la cooperación y las
instituciones sectoriales es una tarea compleja que está impactada por la forma en que está
estructurado un SNC, pero también por la voluntad política y por prioridades, normativas,
procesos y arreglos institucionales que van más allá de la cooperación al desarrollo. Muchos de
los retos que se enfrentan en la coordinación interinstitucional quedan fuera del ámbito de control de la
institución rectora de la cooperación, como puede ser el impacto de los cambios de gobierno en las
prioridades y procesos de la CID, la ausencia o dotación insuficiente de presupuesto para la CSS, la
prioridad que la CSS y la CT tenga al interior de las instituciones sectoriales (sea como beneficiarios u
oferentes), la permanencia del personal técnico en otras dependencias o el ajuste a la normativa
general aplicable a toda la administración pública a nivel central, particularmente aquella vinculada al
ejercicio presupuestario para que sea útil a las necesidades de la cooperación al desarrollo.

→ Al explorar las relaciones de colaboración para la CSS entre las instituciones sectoriales y las instituciones
coordinadoras de la cooperación, no sólo se encuentran retos sino una variedad importante de mecanismos,
prácticas y procesos que toman formas distintas en cada país en las que se aplican.

Capitalist Philanthropy and Hegemonic Partnerships - Behrooz Morvaridi

¿Que significa que la filantropía involucre un capital simbólico? ¿Qué consecuencias tiene?

Desde una perspectiva neoliberal, ¿Cuáles son los argumentos para involucrar a las fundaciones
filantrópicas en la cooperación al desarrollo?

Considerando los ejemplos que cita el texto, ¿Cuáles son las críticas del autor al rol y al impacto de
fundaciones filantrópicas?

→ Over the past 10 years individual capitalists have become increasingly involved in philanthropy, setting up
charitable foundations targeted at helping to reduce social problems such as poverty, disease and food security.
This form of neoliberal capitalist philanthropy is both politically and ideologically committed to market-based
social investment through partnerships, to make the market work or work better for capital.

→ While philanthropic activities may be considered worthy in themselves, this article examines the
relationship between giving and business interest and the agency associated with neoliberal
capitalist philanthropy. It questions partnerships between philanthropists and private corporations and
their motivations for engaging in poverty-related philanthropy. The discussion focuses on capitalist
philanthropic foundations’ involvement in the process of agricultural commodification in sub-Saharan
Africa through the New Green Revolution and genetically modified (GM) technologies.

→ Economic globalisation has brought about extraordinary capital accumulation and concentration of
wealth in the hands of a few ‘super rich’ individuals, while at the same time inequality and absolute
poverty have increased significantly.

→ The new philanthropists, some of whom earned much of their wealth in the Silicon Valley and dot.com
boom, have developed a shared approach to solving the problems of poverty, branded the
‘California Consensus’. This consensus is anchored in applying innovation, technology and
modern management methods to solving poor people’s problems under the overall objective of
reducing global poverty.

156
→ The ‘California consensus’ asserts that private aid is more effective than official development assistance and its
framework for solving the problem of global poverty and food security is a network of public–private and
philanthropic partnerships.

→ According to Bishop and Green, the leading proponents of neoliberal capitalist philanthropy who, in
fact, coined the concept ‘philanthro–capitalism’, what we are witnessing are new ‘global movements’
initiated by individual capitalists who want to do ‘good’ and help the poor to make the world a better
place in which to live. Bishop and Green argue that this type of philanthropy is ‘strategic’ and
‘innovative’, in that it applies business principles to giving: ‘The past couple of decades have been a
golden age for capitalism, and today’s new philanthropists are trying to apply the secrets behind that
money-making success to their giving’. The political motivation for this kind of giving aspires to
apply competitive principles to the world of civil society on the assumption that what works for
the market should work for citizen action too.

→ Answers to these questions depend on how philanthropy is conceptualised. ¿Altruism or hegemony?


- Liberalism of one sort or another argues that philanthropy is driven by altruism and
the desire to help improve the experiences of others. Whether for the giver’s pleasure
and satisfaction or as an act of altruism, philanthropy is where the person involved is
committed to a cause from which they are not likely to benefit personally. Some
philanthropists are driven by religious commitment and a sense of moral responsibility to
make the world a better place to live.

