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ESTEFANIA MONSERRATH MARTINEZ ALVARADO

TRABAJO 2.A. NOTAS DE LA IGLESIA

Tesis 21. La Iglesia es una, santa, católica y apostólica

La Iglesia es confesada desde los primeros siglos en el Credo como una, santa, católica y
apostólica. Estas notas están íntimamente relacionadas entre sí: es a la vez solo una y
plural en su catolicidad. Es santa y acoge en su seno a pecadores. Su apostolicidad abarca
la tradición y la sucesión apostólica, teniendo al papado como centro de unidad.

Contesta a estas preguntas.

¿QUÉ SIGNIFICA ‘CREER EN LA IGLESIA’?

Cuando afirmamos "creer en la Iglesia", estamos expresando nuestra convicción en la


íntima conexión entre la Iglesia y el Espíritu Santo, quien es el Señor y dador de vida.
Esta creencia se origina en nuestra fe en Dios, quien es Uno y Trino. Al profesar en el
credo "creo en la Iglesia", estamos reconociendo que la santificación de la Iglesia
proviene de su estrecha relación con el Dios trinitario.

Es crucial comprender que la declaración "creer en la Iglesia" va más allá de considerarla


simplemente como una institución humana. En realidad, implica reconocer la raíz de su
santidad en la conexión íntima y vital que tiene con la Trinidad divina. La Iglesia no es
meramente una entidad creada por seres humanos, sino que encuentra su origen en Dios
y se dirige hacia Él como su fuente última y destino final. Por lo tanto, solo cuando
entendemos y aceptamos esta profunda vinculación con el Dios trinitario podemos
afirmar con plenitud nuestra creencia en la Iglesia.
¿CREEMOS IGUAL EN DIOS QUE EN LA IGLESIA?

No, Cuando afirmamos "Creo en la Iglesia", debemos tener en cuenta que el acto de creer
está reservado exclusivamente a Dios. La primera declaración del Credo, "Creo en Dios",
es la más fundamental y todos los demás artículos dependen de ella. El Credo habla
principalmente de Dios, y los demás elementos, incluida la Iglesia, se relacionan con Él.
Los fieles reconocen que lo más importante es creer en Dios.

La Iglesia, por sí misma, no es objeto de creencia de la misma manera que Dios lo es. La
conexión con Dios es esencial para que la Iglesia sea creída, ya que es receptora de los
dones del Espíritu Santo. Una Iglesia que se desconecta de su origen y no está unida a
Dios puede convertirse en un motivo de escándalo en lugar de ser un fundamento para la
fe. Como indica el Catecismo, la Iglesia depende totalmente de los artículos relacionados
con Cristo Jesús. La Iglesia, comparada a menudo con la luna que refleja la luz del sol,
no tiene otra luz que la de Cristo. Una Iglesia desconectada de Cristo puede ser motivo
de rechazo y, por el contrario, una Iglesia unida a Él es fundamental para el acto de creer.

¿APARECE ESTA CATEGORÍA (UNA, SANTA, CATÓLICA, APOSTÓLICA) EN LA


BIBLIA, ¿O ALGÚN ASPECTO RELACIONADO CON ELLA?

Cuando nos referimos a la Iglesia, siempre lo hacemos en relación con su fuente y origen,
que es Dios Uno y Trino. Todas las características atribuidas a la Iglesia, encuentran su
fundamento en esta conexión fundamental con Dios, siendo conceptos intrínsecamente
relacionales. La santidad de la Iglesia se manifiesta en su identidad como morada del
Espíritu Santo, se puede afirmar que la Iglesia es santa porque el Espíritu Santo la habita,
convirtiéndola en el Templo de Aquel que es Santo (1 Corintios 3,16; cf. 6,19). La esencia
de la Iglesia radica en su santidad, y esta no es simplemente una cualidad externa, sino
una realidad profunda que emana de su unión con el Espíritu Santo, como Kasper destaca
este aspecto al afirmar que los miembros de la Iglesia son santos porque han sido
santificados por la presencia del Espíritu de Dios que reside en ellos. La Iglesia ya no es
concebida solo como un edificio de piedra, sino como la comunidad de creyentes, el
verdadero templo de Dios y morada del Espíritu Santo.

