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RADIACIONES IONIZANTES

¿QUÉ ES?
La radiación, de ciertas longitudes de onda, llamada radiación ionizante, tiene suficiente
energía para dañar el ADN y causar cáncer. La radiación ionizante incluye radón, rayos
X, rayos gamma y otras formas de radiación de alta energía. Las formas de radiación de
energía más baja, no ionizante, como la luz visible y la energía de los teléfonos
celulares, no se ha encontrado que causen cáncer en las personas.

Las radiaciones ionizantes están formadas por partículas o por ondas electromagnéticas
de muy alta frecuencia con la suficiente energía como para producir la ionización de un
átomo y romper los enlaces atómicos que mantienen las moléculas unidas en las células.
Estas alteraciones pueden ser más o menos graves según la dosis de radiación recibida.
Es posible que la exposición a dosis muy altas de radiación ionizante provoque daños
inmediatos en el cuerpo, que incluyen daños graves en la piel o los tejidos, enfermedad
aguda por radiación y muerte.
La radiación ionizante es una causa conocida de cáncer.

TIPOS
Existen varios tipos de radiaciones ionizantes:
Las radiaciones alfa son núcleos de helio 4 que se emiten en determinadas
desintegraciones nucleares y que están formados por dos neutrones y dos protones.
Tienen mucha masa, pero son poco penetrantes: una hoja de papel o la misma piel
humana son suficientes para protegernos de sus efectos.
Las radiaciones beta son flujos de electrones (betas negativas) o positrones (betas
positivas) liberados en determinadas desintegraciones nucleares. Tienen menos masa
que las alfa, aunque son algo más penetrantes: pueden traspasar una hoja de papel y
entre uno y dos centímetros de tejido vivo, pero no pueden penetrar una lámina de
aluminio.
Los rayos X y gamma son radiaciones electromagnéticas sin carga ni masa. Las
radiaciones gamma proceden de la desintegración de los núcleos inestables de algunos
elementos radiactivos y los rayos X proceden de las capas externas del átomo, donde se
encuentran los electrones. Este tipo de radiaciones son bastante penetrantes, atraviesan
la hoja de papel y la lámina de aluminio y para frenarlas se precisa una lámina de plomo
de grosor suficiente.
Los neutrones liberados son un tipo de radiación muy penetrante. Al no tener carga
eléctrica, los neutrones penetran fácilmente la estructura de determinados átomos y
provocan su división. Se pueden absorber con determinados elementos químicos como
el cadmio o el boro.
FUENTES DE RADIACIÓN
Las personas están expuestas a diario tanto a la radiación de origen natural o humano.
La radiación natural proviene de muchas fuentes, como los más de 60 materiales
radiactivos naturales presentes en el suelo, el agua y el aire. El radón es un gas natural
que emana de las rocas y la tierra y es la principal fuente de radiación natural.
Diariamente inhalamos e ingerimos radionúclidos presentes en el aire, los alimentos y el
agua.
Asimismo, estamos expuestos a la radiación natural de los rayos cósmicos,
especialmente a gran altura. Por término medio, el 80% de la dosis anual de radiación
de fondo que recibe una persona procede de fuentes de radiación naturales, terrestres y
cósmicas. Los niveles de la radiación de fondo varían geográficamente debido a
diferencias geológicas. En determinadas zonas la exposición puede ser más de 200
veces mayor que la media mundial.
La exposición humana a la radiación proviene también de fuentes artificiales que van
desde la generación de energía nuclear hasta el uso médico de la radiación para fines
diagnósticos o terapéuticos. Hoy día, las fuentes artificiales más comunes de radiación
ionizante son los dispositivos médicos, como los aparatos de rayos X.

EXPOSICIÓN A LA RADIACIÓN IONIZANTE


La exposición a la radiación puede ser interna o externa y puede tener lugar por
diferentes vías.
 La exposición interna a la radiación ionizante se produce cuando un
radionúclido es inhalado, ingerido o entra de algún otro modo en el torrente
sanguíneo (por ejemplo, inyecciones o heridas). La exposición interna cesa
cuando el radionúclido se elimina del cuerpo, ya sea espontáneamente (por
ejemplo, en los excrementos) o gracias a un tratamiento.
 La exposición externa se puede producir cuando el material radiactivo presente
en el aire (polvo, líquidos o aerosoles) se deposita sobre la piel o la ropa.
Generalmente, este tipo de material radiactivo puede eliminarse del organismo
por simple lavado.

