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FRANCISCO BILBAO

Francisco Bilbao nació el 9 de enero de 1823, hijo de Rafael Bilbao, liberal y admirador de
la Enciclopedia francesa, miembro de la Asamblea Constituyente de 1828, exiliado por el
régimen portaliano. 1
“Francisco vivió en Lima hasta 1839, presenciando las reuniones y conspiraciones de los
emigrados que luchaban contra la restauración conservadora en su país. A su regreso a Chile
ingresó al Instituto Nacional donde fue discípulo de Lastarria y de Bello, y donde conoció a
los argentinos y demás integrantes de la generación de 1842. Junto a ellos fundó la Sociedad
Literaria, destacando por su pasión por la historia y su espíritu ardiente y poético. Leía los
Evangelios y sentía atracción por la filosofía y la literatura, especialmente por los autores
franceses que en esos años asombraban al mundo. Entre los literatos se interesó
especialmente por Víctor Hugo, George Sand, Lamartine y Dumas”. 2 Las mayores
influencias en su pensamiento político fueron el socialismo utópico de Saint-Simon, Leroux,
Lerminier y, principalmente, Lamennais.
A los 15 años regresa a Chile con su familia tras 5 años de exilio en el Perú. Ingresa al
Instituto Nacional, estudia Derecho.
Bilbao era atractivo físicamente, lo que reforzaba la admiración que el pueblo sentía hacia
él. “Francisco Bilbao y Santiago Arcos usaban diariamente el frac con botones de metal
dorado, del corte llamado de Robespierre; sombrero de felpa de copa baja, como el que usaba
Camilo Desmoulins y pantalones blancos ajustados, como los que introdujeron los
convencionales que proclamaron los más avanzados principios republicanos. Largas
cabelleras en forma de melena cubrían sus cabezas hacia atrás, como las de los filósofos y
poetas románticos entregados a profundos pensamientos”. 3
Era querido por los sectores obreros que comenzaban a organizarse. Era sin duda una figura
atrayente. Su posición política y social radical atraía a los obreros, quienes en más de una
ocasión lo defendieron de los muchos ataques que recibía. Por su influencia en los
trabajadores y sus ideas democráticas se ganó el nombre de Apóstol de la Libertad.
Bilbao hiere la moral de los sectores conservadores. Sus escritos citan los evangelios y los
modifica de forma poética para criticar a la sociedad y al gobierno.
Su pensamiento era el siguiente: los conservadores que ostentaban el poder representaban la
herencia colonial. Su pensamiento retrogrado defendía el orden colonial basado en un

1
Ana María Stuven, La seducción de un orden. Las elites y la construcción de Chile en las políticas culturales y
políticas del siglo XIX, Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago, 2000, p.252.
2
Ana María Stuven, La seducción de un orden. Las elites y la construcción de Chile en las políticas culturales y
políticas del siglo XIX, Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago, 2000, p.252. Ana María Stuven
menciona la participación de Rafael Bilbao, padre de Francisco, en la Asamblea Constituyente de 1828.
Caracterizar como Asamblea Constituyente al proceso por medio del cual se redactó la Constitución de 1828
es discutible. La redacción de la Constitución estuvo a cargo de una Comisión Nacional cuyos miembros
fueron elegidos por los cabildos y asambleas de los pueblos.
3
Cristián Gazmuri, El “48” chileno. Igualitarios, reformistas, radicales, masones y bomberos, Editorial
Universitaria, Santiago, 1998, p.81.

1
gobierno autoritario, absolutista y con separación infranqueable de la aristocracia y el resto
de la población. Los principios de la revolución francesa (libertad, igualdad y fraternidad)
eran aborrecidos por los pelucones ya que eran el germen de la perturbación del orden y la
disgregación social. Atacaba la política retrograda y a la Iglesia, principales pilares del orden
conservador implantado en Chile por Diego Portales.
Las ideas de Bilbao eran revolucionarias no solo para clase dirigente sino también por la elite
intelectual del liberalismo. Sus ideas sobre la democracia, la igualdad social y la corrupción
de la Iglesia Católica eran por lejos las más avanzadas en Chile y una de las principales
influencias del liberalismo latinoamericano.
Bilbao fue el principal detractor de la Iglesia chilena. Desde su profundo cristianismo
pregonó la traición del catolicismo al verdadero cristianismo. El espíritu soñador y permeó
toda su obra.
Bilbao no fue apoyado por sus compañeros de pensamiento durante sus polémicas más
importantes, sobre todo en sus choques con la Iglesia chilena. En 1844 su amigo José
Victorino Lastarrias decidió no apoyarlo cuando la publicación de la obra Sociabilidad
chilena le valió fuertes sanciones monetarias por su dura crítica a la Iglesia. La obra de Bilbao
fue considerada blasfema.
Sociabilidad Chilena
La publicación de Sociabilidad chilena, aparecido en el periódico El Crepúsculo el 10 de
junio de 1844, conmocionó a la elite chilena y al clero. La primera obra de Bilbao apareció
en un momento crispado provocado por la negativa de la Iglesia de facilitar la Catedral de
Santiago para las exequias del gran ideólogo patriota y liberal José Miguel Infante. Bilbao
publicó su trabajo en el momento en que la prensa liberal atacaba al clero por su decisión. 4
En Sociabiliidad Chilena, Francisco Bilbao realiza un diagnóstico de la sociedad chilena, sus
aspectos, religiosos, económicos, sociales y políticos. Propuso un nuevo ordenamiento para
la sociedad chilena, profundamenta democrático. Concebía las relaciones sociales en función
de la igualdad, un enfoque profundamente liberal democrático.
Bilbao denuncia la inmovilidad de la sociedad tras la independencia que atribuye a la
mentalidad monarquista que prima en los sectores dirigentes sostenida por la Iglesia Católica.
“La monarquía es un gobierno de tradición divina … luego necesita del auxilio de la religión,
es decir del clero que le someta a los individuos y evite el análisis, el pensamiento libre que
es enemigo de la tradición. 5
La Iglesia Católica ha legitimado la monarquía absoluta lo que va en contra de los designios
de Cristo que fundó una democracia religiosa.

