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El objeto del proceso es el asunto sobre el que se litiga. También denominado res de qua agitur. El
objeto penal se trata del enjuiciamiento de un hecho punible imputado a una determinada persona
para imponerle una pena (art. 1 LECrim).
La delimitación es imprescindible porque será la que nos permita diferenciar un proceso penal de otro, y:
- Establecer si existe litispendencia o cosa juzgada.
- Determinar la jurisdicción y la competencia (y, en su caso, el procedimiento)
- Fijar la conexión de delitos.
- Concretar los términos de la acusación e impedir que cambie sustancialmente a partir de
determinado momento.
- Precisar el contenido y alcance de la sentencia en correlación con la acusación.
El objeto en el proceso civil es distinto al del proceso penal. En el civil es la pretensión de la parte
actora, que solicita al tribunal para que se satisfaga, pero en el proceso penal no es así, no existe
tal derecho, sino el ius puniendi del Estado. El derecho que tiene en el proceso penal la parte es
acusar, a practicar y a proponer pruebas para que el Estado ejercite su ius puniendi.
Elemento objeto: el hecho punible es el núcleo esencial del proceso penal. Está compuesto, en
sentido estricto, por la conducta básica del hecho en cuestión y; en sentido amplio, por otros
hechos complementarios, los cuales son necesarios, no siendo suficiente la conducta básica para
determinar el objeto del proceso penal. Estos hechos complementarios al hecho principal
representan las circunstancias atenuantes o agravantes.
Elemento subjetivo: el sujeto imputado. Es irrelevante quien sea el acusador; lo que identifica al
objeto es el imputado o acusado que tiene que estar determinado en el auto de procesamiento
para el proceso ordinario, y en el momento de la imputación formal en el procedimiento abreviado.
La edad y las condiciones del imputado (un aforado) pueden ser relevantes por la competencia y procedimiento.
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2. IDENTIFICACIÓN DEL HECHO PUNIBLE.
Existen varias teorías para la identificación del hecho punible. Las más destacadas son:
a. Teoría naturalista.
- El hecho punible se identifica desde un punto de vista histórico, es decir, delimitado por
sus coordenadas de espacio y tiempo, prescindiendo de su calificación jurídico-penal.
- A nuestro juicio es la única concepción adecuada para fijar la litispendencia y la cosa
juzgada: a nadie se le puede juzgar dos veces -ni simultáneamente ni sucesivamente-
por el mismo factum (hecho), aunque cambie el crimen (delito).
- Para el caso de los delitos continuados, también debe atenderse a la teoría normativa.
b. Teoría normativa.
- Además del hecho dentro de sus coordenadas espacio-temporales, hay que tener en
cuenta la norma o tipo penal en que tal hecho se encaja o se subsume de este modo se
puede apreciar con todos sus matices al delito continuado y establecer la jurisdicción y
competencia del tribunal para estos casos en los que pueden existir distintos lugares de
comisión de los hechos.
Tiene las ventajas de que, en principio, favorece la economía procesal, ya que no se implica a
dos órdenes jurisdiccionales y -además- el perjudicado no tiene que esperar a un proceso civil
para obtener un resarcimiento económico. Ahora bien, como todas las acumulaciones, también
presenta el riesgo de la complicación del objeto del proceso, lo que conllevaría retraso en la
decisión del pleito. En cualquier caso, la tramitación conjunta evita la posible existencia de
sentencias contradictorias.
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- Si hay conformidad en lo penal: solo existirá debate sobre el objeto civil.
- Como regla general, el tribunal solo se pronuncia sobre el objeto civil si la sentencia es de
condena penal. Existen excepciones, como el auto de cuantía máxima.
- La extinción de la acción penal no comporta la de la civil, con excepciones al art. 116
LECrim “a no ser que la extinción proceda de haberse declarado por sentencia firme que
no existió el hecho de que la civil hubiese podido nacer”.
Contenido del objeto civil (arts. 109 a 115 CP): de acuerdo con lo que previene el CP, la
pretensión de resarcimiento se concreta en la restitución de la cosa, la reparación del daño y la
indemnización de los perjuicios materiales y morales que se hayan irrogado.
- Restitución de la cosa (art. 111 CP): deberá restituirse, siempre que sea posible, el mismo
bien, con abono de los deterioros y menoscabos que el juez o tribunal determinen. La
restitución tendrá lugar, aunque el bien se halle en poder de tercero y este lo haya
adquirido legalmente y de buena fe, dejando a salvo su derecho de repetición contra quien
corresponda y, en su caso, el de ser indemnizado por el responsable civil del delito. Esta
disposición no es aplicable cuando el tercero haya adquirido el bien en la forma y con los
requisitos establecidos por las Leyes para hacerlo irreivindicable.
- La reparación del daño (art. 112 CP): podrá consistir en obligaciones de dar, de hacer o de
no hacer que el Juez o Tribunal establecerá atendiendo a la naturaleza de aquél y a las
condiciones personales y patrimoniales del culpable, determinando si han de ser cumplidas
por él mismo o pueden ser ejecutadas a su costa.
- Indemnización de los perjuicios (art. 113 CP): perjuicios materiales y morales comprenderá
no sólo los que se hubieren causado al agraviado, sino también los que se hubieren
irrogado a sus familiares o a terceros.
Otros pronunciamientos civiles: Publicación de la sentencia (art. 216 CP): en los delitos de
calumnia o injuria se considera que la reparación del daño comprende también la publicación o
divulgación de la sentencia condenatoria, a costa del condenado por tales delitos, en el tiempo y
forma que el Juez o Tribunal consideren más adecuado a tal fin, oídas las dos partes.
Son aquellas que se plantean en conexión con el objeto del proceso y que son competencia de
otro orden jurisdiccional distinto del que conoce de la cuestión principal. La justificación de la
existencia de las cuestiones prejudiciales en todos los procesos se encuentra en la conexión que
existe entre las distintas ramas del ordenamiento jurídico.
ÓRGANO COMPETENTE:
No devolutivas: cuando el propio Tribunal penal pueda decidir, con carácter previo y sin que
produzca efectos de cosa juzgada, las cuestiones propias de otro orden jurisdiccional que precise
para tomar una decisión de carácter penal.
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El régimen general está regulado en el art. 10 LOPJ: “1. A los solos efectos prejudiciales, cada
orden jurisdiccional podrá conocer de asuntos que no le estén atribuidos privativamente.