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TEMA 7. EL OBJETO DEL PROCESO.

1. ELEMENTOS QUE CONFORMAN EL OBJETO DEL PROCESO PENAL

El objeto del proceso es el asunto sobre el que se litiga. También denominado res de qua agitur. El
objeto penal se trata del enjuiciamiento de un hecho punible imputado a una determinada persona
para imponerle una pena (art. 1 LECrim).

La delimitación es imprescindible porque será la que nos permita diferenciar un proceso penal de otro, y:
- Establecer si existe litispendencia o cosa juzgada.
- Determinar la jurisdicción y la competencia (y, en su caso, el procedimiento)
- Fijar la conexión de delitos.
- Concretar los términos de la acusación e impedir que cambie sustancialmente a partir de
determinado momento.
- Precisar el contenido y alcance de la sentencia en correlación con la acusación.

El objeto en el proceso civil es distinto al del proceso penal. En el civil es la pretensión de la parte
actora, que solicita al tribunal para que se satisfaga, pero en el proceso penal no es así, no existe
tal derecho, sino el ius puniendi del Estado. El derecho que tiene en el proceso penal la parte es
acusar, a practicar y a proponer pruebas para que el Estado ejercite su ius puniendi.

Elemento objeto: el hecho punible es el núcleo esencial del proceso penal. Está compuesto, en
sentido estricto, por la conducta básica del hecho en cuestión y; en sentido amplio, por otros
hechos complementarios, los cuales son necesarios, no siendo suficiente la conducta básica para
determinar el objeto del proceso penal. Estos hechos complementarios al hecho principal
representan las circunstancias atenuantes o agravantes.

Características del hecho punible:


- Singularidad: el hecho es único. Tanto el juez como el tribunal sentenciador deben buscar
la unidad o singularidad del objeto y el primero está obligado a reunir todos los elementos
que forman parte de un mismo hecho investigándolo de oficio. Esta característica nos
permite distinguir cada hecho del resto de sucesos o acontecimientos verificados en la vida
del investigado. Debe fijarse la atención en el único hecho que ha sido introducido por la
acusación: debe buscarse en él su singularidad propia.
- Indisponibilidad: el ius puniendi pertenece al Estado y por lo tanto las partes no pueden
disponer de él. Las partes son quienes introducen el hecho punible, pero no hasta el punto
de disponer de él. Esto es así no solo porque el MF venga obligado por los principios de
legalidad y necesidad, sino también porque no existe un derecho al proceso y a la
sentencia a favor de las partes en el sentido civil de acción. Excepciones: delitos privados,
y la posibilidad de la conformidad en el proceso abreviado.
- Inmutabilidad: una vez determinado el hecho punible no se puede modificar. El proceso
constituye el instrumento de delimitación del objeto. Será a través de las pruebas como
podrá determinarse más fácilmente las circunstancias agravantes o atenuantes que
pudieron concurrir con los hechos concretos que se presentan, afirmando que el objeto se
delimita precisamente a través del proceso. A diferencia del proceso civil que se delimita
en la presentación de la demanda.

Elemento subjetivo: el sujeto imputado. Es irrelevante quien sea el acusador; lo que identifica al
objeto es el imputado o acusado que tiene que estar determinado en el auto de procesamiento
para el proceso ordinario, y en el momento de la imputación formal en el procedimiento abreviado.
La edad y las condiciones del imputado (un aforado) pueden ser relevantes por la competencia y procedimiento.

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2. IDENTIFICACIÓN DEL HECHO PUNIBLE.

Existen varias teorías para la identificación del hecho punible. Las más destacadas son:

a. Teoría naturalista.
- El hecho punible se identifica desde un punto de vista histórico, es decir, delimitado por
sus coordenadas de espacio y tiempo, prescindiendo de su calificación jurídico-penal.
- A nuestro juicio es la única concepción adecuada para fijar la litispendencia y la cosa
juzgada: a nadie se le puede juzgar dos veces -ni simultáneamente ni sucesivamente-
por el mismo factum (hecho), aunque cambie el crimen (delito).
- Para el caso de los delitos continuados, también debe atenderse a la teoría normativa.

b. Teoría normativa.
- Además del hecho dentro de sus coordenadas espacio-temporales, hay que tener en
cuenta la norma o tipo penal en que tal hecho se encaja o se subsume de este modo se
puede apreciar con todos sus matices al delito continuado y establecer la jurisdicción y
competencia del tribunal para estos casos en los que pueden existir distintos lugares de
comisión de los hechos.

c. Teoría normativa moderada.


