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Supervisión educativa

La supervisión educativa es una acción positiva, dinámica y democrática que tiene


por objeto mejorar la educación en el aula mediante el perfeccionamiento continuo
de todas las personas involucradas, niño, el docente, el supervisor, el
administrador, el progenitor o cualquier otra persona interesada en el problema.

La supervisión ha sido consecuencia de una larga experiencia obtenida por el


hombre desde el momento en que comenzó a organizarse para el trabajo,
constituye un conjunto de funcionamientos y principios básicos que deben estar
presentes en toda actividad gerencial de cualquier institución. Es evidente que el
desarrollo de la supervisión es una actividad complicada y rigurosa que reclama
conocimientos, habilidades, sentido común y prudencia para relacionar la situación
existente en el campo donde se emplean las actividades, con el fin (le motivar al
personal a progresar y al mismo tiempo a despertar en ellos interés sobre su
propósito y beneficio. Considerada un ente identificable que ha dado origen a
innumerables definiciones y actividades Conflictivas dentro de la educación, todos
coinciden en considerarla como un eje que impulsa las acciones de mejoramiento
y perfeccionamiento del currículo. Entendida como un método especializado
permite apreciar con transparencia una dificultad determinada. Para tratar de
despejar con acierto la complejidad, el conocer las razones que obstaculizan el
trabajo y construir acciones tendentes a aplicar los correctivos correspondientes.

Al respecto, Smith (1999) señala: Lo fundamental es que el supervisor debe seguir


los principios y aplicar los métodos y técnicas de supervisión de modo que todos
los conocimientos y aptitudes que le son propios se utilicen para determinar la
acción que debe comprender en cada una de las situaciones a las que se
enfrenta. Esta es la razón que hace de la supervisión un trabajo difícil y
exigente”.1 La supervisión es una actividad de mucha trascendencia en el sector
educativo, puesto que a través de ella se imparte la orientación en forma técnica y
científica, con la finalidad de aplicar los correctivos oportunos para asegurar una
jornada efectiva. Es un servicio activo y permanente, ya que les debe proveer a los
educadores adecuada orientación para mejorar el proceso educativo y estimular la
formación y valoración de los mismos.

En este sentido, Bravo (1999) define a la supervisión educativa como la acción


orientadora de ayuda científica, técnica y humana que se aplica a un trabajo para
obtener un mejor logro de los propósitos educativos a fin de establecer planes que
favorezcan la acción pedagógica, y así lo expone:

Objetivos. Desde el punto de vista etimológico se puede decir que significa una
manera superior de observar, ver un hecho de una forma profunda, analizando
situaciones con el objeto de descubrir y aplicar los conectivos correspondientes y
oportunos”.2 La supervisión es una labor demarcada a servir de asesoría, de tal
manera que contribuya al mejor desempeño en el rol como docente, a orientarlo
en el ejercicio de la profesión con el fin de estimularlo y garantizarle un excelente
desenvolvimiento en las actividades propias del aula, así como también mejorar la
calidad del aprendizaje en la medida que el supervisor puede orientar a los
docentes en materia de estrategia que se pueden aplicar en padres y
representantes para que éstos ayuden a los educandos en el hogar. En este
mismo orden de ideas, Acosta (1998) define a la supervisión educativa como un
sistema de la acción, la cual no puede limitarse a evidenciar cumplimientos de
tareas, sino que debe promover actividades tendientes a optimizar la educación,
de tal manera, sostiene que: Un conjunto de orientaciones administrativas y
académicas que permiten el funcionamiento de la acción docente. Existen muchos
medios de estimular y garantizar el mejoramiento y evaluación de los
profesionales de la educación en servicio y de la situación educativa, pero la
oportuna orientación científica, cuando se trata de convertir lo teórico en acción
práctica, es una de las más eficaces y ésta ha de ser su tarea primordial, lejos de
ser entendida como fiscalizadora y de inspección, sino fundamentalmente
orientadora, asesora, técnica y oportunamente proporcionada, que constituyen un
aporte para la perfección en el desempeño del rol docente y del administrador. (p.
25).3 El proceso supervisorio es un instrumento de fundamental importancia en el
aula y proporcionada por todos los individuos integrantes de la comunidad. Los
supervisores educativos deben ejercer la supervisión, orientación y coordinación
que requiere el desarrollo educativo para el mejoramiento de la enseñanza, del
desempeño del docente, de los programas escolares y el trabajo en equipo, donde
todos los elementos que la constituyen estén involucrados en el mismo.

Referencias

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