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EL LENGUAJE EN LAS ALTERACIONES DEL

ESPECTRO AUTISTA

Bloque 2: DISCAPACIDAD, LENGUAJE Y ALTERACIONES.


TEMA 1. EL LENGUAJE EN LOS TEA.

 3.1. Los trastornos del Espectro Autista (TEA): Evolución


histórica del concepto.
 3.2. Características de los Trastornos del Espectro
Autista.
 3.3. Los TEA en las nuevas clasificaciones
internacionales.
 3.4. El lenguaje en los TEA: características e incidencia.
 3.5. Intervención logopédica en TEA: Qué evaluar y
cómo intervenir desde la escuela.

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


 3.1. Los trastornos del Espectro Autista (TEA):
Evolución histórica del concepto.
Evolución del concepto y revisión de las diferentes
concepciones del autismo

Desde la primera descripción del síndrome por Kanner (1943) la


concepción de autismo ha sufrido cambios a lo largo de los años. En una
primera etapa, que se extiende hasta los años sesenta. Predominaban
aquellas teorías que situaban el origen de este trastorno en causas de tipo
emocional y/o situaban el origen del problema de estos niños en su entorno
más próximo. Apoyando su corpus teórico fundamentalmente en la idea de
que el potencial lingüístico y cognitivo de las personas autistas estaba intacto.
La falsedad la denominada “tesis de la competencia intacta” ha sido
constatada posteriormente, aunque algunas falsas ideas sobre el autismo, que
se generaron en aquellos tiempos, aún perduran.
Durante los años sesenta y setenta se produce un cambio en los modelos
explicativos que, a partir de datos empíricos más rigurosos, centran el interés
de las investigaciones en la observación de los factores cognitivos, al
considerarlos decisivos tanto en el origen de la patología asociada al trastorno
como en la explicación de las alteraciones de comunicación, relación y
comportamiento que les son característicos. Aunque dada la heterogeneidad
y diversidad de la sintomatología que comprende el síndrome autista en su
globalidad, no pudo identificarse una única alteración cognitiva específica.
Todo ello, no obstante, contribuyó positivamente a que se formara una
concepción de los trastornos autistas más ajustada al concepto de trastorno
del desarrollo (que evoluciona y cambia a lo largo del ciclo vital).

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


A partir de la década de los ochenta, el Trastorno Autista junto con el
Trastorno Desintegrativo, el Trastorno de Rett y el Trastorno de Asperger se
engloban dentro de la categoría de los denominados Trastornos
Generalizados del Desarrollo (TGD), lo que implica que ya no se consideran
como una “enfermedad mental”. Desde esta perspectiva, además ya no se
trata únicamente de que se dé un retraso, si no que se requiere la existencia
de una significativa y cualitativa desviación del desarrollo normal.
Por otro lado, en las últimas décadas ha ganado peso la idea de que lo
que sucede en el autismo no es simplemente que las competencias cognitivas
se usen de forma anómala, sino que esas competencias propiamente dichas
son las que están alteradas. Es decir, en el autismo se da una alteración y/o
deficiencia de la competencia cognitiva y no sólo de la actuación.
Actualmente se considera que el autismo es un trastorno del
neurodesarrollo, es decir, en algún momento del desarrollo del sistema
nervioso se producen alteraciones en vías y centros específicos relacionados
con procesos psicológicos superiores.
Existen diferentes hipótesis sobre la causa de estas alteraciones, que
parece tener un origen genético complejo y multifactorial.

Los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD)

Para entender el autismo es imprescindible entender que, puede


manifestarse en un amplio espectro de trastornos, los llamados Trastornos del
Espectro de Autismo (TEA). Ahora bien, esa concepción no es la que se
recoge en los dos sistemas de clasificación de enfermedades mentales más
utilizadas, CIE-10 y el DSM-IV.

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


Como podemos observar en la tabla siguiente la Clasificación de los TGD en
la CIE- 10 y DSM-IV muestran bastante concordancia:

CIE- 10
Autismo infantil
Autismo atípico
Síndrome de Rett
Otros trastornos desintegrativos (Heller)
Trastorno hiperactivo asociado con retraso mental y
movimientos estereotipados
Síndrome de Asperger
DSM IV-TR
Trastorno autista
Trastorno de Rett
Trastorno desintegrativo infantil
Trastorno de Asperger
Trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

Independientemente del sistema de clasificación que se emplee para su


diagnóstico, lo característico de los T.G.D. sería que se trata de una
perturbación grave o generalizada de varias áreas de desarrollo: habilidades
sociales (HHSS), cognitiva y comunicación, así como un repertorio repetitivo,
estereotipado y restrictivo de conductas, intereses y actividades.