4
Ana María Stuven, La seducción de un orden. Las elites y la construcción de Chile en las políticas culturales y
políticas del siglo XIX, Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago, 2000, p.252.
5
Francisco Bilbao, “Sociabilidad Chilena”, en El Crepúsculo, N°2, tomo 2, Santiago, 1° de junio 1844.

2
En el ámbito del trabajo, Bilbao critica fuertemente el “sistema coercitivo y diezmador del
trabajo del pobre”, lo que para él impediría “que se eleve una clase media que preludie la
libertad, como la burguesía en Europa” 6
La idea central del pensamiento de Bilbao es el pueblo soberano. “O los gobiernos han salido
de las entrañas de la revolución y entonces es legitima su existencia, o no, y entonces son
desconocidos por el pueblo revolucionario”. 7
En suma, la obra Sociabilidad Chilena intentó desterrar el sustento católico que reglamentaba
la vida privada y pública de la clase dirigente, redefiniendo las bases de la sociabilidad
mediante la democratización social y la institucionalidad republicana. Denunció el estado
subordinación en que se encontraba la mujer, criticó la indisolubilidad del matrimonio, las
serias deficiencias del sistema educativo, la miseria de los pobres, la injusticia del sistema de
propiedad. 8
Poco después de aparecida la obra Sociabilidad Chilena, el fiscal de la Corte de Apelaciones,
Máximo Mujica, acusó a Bilbao bajo los cargos de blasfemia, inmoralidad y sedición. El 20
de junio de 1844 se realizó el juicio en la Plaza de Armas donde se concentró una gran
aglomeración bajo la atenta mirada de soldados armados colocados en diferentes puestos. 9
En un ambiente efervescente el Fiscal expuso sus argumentos. La acusación por blasfemia
se apoyó en que Bilbao consideró al catolicismo como una religión autoritaria y atacó sus
instituciones, ridiculizando el dogma de la religión del Estado. El cargo de inmoralidad se
basó en que Bilbao denunció vicios en el matrimonio celebrado por el rito católico, criticando
la indisolubilidad de este. La acusación por sedición se basa en que Bilbao se queja de la
unión entre la religión y el Estado.
Bilbao rechazó los consejos de abogados y decidió defenderse a sí mismo. Rechazó todos los
cargos sosteniendo que la verdadera causa por la que se le acusaba era por ser innovador.
Acusó al Fiscal de ser uno de los agentes que impedían el progreso del pueblo, refugiándose
en valores retrógrados. Respecto a los cargos por sedición Bilbao sostuvo “Como sedicioso
no soy culpable. Mostrar la imperfección de las leyes, no es excitar a la sedición. Procurar
que se modifiquen para dar cabida al elemento democrático es sostener el orden, es evitar la
sedición”. 10
Bilbao es hallado culpable de los delitos de blasfemia e inmoralidad, fue condenado a pagar
una multa en dinero. La acusación por sedición fue desestimada. Los amigos de Bilbao, que
lo esperaban fuera de la sala, lo recibieron con manifestaciones de alegría. Hicieron una
colecta para pagar la multa y lo llevaron en andas por las calles de la ciudad proclamándolo
“defensor del pueblo”. 11

6
Francisco Bilbao, “Sociabilidad Chilena”, en El Crepúsculo, N°2, tomo 2, Santiago, 1° de junio 1844.
7
Francisco Bilbao, “Sociabilidad Chilena”, en El Crepúsculo, N°2, tomo 2, Santiago, 1° de junio 1844.
8
Ana María Stuven, La seducción de un orden. Las elites y la construcción de Chile en las políticas culturales y
políticas del siglo XIX, Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago, 2000, p.264.
9
“Un ciudadano de la Barra”, en “Correspondencia”, en El Siglo, Santiago, 21 de junio de 1844.
10
El Crepúsculo, Santiago, 1 de julio de 1844, tomo 2, N°3.
11
Ana María Stuven, La seducción de un orden. Las elites y la construcción de Chile en las políticas culturales
y políticas del siglo XIX, Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago, 2000, p.270.

3
El arzobispo quema una copia de Sociabilidad chilena en plena Plaza de Armas ante una gran
concurrencia.
Como sucedió en todas sus grandes polémicas fueron muchos los amigos de Bilbao que
decidieron no defenderlo. Sus postulados radicales iban más allá de lo que su reformismo
toleraba.
Sus adversarios políticos aprovecharon la ocasión para atacarlo. Mariano pidió su expulsión
del Instituto Nacional y que se investigará el actuar de sus alumnos durante el proceso. La
solicitud fue acogida por el Consejo, salvo por los votos en contra de Andrés Gorbea y Andrés
Bello. Guillermo Blest Gana fue suspendido de su cátedra en la Universidad de Chile por
haber vitoreado a Bilbao.
Atacando a la Iglesia y a la estructura de la familia Bilbao desafió la legitimidad de las
estructuras del poder del siglo XIX. “El verdadero riesgo es que Bilbao presenta alternativas
revolucionarias concretas, inaceptables para clase dirigente: la incorporación de los estratos
social bajo y medio al sistema de derechos civiles, y la completa separación entre la Iglesia
y el Estado”. 12
La educación es un punto central de su obra. Mediante la educación del pueblo se despierta
su espíritu crítico y lo sacude de los valores absolutista que la religión les impuesto.