A necessary distinction must be made between the charitable donations of individual working
people and those of capitalist philanthropists. → The former tend to make donations towards specific
projects based on moral decisions, with giving embedded to varying degrees in everyday life. Individuals can also
make genuinely ‘disinterested judgements about moral worth and can adopt an impartial and critically reflexive
instance towards others’. Whichever the case, giving by individual wage earners is altruistic. Capitalist
philanthropists, however, are more likely to base decisions about giving on an analysis of the benefits both to
others and themselves in terms of power and influence, including political and economic control of outcomes.

→ In most cases hegemony is realised within the field of civil society. In other words philanthropic donations
support the domination of politics by the powerful and this is effectively reinforced through consensus rather than
force.

→ In short, capitalist philanthropists with a disposition to social action can appear to depoliticise and neutralise
contested fields through the reaffirmation of idealistic generalities.

→ Under neoliberalism the whole notion of capitalist philanthropy is embedded in the idea of
reducing state intervention and responsibilities and devolving power to non-state actors. There is
a perception that involving non-state actors, such as private corporations, philanthropists and civil
society organisations, in development issues can lead to more effective outcomes, through a ‘sharing of
responsibilities’.
- This idea hinges on the view that social justice and the redistribution of resources to
address poverty do not necessarily have to be achieved through a direct relationship
between the state and civil society. Instead, linking philanthropy to the poor, whether
directly to individuals or through partnerships regardless of the location in which they live, is
considered to be a new conceptualisation of state and civil society.

157
- This ‘self-development’ approach, according to neoliberal economists, involves three steps:
1) raising money from individuals or philanthropists; 2) activities that deal directly with
beneficiaries and not through governments; and 3) transferring funds to the poor. The
suggestion is that private aid is more likely to go to the people who really need it if it
bypasses government bureaucracy, thereby generating ‘more benefit for
beneficiaries.

Capitalist philanthropy, partnerships and the New Green Revolution

→ Global governance institutions not only support but often partner with capitalist
philanthropists, promoting the idea of public–private philanthropic partnerships as pro-poor and
therefore an appropriate model to drive greater equity. They disregard the way in which power is
dispersed to different actors within such partnerships and the ways in which, partnerships disguise unequal power
relations between public institutions and groups of individuals and the private corporations and philanthro-
capitalists engaged in development activities. → The concept of partnership itself makes an important
contribution to the consensus needed to sustain hegemony.

→ Biotechnology partnerships can link global and local actors. The Alliance for a Green Revolution
in Africa has 14 such partnerships. Some partnerships also reflect the rise of new philanthropists, such
as the Gates Foundation and the Syngenta Foundation which are associated with private biotechnology
companies that provide both new sources of private funding and access to research tools and
technologies.

→ A typical example of philanthropic involvement in public–private partner- ships is the Gates and
Buffett Foundations’ funding of the Water Efficient Maize for Africa, or WEMA project, led by the Kenya-
based African Agricultural Technology Foundation, with partners including multinational corporations
such as Monsanto, one of the world’s largest producers of GM seeds (...).

→ The narrative used by AGRA, capitalist philanthropists, academics and private corporations involved in the New
Green Revolution identifies some of the key issues that afflict the rural poor and cause food insecurity in SSA.
They includes a growing population, land issues relating to property rights, infertile land and lack of capital to
secure inputs, resulting in a low yield per hectare compared with other regions of the world.

→ Rather than as producers, farmers are constructed as ‘discerning ‘‘customers’’ or ‘‘consumers’’, able to engage
actively in markets and with the right provision, adopt new seed varieties to improve their productivity’.32 The
idea is that immersing the farmer into the market through the framework of agro-business will lead to increased
productivity, higher incomes and sustainable livelihoods. Despite the current push to spread GM technology, only
three countries in Africa have adopted laws that allow the commercial planting of GM crops—South Africa,
Burkina Faso and Egypt. However, since the first commercialisation of GM crops in 1996, field trials supported by
companies involved in GM research and development have been carried out in a number of African countries,
including Tanzania, Kenya, Uganda, Malawi, Mali, Zimbabwe, Nigeria, Cameroon, Morocco, Senegal and Ghana,
in readiness for a wider roll-out.

