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Guía práctica

18. La perspectiva de género en la


evaluación de políticas públicas
Colección Ivàlua
Guías prácticas sobre evaluación
Ivàlua
Institut Català d’Avaluació
de Polítiques Públiques
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Barcelona 08009
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Guía práctica 18
La perspectiva de género en la
evaluación de políticas públicas
Colección Ivàlua
Guías prácticas sobre evaluación
Noviembre 2021

© Institut Català d’Avaluació de Polítiques


Públiques (Ivàlua), 2021
© Instituto Catalán de Evaluación de Políticas
Públicas, 2021.

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Citación de la publicación:
Júlia De Quintana Medina, Guía práctica 18. La
perspectiva de género en la evaluación de
políticas públicas,
Ivàlua, 2021.

Evaluar para mejorar


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Guía práctica
18. La perspectiva de género en la
evaluación de políticas públicas
Colección Ivàlua
Guías prácticas sobre evaluación
Equipo Ivàlua

Presidencia:
Xavier Cuadras, presidente del Consell Rector

Dirección executiva:
Marc Balaguer, director ejecutivo

Área de Operaciones:
Mireia Borrell, analista
Carla Cordoncillo, analista
Jordi Garcia Muniesa, analista
Laura López, analista
Júlia De Quintana, analista
Natalia Rosetti, analista
Ramon Sabes-Figuera, analista
Jordi Sanz, analista
Equipo publicación
Área de Gestión de Recursos:
Erika Pérez Autora:
Responsable de Administración y Recursos Júlia De Quintana Medina
Mireia Climent
Coordinadora de Asuntos Generales Colaboraciòn y revisión:
Bruna Llauradó Eva Alfama Guillén
Técnica de Gestión Económica
Coordinación de la edición y dirección de arte:
Área de Comunicación y Gestión del Jordi Miras Llopart
Conocimiento:
Jordi Miras Llopart, responsable de Coordinación de la revisión:
Comunicación y Gestión del Conocimiento Mireia Climent
Índice
1. Introducción · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 7
2. ¿Qué es la perspectiva de género? · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 13
2.1. ¿Qué entendemos por género? · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 13
2.2. Género y diversidad sexual · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 17
2.3. Género e interseccionalidad · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 20
2.4. Elementos clave en la perspectiva de género · · · · · · · · · · · · · · 21
2.4.1. La división sexual del trabajo y el no reconocimiento de los cuidados · · · 22
2.4.2. El déficit en la toma de decisiones · · · · · · · · · · · · · · · 24
2.4.3. El acceso y el control de los recursos y de los beneficios sociales · · · · 26
2.4.4. Una vida libre de violencias machistas · · · · · · · · · · · · · · 28
2.5. ¿Qué entendemos por igualdad de género? · · · · · · · · · · · · · · · 29
2.6. Enfoque de género de las políticas y los programas · · · · · · · · · · · · 31
3. ¿Por qué hay que evaluar con perspectiva de género? · · · · · · · · · · · · 35
4. ¿Qué quiere decir incorporar la perspectiva de género en la evaluación? · · · · · · 38
4.1. Escenarios de incorporación de la perspectiva de género · · · · · · · · · · 41
5. ¿Cómo evaluar con perspectiva de género?
La perspectiva de género en cada fase del proceso de evaluación · · · · · · · · 48
5.1. Fase 0. El encargo de evaluación · · · · · · · · · · · · · · · · · · 50
5.2. Fase 1. La planificación de la evaluación · · · · · · · · · · · · · · · 51
5.2.1 Revisar el encargo de evaluación · · · · · · · · · · · · · · · · 52
5.2.2. Seleccionar el equipo de evaluación adecuado · · · · · · · · · · · 53
5.2.3. Definir los objetivos y los propósitos de uso de la evaluación
con perspectiva de género · · · · · · · · · · · · · · · · · · 54
5.2.4. Valorar la evaluabilidad del programa en términos de género · · · · · · 55
5.3. Fase 2. El diseño metodológico de la evaluación · · · · · · · · · · · · · 57
5.3.1. Formular preguntas de evaluación en clave de género · · · · · · · · · 58
5.3.2. Combinar técnicas cuantitativas y cualitativas · · · · · · · · · · · 60
5.3.3. Incorporar la perspectiva de género en la selección de fuentes
de información · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 62
5.3.4. Organizar el trabajo de campo con perspectiva de género · · · · · · · 70
5.3.5. Fomentar la evaluación participativa · · · · · · · · · · · · · · · 71
5.4. Fase 3. La ejecución de la evaluación · · · · · · · · · · · · · · · · · 72
5.4.1. Diagnosticar cómo se expresa la desigualdad de género
en el ámbito de análisis · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 72
5.4.2. Clasificar el enfoque en el género de la intervención · · · · · · · · · 73
5.4.3. Analizar los datos con perspectiva de género · · · · · · · · · · · · 74
5.4.4. Elaborar el informe de evaluación con perspectiva de género · · · · · · 82
6

5.5. Fase 4. La toma de decisiones a partir de los resultados de la evaluación · · · · 84


5.5.1. Difusión de los resultados con perspectiva de género · · · · · · · · · 85
5.5.2. La toma de decisiones políticas con perspectiva de género · · · · · · · 86
6. Perspectiva de género y tipo de evaluación · · · · · · · · · · · · · · · · 89
6.1. La evaluación de las necesidades · · · · · · · · · · · · · · · · · · 90
6.2. La evaluación del diseño · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 91
6.3. La evaluación de la implementación · · · · · · · · · · · · · · · · · 93
6.4. La evaluación de impacto · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 94
6.5. La evaluación económica · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 95
7. Reflexiones finales · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 96
8. Bibliografía · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 98
7

1. Introducción
La introducción de la perspectiva de género en la
evaluación es una asignatura pendiente. Hay que
integrarla para mejorar la calidad de las evaluaciones y
mejorar la evidencia disponible para transformar las
políticas y los programas de manera que estos funcionen
y den respuesta a las necesidades del conjunto de la
ciudadanía.

En las últimas décadas, se ha producido un destacado reconocimiento de la necesi-


dad de pensar y aplicar políticas con perspectiva de género, a medida que se han
acumulado evidencias del papel clave de las políticas públicas en la reproducción y
la transformación de las desigualdades por razón de género. Desde hace más de
dos siglos el movimiento feminista ha estado señalando las normas y prácticas
institucionales que excluían a las mujeres de la plena ciudadanía, cuestionándolas
e impulsando cambios profundos. Desde la lucha por el derecho a voto hasta la
plena incorporación a la esfera pública (derecho al trabajo remunerado formal y al
acceso a los estudios, derecho a tener propiedades, derecho al divorcio, etc.), poco a
poco se fueron modificando las principales normas que sostenían el papel subordi-
nado de las mujeres en nuestra sociedad para llegar a alcanzar, no hace muchos
años, la plena igualdad formal. Sin embargo, enseguida fue evidente que la conse-
cución de la igualdad formal no implica necesariamente la igualdad real entre
mujeres y hombres. La desigualdad de género es un elemento estructural, y no
basta con eliminar o prohibir la discriminación explícita. Así pues, para abordar el
problema se empiezan a desarrollar las políticas de igualdad de género como un
área sectorial de las Administraciones públicas y se ponen en marcha acciones
positivas e iniciativas específicamente enfocadas a eliminar obstáculos y promo-
ver la incorporación de las mujeres en pie de igualdad en todos los ámbitos.

A mediados de los años noventa se da un paso más y se formula la estrategia del


mainstreaming o transversalidad de género1., que establece la necesidad de ir más
allá de las medidas específicas puntuales para revisar el conjunto de políticas
públicas y su proceso de elaboración. La estrategia de la transversalidad de género
plantea la necesidad de revisar el conjunto de las políticas públicas incorporando
de forma integral la perspectiva de género para llegar a la raíz de la desigualdad.
Se trata, por lo tanto, de complementar las medidas específicas con la eliminación
de los sesgos de género existentes en todas las políticas.

1. “El mainstreaming de género es la organización (la reorganización), la mejora, el desarrollo y la evaluación de los procesos políticos, de
modo que una perspectiva de igualdad de género se incorpore en todas las políticas, a todos los niveles y en todas las etapas, por los actores
normalmente involucrados en la adopción de medidas políticas.” (Consejo de Europa, 1999).
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Esta perspectiva se adopta a escala cio que genera conocimiento útil para la
internacional en la IV Conferencia toma de decisiones, mejora la eficacia y
Mundial sobre las Mujeres de las Nacio- la eficiencia de las intervenciones, y
nes Unidas, celebrada en Pekín en 1995. facilita el rendimiento de cuentas hacia
Desde 1996, las instituciones en el ámbi- la ciudadanía. Es natural, pues, que
to europeo también incorporan la trans- cada vez haya más interés por hacer de
versalidad de género como principio de la evaluación un requisito esencial de
actuación en el diseño, la implementa- cualquier política o programa con vo-
ción y la evaluación de las políticas luntad de transformar la realidad so-
públicas. En el ámbito catalán, tanto el cial. La evaluación ha disfrutado en las
Estatuto de Cataluña como la Ley últimas décadas de un importante
17/2015, de 21 de julio, de igualdad efecti- desarrollo teórico y metodológico, de
va entre mujeres y hombres establecen modo que se ha consolidado como
que las instituciones tienen que fomen- disciplina y como actividad profesional.
tar la igualdad de género y que todos los Aunque en nuestro contexto no es toda-
poderes públicos han de considerar las vía una práctica plenamente integrada
diferencias por razón de género en en el proceso normal de elaboración de
todos los ámbitos e implementar políti- políticas públicas, han crecido significa-
cas para reducir las desigualdades. En tivamente la capacidad y la sensibilidad
los últimos años son notables los ade- de las Administraciones públicas para
lantos en la institucionalización de la evaluar de manera más sistemática.
transversalidad de género. Cada vez
más las instituciones trabajan en su Pese al crecimiento de la práctica de la
práctica diaria y la aplican en ámbitos evaluación, la incorporación de la pers-
sectoriales muy diversos. Aun así, en pectiva de género a las evaluaciones ha
general los adelantos han sido bastante sido limitada. En los últimos años ha
lentos y parciales y han tenido dificul- emergido un incipiente y fructífero
tades para mantener los cambios en el debate en torno a la evaluación con
tiempo (Weiner y MacRae, 2014). Así perspectiva de género2.. Sin embargo, en
mismo, los esfuerzos se han centrado general las experiencias se han concen-
en incidir en el proceso de diseño e trado en dos ámbitos sectoriales: por
implementación de las políticas públi- una parte, en la evaluación de políticas
cas, mientras que en el ámbito de la y programas específicamente dirigidos
evaluación los adelantos han sido más a la promoción de la igualdad de género
bien escasos y carentes de experiencias y, por otra parte, en el campo del desa-
y conocimientos (Bustelo, 2017). rrollo internacional. Desde un punto de
vista más generalista, la permeabilidad
En la última década y coincidiendo con de la perspectiva de género ha sido esca-
la consolidación de la transversalidad sa (Espinosa, 2010). La tendencia general
de género, las instituciones públicas y es más bien desarrollar evaluaciones
del tercer sector también han ido to- ciegas al género, es decir, que no tienen
mando conciencia de la importancia de en cuenta este eje de desigualdad y que
evaluar las políticas y los programas no se plantean cómo las normas y
que aplican. La evaluación es un ejerci- prácticas de género afectan a la produc-

2. Ver, por ejemplo, Bustelo (2017), Brisolara et al. (2014), Hay et al.
(2012), Podems (2010) y Sielbeck-Bowen et al. (2002).
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ción de conocimiento en la ejecución de • Aporta evidencia sobre las implica-


la evaluación (Bustelo, 2017; Espinosa, ciones de género de las políticas y
2010). A modo de respuesta, desde varias programas. La evaluación de una
instituciones internacionales y redes política o un programa nos permite
profesionales se ha impulsado la eva- emitir un juicio sobre su idoneidad y
luación con perspectiva de género en el utilidad, y, en este juicio, identificar
análisis de todo tipo de programas (ONU si la política tiene efectos positivos o
Mujeres, 2014, 2015), pero, pese a estos negativos en términos de género; por
esfuerzos, el número de evaluaciones lo tanto, si estos responden adecua-
con perspectiva de género es todavía damente a las necesidades de la
insuficiente y persisten las dudas sobre mitad de la población, es una cues-
qué quiere decir exactamente y qué se tión sin duda relevante (Bustelo,
debe hacer para evaluar con perspectiva 2017). Introducir la perspectiva de
de género. género en las evaluaciones hace
posible analizar las implicaciones de
Incorporar la perspectiva de género en género de políticas y programas en
las evaluaciones es importante en varios ámbitos e identificar si tienen
varios sentidos: problemas de diseño e implementa-
ción que afectan negativamente a las
• Nos permite entender mejor cómo mujeres y las personas del colectivo
funcionan las políticas públicas. LGTBIQ+ o si generan resultados
Dado que mujeres y hombres tienen diferenciados por razón de género.
posiciones sociales, roles e intereses Este aspecto ya se analiza en las
diferentes, sin incorporar la perspec- evaluaciones sobre programas de
tiva de género muchas veces no género, pero no es habitual que se
seremos capaces de diseñar políticas considere en las evaluaciones de
que funcionen y den respuesta a las políticas y programas en otros ámbi-
necesidades de la ciudadanía en su tos.
diversidad, ni de entender por qué
funcionan o no determinadas inicia- • Constituye una oportunidad clave
tivas. para poder identificar el sesgo de
género, especialmente en los casos
• Mejora la calidad de la evaluación. en que la política o programa en
El proceso de generación de conoci- cuestión no se ha diseñado tenien-
miento que produce la evaluación no do en cuenta esta perspectiva.
es neutro al género; las normas, las Frente a la visión de que solo se
prácticas y los estereotipos de género pueden evaluar con perspectiva de
afectan a la mirada y la práctica de género los programas que han sido
los equipos de evaluación e influen- diseñados considerando esta dimen-
cian dónde y qué hay que mirar y sión, es especialmente relevante
cómo se analizan los resultados. aprovechar el proceso de reflexión
Introducir la perspectiva de género sistemática que aporta la evaluación
permite, pues, aproximarse a la para avanzar hacia políticas públicas
realidad social y las políticas públi- más inclusivas.
cas, y revisar la práctica de evalua-
ción corrigiendo estos sesgos (Buste-
lo, 2017; Espinosa & Bustelo, 2019).
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• Mejora la rendición de cuentas al • Revisar la práctica y la mirada del


conjunto de la ciudadanía. Este equipo de evaluación y las técnicas
aspecto es especialmente relevante y análisis de evaluación que se apli-
cuando hablamos de justicia de can con la intención de volver el
género. Todas las políticas que no ejercicio de evaluación sensible al
tienen en cuenta el género están género.
ignorando las necesidades y deman-
das de gran parte de la ciudadanía y • Revisar la política que se evalúa
reforzando las desigualdades socia- considerando su enfoque de género
les. Así pues, es esencial que las (explícito o implícito) y sus implica-
evaluaciones incluyan la perspectiva ciones y efectos sobre las relaciones
de género para visualizar las necesi- de género (ONU Mujeres, 2015).
dades y demandas de los grupos
sociales más vulnerables y contri- Por esta razón, la guía recoge una serie
buir a la mejora de la toma de deci- de recomendaciones y estrategias espe-
siones políticas con carácter de cíficas para incluir la perspectiva de
desigualdades de género (ONU Muje- género en la revisión de ambas cuestio-
res, 2015). nes. Aun así, las evaluaciones son cam-
biantes y se tienen que adaptar al ámbi-
Las evaluaciones con perspectiva de to de análisis y a las preguntas y
género emergen como un instrumento necesidades específicas del programa o
clave para hacer evaluaciones de más política que se evalúa. No existe una
calidad, más capaces de identificar qué fórmula única de cómo incorporar la
funciona y para quiénes funciona, y perspectiva de género; se trata más bien
más inclusivas y sensibles a las condi- de una mirada o aproximación a incor-
ciones de los colectivos menos represen- porar en cada evaluación, y esto se
tados y más vulnerables. Por todos estos puede hacer de formas muy diversas y
motivos, hay que hacer valer el uso de concretadas contextualmente. En este
la perspectiva de género en la evalua- sentido, la voluntad de la guía no es
ción no solo en las políticas y progra- definir una fórmula de cómo ha de ser
mas que tienen un especial foco en el una evaluación con perspectiva de
género, sino como una herramienta útil género, sino ofrecer una serie de herra-
para toda clase de evaluaciones. mientas y recursos para incorporar la
perspectiva de género en las evaluacio-
La inclusión de la perspectiva de género nes que puedan ser útiles en diferentes
en la evaluación ha de ser un proceso contextos. Así mismo, la guía no está
activo e intencional. Por lo tanto, hay pensada únicamente para la evaluación
que aplicar estrategias específicas para de políticas que tengan un objetivo de
desarrollar evaluaciones sensibles en género explícito, sino que incluye indi-
términos de género. Esta guía tiene por caciones útiles para la evaluación de
objetivo ofrecer orientaciones prácticas cualquier política o programa, aunque
para incluir la perspectiva de género en no tenga un componente de género
la evaluación de políticas y programas. claro o explícito.
A grandes rasgos, incluir la perspectiva
de género en el ejercicio de evaluación
quiere decir:
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El contenido de la guía va dirigido a • Para los y las profesionales de la


personas decisoras públicas y profesio- evaluación con interés en evaluar
nales de la administración pública y de con perspectiva de género, la guía
las entidades sociales catalanas de define conceptos teóricos e ideas
todos los ámbitos interesadas en eva- clave para incorporar correctamen-
luar con perspectiva de género, y a te la perspectiva de género. Tam-
profesionales de la evaluación que bién ofrece estrategias útiles para
quieran incorporar la perspectiva de revisar la mirada y la práctica del
género en sus evaluaciones. equipo de evaluación y revisar las
implicaciones de género de la políti-
• Para el equipo de la administra- ca que se evalúa. La guía presenta
ción, la guía ofrece razones para estrategias para incorporar la pers-
evaluar con perspectiva de género y pectiva de género en las decisiones
aclara cuál debe de ser su rol en el técnicas correspondientes a cada
desarrollo de una evaluación con fase del proceso de evaluación (plan-
estas características. De igual for- teamiento, diseño metodológico,
ma, la guía define cuáles son las ejecución y toma de decisiones).
estrategias que hay que utilizar para
ejecutar una evaluación con perspec- En definitiva, la guía quiere ser un
tiva de género; esta información es instrumento útil para contribuir a la
útil para formular encargos de eva- promoción de evaluaciones sensibles al
luación que incluyan requisitos género, que capturen la complejidad
específicos sobre qué se tiene que social y generen elementos de conoci-
hacer y qué se tiene que incluir en miento útiles para transformar las
una evaluación con perspectiva de políticas.
género y para supervisar la práctica
del equipo evaluador una vez inicia-
da la evaluación.

Las evaluaciones
con perspectiva de
género son clave para
hacer evaluaciones
de más calidad.
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La guía se estructura en 7 secciones. La género es un compromiso en el enfoque


sección 2 explica qué es la perspectiva general de la evaluación y requiere
de género y presenta conceptos teóricos consideraciones específicas en cada fase
e ideas clave para concretarla y tener de la evaluación. La sección 5 ofrece un
presente qué aspectos hay que revisar y conjunto de consejos prácticos y estrate-
analizar en las evaluaciones con pers- gias para evaluar con perspectiva de
pectiva de género. La sección 3 argu- género. Esta sección se organiza en
menta por qué es importante incluir la cinco subapartados que recogen las
perspectiva de género en las evaluacio- cuestiones relevantes para cada fase de
nes, remarcando que es una cuestión la evaluación: planificación, diseño
esencial para garantizar la calidad de la metodológico, ejecución y toma de
evaluación y para contribuir a la toma decisiones. La sección 6 incluye apuntes
de decisiones políticas. La sección 4 relevantes para incluir la perspectiva de
explica qué implica evaluar con pers- género en los diferentes tipos de evalua-
pectiva de género haciendo referencia al ciones. Por último, la guía acaba con
hecho que incorporar la perspectiva de unas reflexiones finales.

¿Qué explica la guía? ¿A quién va dirigida? ¿Para qué sirve?

• Cómo incorporar la pers- • Personas decisoras pú- • Incorporar la voz de los grupos
pectiva de género en las blicas y profesionales de sociales con menor presencia
evaluaciones de políticas la administración y de en órganos de decisión.
y programas en cualquier las entidades sociales
ámbito. catalanas en todos los • Corregir sesgos de género que
ámbitos interesadas en afectan a la producción de
• Conceptos clave sobre evaluar con perspectiva conocimiento en las evalua-
género. de género. ciones y mejorar la calidad de
las evaluaciones.
• Orientaciones prácticas • Profesionales de la
y recomendaciones para evaluación que quieran • Identificar efectos positivos y
incorporar la perspectiva revisar su práctica de negativos de las políticas en
de género en la práctica de evaluación e incorporar términos de género.
evaluación y en la revisión la perspectiva de género
de la política que se evalúa. en las evaluaciones que • Mejorar la capacidad de la
evaluación para determinar si
ejecutan.
una intervención funciona.

La guía presenta
estrategias para
incorporar la
perspectiva de
género en cada
una de las fases de
una evaluación.
13

2. ¿Qué es la perspectiva de
género?
El género es un eje de desigualdad estructural, transversal
y atravesado por múltiples desigualdades. Incorporar la
perspectiva de género implica considerar
sistemáticamente estas desigualdades con la voluntad de
identificar los factores que las generan, hacerlas visibles y
diseñar y aplicar estrategias para reducirlas y así avanzar
hacia su erradicación.

2.1. ¿Qué entendemos


por género?
El desarrollo del género como categoría tos que se asignan a los individuos de
analítica a mediados del siglo XX ha manera diferencial de acuerdo con su
sido una de las aportaciones conceptua- sexo y que definen qué es considerado
les más importantes de la teoría femi- masculino y por tanto apropiado para
nista al análisis social. Ha permitido los hombres, y qué es femenino y por
explicar cómo se han construido histó- tanto apropiado para las mujeres.
ricamente las identidades de mujeres y
hombres y cómo se han creado las El género es una construcción social y
diferencias en su posición social, econó- varía según el contexto cultural y el
mica y política. Y hace posible destacar momento histórico. No es innato, sino
que estas diferencias no se derivan que se aprende mediante procesos de
directamente de realidades naturales y socialización presentes en la familia, la
biológicas, ya que se han definido me- escuela y la comunidad (CIRD, 2017,
diante procesos sociohistóricos, consti- p. 19), y se sostiene cotidianamente por
tuyen una parte fundamental del orden medio de la reproducción de normas y
social y están atravesadas por relacio- prácticas sociales en las que participa
nes de poder. Así, se parte de diferenciar toda la sociedad. Las normas de género
entre el concepto de sexo, que hace hacen referencia a ideas, atributos y
referencia al conjunto de características calidades sobre cómo tienen que ser y
biológicas, físicas y anatómicas por las actuar las mujeres y los hombres; las
cuales los individuos se clasifican en prácticas de género, en cambio, serían
macho o hembra, y el de género, que se la manifestación de estas normas en
refiere al conjunto de prácticas, nor- patrones regulares de conducta, tareas y
mas, espacios, valores y comportamien- comportamientos diferenciados entre
14

mujeres y hombres (EIGE, 2020). De este complacencia, importancia del aspecto


modo aprendemos a ser mujeres y físico para juzgar el carácter, en las
hombres a partir de aprender normas y mujeres, vs. agresividad, dominancia,
prácticas de género vigentes en un poca preocupación por el aspecto físico,
momento histórico concreto, a la vez en los hombres). El género como cons-
que son unas dinámicas en conflicto, trucción social no solo se vincula a
sujetas a impugnación, adaptación y normas que actúan de forma indivi-
cambio. dual, también se aplica a cómo se en-
tienden la pareja, la familia, el amor, la
Lo que entendemos por normas de maternidad y la paternidad, etc. Las
género se puede concretar, entre otras normas asociadas a mujeres y hombres
cuestiones, en estereotipos o ideas son a menudo implícitas, pero tienen
preconcebidas sobre cuál es o tiene que un impacto destacado en aquello que
ser el carácter de mujeres y de hombres esperamos y asociamos a unos y a
(siendo ellas emocionales, vulnerables, otros, y en la definición social de lo que
dependientes, sensibles, dulces, coope- les corresponde hacer. Las normas de
radoras, etc., y ellos, asertivos, inconfor- género generan una división de prácti-
mistas, valientes, independientes, cas que persiste y que es social, es decir,
racionales, activos, etc.), las capacida- no hay ninguna razón biológica que la
des que se les presuponen (debilidad, justifique, con efectos directos en la vida
intuición o apoyo, en las mujeres, vs. de las personas. Por ejemplo, las muje-
fuerza física, inteligencia o control, en res acceden menos a puestos de deci-
los hombres) y los comportamientos sión porque no se les reconoce capaci-
esperados para cada sexo (discreción, dad de liderazgo, se encargan

Tabla 1. Normas y prácticas de género


Normas de género Prácticas de género

• Ideas sobre el carácter de las mujeres y el • Las mujeres se encargan principalmente de las
carácter de los hombres (mujeres emocio- tareas domésticas y de cuidado.
nales, vulnerables, dependientes, sensibles
o cooperadoras vs. hombres asertivos, in- • Los hombres tienen mayor presencia en el ámbito
conformistas, independientes, racionales, laboral.
activos o genios).
• Las mujeres se concentran en sectores de activi-
• Ideas sobre las capacidades de mujeres y dad laboral que son una extensión de las tareas
domésticas y de cuidado.
hombres (debilidad, intuición o apoyo vs.
fuerza física, inteligencia o control).
• Menor participación de las mujeres en la política
• Prescripciones sobre feminidad y mascu- social y los movimientos sociales.
linidad (mujeres discretas, complacientes,
que dan importancia al aspecto físico para • Mayor participación de las mujeres en entidades
del tercer sector y del ámbito comunitario.
juzgar el carácter vs. hombres agresivos,
dominantes, con poca preocupación por el
aspecto físico). Normas sobre la pareja, la
• Formas de liderazgo y comunicación diferencia-
das.
familia y el amor.
• Formas de expresión estética diferenciadas.
• Prescripciones sobre la maternidad y la
paternidad, la noción de “buena madre” • Proporción más alta de comportamientos de ries-
(devota, que prioriza la familia). go entre los hombres que entre las mujeres.

• Violencia machista y agresiones sexuales por par-


te de los hombres hacia las mujeres.

Fuente: Elaboración propia


15

principalmente de las tareas domésti- Uno de los principales mecanismos que


cas y de cuidado y su presencia en el sustentan el orden de género es el an-
mundo laboral es mayor en los sectores drocentrismo; es decir, la práctica ―
vinculados al cuidado de las personas consciente o no― de adoptar la pers-
por las prescripciones sobre las capaci- pectiva de los hombres como sinónimo
dades y responsabilidades que corres- de aquello humano y por tanto de punto
ponden a mujeres y hombres. de referencia en la historia, el lenguaje,
la sociedad, la cultura, etcétera. Las
Así mismo, hay que tener en cuenta que experiencias vitales, las necesidades y
cuando hablamos de normas de género las características de los hombres3. se
no solo hacemos referencia a normas consideran neutras, normales, mien-
informales (como pueden ser los este- tras que las de las mujeres quedan
reotipos o las ideas preconcebidas), sino siempre en una posición invisibilizada o
también, con frecuencia, a normas excluidas, o son representadas como
formales que han sostenido estas dife- diferentes. Lo que se lee como universal
rencias. Por ejemplo, la exclusión de las o neutro representa, pues, solo una de
mujeres de la ciudadanía se basaba en las múltiples miradas existentes en
la creencia de la falta de capacidad de sociedades que son intrínsecamente
razonar de las mujeres y su excesiva heterogéneas. Por ejemplo, la literatura
emocionalidad, así como en su papel en escrita por mujeres o que trata temas
la familia, y durante décadas se tradujo asociados a lo que es femenino se consi-
en leyes concretas que restringían el dera literatura “de mujeres”, casi como
sufragio solo a los hombres. No olvide- un género específico, y la literatura
mos que no hace tantos años que las escrita por hombres o que aborda temá-
mujeres no podían trabajar de forma ticas más significativas en la vida de los
remunerada sin el permiso del marido hombres es la “normal”. La insuficiente
o de un familiar hombre, ni tener pro- protección y apoyo que reciben la ma-
piedades a su nombre o abrir una cuen- ternidad (y la paternidad) y la crianza
ta corriente. Con el paso de los años, es también otro ejemplo claro, dado que
progresivamente, se han ido eliminan- en la práctica se conciben como algo
do estas exclusiones de nuestro marco vinculado a las mujeres más que como
normativo y se ha llegado a una igual- una necesidad social que hay que garan-
dad de trato. Aun así, en la normativa y tizar y acompañar de forma colectiva.
en las políticas públicas persisten ses- Esta adopción de la perspectiva masculi-
gos de género que justamente una na como aquello universal, “normal”, y
evaluación con perspectiva de género por tanto normativo, es algo compartido
permite identificar. A lo largo de la guía tanto por mujeres como por hombres y
profundizaremos en esta cuestión. presente en todos los ámbitos.