Estas alteraciones son cualitativas e impropias del nivel de desarrollo o


edad mental del niño y suelen ponerse de manifiesto en los primeros años de
vida. Sólo en contadas ocasiones las anomalías se presentan después de los
cinco años. En la mayoría de los casos, el desarrollo es atípico o anormal,
desde las primeras edades siendo su evolución crónica.

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


Los Trastornos del Neurodesarrollo y el/los TEA

La variabilidad de los síntomas, junto con lo variable de la severidad, y la


necesidad de poner orden y satisfacer expectativas de tratamiento, ha llevado
a un enfoque del autismo desde una perspectiva multidimensional, en la que
se parte de la existencia de “un espectro sobre las manifestaciones clínicas
del Autismo” que abarcarían desde los casos más severos y acompañados
de una deficiencia mental severa o profunda, a cuadros donde la deficiencia
mental sería ligera o moderada, a otros, con una inteligencia límite o normal.
La conducta en estos sujetos también aparecerá en diferentes grados de
intensidad, aunque siempre estará vinculada a la alteración en la capacidad
para establecer relaciones sociales, a la ausencia de empatía y el desarrollo
de un repertorio conductual estereotipado y limitado sólo a ciertas áreas de su
interés. Los hitos más significativos en este proceso son:
En 2013 la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) lanza la versión
5.0 del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM-V.
En este manual la mayoría de los subtipos de TGD que aparecían en el DSM-
IV, se fusionan en un único trastorno que adquiere la denominación de
Trastorno del Espectro del Autismo (TEA).

En palabras de Palomo y Cols (2014) “Esta desaparición de los TGD se


debe a la falta de límites claros entre ellos, así como escasa evidencia de que
el síndrome de Asperger sea una entidad nosológica independiente o, en el
caso del Síndrome de Rett, que los síntomas característicos del autismo que
muestran las personas con este síndrome sólo aparecen por un período de
tiempo limitado y se haya descubierto el gen que lo causa.”

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


Por su parte, La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en
mayo de 2018 la 11ª edición de su Clasificación Internacional de las
Enfermedades (CIE 11) Aquí, la clasificación de Trastornos del Espectro
del Autismo adquiere el código 6 A02 (en lugar del F84), pasando a
incluirse en los Trastornos del Neurodesarrollo. Lo que significa un
avance en la conceptualización del trastorno por dos razones: 1º.- deja
de conceptualizarse como un trastorno mental y, 2º.- engloba todos
aquellos trastornos que guardan ciertas relaciones entre sí, suelen ser
comórbidos y quedan referidos al neurodesarrollo.
Las principales características de los trastornos del Neurodesarrollo son:
- Afectan el comportamiento y la cognición.
- Se inician en el período del desarrollo (infancia-niñez).
- Causan dificultades en la adquisición o ejecución de funciones
intelectuales, motrices, del lenguaje o socialización.
- Su etiología es compleja, desconocida en la mayoría de los casos.

 3.2. Características de los Trastornos del Espectro


Autista

En 1988 Lorna Wing diferenció 4 dimensiones principales de variación del espectro


autista:

(1) Trastorno en las capacidades


de comunicación social (verbal o no verbal)
(2) Trastorno en las capacidades
de reconocimiento social
(3) Trastorno en las destrezas de
imaginación y comprensión social.

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


(4) patrones repetitivos de actividad.

Los tres primeros se conocen con el nombre de “triada de Wing”.

Partiendo de esa nueva concepción del autismo, los manuales de la APA y la


OMS han reformulado la clasificación de los TEA.

Características diagnósticas en DSM- V

“El trastorno del espectro autista se caracteriza por déficits persistentes


en la comunicación y la interacción social en múltiples contextos, incluidos los
déficits de la reciprocidad social, los comportamientos comunicativos no
verbales usados para la interacción social y las habilidades para desarrollar,
mantener y entender las relaciones. Además de los déficits de la comunicación
social, el diagnóstico del trastorno del espectro autista requiere la presencia
de patrones de comportamiento, intereses o actividades de tipo restrictivo o
repetitivo. Como los síntomas cambian con el desarrollo y pueden
enmascararse por mecanismos compensatorios, los criterios diagnósticos
pueden cumplirse basándose en la información histórica, aunque la
presentación actual tiene que causar un deterioro significativo.
Dentro del diagnóstico del trastorno del espectro autista, las características
clínicas individuales se registran a través del uso de especificadores (con o
sin déficit intelectual acompañante; con o sin deterioro del lenguaje
acompañante; asociado a una afección médica/ genética o ambiental/
adquirida conocida; asociado a otro trastorno del neurodesarrollo, mental o del
comportamiento) además de especificadores que describen los síntomas
autistas (edad de la primera preocupación; con o sin pérdida de habilidades
establecidas; gravedad). Estos especificadores ofrecen a los clínicos la
oportunidad de individualizar el diagnóstico y de comunicar una descripción