La presencia del Espíritu Santo en la Iglesia no solo impulsa a sus miembros hacia la
santidad desde dentro, sino que también acoge en su seno a los pecadores con el propósito
de guiarlos hacia la santificación (Mateo 5,48; 1 Pedro 1,16; 1 Juan 3,3). La Iglesia, al ser
habitada por Aquel que es Santo, se convierte en un faro que ilumina el camino hacia la
santidad, abrazando a aquellos que buscan la transformación espiritual.

¿APARECE ESTA CATEGORÍA EN EL CONCILIO DESARROLLADA? ¿DÓNDE SE LA

NOMBRA?

El Concilio Vaticano II profundiza en la categoría de la santidad, resaltando que en la


Iglesia se encuentran los medios de salvación que permiten al pueblo de Dios nutrirse,
repararse y curarse, fortaleciendo así el llamado a la santidad. Una de las grandes
novedades del Concilio es la extensión de esta llamada a toda la comunidad cristiana,
rompiendo con la idea de que la santidad es exclusiva de algunos privilegiados, como los
religiosos. El Concilio recalca que, a través del sacramento del bautismo, todos los
miembros de la Iglesia están llamados a la santidad. Este llamado no se limita a contextos
específicos o a ciertos grupos dentro de la Iglesia, sino que abarca la totalidad de la vida
cotidiana y las realidades temporales. La santidad no es solo un privilegio reservado a
unos pocos, sino que se convierte en una línea transversal presente en todos los
documentos conciliares.

Esta perspectiva implica que cada individuo, independientemente de su estado de vida,


tiene la capacidad y la responsabilidad de buscar la santidad en su día a día, ya sea en el
trabajo, en la familia u otras dimensiones de la vida diaria. De esta manera, el Concilio
Vaticano II promueve una comprensión más inclusiva y participativa de la santidad,
destacando su relevancia en todos los aspectos de la vida de los fieles

“Todos los fieles, cristianos, de cualquier condición… (L.G 11).

“El divino Maestro y Modelo de toda perfección, el Señor Jesús, predicó …. (L.G 40-42).

“En realidad, ejercen el apostolado con su trabajo para la evangelización y santificación


de los hombres, y para la función… (Apostolicam actuositatem 2-4).

“La Iglesia es, pues, "el Pueblo santo de Dios" (L.G 12), y sus miembros son llamados
"santos" (cf Hch 9, 13; 1 Co 6, 1; 16, 1).

¿CUÁLES SON LOS TEMAS RELACIONADOS CON ESTA CATEGORÍA EN EL CEC O EN LOS
MANUALES?

En el Catecismo de la Iglesia Católica (CEC), la santidad está intrínsecamente relacionada


con diversos aspectos que forman una unidad en la fe:

• La Cruz de Cristo y el Camino de la Perfección:

La santidad se vincula al camino de la perfección, que pasa por la cruz. No hay santidad
sin renuncia y combate espiritual. El progreso espiritual implica ascesis y mortificación,
conduciendo gradualmente a vivir en la paz y el gozo de las bienaventuranzas (CEC
2015).

• La Relación de la Iglesia con la Santidad


La Iglesia no puede dejar de ser santa, ya que Cristo, proclamado "el solo santo", se
entregó por ella para santificarla. La Iglesia es considerada el Pueblo santo de Dios, y sus
miembros son llamados "santos" (LG 12, 39).

• La Caridad como Alma de la Santidad:

La caridad se presenta como el alma de la santidad a la que todos están llamados. Dirige
todos los medios de santificación, los informa y los lleva a su fin (CEC 826, LG 42).

• La Relación con la Virgen María:

La Iglesia, representada en la Santísima Virgen, alcanza la perfección sin mancha ni


arruga. Los creyentes se esfuerzan en vencer el pecado para crecer en la santidad, y María
es vista como un modelo (CEC 829, LG 65).

• Relación con los Santos y Santas:

Los santos y santas son considerados fuentes y orígenes de renovación en la historia de


la Iglesia. Su santidad es el secreto manantial y la medida infalible de la laboriosidad
apostólica y el ímpetu misionero de la Iglesia (CEC 828, CL 16, 17).

¿CÓMO TRADUCIR HOY ESTA CATEGORÍA? ¿QUÉ DIFICULTADES ENCUENTRA?

