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3 problemas de la bioética y la sexualidad en las relaciones de poder.

Me parece que hay que comprenderlos a partir


de la instauración de un poder que se ejerce sobre el
cuerpo mismo. Lo que intento mostrar es cómo las
relaciones de poder pueden penetrar materialmente en
el espesor mismo de los cuerpos, sin tener incluso que
ser sustituidos por la representación de los sujetos. Si
el poder hace blanco en el cuerpo no es porque haya
sido con anterioridad interiorizado en la conciencia de
las gentes. Existe una red de bio-poder, de somato-
poder que es, al mismo tiempo, una red a partir de la
cual nace la sexualidad como fenómeno histórico y
cultural, en el interior de la cual nos reconocemos y
nos perdemos a la vez.
Michel FOUCAULT

¿Por qué establecer una relación entre bioética y sexualidad? ¿Qué vinculo existe entre
bioética y sexualidad en las relaciones de poder? La bioética de acuerdo con Kraus se
define como “Bio implica genética, medicina, biotecnología, psicología y ciencias
naturales. Ethos, sucintamente, podría reducirse a una cuestión: ¿cuáles son mis
obligaciones? Ética es ser el otro. La bioética es la interacción de ambas significaciones.” 1
La bioética esta vinculada con todas las áreas de la vida en las cuales el ser humano tiene
una relación, pues bien podemos entender que uno de los centros principales de estudio de
la bioética es el ser humano y sus relaciones con lo otro, es decir, develar la dinámica con la
cual el ser humano se interrelaciona desde una fenomenología ontológica que implica la
elaboración de un discurso que lo remite a determinado lugar con la naturaleza, lo otro, y
consigo mismo, en sí. El ser humano como un fenómeno de todo tiene varias esferas del
desarrollo; social, emocional, económica, de trabajo, de eros, de poder, medica etc., que se
encuentran vinculadas por la sexualidad.
La sexualidad no solo se entiende en el aspecto biológico sino también tiene una relación
con lo social, con la ética, y con cualquier espacio en donde el ser humano se desarrolle ya
que es inmanente el ser humano, siendo parte de su naturaleza y de su construcción como
un ser histórico que atiende una circunstancia y un contexto, cabe mencionar que hay
autores que no están de acuerdo en que la sexualidad sea circunstancial, sin embargo, bajo
su condición ontológica histórica del ser humano ha elaborado una discurso referente a la
sexualidad que lo ha construido como tal y en el cual a disociado, la relación que existe
entre conciencia y cuerpo.
1
Kraus, A. y Cabral, Antonio R. La bioética. Tercer Milenio. 1999. P 1
El ser humano a diversificado a partir de una bioética de la sexualidad más de dos géneros
que llegan a ser alrededor de 150 géneros en total los cuales cada uno se expresa en su
discurso de poder que se establece en sus distinciones elaboradas por el mismo. Desde una
perspectiva biológica, refiriéndonos a los órganos sexuales, existen 2 sexos, el que se ha
nombrado como masculino y el femenino. En uno de los problemas que se plantean no se
abordaran todos los géneros que existen, solo se pretenderá enfatizar en los dos sexos
femenino y masculino y no solo se tienen que ver como 2 cuerpos con distintos órganos
sexuales, tienen que ponerse a la luz desde la perspectiva bioética lo cual va a establecer
sus relaciones tanto corporales y de conciencia, en tanto el discurso elaborado que ha
segregado a la mujer de las mismas condiciones que el hombre de manera que se ha
cosificado, descuidando su humanidad y reconociéndola como un objeto el cual el hombre
debe poseer. En este sentido encontraremos uno de los problemas mas actuales y de gran
relevancia en las posturas feministas o incluso en estudios elaborados como el de S. de
Beauvoir.
Esclareciendo un poco la respuesta a las preguntas mencionadas anteriormente se entiende
que la bioética es parte intrínseca de la sexualidad y la sexualidad ha establecido una
relación de poder en torno a la condición ontológica histórica fenomenológica del ser
humano y de aquí que se han derivado situaciones de racismo, de discriminación, de
perdida de derechos, de deshumanización, de estética, de ética, de no reconocimiento de la
mujer, de segregación a los derechos de la misma e incluso de explotación laboral que es