3. En concreto, especialmente se ponen de relieve las vivencias de un


determinado tipo de hombres: adultos, heterosexuales, con recursos
económicos, blancos, sin discapacidad, etc.
16

El androcentrismo: algunos ejemplos

El caso de los airbags ejemplo, es sabido que los síntomas que intuitiva-
mente asociamos con estos (dolor en el pecho y en
En la fabricación de los primeros airbags no se el brazo) son más habituales en hombres y difieren
tuvo en cuenta las diferentes anatomías de mu- de los síntomas que se manifiestan en las mujeres
jeres y hombres a la hora de diseñar los proto- (Vila, 2019). Sin embargo, en el imaginario colectivo
tipos y hacer las pruebas. Esto causó que en las y en la práctica clínica el patrón sigue siendo el
personas accidentadas el número de muertes de masculino y esta diferencia no siempre se tiene en
mujeres fuera mayor, un hecho que sorprendió a cuenta. La identificación de los síntomas de infarto
la industria. Se cayó en la cuenta de que los crash es clave para una diagnosis rápida que permita un
test dummies (maniquíes de prueba para hacer tratamiento eficaz; por lo tanto, hay que revisarlos
ensayos) que se usaban estaban basados por defec- y considerar las diferencias para diseñar respues-
to en una anatomía masculina (correspondiente tas y tratamientos efectivos para mujeres y para
a una determinada edad y constitución mediana) hombres. Este aspecto también se debe considerar
y, por lo tanto, protegían en menor medida a mu- en la interpretación de los datos de prevalencia. La
jeres y a niños. Posteriormente, al ir incorporando definición androcéntrica de los síntomas comporta
dummies de distinta medida y configuración (por que la prevalencia reportada sea menor en mu-
ejemplo, de medida infantil), se corrigió este sesgo jeres y el infarto se perciba como un problema de
de género y se mejoró la seguridad para todo el hombres. No obstante, es el estándar androcéntrico
mundo (Bustelo, 2017). el que esconde la prevalencia del infarto en las mu-
jeres (Valls, 2006). Las consecuencias son directas: a
pesar de que los infartos de miocardio son más fre-
cuentes en hombres, las mujeres sufren una mayor
El caso de los infartos
mortalidad. También en el ámbito de la salud se ha
Son conocidos los sesgos existentes en el ámbito identificado un problema similar en la diagnosis de
de la medicina: el hecho de que no se incorpore a casos de autismo. De nuevo, los estándares de diag-
mujeres en la investigación clínica y farmacológica nosis recogen el perfil masculino y no el femenino,
lleva a que el conocimiento generado no sea preciso lo que genera diagnosis tardías en niñas y esconde
al entender cómo se manifiestan las enfermeda- esta problemática entre las mujeres (UOCPsicoEdu,
des ni cuáles son los efectos de los fármacos para 2020).
hombres y mujeres. En el caso de los infartos, por

El androcentrismo ha estado sujeto a la perspectiva de género justamente


críticas desde hace décadas, especial- permite identificar estos sesgos y avan-
mente desde el movimiento feminista, zar hacia una concepción de la realidad
el cual a partir de la puesta en común y más capaz de representar cuidadosa-
el análisis colectivo de las experiencias mente la heterogeneidad de las viven-
de las mujeres ha sido capaz de poner cias humanas entre mujeres y hombres,
nombre, politizar y resignificar en el pero también con relación a otros ele-
debate público fenómenos o vivencias mentos como la orientación sexual, el
de las mujeres que permanecían invisi- origen, la clase social, etc.
bles o que no encajaban con los marcos
normativos y sociales. Sin embargo, el Así mismo, el androcentrismo se vincu-
punto de vista androcéntrico todavía es la a la jerarquización de las normas y
hegemónico e impregna el pensamiento prácticas sociales de género, siendo las
científico, filosófico y político. Por este leídas socialmente como masculinas
motivo, la cuestión de la representación más prestigiosas y más deseables, y
(tanto en la esfera política como en el atribuyendo a las femeninas menos
ámbito cultural y del debate público) y valor, lo que se traduce normalmente de
la incorporación de la voz de las muje- forma directa en una menor remunera-
res es un elemento fundamental para ción. Esta jerarquización necesariamen-
superar esta situación. La aplicación de te no tiene que ver con las prácticas en
17

si, sino con cómo se connotan social- perciba sin marca de género porque se
mente, ya que lo que se considera feme- subsume con el hecho universal y
nino o masculino ha ido variando a lo normal, pero entender el componente
largo de la historia y según el contexto de género presente en las identidades
cultural. En el ámbito laboral, por ejem- masculinas es también uno de los
plo, es patente cómo históricamente componentes esenciales de la perspecti-
determinadas profesiones consideradas va de género y permite mejorar las
al principio masculinas se han devalua- políticas públicas. Sin entender, por
do en su valoración social de forma ejemplo, cómo funciona la socialización
paralela al proceso de feminización masculina hegemónica en cuanto a la
vivido (sería el caso de los maestros y desconsideración de la vulnerabilidad y
los médicos); a la vez, esto también se los cuidados, la valoración del riesgo y
da en el sentido contrario, cuando en de la heroicidad, etc., será difícil dise-
profesiones asociadas a las mujeres se ñar políticas de promoción de la salud
masculinizan justamente las que dis- efectivas.
frutan de un mayor reconocimiento
(como, por ejemplo, la cocina o la costu- En definitiva, el género implica que se
ra). asignan a mujeres y a hombres carac-
terísticas, expectativas, roles, funciones
En este sentido, es importante apuntar y posiciones sociales diferentes; unas
que el género es relacional. No son las diferencias que conforman y sostienen
mujeres las que “tienen género”, sino una desigualdad estructural que en
que las posiciones, los roles, las expecta- términos generales sitúa a las mujeres
tivas y las identidades de mujeres y en una posición de subordinación y una
hombres se definen de forma relacional peor posición social y material en todos
y en oposición. El androcentrismo hace los ámbitos.
que lo que se refiere a los hombres se

2.2. Género y
diversidad sexual
El análisis de género permite cuestionar género, la expresión de género y la
el binarismo de género, es decir, la orientación sexual. Estas cuatro dimen-
clasificación de las personas de acuerdo siones también se conciben desde un
con dos modelos concebidos como punto de vista binario. Se asume por
opuestos, complementarios y a la vez defecto que solo hay dos tipos de cuer-
con una correspondencia de sexo y pos sexuados, macho y hembra, y que
género: se presupone que los hombres quien nace masculino (femenino) bioló-
cumplirán los mandatos del género gicamente, se comportará y tendrá las
masculino y las mujeres, los femeninos. habilidades socialmente atribuidas a los
Aun así, este binarismo va más allá de hombres (a las mujeres), se sentirá
la división mencionada; conceptual- hombre (mujer) y será heterosexual.
mente el género y la sexualidad se Esta mirada excluye cualquier matiz
constituyen de cuatro dimensiones intermedio, restringe las posibilidades
diferentes: el sexo, la identidad de de expresión personal.
18

Tabla 2. Sexo, expresión, identidad y orientación sexual

¿Qué personas han quedado


Dimen- ¿A qué hace refe- ¿Cómo se ha entendido? excluidas de lo que se consi-
sión rencia? ¿Cuál es la norma? dera normal?

Define caracte- Hay dos categorías: macho y Personas que no encajan en esta
rísticas sexuales hembra. lógica binaria se han denomi-
Sexo primarias y secun- nado personas intersexuales o
darias. con diferencias en el desarrollo
sexual (DDS).

Se refiere a los Existe una división clara Hombres que presentan compor-
comportamientos, entre los comportamientos tamientos que no encajan con
los roles, la vesti- asociados a la masculinidad la masculinidad tradicional y
menta, la gestua- y a la feminidad. mujeres con comportamientos
lidad, etc., de una que no encajan con la feminidad
Expresión
persona. tradicional. A menudo se vin-
de género
cula con la orientación sexual,
pero no necesariamente existe
un vínculo.

Experiencia de gé- Se entiende que el comporta- Las personas trans muestran


nero que la persona miento masculino/ femenino cómo el género asignado al na-
siente internamen- de las personas nacidas en cer no siempre se corresponde
te. cuerpos de macho o de hem- con la identidad sentida.
bra, respectivamente, radica
Identidad en la biología. Algunas personas se identifican
de género más allá del binomio mu-
jer-hombre, definiéndose con la
fluidez de género o con las iden-
tidades de género no binarias.

La capacidad de Se establece que las personas Las personas homosexuales,


atracción afectiva y nacidas macho han de tener bisexuales o pansexuales expre-
sexual. una identidad de género san formas de deseo afectivo y
Orien- hombre, una expresión de sexual diferentes de la norma
tación género masculina y una heterosexual.
sexual orientación heterosexual,
igual que en el caso de las
mujeres.

Fuente: Adaptación de Coll-Planas et al. (2019)


19

Aun así, la teoría feminista y los movi- tiva de género también conlleva enten-
mientos feminista y LGTBIQ+ han pues- der las complejas dimensiones con que
to en evidencia las limitaciones de este se construye el género y la sexualidad y
esquema. En primer lugar, cuestionan- analizar de qué manera estas condicio-
do el sexo biológico binario y remarcan- nan la realidad de la ciudadanía y gene-
do la existencia de la intersexualidad, es ran diferencias significativas en el
decir, de personas con cuerpos no nor- acceso a los recursos, las estructuras de
mativos o que desarrollan característi- decisión y el goce de derechos y respon-
cas de los dos sexos biológicos. En se- sabilidades.
gundo lugar, enfatizando la
construcción social del género y anali- En términos de evaluación, esto implica
zando cómo se aprende, cómo condicio- reconocer no solo que la diversidad
na las conductas y cómo afecta de sexual y de género es clave para enten-
forma desigual a la distribución de der actitudes discriminatorias hacia el
recursos y poder. En tercer lugar, visua- colectivo LGTBIQ+ y poder diseñar políti-
lizando la existencia de colectivos que se cas de representación y reconocimiento
sienten identificados con una identidad que aseguren sus derechos sociales y
de género diferente de la socialmente civiles, sino también que es necesario
asociada a su sexo, como por ejemplo el tener en cuenta el sesgo implícito que
colectivo transexual o las personas de supone a la hora de abordar cualquier
género fluido. En cuarto lugar, conside- actuación pública. Del mismo modo que,
rando que la expresión de género puede anteriormente, hablando de androcen-
no coincidir con el género. Si bien en la trismo se mencionaba que por defecto se
sociedad hay una división clara entre asume que la experiencia masculina es
comportamientos típicamente femeni- la normal y se tiende a organizar la
nos y típicamente masculinos, también sociedad desde ese punto de vista, se
hay mujeres y hombres que tienen com- tiende a invisibilizar la realidad y las
portamientos propios del otro género. necesidades de las personas que no
Finalmente, constatando la diversidad encajan en las diferentes categorías del
de orientaciones sexuales e integrando esquema binario del género. Por ejem-
las reivindicaciones de los colectivos plo, en las políticas públicas general-
LGTBI+: gais, lesbianas, bisexuales, etc. mente opera la presunción de heterose-
xualidad, que se expresa en el diseño de
Si bien esta guía se centra especialmen- las equipaciones residenciales, las es-
te en el abordaje de la desigualdad entre cuelas o la atención sanitaria, entre
mujeres y hombres en la evaluación de otras cuestiones.
políticas públicas, trabajar con perspec-

Conceptualmente, el
género y la sexualidad
se componen de
cuatro dimensiones
diferentes: el sexo, la
identidad de género, la
expresión de género y
la orientación sexual.
20

2.3. Género e
interseccionalidad
El género es un eje de desigualdad sis de la interseccionalidad incluye otros
estructural y transversal al conjunto de muchos condicionantes. Algunas de las
la sociedad que se manifiesta en las dimensiones más importantes son la
instituciones más fundamentales como etnia, la adscripción religiosa, el origen,
el mercado, el Estado, la familia y la la nacionalidad y la ciudadanía; la edad
comunidad. No obstante, las circuns- y el ciclo de vida, la orientación sexual y
tancias sociales de mujeres y hombres la identidad de género; el nivel socioeco-
también se ven afectadas por otros nómico y el nivel de estudios, y la diver-
condicionantes igualmente importan- sidad funcional. Por ello, es importante
tes. En este sentido, la perspectiva reconocer que mujeres y hombres no
interseccional es importante para com- son colectivos homogéneos. Ejemplos de
plementar el análisis de las desigualda- colectivos de mujeres que enfrentan
des de género con otros ejes de desigual- situaciones de desigualdad especialmen-
dad que también condicionan la te difíciles son las mujeres migrantes,
situación social de mujeres y hombres las mujeres transexuales, las mujeres
(Coll-Planas & Solà-Morales, 2019; Expó- mayores y las mujeres con diversidad
sito-Molina, 2013). funcional.

Al inicio, la interseccionalidad destaca- La interseccionalidad consiste en am-


ba especialmente la importancia de los pliar la perspectiva de género y conside-
ejes de raza y clase social, poniendo de rar cómo el género se interrelaciona con
manifiesto que, a pesar de que todas las otros tipos de desigualdad. No pretende
mujeres sufren discriminación de géne- establecer una jerarquía entre factores,
ro, las mujeres negras y las mujeres de sino remarcar que los factores no ac-
clase trabajadora sufren más racismo túan de manera independiente y, por lo
que los hombres y más sexismo (des- tanto, hay que considerar cómo se rela-
igualdades y discriminación) que las cionan y cómo su interacción se mani-
mujeres blancas de clase media-alta fiesta en términos de desigualdades
(Crenshaw, 1989). Actualmente, el análi- sociales (Redondo-Zárate & Jorba, 2020).

La perspectiva
interseccional es
importante para
complementar
el análisis de las
desigualdades de
género con otros ejes
de desigualdad que
también condicionan
la situación social de
mujeres y hombres.
21

2.4. Elementos clave en la


perspectiva de género
Incorporar la perspectiva de género caciones. Los conceptos explicados en
implica tener en cuenta sistemática- las últimas secciones clarifican estos
mente las diferencias existentes entre aspectos. Aun así, para aplicar la pers-
mujeres y hombres en los diversos pectiva de género a la evaluación de
ámbitos, políticas o programas con la políticas públicas es de utilidad identifi-
voluntad de identificar estas desigual- car algunas dimensiones clave sobre
dades y los factores que las generan, cómo se concreta la desigualdad de
hacerlas visibles y diseñar y aplicar género. Estas dimensiones sirven para
estrategias para reducirlas y así avan- poder prever a priori qué problemas
zar hacia su erradicación. De igual podemos encontrar a la hora de abordar
manera, supone aproximarse al estudio una política o programa concreto en un
de fenómenos sociales sin dar por área sectorial determinada. A continua-
sentado la universalidad de las expe- ción, repasaremos estas cuatro dimen-
riencias masculinas y también cuestio- siones principales.
nar el sistema sexo-género y sus impli-

Esquema 1. Dimensiones clave de la desigualdad de género

Fuente: Elaboración propia


22

2.4.1. La división
sexual del trabajo y
el no reconocimiento
de los cuidados
Nuestra sociedad se basa en una pro- te las necesidades de los cuidados. Así
funda diferenciación y separación entre mismo, la esfera privada y el mundo de
la esfera pública y la privada, y entre la reproducción no se consideran suje-
aquello productivo (el mundo laboral) y tas a la intervención y la garantía públi-
aquello reproductivo (las tareas que ca en la misma medida que aquello que
hacen posible la vida: comer, dormir, sucede en la esfera pública. La respon-
estar sanos, criar, cuidar de personas sabilidad principal de la reproducción
dependientes, etc.). Pese a que el mundo social se asigna a la familia y, como
laboral y la continuidad de toda la mucho, en todo caso a las redes comu-
sociedad en su conjunto no serían nitarias y de proximidad.
posibles sin las tareas de reproducción,
no se visibiliza la interdependencia de Esta diferenciación tiene un fuerte
ambas esferas, la esfera doméstica se sesgo de género, en tanto que la distri-
subordina a las necesidades de la pro- bución de responsabilidades en el seno
ducción. Esta jerarquía se traduce tam- de las familias recae mayoritariamente
bién en una valoración social muy en las mujeres. El concepto división
desigual: el prestigio se concentra en la sexual del trabajo describe la distribu-
parte productiva (la economía remune- ción del tiempo y las funciones de tra-
rada) mientras que la parte reproducti- bajo de acuerdo con el sexo, por lo que
va resta invisible y sin reconocerse su en general se asigna a los hombres el
importancia, tanto en el ámbito simbó- trabajo productivo, remunerado y reco-
lico como en el económico; esto se nocido, propio del ámbito público, y se
transforma, por ejemplo, en gasto públi- subordina a las mujeres al ámbito
co y sueldos de los sectores vinculados a privado y a la realización del trabajo
los cuidados. reproductivo no remunerado, desvalo-
rado y que limita su participación en el
La subordinación de la reproducción y ámbito público.
los cuidados en la esfera productiva
queda patente en la falta de protección, Históricamente se ha pasado de un
apoyo e incorporación de las necesida- modelo en el cual se consideraba el
des de los cuidados. El mundo laboral hombre el principal o único proveedor
no tiene en cuenta ni se adapta a los de los ingresos familiares, mientras la
requerimientos de los cuidados y las mujer asumía en exclusiva la responsa-
Administraciones públicas no son capa- bilidad de los cuidados4., al modelo
ces de proveer mecanismos de apoyo actual, en el que las mujeres se han
suficientes o de proteger adecuadamen- incorporado masivamente al mercado

4. Históricamente, las mujeres de clase trabajadora han compagina-


do los cuidados con el trabajo remunerado, bien con condiciones di-
ferentes (por ejemplo, en las fábricas y empresas con un salario infe-
rior porque no eran consideradas jefas de familia), bien en sistemas
específicos y feminizados como, por ejemplo, la producción en casa o
el trabajo informal realizando tareas domésticas y de limpieza.
23

laboral formal. Aun así, la división y los movimientos sociales (CEO, 2019;
sexual del trabajo sigue condicionando Observatorio iQ, 2019) y, por lo tanto,
su situación. No se ha producido a la complica la reivindicación de sus de-
inversa, la asunción por parte de los mandas y la aplicación de medidas para
hombres de sus responsabilidades en el lograr la justicia de género (Alcaraz,
trabajo reproductivo es todavía tímida e 2020). Este elemento hace especialmen-
insuficiente, y las mujeres siguen sien- te relevante incorporar sus voces en el
do las principales responsables del diseño, la ejecución y la evaluación de
trabajo doméstico y de cuidado. políticas para evitar desarrollar inter-
venciones que reproduzcan desigualda-
La división sexual del trabajo también des.
lleva al hecho de que las mujeres se
encuentren en una situación de doble Ante la insuficiente asunción de las
presencia y soporten una carga de responsabilidades de cuidado por parte
trabajo total más elevada que los hom- de los hombres, la carencia de apoyo
bres. Según datos de la Encuesta de público y la falta de mecanismos de
Salud de Cataluña 2020, las mujeres conciliación en el ámbito laboral, se ha
dedican el doble de horas que los hom- producido un traslado masivo de res-
bres a la realización de tareas domésti- ponsabilidades domésticas y de cuidado
cas y de cuidado. En días laborables, de al sector privado, un hecho que funda-
media, las mujeres dedican 1,92 horas, mentalmente ha llevado a que estas
mientras que los hombres invierten necesidades se cubran subcontratando
0,92. Los fines de semana la media de mujeres con menos ingresos, mayorita-
horas dedicadas a actividades domésti- riamente migrantes5.. Con todo, el
cas por parte de las mujeres es de 2,81 trabajo doméstico y de cuidado que se
horas y en el caso de los hombres, 1,6. lleva a cabo de forma remunerada tiene
La desigual distribución de las tareas muy poco reconocimiento social y una
domésticas y de cuidado hace que sea baja valoración salarial, y destaca en
mucho más habitual que las mujeres particular la persistente desprotección
trabajen a tiempo parcial, con contratos que sufre el servicio doméstico realizado
temporales y que tengan trayectorias en los domicilios. Es un sector que,
laborales fragmentadas para cubrir además del gran porcentaje de trabajo
periodos de cuidado, lo que se traduce irregular (organizaciones del sector
en salarios y, sobre todo, pensiones estiman que alrededor del 30 % de per-
inferiores, tal como comentaremos con sonas trabajadoras no tiene contrato),
más detalle en la página 31. cuando ocurre de forma regular se
considera una “relación laboral espe-
La doble presencia también supone una cial”, no plenamente incorporada toda-
disponibilidad de tiempo desigual que vía al Régimen General de la Seguridad
dificulta el desarrollo profesional y Social, con peores condiciones de cotiza-
limita la presencia de mujeres en la ción para las pensiones y sin posibilidad
política profesional, el tejido asociativo de acceder al subsidio de paro y a otras

5. La organización Servicio Doméstico Activo (SEDOAC) estima que el


97 % de las personas trabajadoras del hogar son mujeres y más de la
mitad de estas, migrantes. Según Oxfam (2021), en el Estado español
una de cada cuatro vive en situación irregular, y previamente a la
pandemia el 32,5 % vivía bajo el umbral de la pobreza.
24

protecciones básicas como los riesgos más baja y socialmente devaluados, que
laborales o la intervención de la Inspec- suelen ser una extensión de las tareas
ción de Trabajo (Oxfam, 2021). Estas domésticas y de cuidado. Por ejemplo, la
carencias están muy relacionadas con presencia de mujeres es mucho más
el poco reconocimiento social de los elevada en el sector sanitario, la asis-
cuidados y con el hecho de que es un tencia social, la atención a la dependen-
sector altamente feminizado y raciali- cia, el sector educativo y los sectores de
zado. limpieza y trabajos del hogar. Por el
contrario, las mujeres son minoría en
La división sexual del trabajo también sectores ocupacionales y educativos con
se expresa en el mercado laboral, donde mayor prestigio social y mejor remune-
se da una segregación horizontal por ración económica, por ejemplo, en los
sectores de actividad. La participación ámbitos de la ciencia, la tecnología, la
de las mujeres se concentra en sectores ingeniería y las matemáticas (CIRD,
de actividad con una remuneración 2017).

2.4.2. El déficit en la
toma de decisiones
Una de las dimensiones clave en la sobre cómo tiene que ser el liderazgo y la
desigualdad de género es la falta de existencia de redes masculinas informa-
participación de las mujeres (o la sobre- les de apoyo y confianza, entre otros
rrepresentación masculina) en los espa- factores, hacen que su acceso al poder
cios y procesos de decisión en todos los no sea en pie de igualdad.
ámbitos: político, económico, social e
incluso familiar. En el ámbito laboral, las mujeres se ven
afectadas por la segregación vertical, es
Durante décadas las mujeres estuvieron decir, tienen dificultades para desarro-
legal y explícitamente excluidas de las llar una trayectoria profesional y acce-
esferas pública y política. Esta exclusión der a posiciones de poder y responsabili-
ya no es formal, pero hoy en día se dad. De hecho, en la empresa privada la
mantienen mecanismos más sutiles de presencia de mujeres en lugares de
carácter material y simbólico que siguen poder es todavía más limitada que en el
haciendo que las mujeres no accedan a sector público y en la vida política.
espacios de decisión, o que, cuando
acceden, lo que sucede cada vez más La literatura sobre representación políti-
frecuentemente, se mantengan mucho ca ha demostrado y explorado con dete-
menos tiempo, se restrinja solo a deter- nimiento el vínculo entre la presencia
minados sectores considerados más de un colectivo determinado y el tipo de
femeninos (vinculados al área social, decisiones que se toman, de forma que
por ejemplo), no tengan la misma credi- esta es una de las condiciones necesa-
bilidad y reciban un tratamiento mediá- rias ―aunque no suficientes― para la
tico y de opinión pública más duro y que entrada de las necesidades o los proble-
a menudo incluye sexualización y faltas mas vinculados al colectivo en la agenda
de respeto. Las mencionadas responsa- de decisión (Childs & Lovenduski, 2013).
bilidades de cuidado, los estereotipos
25

Fomentar la participación en pie de una infraestructura doméstica para el


igualdad de las mujeres (así como de cuidado de los hijos y las hijas, y por
cualquier colectivo vulnerable) es un tanto no se plantearan cómo facilitar el
objetivo clave no solo por razones de encaje de la maternidad6..
justicia, sino también porque es una
condición para que se produzca un Por este motivo, las iniciativas de empo-
cambio en los contenidos de las políticas deramiento son clave. Por un lado, per-
públicas. Por eso, la cuestión de la pari- sonalmente, con el refuerzo de las capa-
dad entre mujeres y hombres ha sido cidades personales y de autopercepción;
uno de los objetivos políticos principales por otro lado, yendo más allá con estra-
de las políticas de igualdad y se ha tegias sociales e institucionales, estable-
incorporado como exigencia en la nor- ciendo mecanismos para facilitar la
mativa tanto a escala estatal como participación y apoyar el empodera-
catalana, y también crecientemente en miento y la organización de intereses de
el ámbito local. No es posible promover forma colectiva. La identificación de
la igualdad de género sin contar con las obstáculos concretos (por ejemplo, el
propias mujeres, y justamente el análi- establecimiento de requisitos específicos,
sis comparado nos muestra que las las vías de difusión, horarios y espacio,
experiencias que menos han tomado en la accesibilidad, la existencia de espacios
cuenta este elemento son las que más que ofrezcan servicio de canguro, etc.)
han tendido a burocratizarse y desvir- pueden facilitar o dificultar la participa-
tuarse (Kantola y Squires, 2012). ción. También la dinámica de los propios
espacios de decisión es importante, en la
Del mismo modo, hay que tener presen- medida que es patente que las dinámicas
te que, para que sea efectivo, este fo- de moderación y dinamización favore-
mento de la participación debe incorpo- cen la participación de las personas con
rar mecanismos proactivos que superen menos poder y menos acostumbradas a
el peso de los roles, los estereotipos y las intervenir.
prácticas de género. Por ejemplo, la
exclusión histórica de las mujeres de Así, se constata que en la participación
muchos espacios ha ayudado a hacer en la toma de decisiones hay diferentes
que estos se constituyan de forma an- grados: estar presente, poder tener voz,
drocéntrica, aunque no haya conciencia garantizar que la opinión se escuche y,
de este hecho. La escasa presencia de finalmente, que sea una opinión que se
mujeres en la política formal durante tome en consideración y sea determi-
mucho tiempo provocó que las institu- nante. Todas estas consideraciones se
ciones representativas se ajustaran a la pueden aplicar a la política pública a
vivencia masculina, que en términos evaluar y además al propio proceso de
generales contaba con la pareja y con evaluación.

6. En el Parlamento de Cataluña, por ejemplo, hasta el año 2006 no


se modificó el Reglamento para contemplar la posibilidad de la dele-
gación de voto de las diputadas para garantizar que pudieran ejercer
de representantes electas también durante el permiso de materni-
dad. Posteriormente, en 2015, se amplió la delegación también en los
supuestos de paternidad (así como situaciones de hospitalización
y enfermedad grave), dando respuesta también, por lo tanto, a una
evolución en el papel de los hombres en el cuidado de las criaturas.
26

2.4.3. El acceso y el control


de los recursos y de los
beneficios sociales

La dimensión estructural de la desigual- explicar estas diferencias. La segrega-


dad entre mujeres y hombres hace que ción horizontal en el mundo laboral
persistan grandes diferencias en el sería un ejemplo de ello. Otro sería la
acceso, el control y el goce de los recur- invisibilidad del trabajo de las mujeres,
sos de toda clase, así como de los benefi- bien porque se trata de trabajo domésti-
cios sociales que derivan de estos. Son co y no remunerado, bien porque se
notorias las diferencias de renta por produce en sectores informales o en
culpa de las desigualdades del mundo negocios familiares y esto lleva a que no
laboral: más presencia de las mujeres en generen derechos en pie de igualdad. Así
el trabajo a tiempo parcial y en los secto- mismo, hay que tener en cuenta que las
res más precarios y peor remunerados, propias instituciones también reprodu-
realización de trayectorias profesionales cen este sesgo de género que produce un
intermitentes para conciliar con las desigual reparto de los beneficios y
tareas de cuidado, existencia de la bre- derechos sociales. Como muestra, un
cha salarial, etcétera. Aparte de esto, elemento fundamental es la división
también es relevante el menor acceso a productivo-reproductivo mencionada
la propiedad y a la titularidad de empre- anteriormente. El vínculo histórico de la
sas, de bienes inmuebles, de la tierra...; concepción de ciudadanía con el ámbito
a menudo, las mujeres trabajan en productivo hace derivar la mayor parte
propiedades familiares, pero en forma de los derechos del ámbito laboral, ya
de ayuda familiar que no está reconoci- que no reconoce la aportación que se
da ni genera derechos. Por todo ello la hace desde el ámbito reproductivo.
accesibilidad al crédito es también Considerar, por ejemplo, la cotización
menor. En conjunto, destaca el mayor laboral como la principal puerta de
impacto de la pobreza en las mujeres. acceso a derechos tiene un impacto de
género muy importante, igual que por
Por un lado, la persistencia de normas y razón de clase social u origen, lo cual se
valores asociados al género y a lo que es expresa de forma muy clara en la bre-
adecuado para mujeres y para hombres cha existente en las pensiones, tal como
es uno de los factores que permiten se explica en la página 31.
27

La feminización de la pobreza

La feminización de la pobreza hace referencia no ejemplo, la sobrecarga de trabajo, los problemas


solo al hecho de que cuantitativamente hay mu- de salud y la escasez de tiempo, todas ellas rela-
chas más mujeres que hombres en situación de cionadas con la distribución inequitativa de los
pobreza y riesgo de exclusión social, sino también cuidados, u otros factores como el impacto de la
a que los factores que generan empobrecimiento violencia y la discriminación por género. De igual
están muy influidos por el género: los ya mencio- manera, pese a que el género es un eje central
nados efectos de la división sexual del trabajo, de en la dimensión de la pobreza, otros ejes son
las dinámicas de segregación del mercado de tra- también determinantes en cuanto al riesgo de las
bajo y del diseño y funcionamiento de los sistemas personas de encontrarse en situación de pobreza
de protección social contributivos y no contributi- y amplían las dificultades a las que se enfren-
vos son factores que incrementan las desigualda- tan algunas mujeres en situaciones de especial
des de género y exponen a las mujeres a un mayor vulnerabilidad, como las mujeres mayores y que
riesgo de pobreza. A la vez, hay otras dimensiones viven solas, los hogares monoparentales, las
fundamentales en la pobreza femenina que van mujeres migrantes, las mujeres con diversidad
más allá de lo estrictamente material, como, por funcional y las mujeres trans (CIRD, 2016).