En el contexto actual, hablar de santidad requiere un enfoque que resuene con la


mentalidad posmoderna, donde conceptos como sacrificio y renuncia no suelen ser
atractivos. Desde mi perspectiva, prefiero abordar la santidad como la búsqueda de una
vida plena y realizada, algo que responde a la profunda aspiración de cada persona por
una existencia significativa y llena de sentido. El Papa Francisco ofrece una perspectiva
refrescante al proponer vivir en un nivel superior, no con menos intensidad, sino con
pasión en la tarea de dar vida a los demás. La idea es que la realización personal se
encuentra en el acto de entregarse para dar vida a los demás, convirtiendo la misión en
una fuente de alegría y entusiasmo.

En este contexto, la participación en experiencias de voluntariado se presenta como una


puerta abierta. No solo se trata de ayudar, sino de experimentar el sentido de ser necesario
y tener algo valioso para ofrecer y recibir. En una sociedad que a veces abraza la
autosuficiencia, estas experiencias resaltan la interdependencia y la necesidad mutua. El
Papa destaca la santidad en la vida cotidiana, encontrándola en la paciencia de los padres,
en el esfuerzo diario por llevar el pan a casa, y en la constancia de las religiosas ancianas
que siguen sonriendo. Esta santidad, que él llama "de la puerta de al lado", se manifiesta
en las relaciones humanas, humanizando nuestro entorno y haciendo visible la presencia
de Dios; Además, la generosidad y la entrega gratuita se presentan como poderosos
puntos de conexión con el hombre contemporáneo. En medio de la apariencia y el
postureo mediático, la autenticidad y la libertad genuina se vuelven atractivas. La
posibilidad de señalar con la vida y las palabras una alternativa basada en la generosidad
puede seducir a aquellos que anhelan una autenticidad más profunda y una libertad
verdadera, creo que el diálogo y la escucha son herramientas esenciales para traducir la
categoría de la santidad de una manera comprensible y relevante.

Escribe tu síntesis

TRABAJO 2.B. MARÍA

4. Este trabajo está centrado en la figura de María y su presentación en el Concilio. Ver


tesis 17.

Tesis 17. María

De María, la madre del Mesías, habla la Sagrada Escritura, de manera velada el Antiguo
Testamento y explícita-mente el Nuevo Testamento. A partir del testimonio bíblico, los
concilios y el Magisterio han perfilado la figura y misión de María en el misterio de Cristo
y de la Iglesia, como Madre de Dios, siempre Virgen, concebida sin peca-do y asunta a
los cielos. Esta perspectiva católica de la Mariología ha de confrontarse en el diálogo
ecuménico.

Contesta a estas preguntas.

SEÑALA LAS CLAVES DE LA MARIOLOGÍA EN EL CONCILIO.

La Tesis 17 aborda la Mariología, es decir, la reflexión teológica sobre la figura de María


en el contexto del Concilio. Aquí se presentan algunas claves importantes de la mariología
según el Concilio y la perspectiva católica:

La Tesis destaca que la Sagrada Escritura, tanto en el Antiguo como en el Nuevo


Testamento, habla de María. Su presencia en las Escrituras se revela de manera velada en
el Antiguo Testamento y de manera explícita en el Nuevo Testamento. A través del
testimonio bíblico, los concilios y el Magisterio, se ha perfilado la figura y misión de
María en relación con el misterio de Cristo y de la Iglesia. Esto incluye aspectos como su
papel como Madre de Dios, su perpetua virginidad, su concepción sin pecado y su
asunción a los cielos. También, se destacan algunas categorías mariológicas
fundamentales, como "Madre de Dios", que subraya la relación única de María con
Jesucristo como su madre. También se menciona su perpetua virginidad, señalando que
María permaneció virgen antes, durante y después del parto de Jesús.

La Tesis menciona que la mariología católica incluye la creencia en la Inmaculada


Concepción de María, es decir, que fue concebida sin pecado original. Asimismo, se
destaca la creencia en la Asunción de María, que significa que fue llevada al cielo en
cuerpo y alma después de su vida terrenal.

¿CÓMO APARECE LA FIGURA DE MARÍA EN EL NT?

En los Evangelios, resaltan diferentes aspectos de la figura de María, cada uno


contribuyendo a una comprensión más completa y enriquecedora de su papel en la historia
de la salvación.

