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Como objetivo general me propuse indagar qué posición debe tener el analista frente a un
sujeto psicótico y qué impacto pueden llegar a producir las intervenciones en esta estructura.
Y como objetivos específicos, me plantee realizar un contraste entre las investigaciones
freudianas y las enseñanzas de Lacan en relación a las psicosis; también me propuse
conceptualizar las nociones sobre la transferencia y por último, mencionar las posibles
intervenciones en la clínica de la psicosis.
Para el marco teórico tuve en cuenta los desarrollos de Freud y Lacan. Primeramente ubique
los “Tres tiempos en Freud”, como ya es sabido a lo largo de los años Freud reformula
algunos conceptos y es por ello que ubicarlo en tiempos me permitió realizar un recorrido
más ordenado hacia la conceptualización de la psicosis y la dirección de la cura.
Por otro lado, me pareció importante destacar que si bien Freud brinda grandes aportes a la
clínica, al mismo tiempo comprueba que el método psicoanalítico empleado para la histeria y
neurosis obsesiva, no podía ser utilizado con sujetos psicóticos porque estos no respondían de
manera esperable al dispositivo analítico. Para el autor, estos pacientes no establecian el lazo
necesario para después lograr llevar adelante la cura y eran incapaces de transferir una
porción de la libido y ligarla a un objeto, entre los cuales podría encontrarse el analista.
Bueno por este motivo, la transferencia también fue unos de los puntos de partida para el
desarrollo de mi trabajo. Comencé a pensar qué posición podría ocupar el analista en la
psicosis para que sea posible la relación transferencial, y es en este momento que opte por
usar el seminario 3 de Lacan. En un principio conceptualice la psicosis, mencione el
mecanismo específico de este cuadro clínico, explique la forclusión, también hable sobre el
significante del Nombre del Padre y la Metáfora Paterna. Por otro lado, me pareció
fundamental considerar la opinión de Lacan en relación a la transferencia quién consideraba
que la misma era preliminar a todo tratamiento, incluyendo a la psicosis.
Para el estado del arte, intente tomar autores más actuales con el fin de poder exponer las
diversas intervenciones que un analista puede tomar en un tratamiento con pacientes
psicóticos. Mencione autores como Belucci, Aulagnier, Fernández, y demás.
Por otro lado, para el desarrollo del trabajo me resultó útil separar los apartados según los
nombres que diferentes autores utilizan para designar a las intervenciones: Secretario del
Alienado, Lugar de Testigo, Analista como Semejante, y el Oído del que habla.
Primeramente nombre una posición del analista propuesta por Lacan, el Secretario del
Alienado, que implicaría tomar el relato del psicótico al pie de la letra.
Me pareció importante mencionar que para Lacan, no se trataba de determinar de qué manera
se presenta una alucinación, ni de comprender a los enfermos, sino que se trataba de escuchar
el relato del paciente. Esta posición supone una escucha como testigo, donde el analista
tendrá que ubicarse como un lugar vacío, un espacio que le permita al psicótico desplegar su
testimonio.
Por otro lado, considere a Collete Soler, ya que esta psicoanalista realizó diversas
intervenciones con una paciente psicótica que le permitieron alcanzar una estabilización. Si
bien es importante para el tratamiento psicoanalítico considerar el caso por caso y la
singularidad de cada sujeto, tener en cuenta la posición que adoptó Soler y las intervenciones
que empleo con esta paciente me parecieron de gran utilidad, ya que podrían orientar a otros
tratamientos en la clínica.
Las intervenciones más pertinentes para mí fueron: el silencio de abstención, que implica
ubicarse como testigo alojando el testimonio del sujeto y construyendo su delirio, esto
generaría un espacio de vacío de goce, y aliviaría el sufrimiento del psicótico; y otra
intervención que llamó mi atención fue la orientación del goce, que puede ser negativa, y
consiste en decir no de manera cuidadosa para no reproducir la estructura imperativa, o
positiva que consiste en apoyar al sujeto en un proyecto o en algo.
