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Registro: 2002687
Instancia: PRIMERA SALA
TipoTesis: Tesis Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Localización: Libro XVII, Febrero de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional,Civil
Tesis: 1a. LXV/2013 (10a.)
Pag. 793
[TA]; 10a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Libro XVII, Febrero de 2013, Tomo 1; Pág. 793
A juicio de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la privación de la patria
potestad se justifica por el incumplimiento grave de los deberes inherentes a la misma ya que, en
definitiva, lo que importa es el bien de los hijos, cuyo interés es el único y exclusivo fundamento
de la función en la que se configura la patria potestad. Las autoridades jurisdiccionales, al analizar
el abandono de un menor de edad como causal para decretar la pérdida de la patria potestad
previsto en las distintas legislaciones, deben interpretar el término "abandono" no sólo en su
acepción más estricta, entendido como dejar desamparado a un hijo, sino también en la amplia,
vinculada al más radical incumplimiento de los deberes inherentes a la patria potestad, incluso en
el caso de que las necesidades del menor queden cubiertas por la intervención de otras personas.
Así las cosas, se estima que en los casos de abandono sancionados con la privación de la pérdida
de la patria potestad, existe una abdicación total, voluntaria e injustificada de los deberes
inherentes a dicha función. Asimismo, los tribunales, en aras de proteger al menor, deberán
analizar en cada caso concreto las causas del abandono, la edad del menor, su madurez y
autonomía, ya que en aquellos supuestos en los que el abandono se realice al momento mismo
del nacimiento, resulta patente el radical desinterés de los progenitores respecto del menor. Esta
pauta interpretativa es la que deben tomar en cuenta los órganos judiciales al analizar las causales
de privación de pérdida de la patria potestad que hacen referencia al "abandono del menor" y
siempre teniendo presente que estos supuestos denotan una situación de absoluto desprecio a las
obligaciones parentales más elementales y primarias respecto del menor.
PRIMERA SALA
Amparo directo en revisión 348/2012. 5 de diciembre de 2012. Unanimidad de cuatro votos; José
Ramón Cossío Díaz reservó su derecho para formular voto concurrente. Ausente: Alfredo Gutiérrez
Ortiz Mena. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González.
Época: Décima Época
Registro: 2002863
Instancia: PRIMERA SALA
TipoTesis: Tesis Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Localización: Libro XVII, Febrero de 2013, Tomo 1
Materia(s): Civil
Tesis: 1a. LXVI/2013 (10a.)
Pag. 829
[TA]; 10a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Libro XVII, Febrero de 2013, Tomo 1; Pág. 829
El artículo 628, fracción IV, inciso c), del Código Civil para el Estado de Puebla, establece que se
perderá la patria potestad cuando se "abandone intencionalmente al menor por más de un día si
éste no hubiere quedado al cuidado de alguna persona". Para interpretar y aplicar esta norma, los
órganos jurisdiccionales deben partir de que en los casos de abandono sancionados con la
privación de la patria potestad existe una abdicación total, voluntaria e injustificada de los deberes
inherentes a dicha función. Con las causales de pérdida de la patria potestad relativas al abandono
del menor, el legislador del Estado de Puebla pretende proteger la seguridad de los hijos ante
conductas que suponen un peligro abstracto para ellos y cuya gravedad aumenta cuando el
abandono puede dar lugar a escenarios en los que la vida o la integridad física o sexual del menor
se vean comprometidas. Así, el abandono no requiere necesariamente la comprobación de un
peligro real para el menor, ya que la posibilidad de despojar a los titulares de su potestad paterna
puede hacerse depender tanto de un resultado, como de la creación de una situación de riesgo
para el menor. Esto es así, ya que el daño al menor se ha de derivar no tanto de la situación en la
que éste se encuentra, sino de que la conducta de los progenitores puede resultar lesiva para los
intereses prioritarios del menor, al no revelarse como adecuadas para su futura formación
personal. En conclusión, el interés superior del menor dota al concepto de abandono de toda la
operatividad que le es propia, entrando en acción no sólo en aquellos supuestos en los que exista
una ausencia absoluta de persona protectora, sino en aquellas situaciones en las que los
progenitores se despreocupan del hijo desde el primer momento de su vida, tiempo en que se
manifiesta por vez primera su natural desvalimiento y que reclama la más primaria atención.
