Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Durante la Segunda Guerra Mundial, los países de América Latina profundizaron el proceso
de industrialización por sustitución (recordemos que esto fue un modelo o estrategia que busca
fomentar el desarrollo de industrias locales para que produzcan bienes que están siendo importados)
que comenzó a perfilarse en la década del 30.
La crisis de esos años había imposibilitado que América Latina continuara importando
productos manufacturados y exportando materias primas. Por esa razón, los países se habían visto
obligados a reemplazar la compra de esos bienes industriales con la producción dentro de sus
fronteras. Fundamentalmente, el desarrollo industrial alcanzó un considerablemente crecimiento en
Argentina, Brasil, México y Chile.
Además, la Guerra provocó otros efectos: la fuerte demanda de alimentos y materias primas
por parte de las naciones europeas condujo a la obtención de buenos precios en este rubro,
beneficiando a los países latinoamericanos.
Por otro lado, Estados Unidos también amplió la demanda de ciertas materias primas que
eran de utilidad para el esfuerzo de sus tropas en la Guerra. De este modo, los norteamericanos
acrecentaron, por ejemplo, la compra de estaño procedente de Bolivia, del cobre de Chile, del caucho
de México y del petróleo de Venezuela.
Pasados los primeros años de la Segunda Guerra, esta dependencia colocó a las naciones
latinoamericanas en una situación deudora de los países más poderosos sobre todo por los créditos
otorgados a través del Fondo Monetario Internacional (FMI) institución financiera creada por Estados
Unidos en 1944.
Durante la década del 30, el régimen nazi comenzó una política de avance imperialista por el
continente europeo,en 1939 se desató la Segunda Guerra Mundial, en la que se enfrentaron los
países nucleados en el Eje con otro grupo de naciones, conocido como el de los Aliados. El “Eje”
estaba liderado por Alemania, por Italia, y por Japón. Por otra parte, Francia, la Unión Soviética e
Inglaterra encabezaban el grupo de “los Aliados”.
Los conservadores liberales argentinos pensaban que el apoyo a los aliados era fundamental
para mantener las relaciones comerciales con el principal comprador de nuestras materias primas,
Inglaterra. Asimismo, muchos conservadores nacionalistas y gran parte del Ejército, simpatizaban
con los sistemas totalitarios europeos como en el caso de Uriburu.
En relación con la participación argentina en la guerra mundial, la FORJA una nueva Fuerza
de Orientación Radical de la Joven Argentina defendía la neutralidad. Había que mantener, según
ellos, a la Argentina al margen de un enfrentamiento que no le concierne, ya que se trataba de un
conflicto entre imperios que luchaban una vez más por repartirse el mundo y obviamente Argentina
no sacaría ningún beneficio de esto.