La dimensión
estructural de la
desigualdad entre
mujeres y hombres
hace que persistan
grandes diferencias
en el acceso, el
control y el goce
de los recursos
de toda clase.
28

2.4.4. Una vida libre de


violencias machistas
La violencia machista es sin duda una za que es un ámbito donde se dan con
de las expresiones más penetrantes y frecuencia desigualdades y relaciones
extendidas de la desigualdad de género, de poder y sumisión, no solo hacia las
y al mismo tiempo constituye uno de mujeres, sino también hacia las criatu-
los principales mecanismos que repro- ras o, incluso, la gente mayor.
ducen esta subordinación.
Progresivamente se ha ido avanzando
Su prevalencia es muy importante: los en el reconocimiento de estas violen-
datos oficiales indican que en Cataluña cias, tanto por la parte femenina (bási-
dos de cada tres mujeres han sufrido camente son las mujeres ―y las criatu-
violencia machista en algún momento ras― las que la sufren) como por la
de su vida7.. A escala mundial, la OMS masculina, en la medida que el vínculo
estima que la prevalencia está alrededor entre masculinidad y violencia queda
del 35 %, y que un 38 % de los asesinatos muy patente; los hombres son aplastan-
de mujeres son cometidos por la pareja temente protagonistas ejerciendo la
masculina. Esto indica que la violencia violencia contra las mujeres, y también
machista es un grave problema de contra otros hombres y contra ellos
vulneración de derechos y, además, un mismos. Gracias a la presión del movi-
problema importante de salud pública. miento feminista, los últimos años se
A pesar de que está muy presente en el han ido definiendo normativas y políti-
ámbito de la pareja y la familia, tam- cas públicas que han contribuido a dar
bién ocurre en el espacio público o en el nombre, dimensionar y generar servi-
mundo laboral y genera un impacto cios para abordar este problema, a pesar
muy importante en la vida de las muje- de que muchas carencias persisten
res. todavía.

Históricamente, esta violencia ha sido


invisibilizada y normalizada, entendida
como una parte habitual de las relacio-
nes humanas. En general, los poderes
públicos han tendido a mantenerla o
tolerarla, siendo muy reticentes a la
hora de intervenir al no considerar que
era sujeto de intervención pública de La violencia machista
pleno derecho, especialmente cuando la es un grave problema
violencia se ha dado en el espacio do- de vulneración de
méstico. La noción del ámbito familiar derechos y, además,
como un espacio de cuidados, amor y
un problema
no conflicto ha contribuido a esta omi-
sión; la noción tiene un fuerte compo- importante de
nente de género en tanto que invisibili- salud pública.

7. Según datos de la Macroencuesta de violencia contra la mujer


2019, del Ministerio de Igualdad.
29

En cualquier caso, la violencia contra mujeres y porque las mismas interven-


las mujeres continúa siendo un compo- ciones públicas pueden favorecer o no
nente estructural que incide en las su reproducción (por ejemplo, la consi-
trayectorias vitales de las mujeres y en deración de hogar como unidad de
las interacciones sociales. Es un ele- moderación y de acceso a derechos que
mento que hay que tener siempre pre- ocurre cuando se proveen ayudas al
sente en el diseño de las políticas públi- conjunto de la unidad familiar puede
cas porque puede constituir una barrera dificultar que las mujeres rompan con
de acceso a servicios, para poder abor- relaciones de violencia en la pareja).
dar las consecuencias que sufren las

2.5. ¿Qué entendemos por


igualdad de género?

De la misma manera que la desigualdad continua para incidir en los obstáculos


de género es un fenómeno complejo y existentes (como buscar mecanismos
multidimensional, el concepto de igual- para que las cargas de cuidado de las
dad de género y las estrategias de trans- mujeres no perjudiquen sus carreras
formación hacia una igualdad mayor profesionales).
no son algo ni unívoco ni simple. Convi-
ven acepciones diversas que apuntan En cualquier caso, en las últimas déca-
hacia horizontes de cambio dispares. das la política pública ha ido transitan-
do desde la lucha por la igualdad formal
En primer lugar, hay que diferenciar (que no se consiguió en todos los aspec-
entre igualdad formal, igualdad de tos hasta muy entrados los ochenta)
oportunidades e igualdad real. En gene- hasta la igualdad de oportunidades, que
ral, la igualdad formal, es decir, el se ha visto que es insuficiente, lo que
reconocimiento de que mujeres y hom- llevó al desarrollo de políticas y medidas
bres son iguales ante la ley, es una específicas de promoción de la igualdad.
realidad reconocida por todas las insti- Posteriormente, las instituciones han
tuciones públicas. Cuando hablamos de reconocido la igualdad de género como
igualdad de oportunidades, se pone el valor y objetivo fundamental, y han
foco en el hecho de que todas las perso- incorporado la transversalidad de géne-
nas han de poder tener la posibilidad de ro como principio de actuación en el
acceder a derechos y desarrollarse, diseño y la implementación de políticas;
mientras que la igualdad efectiva o de en la actualidad las tres perspectivas
resultados se enfoca en eliminar activa- conviven de forma complementaria.
mente los obstáculos existentes que Aun así, pese al reconocimiento institu-
impiden que los derechos se hagan cional, el progreso logrado y las reivindi-
efectivos. Por un lado, la igualdad de caciones y los esfuerzos del movimiento
oportunidades se centra en garantizar feminista y las asociaciones que luchan
puntos de partida igualitarios (por por los derechos de las mujeres y el
ejemplo, una educación obligatoria de colectivo LGTBIQ+, no se ha logrado la
calidad) y, por el otro, la efectiva plan- igualdad real. Tal como se ha explicado
tea una intervención más ambiciosa y en las secciones anteriores, las mujeres
30

y las personas del colectivo LGTBIQ+ no ámbito educativo. Las políticas que
disfrutan de los mismos derechos y actúan en términos de representación
persisten las desigualdades sociales por van destinadas a eliminar obstáculos y
razón de género (CIRD, 2017). favorecer la presencia y la participación
de las mujeres en espacios de poder y de
Así mismo, el planteamiento de la toma de decisiones en asociaciones y
justicia de género puede centrarse en órganos públicos y privados. Lograr la
incidir en dos campos diferentes: el justicia de género requiere políticas, en
campo material y el campo simbólico. ambos campos, que aseguren que la
En el campo material la igualdad de redistribución de recursos y poder se
género se concretaría en una mejor acompaña de políticas de representa-
distribución de recursos económicos y ción y reconocimiento. Sin embargo, los
materiales. Las políticas que actúan en cambios en ambos niveles requieren
el campo material buscan reducir la políticas y medidas diferentes que no
desigual distribución de recursos por siempre son fáciles de compatibilizar
razón de género, por ejemplo, a través (ONU Mujeres, 2014). En este sentido, las
de políticas de transferencias de renta, dos categorías pueden ayudar a visuali-
políticas de regulación de las condicio- zar cómo se expresa la desigualdad de
nes laborales o políticas dirigidas a género en el ámbito de análisis y si la
fomentar las tareas de cuidado entre los intervención incluye medidas adecua-
hombres. El campo simbólico, en cam- das para dirigirla. En el uso de esta
bio, hace referencia a las políticas de distinción, se ha de tener presente que
reconocimiento y representación y es teórica y que no siempre es clara en
contra la discriminación de grupos la práctica. Por ejemplo, la aplicación de
sociales, como pueden ser las mujeres, cuotas de género en listas electorales
las mujeres de minorías sociales o las afecta directamente al acceso de las
personas del colectivo LGTBIQ+. Las mujeres a posiciones de poder y por lo
políticas que actúan en términos de tanto se sitúa en el campo material,
reconocimiento se centran en el recono- pero tiene también una parte simbólica
cimiento de derechos y el empodera- de reconocimiento, orientada a generar
miento de los colectivos discriminados, referentes y ejemplos para otras muje-
como, por ejemplo, un programa que res.
lucha contra el acoso LGTBIfóbico en el

A pesar del
reconocimiento
institucional, y de
los esfuerzos del
movimiento feminista
y LGTBIQ+, no se ha
logrado la igualdad
real y persisten
las desigualdades
sociales por razón
de género.
31

2.6. Enfoque de género de las


políticas y los programas
A pesar del reconocimiento político y men que el impacto de la política será el
legal con el que cuentan la igualdad y la mismo para el conjunto de la ciudada-
transversalidad de género, todavía es nía. Las políticas ciegas al género no
habitual que en el proceso de elabora- promueven la igualdad y pueden perse-
ción de políticas públicas no se reconoz- verar o ampliar las desigualdades exis-
can las desigualdades por razón de tentes si no consideran el eje de género
género (gender blindness) y, por lo (EIGE, 2020).
tanto, se desarrollen políticas y progra-
mas ciegos al género (gender blind A simple vista, nos puede parecer que
policies), es decir, políticas que no tie- muchas políticas o programas genera-
nen en cuenta estas diferencias y asu- listas, como por ejemplo las políticas de

Políticas ciegas al género, dos ejemplos

El cálculo de la pensión de jubilación Las políticas de rentas mínimas

A causa de los efectos de la división sexual del Las mujeres tienen un riesgo de pobreza mayor,
trabajo y las dinámicas de segregación vertical y están más presentes en el nivel asistencial de
horizontal, las mujeres tienen trayectorias labora- protección social y tienen más dificultades para
les más fragmentadas, menos años de cotización incorporarse al mercado laboral de manera es-
y una base de cotización más baja. Estos tres fac- table (Suárez & Hurtado, 2018). No obstante, estos
tores son los que más influyen en el cálculo de la factores no se toman en cuenta en el diseño y la
pensión de jubilación. Así pues, las desigualdades implementación de programas de rentas míni-
de género y la carencia de mecanismos que reco- mas. En el Estado español, la mayoría de políticas
nozcan las aportaciones del ámbito doméstico y de de rentas mínimas se han caracterizado por una
cuidado a lo largo de la vida condicionan el nivel cobertura limitada y por incorporar condicionali-
de protección que logran las mujeres en la vejez: dades que exigen que las personas perceptoras se
mientras que en España la brecha salarial de comporten de ciertas maneras o hagan activida-
género en cuanto al salario bruto anual es de un des para poder percibir y mantener la prestación;
21,9 %, en las pensiones contributivas la distancia por ejemplo, de activación e inserción laboral o de
8.
crece hasta el 34,6 % . El cálculo de la pensión de bienestar de los miembros dependientes del hogar.
jubilación está basado en una trayectoria laboral Por las responsabilidades derivadas de la división
típicamente masculina: contratos indefinidos y a sexual del trabajo, a las mujeres les resulta más
jornada completa, carrera laboral no interrumpi- difícil cumplir con estos requisitos. Esta situación
da y salario que aumenta a lo largo de la carrera es especialmente difícil en los hogares monopa-
profesional. En este sentido, la política carece de rentales, uno de los tipos de hogar más comunes
perspectiva de género y refuerza las desigualdades entre los hogares perceptores de rentas mínimas
económicas entre hombres y mujeres, especial- y que en casi todos los casos están dirigidos por
mente en la vejez (CCOO, 2018; UGT, 2018). Por la mujeres (Dirección General de Servicios para las
misma razón, las modificaciones que se introdu- Familias y la Infancia, 2018). A este respecto, no
cen en el cálculo de la pensión (años de cotización, considerar el género hace que estos programas
por ejemplo) tendrán, a priori, un impacto de gé- sean poco efectivos para conseguir la inserción de
nero muy importante a menos que se establezcan las personas beneficiarias en el mercado laboral y
mecanismos correctivos. para revertir la situación de pobreza. Así mismo,
ignorar los condicionantes de género hace que
estos programas no contribuyan a paliar las des-
igualdades de género, sino que las refuercen, tanto
en la esfera social como en la esfera económica.

8. Datos del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social,


2019
32

rentas mínimas o las pensiones, no sentido, argumenta que revisar con más
tienen nada que ver con el género. atención qué es el enfoque de la política
Ambas son transferencias de renta en términos de género es muy útil para
individual y se calculan y funcionan hacer análisis de género.
igual para mujeres y hombres. Sin
embargo, si analizamos el diseño y el Para clasificar las políticas y los progra-
resultado de estas políticas con perspec- mas, la autora propone hacer una dis-
tiva de género, vemos que las diferentes tinción en dos niveles. Primero, distin-
dimensiones apuntadas en las seccio- guir si la política es ciega al género
nes anteriores condicionan cómo estos (gender blind) o considera el género
programas afectan a hombres y a muje- (gender aware); segundo, en las políti-
res y generan desigualdades. cas que consideran el género, distinguir
entre tres enfoques: el enfoque explota-
Evaluar con perspectiva de género es, dor, el enfoque acomodador y el enfoque
pues, clave para identificar estas limita- transformador.
ciones y sesgos y corregirlos. En este
sentido, es útil fijarnos en el enfoque de Para entender mejor la diferencia,
género que pueden tener las interven- pensemos en las políticas en el ámbito
ciones. En función de hasta qué punto de la ciencia. Desde una perspectiva
reconocen y abordan las dimensiones acomodadora, estableceríamos medidas
de género, las intervenciones públicas específicas de promoción de las mujeres
se pueden clasificar, por un lado, en en la investigación científica (becas,
políticas o programas ciegos al género y, campañas, medidas de acción positiva,
por otro lado, en intervenciones que son etc.). Desde un punto de vista transfor-
sensibles al eje de género en su formu- mador y de promoción de la transversa-
lación e implementación. Aun así, lidad de género, revisaríamos también
Fletcher (2015) remarca que no todas las los criterios generalistas clave para
políticas que tienen en cuenta el género garantizar que no contienen sesgos. En
lo hacen del mismo modo. En este el caso de la investigación, por ejemplo,

Habitualmente
todavía se desarrollan
políticas y programas
ciegos al género.
33

Tabla 3. Categorías de enfoque de género de una intervención

Considera el género
Ciega al género
Enfoque Enfoque Enfoque
explotador9. acomodador10. transformador

Ausencia de conside- Aprovechamiento Consideración de las Consideración de las


ración de cómo las de las relaciones de diferencias de género e diferencias de género
normas y prácticas género a favor de los inclusión de medidas e inclusión de medi-
de género afectan a la objetivos de la inter- para compensarlas, das para cambiar las
implementación y los vención sin plantearse pero énfasis insufi- dinámicas, normas y
resultados de la inter- incidir en ellas. ciente en las diná- prácticas que generan
vención. micas que generan desigualdades.
desigualdades.

“Una política que, “Una política que


“Un programa de para mejorar la asis- “Una intervención hace obligatorio e in-
apoyo al emprendi- tencia escolar y las que reserva becas de transferible el permi-
miento en sectores visitas sanitarias de estudios para mujeres so de paternidad para
emergentes enfocado los menores, se dirige en sectores masculi- cambiar las prácticas
al sector tecnológico.” principalmente a las nos.” de cuidado entre los
madres.” hombres.”

Puede consolidar la Puede ser efectiva en Puede ser positiva en Política con capacidad
desigualdad porque sus objetivos, pero pro- términos de géne- de incidir en las cau-
no considera la fuerte blemática en términos ro, pero tiene una sas de la desigualdad.
masculinización del de género. Es proba- limitada capacidad de
sector. Llegará a pocas ble que refuerce las transformación.
mujeres. normas y prácticas de
género y las desigual-
dades.

Posibles mejoras

Revisar el diseño del Incluir medidas para Revisar el currículum Complementar con
programa para incor- implicar a los padres de los estudios para medidas específicas
porar una concepción en el programa (por garantizar que no dirigidas a compensar
más amplia de la in- ejemplo, haciendo contiene un sesgo de y apoyar la carga de
novación (por ejemplo, actividades específicas género. trabajo que continúan
innovación organiza- o incluyendo referen- asumiendo en mayor
tiva, etc.) que abra los tes masculinos en la Incluir medidas para medida las madres.
sectores interpelados. comunicación o en la dirigir los estereotipos
implementación del de género vinculados
Incorporar medidas programa). a los estudios (por
específicas para faci- ejemplo, visibilizando
litar el acceso de las referentes femeninos).
mujeres.

Fuente: Elaboración propia a partir de Fletcher (2015).

9. En literatura también se utiliza el enfoque instrumental.


10. En literatura también se utiliza el enfoque integracionista.
34

podríamos garantizar la paridad en los caso, las medidas con un enfoque aco-
tribunales de selección del profesorado modador y transformador no son exclu-
y de asignación de financiación de yentes y pueden ser complementarias.
investigación, o incorporar la posibili-
dad de interrumpir el cómputo de los Estas categorías ponen de manifiesto
periodos de goce de las becas por razón que evaluar con perspectiva de género
del permiso de maternidad, eliminando es clave para entender de qué manera
así un criterio que penaliza a las muje- las intervenciones interpelan el género,
res que son madres al tener que cumplir sobre qué supuestos se basan, qué con-
con los mismos resultados en un perio- secuencias pueden tener y qué tipo de
do de tiempo más corto. En cualquier mejoras deben introducirse para asegu-
rar que no reproducen desigualdades.

Más recursos
Glosario. Mujeres y feminismos. Ajuntament de Índice de igualdad de género de Cataluña.
Barcelona.
Dossiers estadístics. Observatori de la Igualtat de
Gender Equality Glossary and Thesaurus. Euro- Gènere (OIG).
pean Institute for Gender Equality.
Observatori iQ.
Guia per incorporar la interseccionalitat a les
polítiques locals. Igualtats connectades.
35

3. ¿Por qué hay que evaluar


con perspectiva de género?
Incluir la perspectiva de género en las evaluaciones es una
cuestión de cumplimiento de la normativa, de equidad y
de calidad, e indispensable para generar elementos de
conocimiento que mejoren las políticas, en general y en
clave de igualdad de género.

Tal y como se ha explicado en la sección anterior, las desigualdades de género


están presentes en todos los ámbitos y se concretan de varias maneras. De igual
manera, la mayoría de políticas y programas tienen un enfoque de género ciego o
parcial, a pesar de la inclusión del principio de transversalidad de género en el
diseño y la implementación de políticas. Por esta razón incluir la perspectiva de
género en las evaluaciones es clave para revisar ambos aspectos.

La literatura en perspectiva de género y evaluaciones destaca que incluir la pers-


pectiva de género en las evaluaciones es una cuestión de desempeño de la norma-
tiva, de equidad y de calidad. Evaluar con perspectiva de género es indispensable
para asegurar la calidad de la evaluación, identificar mejor qué funciona en políti-
cas y programas, y contribuir en la lucha por la igualdad y la justicia de género.

Integrar la perspectiva
de género en
las acciones de
evaluación resulta
en la generación
de evidencia más
pertinente y más
útil para el diseño y
la implementación
de las políticas.
36

En concreto, algunos de los argumentos los y las que evalúan está condicio-
clave a favor de incorporar la perspecti- nada por las prácticas y normas de
va de género en las evaluaciones de género. Los estereotipos de género,
políticas públicas son los siguientes: por ejemplo, pueden afectar a su
interpretación de la realidad social y
• Evaluar con perspectiva de género la manera en que se aproximan y
es clave para cumplir con los obje- analizan los fenómenos que estu-
tivos políticos y dar cumplimiento dian. Tal y como se ha introducido
a las disposiciones normativas en la sección anterior, el androcen-
existentes en materia de género y trismo impregna muchas de nues-
transversalidad de género. El marco tras decisiones, de forma que las
legal internacional, el estatal y el preguntas, los objetivos, los métodos
catalán recogen la igualdad de géne- y el análisis de evaluación reflejan
ro como objetivo político prioritario y supuestos implícitos y explícitos
establecen que la perspectiva de sobre la realidad social y, por lo
género se tiene que incorporar en el tanto, también sobre el género.
diseño y la implementación de las Introducir la perspectiva de género
políticas públicas en todos los ámbi- permite revisar la práctica de eva-
tos11.. Las evaluaciones con perspecti- luación, corregir estos sesgos asegu-
va de género contribuyen a la conse- rando así que la calidad de la evalua-
cución de estos objetivos políticos y a ción mejora y el conocimiento y los
la consolidación de la transversali- aprendizajes adquiridos no reprodu-
dad de género como principio de cen estereotipos de género (Bustelo,
actuación en política pública, tanto 2017; Espinosa & Bustelo, 2019).
en las políticas que se han diseñado
incorporando la perspectiva de géne- • Integrar la perspectiva de género en
ro como en las que no. la evaluación permite incorporar la
voz de colectivos con menor pre-
• Integrar la perspectiva de género en sencia en órganos de decisión.
las evaluaciones permite corregir Como se ha destacado en la sección
sesgos de género que afectan a la anterior, las mujeres y las personas
producción de conocimiento en las del colectivo LGTBIQ+ tienen menor
evaluaciones. La ejecución de una presencia en la política institucional
evaluación no es un proceso ajeno a y en los principales órganos de deci-
los sesgos de género. La mirada de sión de los ámbitos social y econó-

11. El Estatuto de Cataluña, por ejemplo, establece en su artículo 41


que “Los poderes públicos tienen que garantizar la transversalidad
en la incorporación de la perspectiva de género y de las mujeres en
todas las políticas públicas para conseguir la igualdad real y efectiva
y la paridad entre mujeres y hombres” y que “tienen que promover
la participación de los grupos y las asociaciones de mujeres en la
elaboración y la evaluación de estas políticas”. También en la Ley
17/2015, del 21 de julio, de igualdad efectiva entre mujeres y hombres
se recogen cuestiones como, por ejemplo, que “Los poderes públicos
tienen que promover la participación de los grupos y las asociacio-
nes que defienden los derechos de las mujeres en la elaboración y la
evaluación de las políticas públicas” (art. 3.5), así como que son com-
petencias de la Administración de la Generalitat “Hacer la evaluación
continuada de las políticas de igualdad de género y de la incorpora-
ción de la perspectiva de género en el conjunto de las actuaciones de
la Generalitat” (art 5.d).
37

mico. Las evaluaciones con perspec- mecanismos que las generan y


tiva de género contribuyen a refuerzan. Por otro lado, permite
visualizar sus necesidades y fomen- remarcar qué funciona para abordar
tan que las instituciones recojan e las desigualdades y, por lo tanto,
incorporen sus demandas. Así mis- generar conocimiento útil para
mo, la incorporación de los resulta- plantear intervenciones que contri-
dos y aprendizajes derivados de la buyan activamente a eliminarlas.
evaluación facilita la transparencia Tal y como se ha visto en la sección
y la rendición de cuentas hacia estos anterior, muchas políticas y progra-
colectivos, y les proporciona más mas tienen un enfoque de género
capacidad de decisión y control sobre ciego o acomodador. En este sentido,
las decisiones políticas que les afec- incluir la perspectiva de género en la
tan (Espinosa, 2010, p. 2691; ONU evaluación es clave para revisar
Mujeres, 2014). estas cuestiones y aportar evidencia
deseable para la mejora de las políti-
• Evaluar con perspectiva de género cas y los programas.
es clave para contribuir al buen
funcionamiento de programas y En definitiva, la evaluación, en calidad
políticas. En la sección anterior de proceso de reflexión crítica sobre la
también se ha destacado que el intervención pública, puede ser una
género es un eje de desigualdad herramienta muy potente de transfor-
transversal y que, por lo tanto, con- mación. Incorporar la perspectiva de
dicionará los resultados de la mayo- género pone en el centro de esta explo-
ría de planes, programas y políticas. ración la diversidad y la heterogeneidad
En este sentido, integrar la perspec- existentes en la ciudadanía y permite
tiva de género en las acciones de reevaluar el papel de las políticas públi-
evaluación y revisar la integración cas a la hora de dar respuesta a necesi-
en el diseño y la implementación de dades sociales diversas y desiguales y
las políticas que se evalúan permite producir más equidad y bienestar para
una mejor identificación de qué está todo el mundo.
funcionando y qué se ha de modifi-
car para mejorar la eficiencia y la
eficacia. Incluir la perspectiva de
género en la evaluación resulta, por
lo tanto, en la generación de eviden-
cia más pertinente y más útil gracias
al diseño y la implementación de las
políticas (Bustelo, 2017).

• Incorporar la perspectiva de género Introducir la


en la evaluación visualiza las des- perspectiva de género
igualdades y contribuye a diseñar permite revisar la
intervenciones públicas que las
tienen en cuenta y tratan de paliar-
práctica de evaluación
las. Por un lado, la evaluación con y corregir los sesgos,
perspectiva de género permite evi- asegurando así
denciar la existencia de desigualda- que la calidad de la
des de género e identificar factores y evaluación mejora.
38

4. ¿Qué quiere decir


incorporar la perspectiva de
género en la evaluación?
Incorporar la perspectiva de género en la evaluación
implica revisar qué se evalúa, es decir, cuáles son los
objetos de la evaluación; cómo se evalúa, es decir, qué
técnicas y análisis se usan durante la evaluación, y para
qué se evalúa, es decir, cuáles son los objetivos de la
evaluación.
Uno de los obstáculos más frecuentes a la hora de introducir la perspectiva de
género es el desconocimiento sobre cómo debe llevarse a la práctica y concretarse
en las diversas evaluaciones. Por mucha sensibilidad y compromiso que se tenga,
es un ámbito nuevo y todavía faltan ejemplos y criterios claros sobre qué quiere
decir exactamente aplicar esta mirada en el campo de la evaluación. Así pues, en la
práctica hay que preguntarse: ¿qué es una evaluación con perspectiva de género?
¿Qué implicaciones tiene incorporar esta perspectiva? En este apartado se aclaran
algunas confusiones conceptuales frecuentes y al mismo tiempo se esbozan los
principales elementos a tener en cuenta, que después se desarrollarán con más
detalle en las secciones siguientes.

Incluir la perspectiva de género tiene implicaciones importantes en tres de los


aspectos fundamentales que definen una evaluación: qué se evalúa, es decir, cuáles
son los objetos de la evaluación; cómo se evalúa, es decir, qué técnicas y análisis se
usan durante la evaluación, y para qué se evalúa, es decir, cuáles son los objetivos
de la evaluación.

