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de análisis
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Ibíd., p. 38
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Ibíd. p. 42
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Las prácticas cotidianas de la sociedad (débil) que no pertenece a ninguno de los grupos cuyas actividades
son reseñadas por la prensa podrían ser estudiadas a través de otras “mercancías culturales” o de otras
fuentes documentales o gráficas.
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Elite aristocrática y élite política
Una de las estrategias del grupo aristocrático para refrendar su poder fue
permitir que los eventos sociales en los que participaba pasaran de lo privado a lo
público. A partir de las reseñas periodísticas lucía y ostentaba su modelo de vida
que representaba la modernidad, la civilización, el nacionalismo cosmopolita y lo
occidental.
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como las charreadas, corridas de toros o kermeses. La aristocracia se vestía con
trajes de charro o de chinas poblanas representando un nacionalismo retórico que
enfatizaba lo popular, lo mestizo y lo indio, como imágenes de la modernidad
reconciliada con las tradiciones para reflejar la reconstrucción de un país
civilizado. De igual forma la clase política se vistió a la manera española con
mantilla y peineta en la fiesta de la Covadonga organizada por la comunidad
española. Uno y otro grupo consumían lo producido por otro de los grupos,
metabolizando la alteridad que modificaba el uso o costumbre en lo que se vestía
o usaba.
En este sentido las producciones del uso de las celebraciones públicas eran
producidas y propuestas por los diferentes grupos quienes a su vez las
consumían y a su vez ellos como grupo simbólico las reproducía con la
respectiva manipulación simbólica que representa los valores que quieren
promover, como sucedió con los combates florales, los desfile. Todos estos
grupos se acompañaban y apoyaban entre sí como estrategia de un poder que los
consolidaba como las élites del poder frente al otro sector social del pueblo.
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Entre las estrategias de las élites políticas y en respuesta a las reacciones
que apoyaban al clero, el ayuntamiento se hace cargo de la organización del
carnaval que antecede a las fiestas católicas de la Cuaresma, por su carácter
mundano es un espacio idóneo para rebelarse contra las reglas sociales
imperantes y con la moral católica (táctica). Además la reina del carnaval no fue
seleccionada entre las jóvenes de la clase alta, el triunfo se le otorgó a Ernestina
Elías Calles que representa e impulsa el nuevo modelo de mujer que trabaja. Esta
táctica escandaliza a la élite porfiriana para quienes los valores correspondían a
los de la moral victoriana en las que la mujer es casta, sacrificada, dedicada al
hogar y a la educación de los hijos ya que sostienen un prejuicio hacia el trabajo
femenino fuera del hogar.
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Claude Javeau (1991), Huit propositions sur le quotidien, La societé au jour le jour. Exrites sur la vie
quotidienne. Col. Ouvertures Sociologiques. De Boeck Université, Bruselas
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“Brillante y selecta fue la concurrencia ayer mañana al Hipódromo Condesa”, Excélsior, 24 de abril.
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En noviembre de ese mismo año la Asociación Nacional de Charros,
presidida por Carlos Rincón Gallardo, marqués de Guadalupe también realizó las
charreadas en el hipódromo, esta clase social alta se identificaba con los
símbolos nacionales criollos de origen hispano distinguiéndose del nacionalismo
indigenista y mestizo impulsado por el gobierno revolucionario de ahí al traje de
charro y de china poblana. Otros lugares exclusivos fueron el Polo Club de
México, el Deportivo Chapultepec, el Churubusco Country Club, el Club France.
En los años 1920 los jóvenes adinerados, los profesionistas y los políticos
paseaban por Chapultepec quienes lo recorrían en carruajes tirados por caballos,
lujosos automóviles, asistían a misa a la Iglesia de la Sagrada Familia que se
encontraba en la colonia Roma, sin embargo al finalizar los años treinta los
jóvenes ricos prefirieron pasar sus domingos en los clubes privados en los que se
relacionaban con gente de su misma clase y jugaban tenis, frontón o golf, deportes
de influencia extranjera que fueron asimilados y aceptados por estos grupos
sociales. Pablo Fernández propone que “..la comunidad originaria permanece
como realidad cotidiana y que esta es definida por dos rasgos, el suelo y la
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atmosfera simbólica (lenguaje, tradición, cultura, normas, sentido de vida….)”
buscando a personas afines que comparten el estatus social.