→ The Rockefeller and Gates Foundations’ ideological orientation towards a neoliberal approach
to poverty reflects their capitalist origins. The promotion of technology as a key part of the solution
resonates with modernisation theorists who believe that people desire to live in a modern society, with its
technology, high standards of living, access to health and education and access to the wider world.33 In
agricultural development this translates into encouraging the integration of farmers and peasants into

158
market-oriented economies to deliver economic growth and modernisation through new technologies
and modern management techniques. The expectation is that over time, as farmers gain wealth, a class
with property to protect will emerge and will increase demand for political participation.
- This reflects a developmental ideology that bases its ‘agrarian doctrine’ on
encouraging the productivity of smallholding farmers. It assumes that all markets can be
accessed equally and that there is no subordination or exclusion of farmers and peasants,
be it from markets, sources of production or wider economic relationships.
- This neoliberalist emphasis on reducing the exclusion of the poor tends to obscure
the crucial issue of how poverty is created and reproduced and demonstrates a
fundamental lack of understanding of the fact that poverty does not emerge because
of exclusion but because of poor people’s differential incorporation into market and
economic and political processes.

→Technical fixes, such as GM crops, do not adequately address the complex challenges of social relations in
agriculture that often exacerbate social and environmental harm. When the focus is on technical solutions to
poverty rather than structural constraints, roll-out is likely to be limited.

→ Neoliberal capitalist philanthropic backers of pro-poor strategies are considering how business approaches can
be extended to ‘turn what has largely been a subsidised business into a profitable one’.40 Philanthropy
organisations such as the Omidyar Network see this as a way to attract more private capital into the development
agenda.

→ capitalist philanthropy is aimed at the expansion of the capitalist market economy in rural areas on the basis that
the development of capitalism in SSA is ‘incomplete’45 and requires interventions that facilitate the
commodification process. Injections of capital into agriculture are considered to be positive even if they
compromise traditional practice.

Capitalist philanthropy and hegemonic partnerships

→ Using a Gramscian analytical framework, Karl and Katz provide relevant historical evidence of how the
Ford and Rockefeller Foundations’ philanthropic activities reinforced capitalist hegemony. For Gramsci
intellectuals played an important role in maintaining the fabric of capitalist society through their pursuit of research
and the cultural practices that served the interests of the dominant group or class. → Effectively these foundations
have, since their inception, played a critical role in disseminating knowledge and ideas that reinforce the capitalist
market economy and influence US foreign policy.

→ This form of existing of hegemony necessitates some level of consensus in the construction of partnerships and
opens a new space for capitalist philanthropy to exercise power and influence, institutionalising a market-based
approach and business sector model in respect of aid and, within this strategy, the promotion of new technologies.
According to Cox, these global institutions ‘embody the rules which facilitate the expansion of hegemonic world
orders; they are themselves the product of the hegemonic world order; they ideologically legitimate the norms of
the world order; they co-opt the elites. . .and they absorb counter hegemonic ideas’.

Conclusión

→ In this paper I have shown the paradox that exists between neoliberal capitalist philanthropy and business
interest. The main motivation for this type of market-based giving is ideological and political. Neoliberal capitalist
philanthropic activities are driven by the desire to commodify and marketise farmers and peasants and to back a

159
hold on agriculture in SSA by corporate global agri-business chains. This is evidenced by the kind of projects and
programmes they support and the actors with whom they partner and share a vision of farming, exemplified by two
of the world’s most aggressive agrigiants (Monsanto and Cargill). In these cases partnership is one of philanthropy-
based business benefit.

→ There is increasing concern about the legitimacy of neoliberal capitalist philanthropists, given
that they are effectively operating as delegated agents of the state but outside of any
accountability framework. The agency of small farmers is not being harnessed in this process and
therefore it is not clear how social transformation is going to take place that is sustainable. High-profile
examples of philanthropist activities are typically targeted at dealing with the symptoms of poverty and
not the underlying inequality. Rich philanthropists are content to be concerned with poverty so long as it
diverts attention away from their own assets and income and does not threaten the hegemonic structure
through which they gain.

Primera parte - ponencias de las jornadas eficacia del desarrollo y de las ONGD: Renovando
nuestro papel

Cap 1: redefinición del papel de las ONGD: Hacia una mirada más política

→ Casi todas se describen con las mismas expresiones comunes: entidades sin ánimo de lucro, apolíticas e
independientes, que trabajan por la justicia y la lucha contra la pobreza, en los países pobres o del Tercer Mundo.
Claro que unas parecen especializadas en algunos países o regiones, otras en atención sanitaria, en educación, en
alimentación infantil o en la conservación del medio ambiente. Todas ellas parecen hacer el bien por igual. Tanto
hay por hacer que casi se agradece la proliferación. Pero a menudo la gente común no sabe cómo salir del laberinto:
no sabe por cuál decidirse.