Qué se evalúa
Para evaluar con perspectiva de género política. Por ejemplo, si se trata de un
hace falta que uno de los focos de la programa para fomentar la ocupación,
evaluación sea entender las implicacio- la evaluación analizará la idoneidad del
nes de la intervención en términos de programa para lograr este objetivo,
género. En general, la evaluación de una considerando, entre otras cosas, cuán-
política o programa tendrá como objeti- tas personas usuarias se han incorpora-
vo principal valorar cuestiones relacio- do al mercado de trabajo, a qué sectores
nadas con el ámbito de actuación de la y con qué tipo de contratos. Sin embar-
39

go, además de considerar estos aspec- el problema que pretende resolver.


tos, la evaluación también puede anali- Incluir la perspectiva de género quiere
zar qué implicaciones ha tenido el decir considerar de forma sistemática
programa en términos de género, por que estos factores pueden tener una
ejemplo, a través de revisar si la incor- dimensión de género y analizar las
poración de mujeres y hombres ha sido implicaciones de la política en términos
igual de exitosa o si los sectores y las de género como una dimensión más de
condiciones de trabajo varían entre las la evaluación.
personas beneficiarias de la política. A
este respecto, evaluar con perspectiva de
género implica que, además de conside- Para qué se evalúa
rar factores relacionados con el ámbito
de actuación de la política, la evaluación Evaluar con perspectiva de género no es
también considera las implicaciones de solo considerar el eje de género y las
la política o programa en términos de relaciones de género, sino también
género. trabajar para entender el origen de las
desigualdades, identificar factores útiles
En este sentido, es importante destacar para reducirlas y promover políticas
que evaluar con perspectiva de género públicas para la igualdad. Del mismo
es posible en cualquier tipo de política y modo, analizar las implicaciones de una
programa. No se ha de limitar a la intervención en términos de género no
evaluación de políticas y programas de garantiza que los resultados se utilicen
género o que han sido diseñados con para diseñar políticas con voluntad de
perspectiva de género, sino que se ten- reducir las desigualdades. En este senti-
dría que aplicar a la evaluación de do, una evaluación con perspectiva de
cualquier intervención, independiente- género tiene que querer contribuir acti-
mente de su ámbito de actuación. ¿Al- vamente a este objetivo, promover la
guien podría preguntarse qué tiene que rendición de cuentas en términos de
ver el género con programas de vivien- igualdad de género y asegurar que los
da, agricultura o urbanismo? A simple resultados de la evaluación son útiles
vista puede parecer que nada, pero si para la formulación de políticas públicas
nos hacemos preguntas más específi- a favor de la igualdad (Fletcher, 2019;
cas, como, por ejemplo, quiénes tienen Ligero Lasa et al., 2014; ONU Mujeres,
el control de los recursos, quiénes acce- 2015).
den a las ayudas o quiénes hacen uso de
los servicios y de qué manera, las cues-
tiones de género implícitas se hacen Cómo se evalúa
más evidentes y relevantes (Fletcher,
2015). Incluir la perspectiva de género en la
evaluación de políticas públicas también
Por otra parte, incorporar el género al tiene implicaciones metodológicas
objeto de evaluación no implica centrar- relevantes. Aun así, esto no quiere decir
se solo en analizar la relación y las que la evaluación con perspectiva de
implicaciones de la política en las rela- género constituya una metodología
ciones de género y olvidarse de otros específica. De hecho, no hay una única
aspectos. Las evaluaciones analizan manera de realizarla, sino que es más
varios factores de una intervención para bien una aproximación a la evaluación
valorar si esta es adecuada para abordar que se puede concretar de formas diver-
40

sas, dependiendo, como siempre sucede que refleja los objetivos, valores y priori-
en los procesos de evaluación, del con- dades de la institución que encarga y
texto y el marco en que ocurra y de recoge los datos y puede estar invisibili-
cómo se definan los objetivos, las pre- zando cuestiones importantes o propor-
guntas y los métodos de evaluación. En cionando una imagen poco fiel de la
este sentido, aunque a menudo el análi- realidad.
sis de género se vincula con las aproxi-
maciones cualitativas, no es necesaria- Lo mismo ocurre con las decisiones y la
mente así. Como veremos posterior- práctica de evaluación: no son neutros
mente, los enfoques cualitativos dan al género per se, sino que reflejan los
respuesta a algunos de los puntos clave valores y las sensibilidades del equipo
de la incorporación de la perspectiva de evaluador. En este sentido, para elabo-
género, pero también las metodologías rar una evaluación con perspectiva de
cuantitativas pueden tomar en conside- género hay que cuestionar la mirada del
ración la dimensión de género. La clave equipo evaluador y asegurar que la
es incorporar el análisis de género práctica de evaluación y las diferentes
sistemáticamente, y esto se puede hacer decisiones de evaluación incorporan la
de muchas maneras. perspectiva de género (ONU Mujeres,
2015). En las secciones siguientes vere-
Incluir la perspectiva de género implica mos más detalladamente cómo se
que se revisa y cuestiona la práctica de concretan estas consideraciones.
evaluación y se aplican las técnicas y
análisis pertinentes para asegurar que En definitiva, incorporar la perspectiva
la evaluación no contiene sesgos de de género en la evaluación conlleva la
género. En la elaboración de una eva- adaptación de los objetos de evaluación
luación, el equipo de evaluación tiene (qué se evalúa), el uso que se dará a la
que tomar una serie de decisiones evaluación (por qué se evalúa) y la
técnicas, por ejemplo, la selección de la práctica y las decisiones técnicas de
metodología, la selección de informan- evaluación (cómo se evalúa). La consi-
tes e indicadores o los tipos de análisis deración de estos tres aspectos implica
que se harán. Precisamente por su que en una evaluación con perspectiva
naturaleza técnica estas decisiones de género hay que revisar dos aspectos:
pueden parecer neutras en términos de la práctica de evaluación y la política a
género y por lo tanto cuestiones que no evaluar. Por un lado, incorporar la
hay que revisar. Aun así, los objetivos, perspectiva de género en la ejecución de
los métodos y los análisis de evaluación una evaluación quiere decir que se
no son neutros al género, sino que revisa la práctica y la mirada del equipo
reflejan prioridades y asunciones implí- de evaluación y las técnicas y análisis
citas y explícitas sobre la realidad social de evaluación que se aplican para ase-
y pueden incorporar sesgos de género gurar que el ejercicio de evaluación
(Bustelo, 2017). Por ejemplo, como vere- tiene perspectiva de género. Por otro
mos más adelante, a menudo los indi- lado, en una evaluación que incorpora
cadores se presentan como medidas la perspectiva de género se revisa la
objetivas de una situación concreta en política que se evalúa considerando su
un momento determinado. No obstante, enfoque de género (explícito o implícito)
si bien las medidas presentan una y sus implicaciones y efectos sobre las
realidad objetiva, la elección de qué se relaciones de género (ONU Mujeres,
mide y cómo se mide no es neutra, sino 2015).
41

Tabla 4. Qué es y qué no es la evaluación con perspectiva de género


Qué es Qué no es

• Una evaluación que reconoce la existencia de • Evaluar solo las políticas o programas diri-
desigualdades de género estructural y se com- gidos a la igualdad de género o que han sido
promete a contribuir a combatirlas. diseñados con perspectiva de género.

• Aplicable a cualquier política pública. • Evaluar solo las cuestiones sobre el género
dejando de lado la política de interés.
• Se preocupa por no sesgar el análisis y por
comprender el impacto en las desigualdades • Una descripción de cómo el programa o la
de género de los programas que evalúa. política afecta a las mujeres, o una desagrega-
ción de los datos por sexo12..
• Aplica de forma sistemática el análisis de
género. • Una metodología específica.

• Aporta elementos para la mejora de la inclusi- • Una evaluación cualitativa.


vidad y la equidad de las políticas.

• Incorpora el conocimiento experto en género y


la voz de las mujeres.

Fuente: Elaboración propia

4.1. Escenarios de
incorporación de la
perspectiva de género

Es importante tener presente que la En primer lugar, las políticas públicas


inclusión de la perspectiva de género pueden tener diferente grado de recono-
puede tener diferentes ambiciones y cimiento e incorporación de la dimen-
grados. El contexto es fundamental: no sión de género, lo que puede modular el
es lo mismo partir de un programa que proceso de evaluación, el cual en fun-
ya cuenta con un análisis de género en ción de esto podrá plantearse objetivos
su diseño, plantea medidas específicas más o menos ambiciosos. En las políti-
de promoción de la igualdad o tiene cas que ya han incorporado la perspecti-
información abundante sobre las perso- va de género en el diseño, la evaluación
nas destinatarias, que de un programa puede contribuir, por poner un ejemplo,
que empieza de cero. A la par, el dife- a verificar las hipótesis y la teoría del
rente grado de sensibilización, compro- cambio establecida, mientras que en las
miso y experiencia en materia de géne- que no han sido diseñadas incorporan-
ro, tanto de la administración que do esta perspectiva justamente el proce-
promueve la evaluación como del equi- so de evaluación es una oportunidad
po que la lleva a cabo, plantea escena- clave para incluir la reflexión sobre la
rios muy diferentes, igual que los condi- desigualdad de género y, por lo tanto,
cionantes temporales y los recursos con detectar los sesgos de género y revisar el
que se cuente. programa para garantizar que sea más

12. Es una condición necesaria, pero no suficiente. La sección 5 pro-


fundiza más en esta cuestión.
42

efectivo, equitativo y robusto. No hemos • En la definición del para qué se


de esperar que las políticas tengan evalúa, es decir, del uso que se hará
perspectiva de género para aplicarla, al de la evaluación, la responsabilidad
contrario, incorporarla hasta donde se es más compartida. El equipo de
pueda siempre mejorará la calidad del evaluación ha de elaborar materiales
análisis realizado. Y viceversa, el hecho que recojan recomendaciones especí-
de que la política incorpore la perspecti- ficas de cómo mejorar la política
va de género puede facilitar que la evaluada en términos de género y
evaluación también tenga esta perspec- puede diseñar una estrategia de
tiva, pero no es una condición suficien- transferencia que ayude a comuni-
te. Una evaluación ciega al género puede car los resultados a las mujeres, las
contener sesgos, aunque inicialmente la personas del colectivo LGTBIQ+ o las
política a evaluar se haya planteado entidades que trabajan por la igual-
contando con una mirada de género. dad de género. Aun así, el rol de la
unidad que encarga la evaluación es
Por otro lado, el grado de incorporación clave para incorporar los resultados
de la perspectiva de género también de la evaluación a la toma de deci-
tendrá que ver con la sensibilidad y el siones políticas y al diseño o imple-
compromiso tanto de la unidad que mentación de futuras intervencio-
encarga la evaluación, por ejemplo, la nes, y para rendir cuentas a la
administración pública, como de la ciudadanía.
unidad que ejecuta la evaluación, es
decir, el equipo de evaluación. Ambos • En la definición de cómo se evalúa,
actores, administración y equipo eva- es decir, del diseño metodológico y
luador, tienen lógicamente diferente la ejecución de la evaluación, la
capacidad y responsabilidad a la hora responsabilidad de evaluar con
de decidir qué se evalúa, para qué se perspectiva de género recae princi-
evalúa y cómo se evalúa, de forma que palmente en el equipo de evalua-
la responsabilidad de revisar la política ción. El equipo de evaluación toma
evaluada y la práctica de evaluación las decisiones técnicas y por tanto su
recae de manera desigual en las dos mirada será clave para garantizar
unidades generalmente involucradas en que las acciones de evaluación pre-
la ejecución de una evaluación: vistas incluyen perspectiva de géne-
ro. Durante la ejecución de la evalua-
• En la definición de qué se evalúa, es ción, la unidad que encarga puede
decir, de los objetos y las priorida- supervisar las decisiones y acciones
des de evaluación, el rol principal de la evaluación para asegurar que
recae en la unidad que encarga la incorporan perspectiva de género.
evaluación. En una evaluación por Sin embargo, la evaluación estará
encargo, es la unidad que encarga la afectada por los sesgos de género si
evaluación la que suele definir qué el equipo de evaluación no incorpora
cuestiones hay que evaluar. En la perspectiva de género en la prácti-
algunos casos, el equipo de evalua- ca de evaluación.
ción puede asesorar sobre qué obje-
tos de análisis deben considerarse, Idealmente, el desarrollo de una evalua-
pero suele tener un papel secunda- ción con perspectiva de género requiere
rio. la sensibilidad y voluntad de la unidad
43

que encarga la evaluación, y la mirada y que encarga la evaluación es insufi-


pericia del equipo que lo ejecuta. La ciente para garantizar que se incor-
voluntad de ambas unidades permite pore la perspectiva de género duran-
revisar la práctica de evaluación y la te la ejecución de la evaluación. Si el
política que se evalúa con perspectiva de equipo de evaluación no revisa su
género. A pesar de que la situación práctica, no se analizarán bien las
idónea sería contar con ambos factores, implicaciones de la política en tér-
la realidad suele ser más compleja. Por minos de género y no se obtendrán
ejemplo, la unidad que encarga la eva- resultados y aprendizajes relevantes
luación puede mostrar poco interés en para la toma de decisiones políticas.
analizar las implicaciones de la política Si bien la evaluación pretende incluir
en términos de género. Así mismo, en la perspectiva de género, se infrava-
otros casos, aunque la unidad que en- lora la importancia del rol del equipo
carga la evaluación puede estar muy de evaluación en la consecución de
sensibilizada de la importancia de este objetivo. El sesgo de género se
evaluar con perspectiva de género, la puede concretar en la llegada a
evaluación no incluirá correctamente la conclusiones erróneas, el fracaso al
perspectiva de género si el equipo de captar elementos interpretativos
evaluación no revisa su práctica. clave o la elusión de barreras de
acceso, entre otras cuestiones. Sin
Así pues, en función de la voluntad y embargo, el hecho de que el encargo
sensibilidad de las unidades involucra- incorpore la perspectiva de género da
das y de hasta qué punto se incorpora la un mensaje positivo y contribuye a ir
perspectiva de género en el propósito y generando en la comunidad evalua-
en el objeto de la evaluación, encontra- dora la conciencia de la importancia
mos diferentes escenarios: de esta mirada.

• Evaluación ciega al género: tanto la • Evaluación ejecutada con perspec-


unidad que encarga la evaluación tiva de género, pero que no aborda
como el equipo de evaluación no específicamente el análisis de
tienen sensibilidad de género, por lo género: el equipo de evaluación tiene
tanto, no se tiene en cuenta este formación y conocimientos específi-
factor al definir qué se evalúa y cos sobre las relaciones de género,
cómo se evalúa. En consecuencia, la pero la unidad que encarga la eva-
evaluación contendrá sesgos de luación no está interesada en eva-
género y tendrá menos capacidad luar con perspectiva de género. En
para comprender qué está pasando estos casos, el equipo de evaluación
con el programa, a la vez que contri- puede revisar su práctica de evalua-
buirá a hacer que se reproduzca el ción, es decir, el cómo se evalúa,
statu quo. para incorporar la perspectiva de
género. La revisión de la práctica de
• Evaluación afectada por los sesgos evaluación con perspectiva de género
de género: la unidad que encarga la mejora la calidad de la evaluación y
evaluación tiene sensibilidad de corrige sesgos de género en las deci-
género y plantea evaluar desde este siones técnicas. Aun así, si la unidad
punto de vista, pero el equipo evalua- que encarga la evaluación tiene poca
dor no revisa su práctica. La inten- sensibilidad de género, puede ser
ción y sensibilización de la unidad habitual que el equipo de evaluación
44

se encuentre con resistencias para unidad administrativa sea más


revisar las implicaciones de la políti- consciente de la dimensión de géne-
ca en términos de género (es decir, ro en el programa que impulsa.
para definir qué se evalúa) y para
definir a quién llegan los resultados • Evaluación con capacidad transfor-
de la evaluación y cómo se incorpo- madora de reducción de desigual-
ran a la toma de decisiones políticas dades: tanto la unidad que encarga
(para qué se evalúa). De este modo la como la unidad que evalúa tienen
integración de la perspectiva de sensibilidad de género. En estos
género es solo parcial. Pese a todo, casos, es posible ejecutar una eva-
puede suponer un adelanto significa- luación que incluye la perspectiva de
tivo que no se debe subestimar. La género de forma integral y en todas
integración de la perspectiva de las fases y decisiones. Con la volun-
género en la práctica de la evalua- tad de la unidad que encarga la
ción es clave para garantizar evalua- evaluación y del equipo de evalua-
ciones de mayor calidad y para ción es posible revisar la práctica de
evitar que durante la ejecución de la evaluación, cuestionar la política que
evaluación se reproduzcan estereoti- se evalúa y facilitar que los resulta-
pos de género. Tendrá dificultades dos de la evaluación se acaben incor-
para generar un análisis específico porando a la toma de decisiones
del impacto de género, pero la eva- políticas.
luación cuenta con más calidad y
permite identificar elementos clave La Tabla 5 resume los escenarios que se
que ayuden a enriquecer la mirada producen en función de la sensibilidad
de la administración que encarga la de género de las dos unidades involu-
evaluación. Puede facilitar que la cradas en la evaluación.

Una evaluación ciega


al género puede
contener sesgos,
aunque la política a
evaluar inicialmente
se haya planteado
contando con una
mirada de género.
45

Tabla 5. Escenarios de evaluación en función de la


sensibilidad de género de las unidades

Incorporación de la igualdad de género en el Qué evaluar

Unidad que encarga no tiene sensibili- Unidad que encarga tiene sensibilidad
dad de género de género

Evaluación ciega al género Evaluación afectada por sesgos de


género
• No se revisa la política: la evalua-
ción no incluye el análisis de las • Intención de revisar la política
implicaciones de género como evaluada en temas de género. Las
objeto de estudio. implicaciones de género se defi-
Equipo de nen como objeto de estudio.
evaluación • No se revisa la práctica de eva-
no revisa la luación. • No se revisa la práctica de evalua-
práctica de ción.
La evaluación carece de perspectiva
evaluación de género. La evaluación tiene menos La evaluación tiene menos calidad y
calidad y no identifica bien las im- puede no identificar bien las impli-
Incorporación de la igualdad de género en el Cómo se evalúa

plicaciones de la política en términos caciones de la política o programa en


de género. términos de género. Posibilidad de
que la incorporación de la perspectiva
sea fallida.

Evaluación con incorporación par- Evaluación con perspectiva de géne-


cial de la perspectiva de género ro y capacidad transformadora para
la reducción de las desigualdades
• La política no se revisa explícita-
mente. La unidad que encarga la • Se revisa la política. La unidad de
evaluación puede mostrar resis- evaluación facilita el análisis de
tencia a analizar las implicacio- las implicaciones de la política.
nes de la política y a incorporar
los resultados de la evaluación • El equipo de evaluación revisa su
en la toma de decisiones políti- mirada y práctica de evaluación
cas. incorporando la perspectiva de
género.
Equipo de eva- • El equipo de evaluación revisa su
La evaluación no es sesgada, tiene
luación revisa mirada y práctica de evaluación
la práctica de incorporando la perspectiva de más calidad y analiza las implicacio-
evaluación género. nes de género. Facilita la revisión del
diseño de la política.
La evaluación no es sesgada y tiene
más calidad, pero la incorporación es
parcial porque no se llegan a valorar
específicamente las implicaciones de
género del programa.

Puede aportar elementos para fa-


cilitar la toma de conciencia de la
unidad que encarga sobre la impor-
tancia de evaluar el impacto.

Fuente: Elaboración propia


46

Entender las responsabilidades compar- trabajar con perspectiva de género para


tidas en la elaboración de una evalua- mejorar la calidad de sus evaluaciones y
ción con perspectiva de género es útil asegurar que su práctica no reproduce
para aclarar qué se ha de hacer y con los estereotipos y las desigualdades de
qué limitaciones se encuentran las género deben tener presente que tienen
unidades involucradas en una evalua- mucha más capacidad de revisar y
ción cuando quieren desarrollar una adaptar su práctica de evaluación (cómo
evaluación que incorpore la perspectiva se evalúa) que de plantear qué se evalúa
de género. y para qué se evalúa. En todos aquellos
casos en que la unidad que encarga no
En el caso de la unidad que encarga la tiene sensibilidad ni voluntad para
evaluación, si tiene interés en evaluar analizar las implicaciones de políticas
alguna política o programa con perspec- de género, el equipo de evaluación se
tiva de género, debe hacer explícito este tendrá que limitar a integrar la perspec-
interés, definir el análisis de las impli- tiva de género en las acciones de eva-
caciones de la política en términos de luación sobre las que tiene el rol princi-
género como uno de los objetos centra- pal.
les de la evaluación y asegurar que los
resultados de la evaluación se incorpo- La Tabla 6 resume las responsabilidades
rarán en la toma de decisiones políticas principales y secundarias de las unida-
a favor de la igualdad. Así mismo, la des involucradas en una evaluación
unidad que encarga la evaluación suele para incluir la perspectiva de género.
tener libertad para decidir a quién
contrata; por lo tanto, en el caso de
tener interés en evaluar con perspectiva
de género, hará falta que seleccione a
un equipo adecuado con sensibilidad y
formación para trabajar con perspectiva
de género. Finalmente, habrá que esta-
blecer el análisis con perspectiva de
género como un requisito clave en el
encargo de evaluación.

En el caso de la unidad que ejecuta la


evaluación, su función principal es La inclusión de la
revisar y cuestionarse la práctica de perspectiva de género
evaluación usada para asegurar que la puede tener diferentes
ejecución de la evaluación no incluye ambiciones y grados
sesgos de género y no ratifica el statu
en función del grado
quo en términos de relaciones de géne-
ro. Como ya hemos comentado, esta de sensibilización,
cuestión es clave para mejorar la cali- compromiso y
dad de la evaluación porque permite experiencia en materia
una mejor comprensión de la realidad de género, tanto de
social y una mejor identificación de si
la política funciona y si funciona igual
la administración
para todos los colectivos. Además, los como del personal
equipos de evaluación que quieran evaluador.
47

Tabla 6. Responsabilidades principales y secundarias de las unidades


de evaluación

Unidad de Responsabilidades Responsabilidades


evaluación principales secundarias

• Definir un encargo de evaluación • Revisar que la práctica del equipo de


con perspectiva de género. evaluación incluye perspectiva de
género.
• Incluir el análisis de las impli-
caciones de la política en térmi- • Facilitar al equipo de evaluación la
nos de género como objeto de la información y los datos necesarios
Unidad que evaluación. para la evaluación.
encarga la
evaluación • Incorporar los resultados de la
evaluación en la toma de decisio-
nes políticas.

• Identificar los actores clave con


quienes debe contar el proceso de
evaluación.

• Revisar la práctica de evaluación • Sensibilizar al equipo de evaluación


y corregir los sesgos de género de la importancia de evaluar con
en las decisiones de evaluación perspectiva de género para mejorar
durante todas las fases de la la calidad de la evaluación y las im-
evaluación. plicaciones en términos de igual-
dad de género.
Equipo de
evaluación
• Analizar las implicaciones de la
política en términos de género y • Entender las limitaciones de un en-
elaborar materiales y recomen- cargo de evaluación y adaptar la in-
daciones específicas de género clusión de la perspectiva de género
que permitan incorporar los a las necesidades de evaluación que
resultados de la evaluación en la expresa la unidad que lo encarga.
toma de decisiones políticas.

Fuente: Elaboración propia

Las estrategias, herramientas y accio- y qué fuentes de información utilizar,


nes que se detallan en las secciones qué informantes incorporar, cómo
siguientes están pensadas para incorpo- organizar el trabajo de campo y cómo
rar la perspectiva de género en la revi- hay que redactar el informe de evalua-
sión de la práctica de evaluación y en la ción con perspectiva de género. Por otro
revisión de la política que se evalúa. Por lado, se describen herramientas y accio-
un lado, parte de las herramientas que nes útiles para analizar la política en
se explican van dirigidas a cuestionar la materia de género y captar las implica-
práctica de evaluación y las decisiones ciones en este terreno. Estas herra-
técnicas que toma el equipo de evalua- mientas van más dirigidas a cuestionar
ción. Estas herramientas sirven al la política y sirven al equipo de evalua-
equipo de evaluación para revisar la ción para saber dónde hay que mirar y
mirada que usan y asegurarse de que qué aspectos hay que revisar para en-
corrigen sus sesgos de género. Entre tender cómo la política o programa
otros, hacen referencia, por ejemplo, a afecta a las relaciones de género.
elementos varios como qué metodología
48

5. ¿Cómo evaluar con


perspectiva de género?
La perspectiva de género en cada fase
del proceso de evaluación
La incorporación de la perspectiva de género en las
evaluaciones es una decisión que cambia el enfoque
general de la evaluación e implica adaptar las decisiones
centrales para cada fase incorporando la mirada de
género.

Una vez que se ha definido qué es la perspectiva de género, porqué hay que in-
cluirla en las evaluaciones de políticas y programas, y qué quiere decir incluir la
perspectiva de género en las evaluaciones, la sección siguiente define elementos
prácticos sobre cómo incorporarla en cada fase de la evaluación, señalando en
cada punto los elementos a tener en cuenta para poner en práctica una evaluación
con perspectiva de género.
Para concretar cómo y cuándo se ha de incorporar la perspectiva de género en la
evaluación, es útil referirse a las diferentes fases de la evaluación. A pesar de que
no siempre son explícitas, la evaluación de un programa o política se desarrolla en
varias fases. En primer lugar, hay una fase de planificación de la evaluación en la
que se revisa el encargo de evaluación y la evaluabilidad del programa, se forma
el equipo de evaluación y se acuerdan los objetivos de la evaluación. En segundo
lugar, una fase de diseño metodológico donde se definen las preguntas de evalu-
ación, la metodología de recogida de información y de análisis (indicadores, mé-
todos, informantes...) y las acciones de evaluación previstas. En tercer lugar, una
fase de ejecución de la evaluación en la que se recoge y se analiza la información,
se interpretan los resultados y se hacen explícitas las conclusiones y recomen-
daciones. Finalmente, una fase de toma de decisiones en la cual se difunden los
resultados y se incorpora la evidencia generada en la toma de decisiones respecto
a la política evaluada. A lo largo del proceso de evaluación, si el compromiso con la
incorporación de la perspectiva de género no es explícito, se puede perder. Incorpo-
rar la perspectiva de género en la evaluación tiene que ser, por lo tanto, un proceso
sistemático, lo que implica que en cada una de estas fases y en las decisiones y
acciones pertinentes para cada fase se considera la perspectiva de género (Gómez &
Menéndez, 2018; Murguialday et al., 2008).
49

Esquema 2. Fases del proceso de evaluación

Diseño Toma de
metodológic Ejecución
decisiones

Fuente: Elaboración propia

Más específicamente, esto quiere decir y adaptar su práctica incorporando la


que la perspectiva de género se tiene perspectiva de género. En esta se ofrecen
que incorporar en decisiones tan diver- recursos prácticos para incluir la pers-
sas como la elección de técnicas y méto- pectiva de género en las tareas y decisio-
dos para la evaluación, la selección de nes asociadas a las diferentes fases de la
fuentes de información, los tipos de evaluación (planificación, diseño, ejecu-
análisis que se llevan a cabo y la comu- ción y toma de decisiones), y se relacio-
nicación de la evaluación. A este respec- na el uso de estas herramientas con el
to, para comprobar cómo se aplica la grado de inclusión real de la perspectiva
perspectiva de género en la evaluación, de género en la evaluación que se ejecu-
es importante considerar y revisar ta. La sección, sin embargo, también es
cuestiones específicas para cada fase. útil para profesionales de la administra-
ción y del tercer sector social interesados
Esta sección aborda dos aspectos funda- en evaluar con perspectiva de género. La
mentales: información ofrecida les permite enten-
der cuáles son las estrategias que hay
• A partir de qué estrategias, herra- que utilizar para ejecutar una evaluación
mientas y acciones se puede incor- con perspectiva de género. De igual
porar la perspectiva de género. modo, les puede ser útil para formular
encargos de evaluación que incluyan
• Cuándo utilizar estas herramientas requisitos específicos sobre qué se ha de
en las diferentes fases del proceso de hacer y qué se debe incluir en una eva-
evaluación. luación con perspectiva de género, y para
supervisar la práctica del equipo evalua-
La sección más práctica va dirigida a los dor una vez iniciada la evaluación, así
y las profesionales de la evaluación que como para orientar la comunicación y
quieran revisar la mirada que emplean utilización de los resultados.

Es necesario tener en
cuenta la perspectiva
de género a lo largo
de cada fase de
la evaluación.
50

5.1. Fase 0. El encargo


de evaluación
Antes de considerar estrategias para mujeres de minorías y personas del
incorporar la perspectiva de género en colectivo LGTBIQ+) y también contar
la evaluación, es relevante pararnos a con estas voces en el propio proceso
revisar la fase previa al inicio de la de evaluación.
evaluación: la definición del encargo de
evaluación. La definición del encargo de Definir un encargo de evaluación con
evaluación es responsabilidad de la perspectiva de género hace patente la
unidad que encarga la evaluación y existencia de la voluntad política para
especifica la demanda y la motivación evaluar con perspectiva de género, una
para evaluar. Para articular un encargo cuestión que facilita mucho la incorpo-
de evaluación con perspectiva de géne- ración de la perspectiva de género en
ro, hace falta que la unidad que encarga todos los aspectos de la evaluación.
la evaluación explicite este aspecto y
pida como requisito para la evaluación De la misma manera, en el propio
la incorporación de la perspectiva de encargo también se pueden explicitar
género. De manera más concreta, la otras cuestiones más concretas sobre
unidad que encarga la evaluación puede cómo se deberá llevar a cabo el proceso:
aprovechar la definición del encargo
para puntualizar aspectos clave con el • Contar con el organismo o unidad de
fin de que la evaluación tenga capaci- igualdad referente para contrastar la
dad transformadora para reducir las definición del encargo de evaluación
desigualdades de género, incorporándo- y garantizar que se incluyen los
lo a los términos de referencia. aspectos clave desde el punto de
vista de género (así como en el segui-
• Explicitar el objetivo de evaluar con miento de su ejecución y en la pre-
perspectiva de género. sentación de resultados, como abor-
daremos posteriormente).
• Explicitar que uno de los objetos a
evaluar ha de ser la implicación de • Exigir conocimiento experto en
la política en términos de género. género en los equipos de evaluación
e incorporar la explicación de cómo
• Explicitar que la metodología del se garantizará la incorporación de la
proceso de evaluación tiene que perspectiva de género a modo de
incorporar la perspectiva de género. criterio de valoración del proyecto
técnico.
• Explicitar que se quiere que los resul-
tados y aprendizajes de la evaluación • Explicitar, en los términos de refe-
se incorporen al diseño e implanta- rencia, que el informe de resultados
ción de políticas para reducir las ha de presentar datos desagregados
desigualdades de género. por sexo, tener un apartado explícito
de impacto de género y exigir len-
• Explicitar que se quiere rendir cuen- guaje inclusivo.
tas a colectivos vulnerables (mujeres,
51

5.2. Fase 1. La planificación


de la evaluación
La planificación de la evaluación es la estas tareas se puede incluir la perspec-
fase en que el equipo de evaluación tiva de género. En concreto, es pertinen-
revisa el encargo y las demandas de te revisar el encargo de evaluación,
evaluación. En esta fase el equipo de seleccionar el equipo adecuado, definir
evaluación tiene que plantear qué tipo un objetivo y los propósitos de uso de la
de evaluación se hará, definir los objeti- evaluación en clave de género, y valorar
vos y las necesidades de conocimiento la evaluabilidad del programa en clave
sobre el programa o política que se de género. A continuación, explicamos
evalúa, y revisar los recursos disponi- con más detalle qué implican estos
bles para la evaluación. En cada una de elementos.

