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GP 18 - La Perspectiva de Género en La Evaluación de Políticas Públicas
GP 18 - La Perspectiva de Género en La Evaluación de Políticas Públicas
Citación de la publicación:
Júlia De Quintana Medina, Guía práctica 18. La
perspectiva de género en la evaluación de
políticas públicas,
Ivàlua, 2021.
Presidencia:
Xavier Cuadras, presidente del Consell Rector
Dirección executiva:
Marc Balaguer, director ejecutivo
Área de Operaciones:
Mireia Borrell, analista
Carla Cordoncillo, analista
Jordi Garcia Muniesa, analista
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Júlia De Quintana, analista
Natalia Rosetti, analista
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Jordi Sanz, analista
Equipo publicación
Área de Gestión de Recursos:
Erika Pérez Autora:
Responsable de Administración y Recursos Júlia De Quintana Medina
Mireia Climent
Coordinadora de Asuntos Generales Colaboraciòn y revisión:
Bruna Llauradó Eva Alfama Guillén
Técnica de Gestión Económica
Coordinación de la edición y dirección de arte:
Área de Comunicación y Gestión del Jordi Miras Llopart
Conocimiento:
Jordi Miras Llopart, responsable de Coordinación de la revisión:
Comunicación y Gestión del Conocimiento Mireia Climent
Índice
1. Introducción · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 7
2. ¿Qué es la perspectiva de género? · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 13
2.1. ¿Qué entendemos por género? · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 13
2.2. Género y diversidad sexual · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 17
2.3. Género e interseccionalidad · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 20
2.4. Elementos clave en la perspectiva de género · · · · · · · · · · · · · · 21
2.4.1. La división sexual del trabajo y el no reconocimiento de los cuidados · · · 22
2.4.2. El déficit en la toma de decisiones · · · · · · · · · · · · · · · 24
2.4.3. El acceso y el control de los recursos y de los beneficios sociales · · · · 26
2.4.4. Una vida libre de violencias machistas · · · · · · · · · · · · · · 28
2.5. ¿Qué entendemos por igualdad de género? · · · · · · · · · · · · · · · 29
2.6. Enfoque de género de las políticas y los programas · · · · · · · · · · · · 31
3. ¿Por qué hay que evaluar con perspectiva de género? · · · · · · · · · · · · 35
4. ¿Qué quiere decir incorporar la perspectiva de género en la evaluación? · · · · · · 38
4.1. Escenarios de incorporación de la perspectiva de género · · · · · · · · · · 41
5. ¿Cómo evaluar con perspectiva de género?
La perspectiva de género en cada fase del proceso de evaluación · · · · · · · · 48
5.1. Fase 0. El encargo de evaluación · · · · · · · · · · · · · · · · · · 50
5.2. Fase 1. La planificación de la evaluación · · · · · · · · · · · · · · · 51
5.2.1 Revisar el encargo de evaluación · · · · · · · · · · · · · · · · 52
5.2.2. Seleccionar el equipo de evaluación adecuado · · · · · · · · · · · 53
5.2.3. Definir los objetivos y los propósitos de uso de la evaluación
con perspectiva de género · · · · · · · · · · · · · · · · · · 54
5.2.4. Valorar la evaluabilidad del programa en términos de género · · · · · · 55
5.3. Fase 2. El diseño metodológico de la evaluación · · · · · · · · · · · · · 57
5.3.1. Formular preguntas de evaluación en clave de género · · · · · · · · · 58
5.3.2. Combinar técnicas cuantitativas y cualitativas · · · · · · · · · · · 60
5.3.3. Incorporar la perspectiva de género en la selección de fuentes
de información · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 62
5.3.4. Organizar el trabajo de campo con perspectiva de género · · · · · · · 70
5.3.5. Fomentar la evaluación participativa · · · · · · · · · · · · · · · 71
5.4. Fase 3. La ejecución de la evaluación · · · · · · · · · · · · · · · · · 72
5.4.1. Diagnosticar cómo se expresa la desigualdad de género
en el ámbito de análisis · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 72
5.4.2. Clasificar el enfoque en el género de la intervención · · · · · · · · · 73
5.4.3. Analizar los datos con perspectiva de género · · · · · · · · · · · · 74
5.4.4. Elaborar el informe de evaluación con perspectiva de género · · · · · · 82
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1. Introducción
La introducción de la perspectiva de género en la
evaluación es una asignatura pendiente. Hay que
integrarla para mejorar la calidad de las evaluaciones y
mejorar la evidencia disponible para transformar las
políticas y los programas de manera que estos funcionen
y den respuesta a las necesidades del conjunto de la
ciudadanía.
1. “El mainstreaming de género es la organización (la reorganización), la mejora, el desarrollo y la evaluación de los procesos políticos, de
modo que una perspectiva de igualdad de género se incorpore en todas las políticas, a todos los niveles y en todas las etapas, por los actores
normalmente involucrados en la adopción de medidas políticas.” (Consejo de Europa, 1999).
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Esta perspectiva se adopta a escala cio que genera conocimiento útil para la
internacional en la IV Conferencia toma de decisiones, mejora la eficacia y
Mundial sobre las Mujeres de las Nacio- la eficiencia de las intervenciones, y
nes Unidas, celebrada en Pekín en 1995. facilita el rendimiento de cuentas hacia
Desde 1996, las instituciones en el ámbi- la ciudadanía. Es natural, pues, que
to europeo también incorporan la trans- cada vez haya más interés por hacer de
versalidad de género como principio de la evaluación un requisito esencial de
actuación en el diseño, la implementa- cualquier política o programa con vo-
ción y la evaluación de las políticas luntad de transformar la realidad so-
públicas. En el ámbito catalán, tanto el cial. La evaluación ha disfrutado en las
Estatuto de Cataluña como la Ley últimas décadas de un importante
17/2015, de 21 de julio, de igualdad efecti- desarrollo teórico y metodológico, de
va entre mujeres y hombres establecen modo que se ha consolidado como
que las instituciones tienen que fomen- disciplina y como actividad profesional.
tar la igualdad de género y que todos los Aunque en nuestro contexto no es toda-
poderes públicos han de considerar las vía una práctica plenamente integrada
diferencias por razón de género en en el proceso normal de elaboración de
todos los ámbitos e implementar políti- políticas públicas, han crecido significa-
cas para reducir las desigualdades. En tivamente la capacidad y la sensibilidad
los últimos años son notables los ade- de las Administraciones públicas para
lantos en la institucionalización de la evaluar de manera más sistemática.
transversalidad de género. Cada vez
más las instituciones trabajan en su Pese al crecimiento de la práctica de la
práctica diaria y la aplican en ámbitos evaluación, la incorporación de la pers-
sectoriales muy diversos. Aun así, en pectiva de género a las evaluaciones ha
general los adelantos han sido bastante sido limitada. En los últimos años ha
lentos y parciales y han tenido dificul- emergido un incipiente y fructífero
tades para mantener los cambios en el debate en torno a la evaluación con
tiempo (Weiner y MacRae, 2014). Así perspectiva de género2.. Sin embargo, en
mismo, los esfuerzos se han centrado general las experiencias se han concen-
en incidir en el proceso de diseño e trado en dos ámbitos sectoriales: por
implementación de las políticas públi- una parte, en la evaluación de políticas
cas, mientras que en el ámbito de la y programas específicamente dirigidos
evaluación los adelantos han sido más a la promoción de la igualdad de género
bien escasos y carentes de experiencias y, por otra parte, en el campo del desa-
y conocimientos (Bustelo, 2017). rrollo internacional. Desde un punto de
vista más generalista, la permeabilidad
En la última década y coincidiendo con de la perspectiva de género ha sido esca-
la consolidación de la transversalidad sa (Espinosa, 2010). La tendencia general
de género, las instituciones públicas y es más bien desarrollar evaluaciones
del tercer sector también han ido to- ciegas al género, es decir, que no tienen
mando conciencia de la importancia de en cuenta este eje de desigualdad y que
evaluar las políticas y los programas no se plantean cómo las normas y
que aplican. La evaluación es un ejerci- prácticas de género afectan a la produc-
2. Ver, por ejemplo, Bustelo (2017), Brisolara et al. (2014), Hay et al.
(2012), Podems (2010) y Sielbeck-Bowen et al. (2002).
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Las evaluaciones
con perspectiva de
género son clave para
hacer evaluaciones
de más calidad.
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• Cómo incorporar la pers- • Personas decisoras pú- • Incorporar la voz de los grupos
pectiva de género en las blicas y profesionales de sociales con menor presencia
evaluaciones de políticas la administración y de en órganos de decisión.
y programas en cualquier las entidades sociales
ámbito. catalanas en todos los • Corregir sesgos de género que
ámbitos interesadas en afectan a la producción de
• Conceptos clave sobre evaluar con perspectiva conocimiento en las evalua-
género. de género. ciones y mejorar la calidad de
las evaluaciones.
• Orientaciones prácticas • Profesionales de la
y recomendaciones para evaluación que quieran • Identificar efectos positivos y
incorporar la perspectiva revisar su práctica de negativos de las políticas en
de género en la práctica de evaluación e incorporar términos de género.
evaluación y en la revisión la perspectiva de género
de la política que se evalúa. en las evaluaciones que • Mejorar la capacidad de la
evaluación para determinar si
ejecutan.
una intervención funciona.
La guía presenta
estrategias para
incorporar la
perspectiva de
género en cada
una de las fases de
una evaluación.
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2. ¿Qué es la perspectiva de
género?