→ Primera paradoja: la legitimidad inmerecida


Quien más, quien menos tiene una referencia general sobre lo que es una ONG. Esta idea general
responde esencialmente a tres supuestos: se ocupan de hacer el bien, lo hacen gratuitamente y se
preocupan de que el bien llegue a todos. La combinación de esos tres elementos es su vínculo con la
sociedad, su razón de ser en el imaginario social en que vivimos.

→ Las ONG están generalmente “bien vistas”, cuentan con una gigantesca legitimidad entre el resto de actores
sociales, por más que en los últimos tiempos cada vez se escuchen voces más crí- ticas o menos confiadas respecto
de las ONG. Con acierto se ha definido esta legitimidad como legitimidad ex ante (Revilla, 2002), como una
aceptación generalizada previa, de partida, anterior a cualquier evaluación de sus acciones.

→ Y en este sentido se trata de una legitimidad inmerecida, no ganada, probablemente ni tan siquiera justificada
aunque tenga sus razones. Las ONG “disfrutan” de esa legitimidad por el hecho de serlo. En los
últimos tiempos parece que otros actores han percibido con claridad los enormes atractivos de
esa legitimidad, lo que podría explicar la proliferación de ONG creadas por otros actores sociales
que no gozan de tanta, principalmente partidos políticos y empresas privadas.

Segunda paradoja: la provisión no estatal de bienes públicos

→ Como decíamos las ONG se ocupan de hacer. En un contexto de retirada progresiva de las funciones del Estado
en la provisión de bienes y servicios, las ONG han surgido como instrumen- tos funcionales a la necesidad de

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compensar las pérdidas acarreadas por la retirada. Varios argumentos se utilizan para justificar la idoneidad de que
sean las ONG las que realicen estas tareas de provisión de bienes y servicios. Desde la cercanía a los problemas que
fundamenta el principio de subsidiariedad emanado de la doctrina social de la Iglesia, hasta la valoración de la
eficiencia de sus acciones con menores costes para el Estado.

→ En el ámbito de la cooperación internacional también puede estar produciéndose el mismo trasvase.


La consultoría desde hace años es un negocio rentable que detrae grandes cantidades de los fondos de
la ayuda pública, y el más reciente acceso a los fondos públicos por parte de las fundaciones
empresariales y de las empresas son buenos ejemplos. Parece evidente que en los últimos tiempos
existe una apuesta clara de los responsables políticos de la cooperación para primar el papel de las
empresas en la política de cooperación, basada en los principios de maximización de beneficios y
búsqueda de rentabilidad económica.

Tercera paradoja: la participación sin base social


Por otro lado, las ONG también están estrechamente ligadas a la idea de participación ciudadana. De
forma muy clara por cuanto ocupan espacios de representación, tanto formales (instituciones como
consejos consultivos, procesos de diálogo formal sobre políticas, relación con cámaras legislativas...)
como informales (representación de valores en medios de opinión y comunicación, consultas
informales con partidos políticos para el asesoramiento programático, despliegue de acciones de
sensibilización y promoción de la participación en asuntos públicos...).

→ Nos engañaríamos si pretendiéramos legitimar la presencia de las ONG en estos espacios haciendo referencia a
las afiliaciones o asociados, que en absoluto constituyen una base social significativa.

→ . En definitiva parece que el amplio apoyo a las organizaciones no depende de rasgos cuantitativos de afiliación
o asociación, ni por lo tanto de constituir una verdadera alternativa para la ciudadanía en tanto que espacios de
participación ciudadana, que puedan canalizar la implicación y el compromiso políticos de sus bases, y que puedan
justificar la representación de las mismas por parte de las organizaciones.
Un hecho que podría corroborar lo anterior, es que la mayoría de las ONG están seriamente
preocupadas por las dificultades que encuentran para conseguir ampliar su base social de apoyo. En
este sentido han sido muchas y variadas las estrategias que las ONG han seguido en los últimos años,
presionadas por lograr ampliar sus bases sociales de apoyo. La gran mayoría de ellas han seguido
estrategias que han reforzado la idea de que el apoyo económico de la ciudadanía a las organizaciones
podía suponer un rasgo característico del apoyo político a las mismas. Con ello se han obviado las
dificultades que éstas tienen para demostrar dicho apoyo mediante otras formas tradicionales, como la
realización de convocatorias públicas o de movilización social.