Cuando definimos
los objetivos y las
necesidades de
conocimiento sobre
el programa o la
política que se evalúa,
hay que pensar en
clave de género.
52

5.2.1 Revisar el encargo


de evaluación
En la sección 4, Qué quiere decir evaluar evaluar con perspectiva de género, el
con perspectiva de género, se ha defini- equipo evaluador puede intentar sensi-
do que evaluar con perspectiva de géne- bilizar a esta unidad de los beneficios de
ro quiere decir revisar qué se evalúa, incluir la perspectiva de género y de
para qué se evalúa y cómo se evalúa, y analizar explícitamente cuestiones de
requiere la colaboración y la sensibili- género, adaptando el encargo. En el caso
dad de género de la unidad que encarga de que esta sensibilización no surta
la evaluación y de la unidad que ejecuta efecto, el grado de inclusión de la pers-
la evaluación. Del mismo modo, tam- pectiva de género será menor y se con-
bién se ha destacado que, si bien la centrará en aquellas decisiones que el
voluntad de ambas unidades sería ideal, equipo de evaluación toma para revisar
no siempre ocurre así. En algunos la práctica y la mirada de evaluación
casos, los encargos de evaluación inclu- que usa para garantizar una evaluación
yen explícitamente referencias a cues- no sesgada.
tiones de género, pero en otros no. En la
fase de planificación, hace falta, pues, Definir este aspecto no es relevante en
que el equipo de evaluación revise el las evaluaciones que se realizan inter-
encargo de evaluación y adapte el grado namente. Cuando la propia entidad
de inclusión de la perspectiva de género implementadora es la que realiza la
a aquello especificado en el encargo. evaluación de la intervención, hay que
intentar incluir la perspectiva de género
Si el encargo de evaluación incluye en todas las decisiones de evaluación y
perspectiva de género y la unidad que apostar por hacer una evaluación con
encarga la evaluación muestra voluntad integración total de la perspectiva de
y sensibilidad para revisar las implica- género.
ciones de la política o programa en
términos de género, será posible incor-
porar la perspectiva de género de forma
integral, y esto facilitará sacar adelante
una evaluación con capacidad transfor-
madora para reducir las desigualdades.

No obstante, si, al contrario, el encargo


de evaluación no incluye referencias
explícitas a evaluar con perspectiva de
género, el equipo evaluador continuará
teniendo capacidad de incidencia. Du-
rante la planificación de la evaluación Incorporar la
hay contacto entre la unidad que encar- perspectiva de género
ga la evaluación y el equipo de evalua- en la evaluación es más
ción, y la responsabilidad de las decisio-
fácil si el encargo lo
nes de evaluación es compartida. Así
pues, aunque la unidad que encarga la contempla y la unidad
evaluación de entrada no manifieste que la encarga muestra
sensibilidad de género ni interés para voluntad de hacerlo.
53

5.2.2. Seleccionar el equipo


de evaluación adecuado
La literatura especializada destaca que de evaluación para facilitar el trabajo
la composición del equipo de evaluación de campo en aquellos proyectos en
es un elemento muy relevante para los que se tiene que hablar con hom-
asegurar el uso de la perspectiva de bres y hay ciertas barreras sociales y
género en las diferentes fases de la culturales que hacen más sencillo y
evaluación; aun así, no hay unos crite- efectivo que los hombres sean entre-
rios definidos. Siguiendo las propuestas vistados por hombres (Murguialday
de varias fuentes, parece especialmente et al., 2008).
importante asegurar que:
Así mismo, la literatura sugiere que en
• El equipo tiene competencias en las evaluaciones con perspectiva de
evaluación de políticas y forma- género es pertinente incluir la participa-
ción, y conocimientos específicos ción de una o más personas expertas en
sobre las relaciones de género y la materia de género o igualdad en el
manera en la que se expresan en ámbito de análisis de la evaluación para
ámbitos, grupos y contextos con- complementar y supervisar el trabajo
cretos (Gómez & Menéndez, 2018; del equipo de evaluación (Gómez &
Ligero Lasa et al., 2014; ONU Mujeres, Menéndez, 2018; Ligero Lasa et al., 2014;
2014, 2015). ONU Mujeres, 2014). En este sentido, se
puede recurrir a la inclusión de estas
• El equipo evaluador está formado figuras como contraste externo en mo-
como mínimo por un 40 % de mu- mentos clave, en comités de seguimien-
jeres (Gómez & Menéndez, 2018). to de la evaluación, etcétera. En la selec-
Igualmente, la incorporación de ción de personas expertas hay que evitar
perfiles diversos en cuanto a origen, elegir siempre a expertos hombres. Del
edad, orientación sexual y otras mismo modo, sería recomendable que
cuestiones puede facilitar la inclu- más de una persona del equipo de eva-
sión de perspectivas distintas y una luación tuviera competencias en mate-
mayor capacidad para comprender ria de género; por limitaciones varias
la diversidad social mejorando, por puede ser que solo una persona del
lo tanto, la calidad de la evaluación. equipo las tenga. En estos casos, la
figura de la persona experta externa
• Valorar la relevancia de incluir un adquiere más relevancia y puede ser
equipo mixto. Se recomienda la especialmente útil para asesorar al
inclusión de hombres en los equipos equipo de evaluación.

La composición del
equipo de evaluación
es relevante para
asegurar el uso de la
perspectiva de género
en las diferentes fases
de la evaluación.
54

5.2.3. Definir los objetivos


y los propósitos de uso
de la evaluación con
perspectiva de género
En la fase inicial de una evaluación es Así mismo, se pueden adaptar los
esencial determinar cuáles son los objetivos específicos en clave de
objetivos de evaluación y qué propósito género; en el caso de que la evalua-
de uso se le quiere dar. La definición de ción de un programa tenga como
los objetivos de evaluación es clave para objetivo revisar si las intervenciones
concretar las necesidades de evaluación han sido igual de efectivas entre los
y guiar los esfuerzos y las acciones de diferentes perfiles de las personas
evaluación para que respondan aquello participantes, se puede adaptar el
que es relevante para la institución que objetivo específico de analizar dife-
la encarga. La definición de los propósi- rencias entre mujeres y hombres,
tos de uso de la evaluación es clave para incluir la identificación de obstácu-
asegurar que el conocimiento que se los específicos, etcétera.
genere sea útil para las finalidades
esperadas. • Propósitos de uso de la evaluación
integrando la perspectiva de géne-
Dada la importancia de estos factores, ro. Para integrar la perspectiva de
una estrategia útil para incorporar la género en la definición de los propó-
perspectiva de género en la evaluación sitos de uso de la evaluación, la
es definir objetivos y propósitos de uso literatura sugiere que es importante
en clave de género. La definición de definir dos propósitos. Primero,
estos dos aspectos suele estar marcada hacer explícito que se quiere que la
por la unidad que encarga la evalua- evaluación sirva para adquirir
ción, especialmente cuanto a la defini- aprendizajes que permitan avanzar
ción de los propósitos de uso de la eva- hacia el diseño y la implementación
luación. Sin embargo, en esta etapa, el de políticas y programas que contri-
equipo de evaluación puede orientar a la buyan a la igualdad de género. Se-
unidad que la encarga para incorporar gundo, asegurar que la evaluación
objetivos y propósitos de uso de la eva- servirá para la rendición de cuentas
luación con perspectiva de género. a las mujeres o las personas del
colectivo LGTBIQ+, grupos con menor
• Objetivos en clave de género. Para presencia en los ámbitos de decisión
evaluar las implicaciones de la (Espinosa, 2010; ONU Mujeres, 2015).
política en términos de género, es Es habitual que se definan la incor-
útil adquirir un compromiso explíci- poración en la toma de decisiones y
to e intencional y definir objetivos de la rendición de cuentas como propó-
evaluación en clave de género. Por sitos de uso de muchas evaluaciones.
ejemplo, se puede definir como Incluir la perspectiva de género hace
objetivo general de la evaluación más específicos estos objetivos en
analizar las implicaciones de la clave de género.
intervención en términos de género.
55

5.2.4. Valorar la
evaluabilidad del programa
en términos de género

En la puesta en marcha de la evalua- género y el equipo evaluador tiene


ción es importante analizar qué y hasta una tarea más sencilla, orientada a
qué punto se puede evaluar, de qué tipo revisar si el planteamiento es correc-
de recursos e información se dispone y to, a la vez que el análisis de género
cómo se tendría que enfocar la evalua- puede ser más sistemático y profun-
ción para sacarle el máximo rendimien- do. Por el contrario, en los casos que
to (Blasco, 2009; Peersman et al., 2015). no incluyen referencia al género es
Una estrategia útil para incorporar la probable que falte información de la
perspectiva de género en las evaluacio- participación y el impacto diferen-
nes es revisar la evaluabilidad también cial de la política según el género,
en clave de género (Gómez & Menéndez, por lo tanto, se deberá hacer especial
2018). La Guía práctica 1. Cómo iniciar incidencia en ellos y desarrollar
una evaluación: oportunidad, viabilidad estrategias para darles respuesta,
y preguntas de evaluación y el Protocolo valorando, por ejemplo, información
de evaluabilidad de políticas públicas interna referida a la intervención o
elaborados por Ivàlua recogen elemen- información externa de otras fuentes
tos prácticos sobre cómo valorar la que faciliten la evaluación (Fletcher,
evaluabilidad de una política o progra- 2015; Gómez & Menéndez, 2018; Mur-
ma en la fase inicial de una evaluación. guialday et al., 2008).
Para examinar la información disponi-
ble para evaluar con perspectiva de • Revisar si la información disponi-
género, la literatura recomienda consi- ble facilita la evaluación con pers-
derar los aspectos siguientes: pectiva de género. Hay que conside-
rar dos tipos de información:
• Revisar la inclusión del género en • Información del programa.
la intervención. En la fase inicial Valorar el tipo de información de
hay que revisar qué tipo de referen- la que se dispone y que ha sido
cia hace la política o programa al recogida por el equipo promotor.
género. Como planteábamos en la Por ejemplo: ¿Se cuenta con el
sección 4, considerando este aspecto informe de impacto de género? ¿El
nos podemos encontrar dos casos: programa recoge datos de la situa-
primero, que el programa reconozca ción inicial, para los valores que se
el eje de género e incorpore referen- quieren analizar? ¿Los datos están
cias al género en su diseño, imple- segregados por sexo? ¿Incluyen
mentación y resultados; segundo, y información de otras variables de
más frecuente en programas que no interés, como por ejemplo la etnia,
son específicamente de impulso de los recursos económicos, la edad,
la igualdad de género, que el progra- el tipo de hogar? ¿Se dispone de
ma no incluya perspectiva de género información sobre cómo respon-
ni referencias en esta dimensión. den y valoran la intervención
Los casos que incluyen perspectiva mujeres y hombres? ¿El programa
de género facilitan la evaluabilidad tiene indicadores específicos de
del programa con perspectiva de desigualdades de género y ha
56

hecho el seguimiento? ¿Durante la tura especializada en el ámbito de


implementación de la interven- análisis. Esta información es clave
ción, se ha hecho un seguimiento para complementar la información
de los perfiles de las personas referida al programa y mejorar la
beneficiarias del programa? ¿La evaluabilidad (Blasco, 2009; Peers-
institución puede facilitar esta man et al., 2015).
información para la evaluación?
(Fletcher, 2015; Peersman et al.,
2015). En este sentido, es tarea de En el supuesto de que la intervención no
la unidad administrativa respon- incorpore ningún tipo de referencia a la
sable ir incorporando la desagrega- inclusión de la perspectiva de género y
ción de datos de forma sistemática falte información de la intervención que
e ir desarrollando información útil la pueda complementar, la evaluación
para evaluar la igualdad de género, será más complicada pero posible. El
de acuerdo también con la norma- equipo de evaluación tiene que ser capaz
tiva vigente. A pesar de todo, esto de reconstruir la noción implícita de
no siempre se cumple: incluso en género en la política o programa a partir
los casos en que la política o el de la pericia de los miembros del equipo,
programa hacen referencia al el apoyo del personal del programa y la
género, a veces no se traslada a la información externa a la intervención.
creación y recogida de información Del mismo modo, el equipo de evalua-
específica. En este sentido, los ción puede recomendar al equipo pro-
procesos de evaluación también motor hacer una evaluación de las
son oportunidades para identificar necesidades o del diseño del programa
las principales carencias de los para informar del diseño y la imple-
sistemas de información y definir mentación de futuras intervenciones y
estrategias de mejora, por eso es garantizar que los resultados de estas
importante que desde el equipo de serán evaluables con perspectiva de
evaluación se incluyan recomen- género, señalar los aspectos clave en los
daciones en el informe final. que la desigualdad de género se hace
visible en un programa evaluado en
• Información externa al progra- concreto, y efectuar recomendaciones
ma. Considerar y recoger informa- con respecto a la recogida de informa-
ción y datos externos al programa ción de seguimiento o áreas de mejora,
que plasman cuestiones relaciona- de forma que se identifiquen los vacíos a
das con el ámbito de la política y cubrir en el futuro.
las relaciones de género o la litera-

A menudo, nos
encontraremos con
retos para evaluar
con perspectiva de
género; por ejemplo,
pueden faltar los
datos adecuados
para el análisis.
57

5.3. Fase 2. El diseño


metodológico de
la evaluación

El diseño metodológico de la evaluación biar y solo será posible adaptarlas con el


es la fase en que se definen las pregun- apoyo de la unidad que encarga la eva-
tas de evaluación y las acciones de luación. Aun así, en la fase de diseño se
evaluación que las responderán, se establecen decisiones centrales para el
establece la metodología a emplear y las desarrollo de la evaluación, como la
fuentes de información (los indicadores, definición de las preguntas de evalua-
los datos y los informantes), y se define ción, la selección de la metodología y la
el cronograma de evaluación. En el dise- selección de los informantes, y en todas
ño metodológico hay una serie de deci- ellas se puede incorporar la perspectiva
siones técnicas, como, por ejemplo, la de género. Para fomentar que el diseño
definición del cronograma, de las que, si metodológico de una evaluación incluya
bien condicionan el desarrollo del pro- la perspectiva de género, es pertinente
yecto, es menos habitual que se hagan formular preguntas de evaluación en
consideraciones con perspectiva de clave de género, combinar técnicas
género. En algunos informes se destaca cuantitativas y cualitativas, incorporar
que las evaluaciones con perspectiva de la perspectiva de género en la selección
género suelen necesitar más tiempo de las fuentes de información, organi-
porque el análisis es más completo zar el trabajo de campo con perspectiva
(Gómez & Menéndez, 2018). Sin embar- de género y fomentar la evaluación
go, estas decisiones acostumbran a participativa. A continuación, explica-
estar condicionadas por plazos admi- mos con más detalle qué implican estos
nistrativos o políticos difíciles de cam- elementos.

En la fase de diseño
se establecen
decisiones centrales
para el desarrollo de
la evaluación y por
eso es importante
incorporar la
perspectiva de
género en esta fase.
58

5.3.1. Formular preguntas


de evaluación en
clave de género

Uno de los pasos más importantes para Por lo que respecta a las preguntas
asegurar una buena evaluación es dirigidas a evaluar las implicaciones de
definir qué queremos saber de los obje- género, es muy útil la selección de
tos de evaluación considerados y formu- preguntas de evaluación concretas y
lar preguntas de evaluación adecuadas. pensadas para comprender las diferen-
Las preguntas de evaluación proporcio- cias de género y que vayan más allá de
nan el marco general, guían la recogida considerar diferencias entre mujeres y
de información y establecen los aspec- hombres. Por ejemplo:
tos a los cuales hay que dar una res-
puesta empírica. Igualmente, la defini- • ¿Hay normas, prácticas o estereoti-
ción de las preguntas de evaluación pos de género relacionados con los
permite establecer qué acciones de factores que intenta cambiar la
evaluación las responderán. intervención? ¿Cuáles? ¿Cómo afec-
tan a mujeres y a hombres?
En este aspecto, la literatura destaca la
importancia de que las preguntas incor- • ¿La intervención se propone o consi-
poren también la perspectiva de género. gue modificar estas normas, prácti-
Esto se puede llevar a dos niveles: por cas o estereotipos? ¿Como?
un lado, garantizar que las preguntas
no estén sesgadas por razón de género • ¿Hay diferentes perfiles de mujeres
y, por otro lado, formular preguntas de y hombres entre las personas usua-
evaluación específicas sobre las impli- rias del programa? ¿El efecto de la
caciones de género de la política y pro- intervención difiere entre estos
grama que permitan diseñar acciones perfiles?
de evaluación especialmente pensadas
para dar respuesta a esta cuestión. • ¿Hay algún perfil de participante
(especialmente mujeres y personas
Con relación al primer nivel, Espinosa LGTBIQ+) infrarrepresentado entre la
(2010, p. 2696) remarca que las preguntas población beneficiaría? ¿Cuál? ¿Por
de evaluación han de ser sensibles a las qué?
diferencias de género, es decir, se tienen
que formular no partiendo de la idea de • ¿Hay algún perfil de participante
neutralidad, sino teniendo presentes las (especialmente mujeres y personas
desigualdades existentes entre mujeres LGTBIQ+) infrarrepresentado en
y hombres y asumiendo que los efectos algunas de las actividades de la
de las políticas públicas pueden ser política o programa? ¿Cuál? ¿Por
diferentes para ambos. Del mismo qué?
modo, convendrá preguntarse si esta-
mos desatendiendo algunos elementos • En función de su género, ¿las perso-
o dimensiones clave. nas beneficiarias de la política han
vivido de manera diferente su parti-
cipación en el programa? ¿Por qué?
59

• ¿Los resultados de la intervención para poder identificar qué elementos


son diferentes o similares entre son relevantes en clave de género en el
mujeres y entre hombres y personas área sectorial concreta a evaluar.
LGTBIQ+? ¿De qué manera?
Hay que remarcar que las preguntas de
Cuando es posible, la inclusión de pre- evaluación han de adaptarse al tipo de
guntas de evaluación específicas sobre evaluación que se haga. Para concretar
género es garantía de que la evaluación preguntas de evaluación para los dife-
consideró con especial atención las rentes tipos de evaluación, puede ser
implicaciones de la política evaluada en útil consultar la Guía práctica 1. Cómo
términos de género. iniciar una evaluación: oportunidad,
viabilidad y preguntas de evaluación, de
En cualquier caso, puede ser útil recu- Ivàlua.
rrir a una breve revisión bibliográfica

Las preguntas de
evaluación tienen
que ser sensibles a
las diferencias de
género. Se deben
formular asumiendo
que los efectos de
las políticas públicas
pueden ser diferentes
por razón de género.
60

5.3.2. Combinar técnicas


cuantitativas y cualitativas
En la evaluación de políticas o progra- Por una parte, la exploración cuantitati-
mas, la aproximación cualitativa per- va de indicadores permite comprender
mite “(1) explorar aspectos que se dan cambios en la situación de mujeres y
por sentado y que se presentan como hombres en cuanto a su acceso y presen-
evidentes en la política pública evalua- cia en ámbitos y situaciones concretas
da, (2) entender las opiniones de dife- que refuerzan o mitigan las desigualda-
rentes profesionales ante una misma des. Por otra parte, el análisis cualitativo
política pública, (3) comprender la permite captar actitudes, normas y
cultura organizacional y cómo se gestio- prácticas sociales sobre género, que son
na el cambio en la política pública las más difíciles de cuantificar, y enten-
evaluada.” (Sanz, 2011). Teniendo en der cómo estas percepciones cambian
cuenta las dificultades que hemos esta- (Fletcher, 2015), al mismo tiempo que
do describiendo a lo largo de la guía contribuye a superar las limitaciones
para identificar y corregir el sesgo de derivadas de la invisibilidad de determi-
género de las políticas públicas, no es nados problemas o del sesgo de género
sorprendente que, si bien no es un en las interpretaciones y datos disponi-
requisito indispensable, la literatura bles. Así mismo, la investigación cualita-
especializada en evaluación con pers- tiva permite fomentar la participación e
pectiva de género enfatice la importan- incorporar las voces de colectivos y
cia de combinar la metodología cuanti- agentes vinculados al problema, y espe-
tativa y cualitativa a la hora de evaluar cialmente también las voces más vulne-
con perspectiva de género (Behrman et rables, y se corresponde con la orienta-
al., 2014; Espinosa & Bustelo, 2019; Flet- ción más pluralista asociada a esta
cher, 2015; Luminet, 2018; ONU Mujeres, perspectiva. Ambas técnicas son, pues,
2014, 2015). necesarias para evaluar los cambios en
materia de género.

Combinar técnicas
cualitativas y
cuantitativas es
clave para capturar
elementos relevantes
que refuerzan
o mitigan las
desigualdades.
61

La combinación de metodología cuantitativa y cualitativa

La combinación de métodos cualitativos y cuanti- considerados masculinos. A causa de estos propios


tativos puede facilitar la evaluación con perspecti- estereotipos se percibe que las mujeres son menos
va de género de un proyecto que quiera fomentar capaces de liderar y de gestionar las situaciones
el emprendimiento. En primer lugar, el análisis de presión. La falta de referentes femeninos en
de las diferencias entre mujeres y hombres en el sector tiende a reproducir estos estereotipos y
los indicadores cuantitativos disponibles puede perpetúa las desigualdades (Bigas, 2017).
aportar una valoración de la desigualdad. Algu-
nos indicadores relevantes podrían ser la tasa Los indicadores cuantitativos, si bien útiles, no
de actividad emprendedora por sexo, el índice capturan las normas ni los estereotipos de género
de abandono del proyecto, el sector de actividad y su efecto en la situación de las mujeres en el
empresarial de las empresas dirigidas por mujeres sector. Por ello habría que utilizar el enfoque
y hombres, el valor y el número de inversiones en cualitativo para, mediante diversas técnicas como
proyectos liderados por mujeres y hombres, el gra- entrevistas, grupos de discusión, observación o
do de formación y experiencia de quien emprende estudios de caso, entender las actitudes y prácti-
y el perfil de quien dirige las empresas de capi- cas de varios agentes relevantes, tanto mujeres
tal riesgo que apuestan por mujeres y hombres. como hombres, identificar obstáculos específicos
Todos estos indicadores permitirían visualizar las y comprender el efecto de estos factores en la si-
diferencias de género en el ámbito del emprendi- tuación y la experiencia de mujeres y hombres en
miento. El análisis podría incluir indicadores más el sector del emprendimiento. Una aproximación
sensibles al género, como el número de personas cualitativa permitiría identificar si los marcos de
dependientes a cargo y las horas diarias dedicadas apoyo al emprendimiento encajan bien en el tipo
al trabajo doméstico y de cuidado entre personas de proyectos empresariales más frecuentemen-
emprendedoras; ambos factores pueden afectar al te desarrollados por mujeres (tienden a ser más
desarrollo de la carrera profesional. pequeños o incluso unipersonales, enfocados al
sector servicios, etc.), o si sería relevante esta-
No obstante, la información recogida por estos blecer medidas que combatan los estereotipos,
indicadores sería insuficiente para entender la eviten la discriminación de género en el acceso
situación de las mujeres en el emprendimiento y al crédito o mejoren la visibilidad de las mujeres
para diseñar estrategias efectivas para mejorar- emprendedoras, por poner solo algunos ejemplos.
la. La evidencia indica que los proyectos empre- En definitiva, los datos cuantitativos permitirían
sariales liderados por mujeres obtienen menos constatar una situación objetiva de las mujeres
financiación en comparación con los impulsados frente a los hombres en el ámbito del empren-
por hombres, y que son las mujeres las que más dimiento. Entretanto, la información cualitativa
invierten en proyectos también liderados por mu- sería útil para entender los significados y procesos
jeres. Así mismo, las normas y los estereotipos de sociales que están en juego, capturando percep-
género tienen un papel relevante en este ámbito. ciones, expectativas y actitudes que condicionan
El emprendimiento se percibe como una actividad el acceso a oportunidades y recursos de mujeres y
típicamente masculina que implica liderazgo, hombres en el sector.
ambición y riesgo, comportamientos socialmente
62

5.3.3. Incorporar la
perspectiva de género en
la selección de fuentes
de información
En la fase de diseño de la evaluación Los indicadores pretenden representar
hay que determinar qué indicadores y de forma simplificada diferentes aspec-
datos se analizarán y qué actores infor- tos de la realidad social y de las políti-
mantes se incluirán en el análisis. En la cas públicas a partir de la operacionali-
selección de ambos tipos de fuentes de zación de conceptos, como, por ejemplo,
información es posible incorporar la la participación en un programa o un
perspectiva de género. fenómeno social como la pobreza o el
paro. Esta simplificación implica que
hay que tener siempre presente la im-
Indicadores portancia de entender críticamente qué
nos está diciendo con exactitud cada
Los indicadores son medidas que descri- indicador: qué potencialidades explicati-
ben aspectos concretos de la realidad en vas y qué limitaciones tiene, cuáles son
un momento determinado, presentan la los implícitos subyacentes, y qué es lo
información de manera sistemática y que se excluye (Alfama, Cruells, De la
permiten la comparación temporal y Fuente, 2014). La literatura especializada
espacial (Carrasco; Carrasco y Domín- ha mostrado que los indicadores no son
guez). El uso de indicadores es esencial neutros, si bien se presentan a menudo
en las evaluaciones para contextualizar como medidas objetivas de un fenóme-
el problema de análisis y medir cuestio- no: la elección de qué se mide y cómo se
nes referidas a la implementación del mide es una decisión que incorpora
programa y a los cambios en la situa- consideraciones ideológicas y políticas,
ción de las personas usuarias al inicio y y, por lo tanto, sesgos de género (Carras-
al final de la intervención. Generalmen- co & Domínguez, 2003; Carrasco, 2007).
te, en una evaluación solemos encon- Los sesgos en los paradigmas concep-
trar tres clases de indicadores: tuales que hemos ido apuntando a lo
largo de la guía (el androcentrismo, la
• Indicadores externos, provenientes falta de información sobre fenómenos
de fuentes secundarias y que permi- más vinculados a la experiencia de las
ten contextualizar el problema. mujeres, como por ejemplo la vida
privada, el cuidado o la violencia, entre
• Indicadores internos, recogidos o otros) se trasladan a la construcción y
seleccionados por el personal del recopilación de datos e indicadores,
programa para medir la implemen- hasta el punto en que se habla de la
tación, el seguimiento y los resulta- existencia de una brecha de datos de
dos y el impacto de una interven- género (Verge, 2019).
ción.
El reconocimiento de este sesgo por
• Indicadores ad hoc medidos y crea- parte de las Administraciones públicas
dos durante la evaluación para dar ha llevado a hacer que se recoja en el
respuesta a las preguntas de evalua- ámbito normativo la necesidad de
ción planteadas. mejorar las fuentes de datos incorpo-
63

rando la mirada de género13. . Aun así, en sentación) en determinadas dimensio-


la práctica todavía encontramos caren- nes.
cias importantes en este ámbito. Por
esta razón, a la hora de llevar a cabo El uso de datos desagregados por sexo es
una evaluación con perspectiva de un primer requisito indispensable para
género, es importante revisar la infor- realizar un análisis de la dimensión de
mación que obtenemos de los indicado- género, puesto que permite identificar
res, entender las limitaciones, y selec- en qué ámbitos hay que explorar con
cionar y crear indicadores que permitan más profundidad. Pese a esto, todavía
comprender mejor la complejidad de las hay sectores donde, bien no se recogen
relaciones de género. A continuación, se datos, bien no se desagrega por sexo.
apuntan diferentes consideraciones a Por ejemplo, recientemente se ha hecho
tener en cuenta. evidente la carencia de datos públicos
sobre la presencia de mujeres en los
En primer lugar, recurrir a los indicado- órganos ejecutivos en pequeñas y me-
res desagregados por sexo: evalúan la dianas empresas, y su presencia en
posición relativa de mujeres y hombres espacios de opinión en los medios de
y permiten detectar diferencias en su comunicación (Verge, 2019).
situación y cambios en materia de
igualdad en ámbitos diversos; por ejem- Pese a la importancia de la incorpora-
plo, la tasa de pobreza, la presencia y ción de datos desagregados en las eva-
las condiciones en el mercado de traba- luaciones con perspectiva de género, su
jo y la presencia en la política institu- uso es insuficiente para asegurar un
cional de mujeres y hombres. Este tipo buen análisis de género:
de indicadores son clave para identifi-
car en qué sectores la presencia o el • Es necesario interpretar los datos
acceso de mujeres a recursos y posicio- adecuadamente y valorar la posi-
nes es inferior a la de los hombres y, ción relativa de mujeres y hombres.
por lo tanto, dónde es necesario em- Por ejemplo, en un indicador sobre la
prender acciones para mejorar su situa- presencia de mujeres y hombres en
ción (Carrasco, 2007; Espinosa, 2010), así ciertos sectores, un incremento en el
como también para identificar la au- número de mujeres no necesaria-
sencia de hombres (o su sobrerrepre- mente concluye que la tendencia es