- Integra ambas teorías.
- Se caracteriza porque el referente jurídico donde encajar el hecho punible es el bien
jurídico contra el que atenta la conducta. El objeto no cambia si el hecho se subsume en
otro tipo, siempre que se respete la identidad del bien jurídico.
- Con esta concepción del hecho se posibilita delimitar la acusación e impedir que cambie
a partir de la imputación formal o procesamiento, y establecer la correlación entre
acusación y sentencia (art. 789.3 LECrim).
- El BJP no se identifica con el título del CP en el que se engloban los preceptos que
describen distintos delitos, sino que hay que analizar cada caso por separado, para
comprobar cuál es en él bien jurídico que se lesiona por la conducta realizada.

3. EL OBJETO CIVIL DEL PROCESO PENAL.

Es característica tradicional en nuestro ordenamiento jurídico que se pueda permitir en el proceso


penal el ejercicio de la acción civil derivada del hecho punible.

Tiene las ventajas de que, en principio, favorece la economía procesal, ya que no se implica a
dos órdenes jurisdiccionales y -además- el perjudicado no tiene que esperar a un proceso civil
para obtener un resarcimiento económico. Ahora bien, como todas las acumulaciones, también
presenta el riesgo de la complicación del objeto del proceso, lo que conllevaría retraso en la
decisión del pleito. En cualquier caso, la tramitación conjunta evita la posible existencia de
sentencias contradictorias.

Régimen procesal del objeto civil:


- Presunción de ejercicio de la acción civil junto a la penal (art. 112), es decir, ejercitada la
acción penal se entenderá utilizada también la acción civil, a no ser que el perjudicado la
renunciase o la reservase expresamente para ejercitarla después de terminado el juicio
penal. Si la responsabilidad civil es por un delito privado y el sujeto no se querella con el fin
de obtener un pronunciamiento penal, la responsabilidad penal se extingue.
- El MF debe ejercitar la acción civil a favor del ofendido (art. 108 LECrim), haya o no en el
proceso acusador particular; pero si el ofendido renunciare expresamente su derecho de
restitución, reparación o indemnización, el MF se limitará a pedir el castigo de los culpables.

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- Si hay conformidad en lo penal: solo existirá debate sobre el objeto civil.
- Como regla general, el tribunal solo se pronuncia sobre el objeto civil si la sentencia es de
condena penal. Existen excepciones, como el auto de cuantía máxima.
- La extinción de la acción penal no comporta la de la civil, con excepciones al art. 116
LECrim “a no ser que la extinción proceda de haberse declarado por sentencia firme que
no existió el hecho de que la civil hubiese podido nacer”.

Contenido del objeto civil (arts. 109 a 115 CP): de acuerdo con lo que previene el CP, la
pretensión de resarcimiento se concreta en la restitución de la cosa, la reparación del daño y la
indemnización de los perjuicios materiales y morales que se hayan irrogado.
- Restitución de la cosa (art. 111 CP): deberá restituirse, siempre que sea posible, el mismo
bien, con abono de los deterioros y menoscabos que el juez o tribunal determinen. La
restitución tendrá lugar, aunque el bien se halle en poder de tercero y este lo haya
adquirido legalmente y de buena fe, dejando a salvo su derecho de repetición contra quien
corresponda y, en su caso, el de ser indemnizado por el responsable civil del delito. Esta
disposición no es aplicable cuando el tercero haya adquirido el bien en la forma y con los
requisitos establecidos por las Leyes para hacerlo irreivindicable.
- La reparación del daño (art. 112 CP): podrá consistir en obligaciones de dar, de hacer o de
no hacer que el Juez o Tribunal establecerá atendiendo a la naturaleza de aquél y a las
condiciones personales y patrimoniales del culpable, determinando si han de ser cumplidas
por él mismo o pueden ser ejecutadas a su costa.
- Indemnización de los perjuicios (art. 113 CP): perjuicios materiales y morales comprenderá
no sólo los que se hubieren causado al agraviado, sino también los que se hubieren
irrogado a sus familiares o a terceros.

Otros pronunciamientos civiles: Publicación de la sentencia (art. 216 CP): en los delitos de
calumnia o injuria se considera que la reparación del daño comprende también la publicación o
divulgación de la sentencia condenatoria, a costa del condenado por tales delitos, en el tiempo y
forma que el Juez o Tribunal consideren más adecuado a tal fin, oídas las dos partes.

