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Es importante que antes de saber que paso en Chile durante nuestra historia entendamos

las diferencias que existen entre estos movimientos.


El liberalismo fue un movimiento de amplia proyección (económica, política y filosófica)
que defendía como idea esencial el desarrollo de la libertad personal individual como
forma de conseguir el progreso de la sociedad. El desarrollo de los derechos individuales
y, a partir de estos, el progreso de la sociedad.

El nacionalismo es una ideología y movimiento político que exacerba el sentido de


pertenencia e identidad que un individuo o grupo tiene sobre su nación. Mientras el
patriota es aquel que siente amor hacia su país, el nacionalista requiere de una postura
política clara, generalmente asociada a un partido. El nacionalismo defiende la unión
de Estado y nación (entendiendo la nación como base del Estado) y los rasgos comunes
entre los individuos que la habitan, tales como su idioma, cultura, costumbres
y tradiciones. Postula la necesidad de gobernar y habitar todo el territorio que se
considera propio de la nación, esto ha sido motivo de largos debates y guerras entre
naciones.

Las principales diferencias entre el liberalismo y el nacionalismo se pueden resumir en:

Nacionalismo: Liberalismo:
- Se basa en el derecho de un pueblo o - Defensa de las libertades y
territorio a constituirse como una nacion derechos individuales.
independiente, fundamentandose en - Igualdad civil y política.
sentimientos historicos, culturales, - Soberanía nacional.
linguisticos y geograficos. - Respeto a la propiedad privada.
- Soberanía nacional. - División de los poderes del estado.
- Sentimiento de pertenencia a una nación. - Libertad de prensa.
- Las fronteras del estado deben coincidir - Dictación de una constitución.
con las de la nación. - Busca limitar la intervención del
- Considera la creación de un estado como estado en la vida política,
indispensable para realizar las económica y social.
aspiraciones sociales, económicas y
culturales de un pueblo.
- Tiene el derecho a defender su
independencia y soberania de otros
pueblos.

Liberalismo en Chile:

Desde los inicios de la República de Chile se conformaron dos ideas políticas


fundamentales. Una estuvo representada por los Pelucones o Partido
Conservador y fue más proclive a aceptar la tutela de la Iglesia Católica y las
formas autoritarias y centralistas de gobierno. La otra estuvo encarnada por los
Pipiolos, luego Partido Liberal. Aspiró a la libertad de conciencia y a
un ordenamiento jurídico de la República, oponiéndose a todo régimen de fuerza,
autoritario y pro iglesia. En la década de 1820, durante el período de organización
republicana, los Pipiolos (liberales)se enfrentaron a los Pelucones(conservadores)
con el objetivo de imponer sus ideas, pero finalmente fueron derrotados en
la batalla de Lircay, durante la guerra civil de 1929, por José Joaquín
Prieto y Diego Portales, quienes iniciaron un período caracterizado por una política
conservadora y autoritaria, plasmada en la Constitución de 1833, que aplastó el
ideario liberal.
Después de 10 años, en 1842, surgió la Sociedad Literaria que aglutinó a una
generación de jóvenes liberales liderados por José Victorino Lastarria. En 1849 los
liberales fundaron el Club de la Reforma, inspirados en el propósito de afianzar un
régimen republicano y democrático. Al año siguiente los más radicalizados,
como Santiago Arcos y Francisco Bilbao, junto a dirigentes de los artesanos,
formaron la Sociedad de la Igualdad, que participó en el motín del 20 de abril de
1851 en las calles de Santiago. Los liberales, que impulsaron la autonomía de las
provincias, también fueron protagonistas de la Revolución de 1851, que se opuso
a la designación de Manuel Montt como candidato a presidente.
En 1856 el Partido Conservador se dividió entre Nacionales o Montt-Varistas y
doctrinarios o clericales. Estos últimos constituyeron con los liberales la oposición
al gobierno autoritario de Manuel Montt y formaron la Fusión Liberal-
Conservadora que aspiró a la atenuación de las prerrogativas del Poder Ejecutivo
y a la defensa de las libertades públicas.
Tras la Revolución de 1859 las elites comprendieron la necesidad de elegir un
Presidente de consenso como José Joaquín Pérez, quien por su carácter sereno,
su cultura, su respeto a las personas y a las ideas, constituía una garantía para
todos. En las elecciones parlamentarias de 1864 fueron elegidos parlamentarios
políticos liberales tan ilustres como Federico Errázuriz, José Victorino
Lastarria, Domingo Santa María, Miguel Luis Amunátegui y Benjamín Vicuña
Mackenna, quienes lograron la aprobación de una ley de libertad de culto que
permitió a quienes no eran católicos practicar su religión en edificios particulares y
fundar escuelas privadas para su enseñanza.
La fusión liberal-conservadora no estuvo destinada a durar en el tiempo. Los
liberales fueron partidarios de la secularización de las instituciones que la antigua
legislación colonial entregaron a la Iglesia. Ante un decreto sobre libertad de
enseñanza, el ministro conservador Abdón Cifuentes presentó su renuncia y el
presidente Federico Errázuriz formó la Alianza Liberal incorporando a liberales
reformistas y radicales a su gobierno, quienes en 1874 impusieron cambios en el
ordenamiento constitucional y jurídico de la República, debilitando las
prerrogativas del Ejecutivo, robusteciendo las del Congreso y ampliando el
derecho de sufragio.
Durante el Gobierno de Domingo Santa María, se aprobaron las leyes laicas que
concluyeron con la facultad que la Iglesia tenía sobre el registro de los
nacimientos, las muertes y los matrimonios. Si bien José Manuel Balmaceda fue
elegido presidente con el apoyo de los liberales su gobierno se caracterizó por
defender las prerrogativas presidenciales, lo cual, sumado a otros factores
políticos y económicos, desencadenó la Guerra Civil de 1891 y con ella el fin de la
denominada República Liberal.