El género es un eje de desigualdad estructural, transversal
y atravesado por múltiples desigualdades. Incorporar la
perspectiva de género implica considerar
sistemáticamente estas desigualdades con la voluntad de
identificar los factores que las generan, hacerlas visibles y
diseñar y aplicar estrategias para reducirlas y así avanzar
hacia su erradicación.
• Ideas sobre el carácter de las mujeres y el • Las mujeres se encargan principalmente de las
carácter de los hombres (mujeres emocio- tareas domésticas y de cuidado.
nales, vulnerables, dependientes, sensibles
o cooperadoras vs. hombres asertivos, in- • Los hombres tienen mayor presencia en el ámbito
conformistas, independientes, racionales, laboral.
activos o genios).
• Las mujeres se concentran en sectores de activi-
• Ideas sobre las capacidades de mujeres y dad laboral que son una extensión de las tareas
domésticas y de cuidado.
hombres (debilidad, intuición o apoyo vs.
fuerza física, inteligencia o control).
• Menor participación de las mujeres en la política
• Prescripciones sobre feminidad y mascu- social y los movimientos sociales.
linidad (mujeres discretas, complacientes,
que dan importancia al aspecto físico para • Mayor participación de las mujeres en entidades
del tercer sector y del ámbito comunitario.
juzgar el carácter vs. hombres agresivos,
dominantes, con poca preocupación por el
aspecto físico). Normas sobre la pareja, la
• Formas de liderazgo y comunicación diferencia-
das.
familia y el amor.
• Formas de expresión estética diferenciadas.
• Prescripciones sobre la maternidad y la
paternidad, la noción de “buena madre” • Proporción más alta de comportamientos de ries-
(devota, que prioriza la familia). go entre los hombres que entre las mujeres.
El caso de los airbags ejemplo, es sabido que los síntomas que intuitiva-
mente asociamos con estos (dolor en el pecho y en
En la fabricación de los primeros airbags no se el brazo) son más habituales en hombres y difieren
tuvo en cuenta las diferentes anatomías de mu- de los síntomas que se manifiestan en las mujeres
jeres y hombres a la hora de diseñar los proto- (Vila, 2019). Sin embargo, en el imaginario colectivo
tipos y hacer las pruebas. Esto causó que en las y en la práctica clínica el patrón sigue siendo el
personas accidentadas el número de muertes de masculino y esta diferencia no siempre se tiene en
mujeres fuera mayor, un hecho que sorprendió a cuenta. La identificación de los síntomas de infarto
la industria. Se cayó en la cuenta de que los crash es clave para una diagnosis rápida que permita un
test dummies (maniquíes de prueba para hacer tratamiento eficaz; por lo tanto, hay que revisarlos
ensayos) que se usaban estaban basados por defec- y considerar las diferencias para diseñar respues-
to en una anatomía masculina (correspondiente tas y tratamientos efectivos para mujeres y para
a una determinada edad y constitución mediana) hombres. Este aspecto también se debe considerar
y, por lo tanto, protegían en menor medida a mu- en la interpretación de los datos de prevalencia. La
jeres y a niños. Posteriormente, al ir incorporando definición androcéntrica de los síntomas comporta
dummies de distinta medida y configuración (por que la prevalencia reportada sea menor en mu-
ejemplo, de medida infantil), se corrigió este sesgo jeres y el infarto se perciba como un problema de
de género y se mejoró la seguridad para todo el hombres. No obstante, es el estándar androcéntrico
mundo (Bustelo, 2017). el que esconde la prevalencia del infarto en las mu-
jeres (Valls, 2006). Las consecuencias son directas: a
pesar de que los infartos de miocardio son más fre-
cuentes en hombres, las mujeres sufren una mayor
El caso de los infartos
mortalidad. También en el ámbito de la salud se ha
Son conocidos los sesgos existentes en el ámbito identificado un problema similar en la diagnosis de
de la medicina: el hecho de que no se incorpore a casos de autismo. De nuevo, los estándares de diag-
mujeres en la investigación clínica y farmacológica nosis recogen el perfil masculino y no el femenino,
lleva a que el conocimiento generado no sea preciso lo que genera diagnosis tardías en niñas y esconde
al entender cómo se manifiestan las enfermeda- esta problemática entre las mujeres (UOCPsicoEdu,
des ni cuáles son los efectos de los fármacos para 2020).
hombres y mujeres. En el caso de los infartos, por
si, sino con cómo se connotan social- perciba sin marca de género porque se
mente, ya que lo que se considera feme- subsume con el hecho universal y
nino o masculino ha ido variando a lo normal, pero entender el componente
largo de la historia y según el contexto de género presente en las identidades
cultural. En el ámbito laboral, por ejem- masculinas es también uno de los
plo, es patente cómo históricamente componentes esenciales de la perspecti-
determinadas profesiones consideradas va de género y permite mejorar las
al principio masculinas se han devalua- políticas públicas. Sin entender, por
do en su valoración social de forma ejemplo, cómo funciona la socialización
paralela al proceso de feminización masculina hegemónica en cuanto a la
vivido (sería el caso de los maestros y desconsideración de la vulnerabilidad y
los médicos); a la vez, esto también se los cuidados, la valoración del riesgo y
da en el sentido contrario, cuando en de la heroicidad, etc., será difícil dise-
profesiones asociadas a las mujeres se ñar políticas de promoción de la salud
masculinizan justamente las que dis- efectivas.
frutan de un mayor reconocimiento
(como, por ejemplo, la cocina o la costu- En definitiva, el género implica que se
ra). asignan a mujeres y a hombres carac-
terísticas, expectativas, roles, funciones
En este sentido, es importante apuntar y posiciones sociales diferentes; unas
que el género es relacional. No son las diferencias que conforman y sostienen
mujeres las que “tienen género”, sino una desigualdad estructural que en
que las posiciones, los roles, las expecta- términos generales sitúa a las mujeres
tivas y las identidades de mujeres y en una posición de subordinación y una
hombres se definen de forma relacional peor posición social y material en todos
y en oposición. El androcentrismo hace los ámbitos.
que lo que se refiere a los hombres se
2.2. Género y
diversidad sexual
El análisis de género permite cuestionar género, la expresión de género y la
el binarismo de género, es decir, la orientación sexual. Estas cuatro dimen-
clasificación de las personas de acuerdo siones también se conciben desde un
con dos modelos concebidos como punto de vista binario. Se asume por
opuestos, complementarios y a la vez defecto que solo hay dos tipos de cuer-
con una correspondencia de sexo y pos sexuados, macho y hembra, y que
género: se presupone que los hombres quien nace masculino (femenino) bioló-
cumplirán los mandatos del género gicamente, se comportará y tendrá las
masculino y las mujeres, los femeninos. habilidades socialmente atribuidas a los
Aun así, este binarismo va más allá de hombres (a las mujeres), se sentirá
la división mencionada; conceptual- hombre (mujer) y será heterosexual.
mente el género y la sexualidad se Esta mirada excluye cualquier matiz
constituyen de cuatro dimensiones intermedio, restringe las posibilidades
diferentes: el sexo, la identidad de de expresión personal.
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Define caracte- Hay dos categorías: macho y Personas que no encajan en esta
rísticas sexuales hembra. lógica binaria se han denomi-
Sexo primarias y secun- nado personas intersexuales o
darias. con diferencias en el desarrollo
sexual (DDS).
Se refiere a los Existe una división clara Hombres que presentan compor-
comportamientos, entre los comportamientos tamientos que no encajan con
los roles, la vesti- asociados a la masculinidad la masculinidad tradicional y
menta, la gestua- y a la feminidad. mujeres con comportamientos
lidad, etc., de una que no encajan con la feminidad
Expresión
persona. tradicional. A menudo se vin-
de género
cula con la orientación sexual,
pero no necesariamente existe
un vínculo.
Aun así, la teoría feminista y los movi- tiva de género también conlleva enten-
mientos feminista y LGTBIQ+ han pues- der las complejas dimensiones con que
to en evidencia las limitaciones de este se construye el género y la sexualidad y
esquema. En primer lugar, cuestionan- analizar de qué manera estas condicio-
do el sexo biológico binario y remarcan- nan la realidad de la ciudadanía y gene-
do la existencia de la intersexualidad, es ran diferencias significativas en el
decir, de personas con cuerpos no nor- acceso a los recursos, las estructuras de
mativos o que desarrollan característi- decisión y el goce de derechos y respon-
cas de los dos sexos biológicos. En se- sabilidades.
gundo lugar, enfatizando la
construcción social del género y anali- En términos de evaluación, esto implica
zando cómo se aprende, cómo condicio- reconocer no solo que la diversidad
na las conductas y cómo afecta de sexual y de género es clave para enten-
forma desigual a la distribución de der actitudes discriminatorias hacia el
recursos y poder. En tercer lugar, visua- colectivo LGTBIQ+ y poder diseñar políti-
lizando la existencia de colectivos que se cas de representación y reconocimiento
sienten identificados con una identidad que aseguren sus derechos sociales y
de género diferente de la socialmente civiles, sino también que es necesario
asociada a su sexo, como por ejemplo el tener en cuenta el sesgo implícito que
colectivo transexual o las personas de supone a la hora de abordar cualquier
género fluido. En cuarto lugar, conside- actuación pública. Del mismo modo que,
rando que la expresión de género puede anteriormente, hablando de androcen-
no coincidir con el género. Si bien en la trismo se mencionaba que por defecto se
sociedad hay una división clara entre asume que la experiencia masculina es
comportamientos típicamente femeni- la normal y se tiende a organizar la
nos y típicamente masculinos, también sociedad desde ese punto de vista, se
hay mujeres y hombres que tienen com- tiende a invisibilizar la realidad y las
portamientos propios del otro género. necesidades de las personas que no
Finalmente, constatando la diversidad encajan en las diferentes categorías del
de orientaciones sexuales e integrando esquema binario del género. Por ejem-
las reivindicaciones de los colectivos plo, en las políticas públicas general-
LGTBI+: gais, lesbianas, bisexuales, etc. mente opera la presunción de heterose-
xualidad, que se expresa en el diseño de
Si bien esta guía se centra especialmen- las equipaciones residenciales, las es-
te en el abordaje de la desigualdad entre cuelas o la atención sanitaria, entre
mujeres y hombres en la evaluación de otras cuestiones.
políticas públicas, trabajar con perspec-
Conceptualmente, el
género y la sexualidad
se componen de
cuatro dimensiones
diferentes: el sexo, la
identidad de género, la
expresión de género y
la orientación sexual.