otro de los problemas que se trataran de abordar en este trabajo.
1.- La conciencia y el cuerpo sexualizado.
Es importante mencionar la distinción que se hace por algunos filósofos entre la conciencia
y el cuerpo, en el caso de Descartes el cuerpo es una extensión de la conciencia,
entendiendo a la conciencia desde Merleau-Ponty, interpretando a Descartes, como yoica,
de esta forma para Descartes el cuerpo forma parte de una maquinaria universal que él la
llamó la res extensa. Sin embargo, hay una afirmación que realiza Merleau-Ponty la cual es
“yo soy un cuerpo” esto implica desde la fenomenología un acto no de separación de la
conciencia y del cuerpo en tanto es lo que es y, en cierta forma lo que no es, que es la
conciencia. La relación que se establece entre conciencia y cuerpo ha sido uno de los
grandes problemas para la filosofía y que ha estudiado la fenomenología. En este problema
que también compete a la bioética debido a la interrelación que tiene con la vida
presentándose como fenómeno, incluso médico, y sus estudios que competen al cuerpo,
pues el cuerpo es vivido desde Merleau-Ponty lo que significa la encarnación de la
conciencia pues solidariza los actos de la percepción, motricidad y la representación. Estos
momentos son importantes para desarrollar todo el problema que conlleva, sin embargo, no
vamos a profundizar en ello concretando el problema del cuerpo sexualizado ya
entendiendo un poco la relación entre conciencia y cuerpo. El cuerpo sexualizado es
afectivo y por lo tanto perceptible a estas sensaciones. La reacción que puede tener o no
tener un cuerpo a un estimulo sexual es uno de los grandes problemas, pues si bien, a un
enfermo que ha sido alterado por alguna operación medica cerebral en el cual ha dormido
su actividad sexual, aunque se le presente un cuerpo desnudo no habrá una excitación
sexual y por lo tanto dejaría de ser solo una representación y se enfatizaría más en el
cuerpo, en lo percibido. Teniendo esto en cuenta tenemos que mencionar que la conciencia
nunca va a ser en su totalidad carne pues esta se muestra libre y hasta cierto punto alejada o
distanciada del cuerpo lo que puede llevar a una liberación de la enajenación histórica sobre
el cuerpo sexualizado es decir que históricamente se han creado cuerpos que sean útiles a
un sistema, como el de la burguesía, pues busca los cuerpos sexualizados para seguir en una
posesión del poder sobre el otro y este ha sido un gran dilema medico pues en el momento
de hacer una cirugía se busca lo que estéticamente es visible a los ojos del otro, lo que le es
útil en forma de objeto que puede poseer. Se puede mencionar que hay un desprendimiento
del yo para ser otro yo que a los ojos de este otro yo se dignifique la existencia.
2.- La mujer como Otro cuerpo sexualizado.
Derivado de la problemática anterior en la que el cuerpo es un útil a los ojos de otro y no de
sí mismo perdiendo la conciencia de sí y para sí, es decir para el cuerpo, se construye una
dinámica en la que un discurso de poder elaborado por la figura masculina, el hombre,
desplaza, minimiza, somete, a la mujer como objeto, como un cuerpo que se puede poseer y
por lo tanto cualquier actividad que elabore la mujer tendrá que ser a partir de lo que es
para el otro, para el hombre “la existencia del Otro no interrumpe este íntimo diálogo, pues
el Otro solo aparece bajo la forma de otro sujeto; la relación entre el Yo y el Otro se reduce
a la mirada; cada uno permanece solo en el corazón de su propio universo, sobre el cual
reina soberano: no hay intermundo”2. Este dialogo de poder que se establece o a llevado a
la mujer a mirarse y a ser mirada como Otro, como aquello que no tiene los mismos
derechos que el hombre, que es quien mira a través de un proceso histórico cultural bajo el
cual también a perdido el verse a sí mismo más allá del cuerpo sexualizado, de un cuerpo
útil, sin embargo el problema más atenuante recae en la mujer al ser discriminada en las
participaciones sociales, políticas, educativas, laborales, violencia de género, la desigualdad
sexual, feminicidios, entre otros aspectos que aun sido impulsados por una dinámica de la
sexualidad de poder. En donde un discurso elaborado por un sistema patriarcal ha sido lo