Tras la polémica desatada por la Sociabilidad Chilena, Bilbao viaja a Europa. Estudia en el
College de France con maestros como Edgard Quinet y Jules Michelet empapándose de las
ideas de vanguardia en Europa.
El año 1847 en Francia Publica su ensayo Los araucanos, en el que llama a terminar con la
guerra y a incorporar a los mapuches a la vida y al progreso de Chile respetando sus hábitos
y costumbres.
En 1848 es testigo de los levantamientos revolucionarios que ese año sacuden a Europa y de
su posterior represión.
De regreso en Chile en 1850, a los 27 años, junto a otros liberales opositores al gobierno y
artesanos, funda la Sociedad de la Igualdad. Activa participación de Francisco Bilbao,
Santiago Arcos, José Zapiola y Eusebio Lillo. 13
No cabe duda que Francisco Bilbao era el miembro más radical de la Sociedad de la Igualdad.
Mientras buena parte de los socios mostraban un comportamiento más político y calculador,
Bilbao exhibía las lacras de la sociedad corrompida por la política retrograda y la mentalidad
colonial de los conservadores, así como de la Iglesia y su influencia nefasta en la sociedad
chilena.

12
Ana María Stuven, La seducción de un orden. Las elites y la construcción de Chile en las políticas culturales
y políticas del siglo XIX, Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago, 2000, p.272.
13
Ver archivo Word Sociedad de la Igualdad.

4
EXILIO Y MUERTE

En 1851 estalla la guerra entre los partidarios del gobierno y los liberales que se oponían a
Manuel Montt. Como consecuencia del fracaso del alzamiento, Bilbao tiene que huir al Perú.
A los 28 años, Bilbao debe dejar el país para nunca volver.
Al año siguiente publica en Lima La revolución en Chile y los mensajes del proscripto, en
donde analiza la situación política en Chile.
El año 1854 participa en una insurrección liberal en Perú, encabezada por el general Ramón
Castilla. Tras el triunfo, en enero de 1855, se decreta la abolición de la esclavitud en Perú.
Un año después publica El gobierno de la libertad, en donde ataca al gobierno del general
Ramón Castilla, Bilbao es encarcelado y luego expulsado del Perú, fijando nuevamente su
residencia en Francia.
Entre 1855 y 1857 Bilbao residió por segunda vez en Europa. Lo hacía forzadamente dado
el exilio impuesto por las autoridades de Perú, país en el que se había refugiado huyendo de
Chile. Bien se podría hablar de exilios de exilios en su agitada vida.
En 1856 publica su obra Movimiento social de los pueblos de América meridional lanza un
llamado a la unidad de los pueblos latinoamericanos, en pro de la libertad, la igualdad y la
justicia de su gente. Es el primero en utilizar el nombre América Latina.
Después de esa estancia europea en 1857 llegó a Buenos Aires, donde vivía su familia.
Rápidamente se involucró en la situación política que afectaba a la República Argentina,
pues, como rasgo distintivo de su personalidad, no podía permanecer ajeno a los días que se
vivían.
Tras diecisiete años en el poder, depuesto Juan Manuel de Rosas el 3 de febrero de 1852 por
tropas comandadas por el General Justo José de Urquiza, el país se debatía agónicamente en
facciones. Iniciaba una dura y larga etapa de enfrentamientos internos. La unidad nacional se
haría esperar diez años por el antagonismo entre las elites de Buenos Aires y los hombres del
interior, alineados tras Urquiza. Juan Bautista Alberdi les llamó "el partido de Buenos Aires"
y "el partido de las provincias", que alimentaban respectivamente las ideas separatistas de la
díscola región, los primeros; y la unidad territorial a través de la Confederación, los segundos.
Bartolomé Mitre impulsaba las ideas secesionistas con la constitución de un estado
independiente al que llamarían "República del Río de la Plata". Sus seguidores recibían el
mote de "pandilleros" por ser un círculo pequeño e intolerante, una "pandilla". Los opositores
a la desmembración del territorio nacional habían formado el Partido Federal Reformista,
más conocido como "chupandino" en alusión a una supuesta afición a andar de fiestas
"chupando" o bebiendo. En sus filas vino a integrarse Bilbao y desde el periodismo ejerció
toda suerte de defensa de los intereses en pro de la unidad nacional que corría serios riesgos.
Sin embargo, enriquecidas sus palabras con las ideas que le acompañaron hasta su muerte,
efectuaba todo tipo de observaciones sobre la vida cotidiana, más allá de divisiones

5
partidistas. Su mirada tenía metas más altas, transida por los deseos de una sociedad más
justa y equitativa, de carácter inclusivo y democrático. 14
Al año siguiente organiza el Liceo Argentino, club literario en donde reúne a un importante
número de discípulos.
Se hace cargo de la redacción del periódico oficial El Nacional Argentino, en el que expresa
su adhesión a la causa de las provincias
En 1862 publica La América en peligro, donde reflexiona sobre el despotismo imperante en
los países europeos y su política expansionista, llamando a la unidad latinoamericana frente
a la invasión francesa de México.
En 1864 Francisco Bilbao publica El evangelio americano, donde emprende el estudio de la
lucha por la libertad, igualdad y justicia en América Latina y reflexiona sobre los obstáculos
culturales que se oponen al progreso en el continente.

En el acervo continental Francisco Bilbao se destaca como una de las voces americanistas
del siglo XIX más encendidas. Llamado "verdadero santo laico del calendario republicano
de América", dejó largos escritos y centenares de artículos periodísticos dispersos en distintas
publicaciones, según sus moradas.
Francisco Bilbao fue parte de la porción letrada de las sociedades americanas, con una pluma
denunciadora de la injusticia, por ello resultaba incómodo y conflictivo. No cejó en sus
empeños hasta que la muerte le sobrevino un 19 de febrero de 1865 en Buenos Aires. Sus
restos mortales recibieron sepultura en el Cementerio de La Recoleta. Allí permanecieron
por espacio de ciento treinta y tres años hasta ser repatriados a Chile el 27 de agosto de 1998.