20
2.3. Género e
interseccionalidad
El género es un eje de desigualdad sis de la interseccionalidad incluye otros
estructural y transversal al conjunto de muchos condicionantes. Algunas de las
la sociedad que se manifiesta en las dimensiones más importantes son la
instituciones más fundamentales como etnia, la adscripción religiosa, el origen,
el mercado, el Estado, la familia y la la nacionalidad y la ciudadanía; la edad
comunidad. No obstante, las circuns- y el ciclo de vida, la orientación sexual y
tancias sociales de mujeres y hombres la identidad de género; el nivel socioeco-
también se ven afectadas por otros nómico y el nivel de estudios, y la diver-
condicionantes igualmente importan- sidad funcional. Por ello, es importante
tes. En este sentido, la perspectiva reconocer que mujeres y hombres no
interseccional es importante para com- son colectivos homogéneos. Ejemplos de
plementar el análisis de las desigualda- colectivos de mujeres que enfrentan
des de género con otros ejes de desigual- situaciones de desigualdad especialmen-
dad que también condicionan la te difíciles son las mujeres migrantes,
situación social de mujeres y hombres las mujeres transexuales, las mujeres
(Coll-Planas & Solà-Morales, 2019; Expó- mayores y las mujeres con diversidad
sito-Molina, 2013). funcional.
La perspectiva
interseccional es
importante para
complementar
el análisis de las
desigualdades de
género con otros ejes
de desigualdad que
también condicionan
la situación social de
mujeres y hombres.
21
2.4.1. La división
sexual del trabajo y
el no reconocimiento
de los cuidados
Nuestra sociedad se basa en una pro- te las necesidades de los cuidados. Así
funda diferenciación y separación entre mismo, la esfera privada y el mundo de
la esfera pública y la privada, y entre la reproducción no se consideran suje-
aquello productivo (el mundo laboral) y tas a la intervención y la garantía públi-
aquello reproductivo (las tareas que ca en la misma medida que aquello que
hacen posible la vida: comer, dormir, sucede en la esfera pública. La respon-
estar sanos, criar, cuidar de personas sabilidad principal de la reproducción
dependientes, etc.). Pese a que el mundo social se asigna a la familia y, como
laboral y la continuidad de toda la mucho, en todo caso a las redes comu-
sociedad en su conjunto no serían nitarias y de proximidad.
posibles sin las tareas de reproducción,
no se visibiliza la interdependencia de Esta diferenciación tiene un fuerte
ambas esferas, la esfera doméstica se sesgo de género, en tanto que la distri-
subordina a las necesidades de la pro- bución de responsabilidades en el seno
ducción. Esta jerarquía se traduce tam- de las familias recae mayoritariamente
bién en una valoración social muy en las mujeres. El concepto división
desigual: el prestigio se concentra en la sexual del trabajo describe la distribu-
parte productiva (la economía remune- ción del tiempo y las funciones de tra-
rada) mientras que la parte reproducti- bajo de acuerdo con el sexo, por lo que
va resta invisible y sin reconocerse su en general se asigna a los hombres el
importancia, tanto en el ámbito simbó- trabajo productivo, remunerado y reco-
lico como en el económico; esto se nocido, propio del ámbito público, y se
transforma, por ejemplo, en gasto públi- subordina a las mujeres al ámbito
co y sueldos de los sectores vinculados a privado y a la realización del trabajo
los cuidados. reproductivo no remunerado, desvalo-
rado y que limita su participación en el
La subordinación de la reproducción y ámbito público.
los cuidados en la esfera productiva
queda patente en la falta de protección, Históricamente se ha pasado de un
apoyo e incorporación de las necesida- modelo en el cual se consideraba el
des de los cuidados. El mundo laboral hombre el principal o único proveedor
no tiene en cuenta ni se adapta a los de los ingresos familiares, mientras la
requerimientos de los cuidados y las mujer asumía en exclusiva la responsa-
Administraciones públicas no son capa- bilidad de los cuidados4., al modelo
ces de proveer mecanismos de apoyo actual, en el que las mujeres se han
suficientes o de proteger adecuadamen- incorporado masivamente al mercado
laboral formal. Aun así, la división y los movimientos sociales (CEO, 2019;
sexual del trabajo sigue condicionando Observatorio iQ, 2019) y, por lo tanto,
su situación. No se ha producido a la complica la reivindicación de sus de-
inversa, la asunción por parte de los mandas y la aplicación de medidas para
hombres de sus responsabilidades en el lograr la justicia de género (Alcaraz,
trabajo reproductivo es todavía tímida e 2020). Este elemento hace especialmen-
insuficiente, y las mujeres siguen sien- te relevante incorporar sus voces en el
do las principales responsables del diseño, la ejecución y la evaluación de
trabajo doméstico y de cuidado. políticas para evitar desarrollar inter-
venciones que reproduzcan desigualda-
La división sexual del trabajo también des.
lleva al hecho de que las mujeres se
encuentren en una situación de doble Ante la insuficiente asunción de las
presencia y soporten una carga de responsabilidades de cuidado por parte
trabajo total más elevada que los hom- de los hombres, la carencia de apoyo
bres. Según datos de la Encuesta de público y la falta de mecanismos de
Salud de Cataluña 2020, las mujeres conciliación en el ámbito laboral, se ha
dedican el doble de horas que los hom- producido un traslado masivo de res-
bres a la realización de tareas domésti- ponsabilidades domésticas y de cuidado
cas y de cuidado. En días laborables, de al sector privado, un hecho que funda-
media, las mujeres dedican 1,92 horas, mentalmente ha llevado a que estas
mientras que los hombres invierten necesidades se cubran subcontratando
0,92. Los fines de semana la media de mujeres con menos ingresos, mayorita-
horas dedicadas a actividades domésti- riamente migrantes5.. Con todo, el
cas por parte de las mujeres es de 2,81 trabajo doméstico y de cuidado que se
horas y en el caso de los hombres, 1,6. lleva a cabo de forma remunerada tiene
La desigual distribución de las tareas muy poco reconocimiento social y una
domésticas y de cuidado hace que sea baja valoración salarial, y destaca en
mucho más habitual que las mujeres particular la persistente desprotección
trabajen a tiempo parcial, con contratos que sufre el servicio doméstico realizado
temporales y que tengan trayectorias en los domicilios. Es un sector que,
laborales fragmentadas para cubrir además del gran porcentaje de trabajo
periodos de cuidado, lo que se traduce irregular (organizaciones del sector
en salarios y, sobre todo, pensiones estiman que alrededor del 30 % de per-
inferiores, tal como comentaremos con sonas trabajadoras no tiene contrato),
más detalle en la página 31. cuando ocurre de forma regular se
considera una “relación laboral espe-
La doble presencia también supone una cial”, no plenamente incorporada toda-
disponibilidad de tiempo desigual que vía al Régimen General de la Seguridad
dificulta el desarrollo profesional y Social, con peores condiciones de cotiza-
limita la presencia de mujeres en la ción para las pensiones y sin posibilidad
política profesional, el tejido asociativo de acceder al subsidio de paro y a otras
protecciones básicas como los riesgos más baja y socialmente devaluados, que
laborales o la intervención de la Inspec- suelen ser una extensión de las tareas
ción de Trabajo (Oxfam, 2021). Estas domésticas y de cuidado. Por ejemplo, la
carencias están muy relacionadas con presencia de mujeres es mucho más
el poco reconocimiento social de los elevada en el sector sanitario, la asis-
cuidados y con el hecho de que es un tencia social, la atención a la dependen-
sector altamente feminizado y raciali- cia, el sector educativo y los sectores de
zado. limpieza y trabajos del hogar. Por el
contrario, las mujeres son minoría en
La división sexual del trabajo también sectores ocupacionales y educativos con
se expresa en el mercado laboral, donde mayor prestigio social y mejor remune-
se da una segregación horizontal por ración económica, por ejemplo, en los
sectores de actividad. La participación ámbitos de la ciencia, la tecnología, la
de las mujeres se concentra en sectores ingeniería y las matemáticas (CIRD,
de actividad con una remuneración 2017).
2.4.2. El déficit en la
toma de decisiones
Una de las dimensiones clave en la sobre cómo tiene que ser el liderazgo y la
desigualdad de género es la falta de existencia de redes masculinas informa-
participación de las mujeres (o la sobre- les de apoyo y confianza, entre otros
rrepresentación masculina) en los espa- factores, hacen que su acceso al poder
cios y procesos de decisión en todos los no sea en pie de igualdad.