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


clínica más detallada de los individuos afectados. Por ejemplo, muchos
individuos previamente diagnosticados de síndrome de Asperger ahora
recibirían un diagnóstico de trastorno del espectro autista sin deterioro
intelectual ni del lenguaje.” (APA,2013).
Como vemos esta definición difiere de la que se venía manteniendo en
versiones anteriores del DSM en los siguientes puntos:
- En el DSM-V desaparecen los diferentes subtipos de TGD.
- El trastorno autista, el síndrome de Asperger y el trastorno
generalizado del desarrollo no especificado se fusionan en un único
trastorno que pasa a llamarse Trastorno del Espectro del Autismo (en
singular).
- El cambio de nombre trata de enfatizar la dimensionalidad del
trastorno en las diferentes áreas que se ven afectadas y la dificultad
para establecer límites precisos entre los subgrupos.

- El Síndrome de Rett y el Trastorno Desintegrativo de la Infancia dejan


de ser recogidos por el DSM-V ya que el primero tiene una clara base
genética y el segundo tiene importantes problemas de validez (Palomo
y Cols, 2014).
Los criterios diagnósticos del Trastorno del Espectro Autista
(TEA) recogidos en el DSM 5 (APA, 2013) son los siguientes:

A. Deficiencias persistentes en la comunicación social y en la


interacción social en diversos contextos, manifestado por lo siguiente,
actualmente o por los antecedentes (los ejemplos son ilustrativos, pero no
exhaustivos):

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


1. Las deficiencias en la reciprocidad socioemocional varían, por
ejemplo, desde un acercamiento social anormal y fracaso de la
conversación normal en ambos sentidos, pasando por la
disminución en intereses, emociones o afectos compartidos, hasta
el fracaso en iniciar o responder a interacciones sociales.
2. Las deficiencias en las conductas comunicativas no verbales
utilizadas en la interacción social varían, por ejemplo, desde una
comunicación verbal y no verbal poco integrada, pasando por
anomalías del contacto visual y del lenguaje corporal o
deficiencias de la comprensión y el uso de gestos, hasta una falta
total de expresión facial y de comunicación no verbal.
3. Las deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de
las relaciones varían, por ejemplo, desde dificultades para ajustar
el comportamiento en diversos contextos sociales, pasando por
dificultades para compartir juegos imaginativos o para hacer
amigos, hasta la ausencia de interés por otras personas.
B. Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o
actividades, que se manifiestan en dos o más de los siguientes puntos,
actualmente o por los antecedentes (los ejemplos son ilustrativos, pero no
exhaustivos):
1. Movimientos, utilización de objetos o habla estereotipados o
repetitivos (p. ej., estereotipias motoras simples, alineación de los
juguetes o cambio de lugar de los objetos, ecolalia, frases
idiosincrásicas).

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


2. Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad de rutinas o
patrones ritualizados de comportamiento verbal o no verbal (p. ej.,
gran angustia frente a cambios pequeños, dificultades con las
transiciones, patrones de pensamiento rígidos, rituales de saludo,
necesidad de tomar el mismo camino o de comer los mismos
alimentos cada día).
3. Intereses muy restringidos y fijos que son anormales en cuanto a
su intensidad o foco de interés (p. ej. fuerte apego o preocupación
por objetos inusuales, intereses excesivamente circunscritos o
perseverantes).
4. Hiper o hiporreactividad a los estímulos sensoriales o interés
inhabitual por aspectos sensoriales del entorno (p. ej., indiferencia
aparente al dolor/temperatura, respuesta adversa a sonidos o
texturas específicos, olfateo o palpación excesiva de objetos,
fascinación visual por las luces o el movimiento). La gravedad se
basa en deterioros de la comunicación social y en patrones de
comportamiento restringidos y repetitivos.

Los síntomas deben de estar presentes en las primeras fases del


período de desarrollo (pero pueden no manifestarse totalmente hasta
que la demanda social supera las capacidades limitadas, o pueden estar
enmascarados por estrategias aprendidas en fases posteriores).