4. LAS CUESTIONES PREJUDICIALES

Son aquellas que se plantean en conexión con el objeto del proceso y que son competencia de
otro orden jurisdiccional distinto del que conoce de la cuestión principal. La justificación de la
existencia de las cuestiones prejudiciales en todos los procesos se encuentra en la conexión que
existe entre las distintas ramas del ordenamiento jurídico.

ÓRGANO COMPETENTE:

Devolutivas: cuando exista un orden jurisdiccional especializado en la materia concreta sobre la


que se plantee la cuestión prejudicial.
- Absolutas: siempre se devuelven. Siempre serán resueltas por el otro orden jurisdiccional
distinto del penal.
- Relativas: se deben resolver en un plazo de 2 meses por el otro orden jurisdiccional, pero
una vez pasado tal plazo sin pronunciamiento alguno, será el juez de lo penal quien las
resuelva.

No devolutivas: cuando el propio Tribunal penal pueda decidir, con carácter previo y sin que
produzca efectos de cosa juzgada, las cuestiones propias de otro orden jurisdiccional que precise
para tomar una decisión de carácter penal.

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El régimen general está regulado en el art. 10 LOPJ: “1. A los solos efectos prejudiciales, cada
orden jurisdiccional podrá conocer de asuntos que no le estén atribuidos privativamente.

2. No obstante, la existencia de una cuestión prejudicial penal de la que no pueda prescindirse


para la debida decisión o que condicione directamente el contenido de ésta determinará la
suspensión del procedimiento mientras aquélla no sea resuelta por los órganos penales a quienes
corresponda, salvo las excepciones que la ley establezca”.

El régimen particular en el proceso penal se encuentra regulados en los arts. 3 a 7 LECrim:


- Cuestiones prejudiciales no devolutivas: Por regla general, la competencia de los
tribunales encargados de la justicia penal se extiende a resolver -para solo el efecto de la
condena- las cuestiones civiles y administrativas prejudiciales propuestas con motivo de
los hechos perseguidos, cuando tales cuestiones aparezcan tan íntimamente ligadas al
hecho punible que sea racionalmente imposible su separación (art. 3 LECrim). Si la
cuestión civil prejudicial se refiere al derecho de propiedad sobre un inmueble o a otro
derecho legal, el órgano judicial penal podrá resolver acerca de ella cuando tales derechos
aparezcan fundados en un titulo auténtico o en actos indubitados de posesión (art. 6
LECrim).
- Cuestiones prejudiciales devolutivas relativas: exceptuando las cuestiones prejudiciales no
devolutivas, si la cuestión prejudicial fuese determinante de la culpabilidad o de la
inocencia, el Tribunal de lo criminal suspenderá el procedimiento hasta la resolución de
aquélla por quien corresponda; pero puede fijar un plazo, que no exceda de dos meses,
para que las partes acudan al Juez o Tribunal civil o contencioso-administrativo
competente.
Pasado el plazo sin que el interesado acredite haberlo utilizado, el Secretario
judicial, mediante diligencia, alzará la suspensión y continuará el procedimiento.
En estos juicios será parte el Ministerio Fiscal.
- Cuestiones prejudiciales devolutivas absolutas: son las determinantes de la culpabilidad o
inocencia, versan sobre temas más graves que las relativas, por ello siempre serán
resueltas por otro orden jurisdiccional distinto del penal. Las cuestiones civiles
prejudiciales, referentes a la validez de un matrimonio o a la supresión de estado civil, se
deferirán siempre al Juez o Tribunal que deba entender de las mismas, y su decisión
servirá de base a la del Tribunal de lo criminal.
Transformación en devolutivas relativas tras LOPJ (art. 10). Existe una discusión en
la doctrina sobre la vinculación del pronunciamiento que resuelve las cuestiones
prejudiciales devolutivos absolutas: para una parte de la doctrina, entre los que se
encuentra De la Oliva, estos pronunciamientos no vinculan totalmente al oden
penal, de acuerdo con la doctrina del TS que establece que el orden penal es
preferente, y por lo tanto, consideran contradictorio que un pronunciamiento de
otros orden vincule de tal forma al orden prioritario, concluyendo que debe
considerarse como un medio de prueba más.

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