13. El artículo 56 de la Ley 17/2015, del 21 de julio, de igualdad efectiva


de mujeres y hombres de Cataluña establece que las Administra-
ciones públicas tienen que: “a) Incluir sistemáticamente la variable
del sexo en todas las estadísticas, encuestas y recogidas de datos
que lleven a cabo. b) Establecer nuevos indicadores estadísticos
que permitan conocer mejor las diferencias en los roles sociales,
las necesidades, las condiciones, los valores y las aspiraciones de
mujeres y hombres en cada situación, circunstancia y estadio de
la vida, e incluir estos indicadores en las operaciones estadísticas.
c) Diseñar mecanismos e introducir indicadores estadísticos para
mejorar el conocimiento de la incidencia de otras variables que sean
generadoras de discriminaciones múltiples en los diferentes ámbitos
de intervención. d) Explotar los datos de los que se dispone con el
objetivo de conocer las situaciones, las condiciones, las aspiraciones
y las necesidades de mujeres y hombres en los diferentes ámbitos de
intervención. e) Revisar y, si procede, adecuar las definiciones esta-
dísticas existentes para contribuir al reconocimiento y la valoración
del trabajo de las mujeres y evitar la estereotipación negativa de
determinados colectivos”.
64

positiva, puesto que se puede estar dad entre mujeres y hombres, pero
pasando por alto que el incremento esconder un aumento de la des-
de la presencia de hombres es muy igualdad entre las mujeres. Así
superior, lo que indicaría que la pues, no se pueden extraer conclu-
política no está consiguiendo un siones generales sin complementar
reequilibrio (Behrman et al., 2014). De el análisis con otras fuentes de
igual manera, hay que interpretar la información, como datos segregados
posición de forma contextual. Por por otros determinantes sociales o
ejemplo, una participación del 50 % información cualitativa de la situa-
de mujeres en un programa dirigido ción de varios colectivos en el ámbito
a combatir la pobreza implica que que se estudia.
estarían infrarrepresentadas, dada
la feminización de la pobreza. En segundo lugar, según Carrasco
(2007), para revisar, seleccionar y crear
• La desagregación de datos por sexo indicadores con perspectiva de género
mantiene la lógica binaria, por lo habría que ir un paso más allá de ga-
tanto, invisibiliza el colectivo tran- rantizar la desagregación por sexo para
sexual y las personas con identidad revisar el posible androcentrismo del
de género no binaria, y obvia otras propio indicador. En efecto, varios
variables relevantes para el análisis indicadores de uso habitual esconden
de género, como la identidad de cuestiones y problemas de género. Por
género y la orientación sexual. El ejemplo, la mayoría de estadísticas de
uso de estos datos tiende a presentar renta y condiciones de vida utilizan
a mujeres y a hombres como grupos como unidad de análisis el hogar e
homogéneos y, en consecuencia, a implícitamente asumen que la distribu-
ignorar el efecto de otros ejes de ción de recursos y poder de decisión es
desigualdad. Estas limitaciones se igualitaria y que las preferencias en el
deben tener presentes cuando se hogar son homogéneas y no problemá-
considera cómo se incorporan los ticas. Este esquema, sin embargo, es-
indicadores de género a las evalua- conde desigualdades en el acceso y el
ciones y qué conclusiones se pueden control de los recursos económicos
extraer en materia de género. Siem- entre los miembros del hogar que invi-
pre que las fuentes lo permitan, sibilizan la pobreza femenina (De la
estos datos se han de incorporar Fuente, 2016), así como la existencia de
complementados con otras variables preferencias divergentes (Behrman et
relevantes como la edad, la clase al., 2014; Dema & Díaz, 2014). No obstan-
social, el nivel de estudios, el origen te, estas cuestiones son relevantes, por
o la etnia (Espinosa, 2010). Si no es ejemplo, por el diseño de transferencias
posible, hay que entender que con el de renta y deducciones fiscales. Por lo
uso de estos indicadores comprende- tanto, en el uso de indicadores, convie-
remos las diferencias entre mujeres ne preguntarse si los supuestos en que
y hombres, pero no entre distintos se basan pueden sesgar los datos de
perfiles de mujeres y hombres, por lo alguna manera.
tanto, la caracterización que poda-
mos hacer de la realidad es limitada. Del mismo modo, se constata la falta de
indicadores que recojan datos de ámbi-
• Los indicadores de género pueden tos, prácticas y experiencias no-mascu-
mostrar un avance hacia la igual- linas. Carrasco (2007) argumenta que
65

Tabla 7. Ejemplos de indicadores no androcéntricos

Indicadores no androcéntricos

• Carga total de trabajo (horas de trabajo pro- • Salud autopercibida por mujeres y hombres.
ductivo y reproductivo) por sexo.
• Número de mujeres que ejercen la política con
• Número de personas dependientes a cargo por estilos de liderazgo feminizados.
sexo de las personas con cargos de decisión en
empresas. • Número de actividades y reuniones de movi-
mientos sociales y tejido asociativo desarrolla-
• Porcentaje de chicos que practican deportes/ das en horarios que posibilitan la correspon-
actividades feminizadas (teatro, danza, etc.). sabilidad.

Fuente: Elaboración propia a partir de Carrasco (2007)

los indicadores desagregados son muy diferencias y desigualdades de género.


útiles, pero limitados para comprender La literatura en indicadores y género,
la complejidad de las relaciones de por el contrario, enfatiza que:
género porque se centran en la integra-
ción de las mujeres en el mundo mas- • El uso de datos segregados por sexo
culino, es decir, en tareas y espacios es necesario, pero insuficiente para
socialmente asociados a los hombres y comprender la complejidad de las
no aportan información de los sectores, desigualdades de género. Estos
espacios y experiencias femeninas. Aun indicadores presentan los colectivos
así, las normas y prácticas en estos mujer/hombre como homogéneos y
espacios son igual de relevantes para no capturan las diferencias internas
analizar las relaciones de género y abor- causadas por otros determinantes
dar las desigualdades. Hace falta, pues, estructurales. De igual modo, las
recoger datos de comportamientos y mejoras globales de la situación de
ámbitos sociales mucho más amplios, las mujeres respecto de los hombres
es decir, no centrados únicamente en ‘el pueden esconder incrementos inter-
mundo masculino’ (Carrasco, 2007, nos de desigualdad entre mujeres o
p. 10). La falta de equidad en los usos del entre hombres.
tiempo, la discriminación y la violencia
machista o la invisibilidad de los traba- • Los indicadores no son neutros al
jos de cuidado serían algunas de las género, suelen tener una concep-
dimensiones clave para las mujeres que ción de género implícita que puede
no suelen quedar recogidas en los indi- sesgar los datos. Por ejemplo, el
cadores habituales. cálculo de las prestaciones por uni-
dad familiar esconde cómo es real-
En una evaluación, el uso y la revisión mente el grado de la distribución
de indicadores (externos, internos o interna de recursos dentro del hogar.
creados para la evaluación) puede pasar
por una decisión técnica libre de conno- • Los indicadores tienden a medir
taciones de género. Así mismo, el uso de cuestiones referidas al “mundo de
datos segregados por sexo se suele los hombres” y faltan indicadores
considerar suficiente para observar que capturen otras esferas sociales.
66

En la selección, creación y revisión de Contar con su participación en la eva-


los indicadores para la evaluación es luación hace posible contraponer su
muy útil tener en cuenta las limitacio- visión a la de los hombres y hace más
nes de los indicadores y los sesgos de probable que este aspecto se vea refleja-
género de los indicadores disponibles, do en los resultados y aprendizajes que
así como incorporar el uso de indicado- deriven de la evaluación. También
res no androcéntricos. La inclusión de contribuye a cubrir posibles faltas de
ambos tipos de indicadores es relevante información o detectar sesgos en la
para la selección de los datos que se información disponible, así como a
utilizan para la diagnosis y contextuali- identificar posibles obstáculos específi-
zación de la intervención, por ejemplo, cos.
en las evaluaciones de necesidades y en
el análisis del problema que se desarro- Según ONU Mujeres (2014), los agentes
lla en cualquier evaluación. Igualmente, implicados en una política o programa
en la creación de indicadores ad hoc pueden ser individuales y colectivos y
para la evaluación puede ser interesan- tienen roles diferentes. Para clasificar-
te incorporar indicadores no-androcén- los, es útil distinguir entre:
tricos, especialmente para recoger
cuestiones referidas a la implementa- • Ejecutores y titulares de deberes
ción y los resultados del programa (Aid principales: agentes o instituciones
Australian, 2013). En definitiva, la incor- involucradas en la definición, la
poración de indicadores de género y de financiación, la implementación y el
indicadores no-androcéntricos es una seguimiento de la política, es decir,
estrategia muy útil para añadir la pers- las personas que están a cargo del
pectiva de género a la evaluación. servicio o ejecutando la política
(gestores públicos, profesionales,
voluntariado, etc.).
Informantes
• Ejecutores y titulares de deberes
En una evaluación que quiera incorpo- secundarios: agentes que no tienen
rar la perspectiva de género, es especial- una implicación directa en la ejecu-
mente indicado incluir la voz y el enfo- ción de la política, pero que trabajan
que de los agentes directa e en el ámbito de la intervención y
indirectamente implicados en la inter- pueden actuar como vínculo entre
vención. La participación de agentes los titulares de deberes y los titulares
relevantes es clave para obtener infor- de derechos; por ejemplo, entidades
mación para la evaluación y comple- en un ámbito concreto o empresas
mentar el análisis documental y cuanti- del sector privado. En este punto,
tativo. Además, involucrar a agentes y desde una perspectiva de género,
colectivos vinculados con el problema es sería relevante contar con las enti-
clave para dar visibilidad a sus deman- dades y los colectivos feministas y de
das y legitimar la evaluación. Tradicio- mujeres, así como con los espacios
nalmente, se ha tendido a analizar los de participación formales (Consejos
problemas de mujeres y personas del de mujeres o similares) y los orga-
colectivo LGTBIQ+ sin considerar su nismos específicos de igualdad
visión, sin darles voz y, a menudo, (Institutos o concejalías de mujeres o
asumiendo que los hombres pueden de igualdad).
hablar en su nombre (Espinosa, 2010).
67

• Titulares de derechos: personas promotor de la evaluación de aque-


destinatarias de las actuaciones. Los llos agentes con los cuales ha sido
y las usuarios/as o beneficiarios/as más difícil trabajar.
de la política, personas, colectivos y
organizaciones o instituciones a las Incorporar diferentes perfiles de agen-
cuales la intervención espera impac- tes permitirá recoger diferentes puntos
tar de manera positiva. En la selec- de vista sobre la política que se evalúa.
ción de las personas beneficiarias es
donde hay que considerar con más
importancia la inclusión de los Tener en cuenta el género en
grupos más vulnerables. Primero, la selección de la muestra
hay que ir a buscar a las mujeres,
porque tienen menor presencia en La selección de los agentes a considerar
los espacios de decisión política. De para la evaluación es un proceso que
igual manera, incorporando la inter- normalmente también define qué tipo
seccionalidad, hay que incorporar los de rol tendrán, qué técnica se utilizará
colectivos con menos visibilidad y para recoger sus impresiones y cuál
representación política, e incluir será la muestra. Es habitual que en la
varios perfiles de mujeres en térmi- ejecución de una evaluación se plantee
nos de edad, etnia, capacidades, la elaboración de una encuesta, un
identidades, clase, origen, etc. En experimento, un conjunto de entrevis-
este sentido, hay que ir a buscar los tas o grupos de discusión u otras técni-
grupos de mujeres que tienen una cas de recogida de información que
participación escasa en espacios requieran llevar a cabo un muestreo, es
consultivos y de deliberación políti- decir, una selección de una parte de la
ca, grupos a los que, por ejemplo, no población que queramos estudiar. Los
se les reconocen los derechos de datos de este subconjunto que se reco-
ciudadanía, y grupos que tienen jan deben ser representativos de la
menos acceso a servicios y oportuni- población o tienen que facilitar al
dades que les permitan mejorar su máximo la adquisición de información
capacidad de representación e in- relevante para la evaluación. Así, si se
fluencia. quieren analizar aspectos de género,
habrá que seleccionar una muestra
• Resistentes: Espinosa & Bustelo adecuada que lo permita.
(2019) indican que también deben
considerarse los agentes que son En general, en el contexto de la evalua-
resistentes, es decir, los agentes que ción de una política pública, habría que
tienen reservas o resistencias con la aspirar a plantear muestras inclusivas
aplicación de la política o que creen que nos ayuden a reflejar lo que sucede
que la implementación de esta les con el conjunto de perfiles de la pobla-
puede afectar negativamente. Los ción que está vinculada a esta o que
agentes resistentes pueden ser los podría estarlo. Sin embargo, también
titulares de los deberes principales y puede ser que, de manera justificada,
secundarios y los titulares de dere- los objetivos de la evaluación hagan que
chos o los usuarios del programa. La esta se centre en algunos colectivos de
existencia de agentes resistentes no manera específica. Centrar la muestra
es siempre evidente; en este sentido, en algunos colectivos o excluir algunas
es útil incorporar la visión del equipo variables no es un problema si se trata
68

de una decisión deliberada y el equipo • En la selección de la muestra para un


de evaluación es consciente de que no se diseño experimental, es relevante:
tendrá esa información para el análisis.
• Recoger el género y otras variables
La integración del género y de otras relevantes como covariables para el
variables relevantes en las muestras análisis.
varía en función de la técnica de recogi-
da de datos que se utilice. A modo de • Asegurar que la muestra es bas-
criterio básico, la muestra tiene que tante grande para poder comparar
incluir mujeres y hombres, y los datos los resultados por género con signi-
se han de recoger segregados por sexo. ficación estadística, manteniendo
la asignación aleatoria de sujetos
• En la selección de la muestra para en las diferentes condiciones expe-
un análisis cuantitativo, por ejem- rimentales (tratamientos y con-
plo, a través de una encuesta, es trol).
relevante:
• Asegurar que la muestra que se • Si se quiere explorar con un dise-
seleccionará será representativa y ño experimental cómo una inter-
permitirá el análisis en función del vención afecta a mujeres y hom-
género y la relación con otros ejes bres, se puede optar por
de desigualdad. implementar un diseño casi expe-
rimental, en que el procedimiento
• Explicitar qué variables comple- de asignación no es aleatorio y
mentarias son relevantes para el mujeres y hombres se separan en
análisis y si se decide o no recoger- dos grupos diferentes.
las. Por limitaciones diversas,
puede ser difícil pedir todos los • En la selección de una muestra
datos que querríamos. No obstante, para un análisis cualitativo, es
es importante que se justifique el importante garantizar que se reco-
porqué de la inclusión o la exclu- gen suficientes testimonios de los
sión de las distintas variables en la diferentes perfiles de población,
encuesta final. interesantes para el análisis, y que
69

se capturan experiencias diversas. La elaboración de una parrilla tipológica


Para organizar la muestra cualita- es útil para visualizar cómo interaccio-
tiva, puede ser útil elaborar una nan los diferentes factores y asegurar
parrilla tipológica que ayude a que se tienen en cuenta todos los perfi-
controlar cuáles son las categorías les considerados relevantes para el
más relevantes para el análisis. análisis. Para más detalles sobre aspec-
Por ejemplo, si queremos incluir tos específicos del análisis cualitativo,
mujeres y hombres de varios nive- la selección de muestras y el tipo de
les educativos, podemos crear una técnicas de recogida de información
parrilla tipológica que defina todos disponibles, se puede consultar la Guía
los perfiles relevantes para el práctica 8. La metodología cualitativa en
análisis. la evaluación de políticas públicas de
Ivàlua.

Tabla 8. Ejemplo de parrilla tipológica

Nivel educativo

Primario Secundario Terciario

Mujeres Perfil 1 Perfil 2 Perfil 3

Hombres Perfil 4 Perfil 5 Perfil 6

Fuente: Elaboración propia

Involucrar a agentes y
colectivos vinculados
al problema es clave
para dar visibilidad
a sus demandas.
70

5.3.4. Organizar el
trabajo de campo con
perspectiva de género

Otro aspecto relevante para revisar la bres los entrevisten hombres


práctica de evaluación con perspectiva (Espinosa, 2010; Ligero Lasa et al.,
de género y para posibilitar la inclusión 2014; Murguialday et al., 2008).
de la visión de los informantes es revi- Para determinar esta cuestión, es
sar la organización del trabajo de cam- útil preguntarse: ¿las normas,
po. Varios informes destacan que la prácticas y estereotipos de género
organización del trabajo también ha de pueden influir en la manera en
ser sensible a las cuestiones de género. como los y las informantes res-
En concreto, se recomienda: ponden a las preguntas si estas
son formuladas por una mujer o
• Proponer horarios y espacios adap- por un hombre?
tados a las necesidades de los y las
• Considerar cuándo es conve-
informantes, por ejemplo, tener en
niente que la participación de
cuenta el uso desigual del tiempo
mujeres y hombres sea conjunta
entre mujeres y hombres y progra-
o separada para recoger mejor sus
mar las entrevistas o grupos de
experiencias y perspectivas (Mur-
discusión en horarios que se adapten
guialday et al., 2008). Para determi-
a las necesidades de las personas
nar esta cuestión, es útil pregun-
informantes y permitan la concilia-
tarse: ¿las normas, prácticas y
ción laboral-familiar u ofrecer opcio-
estereotipos de género pueden
nes (como servicios de canguraje)
influir en la manera en que los y
para facilitar el acceso (Ligero Lasa
las informantes responden a las
et al., 2014; Murguialday et al., 2008;
preguntas en privado, en una
ONU Mujeres, 2014).
entrevista o ante otros, en un
grupo de discusión?
• Revisar cómo la técnica de recogida
de información y la persona que • Tener en cuenta que se pueden
entrevista pueden afectar a las dar dinámicas poco equitativas
respuestas de las personas entre- en la participación y recurrir a
vistadas. técnicas de facilitación o dinami-
zación para promover la participa-
• Incluir variedad de entrevista-
ción de todas las personas partici-
dores/as para que, en los casos en
pantes.
que por barreras culturales o socia-
les existe el riesgo de que el género • Asegurar la transparencia e
de la persona entrevistadora afecte informar a las personas informan-
a las respuestas de la persona tes del objetivo del contacto y de su
entrevistada, a las mujeres las participación en el proceso de
entrevisten mujeres y a los hom- evaluación (ONU Mujeres, 2014).
71

5.3.5. Fomentar la
evaluación participativa
Varios autores consideran que en eva- tengan que ser necesariamente evalua-
luaciones con perspectiva de género es ciones participativas, pero sí que es un
muy adecuado incluir la participación elemento muy destacado tanto desde el
de mujeres o de personas del colectivo punto de vista teórico como desde el
LGTBIQ+ en la toma de decisiones sobre práctico. Teóricamente hablando, es
la evaluación (Espinosa, 2010; Gómez & importante por el reconocimiento y la
Menéndez, 2018). La inclusión de las reparación que implica frente a un
personas beneficiarias, mujeres y perso- colectivo históricamente subordinado y
nas del colectivo LGTBIQ+, como infor- no representado, y por la necesidad de
mantes no siempre es suficiente para que las prácticas de la evaluación sean
asegurar que la evaluación incorpora coherentes con los problemas que se
las perspectivas y las demandas de plantean. En cuanto a la práctica, la
estas; en este sentido, un enfoque parti- experiencia muestra que sin contar con
cipativo puede ser muy útil para incor- la voz y la experiencia de las mujeres14. y
porar su visión y mejorar la calidad de con el conocimiento experto en género
la evaluación. Así mismo, si el proyecto la perspectiva de género y el compromi-
tiene como objetivo empoderar a las so con la igualdad se diluyen y pierden
mujeres o a las personas del colectivo la capacidad de transformar las políti-
LGTBIQ+, la evaluación participativa es cas y de captar la realidad. Desde un
especialmente acertada para contribuir punto de vista instrumental, cuando no
a este objetivo. Incorporar la voz de las hay datos suficientes, recurrir a la voz
mujeres es un tema transversal y muy de las personas más afectadas nos da
relevante. Esto no implica que las eva- muchas herramientas y claves de qué
luaciones con perspectiva de género que funciona y qué no, y de porqué y de
quién son los obstáculos y problemas
que aparecen.

La inclusión de
mujeres y personas
del colectivo LGTBIQ+
como informantes no
siempre es suficiente
para asegurar que la
evaluación incorpora
sus perspectivas
y demandas.

14. Entendiendo por mujeres no solo las mujeres vinculadas con la


política o programa a título individual, sino también las entidades y
los colectivos organizados.
72

5.4. Fase 3. La ejecución


de la evaluación
La fase de ejecución de la evaluación es de género en el análisis de la informa-
la parte central del proceso de evalua- ción, en la presentación de resultados y
ción y, como tal, es clave que considere en los productos que derivan de la eva-
cómo la información recogida se puede luación. Para fomentar que la ejecución
analizar con perspectiva de género y de la evaluación incluya la perspectiva
cómo podemos incorporar perspectiva de género, es pertinente diagnosticar
de género en los productos derivados de cómo se expresa la desigualdad de
la evaluación. Las estrategias que apare- género en el ámbito de análisis, clasifi-
cen a continuación incluyen indicacio- car el enfoque de género de la interven-
nes pensadas para comprender las ción, analizar los datos con perspectiva
implicaciones de la intervención a de género y elaborar el informe de
evaluar en términos de género e indica- evaluación con perspectiva de género. A
ciones útiles para revisar la práctica de continuación, explicamos con más
evaluación con perspectiva de género y detalle cómo concretar cada uno de
evitar reproducir estereotipos y sesgos estos elementos.

5.4.1. Diagnosticar
cómo se expresa la
desigualdad de género en
el ámbito de análisis
La desigualdad de género está presente indicadores referidos al ámbito de
en todos los ámbitos sociales; aun así, análisis y una consulta a personas
no se expresa del mismo modo en todos expertas en la cuestión a evaluar. Como
los contextos. En este sentido, hay que ya se ha comentado, también es intere-
adaptar el enfoque de la evaluación en sante recoger las impresiones de colec-
el ámbito de análisis considerado y tivos y asociaciones feministas e incluir
complementar el análisis de las cuestio- la perspectiva del colectivo destinatario,
nes de género con otras variables rele- especialmente si se trata de mujeres
vantes en un contexto determinado. En vulnerables. Del mismo modo, es clave
las secciones previas de esta guía ya se considerar la intersección del eje de
han presentado las principales dimen- género con otros ejes de desigualdad.
siones transversales a tener en cuenta. Tal como se ha discutido en el apartado
Para hacer la evaluación con perspecti- 2, es importante incorporar la perspecti-
va de género, será imprescindible iden- va interseccional y que el análisis de la
tificar cómo ocurre en aquel ámbito dimensión de género se complemente
sectorial y tipo de programa concreto. con el análisis de otros factores sociales
que también condicionan el acceso de
Este conocimiento se puede adquirir a las personas a oportunidades y recur-
través de una revisión de literatura sos.
específica, una búsqueda de datos e
73

5.4.2. Clasificar el enfoque en


el género de la intervención
En el apartado 2.5. de la guía se ha rías de enfoque de género de la política
introducido el concepto de políticas son orientativas y cambiantes. Una
ciegas al género (gender blind), es decir, política puede empezar con un plantea-
políticas o programas que no tienen en miento ciego al género, pero, a través de
cuenta el eje de género en su formula- cambios en los objetivos y la implemen-
ción e implementación, así como el de tación, convertirse en una política con
políticas sensibles al género (gender perspectiva de género. Por el contrario,
aware), que pueden tener un enfoque una política puede tener un plantea-
“explotador”, “acomodador” y “transfor- miento transformador, pero no aplicar
mador”. las acciones pertinentes para hacerlo
efectivo. En este sentido, la considera-
Como se ha comentado en las indicacio- ción de esta clasificación es fundamen-
nes sobre cómo revisar la evaluabilidad tal en evaluaciones. En las evaluaciones
del programa, muchas de las interven- de diseño, identificar el enfoque al géne-
ciones a evaluar pueden no hacer refe- ro resultará útil para revisar la teoría
rencia explícita al género, pero esto no del cambio del programa, entender
significa que no tengan un impacto cómo dirige el género y hacer los ajustes
diferencial por género. A través del pertinentes para garantizar un diseño
análisis, el equipo evaluador puede con enfoque transformador. En las
revisar y reconstruir el enfoque implíci- evaluaciones de implementación, esta
to del programa. Fletcher (2019) sugiere estrategia permite revisar cuál ha sido
algunas preguntas útiles para clasificar el rol y cómo han funcionado las activi-
el enfoque de la intervención en térmi- dades al fomentar el enfoque planteado
nos de género: por la intervención. En las evaluaciones
de resultados, utilizar estas categorías
• ¿La intervención se dirige de manera ayuda a visualizar si la política ha sido
diferente a mujeres y a hombres? lo suficientemente efectiva como para
ser realmente transformadora.
• ¿La intervención considera normas y
prácticas de género o estereotipos de La consideración de este aspecto no es
lo que se considera femenino y muy habitual en evaluaciones que no
masculino? ¿Cómo? son sobre programas de género. Aun así,
sería conveniente incorporar este paso
• ¿La intervención ha generado cam- en los análisis previos que se desarro-
bios (intencionados o no) en las llan en las evaluaciones de cualquier
relaciones de género? ¿Qué explica ámbito de estudio. Clasificar el enfoque
estos cambios? de género del programa es una estrate-
gia muy útil para entender qué idea de
• ¿Se puede revisar el diseño de la género, implícita o explícita, guía la
intervención para evitar cambios política que evaluamos. Esta informa-
negativos en términos de género o ción complementa los análisis de con-
hacerlos más positivos? texto y los actores, y amplía y hace más
firme el análisis de la teoría del cambio.
Fletcher (2019) destaca que las 4 catego-
74

5.4.3. Analizar los datos


con perspectiva de género
Una de las partes más importantes de la de género, cuestionar el binarismo de
evaluación es el análisis de la informa- género e incorporar la perspectiva inter-
ción recogida y la síntesis de resultados seccional para identificar y analizar la
en función de las preguntas de evalua- relación entre la desigualdad de género
ción planteadas. El uso de las técnicas y y otros ejes de desigualdad relevantes.
estrategias descritas en las fases ante-
riores contribuye a hacer que el equipo Siempre que sea posible, conviene que la
de evaluación formule preguntas de evaluación haga un análisis detallado;
evaluación en clave de género, recoja no obstante, es habitual que no se cuen-
datos relevantes, considere la perspecti- te con toda la información necesaria.
va de varios agentes y adapte las técni- Así pues, el equipo de evaluación tiene
cas de recogida de información a las que revisar los datos disponibles del
necesidades de los y las informantes. A programa, el enfoque de la política y los
pesar de que estas estrategias ya nos datos recogidos durante la evaluación, y
sitúan en el buen camino, es funda- determinar el nivel de desagregación
mental que la información recogida se con el que se trabajará. Se debe tener
analice con perspectiva de género. En el presente que el análisis puede ser más o
análisis, el equipo de evaluación tiene menos profundo en función de las posi-
que usar sus conocimientos y su capaci- bilidades de cada evaluación. Por ejem-
dad analítica para analizar la informa- plo, si se dispone de los datos desagrega-
ción y sintetizar los resultados (ONU dos por sexo, el análisis podrá
Mujeres, 2014). En este sentido, la capa- identificar diferencias entre mujeres y
cidad de identificar las implicaciones de hombres. Si, además, se tiene informa-
la política en términos de género depen- ción del nivel de estudios o la clase
derá de la mirada y pericia del equipo social, el análisis podrá incorporar
evaluador para identificar estos facto- cierto grado de perspectiva interseccio-
res. Ahora bien, el equipo puede aplicar nal considerando la interacción de estos
las estrategias siguientes para analizar tres factores. En caso de que se haya
la información con perspectiva de géne- recogido información de identidad de
ro. género y orientación sexual, los datos
posibilitarán un análisis de género más
completo. Del mismo modo, aunque
Determinar el nivel de falten datos cuantitativos, el equipo de
análisis de género al evaluación puede complementar la
que se puede llegar información y considerar la heteroge-
neidad de grupos o perfiles a través de la
información cuantitativa.
Al principio del análisis, el equipo ha de
considerar la información y los datos Explicitar el nivel de desagregación y
disponibles y determinar el nivel de análisis al que se puede llegar no corrige
desagregación al que se puede llegar. las carencias que conlleva no disponer
Como se ha comentado a lo largo de la de toda la información relevante, pero
guía, trabajar con perspectiva de género permite tener presente qué explica el
no es analizar diferencias entre mujeres análisis y cuáles son las limitaciones de
y hombres, sino analizar las relaciones este.
75

Usar la triangulación de que les pasa a los hombres. En la sec-


datos para el análisis ción 2 ya se ha mostrado cómo en el
ámbito de la salud se han detectado
En el apartado de selección de metodo- sesgos de género en la identificación y
logía ya se ha argumentado la impor- la descripción de los síntomas del infar-
tancia de usar metodología cualitativa y to. La definición androcéntrica de los
cuantitativa para recoger información síntomas implica que la prevalencia
adecuada que permita capturar la com- reportada sea menor en mujeres y el
plejidad de las relaciones de género y infarto se perciba como un problema de
superar las limitaciones de los diferen- hombres; sin embargo, es el estándar
tes instrumentos de recogida de infor- androcéntrico el que esconde la preva-
mación. Aparte de asegurar que la lencia del infarto en las mujeres. Tam-
evaluación incorpora información bién se manifiestan cuestiones simila-
cuantitativa y cualitativa, hay que res en otros ámbitos. Por ejemplo, la
cruzar las diferentes fuentes de datos y valoración de riesgos laborales tradicio-
utilizarlas todas para caracterizar los nalmente se ha centrado en los riesgos
fenómenos que se están analizando. ligados a accidentes laborales que se
Precisamente, es adecuado incorporar experimentan en los sectores masculi-
una estrategia metodológica mixta, es nizados, y al mismo tiempo ha ignorado
decir, que combina información cualita- los riesgos en los sectores feminizados y
tiva y cuantitativa, porque permite la los riesgos psicosociales y de acoso
triangulación de los datos y dota de sexual que afectan típicamente a las
solidez el análisis y los resultados que mujeres. En este sentido, una mayor
se obtienen de la evaluación. Así pues, prevalencia de riesgos laborales entre
en el análisis hay que integrar toda la hombres no refleja correctamente la
información y los datos recopilados en realidad: no es que los hombres tengan
un solo esquema de interpretación y más riesgo, sino que los estándares
asegurar que los datos cualitativos y recogen mejor los riesgos a los cuales se
cuantitativos se usan de manera com- exponen. Estos ejemplos ponen de
plementaria para analizar los resulta- manifiesto que hay que valorar con
dos (Espinosa, 2010; Ligero Lasa et al., perspectiva de género los estándares
2014; ONU Mujeres, 2014, 2015). que se utilizan para clasificar varios
aspectos del análisis.