que ha estructurado a la mujer como Otro “en verdad, el hombre, como la mujer, es carne,
y, por tanto, pasividad [...]. Cada uno de ellos vive a su manera el extraño equívoco de la
existencia hecha cuerpo. [...] En los dos sexos se desarrolla el mismo drama de la carne y el
espíritu, de la finitud y la trascendencia; a ambos los roe el tiempo, los acecha la muerte” 3.
Esto ha llevado a una falta de conciencia por parte de la mujer, la cual, mediante ciertos
movimientos históricos feministas, ha estado logrando reivindicar, sin embargo, también el
hombre tiene que conocer estos movimientos para no solo mirar y mirarse como un cuerpo
sexualizado un objeto con conciencia enajenada, que el mismo sistema a logrado consolidar
2
De Beauvoir, Simone. J.P. Sartre versus Merleau-Ponty. Ediciones siglo veinte. Buenos Aires. P 11
3
De Beauvoir, Simone. El segundo sexo. Buenos Aires: Debolsillo, 2007, p 721 - 722
para su fortalecimiento. Uno de los factores que también ha fomentado la desigualdad y
discriminación, violencia hacia la mujer es la idea del amor romántico, esta idea del velo
que se tiene en los ojos entregando todo, con amor, por la pareja, es decir, soportando
tormentas y caos con tal de vivir el “y vivieron felices para siempre”, incluso la
modificación corporal como medio de atracción sexual hacia el otro también es un
problema que surge de mirar a la mujer como Otro cuerpo sexualizado. Y este también es
un problema que le atañe a la bioética pues bien la sexualidad es en parte biológica, como
lo hemos mencionado, y social.
3.- el cuerpo sexualizado en una dialéctica de amo – esclavo (burguesía – proletariado)
El cuerpo se ha vuelto para el sistema actual, el capitalismo, un instrumento que requiere
ser modificado para poder seguir existiendo, pues las demandas del capitalismo requieren
un cuerpo que se amolde a la capacidad de trabajo que se requiere en la industria, es decir
el cuerpo también es un factor importante para la obtención de una economía y del ideal
que el mismo sistema capital a creado. Esto funciona para el ser humano, particularmente
para el hombre proletariado, de la siguiente forma, se le ha implementado el ideal de que
debe tener una familia por medio del poder adquisitivo el cual fomenta un cuerpo que este a
doc con las capacidades que se requieren en el trabajo, esta mujer debe de tener
características particulares corporales que sean sexualmente tractivas para el hombre, lo que
es la sexualización del cuerpo, siguiendo esta dinámica de la familia, el hombre va a
convertirse en un modelo a seguir para sus futuros hijos los cuales tendrán el mismo ideal y
objetivo de vida que el padre, el servir para otro que solo lo mira como un cuerpo
instrumentalizado de forma sexual, porque el sexo para el hombre o su sexualidad es lo que
dirige su vida, el consumismo que conlleva la fuerza de trabajo que dispuso lo va hacer
consumir lo que produjo para verse sexualmente atractivo a los ojos de otro y entrar en un
rol de seducción impulsado por el deseo “Al igual que la capacidad humana de trabajar es
fuente de valor y genera una plusvalía que la clase capitalista extrae a la clase trabajadora.” 4
Por el cumplimiento de sus necesidades como primera condición ontológica del ser humano
para dar cuenta de la existencia que hasta ahora tiene.

Conclusión
El desarrollo pleno de la sexualidad es esencial para el bienestar individual, interpersonal y
social. Se reconoce el ejercicio de la sexualidad humana como medio de disfrute, goce,
amor y afecto característico de la especie humana. Es el resultado de la interacción de
factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o
espirituales y estos son elementos que competen a la bioética para poder crear un
conciencia que no sea enajenada históricamente.

4
De Miguel, Ana. Neoliberalismo sexual el mito de la libre elección. Ediciones catedra Universitat de
Valencia. 2025. P 40
Bibliografía
De Beauvoir, Simone. El segundo sexo. Buenos Aires: Debolsillo, 2007
De Beauvoir, Simone. J.P. Sartre versus Merleau-Ponty. Ediciones siglo veinte. Buenos
Aires.
De Miguel, Ana. Neoliberalismo sexual el mito de la libre elección. Ediciones catedra
Universitat de Valencia. 2015.
Kraus, A. y Cabral, Antonio R. La bioética. Tercer Milenio. 1999

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