ámbitos: político, económico, social e
incluso familiar. En el ámbito laboral, las mujeres se ven
afectadas por la segregación vertical, es
Durante décadas las mujeres estuvieron decir, tienen dificultades para desarro-
legal y explícitamente excluidas de las llar una trayectoria profesional y acce-
esferas pública y política. Esta exclusión der a posiciones de poder y responsabili-
ya no es formal, pero hoy en día se dad. De hecho, en la empresa privada la
mantienen mecanismos más sutiles de presencia de mujeres en lugares de
carácter material y simbólico que siguen poder es todavía más limitada que en el
haciendo que las mujeres no accedan a sector público y en la vida política.
espacios de decisión, o que, cuando
acceden, lo que sucede cada vez más La literatura sobre representación políti-
frecuentemente, se mantengan mucho ca ha demostrado y explorado con dete-
menos tiempo, se restrinja solo a deter- nimiento el vínculo entre la presencia
minados sectores considerados más de un colectivo determinado y el tipo de
femeninos (vinculados al área social, decisiones que se toman, de forma que
por ejemplo), no tengan la misma credi- esta es una de las condiciones necesa-
bilidad y reciban un tratamiento mediá- rias ―aunque no suficientes― para la
tico y de opinión pública más duro y que entrada de las necesidades o los proble-
a menudo incluye sexualización y faltas mas vinculados al colectivo en la agenda
de respeto. Las mencionadas responsa- de decisión (Childs & Lovenduski, 2013).
bilidades de cuidado, los estereotipos
25
La feminización de la pobreza
La dimensión
estructural de la
desigualdad entre
mujeres y hombres
hace que persistan
grandes diferencias
en el acceso, el
control y el goce
de los recursos
de toda clase.
28
y las personas del colectivo LGTBIQ+ no ámbito educativo. Las políticas que
disfrutan de los mismos derechos y actúan en términos de representación
persisten las desigualdades sociales por van destinadas a eliminar obstáculos y
razón de género (CIRD, 2017). favorecer la presencia y la participación
de las mujeres en espacios de poder y de
Así mismo, el planteamiento de la toma de decisiones en asociaciones y
justicia de género puede centrarse en órganos públicos y privados. Lograr la
incidir en dos campos diferentes: el justicia de género requiere políticas, en
campo material y el campo simbólico. ambos campos, que aseguren que la
En el campo material la igualdad de redistribución de recursos y poder se
género se concretaría en una mejor acompaña de políticas de representa-
distribución de recursos económicos y ción y reconocimiento. Sin embargo, los
materiales. Las políticas que actúan en cambios en ambos niveles requieren
el campo material buscan reducir la políticas y medidas diferentes que no
desigual distribución de recursos por siempre son fáciles de compatibilizar
razón de género, por ejemplo, a través (ONU Mujeres, 2014). En este sentido, las
de políticas de transferencias de renta, dos categorías pueden ayudar a visuali-
políticas de regulación de las condicio- zar cómo se expresa la desigualdad de
nes laborales o políticas dirigidas a género en el ámbito de análisis y si la
fomentar las tareas de cuidado entre los intervención incluye medidas adecua-
hombres. El campo simbólico, en cam- das para dirigirla. En el uso de esta
bio, hace referencia a las políticas de distinción, se ha de tener presente que
reconocimiento y representación y es teórica y que no siempre es clara en
contra la discriminación de grupos la práctica. Por ejemplo, la aplicación de
sociales, como pueden ser las mujeres, cuotas de género en listas electorales
las mujeres de minorías sociales o las afecta directamente al acceso de las
personas del colectivo LGTBIQ+. Las mujeres a posiciones de poder y por lo
políticas que actúan en términos de tanto se sitúa en el campo material,
reconocimiento se centran en el recono- pero tiene también una parte simbólica
cimiento de derechos y el empodera- de reconocimiento, orientada a generar
miento de los colectivos discriminados, referentes y ejemplos para otras muje-
como, por ejemplo, un programa que res.
lucha contra el acoso LGTBIfóbico en el
A pesar del
reconocimiento
institucional, y de
los esfuerzos del
movimiento feminista
y LGTBIQ+, no se ha
logrado la igualdad
real y persisten
las desigualdades
sociales por razón
de género.
31
A causa de los efectos de la división sexual del Las mujeres tienen un riesgo de pobreza mayor,
trabajo y las dinámicas de segregación vertical y están más presentes en el nivel asistencial de
horizontal, las mujeres tienen trayectorias labora- protección social y tienen más dificultades para
les más fragmentadas, menos años de cotización incorporarse al mercado laboral de manera es-
y una base de cotización más baja. Estos tres fac- table (Suárez & Hurtado, 2018). No obstante, estos
tores son los que más influyen en el cálculo de la factores no se toman en cuenta en el diseño y la
pensión de jubilación. Así pues, las desigualdades implementación de programas de rentas míni-
de género y la carencia de mecanismos que reco- mas. En el Estado español, la mayoría de políticas
nozcan las aportaciones del ámbito doméstico y de de rentas mínimas se han caracterizado por una
cuidado a lo largo de la vida condicionan el nivel cobertura limitada y por incorporar condicionali-
de protección que logran las mujeres en la vejez: dades que exigen que las personas perceptoras se
mientras que en España la brecha salarial de comporten de ciertas maneras o hagan activida-
género en cuanto al salario bruto anual es de un des para poder percibir y mantener la prestación;
21,9 %, en las pensiones contributivas la distancia por ejemplo, de activación e inserción laboral o de
8.
crece hasta el 34,6 % . El cálculo de la pensión de bienestar de los miembros dependientes del hogar.
jubilación está basado en una trayectoria laboral Por las responsabilidades derivadas de la división
típicamente masculina: contratos indefinidos y a sexual del trabajo, a las mujeres les resulta más
jornada completa, carrera laboral no interrumpi- difícil cumplir con estos requisitos. Esta situación
da y salario que aumenta a lo largo de la carrera es especialmente difícil en los hogares monopa-
profesional. En este sentido, la política carece de rentales, uno de los tipos de hogar más comunes
perspectiva de género y refuerza las desigualdades entre los hogares perceptores de rentas mínimas
económicas entre hombres y mujeres, especial- y que en casi todos los casos están dirigidos por
mente en la vejez (CCOO, 2018; UGT, 2018). Por la mujeres (Dirección General de Servicios para las
misma razón, las modificaciones que se introdu- Familias y la Infancia, 2018). A este respecto, no
cen en el cálculo de la pensión (años de cotización, considerar el género hace que estos programas
por ejemplo) tendrán, a priori, un impacto de gé- sean poco efectivos para conseguir la inserción de
nero muy importante a menos que se establezcan las personas beneficiarias en el mercado laboral y
mecanismos correctivos. para revertir la situación de pobreza. Así mismo,
ignorar los condicionantes de género hace que
estos programas no contribuyan a paliar las des-
igualdades de género, sino que las refuercen, tanto
en la esfera social como en la esfera económica.
rentas mínimas o las pensiones, no sentido, argumenta que revisar con más
tienen nada que ver con el género. atención qué es el enfoque de la política
Ambas son transferencias de renta en términos de género es muy útil para
individual y se calculan y funcionan hacer análisis de género.
igual para mujeres y hombres. Sin
embargo, si analizamos el diseño y el Para clasificar las políticas y los progra-
resultado de estas políticas con perspec- mas, la autora propone hacer una dis-
tiva de género, vemos que las diferentes tinción en dos niveles. Primero, distin-
dimensiones apuntadas en las seccio- guir si la política es ciega al género
nes anteriores condicionan cómo estos (gender blind) o considera el género
programas afectan a hombres y a muje- (gender aware); segundo, en las políti-
res y generan desigualdades. cas que consideran el género, distinguir
entre tres enfoques: el enfoque explota-
Evaluar con perspectiva de género es, dor, el enfoque acomodador y el enfoque
pues, clave para identificar estas limita- transformador.
ciones y sesgos y corregirlos. En este
sentido, es útil fijarnos en el enfoque de Para entender mejor la diferencia,
género que pueden tener las interven- pensemos en las políticas en el ámbito
ciones. En función de hasta qué punto de la ciencia. Desde una perspectiva
reconocen y abordan las dimensiones acomodadora, estableceríamos medidas
de género, las intervenciones públicas específicas de promoción de las mujeres
se pueden clasificar, por un lado, en en la investigación científica (becas,
políticas o programas ciegos al género y, campañas, medidas de acción positiva,
por otro lado, en intervenciones que son etc.). Desde un punto de vista transfor-
sensibles al eje de género en su formu- mador y de promoción de la transversa-
lación e implementación. Aun así, lidad de género, revisaríamos también
Fletcher (2015) remarca que no todas las los criterios generalistas clave para
políticas que tienen en cuenta el género garantizar que no contienen sesgos. En
lo hacen del mismo modo. En este el caso de la investigación, por ejemplo,
Habitualmente
todavía se desarrollan
políticas y programas
ciegos al género.
33
Considera el género
Ciega al género
Enfoque Enfoque Enfoque
explotador9. acomodador10. transformador
Puede consolidar la Puede ser efectiva en Puede ser positiva en Política con capacidad
desigualdad porque sus objetivos, pero pro- términos de géne- de incidir en las cau-
no considera la fuerte blemática en términos ro, pero tiene una sas de la desigualdad.
masculinización del de género. Es proba- limitada capacidad de
sector. Llegará a pocas ble que refuerce las transformación.
mujeres. normas y prácticas de
género y las desigual-
dades.
