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Adiós

Tenía recuerdos, pequeños fragmentos de lo que había vivido, pero realmente una
cosa llevo a otra y me quedé sin ellos. En este lugar en el que me encuentro el vacío
es dueño, a lo lejos solo se alcanza a percibir una esfera brillante que flota. Merodeo
sin rumbo por todo este lugar que si bien siento que no tiene fin tampoco siento que
me alejo mucho ya que siempre alcanzo a ver la esfera flotante.
Por alguna razón nunca me dirijo hacia ella hasta hoy que por culpa de una brisa
fresca me atrae lentamente hacia ella. Al momento de llegar a la esfera me entró
mucha curiosidad, ¿qué es esto?; muy confundido por no lograr descifrarlo decidí
echar un vistazo a lo que por la distancia se veía como una habitación blanca. Para
mi sorpresa no era nada más ni nada menos que una habitación de hospital con un
pobre hombre moribundo en estado de coma. El como había llegado hasta la esfera
mostrándome la habitación y el hecho de que la brisa que me arrastraba se hacía
mucho más fuerte se me hacía un completo misterio.
De un rato a otro una enorme sensación invadía todo mi cuerpo al igual que los
escalofríos. Sin darle importancia seguí observando lo que esfera me enseñaba,
pero no me resultaba interesante después de un largo tiempo admirándola, pensaba
que no pasaría nada, pero justo en ese momento los signos de vida de aquel hombre
disminuían y nadie acudía a ver qué pasaba; desesperadamente intente gritar
pidiendo auxilio para que lo atendieran, pero todo era en vano por que mis gritos no
traspasaban al otro lado de la esfera. ¿Si me lanzo contra la esfera lograré salvarlo?
Sin pensarlo con todas las fuerzas que tenía me arrojé y logré pasarla. Había salido
de un pequeño espejo que estaba sobre una repisa pequeña.
No tardó mucho y un doctor y enfermera llegaron despreocupados, comentaban que
habían pasado 4 meses desde que la persona se encontraba en coma y nunca
nadie se acercó a visitarlo a pesar de ser una persona con una gran fortuna.
Comprendí entonces lo solo que se debió haber sentido desde mucho antes de caer
en el estado que lo hizo enfermar o fue la misma soledad que le enfermó. Vagué
por la habitación mientras que los doctores seguían conversando y fue cuando al
pasarme con el espejo vi que me parecía mucho a el la cual su vida ya había
terminado y para mi sorpresa era yo.
Sea mi alma o mi consciencia fuera de mi cuerpo sabía que ya nada podía hacer.
Al menos mi fortuna no se había quedado en manos de mi familia más cercana con
la que siempre competía y bien era sabido que yo ganaba en todas las ocasiones.
Fue entonces donde por el pequeño espejo me vi varado como lo estaba en un
principio, intenté meter mi mano para ver si podía salvar lo que quedaba de mí, pero
fue inútil. Me desvanecía cada vez más y más e intentaba meterme en el espejo de
donde vine para que así no dejara de existir, pero era tarde y quedaba poco tiempo.
A los últimos momentos alcancé a ver que mi yo del espejo a la esfera tal y como
yo anteriormente lo había hecho y en mi cara una sonrisa la invadió ya que tenía la
esperanza de que al menos esa parte de mí lograra no desaparecer.

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