PRIMERA SALA
Amparo directo en revisión 348/2012. 5 de diciembre de 2012. Unanimidad de cuatro votos; José
Ramón Cossío Díaz reservó su derecho para formular voto concurrente. Ausente: Alfredo Gutiérrez
Ortiz Mena. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González.
[TA]; 10a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Libro XI, Agosto de 2012, Tomo 2; Pág. 1759
Las autoridades que conozcan de un juicio en el que estén involucrados intereses de menores de
edad, deben darles la oportunidad de emitir su opinión en aquél, en respeto de su derecho a ser
escuchados, pues deben valorarse, en primer término, sus derechos, los que deben ser
preservados en todo momento por las autoridades que conozcan del juicio, en respeto y guarda
del interés superior del menor que emana de los artículos 1 a 5 y 7 a 12 de la Convención
Internacional sobre los Derechos del Niño. Por tanto, aunque la acción con la que se promueve el
juicio de divorcio es un derecho personalísimo de quienes lo solicitan, la determinación que se
tome podría repercutir en la esfera de los derechos de los menores, porque podría decidirse sobre
cuestiones como la pérdida de la patria potestad, la pensión alimenticia provisional y definitiva, y
la guarda y custodia, en su caso, por lo que el Juez debe llamarlos al procedimiento a efecto de
que manifiesten lo que estimen conveniente, en respeto y guarda del interés superior del menor
que emana de la citada convención.
Amparo directo 979/2011. 10 de febrero de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: Héctor Manuel
Flores Lara, secretario de tribunal autorizado por la Comisión de Carrera Judicial del Consejo de la
Judicatura Federal para desempeñar las funciones de Magistrado. Secretario: Salvador Alberto
Nassri Valverde.
Amparo directo 1019/2011. 16 de febrero de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: José Luis
Gómez Molina. Secretario: Ismael Ruiz Villanueva.
Amparo directo 101/2012. 1o. de marzo de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: María Teresa
Zambrano Calero. Secretaria: Mara Cristina Flores Morales.
[TA]; 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXVIII, Julio de 2008; Pág. 1715
El derecho de los padres a convivir con los hijos es imprescriptible y aun cuando pudiera
considerarse cierto el distanciamiento prolongado entre el tercero perjudicado y su hija, no menos
verídico es que a través de la promoción del incidente de cambio de guarda y custodia provisional
de donde derivan los actos reclamados, dicho progenitor tiene la intención de restablecer el
vínculo parental que los une, con lo cual, se debe concluir que ello lejos de constituir un perjuicio a
la niña, representada en el juicio de amparo por la hoy quejosa, contribuiría a su sano desarrollo
integral, pues es incontrovertible que los hijos que cuentan con la convivencia de ambos
progenitores tienen una mejor calidad de vida.
Amparo en revisión 144/2008. 5 de junio de 2008. Unanimidad de votos. Ponente: Sara Judith
Montalvo Trejo. Secretaria: Elia Aurora Durán Martínez.
Época: Novena Época
Registro: 197455
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL QUINTO CIRCUITO
TipoTesis: Tesis Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Localización: Tomo VI, Noviembre de 1997
Materia(s): Civil
Tesis: V.2o.58 C
Pag. 493
[TA]; 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo VI, Noviembre de 1997; Pág. 493
Si bien la patria potestad sobre los hijos se ejerce por el padre o la madre, en cuyo carácter
resultan ser los legítimos representantes de los que están bajo ésta, ello no debe interpretarse en
el sentido de que rigurosamente tengan que ser ambos padres los que simultáneamente deban
representar al menor en un juicio, ya que basta que uno de ellos lo haga para que se dé la
legitimación procesal para acudir a juicio, pues no existe precepto legal que exija que tengan que
ocurrir ambos padres para tener por legalmente representado al menor, y de la interpretación del
artículo 424 del Código Civil para el Distrito Federal en Materia Común y para toda la República en
Materia Federal, se deduce la posibilidad jurídica de que la representación en juicio se ejerza por
uno solo de los padres, facultad que se encuentra limitada únicamente para el caso de que se
pretenda concluirlo.
Amparo directo 488/97. Tadrio Terán Serrano. 3 de julio de 1997. Unanimidad de votos. Ponente:
Jaime Raúl Oropeza García. Secretaria: Cleotilde J. Meza Navarro.
Nota: Esta tesis fue publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, Tomo VI-Septiembre, página 705; se publica nuevamente a petición del Tribunal Colegiado,
con las modificaciones que el mismo indicó sobre la tesis originalmente enviada.