Posibles mejoras
Revisar el diseño del Incluir medidas para Revisar el currículum Complementar con
programa para incor- implicar a los padres de los estudios para medidas específicas
porar una concepción en el programa (por garantizar que no dirigidas a compensar
más amplia de la in- ejemplo, haciendo contiene un sesgo de y apoyar la carga de
novación (por ejemplo, actividades específicas género. trabajo que continúan
innovación organiza- o incluyendo referen- asumiendo en mayor
tiva, etc.) que abra los tes masculinos en la Incluir medidas para medida las madres.
sectores interpelados. comunicación o en la dirigir los estereotipos
implementación del de género vinculados
Incorporar medidas programa). a los estudios (por
específicas para faci- ejemplo, visibilizando
litar el acceso de las referentes femeninos).
mujeres.
podríamos garantizar la paridad en los caso, las medidas con un enfoque aco-
tribunales de selección del profesorado modador y transformador no son exclu-
y de asignación de financiación de yentes y pueden ser complementarias.
investigación, o incorporar la posibili-
dad de interrumpir el cómputo de los Estas categorías ponen de manifiesto
periodos de goce de las becas por razón que evaluar con perspectiva de género
del permiso de maternidad, eliminando es clave para entender de qué manera
así un criterio que penaliza a las muje- las intervenciones interpelan el género,
res que son madres al tener que cumplir sobre qué supuestos se basan, qué con-
con los mismos resultados en un perio- secuencias pueden tener y qué tipo de
do de tiempo más corto. En cualquier mejoras deben introducirse para asegu-
rar que no reproducen desigualdades.
Más recursos
Glosario. Mujeres y feminismos. Ajuntament de Índice de igualdad de género de Cataluña.
Barcelona.
Dossiers estadístics. Observatori de la Igualtat de
Gender Equality Glossary and Thesaurus. Euro- Gènere (OIG).
pean Institute for Gender Equality.
Observatori iQ.
Guia per incorporar la interseccionalitat a les
polítiques locals. Igualtats connectades.
35
Integrar la perspectiva
de género en
las acciones de
evaluación resulta
en la generación
de evidencia más
pertinente y más
útil para el diseño y
la implementación
de las políticas.
36
En concreto, algunos de los argumentos los y las que evalúan está condicio-
clave a favor de incorporar la perspecti- nada por las prácticas y normas de
va de género en las evaluaciones de género. Los estereotipos de género,
políticas públicas son los siguientes: por ejemplo, pueden afectar a su
interpretación de la realidad social y
• Evaluar con perspectiva de género la manera en que se aproximan y
es clave para cumplir con los obje- analizan los fenómenos que estu-
tivos políticos y dar cumplimiento dian. Tal y como se ha introducido
a las disposiciones normativas en la sección anterior, el androcen-
existentes en materia de género y trismo impregna muchas de nues-
transversalidad de género. El marco tras decisiones, de forma que las
legal internacional, el estatal y el preguntas, los objetivos, los métodos
catalán recogen la igualdad de géne- y el análisis de evaluación reflejan
ro como objetivo político prioritario y supuestos implícitos y explícitos
establecen que la perspectiva de sobre la realidad social y, por lo
género se tiene que incorporar en el tanto, también sobre el género.
diseño y la implementación de las Introducir la perspectiva de género
políticas públicas en todos los ámbi- permite revisar la práctica de eva-
tos11.. Las evaluaciones con perspecti- luación, corregir estos sesgos asegu-
va de género contribuyen a la conse- rando así que la calidad de la evalua-
cución de estos objetivos políticos y a ción mejora y el conocimiento y los
la consolidación de la transversali- aprendizajes adquiridos no reprodu-
dad de género como principio de cen estereotipos de género (Bustelo,
actuación en política pública, tanto 2017; Espinosa & Bustelo, 2019).
en las políticas que se han diseñado
incorporando la perspectiva de géne- • Integrar la perspectiva de género en
ro como en las que no. la evaluación permite incorporar la
voz de colectivos con menor pre-
• Integrar la perspectiva de género en sencia en órganos de decisión.
las evaluaciones permite corregir Como se ha destacado en la sección
sesgos de género que afectan a la anterior, las mujeres y las personas
producción de conocimiento en las del colectivo LGTBIQ+ tienen menor
evaluaciones. La ejecución de una presencia en la política institucional
evaluación no es un proceso ajeno a y en los principales órganos de deci-
los sesgos de género. La mirada de sión de los ámbitos social y econó-
Qué se evalúa
Para evaluar con perspectiva de género política. Por ejemplo, si se trata de un
hace falta que uno de los focos de la programa para fomentar la ocupación,
evaluación sea entender las implicacio- la evaluación analizará la idoneidad del
nes de la intervención en términos de programa para lograr este objetivo,
género. En general, la evaluación de una considerando, entre otras cosas, cuán-
política o programa tendrá como objeti- tas personas usuarias se han incorpora-
vo principal valorar cuestiones relacio- do al mercado de trabajo, a qué sectores
nadas con el ámbito de actuación de la y con qué tipo de contratos. Sin embar-
39
sas, dependiendo, como siempre sucede que refleja los objetivos, valores y priori-
en los procesos de evaluación, del con- dades de la institución que encarga y
texto y el marco en que ocurra y de recoge los datos y puede estar invisibili-
cómo se definan los objetivos, las pre- zando cuestiones importantes o propor-
guntas y los métodos de evaluación. En cionando una imagen poco fiel de la
este sentido, aunque a menudo el análi- realidad.
sis de género se vincula con las aproxi-
maciones cualitativas, no es necesaria- Lo mismo ocurre con las decisiones y la
mente así. Como veremos posterior- práctica de evaluación: no son neutros
mente, los enfoques cualitativos dan al género per se, sino que reflejan los
respuesta a algunos de los puntos clave valores y las sensibilidades del equipo
de la incorporación de la perspectiva de evaluador. En este sentido, para elabo-
género, pero también las metodologías rar una evaluación con perspectiva de
cuantitativas pueden tomar en conside- género hay que cuestionar la mirada del
ración la dimensión de género. La clave equipo evaluador y asegurar que la
es incorporar el análisis de género práctica de evaluación y las diferentes
sistemáticamente, y esto se puede hacer decisiones de evaluación incorporan la
de muchas maneras. perspectiva de género (ONU Mujeres,
2015). En las secciones siguientes vere-
Incluir la perspectiva de género implica mos más detalladamente cómo se
que se revisa y cuestiona la práctica de concretan estas consideraciones.
evaluación y se aplican las técnicas y
análisis pertinentes para asegurar que En definitiva, incorporar la perspectiva
la evaluación no contiene sesgos de de género en la evaluación conlleva la
género. En la elaboración de una eva- adaptación de los objetos de evaluación
luación, el equipo de evaluación tiene (qué se evalúa), el uso que se dará a la
que tomar una serie de decisiones evaluación (por qué se evalúa) y la
técnicas, por ejemplo, la selección de la práctica y las decisiones técnicas de
metodología, la selección de informan- evaluación (cómo se evalúa). La consi-
tes e indicadores o los tipos de análisis deración de estos tres aspectos implica
que se harán. Precisamente por su que en una evaluación con perspectiva
naturaleza técnica estas decisiones de género hay que revisar dos aspectos:
pueden parecer neutras en términos de la práctica de evaluación y la política a
género y por lo tanto cuestiones que no evaluar. Por un lado, incorporar la
hay que revisar. Aun así, los objetivos, perspectiva de género en la ejecución de
los métodos y los análisis de evaluación una evaluación quiere decir que se
no son neutros al género, sino que revisa la práctica y la mirada del equipo
reflejan prioridades y asunciones implí- de evaluación y las técnicas y análisis
citas y explícitas sobre la realidad social de evaluación que se aplican para ase-
y pueden incorporar sesgos de género gurar que el ejercicio de evaluación
(Bustelo, 2017). Por ejemplo, como vere- tiene perspectiva de género. Por otro
mos más adelante, a menudo los indi- lado, en una evaluación que incorpora
cadores se presentan como medidas la perspectiva de género se revisa la
objetivas de una situación concreta en política que se evalúa considerando su
un momento determinado. No obstante, enfoque de género (explícito o implícito)
si bien las medidas presentan una y sus implicaciones y efectos sobre las
realidad objetiva, la elección de qué se relaciones de género (ONU Mujeres,
mide y cómo se mide no es neutra, sino 2015).
41
• Una evaluación que reconoce la existencia de • Evaluar solo las políticas o programas diri-
desigualdades de género estructural y se com- gidos a la igualdad de género o que han sido
promete a contribuir a combatirlas. diseñados con perspectiva de género.
• Aplicable a cualquier política pública. • Evaluar solo las cuestiones sobre el género
dejando de lado la política de interés.
• Se preocupa por no sesgar el análisis y por
comprender el impacto en las desigualdades • Una descripción de cómo el programa o la
de género de los programas que evalúa. política afecta a las mujeres, o una desagrega-
ción de los datos por sexo12..
• Aplica de forma sistemática el análisis de
género. • Una metodología específica.
4.1. Escenarios de
incorporación de la
perspectiva de género
Unidad que encarga no tiene sensibili- Unidad que encarga tiene sensibilidad
dad de género de género
Una vez que se ha definido qué es la perspectiva de género, porqué hay que in-
cluirla en las evaluaciones de políticas y programas, y qué quiere decir incluir la
perspectiva de género en las evaluaciones, la sección siguiente define elementos
prácticos sobre cómo incorporarla en cada fase de la evaluación, señalando en
cada punto los elementos a tener en cuenta para poner en práctica una evaluación
con perspectiva de género.