LA SOCIDAD DE LA IGUALDAD

La iniciativa de crear la Sociedad de la Igualdad fue de Santiago Arcos, joven aristócrata con
sensibilidad social e ideas profundamente democráticas.
La última semana de marzo de 1850 se llevó a cabo la primera reunión de la Sociedad de la
Igualdad.
La primera reunión formal de la Sociedad de la Igualdad se celebró la última semana de
marzo de 1850.
“Asistieron a ella seis personas: Arcos, Bilbao, Lillo, Zapiola y 10 artesanos: Ambrosio
Larrecheda y Cecilio Cerda, sastre’. Zapiola y Lillo eran elementos de la muy incipiente clase
media de entonces. Dos días más tarde se realizó la segunda reunión a la que asistieron tres

14
Ver archivo Word Bilbao tres artículos en Argentina.

6
nuevos miembros: Manuel Guerrero, antiguo agitador pipiolo, ya mencionado; el joven
oligarca Francisco Prado y un tercer artesano, el sastre Rudecindo Rojas”. 15
En la tercera sesión se presentaron los señores Piña y Mondaca. El primero de ellos propuso
que la nueva organización se llamara Sociedad de la Igualdad. El mismo Piña propuso que
entre sus miembros se llamaran ciudadanos.
Se nombró presidente y vicepresidente, secretario y vicesecretario, salieron electos los
ciudadanos Lillo, Guerrera, Bilbao y Zapiola.
“Por indicación del ciudadano Bilbao y después de una larga discusión, se adoptaron como
fórmula de admisión los tres siguientes principios: Reconocer la soberanía de la razón como
autoridad de autoridades; la soberanía del pueblo como base de toda política y el amor y la
fraternidad universal como vida moral. 16
El primero de los principios propuestos fue muy resistió por los demás miembros pero Bilbao
lo defendió con vehemencia y tuvo el apoyo de todos los obreros presentes por lo que fue
aprobado.
La quinta reunión general fue anunciada para el 19 de agosto bajo la presidencia del
ciudadano Prado, a quien tocó funcionar como tal por turno. Cada presidencia de la Sociedad
de la Igualdad tenía una duración de 24 horas sin excepciones, garantizando el cargo de
presidente a todos los miembros.
Antes de abrirse la reunión recibieron la advertencia que un espía de la Intendencia se
encontraba entre la concurrencia. Tras identificarlo se le expulsó. Antes de retirarse profirió
insultos contra la Sociedad los que fueron respondidos con un puntapié que lo sacó de la sala.
Luego de esto se presentó un comisario acompañado por soldados con garrotes y sables que
desalojaron la sala con mucho ruido y violencia.
“En este día y los cuatro siguientes se triplicó el número de socios, contando entre los nuevos
afiliados a los diputados Urízar, Larraín. Errazuriz, Bello, Ovalle y González.
Manuel Bilbao, hermano de Francisco, junto a otros miembros, propuso un proyecto de
escuelas populares, las que impartirían las asignaturas de lectura, escritura, primeras
operaciones de aritmética. Elemento de gramática castellana y geografía. A estas se
agregaron posteriormente clases de historia sagrada, historia de Chile, dibujo lineal, francés,
inglés, música y baile.
“La enseñanza era gratuita no solo para los socios y sus hijos, sino también para las personas
que no pertenecían a la Sociedad, pero que quisieran dedicarse a cualquiera de estos ramos
de educación”. 17

15
Cristián Gazmuri, El “48” chileno. Igualitarios, reformistas, radicales, masones y bomberos, Editorial
Universitaria, Santiago, 1988, p.73.
16
Zapiola, La Sociedad de la Igualdad y sus enemigos, Imprenta del PROGRESO, Santiago, 1854, p.9.

17
Zapiola, La Sociedad de la Igualdad y sus enemigos, Imprenta del PROGRESO, Santiago, 1854, p.31.

7
“Funcionando el grupo 6° y por indicación del ciudadano Villareal se hizo una erogación por
los asistentes en favor de dos socios, presos a la sazón por opiniones políticas. Al poner sobre
la mesa lo recolectado, se notó una mitad mezclada entre algunas monedas de oro. Con esta
ocasión Bilbao dijo estas palabras: “Este caso, ciudadanos, me recuerda un hecho semejante
que nos refiere el evangelio. Estaba el salvador cerca del lugar donde se depositaban los
socorros voluntarios para los pobres, y veía acudir ahí a a los ricos a depositar gruesas sumas.
Vino una viuda pobre con su hijo y depositó un centavo. Jesucristo conmovido dijo: En
verdad os dijo: el centavo de la viuda vale más que las cuantiosas sumas erogadas por los
ricos”. 18
La autoridad llamaba impío a Bilbao y a los que lo escuchaban, reunión de gente perdida.
El 28 de octubre se realizó la última reunión de la Sociedad de la Igualdad.
Desde muy temprano los agentes del gobierno recorrían las calles esparciendo la voz de que
en la tarde debía estallar una revolución encabezada por la Sociedad de la Igualdad. Se puso
la tropa de línea sobre las armas y se había llamado a los cuarteles cívicos a los hombres de
confianza.
En la tarde la tropa se puso en marcha cargando sus armas a vista de los curiosos que se
habían reunido. “La numerosa tropa de policía que rodeaba la casa de la sesión fue lanzada
por su jefe en todas las direcciones y causó un pasajero alarma en las cercanías.
Este incidente proporcionó a Bilbao ocasión para pronunciar una de sus más bellas
improvisaciones.
Tenía en la mano un ramo de flores que acababa de serle obsequiado y esta circunstancia
motivó el principio de su discurso en estos términos: El ruido de los tambores, la publicación
de órdenes represivas, el aparato de la tropa armada parece anunciar al poder los peligros del
combate. Em presencia de este aparato de guerra, la Sociedad de la Igualdad, se presenta
armada de flores”. 19
A las cinco de la tarde Santiago se encontraba en estado de sitio y un día después se publicó
un bando que prohibía la Sociedad de la Igualdad y cualquier organización similar.