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C. Los síntomas causan un deterioro clínicamente significativo en lo social,
laboral u otras áreas importantes del funcionamiento habitual.
D. Estas alteraciones no se explican mejor por la discapacidad intelectual
(trastorno del desarrollo intelectual) o por el retraso global del desarrollo.
La discapacidad intelectual y el trastorno del espectro autista con
frecuencia coinciden; para hacer diagnósticos de comorbilidades de un
trastorno del espectro autista y discapacidad intelectual, la
comunicación social ha de estar por debajo de lo previsto para el
nivel general de desarrollo.
Entre las modificaciones que aparecen en el DSM-V, según Palomo
y Cols (2014) podríamos destacar los siguientes:
- Las dimensiones referidas a las alteraciones en la interacción social
recíproca y la comunicación y el lenguaje se fusionan en una única
categoría.
- En el repertorio restringido de conductas intereses destaca la
incorporación de las alteraciones sensoriales como área de alteración.
- En busca de conseguir unos criterios diagnósticos más específicos,
en ambas dimensiones se incrementa el número de áreas alteradas
para considerar que una persona presenta el trastorno.
- Para que una persona tenga TEA tiene que tener alteraciones en las
tres áreas que se incluyen dentro de los déficits en la interacción y
comunicación social (reciprocidad socioemocional, comunicación no
verbal y desarrollo, mantenimiento y comprensión de relaciones), así
como dos de las cuatro áreas alteradas en el repertorio restringido de
conductas e intereses (conductas repetitivas, insistencia en la

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


invarianza, intereses restringidos o alteraciones sensoriales).

Además, el DSM- V establece los siguientes Niveles de gravedad del


Trastorno del Espectro Autista:

Fuente: (APA, 2013).

Características diagnósticas en CIE- 11

Como se dijo anteriormente, de forma similar a lo ocurrido en el DSM, la


versión 11 de la Clasificación Internacional de las Enfermedades de la OMS
(CIE-11) incluye los TEA dentro el grupo de los Trastornos del
Neurodesarrollo.

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


El Trastorno del Espectro Autista se caracteriza, según el CIE, “por
déficits persistentes en la capacidad de iniciar y mantener la interacción social
recíproca y la comunicación social, y por una gama de patrones de conducta
e intereses restringidos, repetitivos e inflexibles.
El inicio del trastorno ocurre durante el período de desarrollo,
generalmente en la primera infancia, pero los síntomas pueden no
manifestarse plenamente hasta más adelante, cuando las demandas
sociales superan capacidades limitadas. Los déficits son lo suficientemente
severos como para causar deterioro en las áreas de desarrollo personal,
familiar, social, educativo, ocupacional u otras áreas importantes de
funcionamiento y generalmente son observables en todos los entornos,
aunque pueden variar según el nivel social, educativo o de otro tipo. Las
personas exhiben una gama completa de capacidades de lenguaje y de
desarrollo intelectual”.
Todo lo anterior supone que, además del diagnóstico de Autismo debemos
evaluar, necesariamente, el desarrollo intelectual, además va a ser crucial
evaluar el lenguaje, cuestión ya señalada en el DSM-V. (Orellana, 2017)

Epidemiología. Población afectada y grupos de riesgo


La prevalencia del autismo varía en función de la definición, de forma
que, si recogemos sólo los casos de T. Autista Infantil propiamente dicho,
estaríamos ante un trastorno poco frecuente, mientras que, si utilizamos una
definición más amplia, podríamos llegar a 11 casos por cada 10.000 que
refiere el DSM-V (APA, 2013), como se reconoce en este manual en la
actualidad se ha producido un incremento de casos diagnosticados con TEA,
sin que esté claro el motivo. Por esta razón, y de forma consensuada, se suele
establecer una prevalencia alrededor de 4 a 7 de cada 10.000 niños
aproximadamente.
FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)
Los principales grupos de riesgo (Pereda, 2018) serían:
- Varones: riesgo 4/ 5 veces superior a las niñas.
- Los hermanos de personas con TEA (8% de probabilidades de
tener el mismo trastorno).
- Las personas que sufren el síndrome del X frágil.
- Los hijos de padres y madres de edad avanzada.
- Los niños prematuros, nacidos antes de las 26 semanas de gestación.
El origen del autismo se vincula con un desajuste orgánico en el cual
intervienen distintos factores que tienen como resultado un defecto en la
funcionalidad del Sistema Nervioso Central. Así, en la literatura podemos
encontrarnos desde alteraciones genéticas a trastornos metabólicos o
procesos infecciosos que intervienen en diversas fases del desarrollo del
sistema nervioso. El DSM-V, amplía estos datos incluyendo además algunos
factores.
a) ambientales: bajo peso al nacer o la exposición fetal al
valproato (medicamento).
b ) genéticos: vinculada a la mutación de uno (15% de los
casos) o varios genes. Así mismo “las estimaciones de la heredabilidad
varían entre el 37 y más del 90%” en gemelos monocigóticos. (APA,
2013). En cualquier caso, en la actualidad no se ofrece una respuesta
definitiva respecto a las causas de los TEA.
Teorías explicativas
Cohen et. al (1985) sostienen que en el autismo se da un déficit
específico en la “teoría de la mente” que permite explicar tanto de las
alteraciones en la conducta comunicativa y social como de las habilidades
que representan.