Para concretar cómo y cuándo se ha de incorporar la perspectiva de género en la
evaluación, es útil referirse a las diferentes fases de la evaluación. A pesar de que
no siempre son explícitas, la evaluación de un programa o política se desarrolla en
varias fases. En primer lugar, hay una fase de planificación de la evaluación en la
que se revisa el encargo de evaluación y la evaluabilidad del programa, se forma
el equipo de evaluación y se acuerdan los objetivos de la evaluación. En segundo
lugar, una fase de diseño metodológico donde se definen las preguntas de evalu-
ación, la metodología de recogida de información y de análisis (indicadores, mé-
todos, informantes...) y las acciones de evaluación previstas. En tercer lugar, una
fase de ejecución de la evaluación en la que se recoge y se analiza la información,
se interpretan los resultados y se hacen explícitas las conclusiones y recomen-
daciones. Finalmente, una fase de toma de decisiones en la cual se difunden los
resultados y se incorpora la evidencia generada en la toma de decisiones respecto
a la política evaluada. A lo largo del proceso de evaluación, si el compromiso con la
incorporación de la perspectiva de género no es explícito, se puede perder. Incorpo-
rar la perspectiva de género en la evaluación tiene que ser, por lo tanto, un proceso
sistemático, lo que implica que en cada una de estas fases y en las decisiones y
acciones pertinentes para cada fase se considera la perspectiva de género (Gómez &
Menéndez, 2018; Murguialday et al., 2008).
49
Diseño Toma de
metodológic Ejecución
decisiones
Es necesario tener en
cuenta la perspectiva
de género a lo largo
de cada fase de
la evaluación.
50
Cuando definimos
los objetivos y las
necesidades de
conocimiento sobre
el programa o la
política que se evalúa,
hay que pensar en
clave de género.
52
La composición del
equipo de evaluación
es relevante para
asegurar el uso de la
perspectiva de género
en las diferentes fases
de la evaluación.
54
5.2.4. Valorar la
evaluabilidad del programa
en términos de género
A menudo, nos
encontraremos con
retos para evaluar
con perspectiva de
género; por ejemplo,
pueden faltar los
datos adecuados
para el análisis.
57
En la fase de diseño
se establecen
decisiones centrales
para el desarrollo de
la evaluación y por
eso es importante
incorporar la
perspectiva de
género en esta fase.
58
Uno de los pasos más importantes para Por lo que respecta a las preguntas
asegurar una buena evaluación es dirigidas a evaluar las implicaciones de
definir qué queremos saber de los obje- género, es muy útil la selección de
tos de evaluación considerados y formu- preguntas de evaluación concretas y
lar preguntas de evaluación adecuadas. pensadas para comprender las diferen-
Las preguntas de evaluación proporcio- cias de género y que vayan más allá de
nan el marco general, guían la recogida considerar diferencias entre mujeres y
de información y establecen los aspec- hombres. Por ejemplo:
tos a los cuales hay que dar una res-
puesta empírica. Igualmente, la defini- • ¿Hay normas, prácticas o estereoti-
ción de las preguntas de evaluación pos de género relacionados con los
permite establecer qué acciones de factores que intenta cambiar la
evaluación las responderán. intervención? ¿Cuáles? ¿Cómo afec-
tan a mujeres y a hombres?
En este aspecto, la literatura destaca la
importancia de que las preguntas incor- • ¿La intervención se propone o consi-
poren también la perspectiva de género. gue modificar estas normas, prácti-
Esto se puede llevar a dos niveles: por cas o estereotipos? ¿Como?
un lado, garantizar que las preguntas
no estén sesgadas por razón de género • ¿Hay diferentes perfiles de mujeres
y, por otro lado, formular preguntas de y hombres entre las personas usua-
evaluación específicas sobre las impli- rias del programa? ¿El efecto de la
caciones de género de la política y pro- intervención difiere entre estos
grama que permitan diseñar acciones perfiles?
de evaluación especialmente pensadas
para dar respuesta a esta cuestión. • ¿Hay algún perfil de participante
(especialmente mujeres y personas
Con relación al primer nivel, Espinosa LGTBIQ+) infrarrepresentado entre la
(2010, p. 2696) remarca que las preguntas población beneficiaría? ¿Cuál? ¿Por
de evaluación han de ser sensibles a las qué?
diferencias de género, es decir, se tienen
que formular no partiendo de la idea de • ¿Hay algún perfil de participante
neutralidad, sino teniendo presentes las (especialmente mujeres y personas
desigualdades existentes entre mujeres LGTBIQ+) infrarrepresentado en
y hombres y asumiendo que los efectos algunas de las actividades de la
de las políticas públicas pueden ser política o programa? ¿Cuál? ¿Por
diferentes para ambos. Del mismo qué?
modo, convendrá preguntarse si esta-
mos desatendiendo algunos elementos • En función de su género, ¿las perso-
o dimensiones clave. nas beneficiarias de la política han
vivido de manera diferente su parti-
cipación en el programa? ¿Por qué?
59
Las preguntas de
evaluación tienen
que ser sensibles a
las diferencias de
género. Se deben
formular asumiendo
que los efectos de
las políticas públicas
pueden ser diferentes
por razón de género.
60
Combinar técnicas
cualitativas y
cuantitativas es
clave para capturar
elementos relevantes
que refuerzan
o mitigan las
desigualdades.
61
5.3.3. Incorporar la
perspectiva de género en
la selección de fuentes
de información
En la fase de diseño de la evaluación Los indicadores pretenden representar
hay que determinar qué indicadores y de forma simplificada diferentes aspec-
datos se analizarán y qué actores infor- tos de la realidad social y de las políti-
mantes se incluirán en el análisis. En la cas públicas a partir de la operacionali-
selección de ambos tipos de fuentes de zación de conceptos, como, por ejemplo,
información es posible incorporar la la participación en un programa o un
perspectiva de género. fenómeno social como la pobreza o el
paro. Esta simplificación implica que
hay que tener siempre presente la im-
Indicadores portancia de entender críticamente qué
nos está diciendo con exactitud cada
Los indicadores son medidas que descri- indicador: qué potencialidades explicati-
ben aspectos concretos de la realidad en vas y qué limitaciones tiene, cuáles son
un momento determinado, presentan la los implícitos subyacentes, y qué es lo
información de manera sistemática y que se excluye (Alfama, Cruells, De la
permiten la comparación temporal y Fuente, 2014). La literatura especializada
espacial (Carrasco; Carrasco y Domín- ha mostrado que los indicadores no son
guez). El uso de indicadores es esencial neutros, si bien se presentan a menudo
en las evaluaciones para contextualizar como medidas objetivas de un fenóme-
el problema de análisis y medir cuestio- no: la elección de qué se mide y cómo se
nes referidas a la implementación del mide es una decisión que incorpora
programa y a los cambios en la situa- consideraciones ideológicas y políticas,
ción de las personas usuarias al inicio y y, por lo tanto, sesgos de género (Carras-
al final de la intervención. Generalmen- co & Domínguez, 2003; Carrasco, 2007).
te, en una evaluación solemos encon- Los sesgos en los paradigmas concep-
trar tres clases de indicadores: tuales que hemos ido apuntando a lo
largo de la guía (el androcentrismo, la
• Indicadores externos, provenientes falta de información sobre fenómenos
de fuentes secundarias y que permi- más vinculados a la experiencia de las
ten contextualizar el problema. mujeres, como por ejemplo la vida
privada, el cuidado o la violencia, entre
• Indicadores internos, recogidos o otros) se trasladan a la construcción y
seleccionados por el personal del recopilación de datos e indicadores,
programa para medir la implemen- hasta el punto en que se habla de la
tación, el seguimiento y los resulta- existencia de una brecha de datos de
dos y el impacto de una interven- género (Verge, 2019).
ción.
El reconocimiento de este sesgo por
• Indicadores ad hoc medidos y crea- parte de las Administraciones públicas
dos durante la evaluación para dar ha llevado a hacer que se recoja en el
respuesta a las preguntas de evalua- ámbito normativo la necesidad de
ción planteadas. mejorar las fuentes de datos incorpo-
63
positiva, puesto que se puede estar dad entre mujeres y hombres, pero
pasando por alto que el incremento esconder un aumento de la des-
de la presencia de hombres es muy igualdad entre las mujeres. Así
superior, lo que indicaría que la pues, no se pueden extraer conclu-
política no está consiguiendo un siones generales sin complementar
reequilibrio (Behrman et al., 2014). De el análisis con otras fuentes de
igual manera, hay que interpretar la información, como datos segregados
posición de forma contextual. Por por otros determinantes sociales o
ejemplo, una participación del 50 % información cualitativa de la situa-
de mujeres en un programa dirigido ción de varios colectivos en el ámbito
a combatir la pobreza implica que que se estudia.