Francisco Bilbao y la utilización de la expresión “América Latina” por


primera vez

Iniciativa de la América. Idea de un Congreso Federal de las Repúblicas es el título de la


conferencia leída por Francisco Bilbao en París el 22 de junio de 1856, en ella empleó el
término América latina para referirse al objetivo político de crear una Confederación de la
América del Sur frente a la tentativa imperialista y despótica de Europa y Estados Unidos
que amenazaba la independencia de las nacientes repúblicas sudamericanas. Precisamente

18
Zapiola, La Sociedad de la Igualdad y sus enemigos, Imprenta del PROGRESO, Santiago, 1854, pp.33-34.

19
Zapiola, La Sociedad de la Igualdad y sus enemigos, Imprenta del PROGRESO, Santiago, 1854, p.48.

8
para Francisco Bilbao era la República independiente y soberana el modelo político que los
pueblos americanos debían defender y consolidar, basada en los principios de libertad y
fraternidad universal, unidad política y soberanía territorial, emanados de la revolución
francesa, referente histórico en el cual Bilbao sustentaba políticamente su ideología, pero
adecuándola a la particularidad del continente americano. Sin embargo, el proyecto que
Bilbao proponía, denominado Congreso Federal de las Repúblicas, no se limitaba solamente
a la unidad en defensa de la amenaza externa o a intereses particulares, más bien respondía
al principio confederativo como modelo superior de organización y asociación continental:

La idea de la Confederación de la América del Sur, propuesta un día por Bolívar, intentada
después por un Congreso de plenipotenciarios de algunas de las Repúblicas, y reunido en
Lima, no ha producido los resultados que debían esperarse. Los Estados han
permanecido Des-Unidos. Hoy, nosotros intentamos. Hemos aumentado las dificultades,
pedimos mucho más que lo que antes se había imaginado. No es sólo una alianza para
asegurar el nacimiento de la Independencia contra las tentativas de la Europa, ni únicamente
en vista de intereses comerciales. Más elevado y trascendental es nuestro objeto. Unificar el
alma de la América. Identificar su destino con el de la República 20.

Para Bilbao había llegado el momento histórico de la unidad de la América del Sur, la cual
debía concretarse a partir de la libre iniciativa de “la raza Latino-Americana”, sin la
influencia e intervención de los Estados Unidos que buscaba controlar a las “Repúblicas del
Sur” para acrecentar su poder, manteniéndolas divididas. La “gran nación Americana” era
una necesidad histórica según Bilbao, la “Confederación del Sur” era la solución para el
retraso y subyugación de los pueblos, reivindicaba en este sentido que “la América vive, la
América latina, sajona e indígena protesta” 21.
Fue precisamente en esa parte del discurso que Bilbao mencionó por primera vez el concepto
de América Latina, y que según el escritor francés Michel Chevalier constituye la primera
ocasión en la cual alguien utiliza el término 22. Así también lo sostiene rigurosamente el
filósofo chileno Álvaro García San Martín en su trabajo sobre el empleo del nombre América
Latina por parte de Francisco Bilbao, quien luego de analizar distintas tesis y autores que
abordan esta cuestión, llega a la conclusión de que fue justamente aquella conferencia leída
en París por Bilbao la primera ocurrencia de utilización del término. 23

20
Francisco Bilbao, Iniciativa de la América. Idea de un Congreso Federal de las Repúblicas, 22 de junio de
1856. Disponible en http://www.filosofia.org/aut/002/fbb1285.htm. La cita corresponde al post-dictum del
discurso.
21
Ídem.
22
Michel Chevalier, Lettres sur l'Amérique du Nord, París, Libraire de Charles Gosselin, 1836.
23
Álvaro García, «Francisco Bilbao, entre el proyecto latinoamericano y el gran molusco», en Latinoamérica,
México, n° 56, junio 2013. Disponible en
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-85742013000100007&lng=es&nrm=iso

9
3 ARTÍCULOS DE FRANCISCO BILBAO EN SU EXILIO EN ARGENTINA
Francisco Bilbao (Santiago, Chile, 1823-Buenos Aires, Argentina, 1865) en su último exilio,
cumplido en la Argentina desde 1857 hasta su muerte, desarrolló una intensa actividad
periodística. Involucrado en acciones políticas, lo hizo dentro de las filas de la Confederación
que estaba comandada por el General Justo José de Urquiza, enfrentado con aquellos que
deseaban la separación de Buenos Aires del resto del país.
Bilbao escribió entre el 7 de marzo y el 9 de septiembre de 1858 más de doscientos artículos
para el periódico El Orden, editado en Buenos Aires. Esos artículos reflejan problemas
cotidianos, fruto de sus observaciones sociales, políticas y económicas, pero acordes con su
ideario personal, por lo que trascienden el momento para el que fueron escritos y cobran valor
actual a la luz de la historia. De entre ellos, transcribimos tres que se refieren a la pena de
muerte, a la importancia de los actos eleccionarios, y a las causas de la pobreza. 24
El artículo, escrito el 27 de marzo de 1858, denominado "La pobreza", retoma un tópico
constante en su producción: la conmiseración por los desposeídos de bienes y educación,
aquellos que hoy llamaríamos los excluidos del sistema. El pensamiento de Bilbao, siempre
inclusivo e integrador, propone medidas correctivas de la opresión y el sojuzgamiento de
quienes carecían de voz. Las causas de la pobreza eran de origen histórico y social, no
providencial, de modo que las soluciones debían emanar de la misma sociedad. En una
extensión rica como Buenos Aires y la República Argentina, con tierras feraces y abundancia
de alimentos, el propio hombre -un colectivo de individuos, partidos y gobierno- era el
responsable.
El trabajo del pobre debía ser bien remunerado para satisfacer sus necesidades como
un minimum con el fin de no caer en la condición de "siervo de la tierra". No eran teorías lo
que llevaría a esa satisfacción, sino medidas prácticas: aumento de la producción, incremento
del capital, asociación y cooperativismo, empresas industriales, y crédito, para dar lugar a
fuentes de trabajo genuino y decente.