Para Marcos, María es presentada como la mujer creyente en la Palabra de Dios, su papel
como Madre de Jesús se destaca en el contexto de su fe, como se muestra en el pasaje de
Marcos 3:31-33. Mateo, por otro lado, utiliza un esquema de promesa y cumplimiento
para transmitir su intención teológica, destaca el árbol genealógico de Jesús como el
cumplimiento de las promesas, y su nacimiento, de acuerdo con la visión profética de
Isaías 7:14, subraya que Jesús nace del Espíritu Santo. En el Evangelio de Lucas, María
aparece en varias escenas significativas, como la Anunciación, la Visitación a su prima
Isabel, el Magníficat, la Presentación de Jesús en el Templo y la pérdida de Jesús en el
Templo a los 12 años. Lucas presenta a María como la portavoz de las esperanzas de los
"anawin" (los pobres y humildes) a través del Magníficat (Lucas 1:39ss). Y en el
Evangelio de Juan, María desempeña un papel importante en las bodas de Caná,
apresurando la hora de Jesús y demostrando una fe firme y determinada (Juan 2:5). En la
crucifixión, Jesús confía a María al discípulo amado, simbolizando a la Iglesia y al pueblo
de Dios. Este momento se refleja en Juan 19:25-27.

En el libro de los Hechos de los Apóstoles, escrito por Lucas, vemos a María reunida con
los discípulos, siendo asidua en la oración e impulsando a la primera comunidad cristiana
(Hechos 1:14).
¿POR QUÉ APARECE LA MARIOLOGÍA EN EL CONTEXTO DEL CONCILIO?

El Concilio Vaticano II tuvo como uno de sus principales propósitos definir la identidad
de la Iglesia, planteándose la famosa interrogante: "Iglesia, ¿qué dices de ti misma?" En
este contexto, el Concilio describe a la Madre de Dios como un prototipo de la Iglesia,
respaldando esta afirmación con la enseñanza de San Ambrosio. Según el documento
Lumen Gentium (63), María es presentada como figura emblemática de la Iglesia,
destacando su papel en el ámbito de la fe, el amor y la unión perfecta con Cristo. La
Iglesia, por su parte, es reconocida como madre y virgen en su misterio. En la perspectiva
de Kasper, se resalta que la presentación más completa de la Iglesia se encuentra en María
como mujer y portadora de un carisma personal único, desvinculando esta idea de la mera
consideración del ministerio o la jerarquía eclesiástica. Según esta interpretación, María
encarna la esencia de la Iglesia incluso antes de que los apóstoles fueran llamados a
cumplir su misión.

¿CÓMO PRESENTA EL CONCILIO LA FIGURA DE MARÍA EN RELACIÓN CON CRISTO Y LA


IGLESIA?

En el Concilio Vaticano II, cuando hablamos de María en relación con Cristo y la Iglesia,
la describimos como la madre tanto del Pueblo de Dios como del cuerpo de Cristo. En la
declaración del concilio llamada Lumen Gentium, se destaca que María es realmente la
madre de los miembros de Cristo, ya que colaboró con su amor para que los creyentes,
quienes son esencialmente los componentes de ese cuerpo, nacieran en la Iglesia bajo la
guía de Cristo, que es la cabeza.

Lo interesante es que el Concilio subraya la conexión entre la misión de María como


madre de Jesús y su maternidad extendida hacia todos nosotros. Le asigna a María el
papel de mediadora, resaltando su contribución a la encarnación de su Hijo por obra del
Espíritu Santo. Y lo sorprendente es que hoy en día, según el Concilio, María sigue
ejerciendo su maternidad, dando a luz a nuevos hijos espirituales y desempeñando un
papel crucial en la historia continua de la salvación de la humanidad.

¿EN QUÉ CONTEXTO SURGIERON LOS DOGMAS ‘CONCEBIDA SIN PECADO’ Y ‘ASUNTA A
LOS CIELOS’?

El Papa Pío IX definió el dogma de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de 1854,


en un momento histórico en el que la Iglesia enfrentaba la creciente secularización de la
sociedad, impulsada por la Ilustración. La Iglesia, en lugar de adaptarse, se encontraba
más aislada. El dogma afirmó la primacía de la gracia y la providencia divina sobre la
razón humana, mostrando que Dios puede obrar fuera de los límites racionales.