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


La “teoría de la mente” es la capacidad de atribuir estados mentales a uno
mismo o a los otros. Sin esa compresión de los estados mentales sería
imposible conocer la actividad propia y de los demás y coordinarla. Es una
“teoría” porque a partir de esos estados mentales, que no son explícitos, se
pueden hacer inferencias y predicciones sobre la conducta de los otros.
Si bien la teoría del déficit específico en la “teoría de la mente” explica
bien una parte de la sintomatología de los trastornos autistas, no parece dar
cuenta de otros aspectos fundamentales como son las estereotipias, los
intereses restringidos y la necesidad de que el ambiente permanezca sin
cambios tan típicos en los autismos.
Frith (1989), propuso la teoría de la “coherencia central” como
complemento a la “teoría de la mente” para responder a algunas de las
cuestiones que esta última no podría explicar. Según Frith, el Autismo se
caracteriza por un desequilibrio específico en la integración de información a
distintos niveles. Una característica del procesamiento normal de la
información parece ser la tendencia a conectar la información diversa para
construir un significado de más alto nivel dentro del contexto. Así, por ejemplo,
lo esencial de una historia se recuerda fácilmente, mientras que lo superficial
se pierde rápidamente y es un esfuerzo inútil retenerlo. Frith sugirió que esta
característica universal del procesamiento humano de la información estaba
alterada en el Autismo.
En relación con las causas y los falsos estereotipos que han acompañado
a las personas con TEA desde hace tiempo, apuntamos aquí la reflexión de la
autora Francesca Happé (1998) quien elaboró un listado de lo que es y de lo
que no es el autismo.

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


• No está causado por padres «refrigeradores». Los padres no
tienen la culpa del trastorno de sus hijos.
• Es un trastorno con base biológica, en gran medida genética y
con un alto grado de heredabilidad.
• No se limita a la edad infantil.
• Es un trastorno del desarrollo que persiste de por vida.
• No siempre se caracteriza por habilidades geniales (tales como
una memoria prodigiosa, calcular fechas o datos…)
• Se encuentra en todos los niveles de funcionamiento intelectual
pero generalmente se acompaña de discapacidad intelectual.
• No es una «concha» de la que un niño «normal» esté esperando
salir.
• Es un grave trastorno de la comunicación, la socialización y la
imaginación.

Comorbilidad y pronóstico

Al mismo tiempo el autismo suele tener asociados otros rasgos entre los
cuales destacaremos:
• Retraso Mental (75%).
• Alteraciones estructurales del lenguaje (incapacidad para comprender
y construir frases gramaticalmente correctas).

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


• TDAH (30%)
• Las dificultades específicas del aprendizaje (lectoescritura y
aritmética) son frecuentes.
• Trastornos de acción motriz. (ej. Trastorno del desarrollo de la
coordinación).
• Problemas de conducta. (aproximadamente el 70% de los
individuos con trastorno del espectro autista puede tener un
trastorno mental comórbido, y el 40% puede tener dos o más
trastornos mentales comórbidos. (APA,2013).
• Trastornos del sueño.
• Estados de agitación, ansiedad y/o depresión (30%).
• Trastornos de la alimentación (Las preferencias extremas y
restringidas de alimentos pueden persistir en el tiempo)
(APA,2013)

Para la APA (2013) “Cuando se cumplen los criterios del TDAH y del
trastorno del espectro autista, se deberían realizar los dos diagnósticos. Este
mismo principio se aplica a los diagnósticos concurrentes del trastorno del
espectro autista y trastorno del desarrollo de la coordinación, trastorno de
ansiedad, trastorno depresivo y otros diagnósticos comórbidos.” Así mismo en
este manual se constata la epilepsia como la afección médica más común,
que frecuentemente estará acompañada de problemas del sueño y/o
estreñimiento. Siguiendo con el DSM-V se puede destacar que “Los factores
pronósticos mejor establecidos para el resultado individual dentro del trastorno
del espectro autista son la presencia o ausencia de una discapacidad
intelectual asociada, el deterioro de lenguaje (p. ej., un lenguaje funcional al

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


llegar a los 5 años es un buen signo pronóstico) y los otros problemas
añadidos de salud mental. La epilepsia, como diagnóstico comórbido, se
asocia a una mayor discapacidad intelectual y a una menor capacidad verbal.”