Buenos Aires, marzo 27 de 1858


La pobreza
En nuestras sociedades americanas, hay una gran mayoría que no lee:
Ignora el movimiento y la dirección de la política.
No le llega la palabra de los partidos. El reflejo de la luz de la ley no alcanza a las cabañas ni
alumbra a las multitudes esparcidas, y por ese hecho, solitarias.
Largos años pasarán para establecer esa simultaneidad de acción, esa coexistencia de vida en
todas las partes del territorio y en todas las clases de la sociedad. Las escuelas, los caminos,
la prensa popular, barata, moralizadora o independiente, contribuirán a establecer esa

24
Clara Alicia Jalif de Bertranou, Clara Alicia Jalif de Bertranou, “Tres artículos de Francisco Bilbao aparecidos
en el periódico bonaerense El orden”, en Revista Universum V21 Nº1:180-189, Talca, 2006, p.1.

10
corriente de vida, que haga que el pobre pueda pensar y tomar parte en la dirección de sus
propios intereses.
Hasta hoy la palabra o el juicio de un sistema de política, la bondad, ignorancia o maldad de
los gobernantes, sólo se hace oír del pueblo, desde la tribuna de las necesidades.
Las masas, los pobres, los que viven del trabajo diario, todos aquellos que no están al alcance
de la política trascendental de los gobiernos no tienen medios de juzgar a los sabios tutores
que dirigen los negocios. Así es que puede desarrollarse todo un sistema de política
gubernativa, sin que el pueblo sepa a dónde lo llevan, sin que pueda oponer su veto, su
reprobación a una serie de medidas, a la marcha del espíritu que dirige.
Pero cuando esa política empieza a producir sus resultados:
Si por ejemplo, la prensa que se llama de actualidad y que se hace solidaria del gobierno, ha
sembrado y continúa sembrando pasiones anarquistas;
Si esa prensa aplaude y fomenta y hace causa común con la guerra civil en un estado vecino,
despertando odios, haciendo nacer complicaciones diplomáticas y provocando represalias,
con la incomunicación comercial,
Si esa prensa excita al odio contra un imperio vecino y constitucional, presidido por un
hombre sin mancha;
Si esa prensa, excita a la división con la Confederación, propende con sus actos a la
separación del Estado y además a la división interior con las clasificaciones atroces de
partidos pasados;
Y de todo ese trabajo, nace la inseguridad, la disminución del trabajo, de la especulación y
producción ese mal estar precursor de la guerra;
Y si a ese resultado se agrega la crisis europea que viene a aumentar la crisis interna -
[¿]entonces?
Entonces es el pueblo el que empieza a oír una palabra; más fuerte que la de todos los diarios,
más concluyente que todos los raciocinios, y esa palabra es la NECESIDAD.
No necesita de prensa esa palabra, ni de caminos, ni de telégrafos.
Esa palabra vuela, cunde, se extiende por toda la superficie con la rapidez de los temblores.
Cada rancho la escucha, cada mujer, todo niño, todo hombre la comprende.
Es la disminución del trabajo, es la carencia de los objetos, es la pobreza, y en fin, es el
hambre.
Hablar de pobreza, de miseria, o de hambre, en la República Argentina y especialmente en
Buenos Aires, con sus habitantes esparcidos en una superficie mayor que el territorio de la
Francia que contiene 40 millones de habitantes; [¿]qué significa esto?
[¿]Culpa de la Providencia? No! Sería una blasfemia!
Ríos, llanos, pastos, montes, llanuras inmensas, manantial inagotable de riqueza, posición
geográfica admirable, buen clima, tierras feraz [sic], que hoy alimentan a 18 millones de