Finalmente, el equipo de evaluación


Revisar sesgos de género también ha de revisar el efecto del
en los estándares de contexto y la capacidad real de los indi-
interpretación y análisis cadores y estándares para plasmar la
realidad social. Por ejemplo, los indica-
dores de violencia y agresiones de géne-
Es habitual incorporar estándares o ro reportan más casos en países nórdi-
escalas de medida en el análisis de cos que en el resto de Europa. Estos
información para identificar y clasificar datos son contra intuitivos porque en
casos. La literatura feminista ha desta- los países nórdicos tienen una legisla-
cado la existencia de sesgos androcén- ción en igualdad más avanzada y poten-
tricos en la definición de estos estánda- te y menor desigualdad de género en
res, generalmente construidos a partir varios ámbitos. No obstante, la diferen-
de los parámetros que se basan en lo cia se explicaría por factores del contex-
76

to social. Los estudios parecen indicar nicación de mujeres y hombres; los


que en los países nórdicos hay menor hombres tienden a hablar más, con
tolerancia social a las agresiones sexua- más vehemencia y menos respeto por
les y mayor apoyo a las víctimas, lo que los turnos de palabra. Si durante las
se traduce en más denuncias y, por lo sesiones de participación estos factores
tanto, más casos registrados, aunque no no se consideran y no se corrigen, es
quiere decir más casos reales (Tejada, probable que las mujeres no se sientan
2014). En este sentido, un aumento en cómodas y participen menos que los
un indicador también puede señalar hombres. De igual manera, el programa
una mayor conciencia del problema y debería tener en cuenta que las prácti-
una mejor identificación y contabiliza- cas de género también pueden influir
ción. La interpretación del sentido de los en la asistencia a las reuniones; por
datos es uno de los elementos que la ejemplo, es probable que la asistencia de
evaluación debe plantearse. mujeres sea menor a la de los hombres
si se hacen en horarios que no permiten
la conciliación.
Analizar las implicaciones de
la intervención en términos de Por otro lado, para identificar los resul-
normas y prácticas de género tados o el impacto de la intervención, es
útil analizar si el programa infiere
sobre prácticas o normas, es decir,
En el apartado 2 de la guía se han intro- analizar si las afecta, refuerza o cambia
ducido los conceptos de normas de (de manera intencional o no), y deter-
género ―ideas y prescripciones com- minar cómo esto afecta a la capacidad
partidas sobre cómo son y cómo tienen del programa para compensar las des-
que actuar hombres y mujeres― y de igualdades de género. Por ejemplo, una
prácticas de género ―comportamientos política pública que quiera fomentar la
observables que difieren por razón de corresponsabilidad en el ámbito fami-
género―. Una estrategia útil para liar y aumentar la dedicación de los
analizar las implicaciones de la política hombres al trabajo doméstico y de
que se evalúa en términos de género es cuidado tiene que considerar el efecto
considerar cómo la política o programa de las normas de género (ideas sobre las
interacciona con ambos factores. capacidades de mujeres y hombres para
hacer este tipo de tareas y prescripcio-
Por un lado, para identificar posibles nes sociales respecto a quienes les
problemas y limitaciones de la política, corresponde hacer estas tareas) y el
es importante constatar si el diseño y la efecto de las prácticas de género (la
implementación del programa conside- desigual dedicación a las tareas domés-
ran el efecto de normas y prácticas de ticas y familiares por género). Para
género en el ámbito de la intervención y reducir las desigualdades, la política
si ambos factores se tienen en cuenta puede optar por desarrollar una campa-
en el diseño de inputs y en el despliegue ña de sensibilización que busque modi-
de las actividades del programa. Por ficar las normas de género sobre la
ejemplo, en la evaluación de un progra- dedicación de los hombres al trabajo del
ma para fomentar la participación hogar (input), que cambie las normas de
política del vecindario de un barrio, hay género (outputs) y que, a medio o largo
que tener presente que las normas de plazo, modifique las prácticas e incre-
género influencian las formas de comu- mente la dedicación de los hombres al
77

trabajo de cuidado (outcomes). Además, ejemplo, ¿se habla de alguna manera


la política puede optar por aplicar una específica? ¿De cuál? ¿Está ligada a
intervención para modificar directa- algún estereotipo de género? ¿Se
mente las prácticas, como ampliar los presuponen actividades femeninas y
permisos de paternidad y hacerlos masculinas? ¿Se utiliza un lenguaje
obligatorios e intransferibles (input) despectivo para referirse a personas
para aumentar el número de hombres o actividades, por ejemplo, a madres
que cogen los permisos (output), de que no cuidan a sus hijos o a las
forma que aumente la dedicación de los tareas de cuidado? ¿Se emiten juicios
hombres al trabajo de cuidado, y que de valor de las personas de acuerdo
este cambio de prácticas, a su vez, com- con normas de género? (Fletcher,
porte un cambio de normas (outcomes). 2015).
Identificar si la intervención pretende
inferir sobre prácticas o sobre normas Para analizar las implicaciones de
de género y analizar cómo esto se rela- ambos factores en el programa, puede
ciona con los resultados del programa ser útil considerarlas en relación con el
es clave para poder identificar qué diseño del programa, la implementa-
funciona y qué no y hacer recomenda- ción del programa y los resultados clave
ciones más específicas sobre cómo para evaluar la capacidad de una políti-
mejorar la política en términos de ca o programa para dar respuesta al
género. problema que plantea. La Tabla 9 resu-
me y relaciona las implicaciones que
Con el fin de analizar las implicaciones normas y prácticas de género pueden
del programa en cuestiones de normas tener en el diseño, la implementación y
y prácticas de género, hace falta que, a los resultados y el impacto de las inter-
través de la contextualización del pro- venciones. Con el objetivo de aclarar la
blema, el equipo evaluador identifique relación entre estos factores, la tabla
posibles normas y prácticas de género incluye un ejemplo hipotético de un
que puedan afectar a su funcionamien- programa para mejorar la empleabili-
to. Del mismo modo, se pueden detectar dad de mujeres y hombres de entre 35 y
durante la recogida y el análisis de la 55 años en paro, que combina sesiones
información: de formación grupales para mejorar la
empleabilidad y sesiones de acompaña-
• Para identificar prácticas de género, miento y apoyo individualizadas.
es útil revisar indicadores cuantita-
tivos desagregados por sexo y utili-
zar estudios de usos del tiempo,
encuestas que detallan el día a día
de las personas usuarias del pro- Para identificar
grama. Así mismo, también en las problemas de una
entrevistas a las personas informan- política es importante
tes se les puede preguntar cómo es
constatar si su diseño
su día a día y qué tareas hacen habi-
tualmente. e implementación
consideran el efecto
• Para identificar normas de género, de normas y prácticas
es útil estar atentos a cómo se de género en el ámbito
habla de mujeres y hombres. Por
de la intervención.
78

Tabla 9. Tabla para el análisis de las implicaciones de una política


en términos de normas y prácticas de género

Normas Prácticas

¿El programa reconoce el efecto de normas ¿El programa reconoce el efecto


y estereotipos de género en el problema que de las prácticas diferenciales
aborda? por género en el problema que
aborda?
Los estereotipos de género de los responsables
de las entrevistas de trabajo pueden afectar Las mujeres tienen trayectorias
negativamente a la contratación de mujeres en laborales más fragmentadas y
ciertos sectores donde típicamente han trabaja- pueden tener menos experiencia
do hombres. laboral o un currículum menos
atractivo.
Las normas de género que prescriben que las
Definición Las mujeres son las principales
mujeres se han de dedicar al hogar y al cuidado
problema
de personas dependientes dificultan la contra- encargadas del trabajo domés-
tación de mujeres en contratos más estables, a tico y de cuidado, un hecho que
jornada completa e indefinidos. Las empresas dificulta su incorporación y
pueden pensar que las mujeres abandonarán permanencia en el mercado de
el trabajo si se quedan embarazadas o tienen trabajo.
dependientes a cargo. Así mismo, las mujeres
pueden estar más dispuestas que los hombres a
salir un tiempo del mercado de trabajo a causa
de la creencia de que “les corresponde” la res-
ponsabilidad del cuidado.
Diseño

¿Las normas de género pueden influir en cómo ¿Las prácticas de género


la población diana responde a la intervención? pueden influir en cómo la
población diana responde a la
A causa de las normas de género sobre la cen-
intervención?
tralidad del trabajo remunerado en el ciclo vital
de los hombres, pueden estar más motivados Las mujeres con cargas domésti-
para encontrar trabajo. Esto puede producir un cas y de cuidado pueden tender
sesgo de selección hacia los hombres o que estos a asistir menos a las sesiones
muestren más dedicación y compromiso con el de formación por dificultades de
seguimiento de las actividades. conciliación.
Población Los estereotipos de género pueden incidir en la
diana predisposición a optar a formación o trabajos
en diferentes sectores masculinizados/femini-
zados.
Los requisitos para la participación pueden
contener sesgos de género. Por ejemplo, en la
situación en que las mujeres trabajan infor-
malmente en un negocio familiar o sin constar
como titulares, incluir la necesidad de acredita-
ción formal de experiencia o de titularidad del
negocio puede excluirlas del acceso al programa.

¿La teoría del cambio del programa identifica ¿La teoría del cambio del pro-
cómo y por qué las actividades planteadas mo- grama identifica cómo y por
difican las normas de género en el ámbito de qué las actividades planteadas
Diseño del intervención? modifican las prácticas de
programa género en el ámbito de inter-
(teoría del El programa desarrolla medidas destinadas a vención?
cambio) fomentar la formación y la contratación de mu-
jeres en sectores masculinizados y de hombres El programa incluye incentivos
en sectores feminizados. a empresas para la contratación
de mujeres a tiempo completo.
79

Normas Prácticas

¿El programa tiene en cuenta y corrige el efec- ¿El programa tiene en cuenta y
Partici- to que las normas de género pueden tener en corrige el efecto que las prácti-
pación: la participación de las personas usuarias en el cas de género pueden tener en
acceso y programa? la participación de las personas
aprovecha-
Implementación

usuarias en el programa?
miento, sa- Las actividades de inserción laboral son diversas
tisfacción y las dinámicas internas contribuyen a hacer Las actividades de inserción
y expec- que mujeres y hombres se sientan cómodos en laboral se planifican en horarios
tativas de todas las sesiones. que permiten la conciliación y
las activi- se adaptan al tiempo disponible
dades del
programa de mujeres y hombres.
por par-
te de las
personas
usuarias

CLASIFICACIÓN ENFOQUE TEÓRICO DE LA INTERVENCIÓN

¿Las normas de género han influido en los ¿Las prácticas de género han
resultados del programa? ¿Los resultados influido en los resultados del
muestran cambios en normas de género? programa? ¿Los resultados
muestran cambios en prácticas
Los hombres no se han incorporado a sectores
de género?
feminizados y muestran resistencia a hacerlo.
Diferen- Por el contrario, las mujeres amplían sus inves- Las mujeres con cargas domésti-
cias entre tigaciones de trabajo en sectores típicamente cas y de cuidado se han incor-
mujeres y masculinizados. porado a contratos a tiempo
hombres parcial para compatibilizar las
responsabilidades familiares y
laborales, pero esta elección no
es voluntaria. El programa ha
sido insuficiente para compen-
sar el efecto de las prácticas de
género.

¿Se identifica el efecto de las normas de gé- ¿Se identifica el efecto de las
nero en la valoración que hacen las personas prácticas de género en la valo-
Valoración usuarias del programa? (efecto o cambio). ración que hacen las personas
Resultados

subjetiva usuarias del programa? (efecto


de las La valoración de las sesiones de formación
o cambio).
personas grupales es más alta entre los hombres que
usuarias entre las mujeres. Las mujeres indican que no Las mujeres valoran positiva-
del pro- siempre se han sentido cómodas o se han podi- mente el programa en términos
grama do expresar como querían en el desarrollo de las de empleabilidad, pero indican
respecto a sesiones. que, aun así, la incorporación
su trans-
formación al mercado laboral les resulta
difícil a causa de las responsabi-
lidades domésticas y de cuidado.

¿Se identifican resultados no previstos en tér- ¿Se identifican resultados


minos de normas de género? (efecto o cam- no previstos en términos de
bio). prácticas de género? (efecto o
cambio).
Las mujeres que han participado han adquirido
Resultados conciencia de la desigual distribución del traba- Algunos hombres que durante
no previs- jo doméstico y de cuidado en sus hogares. su situación de paro habían me-
tos jorado la dedicación a las tareas
domésticas y de cuidado la han
disminuido a raíz de su partici-
pación en el programa.
80

Normas Prácticas

¿Las normas de género han influido en los ¿Las prácticas de género han
impactos del programa a largo plazo? (efecto o influenciado los impactos del
cambio). programa a largo plazo? (efecto
Diferen-
cias entre o cambio).
Las mujeres que se han incorporado a sectores
mujeres y feminizados mantienen más el trabajo a largo Las mujeres con dependientes a
hombres a plazo. cargo han tenido más dificulta-
largo plazo des para mantener el trabajo o
mantener un contrato a tiempo
Impacto

completo.

¿Se identifican resultados no previstos en tér- ¿Se identifican resultados


minos de normas de género? (efecto o cam- no previstos en términos de
bio). prácticas de género? (efecto o
Impactos cambio).
no previs- Empoderamiento de las mujeres que se han
tos incorporado a sectores masculinizados. Las mujeres que se incorporan
al mercado de trabajo aumen-
tan su carga de trabajo total.

Elaborar un análisis resistencias pueden ser institucionales


de resistencias o individuales y se pueden manifestar
de manera implícita o explícita, y las
Espinosa & Bustelo (2019) argumentan define de la manera siguiente:
que el análisis de resistencias es un
instrumento especialmente útil para la • Resistencias individuales: persona-
evaluación de programas y planes con les y no colectivas; por ejemplo,
perspectiva de género, para examinar el personas involucradas con la política
compromiso político con la igualdad y que consideran que incluir criterios
para identificar barreras a la imple- de género no es necesario y complica
mentación real de la perspectiva de la implementación de las acciones
género en el diseño y la implementa- de la intervención.
ción de políticas públicas. Las autoras
argumentan que la igualdad de género • Resistencias institucionales: relati-
es un objetivo transversal, pero también vas a las reglas del funcionamiento
controvertido, y que en ciertos sectores institucional, patrones agregados y
encuentra dificultades. Según Espinosa repetitivos de acción o inacción por
& Bustelo, (2019, p. 165), el análisis de parte de las instituciones involucra-
resistencias consiste en identificar das en el proyecto; por ejemplo, falta
resistencias en los y las participantes o de compromiso, falta de formación
potenciales beneficiarios/as de una en género o falta de recursos especí-
intervención, en las personas que están ficos.
a cargo del servicio o que ejecutan la
política o algunas de las acciones de la • Resistencias explícitas: aquellas que
política o programa, y en otras unidades se manifiestan abiertamente; por
vinculadas con, por ejemplo, empresas, ejemplo, personas que consideran
entidades sociales o agentes del territo- que la igualdad ya se ha conseguido.
rio donde se implementa la política.
Alfama (2017, p. 51) clarifica que las • Resistencias implícitas: aquellas que
81

se observan en la distancia que hay tiva de género en su práctica, pero


entre el discurso y la práctica real; no aplican intervenciones especial-
por ejemplo, instituciones involucra- mente dirigidas a las mujeres.
das que dicen incorporar la perspec-

Dos cuestiones relevantes para el análisis

Incluir a mujeres no es lo mismo que Hay que revisar implicaciones positivas


incluir perspectiva de género y negativas
Uno de los retos de las evaluaciones que inclu- En algunos casos, las políticas y programas pue-
yen perspectiva de género es diferenciar entre den empeorar la situación de las mujeres o de las
programas y políticas que incluyen a mujeres personas del colectivo LGTBIQ+. Por este motivo,
y programas y políticas que consiguen cambios la literatura remarca que es indispensable que las
significativos en términos de género. Mostrar que evaluaciones informen de los resultados positi-
una intervención aumenta la participación de vos, pero, también, de las posibles consecuencias
las mujeres no es lo mismo que demostrar que la negativas de las intervenciones (Fletcher, 2015;
intervención contribuye a cambiar estereotipos y Luminet, 2018; Murguialday et al., 2008). Dado
normas de género (Behrman et al., 2014; Luminet, que las evaluaciones son un encargo externo y se
2018; Murguialday et al., 2008). Por ejemplo, las diseñan siguiendo la lógica de una intervención
intervenciones pensadas para aumentar el núme- y a partir de sus objetivos, acciones y resultados,
ro de mujeres en cargos de dirección o en política puede haber cierta tendencia a centrarse en los
pueden incrementar el número de mujeres, pero resultados esperados y positivos obviando las
no cambiar los estereotipos y comportamientos, posibles implicaciones negativas. Aun así, para el
típicamente masculinos, que se esperan de las diseño y la implementación de políticas públicas
personas en posiciones de poder (Fletcher, 2015, identificar qué no funciona es igual de importante
p. 6). Este aspecto también se debe tener presen- que identificar qué sí funciona. Este aspecto es
te en la evaluación. No se puede confundir una especialmente relevante en las evaluaciones de
evaluación con perspectiva de género con una programas no relacionados con el género, para
evaluación que revisa el efecto diferencial de una evitar que reproduzcan desigualdades. En este
política o programa entre mujeres y hombres, sentido, estar atento a las posibles implicaciones
que examina datos segregados o que fomenta la negativas es importante para las evaluaciones de
participación de las mujeres. Estos tres factores resultado e impacto, pero también es relevante
son clave para una evaluación de género, pero no en las evaluaciones de diseño e implementación.
son suficientes. A modo de ejemplo, en una evaluación del dise-
ño, cuando se construye la teoría del cambio, se
definen los objetivos y las acciones y los outcomes
esperados, siempre en positivo; por lo tanto, es
importante tener en cuenta si las acciones que
se proponen pueden generar efectos negativos en
términos de género.

Analizar las
implicaciones del
programa en términos
de normas y prácticas
de género ayuda
a entender qué ha
cambiado, cómo y de
qué manera gracias
a la intervención.
82

5.4.4. Elaborar el informe


de evaluación con
perspectiva de género

El informe de evaluación es el docu- • Explicar cómo la evaluación incluye


mento que recoge los resultados de la la perspectiva de género. El informe
evaluación y propone las recomendacio- ha de incluir una discusión de cómo
nes pertinentes para mejorar la política se ha incorporado la perspectiva de
o intervención evaluada. En su redac- género. Por un lado, en el terreno
ción, es primordial seguir una serie de más pragmático, se debe indicar que
pasos para hacerlo sensible en términos en las diferentes decisiones de la
de género. evaluación se ha tenido en cuenta la
perspectiva de género, por ejemplo,
• Hacer un uso no sexista del lengua- siguiendo las recomendaciones que
je. El informe de evaluación ha de esta guía propone para cada fase. Por
utilizar lenguaje ―e imágenes si se otro lado, desde un punto de vista
tercia― no sexista para no contribuir más teórico y analítico, hay que
a reproducir dinámicas y estereotipos hacer constar que la evaluación
de género que refuercen la desigual- aporta un análisis de género perti-
dad. Siguiendo las recomendaciones nente, que diagnostica bien las
detalladas en CIRD (2017), hay que desigualdades de género en el ámbi-
evitar el uso del masculino genérico y to de análisis y analiza cómo la
utilizar palabras genéricas colectivas intervención evaluada las afecta,
y abstractas. Por ejemplo, conviene refuerza o cambia (ONU Mujeres,
abstenerse de decir “los ciudadanos” y 2014). Por ello, puede ser positivo
utilizar “la ciudadanía”, utilizar el dedicar un apartado específico (o
doble género y referirse siempre a uno/algunos párrafos en cada punto:
“los y las”, y evitar la estereotipación problema, variables, preguntas, etc.)
por género siempre que se pueda. a explicitar cómo se ha considerado
También es importante presentar los esta cuestión.
datos desagregados por sexo en gráfi-
cos y tablas cuando sea posible y • Aportar recomendaciones claras en
relevante. De igual manera, al infor- términos de género. Los resultados
mar de los datos de género y orienta- de las evaluaciones con perspectiva
ción sexual, se debe evitar el uso de de género aportan aprendizajes clave
“son” y sustituirlo por “se identifi- para la mejora del diseño y la imple-
can”; por ejemplo, “el 50 % de la mentación de políticas y programas,
muestra son mujeres” por “el 50 % de y tienen como última finalidad
la muestra se identifican como muje- influenciarlas para contribuir a
res”. Finalmente, para dar visibilidad promover la igualdad. Para asegurar
a las contribuciones de las mujeres al que estos resultados se utilizan a
ámbito de investigación, las referen- favor de la igualdad de género, hay
cias bibliográficas tienen que incluir que detallar los aprendizajes clave y
el nombre de pila completo de los elaborar recomendaciones y conclu-
autores y las autoras. siones claras para mejorar la política
evaluada y orientar el diseño de las
futuras políticas y programas en
83

definir bien a quién van dirigidas y


materia de género (Espinosa, 2010).
a qué agentes beneficiarán.
Para la preparación de recomenda-
ciones de calidad, ONU Mujeres (2014, • Clasificar las recomendaciones
p. 39) recomienda: por prioridad de acción. Puede ser
habitual que en programas no
• Elaborar recomendaciones
centrados en cuestiones de género
fundamentadas en el análisis y
las recomendaciones específicas
explicar esta fundamentación.
sobre género no tengan prioridad,
Recuperando los conceptos presen-
pese a ser importantes para el
tados en la parte de análisis, una
desarrollo del proyecto. En estos
estrategia útil para formular reco-
casos, el equipo de evaluación ha
mendaciones en clave de género es
de hacer un esfuerzo para explicar
explicitar si las recomendaciones
a los agentes gestores del progra-
van dirigidas a modificar o a corre-
ma cómo las recomendaciones
gir aspectos de la intervención que
específicas de género se relacionan
se vinculan a normas de género o
con el funcionamiento general del
prácticas de género. Por ejemplo, si
programa y cómo lo mejoran en
la evaluación propone modificar
términos de género y en general.
los horarios de las actividades
planteadas en el programa para • Incorporar recomendaciones
adaptarlas a las necesidades de más operativas que den respuesta
conciliación de las mujeres, se a las dificultades identificadas
reconoce un problema de prácticas desde un punto de vista de géne-
de género y, por lo tanto, la reco- ro: por ejemplo, carencias o vacíos
mendación va dirigida a abordar en los sistemas de información,
esta cuestión. Por el contrario, si se resistencias, etcétera.
constatan problemas de participa-
ción de mujeres en ciertas activi- • Consultar a personas expertas. Se
dades masculinizadas y la evalua- puede valorar la posibilidad de que
ción propone adaptar la estrategia una persona externa al equipo de
de comunicación para fomentar la evaluación, experta en género o en el
inscripción en estas, la recomen- ámbito de estudio de la evaluación,
dación indica que hay que contra- revise el informe y haga comenta-
rrestar el efecto de las normas de rios y correcciones antes de su publi-
género en las inscripciones a las cación. Así mismo, algunos docu-
actividades programadas. La dis- mentos destacan que es interesante
tinción normas/prácticas ayuda a redactar un informe preliminar y
hacer recomendaciones más espe- discutirlo con el equipo promotor de
cíficas que detallen qué hay que la evaluación, las personas y entida-
cambiar para mejorar los efectos des que han participado en la eva-
de la política en términos de géne- luación y las personas beneficiarias
ro. de la política para acabar de revisar
los resultados y las recomendaciones
• Incorporar la participación de desde su perspectiva (Ligero Lasa et
las partes involucradas en la al., 2014; ONU Mujeres, 2014). La
evaluación, especialmente de las estrategia de contrastar los resulta-
personas usuarias del programa en dos preliminares también se puede
la formulación de las recomenda- enriquecer incorporando a las perso-
ciones. nas referentes o unidades de igual-
• Identificar grupos objetivos para dad de la propia institución.
cada recomendación, es decir,
84

5.5. Fase 4. La toma de


decisiones a partir de los
resultados de la evaluación

La finalidad de una evaluación es con- las dos unidades involucradas en la


tribuir a la formulación de mejores evaluación. El equipo de evaluación
políticas y a la rendición de cuentas a la tiene capacidad para diseñar una estra-
ciudadanía. Como ya se ha comentado, tegia de comunicación de resultados
en las evaluaciones con perspectiva de que llegue a varios colectivos y que
género esta cuestión es especialmente informe de las implicaciones de género
importante porque, entre otros, se de la intervención que se ha evaluado.
analizan factores que generan o corri- Igualmente, el equipo de evaluación
gen desigualdades y afectan a los colec- puede formular recomendaciones espe-
tivos con menos poder de decisión y cíficas para mejorar la política o la
menos presencia en espacios de repre- intervención evaluada en clave de géne-
sentación. A este respecto, es determi- ro. No obstante, incorporar las reco-
nante que los resultados y aprendizajes mendaciones y rendir cuentas a la
de las evaluaciones con perspectiva de ciudadanía es competencia de la unidad
género lleguen a mujeres y hombres y que encarga la evaluación. Dadas estas
sirvan para mejorar las políticas y responsabilidades compartidas, se dan
programas también en clave de des- a continuación recomendaciones espe-
igualdades de género. Sin embargo, tal y cíficas dirigidas a incorporar la perspec-
como ocurre en otras fases, la responsa- tiva de género en la difusión de resulta-
bilidad de difundir los resultados e dos e incluir la perspectiva de género en
incorporarlos en la toma de decisiones la toma de decisiones políticas.
políticas es compartida y desigual entre