 3.4. El lenguaje en los TEA: características e incidencia.


Las personas con autismo se caracterizan por manifestar alteraciones, más
o menos graves, en su desarrollo comunicativo-lingüístico. Dentro de las
características del lenguaje autista hay una gran variabilidad intragrupo:
Las personas con autismo son agrupables de la siguiente manera:

1. Sujetos con mutismo total o funcional 2. Sujetos con competencia


lingüística. Este lenguaje está
caracterizado por:

- Alteraciones en el desarrollo
pragmático y semántico. Constituyen
-Mutismo total: ausencia de vocalizaciones. uno de los rasgos universales del
autismo.

-Mutismo funcional: cuando las vocalizaciones -El desarrollo fonológico y sintáctico,


se usan sin intención comunicativa. aunque retrasado, sigue un desarrollo
normal.

- Alteraciones del lenguaje gestual y


mímico.

- Alteraciones del lenguaje productivo:


Ecolalia: sin intención comunicativa.
Alteraciones articulatorias y
trastornos en los elementos
prosódicos. Habla lenta, irregular y
entrecortada; a veces rápida y a
veces monótona.

- Dificultades en el control de la
intensidad de su voz. Abundan las
frases con enunciados de carácter
negativista Inversión pronominal.
FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)
Grandes dificultades en el uso y
comprensión de los tiempos verbales
Alteraciones del lenguaje
comprensivo.

En su famosa “triada de Wing” Wing (1988) diferenció 4 dimensiones


principales de variación de espectro autista:

1. Alteración de la comunicación verbal y no verbal

◼ Algunas personas no desarrollan ningún tipo de lenguaje, otras


muestran una fluidez engañosa.
◼ Todas carecen de la habilidad de llevar a término un intercambio
comunicativo recíproco.
◼ Tanto la forma como el contenido de sus competencias lingüísticas
son peculiares y pueden incluir ecolalia, inversión pronominal e
invención de palabras.
◼ Las reacciones emocionales a los requerimientos verbales y no
verbales de los demás son inadecuadas –evitación visual.
◼ En algunos casos el desarrollo del lenguaje parece haberse
interrumpido o incluso haber retrocedido. En otros casos puede
asociarse con trastornos del desarrollo del lenguaje receptivo y
expresivo.
◼ El repertorio de expresión y regulación de emociones es distinto a lo
habitual: algunas veces aparentemente limitado y otras excesivo.
◼ Con frecuencia se detectan graves dificultades para identificar y
compartir las emociones de los demás.
2. Alteración del Desarrollo de la Interacción Social Recíproca
◼ En algunas personas se da un aislamiento social significativo; otras se

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muestran pasivas en su interacción social, presentando un interés
escaso hacia los demás.
◼ Algunas personas pueden ser muy activas en establecer interacciones
sociales, pero haciéndolo de manera extraña, unilateral e intrusa; sin
considerar plenamente las reacciones de los demás.
◼ Todas tienen en común una capacidad limitada de empatía, pero son
capaces, a su manera, de mostrar sus afectos.
3 y 4. Repertorio restringido de imaginación y comprensión social, intereses
y comportamientos
◼ La actividad imaginativa resulta afectada.
◼ La gran mayoría de personas incluidas en el espectro del
autismo fallan en el desarrollo del juego normal de simulación o
simbólico, ficción o fantasía.
◼ Esta limitada la imaginación obstaculiza y limita su capacidad para
entender las emociones/ intenciones.

◼ En algunos casos la actividad imaginativa es excesiva.


◼ En la medida que carecen de la capacidad de imaginar el pensamiento
o la mente de los demás, les resulta muy difícil anticipar lo que pueda
suceder, y afrontar los acontecimientos pasados.
◼ Los patrones de conducta son, a menudo, ritualistas y repetitivos.
◼ Pueden apegarse a objetos inusuales o extraños.
◼ Los movimientos repetitivos y estereotipados son habituales.
◼ A menudo se da una gran resistencia al cambio y una
perseverancia en la inmutabilidad.
◼ Cambios insignificantes en el entorno pueden provocar un profundo
malestar.
◼ Muchas niñas y niños afectados de autismo desarrollan intereses

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específicos o preocupaciones sobre temas peculiares.