Esta élite social se reunía en los bailes en las casas particulares a fin de
ensayar y dominar los ritmos de moda, aunque estos eran mal vistos por las
damas católicas porque las parejas se acercaban mucho sin embargo se
organizaban rumbosos bailes en los que las mismas familias de esta élite los
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Lindón Alicia (2000) La vida cotidiana y su Espacio-Temporalidad Rubí (Barcelona): Anthropos Editorial
(México) El Colegio Mexiquense/Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (UNAM), p. 16
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bailaban, esto visto como táctica de las generaciones jóvenes que son más
propensas a la asimilación de los cambios y de las novedades. Estas fiestas se
organizaban para celebrar cumpleaños, despedir a viajeros, celebrar aniversarios
de boda, y en ellos se fueron imponiendo costumbres extranjeras como el bufé en
el que los comensales escogían entre platillos fríos o calientes.
La prensa anunciaba los días de recibo, en los que las damas de sociedad
acogían a sus amistades una vez a la semana o la quincena y se les ofrecía té,
pasteles y galletas, esta costumbre afrancesada posteriormente cambio cuando se
pusieron de moda las reuniones para jugar bridge como se hacía en Estados
Unidos.
La clase alta también compartió los lugares de vivienda, a lo largo del paseo
de la Reforma, la colonia Roma, la Condesa y San Rafael construyéndose
viviendas y palacetes afrancesados, casas art-decó, villas a la italiana y chalés.
Después se fueron mudando hacia San Ángel, Polanco y a las Loma de
Chapultepec. En estos espacios se llevaban a cabo las experiencias prácticas que
suponen el manejo de las distancias sociales y afectivas, una manera de
demarcar la territorialidad en la que se organizan las experiencias sensibles y en
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Pietro Bellasi (1985), Evenement et quotidien, Societes: La reqhorique du guotidien, vol. 1, n.3, París. p.11
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las que se distingue lo que es cercano y lo que es lejano para actuar en
consecuencia a lo que supone una cercanía o una distancia social. 11
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Alain Bourdin (1996). La ancrage como choix. En Monique Hirschhorn y Jean-Michel Berthelot (dirs),
Mobiliés et ancarges. Vers un nouveau mode de spatialisation?, Col. Villes et Entreprises, L’Harmattan, París,
p. 116
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La gran mayoría de las notas sociales se dedicaban a informar sobre las
bodas ya que brindaban una oportunidad única de lucimiento social, la reseña
incluía el lugar, la hora, los integrantes del cortejo de amor, la descripción del
vestido y la lista de los obsequios recibidos al lado de quien lo había regalado, si
bien el grupo aristócrata era proclive al gasto suntuario los hombres de negocio
realizaban ceremonias sobrias, ya que valoran el ahorro, la frugalidad y la
productividad de acuerdo a la mentalidad capitalista, en su mayoría eran regalos
ornamentales y casi nunca utilitarios, sin embargo al terminar el régimen de
Lázaro Cárdenas cuando los políticos a su vez habían ganado espacio social
debido al fortalecimiento del estado y los porfiristas perdido brillo por no poder
reinsertarse en la economía los regalos se volvieron utilitarios.
Conclusiones
Lo cotidiano de la sociedad urbana que no pertenece a la élite no es noticia,
sin embargo las notas periodísticas retratan las maneras de hacer de las clases
altas y en nuestra actualidad a las que ahora poseen reconocimiento social por su
trayectoria en el deporte o en el espectáculo. A través de su estudio y análisis
podemos dilucidar lo que el resto de la sociedad hace, porque como dice Ortega y
Gasset “sus discursos, ideas, valores y prácticas generalmente son tomadas
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como un modelo a seguir por parte del resto de las sociedades, aun cuando esta
difusión de los modelos implique varias generaciones13.
Bibliografía.
Collado Herrera María del Carmen(2006). “El espejo de la élite social (1920-
1940)”, Historia de la vida cotidiana en México Tomo V, Vol. 1 (Siglo XX), pp. 89-
126.
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