Es determinante
que los resultados
y aprendizajes de
las evaluaciones
con perspectiva
de género sirvan
para mejorar las
políticas y programas
también en clave
de desigualdad
de género.
85

5.5.1. Difusión de
los resultados con
perspectiva de género

Para que la evaluación contribuya a deben adaptar para mejorar su


abordar el problema de la desigualdad práctica en términos de igualdad de
de género, es conveniente que el equipo género.
de evaluación detalle los resultados y
aprendizajes de la evaluación en térmi- • Transmitir a las entidades y grupos
nos de género y transmita estos resulta- y a las personas usuarias del pro-
dos a todas las personas y los colectivos grama los resultados de la evalua-
involucrados en la evaluación (Fletcher, ción y cómo se recogen sus necesi-
2015; Ligero Lasa et al., 2014). El equipo dades y demandas. En esta
de evaluación debe diseñar una estrate- comunicación hay que adoptar un
gia de comunicación y de uso de la lenguaje menos técnico y que permi-
evaluación que informe de las implica- ta que la evaluación sea útil para las
ciones de la política en términos de personas beneficiarias. Así mismo,
género y se adapte al interlocutor (Espi- hay que garantizar que los resulta-
nosa, 2010). Para ello, es necesario: dos llegan a mujeres y a hombres, y,
si es pertinente, a las mujeres de
• Transmitir al equipo promotor, los minorías sociales y las personas del
titulares de deberes principales y colectivo LGTBIQ+. De este modo, la
secundarios, recomendaciones evaluación contribuye a que estos co-
específicas respecto a cuestiones lectivos tengan acceso a información
vinculadas con sus responsabilida- útil para estructurar sus demandas y
des, competencias y posibilidades y reivindicaciones.
que definan claramente cómo se

Se debe diseñar
una estrategia de
comunicación y de
uso de la evaluación
que informe de
las implicaciones
de la política en
términos de género.
86

5.5.2. La toma de
decisiones políticas con
perspectiva de género

El valor de un ejercicio de evaluación decir, será diferente si la política o el


depende del uso que se le da a la infor- programa tiene continuidad, desapa-
mación producida para la evaluación. rece, se amplía o se reduce. Pese a
La incorporación de los resultados y todo, la unidad encargada debe
aprendizajes de la evaluación en la indicar cómo integrará las recomen-
formulación y la implementación de daciones en la política y cómo utili-
políticas y programas es clave para que zará los resultados para mejorar la
la evaluación contribuya a su mejora. igualdad de género.
Además de utilizar los resultados de la
evaluación para mejorar los aspectos • Los resultados de la evaluación
relacionados con los objetivos de la servirán para rendir cuentas a la
política y el programa, para que la toma ciudadanía en términos de igual-
de decisiones incluya la perspectiva de dad de género y de cómo los pro-
género hay que garantizar dos cuestio- gramas dan respuesta a las necesi-
nes clave. dades de mujeres y hombres. La
literatura destaca que es fundamen-
• Los resultados de la evaluación se tal que una evaluación con perspecti-
utilizarán para mejorar las políti- va de género sirva para mejorar la
cas en clave de género, de forma rendición de cuentas en materia de
que contribuyan a reducir las des- igualdad. La rendición de cuentas ga-
igualdades de género y lograr la rantiza que la ciudadanía, y especial-
justicia de género. La realización de mente las mujeres y las personas del
una evaluación con perspectiva de colectivo LGTBIQ+, conocen cómo
género es un ejercicio muy adecuado trabaja la administración para fo-
para identificar las limitaciones y mentar la justicia de género y sirve
los problemas de las políticas y para que puedan saber su situación y
programas en términos de género y articular y expresar sus demandas
también para identificar las estrate- (Espinosa, 2010; ONU Mujeres, 2014).
gias que funcionan; así pues, es muy
útil incorporar los aprendizajes en la La Tabla 10 sintetiza los aspectos expli-
toma de decisiones políticas (Bustelo, cados para incorporar la perspectiva de
2017). La manera en que los resulta- género a la evaluación según la fase y si
dos de la evaluación se incorporen son responsabilidad y objeto de la uni-
en la toma de decisiones políticas dad que encarga la evaluación o del
cambiará en función del contexto, es equipo evaluador.
87

Tabla 10. Síntesis de responsabilidades de los agentes en las diferentes


fases de la evaluación
Fase Unidad que encarga la evaluación Equipo evaluador

• Definir un encargo de evaluación con


perspectiva de género. Incluir en los térmi-
nos de referencia que la evaluación ha de
incorporar esta perspectiva.

• Incluir el análisis de las implicaciones de


la política en temas de género como objeto
de la evaluación.
Encargo
• Exigir conocimiento experto en género en
los equipos de evaluación y en el proyecto
técnico.

• Incorporar o buscar una valoración en


el organismo o unidad de igualdad en la
definición del encargo de evaluación (así
como en su ejecución o seguimiento y en
la presentación de resultados).

• Sensibilizar al equipo de evaluación de la • Entender las limitaciones


importancia de evaluar con perspectiva de comprendidas en un encargo de
género para mejorar la calidad de la eva- evaluación y adaptar la inclu-
luación y sus implicaciones en términos sión de la perspectiva de género
de igualdad de género. a las necesidades de evaluación
que expresa la unidad que lo
Planificación encarga.

• Revisar bibliografía relevante


con perspectiva de género.

• Formular preguntas de evalua-


ción con perspectiva de género.

• Revisar que la práctica del equipo de eva- • Revisar la práctica de evalua-


luación incluye perspectiva de género. ción y corregir los sesgos de
género en las decisiones de eva-
• Facilitar al equipo de evaluación los datos luación durante todas las fases.
y la información necesaria para la evalua-
ción. • Desagregar datos y hacer aná-
lisis diferencial siempre que se
• Trabajar para que los sistemas de infor- pueda.
mación y seguimiento, los indicadores, las
memorias, la documentación secundaria, • Incorporar la voz de mujeres y
etc. contengan datos desagregados e infor- entidades feministas.
Ejecución
mación relevante en clave de género.
• Analizar las implicaciones de la
• Facilitar al equipo de evaluación la revi- política en términos de género.
sión de la política que se evaluará.
• Definir recomendaciones espe-
• Impulsar la implicación del Consejo de cíficas en materia de género.
mujeres o de entidades de mujeres rele-
vantes. • Garantizar lenguaje inclusivo y
no estereotipado.
88

Fase Unidad que encarga la evaluación Equipo evaluador

• Hacer llegar conclusiones al Consejo de


mujeres, la unidad de igualdad, las entida-
des sociales de mujeres, etc.
Toma de
decisiones • Exigir y comunicar en lenguaje inclusivo.
• Incorporar los resultados de la evaluación
en la toma de decisiones políticas.

Más recursos
Diferentes aproximaciones para hacer una ¿Cómo evaluar las políticas públicas desde la
evaluación sensible al género y al enfoque basado perspectiva de género?
en derechos humanos para el desarrollo
Guias EMAKUNDE. Instituto Vasco de la Mujer
Manual de evaluación de ONU Mujeres
Guía para el uso no sexista del lenguaje en la
Guía de evaluación de programas y proyectos con Universitat Autònoma de Barcelona.
perspectiva de género, derechos humanos e
interculturalidad de ONU Mujeres Guía de uso no sexista del lenguaje. Ajuntament de
Barcelona
Un paso más: evaluación del impacto de género

EvalGender
89

6. Perspectiva de género y
tipo de evaluación
El encaje de la perspectiva de género en las evaluaciones
puede variar según el tipo de evaluación que se realiza; así
pues, la introducción de la perspectiva de género se tendrá
que adaptar al tipo de evaluación que se quiera desarrollar.

Las secciones anteriores describen conceptos y estrategias para incorporar la pers-


pectiva de género en las evaluaciones de políticas públicas. A lo largo de la guía,
en varias ocasiones se comenta que el uso de estas estrategias se debe adaptar al
contexto de cada evaluación, y por lo tanto también al tipo de evaluación que se
haga. Las evaluaciones pueden ser de diferentes tipos en función del propósito de
análisis que plantean:

• Evaluación de las necesidades: con- género se tendrá que adaptar al tipo de


textualiza el problema y evalúa si evaluación que se quiera desarrollar.
este justifica la existencia de un
programa y si el diseño del progra- Las estrategias presentadas en la sec-
ma es adecuado para darle respues- ción 5 de esta guía son transversales a
ta. cualquier tipo de evaluación. De todas
las cuestiones que se plantean para
• Evaluación del diseño: evalúa si la incluir la perspectiva de género en las
política está bien diseñada para dar evaluaciones, hay factores que son
respuesta al problema que plantea. siempre igual de importantes, indepen-
dientemente del tipo de evaluación. Por
• Evaluación de la implementación: ejemplo, la composición del equipo de
evalúa si la intervención funciona evaluación es fundamental, hace falta
del modo en que se concibió y si este que los equipos de evaluación incluyan
es adecuado. mujeres y personas expertas en género
para que la evaluación se desarrolle con
• Evaluación de los resultados o de perspectiva de género. Así mismo, el uso
impacto: evalúa cuáles han sido los de lenguaje inclusivo y no sexista debe-
outputs y los outcomes del programa ría ser un aspecto a considerar en cual-
y si se ajustan a lo esperado en quier ejercicio de evaluación. En térmi-
función del diseño. nos generales, se trata de tener en
cuenta las cuestiones clave planteadas
• Evaluación económica: análisis de en las secciones 2 y 5. Por otro lado, hay
los costes – beneficios de la política. determinadas cuestiones relevantes a
destacar para algunos de los tipos de
La introducción de la perspectiva de evaluación.
90

6.1. La evaluación de
las necesidades
En este punto es fundamental cuestio- tos, del mismo modo que frecuente-
nar el supuesto de que mujeres y hom- mente tampoco se toman en considera-
bres tienen esencialmente los mismos ción necesidades específicas derivadas
problemas, necesidades e intereses, y de otros ejes de estructuración social,
los afrontan del mismo modo, para como la edad, la clase social, el origen,
avanzar hacia unas políticas públicas la discapacidad, etcétera.
que no partan de una presunción de
homogeneidad (una presunción que, a En este sentido, es muy previsible que
menudo, la práctica demuestra que en muchos programas mujeres y hom-
acaba obviando las necesidades de parte bres tengan algunas necesidades dife-
de la población) y que, por lo tanto, sean rentes. Las 4 dimensiones estructurales
capaces de dar respuestas flexibles y en las que se expresa la desigualdad en
adecuadas a la diversidad social. la vida de mujeres y hombres (véase
sección 2.4.) dan pistas útiles para ex-
Las necesidades de las mujeres (y las plorar cuestiones específicas en que, a
situaciones y los obstáculos específicos priori, se puede prever que se identifica-
con que se encuentran) a menudo no se rán carencias relevantes susceptibles de
identifican ni se tienen presentes a la intervención pública.
hora de diseñar o implementar proyec-

En una evaluación
de necesidades es
clave cuestionar el
supuesto que mujeres
y hombres tienen
esencialmente los
mismos problemas
y necesidades, y
que los afrontan
del mismo modo.
91

6.2. La evaluación del diseño


Entender cómo se formula una situa- Así pues, será útil recurrir a la revisión
ción concreta como un problema de de literatura específica consultando
política pública, así como reconstruir la datos e indicadores referidos al ámbito
teoría del cambio y las hipótesis implí- de análisis y a personas expertas en la
citas y explícitas que sustentan un cuestión a evaluar. También puede ser
programa, a menudo son puntos de un recurso útil revisar los contenidos de
partida para establecer referentes de planes de igualdad aprobados para
valoración. ¿Cómo se entiende el proble- identificar si incluyen medidas en ese
ma, qué dimensiones se tienen en cuen- ámbito concreto, así como consultar
ta, cómo se establecen los objetivos y los con el organismo o unidad de igualdad
recursos para la intervención, a quién de la administración responsable de la
se interpela? evaluación. Como ya se ha comentado,
resulta interesante recoger las impre-
La desigualdad de género está presente siones de colectivos y asociaciones
en todos los ámbitos sociales; sin em- feministas e incluir la perspectiva del
bargo, no se expresa del mismo modo colectivo destinatario, especialmente si
en todos los contextos. En este sentido, se trata de mujeres vulnerables. Igual-
en términos generales, afortunadamen- mente, tal y como se ha discutido en el
te a estas alturas ya contamos con un apartado 2.3., para entender cómo se
amplio corpus de literatura que analiza expresa la desigualdad de género será
cómo incide el género en la mayoría, si importante considerar la intersección
no en la totalidad, de los ámbitos secto- del eje de género con otros ejes de des-
riales de la política pública. Aun así, con igualdad, de forma que se explore cómo
miras a la evaluación de un programa se articula con otros factores sociales
concreto quizá será necesario profundi- que también condicionan el acceso de
zar en este análisis para comprender las personas a oportunidades y recur-
cuestiones más específicas de interés. sos, y a la vez examinar la diferencia-

Los informes de evaluación de impacto de género

Los informes de evaluación de impacto de géne- determinada ley, proyecto o programa contribuye
ro son una de las herramientas más extendidas a reducir, mantener o aumentar las desigualdades
en Europa para impulsar la transversalidad de de género entre mujeres y hombres. En nuestro
género en la formulación y la implementación de contexto próximo, los informes de impacto de
políticas públicas, fundamentalmente promovidas género suelen tener un cariz técnico y reglado
desde los organismos de igualdad. Un informe de y pretenden proporcionar un análisis de género
impacto de género es una valoración ex ante de a las unidades responsables de la elaboración
una medida, que analiza si en el diseño se han de proyectos sectoriales antes de la aprobación
tenido en cuenta las implicaciones que dicha definitiva. En Cataluña son obligatorios para todas
medida tendrá sobre mujeres y hombres o sobre las propuestas políticas del Gobierno y se llevan a
la igualdad de género y emite recomendaciones cabo de forma sistemática, pero no son vinculan-
de cambio para introducir en el diseño definiti- tes (Gelambí, 2019). En el ámbito de la Generalitat,
vo (Alonso et al., 2010; ICD, 2005). Los informes los elabora el Instituto Catalán de las Mujeres a
tienen como objetivos cuestionar la neutralidad partir del borrador de la norma y forman parte del
de las políticas en términos de género, asegurar proceso reglado como paso previo y necesario para
que se usa lenguaje e imágenes no sexistas y no aprobar las normas.
androcéntricas, y responder a la pregunta de cómo
92

ción entre necesidades prácticas y complementaria a la cual se puede


estratégicas de género, mencionada en derivar de los informes de impacto de
el apartado anterior. género existentes. Al mismo tiempo,
recuperar informes de impacto previos
Así mismo, conviene tener presente que o relacionados con el programa de
las políticas de igualdad de género, igual interés puede ser una fuente de infor-
que las políticas ambientales, han sido mación útil a la hora de plantear una
pioneras al desarrollar la evaluación del nueva evaluación con perspectiva de
diseño de forma sistemática; en concre- género. A pesar de todo, es previsible
to, a través del impulso de los informes que haya que hacer un análisis más
de impacto de género, que básicamente profundo para identificar las implica-
son herramientas sistematizadas de ciones de género de la política y anali-
evaluación ex ante de normativas, zar si los resultados de la intervención
políticas o programas. difieren por razón de género, en la
medida que la identificación del sesgo
A este respecto, el informe de impacto de género de las políticas públicas es un
de género es solo un modelo posible. Se proceso complejo y a menudo la valora-
pueden desarrollar otras evaluaciones ción ex ante de un texto normativo o
de diseño con perspectiva de género con programático es insuficiente para cap-
perspectivas y orientaciones diferentes, tarlo.
que amplíen y aporten información

Para evaluar si la política está diseñada con perspectiva de género:

• ¿Se incluye perspectiva de género en la • ¿La teoría del cambio incluye hipótesis sobre
diagnosis de la política? ¿Es un programa o cómo modificar normas o prácticas de géne-
política con perspectiva de género o ciego al ro? ¿Son realistas y coherentes?
género?
• ¿Cuál es el enfoque de género de la inter-
• ¿Las desigualdades de género se identifican y vención? (ciego, explotador, acomodador o
se reconocen como un problema central en el transformador).
ámbito de análisis? Es decir, ¿las mujeres o
las personas del colectivo LGTBIQ+ se ven más • ¿Quiénes son los y las potenciales usuarios/as
afectadas que los hombres en el problema de la intervención? ¿Quién se beneficiará de la
considerado? intervención, mujeres, hombres? ¿Mujeres y
hombres de diferentes perfiles?
• ¿Hay algún objetivo formulado en clave de
género? • ¿Los criterios de selección de la población dia-
na incluyen criterios de género y de interac-
• ¿En qué medida podrían contribuir los objeti- ción del género con otros ejes de desigualdad?
vos específicos a reducir las desigualdades de
género? • ¿Está previsto un sistema de seguimiento de la
implementación del programa que desagregue
• ¿Hay acciones específicamente pensadas para los datos por sexo y o género?
reducir las desigualdades de género? ¿Cuáles?
• ¿Se ha definido un conjunto de indicadores
• ¿La teoría del cambio incluye referencias al eje sensibles al género (desagregados y no-andro-
de género? céntricos) para coger cambios en las desigual-
dades de género?
93

6.3. La evaluación de
la implementación
La evaluación de la implementación evaluar. En concreto, identificar dónde
valora cómo funciona en la práctica la están mujeres y hombres en relación
política o programa, mediante el con- con la participación en el programa y si
traste de las hipótesis con que se diseñó se pueden detectar obstáculos específi-
y la identificación de posibles proble- cos vinculados a las desigualdades de
mas y efectos no esperados. Además, en género. En el ámbito de la implementa-
este tipo de evaluación es clave el análi- ción, también es relevante la cuestión
sis de cómo inciden las cuatro dimen- de la participación y las voces que se
siones que hemos ido apuntando en el escuchan y se reconocen.
despliegue de esa política o programa a

Para evaluar si la política se ha implementado con perspectiva de género:

• ¿Los servicios ofrecidos han llegado igual a • ¿La valoración subjetiva o satisfacción con las
mujeres y hombres? ¿Y a varios perfiles de actividades e inputs es igual entre mujeres
mujeres y hombres? y hombres y diferentes perfiles de mujeres y
hombres?
• ¿Hay algún perfil de participante (especial-
mente mujeres y personas LGTBIQ+) infrarre- • ¿El programa ha recogido información (datos
presentado entre la población usuaria de la o información cualitativa) desagregada por
intervención? ¿Por qué? género de la participación de las personas
usuarias?
• ¿La planificación de actividades contempla las
diferencias de accesibilidad, de normas y de • ¿Las personas gestoras y responsables de la
usos del tiempo entre mujeres y hombres? intervención consideran o tienen conocimien-
tos en género y en cómo este puede influen-
• ¿El nivel de uso del programa es igual por ciar el despliegue y la implementación del
razón de género? programa?

En la evaluación de
la implementación
es clave identificar
dónde están mujeres
y hombres en relación
con la participación
en el programa,
y si se pueden
detectar obstáculos
específicos vinculados
a las desigualdades
de género.
94

6.4. La evaluación de impacto


Cuando haya que valorar resultados e género; si es negativo, reproduce o
impactos, será importante saber si el empeora la situación, y, si es neutro, no
programa ha conseguido dar respuesta incide en este a causa de las propias
a las necesidades detectadas de la for- características del programa (porque es
ma prevista y ha conseguido reequili- un programa muy técnico, por ejemplo).
brar las condiciones y la posición social No se tendría que confundir un progra-
de mujeres y hombres incidiendo en la ma ciego al género (que no incorpora la
modificación de las normas y prácticas mirada de género) con un programa
de género. Se trata, por lo tanto, de con impacto de género neutro. Para
preguntarse para qué y para quién ha valorar el impacto en términos de
funcionado el programa. género, es útil recurrir a las categorías
de enfoque de género del programa, que
En general, se considera que, si una ya hemos presentado en la sección 2.6.,
política o programa tiene un impacto de así como a los conceptos de normas y
género positivo, mejora la situación de prácticas de género y de abordaje prác-
las mujeres o modifica las dinámicas de tico y estratégico de género.

Para evaluar si la política tiene efectos sobre las desigualdades de género:

• ¿El programa o política ha influido del mismo • ¿Los indicadores de resultados son sensibles el
modo en la situación de mujeres y hombres? género?
¿Cómo? ¿Y entre diferentes perfiles de mujeres
y hombres? • ¿Se ha conseguido una reducción de las des-
igualdades de género en el ámbito considerado?
• La situación, después del programa, ¿es igual
o diferente entre mujeres y hombres? ¿Y entre • ¿El programa ha conseguido compensar el efec-
diferentes perfiles de mujeres y hombres? to de las normas y prácticas de género? ¿Cómo?

• ¿La valoración subjetiva del paso por el progra- • ¿El programa ha conseguido transformar nor-
ma difiere por razón de género? mas y prácticas de género? ¿Cómo?

• ¿Se han transformado los imaginarios sobre • ¿Qué componentes del programa son más efec-
desigualdades del personal técnico, de los gru- tivos para corregir las desigualdades de género?
pos afectados y de otros agentes implicados?
• ¿Alguna de las acciones ha reforzado las des-
igualdades? ¿Por qué?

En una evaluación
de impacto es clave
preguntarse para
qué y para quién
ha funcionado
el programa.
95

6.5. La evaluación económica


La evaluación económica se centra en • Considerar el coste económico de la
identificar, medir y comparar costes y desigualdad de género.
resultados de políticas e intervenciones
públicas. Este proceso tampoco es neu- • Revisar los informes de impacto de
tro en términos de género, y hay que género de los presupuestos para
introducir criterios específicos para detectar posibles factores relaciona-
valorar si los costes y beneficios econó- dos con el género y cómo se ha
micos son iguales por razón de género. previsto que la intervención afecte
A este respecto, resulta útil seguir los en términos de género.
pasos siguientes:
Existe poca información sobre cómo
• Revisar posibles sesgos de género en ejecutar evaluaciones económicas con
la selección de indicadores y de perspectiva de género, algo que denota
estándares de referencia para el aná- que son necesarias más reflexiones y
lisis. ejercicios prácticos sobre esta cuestión.
En general, sin embargo, se trata de
• Incorporar criterios de mediación revisar los estándares habituales en
económica procedentes de la econo- términos de costes y beneficios incorpo-
mía feminista y estrategias de con- rando la perspectiva de género.
tabilización del trabajo no remune-
rado de cuidado (como la
contabilidad satélite).

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96

7. Reflexiones finales

El uso de la perspectiva de género es pertinente en las


evaluaciones de toda clase de políticas y programas. Es
indispensable avanzar hacia su incorporación integral en
todos los ejercicios de evaluación porque es un elemento
clave de mejora de las políticas públicas.

El género es un eje clave de desigualdad que afecta a la distribución de recursos


y poder entre diferentes grupos sociales. A pesar de que en las últimas décadas
se ha avanzado de manera notable en el reconocimiento formal de la importan-
cia de aplicar políticas públicas para promover la igualdad y la justicia de género,
todavía queda mucho camino por recorrer antes de conseguir la igualdad real. Las
desigualdades de género son estructurales y transversales, y por lo tanto siempre
influenciarán de alguna manera los resultados de las políticas públicas. Así pues,
entender de qué manera y cómo se pueden diseñar estrategias mejores es clave
para contribuir a la lucha por la igualdad.

En este contexto, la inclusión de la pers- de evaluaciones. En este sentido, utili-


pectiva de género en las evaluaciones zar la perspectiva de género es compati-
de políticas públicas se convierte en una ble con la evaluación de aspectos diver-
necesidad para desarrollar evaluaciones sos, incluido el género.
de más calidad y más adecuadas para
analizar el contexto social, que contri- A lo largo de la guía hemos destacado
buyan a la transversalidad de la pers- que la incorporación de la perspectiva
pectiva de género en políticas públicas y de género en las evaluaciones es una
aporten aprendizajes útiles para reducir decisión que cambia el enfoque gene-
las desigualdades. También resulta fun- ral de la evaluación e implica adaptar
damental para fomentar la rendición de las decisiones centrales para cada fase
cuentas a la ciudadanía, especialmente incorporando la mirada de género. Tal y
a colectivos vulnerables y menos repre- como se ha detallado, la perspectiva de
sentados. género debe estar presente en decisio-
nes tan diversas e importantes como la
El uso de la perspectiva de género es elección de preguntas de evaluación, la
pertinente en las evaluaciones de toda selección de métodos y fuentes de infor-
clase de políticas y programas, no solo mación, la interpretación y el análisis
en las intervenciones sobre género. Así de información y la comunicación de
mismo, la perspectiva de género tam- resultados. Sin embargo, la incorpora-
bién es útil y aplicable en todos los tipos ción de la perspectiva de género no se
97

ha de concebir como un proceso cerra- de forma parcial, la incorporación de la


do. De hecho, no hay una sola manera perspectiva de género. Lo importante es
de evaluar con perspectiva de género, que administraciones y profesionales
más bien se trata de una aproximación incorporen la conciencia de la impor-
a la evaluación que se puede concretar tancia de este tema y se inicie un pro-
de formas diversas dependiendo, como ceso de mejora de la práctica de eva-
siempre sucede en los procesos de eva- luación, enriqueciéndola en todos los
luación, del contexto y del marco en aspectos que se pueda, para ir generan-
que este ocurra, y de cómo se definan do aprendizajes y cambios progresivos.
los objetivos, preguntas y métodos de Como se ha mencionado, la evaluación
evaluación. Del mismo modo, no poder con perspectiva de género es un campo
llevar a cabo una integración total no poco conocido, y a medida que se vayan
tendría que llevar a los equipos de eva- generando más experiencias se faci-
luación a renunciar por completo al uso litará que la perspectiva de género se
de la perspectiva de género. Si bien la pueda introducir en las evaluaciones de
integración no siempre puede ser total, una forma más integral y profundizada.
la inclusión de la perspectiva de género
en algunos aspectos de la práctica de En definitiva, la incorporación de la
evaluación también tiene valor. perspectiva de género en las evaluacio-
nes mejora la calidad de las evaluacio-
En esta guía se ha presentado un am- nes y genera evidencia más adecuada y
bicioso horizonte de incorporación de más útil para perfeccionar el diseño y la
la perspectiva de género; se aporta un implementación de políticas en general
abanico de herramientas diversas, con y también en clave de igualdad y justi-
la voluntad de que se puedan utilizar cia de género. Es, por lo tanto, indispen-
de forma contextualizada en procesos sable avanzar hacia su incorporación
de evaluación de todo tipo. No obstante, integral en todos los ejercicios de eva-
la imposibilidad de llevar a cabo todas luación porque es un elemento clave de
las estrategias planteadas no habría de mejora de las políticas públicas.
desanimarnos a explorar, aunque sea

Las evaluaciones con


perspectiva de género
son evaluaciones
de mayor calidad,
más adecuadas
para analizar el
contexto social;
aportan aprendizajes
útiles para reducir
las desigualdades y
mejoran la rendición
de cuentas al conjunto
de la ciudadanía.
98

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MacRae (eds): ‘The persistent invisibility of gender in EU policy’European
Integration online Papers (EIoP), Special, núm. 1.
Júlia De Quintana Medina
Analista de Ivàlua
Autora de la guia práctica

Doctora en Sociología (2020) y máster en de Sociología de la Universitat Autònoma de


Política Social, Trabajo y Bienestar por la Barcelona (beca FPU) y personal técnico de
Universitat Autònoma de Barcelona (2015), con investigación en el Grupo de Sociología
especialización en Integración y Cohesión Analítica y Diseño Institucional (UAB). Ha
Social. Es analista de Ivàlua desde enero de trabajado en proyectos de investigación sobre
2021, donde trabaja principalmente en la políticas públicas conductuales, nudge, de
evaluación de proyectos en los ámbitos de las cumplimiento fiscal y políticas de garantías de
políticas sociales y de ocupación, las políticas ingresos considerando su impacto diferencial
de garantía de ingresos y las políticas de por género. Ha publicado varios trabajos
género. Previamente ha sido personal académicos sobre estos temas.
investigador en formación en el Departamento

Eva Alfama Guillén


Colaboradora en la guia práctica

Doctora en Ciencia Política por la Universitat evaluación de políticas de igualdad de género y


Autònoma de Barcelona, con una tesis sobre la LGTBI para administraciones de diferentes
transversalidad de género en las instituciones ámbitos, desde el europeo hasta el municipal.
públicas. Tiene un posgrado en Participación Ha evaluado planes y leyes de igualdad y
Ciudadana y Desarrollo Sostenible. Desde el contra la violencia machista para la
año 2002 es investigadora y consultora en Generalitat de Cataluña y el Gobierno vasco,
políticas públicas y participación política, y entre otros, y ha llevado a cabo diferentes
está especializada en análisis, seguimiento y investigaciones en este ámbito.
Creación grafismo corporativo:
Fran Chávez / coolStudio
Alexis Cumberbatch / fmil.es
Diseño gráfico y maquetación:
Fran Chávez / coolStudio
Corrección:
Ester Jiménez

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