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PROBLEMA DE LA MORAL (ÉTICA) DAVID HUME

David Hume fue un filósofo escocés del siglo XVIII, asociado con el empirismo. Su objetivo
principal fue cuestionar la idea de la causalidad, argumentando que nuestras ideas al respecto
eran hábitos mentales sin base sólida. Fue una figura clave en la Ilustración, influyendo en la
epistemología de su época.

LA MORAL NO ES UN CONOCIMIENTO DE RELACIÓN DE IDEAS NI TAMPOCO UN


CONOCIMIENTO DE CUESTIONES DE HECHO PORQUE :

A) Los juicios morales, saber qué está bien y mal no es un conocimiento de relación de ideas
porque los juicios morales no se generan por la razón y porque los juicios morales nos
mueven a obrar, a la acción y, 2+2 (relación de ideas) no mueve a hacer absolutamente
nada Hume se opuso a todas las éticas racionales (Platón y Descartes). La distinción entre
el bien y el mal no puede hacerse con la razón. “Debes respetar la vida” o “Debes ser
sincero” son juicios morales. Estos juicios no se basan en la razón ni proceden de ella
pues, si así uera, toda la humanidad estaría de acuerdo en qué está bien o mal del mismo
modo que lo están en que 2+2 son 4.
B) Los juicios morales tampoco son hechos ni un conocimiento de cuestiones de hecho pues
el bien o el mal no son objetos que puedan ser conocidos o de los que pueda tener
impresión sensible sino que se fundamentan en un SENTIMIENTO (no razón) de
APROBACIÓN o DESAPROBACIÓN que se despierta en nosotros ante un hecho o acción
- Tampoco es una cuestión de hecho porque los juicios morales se refieren a lo que
“debes” hacer, al futuro y no se refieren a la realidad presente. Por tanto, de la
realidad no se puede deducir un juicio moral que es siempre futuro porque ese paso
es ilegítimo. No se puede pasar del “es” al “deber ser” (falacia naturalista)

LA RAZÓN ES ESCLAVA DE LAS PASIONES: el sentimiento genera el fin (lo que quiero, el
objetivo) y la razón me guía para obtener los medios y alcanzar el fin.
- La SIMPATÍA (con lo que se refiere a EMPATÍA) y la UTILIDAD son los dos sentimientos
que son el fundamento de virtudes como la benevolencia y la justicia.
Gracias a la simpatía nos ponemos en el lugar del otro y comprendemos por ejemplo que, mentir,
nos puede producir placer ahora, pero a la larga nos traerá consecuencias negativas además de
que percibiremos el sufrimiento del otro que se convertirá en sufrimiento propio. Así, en base al
sentimiento aprobamos como bueno lo que sea útil para la vida social porque no podemos vivir
aislados. Esta inclinación hacia el bien y estos dos sentimientos forman parte de la naturaleza
humana, son universales y se refuerzan con el hábito y la educación.

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