Nacionalismo en Chile:

En 1910, las celebraciones del primer centenario de la Independencia estuvieron


marcadas por un sentimiento de malestar en amplios sectores de la sociedad
chilena. Las antiguas lealtades que sostenían a la sociedad tradicional, se
resquebrajaron en el proceso de modernización capitalista que se inició con
la expansión salitrera. Esta última se caracterizó por el crecimiento de los centros
urbanos(ciudades grandes); la aparición de una nueva clase media ligada a las
funciones públicas y la educación; la presencia de activos movimientos laborales y
la aparición de una incipiente cultura de masas.
El sentimiento de crisis del orden tradicional se hizo evidente para un pequeño
pero influyente grupo de intelectuales reformistas, quienes asumieron una postura
de crítica al sistema educacional y político. En 1904, Nicolás Palacios escribió el
ensayo Raza chilena, en donde exaltó las virtudes del pueblo chileno -al que
consideraba una raza superior- y criticó la falta de espíritu nacional de la elite
dirigente, que había entregado el control de la economía a monopolios extranjeros.
La crítica nacionalista de Palacios fue retomada poco después por el
periodista Tancredo Pinochet, que en 1909 publicó el ensayo La conquista de
Chile en el siglo XX, en donde denunciaba la extranjerización de la economía y la
falta de sensibilidad social de la elite. Tres años después, Francisco Antonio
Encina escribió su ensayo Nuestra inferioridad económica, en donde criticó el
estilo suntuario y ocioso de la elite chilena. Asimismo, Encina realizó una severa
crítica al sistema educacional, orientado a las profesiones liberales, en desmedro
de la enseñanza técnica.
En el ámbito político, la nueva generación de intelectuales nacionalistas denunció
la ausencia de un proyecto de país en los grupos dirigentes, más preocupados de
las viejas disputas doctrinarias que de los urgentes problemas de la nación en el
orden económico y social. El sistema parlamentario se convirtió en el centro de
sus ataques, por cuanto consideraban que llevaba a la parálisis de la
administración pública y a la anulación de la figura presidencial. En ese sentido,
Francisco Antonio Encina y luego Alberto Edwards revalorizaron la figura del
ministro Diego Portales, como símbolo de la autoridad estatal que se impuso sobre
las elites.
El programa político de los nacionalistas, se plasmó por primera vez en 1915, con
la creación del Partido Nacionalista, apuntaba al fortalecimiento del poder
ejecutivo y a una larga lista de reformas económicas y sociales que modernizaran
al país. Aunque el Partido Nacionalista tuvo una corta duración, su programa fue
recogido por los movimientos reformistas de la década de 1920 y tuvo gran
influencia en la redacción de la Constitución de 1925. Las ideas modernizadoras
de los nacionalistas tuvieron su apogeo durante la dictadura de Carlos Ibáñez del
Campo (1927-1931) y sentaron las bases de la institucionalidad chilena del siglo
XX.
La crítica de los nacionalistas estaba orientada a los insuficientes niveles de
modernización, y al mismo tiempo a los efectos que dicho proceso traía sobre el
conjunto de la sociedad chilena. En ese sentido, buscó reformular las bases
ideológicas del Estado, en el contexto de una crisis de legitimidad del orden
tradicional oligárquico. Sin embargo, el reformismo de los nacionalistas fue, en
último término conservador y autoritario, en la medida que intentaba resolver los
problemas planteados por la modernización desde el Estado para evitar la
posibilidad de un estallido social.

Reflexión:
Aunque ambos movimientos han sido utilizados por varios países en distintos
lugares y etapas de la historia del mundo, el nacionalismo es el que mas se ha
diversificado. Este se presenta de varias formas siendo el nacionalsocialismo la
peor expresión de su desarrollo, doctrina política nacionalista, racista y totalitaria
que fue impulsada en Alemania por Adolf Hitler después de la Primera Guerra
Mundial, y que defendía el poder absoluto del estado y la superioridad del pueblo
alemán frente a los demás pueblos de Europa.
El nacionalismo liberal es un tipo de nacionalismo identificado por los filósofos
políticos que creen que puede existir una forma "no xenofóbica" del nacionalismo y
que se encuentre compatible con los valores liberales de la tolerancia, la igualdad,
los derechos individuales y libertad de cada individuo. Los nacionalistas liberales a
menudo defienden el valor de la identidad nacional por decir que los individuos
necesitan una identidad nacional para llevar vidas significativas y autónomas, y
que las organizaciones políticas necesitan la identidad nacional para funcionar
correctamente.

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