◼ Incapacidad para entender las expresiones faciales, las posturas


corporales o los gestos, en otras palabras, todas las conductas
implicadas para establecer y regular una interacción social recíproca.
Sin embargo, a pesar del gran avance que supuso la conceptualización
de Wing, la autora NO estableció niveles específicos de afectación, siendo
Rivière (1997) quien amplió las dimensiones que pueden aparecer dentro del
espectro autista a 12, estableciendo en cada dimensión 4 niveles de
afectación o gravedad. Así, en el primer nivel estarían aquellas personas con
trastornos más graves y niveles cognitivos más bajos, mientras que en el
cuarto nivel estarían aquellas personas con trastornos menos graves.
Una persona se situará en un nivel u otro dependiendo de diferentes factores:
• La edad de la persona con autismo.
• El sexo. El autismo se da más en el sexo masculino (proporción de
cuatro a uno). La afectación en mujeres suele ser más grave que en los
hombres.
• La presencia de retraso mental.
• La gravedad del propio trastorno.
• Los tratamientos recibidos y la actuación de la familia.
A continuación, se amplía las tres dimensiones del área lenguaje
(Riviere, 1997).

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


4) funciones comunicativas
◼ Nivel 1.- Ausencia de comunicación entendida como cualquier clase
de relación intencionada con alguien, que se realiza mediante empleo
de significantes.
◼ Nivel 2.- La persona realiza actividades de pedir, mediante conductas
de uso instrumental de personas, pero sin signos. Es decir, pide
llevando de la mano hasta el objeto deseado, pero no puede hacer
gestos o decir palabras para expresar sus deseos. De este modo,
tiene conductas con de las propiedades de la comunicación (son
intencionadas), pero sin significantes.
◼ Nivel 3.- Se realizan signos para pedir: pueden ser palabras, símbolos
inactivos, gestos “suspendidos”, símbolos aprendidos en programas
de comunicación, etc. Sin embargo, solo hay comunicación para
cambiar el mundo físico. Por tanto, sigue habiendo ausencia de
comunicación con función ostensiva o declarativa.
◼ Nivel 4.- Empleo de conductas comunicativas de declarar, comentar,
etc., que no solo buscan cambiar el mundo físico. Sin embargo, suele
haber escasez de declaraciones capaces de cualificar subjetivamente
la experiencia (es decir, referidas al propio mundo interno) y la
comunicación tiende a ser poco recíproca y poco empática.
5) Lenguaje expresivo
◼ Nivel 1.- Ausencia total del lenguaje expresivo. El mutismo puede ser
total o funcional. Este último se define por la presencia de
verbalizaciones que no son propiamente lingüísticas (pueden ser, por
ejemplo, emisiones con función musical). Es decir, no implican
análisis significativo ni tienen la función de comunicar.

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


◼ Nivel 2.- El lenguaje es predominante ecolálico o compuesto de
palabras sueltas. Aparecen ecolalias y palabras funcionales. No hay
propiamente creación formal de sintagmas o de oraciones. No hay
discurso ni conversación.
◼ Nivel 3.- Lenguaje oracional. Capacidad de producir oraciones que ya
no son predominantemente ecolálicas, y que implican algún grado de
conocimiento implícito de reglas lingüísticas. Sin embargo, los
sintagmas y las oraciones no llegan a configurar discurso ni se
organizan en actividades conversacionales
◼ Nivel 4.- Lenguaje discursivo. Es posible la conversación, aunque
tienda a ser lacónica. Las personas en este nivel pueden ser
conscientes de su dificultad para encontrar temas de conversación y
para transmitir con agilidad información significativa en las
interacciones lingüísticas; intercambian con dificultad roles
conversacionales, comienzan y terminan las conversaciones de forma
abrupta, pueden decir cosas poco relevantes o poco apropiadas
socialmente. Se adaptan con dificultad a las necesidades
comunicativas de sus interlocutores. Frecuentemente su lenguaje
está prosódicamente muy alterado. Parece pedante, rebuscado o
poco natural, o abrupto y poco sutil. Hay dificultades para regular los
procesos de selección temática y cambio temático en la conversación
y en el discurso.