Otra autora que tome es Piera Aulagnier, y me pareció interesante mencionarla ya que esta
explica la importancia de los movimientos de apertura en la psicosis. Estos movimientos, son
los que van a guiar el tratamiento, y si el psicótico ubica al analista en el lugar de lo ya
conocido, como objeto omnipotente, o como perseguidor, será casi imposible un tratamiento
para estos pacientes. Por este motivo, es fundamental considerar lo que la autora denomina
como ser el Oído del que Habla, una posición que alude a la escucha invistente, donde el
analista tendrá que investir el discurso psicótico y los delirios que anteriormente no tenían un
destinatario ahora encontrarán uno.
Gabriel Belucci, es uno de mis psicoanalistas favoritos, a mi parecer es muy claro, aporta
mucho a la clínica, brinda varios ejemplos con casos clínicos y por eso decidí usar sus
enseñanzas para mi tesis. Quería resaltar un concepto que él menciona y es el de ignorancia
radical. El mismo alude a el lugar del no saber, es un momento donde el analista no sabe y
hace lugar a ese no saber, hasta que es el propio paciente quien comienza a aportar indicios
sobre su real y sus posibles respuestas.
Otra cosa que Belucci menciona y coincide con los demás autores es que el analista tendrá
que ocupar el lugar como Semejante, ya que de esta manera al sujeto psicótico se le presenta
un otro más amable, haciendo barrera al goce invasivo del Otro.
En lo que respecta a las intervenciones, fundamenta la imposibilidad de interpretar en este
cuadro clínico, ya que es el psicótico quien ocupa el lugar de intérprete, e incluso interpretar
puede conducir al analista a encarnar un lugar de un Otro del saber. Otra cuestión a tener en
cuenta, es que al interpretar se evoca un enigma, una falta, lo cual puede resultar peligroso en
una estructura que aún no se ha desencadenado. Más allá de los posibles riesgos, el uso de la
interpretación como una intervención en esta estructura es ineficaz, ya que no hay un
significado inconsciente a develar.
De esta manera, el autor considera que el acto y la construcción son dos posibles
intervenciones en la clínica de la psicosis.
Otro apartado que quise realizar fue el de las estabilizaciones y suplencias, ya que me pareció
bueno y esperanzador brindar otra perspectiva sobre la dirección de la cura. Por supuesto, el
camino hacia una posible estabilización, o una suplencia (que destacó por las dudas que no
corresponden a lo mismo) es difícil, pero no imposible dependerá no solo de la estructura del
psicótico sino también de las intervenciones del analista.
Decidí tomar como autora principal de este tema a Elida Fernández, y mencione que
intervenciones apuntan a la estabilización en la psicosis, como ejemplo aquellas que permiten
construir una diferenciación entre lo íntimo y lo público (ejemplo hospital borda) las que
operan separando al Otro, o aquellas que apuntan al tejido de lo imaginario. Sin embargo,
para la autora antes de realizar cualquier tipo intervención se debe tener en cuenta: de qué
psicótico se trata, en qué momento de la evolución de esa psicosis se debe operar, y en qué
momento de la transferencia nos situamos. (hablar algo de suplencias)
Casi llegando al final de mi tesis, no quise dejar de lado la interdisciplina. Considere que para
la eficacia de un tratamiento con sujetos psicóticos se requiere de la pluralización de
espacios; en las psicosis desencadenadas muy rara vez el tratamiento consiste únicamente en
encuentros con un analista se deben tener en cuenta por lo menos dos espacios: el psiquiátrico
y el psicológico, a los que muchas veces se le agregan los dispositivos como el familiar, los
talleres, la asamblea y demás.
Tuve la oportunidad de observar el funcionamiento de la pluralización de espacios en el
Hospital Borda, por ejemplo en una reunión de equipo, la interdisciplina proporciona mucho
a la discusión de un caso; también cabe considerar que en la psicosis la transferencia es
masiva, por lo tanto la implicancia de el psicólogo, el psiquiatra, el terapista ocupacional e
incluso los enfermeros resultan fundamentales para que el goce excesivo del psicótico no se
concentre en un único dispositivo y en una única transferencia. Esto produciría un gran alivio
en el paciente pero para ello será necesario que los dispositivos operen coordinadamente, y se
realice un trabajo constante de discusión clínica y supervisión.
Por otro lado, la pluralización de dispositivos permite que haya espacios delimitados ya que
el sujeto psicótico no tiene en su estructura la función de límite, por lo que la existencia de
diversos espacios contribuye a un tipo de delimitación.