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cabezas de ganado entre vacuno, caballar y lanar, no, no hay ni derecho para hablar de
pobreza, con condiciones tan privilegiadas.
Luego si la culpa no es de la Providencia, el hombre es entonces responsable.
Es el hombre el responsable.
Y esa responsabilidad veamos la parte que le toca a cada uno, a los partidos, a los individuos,
al gobierno, y nadie decline la parte que le corresponde, pues la confesión de las faltas es el
mejor camino de remediarlas.
El pobre trabaja, pide trabajo. Su trabajo debe ser remunerado lo bastante para que todas sus
necesidades físicas primordiales, el alimento, el vestido, el albergue, le sean satisfechas. Ese
es el minimum que tiene derecho de exigir de toda organización social, derecho que exigir en
Europa y con mucho mayor razón en América especialmente en la República Argentina y
muy particularmente en el Estado de Buenos Aires.
Ese minimum, es lo menos que puede exigir para no caer en la condición del siervo de la
tierra.
[¡]Ese minimum, lo debéis al pueblo, gobiernos de América!
No es el medio de dipensar ese minimum exponer teorías. No. La mejor teoría, es el aumento
de producción, el aumento de capitales, el progreso del espíritu de asociación y de empresas
industriales. La mejor teoría es que los ricos aumenten sus riquezas y sus especulaciones,
porque la riqueza de los ricos es alimento y fecundación del trabajo de los pobres.
Ahora el aumento de producción, el aumento de capitales, el ahorro, la asociación para las
empresas industriales que vienen a dar un gran desarrollo al trabajo y a facilitar los medios
de producción, como los ferrocarriles, por ejemplo, son hechos y fenómenos que no pueden
desplegar sus alas, sin las garantías del porvenir. Las garantías del porvenir, forman créditos,
es decir, riqueza. El crédito está en razón directa de la estabilidad y de la moralidad de los
Estados. Más estabilidad, más crédito; más moralidad, más crédito.
Y está en razón inversa de la seguridad y de la fe que presenta su sistema de política. Más
[Menos] seguridad, menos crédito; -menos fe, más alarma.
Preguntamos [¿] de qué modo una crisis Europea, aun más, un cataclismo Europeo, pudiera
afectar de un modo tan directo al Estado de Buenos Aires, cuando son sólo algunas casas de
comercio las afectadas de la crisis? No es posible que la ruina de Europa pudiese llegar a
producir miseria en este Estado. Luego la causa Europea es accidental y el mal presente tiene
raíces más profundas.
El examen de la causa del fenómeno económico, la pobreza del pueblo, llega a ser hoy y debe
ser el verdadero tema de la discusión. Cuando se trata del alimento del pueblo, tengamos más
que nunca la tranquilidad del raciocinio.
Francisco Bilbao

En el artículo "La pena de muerte", publicado el 11 de marzo de 1858, Bilbao deplora la


ejecución de delincuentes y propone la eliminación de ese castigo terminal. Lo hace en
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nombre de "reformadores" y "primeros hombres de la civilización", a los cuales no cita, que
han demostrado la "falta de derecho en la sociedad para imponerla", además de su "ineficacia
como correctivo". Bien observa que la misma sociedad tiene el deber de rehabilitar a "los
desamparados de la cultura".
Frente a la existencia de cárceles vejatorias, con reos de toda índole mezclados y ociosos,
que terminaban de perder allí los resquicios de buenos sentimientos "organizando un sistema
de guerra contra la sociedad", propone decididamente la creación de un "panóptico" o casa
carcelaria que sirva especialmente "para la rehabilitación del delincuente" a través del
trabajo, e insta a la prensa para que se asocie en esta petición de abolición de la pena de
muerte. Era menester la creación de cárceles decorosas para los seres humanos en una tarea
regenerativa. Muestra así su confianza en la educación y el despertar de la razón.

Buenos Aires, marzo 11 de 1858


La pena de muerte
Vemos repetirse con frecuencia las ejecuciones de asesinos o de criminales alevosos. Este es
un espectáculo doloroso que debe desaparecer, para honor del Estado de Buenos Aires y para
iniciativa de una penalidad cristiana.
En teoría, creemos ganada la cuestión, en todas partes. No hay hombre del porvenir, no hay
reformador que no invoque la necesidad de la desaparición del patíbulo. Tesis brillantes
circulan firmadas por los primeros hombres de la civilización en todo el siglo, que han
demostrado en primer lugar la falta de derecho en la sociedad para imponerla y a más, su
ineficacia como correctivo.
Lo que se alega comúnmente para sostener su permanencia es la ausencia de un panóptico,
de una casa penitenciaria que sirva para tranquilizar la sociedad, para no dejar impune el
crimen o el delito, y sobre todo para la rehabilitación del delincuente.
Son conocidos los sistemas vigentes, produciendo todos más o menos excelentes resultados:
el sistema del silencio, del trabajo solitario, del trabajo asociado y en silencio, a lo cual se
agrega la enseñanza de la religión y de la moral.
Cualquiera de los sistemas que se adopte, es un progreso. El mal está en no adoptar ninguno.
La cárcel actual presenta un espectáculo lamentable. Los criminales sin clasificación
especial, viven amontonados y ociosos pervirtiendo a los novicios y organizando un sistema
de guerra contra la sociedad. Allí deja el incauto todo lo que podía haber conservado de
moralidad, adquiere la tranquilidad del impudor, aguza su inteligencia en el sofisma y aleja
de su corazón quizá para siempre el germen de los buenos sentimientos.
Todo clama pues por la creación de un panóptico: la pena de muerte, ese espectáculo atroz
que no moraliza, ni intimida; la rehabilitación del delincuente que es un deber de la sociedad
para con los desamparados de cultura quizás en gran parte a causa de la misma sociedad; -la
clasificación de las penas y delitos, la seguridad social y la impunidad del crimen.
Sabemos que el Sr. Pueyrredón ha ejecutado un plan y sería de desear que en las próximas
sesiones, la legislatura tomase por su cuenta la creación de ese monumento de la civilización.
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No puede faltar medios para llevar a cabo semejante proyecto -y en último caso, el pueblo de
Buenos Aires se prestaría a una suscripción para ese objeto.
No aleguemos pues, cuando veamos a un hombre condenado a la pena capital, la no
existencia de un panóptico. Es de nuestro deber empezar a levantarlo, porque toda la
responsabilidad de esa sangre puede caer sobre todos los que no contribuyen a la abolición
de la pena de muerte.
Y como es de desear que empecemos por algo, proponemos a la prensa entera del Estado, se
asocie a nuestra petición. No tengamos partidos para semejantes causas. Que la prensa sin
distinción, asociada para tan gran objeto, presente la iniciativa a quien corresponde, abriendo
una suscripción para levantar una penitenciaría, para rehabilitar al delincuente, para
tranquilizar la sociedad, para derribar para siempre el patíbulo y poder decir al fin al mundo:
EL ESTADO DE BUENOS AIRES HA ABOLIDO LA PENA DE MUERTE.
Francisco Bilbao