Es crucial notar que la idea del dogma no surgió en el siglo XIX; sus raíces se encuentran
en discusiones teológicas previas, desde el siglo VII en España hasta el XIII y XIV en
Francia e Inglaterra. La proclamación del dogma fue el resultado de una consulta mundial,
donde la mayoría de los obispos respondieron positivamente, destacando la colaboración
de todo el pueblo de Dios en su definición.

La Inmaculada Concepción se convirtió en la Patrona de la Universidad de Coímbra,


donde los estudiantes expresaron la voz popular que exigía la proclamación del dogma.

En cuanto al dogma de la Asunción, proclamado el 1 de noviembre de 1950 por Pío XII,


ocurrió en el contexto de la posguerra mundial y la Guerra Fría. La Iglesia, preocupada
por la penetración comunista, proclamó la Asunción como una perspectiva escatológica,
afirmando que el hombre no está destinado solo a la muerte, sino a la vida eterna. Este
dogma también se conecta con el de la Inmaculada Concepción, ya que María, libre del
pecado original, no experimenta la corrupción de la carne.

¿CÓMO TRADUCIRLOS EN UNA NUEVA COSMOVISIÓN?

La traducción contemporánea del dogma de la Inmaculada Concepción nos habla de una


gracia singular otorgada a María, pero también nos comunica a nosotros, como seres
humanos de la misma raza que ella. Este dogma subraya que la creatura humana puede
alcanzar su pleno desarrollo gracias a la gracia divina, siendo una creatura creada por
Dios. No se trata de una gracia mágica, sino de una colaboración y consentimiento
humano. Además, resalta la idea de que, a pesar de la existencia del mal, este no es más
poderoso que el bien; el ser humano tiene la capacidad de elegir y optar por el bien.

En cuanto al dogma de la Asunción, su traducción contemporánea nos lleva a considerar


al ser humano como una creatura de Dios desde su origen hasta su destino escatológico,
que va más allá de este mundo y se proyecta hacia el final. Este dogma destaca el valor y
la grandeza de la vida humana, creada por amor y que merece ser tratada con respeto y
dignidad en todas las etapas de su existencia. La vida humana no se limita a la muerte,
sino que se abre a un horizonte de eternidad. En resumen, ambos dogmas hablan de la
dignidad, la gracia divina y la trascendencia de la vida humana en el contexto
contemporáneo.

¿CÓMO TRADUCIR EL PAPEL Y LA FIGURA DE MARÍA A DÍA DE HOY?

Escribe tu síntesis

En el contexto actual, el papel y la figura de María adquieren relevancia como símbolo


de gracia, compasión y modelo de fe para los creyentes. Su ejemplo inspira a la
colaboración humana con la gracia divina y a la elección consciente del bien frente al
mal. María se presenta como un modelo de realización plena para la creatura humana,
recordándonos que, con la gracia, podemos alcanzar nuestro máximo potencial.

La figura de María también resuena como defensora de la dignidad y el respeto en todas


las etapas de la vida humana. Su papel trasciende la muerte, señalando la importancia y
la grandeza de la vida más allá de este mundo. Hoy en día, María se presenta como un
faro de esperanza y ejemplo de amor divino, recordándonos nuestra conexión con lo
sagrado y la posibilidad de vivir con propósito y significado.

Desde los evangelios, la figura de María brinda lecciones valiosas para nuestro tiempo.
Su papel como mujer de fe y obediencia, su conexión con el cumplimiento de promesas
divinas, y su papel como portavoz de esperanzas para los desfavorecidos, son ejemplos
que pueden inspirar la búsqueda de justicia y solidaridad en la actualidad. La
representación de María como una mujer de fe firme y determinada en el Evangelio de
Juan puede motivar a las personas a actuar con convicción y confianza, acelerando el
avance de la justicia y el amor en el mundo. Su papel como madre de la comunidad,
simbolizado en la crucifixión, destaca la importancia de la comunidad, el cuidado mutuo
y la responsabilidad compartida en el camino espiritual. Finalmente, su participación
activa en la comunidad cristiana, según se relata en los Hechos de los Apóstoles, sugiere
la importancia de involucrarse activamente en la vida comunitaria y en el servicio a los
demás.

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