6) Lenguaje receptivo
◼ Nivel 1.- “Sordera central”. El niño o adulto en este nivel ignora por
completo el lenguaje, con independencia de que le sea

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


específicamente dirigido a él. No responde a órdenes, llamadas o
indicaciones lingüísticas de ninguna clase. Provoca sospecha de
sordera.
◼ Nivel 2.- Asociación de enunciados verbales con conductas propias;
“comprende órdenes sencillas”.
◼ Nivel 3.- Comprensión de enunciados. La comprensión suele ser
extremadamente literal y muy poco flexible. Se incorporan a ella con
gran dificultad las claves pragmáticas. Los procesos de inferencia,
coherencia y cohesión que permiten hablar de “comprensión del
discurso” son muy limitados o inexistentes. Hay tendencia a atender
a las interacciones verbales sólo cuando se dirigen a la persona de
forma muy específica y directiva.
◼ Nivel 4.- Capacidad de comprender planos conversacionales y
discursivos del lenguaje. Sin embargo, hay alteraciones sutiles en
procesos de diferenciación del significado intencional del literal, en
especial cuando uno y otro no coinciden. También en los procesos de
doble comprensión del lenguaje figurado y modulación de la
comprensión por variables interactivas y de contexto.
Prácticas consensuadas para reducir el impacto de los trastornos
del espectro autista sobre el desarrollo del niño:
◼ Proporcionar la intervención lo antes posible
◼ La intervención debería tener un alcance y una frecuencia intensivas;
los niños pueden necesitar hasta veinticinco horas por semana de
instrucción guiada para lograr mejoras en el funcionamiento (National
Research Council, 2001).

◼ Los padres y familiares deberían tener una participación integral sea


cual fuere el enfoque de tratamiento elegido.

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NECESIDADES EDUCATIVAS
Tienen necesidad de que se le enseñen habilidades sociales y
comunicativas por ello, priorizaremos el aprendizaje de habilidades
conversacionales (funciones comunicativas, turnos, atención a la
conversación, gestos de aprobación…) y sociales (resolución de conflictos,
modos de acercamiento…). Necesidad de adaptarse a los cambios, ampliar la
flexibilidad cognitiva. Para ello prepararemos al niño anticipándole los cambios
de rutina.
Así, el niño pequeño requiere enseñanza en “el arte de la conversación”.
Esto incluye las manifestaciones o comentarios convencionales para empezar
a hablar y preguntas apropiadas en cada contexto. Esto puede ser enseñado
con juegos de rol donde se muestran diferentes circunstancias y donde se dan
explicaciones de cómo son apropiadas ciertas formas de empezar la
conversación. Pueden ser mostrados ejemplos extremos por el profesor, y se
pedirá al niño que identifique lo que estaba mal y lo que el profesor debería
haber dicho, practicando con el niño alternativas apropiadas.
Necesitan programaciones ajustadas a sus capacidades. El aprendizaje
debe ser gratificante y no provocarle ansiedad. Las adaptaciones serán,
generalmente, metodológicas (más ayuda, instrucciones más detalladas,
explicaciones más concretas…) y de evaluación (más tiempo, preguntas
cortas…). Necesitan aprender a organizar sus tareas. El tutor debe ayudar en
esta tarea mediante el uso de la agenda escolar.
Necesitan que se tenga en cuenta sus áreas de alto interés. Programar
momentos concretos del día en los que puedan hablar sobre sus centros de
interés o trabajar sobre ellos. Necesitan un ambiente estructurado y
comprensible. Necesitan un apoyo familiar en sus aprendizajes. Establecer

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)


reuniones periódicas con la familia, delimitar objetivos de trabajo conjuntos.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA DEL TEMA:

• Corral, A., & Pardo, P. (2012) Psicología Evolutiva I . Introducción al


desarrollo. (Vol. 1). Madrid: UNED.
• Escobar Solano, M.A., Caravaca Cantabella, M., Herrero navarro, J.M y
Verdejo Bolonio M.D (2008). T Necesidades educativas especiales del
alumnado con trastornos del espectro autista. en: L. Antonio and A.
Diego, ed., Atención a la diversidad: materiales para la formación del
profesorado, 1 ed. Murcia: Consejería de Educación, Formación y
Empleo, Centro de Profesores y Recursos de Cieza.
• Tortosa, F. (2008). Trastornos de la Comunicación y el Lenguaje. en: L.
Antonio and A. Diego, ed., Intervención educativa en el alumnado con
trastorno del espectro autista., 1 ed. Murcia: Consejería de Educación,
Formación y Empleo, Centro de Profesores y Recursos de Cieza.

RECURSOS EN INTERNET

• http://bibliotecadigital.educarm.es/bidimur/i18n/consulta/registro.cmd?id
=922#infoejemplares

• Chapi – Mori, J.L; (2010) Diferencias entre los trastornos específicos del
lenguaje y los trastornos generalizados del desarrollo Disponible en:
http://es.slideshare.net/jorgelchm/artculochapi2010diciembre [Acceso 29
Nov. 2015].

FUENTE: Ramírez Reffay, A. (2021-2022)

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