En el artículo, titulado "Elecciones", publicado el 25 de marzo de 1858, Bilbao pone en valor


el ejercicio ciudadano de elegir representantes como manifestación de la soberanía. Convoca
a la responsabilidad de los electores y a la organización de sus demandas para que cuajen en
realidades beneficiosas para el conjunto de la sociedad a través de esos mismos
representantes. Mientras no existiesen otros modos de canalizar la soberanía, le otorga toda
su importancia al "grande acto electoral", donde el pueblo -esa PERSONA IMPERSONAL,
como lo denomina escrito con mayúsculas- se convierte en la voz de Dios. Pasado el "día del
único momento de soberanía", los representantes pensarían, legislarían y ejecutarían por el
pueblo. Era preciso pues aprovechar el momento sin fiarse absolutamente de la delegación
para no abdicar de los derechos y exigir las demandas que se creían necesarias, dado que
"cada mandato del pueblo sería una victoria de la libertad".

Buenos Aires, marzo 25 de 1858


Elecciones
El acto del ejercicio de la soberanía; es el acto más grandioso de los pueblos libres.
Ese acto, de elegir representantes, se puede decir es el único derecho soberano, hoy en
ejercicio.
Un escritor ha dicho (creemos es Rousseau) que es el único día de la libertad de un pueblo.
Mientras no conquistemos legalmente el desarrollo de la soberanía, la aplicación de la
soberanía, la extensión de las facultades, sirvámonos de las facultades soberanas, sirvámonos
lo más posible del grande acto electoral.
Cuando contemplamos el itinerario sagrado, del despotismo, al través de la ignorancia, del
despotismo, de los errores, y de las atrocidades de la historia cuando vemos con los ojos del
pasado ese combate, y a esa bandera sublime lacerada transmitida por las manos de los héroes
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y de los mártires de todas las generaciones para aparecer sobrenadando como el espíritu
divino, sobre las aguas de la universal tempestad de las naciones; -entonces todo acto de
libertad practicado por la soberanía de un pueblo, se reviste con la santidad de una religión,
con el aplauso de todos los que durmiendo en la tumba, trabajaron por la libertad del hombre,
y a más, con la imponente responsabilidad del porvenir que envuelve todo acto de elecciones.
Ver un acto libre de las elecciones, es para nosotros asistir a una victoria y asegurar las
victorias conquistadas. En donde quiera que las hayamos presenciado, nos hemos
identificado en el momento con el alma de la humanidad que respira en esos actos, nos hemos
asociado a esa PERSONA IMPERSONAL que se llama pueblo; y hemos invocado para
todos, amigos y enemigos, la inspiración que debe nacer en pecho humano al sentirse
soberano, pisando las cadenas del despotismo o ahuyentando las tinieblas del error.
El día de elecciones es el día en que el pueblo pontifica sobre el altar de la patria. En ese día,
el Cielo es su templo, y su corazón y sus manos purificadas por la invocación al Eterno,
pidiéndole luz y la buena elección, su palabra se convierte: en vox populi vox Dei.
En la elección, el pueblo juzga indirectamente, porque elige y juzga al hombre más capaz y
digno de representarlo.
En la elección, legisla indirectamente, porque nombra a los que deben representar se [sic]
[su] pensamiento.
En la elección, el pueblo quiere, pero también su voluntad es indirecta.
El día de la elección es pues el día del único momento de soberanía. Pasada la elección, la
representación queda encargada de pensar por el pueblo, de legislar por el pueblo y de
ejecutar por el pueblo.
Si de tan sólo un día disponemos, aprovechémosle.
El modo de aprovechar es nombrar representantes que lleven un mandato del pueblo.
Fiarse absolutamente de la representación, es acostumbrarse a abdicar.
Y para fiarse enteramente de la representación, es necesario que el pueblo haya encargado
tal mandato, que haya pedido su aceptación al mandatario.
Y es esto justamente lo que vemos descuidar.
El pueblo, o los partidos deben tener su programa, y luchar por mejorar su suerte, en la esfera
política, social y material. Esa lucha es negación de lo malo, reforma de lo imperfecto,
iniciación de lo que no existe.
En todo momento de la vida, la necesidad señala el mal apremiante. Se cree que los
representantes tienen los mismos ojos, y sienten del mismo modo. Pero no se pide una prueba
de la misión que ese representante va a cumplir.
[¡]De cuántas reformas, no se apresuraría la realización, si el pueblo las impusiese a sus
representantes!
Cuánto tiempo no se ganaría, si el pueblo exigiese imperativamente a sus representantes
como condición de la elección: esto deseo, esto pido, esto quiero.

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Aún es tiempo. [¿]Por qué no se da esa prueba de soberanía al pueblo de Buenos Aires? Está
en su derecho, y aún más en su deber.
Los electores son guardias nacionales. Una buena ley sobre guardia nacional es la mejor
garantía de la libertad. La ley existente es mala. [¿]Por qué no se pide a los futuros
representantes su reforma?
La sangre de los patíbulos no cesa. [¿]Por qué no se pide la abolición de la pena de muerte y
la creación de la penitenciaría?
La ley de régimen interior es mala. [¿]Por qué no se pide su reforma?
Veamos en algo la iniciativa del pueblo. Veamos al pueblo aumentando la conciencia de su
derecho y practicándolo. Cada mandato del pueblo sería una victoria de la libertad.
Francisco Bilbao

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