La exposición a la radiación ionizante también puede resultar de la irradiación


de origen externo (por ejemplo, la exposición médica a los rayos X). La
irradiación externa se detiene cuando la fuente de radiación está blindada o la
persona sale del campo de irradiación.
Las personas pueden estar expuestas a la radiación ionizante en circunstancias
diferentes, en casa o en lugares públicos (exposiciones públicas), en el trabajo
(exposiciones profesionales) o en un entorno médico (como los pacientes, cuidadores y
voluntarios).
EFECTOS DE LAS RADIACIONES IONIZANTES EN LA SALUD
El daño que causa la radiación en los órganos y tejidos depende de la dosis recibida, o
dosis absorbida, que se expresa en una unidad llamada gray (Gy). El daño que puede
producir una dosis absorbida depende del tipo de radiación y de la sensibilidad de los
diferentes órganos y tejidos.

¿POR QUÉ ALGUNOS TIPOS DE RADIACIÓN PUEDEN PROVOCAR


CÁNCER?
Se sabe que la exposición de un ser humano a ciertas dosis de radiación ionizante puede
provocar cambios irreparables en la estructura de su ADN, es decir, en los genes que
controlan la función de las células, y por tanto provocar una serie de cambios que
pueden dar lugar a un cáncer.
Aparte de las personas que trabajan directamente con fuentes de radiación o que viven
en casas con un alto nivel de radón, normalmente no estamos expuestos a radiaciones
ionizantes. Algunos procedimientos médicos emplean radiaciones ionizantes para
diagnosticar o tratar enfermedades p.ej. exámenes por rayos X, tomografías (TAC) y
radioterapia, pero, en estos casos, el beneficio de poder llegar a un diagnóstico mediante
una prueba de imagen o de conseguir curar un tumor en el caso del tratamiento
mediante la radioterapia supera con creces el riesgo que generan estas pruebas.

EFECTOS CANCERÍGENOS
 Características generales
La carcinogenicidad de la radiación ionizante, que se manifestó por primera vez a
principios de este siglo cuando aparecieron cánceres de la piel y leucemias en las
primeras personas que trabajaron con la radiación (Upton 1986), ha sido documentada
desde entonces sin lugar a dudas por los excesos proporcionales a las dosis de
numerosos tipos de neoplasias en pintores de esferas con radio, en mineros de galerías
de roca viva, en supervivientes de la bomba atómica, en pacientes sometidos a
radioterapia y en animales irradiados en experimentos de laboratorio (Upton 1986; NAS
1990). Los tumores benignos y malignos inducidos por la irradiación se caracterizan
porque tardan años o decenios en manifestarse y no presentan ningún rasgo conocido
que permita distinguirlos de los producidos por otras causas. Es más, con pocas
excepciones, su inducción sólo ha podido detectarse después de dosis equivalentes
relativamente grandes (0,5 Sv), y ha variado con el tipo de neoplasia, así como con la
edad y sexo de las personas expuestas (NAS 1990).
 Mecanismos
Los mecanismos moleculares de la cancernogénesis radiológica todavía no se han
determinado con todo detalle, pero en animales de laboratorio y en células cultivadas se
ha observado que los efectos cancerígenos de la radiación incluyen efectos iniciadores,
efectos promotores y efectos sobre la progresión de la neoplasia, que dependen de las
condiciones experimentales en cuestión (NAS 1990). Los efectos parecen incluir
también la activación de oncogenes y/o la inactivación o pérdida de genes supresores de
tumores en muchas ocasiones, por no decir en todas ellas. Además, los efectos
cancerígenos de la radiación se parecen a los de los cancerígenos químicos en que
también son modificables por hormonas, variables nutricionales y otros factores
modificadores (NAS 1990). Por otra parte, hay que destacar que los efectos de la
radiación pueden ser aditivos, sinérgicos o antagonistas con los de los agentes
cancerígenos químicos, y que dependen de las sustancias químicas específicas y de las
condiciones de exposición en cuestión (UNSCEAR 1982 y 1986).

¿DEBERÍAMOS PREOCUPARNOS POR LA RADIACIÓN NO IONIZANTE?


Aunque hay muchas nuevas fuentes de radiación no ionizante a nuestro alrededor, como
son por ejemplo los móviles, Wi-Fi, microondas, etc., las dosis a las que nos exponemos
normalmente son muy bajas. Por ahora no se han demostrado definitivamente efectos en
la salud ante estas dosis tan bajas de exposición, pero la falta de evidencia científica no
significa que no haya efectos, y por eso los científicos siguen investigando potenciales
asociaciones entre la exposición a este tipo de radiación y efectos en la salud.

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