→ Su legitimidad social proviene fundamentalmente de que, en el imaginario colectivo, el


conjunto de las ONG representan un conjunto de valores absolutizados por la sociedad, como el
bien, la solidaridad o la gratuidad.

Las ONG en “su” laberinto

→ Las ONG en realidad suelen comportarse como si las anteriores paradojas no fueran tales. De sus
discursos y de sus acciones no es fácil comprender que son beneficiarias de una legitimidad mayor de

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lo que sus acciones le proporcionarían, como tampoco puede deducirse de sus trabajos si apuestan por
una privatización de los servicios públicos de carácter social o si por el contrario prima su compromiso
con la defensa de las políticas públicas.
De igual forma las ONG suelen considerarse a sí mismas como espacios de o cauces para la
participación, sin expresar al respecto mayores dudas. Lo que parece suceder es que las ONG hablan y
actúan con una especie de patente de corso, puesto que manejan acciones y discursos contradictorios
entre sí, sin tener por ello que rendir cuentas a nadie. Se les supone portadoras de un conjunto de
valores de interés para la sociedad, y más que como promotoras de los mismos, las ONG se comportan
como si fueran depositarias de ellos.
Las ONG no saben muy bien cómo salir de ese laberinto particular, hartas de excesivas
ambigüedades y numerosas frustraciones por los escasos resultados de sus trabajos, temen al
mismo tiempo dar un paso al frente, conscientes en el fondo de que la ciudadanía podría no
perdonárselo. Aunque digan y muestren lo contrario, las ONG son muy conscientes de la fragilidad del
apoyo que reciben y con ella, de la provisionalidad de sus estructuras así como del escaso recorrido y
alcance de sus propuestas.

→ tres de sus principales áreas de trabajo, todas ellas desde la perspectiva del enfoque político con que abordan
cada una de ellas: la comunicación pública, la gestión de sus recursos y las relaciones políticas con
otros actores.

→ En realidad el concepto comunicativo más explotado por las ONG es precisamente el de la


absolutización de las ideas de bien y solidaridad que, como hemos visto, contribuye decisivamente a
legitimar su presencia en nuestras sociedades. Por eso el mensaje más repetido en sus
comunicaciones es el de las soluciones que ellas proporcionan sin matices, sin contextos, y menos que
nada, sin conflictos en los que intervenir o contribuir a superar.

→ Aunque sus campañas de comunicación dirigidas a la captación de apoyos no lo dejen entrever, las ONG no
suelen desconocer que las intervenciones que realizan tratan de responder a situaciones generadas por conflictos.
La mayoría de ellos requieren de complejas explicaciones y en todos los casos sus soluciones remiten a la
necesidad de cambios que se miden en tiempos de largo plazo, los tiempos de los procesos históricos y sociales,
difícilmente compatibles con los tiempos del corto plazo que predominan en los mercados. Incluido el mercado de
la solidaridad.

→ Así el “buenismo” también exige mantener un alto grado de cautela respecto de la dimensión política. Tanto la
del origen de los problemas como la de sus posibles soluciones. En ocasiones se confunde esta “cautela” sobre lo
político con la idea de la neutralidad política. Ésta es una evolución coherente con la práctica del “buenismo”
comunicativo, guiado como hemos visto por la primacía de la conservación de los elementos fundamentales de la
legitimidad inmerecida. Es un mensaje, que a juzgar por lo reiterado de su utilización, debe ser considerado como
muy eficaz por parte de muchísimas organizaciones: “nosotros no hacemos política, sólo nos dedicamos a la
ayuda”.

→ Las ONG se han destacado por adaptarse, en algunos casos con sorprendente agilidad, por un lado a las
orientaciones dictadas por la disponibilidad de financiación pública, y por otro lado a la asunción de herramientas,
instrumentos e incluso modelos organizativos que homogenizan la administración de sus trabajos, sin que haya
primado reflexión alguna sobre en qué medida el instrumental adquirido y desarrollado contribuye en mayor
medida a favorecer procesos de cambio social en el sentido deseado.

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