estarían infrarrepresentadas, dada
la feminización de la pobreza. En segundo lugar, según Carrasco
(2007), para revisar, seleccionar y crear
• La desagregación de datos por sexo indicadores con perspectiva de género
mantiene la lógica binaria, por lo habría que ir un paso más allá de ga-
tanto, invisibiliza el colectivo tran- rantizar la desagregación por sexo para
sexual y las personas con identidad revisar el posible androcentrismo del
de género no binaria, y obvia otras propio indicador. En efecto, varios
variables relevantes para el análisis indicadores de uso habitual esconden
de género, como la identidad de cuestiones y problemas de género. Por
género y la orientación sexual. El ejemplo, la mayoría de estadísticas de
uso de estos datos tiende a presentar renta y condiciones de vida utilizan
a mujeres y a hombres como grupos como unidad de análisis el hogar e
homogéneos y, en consecuencia, a implícitamente asumen que la distribu-
ignorar el efecto de otros ejes de ción de recursos y poder de decisión es
desigualdad. Estas limitaciones se igualitaria y que las preferencias en el
deben tener presentes cuando se hogar son homogéneas y no problemá-
considera cómo se incorporan los ticas. Este esquema, sin embargo, es-
indicadores de género a las evalua- conde desigualdades en el acceso y el
ciones y qué conclusiones se pueden control de los recursos económicos
extraer en materia de género. Siem- entre los miembros del hogar que invi-
pre que las fuentes lo permitan, sibilizan la pobreza femenina (De la
estos datos se han de incorporar Fuente, 2016), así como la existencia de
complementados con otras variables preferencias divergentes (Behrman et
relevantes como la edad, la clase al., 2014; Dema & Díaz, 2014). No obstan-
social, el nivel de estudios, el origen te, estas cuestiones son relevantes, por
o la etnia (Espinosa, 2010). Si no es ejemplo, por el diseño de transferencias
posible, hay que entender que con el de renta y deducciones fiscales. Por lo
uso de estos indicadores comprende- tanto, en el uso de indicadores, convie-
remos las diferencias entre mujeres ne preguntarse si los supuestos en que
y hombres, pero no entre distintos se basan pueden sesgar los datos de
perfiles de mujeres y hombres, por lo alguna manera.
tanto, la caracterización que poda-
mos hacer de la realidad es limitada. Del mismo modo, se constata la falta de
indicadores que recojan datos de ámbi-
• Los indicadores de género pueden tos, prácticas y experiencias no-mascu-
mostrar un avance hacia la igual- linas. Carrasco (2007) argumenta que
65
Indicadores no androcéntricos
• Carga total de trabajo (horas de trabajo pro- • Salud autopercibida por mujeres y hombres.
ductivo y reproductivo) por sexo.
• Número de mujeres que ejercen la política con
• Número de personas dependientes a cargo por estilos de liderazgo feminizados.
sexo de las personas con cargos de decisión en
empresas. • Número de actividades y reuniones de movi-
mientos sociales y tejido asociativo desarrolla-
• Porcentaje de chicos que practican deportes/ das en horarios que posibilitan la correspon-
actividades feminizadas (teatro, danza, etc.). sabilidad.
Nivel educativo
Involucrar a agentes y
colectivos vinculados
al problema es clave
para dar visibilidad
a sus demandas.
70
5.3.4. Organizar el
trabajo de campo con
perspectiva de género
5.3.5. Fomentar la
evaluación participativa
Varios autores consideran que en eva- tengan que ser necesariamente evalua-
luaciones con perspectiva de género es ciones participativas, pero sí que es un
muy adecuado incluir la participación elemento muy destacado tanto desde el
de mujeres o de personas del colectivo punto de vista teórico como desde el
LGTBIQ+ en la toma de decisiones sobre práctico. Teóricamente hablando, es
la evaluación (Espinosa, 2010; Gómez & importante por el reconocimiento y la
Menéndez, 2018). La inclusión de las reparación que implica frente a un
personas beneficiarias, mujeres y perso- colectivo históricamente subordinado y
nas del colectivo LGTBIQ+, como infor- no representado, y por la necesidad de
mantes no siempre es suficiente para que las prácticas de la evaluación sean
asegurar que la evaluación incorpora coherentes con los problemas que se
las perspectivas y las demandas de plantean. En cuanto a la práctica, la
estas; en este sentido, un enfoque parti- experiencia muestra que sin contar con
cipativo puede ser muy útil para incor- la voz y la experiencia de las mujeres14. y
porar su visión y mejorar la calidad de con el conocimiento experto en género
la evaluación. Así mismo, si el proyecto la perspectiva de género y el compromi-
tiene como objetivo empoderar a las so con la igualdad se diluyen y pierden
mujeres o a las personas del colectivo la capacidad de transformar las políti-
LGTBIQ+, la evaluación participativa es cas y de captar la realidad. Desde un
especialmente acertada para contribuir punto de vista instrumental, cuando no
a este objetivo. Incorporar la voz de las hay datos suficientes, recurrir a la voz
mujeres es un tema transversal y muy de las personas más afectadas nos da
relevante. Esto no implica que las eva- muchas herramientas y claves de qué
luaciones con perspectiva de género que funciona y qué no, y de porqué y de
quién son los obstáculos y problemas
que aparecen.
La inclusión de
mujeres y personas
del colectivo LGTBIQ+
como informantes no
siempre es suficiente
para asegurar que la
evaluación incorpora
sus perspectivas
y demandas.
5.4.1. Diagnosticar
cómo se expresa la
desigualdad de género en
el ámbito de análisis
La desigualdad de género está presente indicadores referidos al ámbito de
en todos los ámbitos sociales; aun así, análisis y una consulta a personas
no se expresa del mismo modo en todos expertas en la cuestión a evaluar. Como
los contextos. En este sentido, hay que ya se ha comentado, también es intere-
adaptar el enfoque de la evaluación en sante recoger las impresiones de colec-
el ámbito de análisis considerado y tivos y asociaciones feministas e incluir
complementar el análisis de las cuestio- la perspectiva del colectivo destinatario,
nes de género con otras variables rele- especialmente si se trata de mujeres
vantes en un contexto determinado. En vulnerables. Del mismo modo, es clave
las secciones previas de esta guía ya se considerar la intersección del eje de
han presentado las principales dimen- género con otros ejes de desigualdad.
siones transversales a tener en cuenta. Tal como se ha discutido en el apartado
Para hacer la evaluación con perspecti- 2, es importante incorporar la perspecti-
va de género, será imprescindible iden- va interseccional y que el análisis de la
tificar cómo ocurre en aquel ámbito dimensión de género se complemente
sectorial y tipo de programa concreto. con el análisis de otros factores sociales
que también condicionan el acceso de
Este conocimiento se puede adquirir a las personas a oportunidades y recur-
través de una revisión de literatura sos.
específica, una búsqueda de datos e
73
Normas Prácticas
¿La teoría del cambio del programa identifica ¿La teoría del cambio del pro-
cómo y por qué las actividades planteadas mo- grama identifica cómo y por
difican las normas de género en el ámbito de qué las actividades planteadas
Diseño del intervención? modifican las prácticas de
programa género en el ámbito de inter-
(teoría del El programa desarrolla medidas destinadas a vención?
cambio) fomentar la formación y la contratación de mu-
jeres en sectores masculinizados y de hombres El programa incluye incentivos
en sectores feminizados. a empresas para la contratación
de mujeres a tiempo completo.
79
Normas Prácticas
¿El programa tiene en cuenta y corrige el efec- ¿El programa tiene en cuenta y
Partici- to que las normas de género pueden tener en corrige el efecto que las prácti-
pación: la participación de las personas usuarias en el cas de género pueden tener en
acceso y programa? la participación de las personas
aprovecha-
Implementación
usuarias en el programa?
miento, sa- Las actividades de inserción laboral son diversas
tisfacción y las dinámicas internas contribuyen a hacer Las actividades de inserción
y expec- que mujeres y hombres se sientan cómodos en laboral se planifican en horarios
tativas de todas las sesiones. que permiten la conciliación y
las activi- se adaptan al tiempo disponible
dades del
programa de mujeres y hombres.
por par-
te de las
personas
usuarias
¿Las normas de género han influido en los ¿Las prácticas de género han
resultados del programa? ¿Los resultados influido en los resultados del
muestran cambios en normas de género? programa? ¿Los resultados
muestran cambios en prácticas
Los hombres no se han incorporado a sectores
de género?
feminizados y muestran resistencia a hacerlo.
Diferen- Por el contrario, las mujeres amplían sus inves- Las mujeres con cargas domésti-
cias entre tigaciones de trabajo en sectores típicamente cas y de cuidado se han incor-
mujeres y masculinizados. porado a contratos a tiempo
hombres parcial para compatibilizar las
responsabilidades familiares y
laborales, pero esta elección no
es voluntaria. El programa ha
sido insuficiente para compen-
sar el efecto de las prácticas de
género.
¿Se identifica el efecto de las normas de gé- ¿Se identifica el efecto de las
nero en la valoración que hacen las personas prácticas de género en la valo-
Valoración usuarias del programa? (efecto o cambio). ración que hacen las personas
Resultados
Normas Prácticas
¿Las normas de género han influido en los ¿Las prácticas de género han
impactos del programa a largo plazo? (efecto o influenciado los impactos del
cambio). programa a largo plazo? (efecto
Diferen-
cias entre o cambio).
Las mujeres que se han incorporado a sectores
mujeres y feminizados mantienen más el trabajo a largo Las mujeres con dependientes a
hombres a plazo. cargo han tenido más dificulta-
largo plazo des para mantener el trabajo o
mantener un contrato a tiempo
Impacto
completo.
Analizar las
implicaciones del
programa en términos
de normas y prácticas
de género ayuda
a entender qué ha
cambiado, cómo y de
qué manera gracias
a la intervención.
82
Es determinante
que los resultados
y aprendizajes de
las evaluaciones
con perspectiva
de género sirvan
para mejorar las
políticas y programas
también en clave
de desigualdad
de género.
85
5.5.1. Difusión de
los resultados con
perspectiva de género
Se debe diseñar
una estrategia de
comunicación y de
uso de la evaluación
que informe de
las implicaciones
de la política en
términos de género.
86
5.5.2. La toma de
decisiones políticas con
perspectiva de género
Más recursos
Diferentes aproximaciones para hacer una ¿Cómo evaluar las políticas públicas desde la
evaluación sensible al género y al enfoque basado perspectiva de género?
en derechos humanos para el desarrollo
Guias EMAKUNDE. Instituto Vasco de la Mujer
Manual de evaluación de ONU Mujeres
Guía para el uso no sexista del lenguaje en la
Guía de evaluación de programas y proyectos con Universitat Autònoma de Barcelona.
perspectiva de género, derechos humanos e
interculturalidad de ONU Mujeres Guía de uso no sexista del lenguaje. Ajuntament de
Barcelona
Un paso más: evaluación del impacto de género
EvalGender
89
6. Perspectiva de género y
tipo de evaluación
El encaje de la perspectiva de género en las evaluaciones
puede variar según el tipo de evaluación que se realiza; así
pues, la introducción de la perspectiva de género se tendrá
que adaptar al tipo de evaluación que se quiera desarrollar.
6.1. La evaluación de
las necesidades
En este punto es fundamental cuestio- tos, del mismo modo que frecuente-
nar el supuesto de que mujeres y hom- mente tampoco se toman en considera-
bres tienen esencialmente los mismos ción necesidades específicas derivadas
problemas, necesidades e intereses, y de otros ejes de estructuración social,
los afrontan del mismo modo, para como la edad, la clase social, el origen,
avanzar hacia unas políticas públicas la discapacidad, etcétera.
que no partan de una presunción de
homogeneidad (una presunción que, a En este sentido, es muy previsible que
menudo, la práctica demuestra que en muchos programas mujeres y hom-
acaba obviando las necesidades de parte bres tengan algunas necesidades dife-
de la población) y que, por lo tanto, sean rentes. Las 4 dimensiones estructurales
capaces de dar respuestas flexibles y en las que se expresa la desigualdad en
adecuadas a la diversidad social. la vida de mujeres y hombres (véase
sección 2.4.) dan pistas útiles para ex-
Las necesidades de las mujeres (y las plorar cuestiones específicas en que, a
situaciones y los obstáculos específicos priori, se puede prever que se identifica-
con que se encuentran) a menudo no se rán carencias relevantes susceptibles de
identifican ni se tienen presentes a la intervención pública.
hora de diseñar o implementar proyec-
En una evaluación
de necesidades es
clave cuestionar el
supuesto que mujeres
y hombres tienen
esencialmente los
mismos problemas
y necesidades, y
que los afrontan
del mismo modo.
91
Los informes de evaluación de impacto de géne- determinada ley, proyecto o programa contribuye
ro son una de las herramientas más extendidas a reducir, mantener o aumentar las desigualdades
en Europa para impulsar la transversalidad de de género entre mujeres y hombres. En nuestro
género en la formulación y la implementación de contexto próximo, los informes de impacto de
políticas públicas, fundamentalmente promovidas género suelen tener un cariz técnico y reglado
desde los organismos de igualdad. Un informe de y pretenden proporcionar un análisis de género
impacto de género es una valoración ex ante de a las unidades responsables de la elaboración
una medida, que analiza si en el diseño se han de proyectos sectoriales antes de la aprobación
tenido en cuenta las implicaciones que dicha definitiva. En Cataluña son obligatorios para todas
medida tendrá sobre mujeres y hombres o sobre las propuestas políticas del Gobierno y se llevan a
la igualdad de género y emite recomendaciones cabo de forma sistemática, pero no son vinculan-
de cambio para introducir en el diseño definiti- tes (Gelambí, 2019). En el ámbito de la Generalitat,
vo (Alonso et al., 2010; ICD, 2005). Los informes los elabora el Instituto Catalán de las Mujeres a
tienen como objetivos cuestionar la neutralidad partir del borrador de la norma y forman parte del
de las políticas en términos de género, asegurar proceso reglado como paso previo y necesario para
que se usa lenguaje e imágenes no sexistas y no aprobar las normas.
androcéntricas, y responder a la pregunta de cómo
92
• ¿Se incluye perspectiva de género en la • ¿La teoría del cambio incluye hipótesis sobre
diagnosis de la política? ¿Es un programa o cómo modificar normas o prácticas de géne-
política con perspectiva de género o ciego al ro? ¿Son realistas y coherentes?
género?
• ¿Cuál es el enfoque de género de la inter-
• ¿Las desigualdades de género se identifican y vención? (ciego, explotador, acomodador o
se reconocen como un problema central en el transformador).
ámbito de análisis? Es decir, ¿las mujeres o
las personas del colectivo LGTBIQ+ se ven más • ¿Quiénes son los y las potenciales usuarios/as
afectadas que los hombres en el problema de la intervención? ¿Quién se beneficiará de la
considerado? intervención, mujeres, hombres? ¿Mujeres y
hombres de diferentes perfiles?
• ¿Hay algún objetivo formulado en clave de
género? • ¿Los criterios de selección de la población dia-
na incluyen criterios de género y de interac-
• ¿En qué medida podrían contribuir los objeti- ción del género con otros ejes de desigualdad?
vos específicos a reducir las desigualdades de
género? • ¿Está previsto un sistema de seguimiento de la
implementación del programa que desagregue
• ¿Hay acciones específicamente pensadas para los datos por sexo y o género?
reducir las desigualdades de género? ¿Cuáles?
• ¿Se ha definido un conjunto de indicadores
• ¿La teoría del cambio incluye referencias al eje sensibles al género (desagregados y no-andro-
de género? céntricos) para coger cambios en las desigual-
dades de género?
93
6.3. La evaluación de
la implementación
La evaluación de la implementación evaluar. En concreto, identificar dónde
valora cómo funciona en la práctica la están mujeres y hombres en relación
política o programa, mediante el con- con la participación en el programa y si
traste de las hipótesis con que se diseñó se pueden detectar obstáculos específi-
y la identificación de posibles proble- cos vinculados a las desigualdades de
mas y efectos no esperados. Además, en género. En el ámbito de la implementa-
este tipo de evaluación es clave el análi- ción, también es relevante la cuestión
sis de cómo inciden las cuatro dimen- de la participación y las voces que se
siones que hemos ido apuntando en el escuchan y se reconocen.
despliegue de esa política o programa a
• ¿Los servicios ofrecidos han llegado igual a • ¿La valoración subjetiva o satisfacción con las
mujeres y hombres? ¿Y a varios perfiles de actividades e inputs es igual entre mujeres
mujeres y hombres? y hombres y diferentes perfiles de mujeres y
hombres?
• ¿Hay algún perfil de participante (especial-
mente mujeres y personas LGTBIQ+) infrarre- • ¿El programa ha recogido información (datos
presentado entre la población usuaria de la o información cualitativa) desagregada por
intervención? ¿Por qué? género de la participación de las personas
usuarias?
• ¿La planificación de actividades contempla las
diferencias de accesibilidad, de normas y de • ¿Las personas gestoras y responsables de la
usos del tiempo entre mujeres y hombres? intervención consideran o tienen conocimien-
tos en género y en cómo este puede influen-
• ¿El nivel de uso del programa es igual por ciar el despliegue y la implementación del
razón de género? programa?
En la evaluación de
la implementación
es clave identificar
dónde están mujeres
y hombres en relación
con la participación
en el programa,
y si se pueden
detectar obstáculos
específicos vinculados
a las desigualdades
de género.
94
• ¿El programa o política ha influido del mismo • ¿Los indicadores de resultados son sensibles el
modo en la situación de mujeres y hombres? género?
¿Cómo? ¿Y entre diferentes perfiles de mujeres
y hombres? • ¿Se ha conseguido una reducción de las des-
igualdades de género en el ámbito considerado?
• La situación, después del programa, ¿es igual
o diferente entre mujeres y hombres? ¿Y entre • ¿El programa ha conseguido compensar el efec-
diferentes perfiles de mujeres y hombres? to de las normas y prácticas de género? ¿Cómo?
• ¿La valoración subjetiva del paso por el progra- • ¿El programa ha conseguido transformar nor-
ma difiere por razón de género? mas y prácticas de género? ¿Cómo?
• ¿Se han transformado los imaginarios sobre • ¿Qué componentes del programa son más efec-
desigualdades del personal técnico, de los gru- tivos para corregir las desigualdades de género?
pos afectados y de otros agentes implicados?
• ¿Alguna de las acciones ha reforzado las des-
igualdades? ¿Por qué?
En una evaluación
de impacto es clave
preguntarse para
qué y para quién
ha funcionado
el programa.
95
Más recursos
Carrasco, Cristina (ed.) 2014. Con voz propia. La Wodon, Quentin T., and Benedicte De La Briere.
economía feminista como apuesta teórica y Unrealized Potential: The High Cost of Gender
política. Inequality in Earnings. World Bank, 2018. Ineffi-
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Carrasco, C., & Serrano, M. (2006). Cuenta satélite
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7. Reflexiones finales
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Alcaraz-Coca, Núria. 2020. “Pa, sostre, treball i... temps - Catarsi”. Recuperado a
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de l’experiència femenina. Generalitat de Catalunya, Institut Català de les Dones.
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Una proposta metodològica Barcelona societat/12”. Revista d’informació i estudis
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CC.OO. 2018. “La brecha de género en el sistema de protección social (desempleo y
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CEO. 2019. “Enquesta sobre qüestions de gènere. 2019”. Centre d’Estudis d’Opinió.
http://ceo.gencat.cat/ca/estudis/registre-estudis-dopinio/estudis-dopinio-ceo/
societat/detall/index.html.
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