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a lotemporal
largo de todo el siglo XVI,
o geográfica, y más allá
las historias de cualquier
caballerescas tipo gozaron
breves de frontera
de
un enorme éxito. Su extensión y formato.(en cuarto y no más allá de
un número reducido de pliegos) las convirtieron en hijas predilectas
de ciertos impresores, ya que, junto a los pliegos de cordel, les permitían
mantener en pleno rendimiento sus talleres a la espera de empresas
editoriales de mayor calado, así como de numerosos lectores, tanto en la
península como en América. No habrá barco que parta en el siglo XVI del
puerto de Sevilla que no lleve la honrosa compañía de doncellas como
Teodor, reinas como Sebilla o emperadores como Carlomagno; así como no
habrá librero que se precie que no deje a sus herederos pliegos y pliegos de
estos libros. El denominado por Víctor Infantes tan, acertadamente, como
género editorial de la narrativa caballeresca breve’, ha gozado también en
‘No es nuestro propósito ahora establecer una tipología (que en todo caso,
sería interesante concretar) de ambas tradiciones. No nos interesan ahora ni los
matices, ni las excepciones ni mucho menos los casos particulares (libro impreso
que es posteriormente copiado a mano, libro "escrito" directamente con letras de
molde...); sólo los modelos, las generalizaciones.
’°Y son numerosos, tal y como ya puso de manifiesto hace unos años José
Simón Díaz en su trabajo "La literatura medieval castellana y sus ediciones
españolas de 1501 a 1560", en El libro antiguo español [1 I. Actas del primer Coloquio
intemacional (Madrid, 18 al 20 de diciembre de 1986), eds. M‘ Luisa López-Vidriero y
52 jaa’ Mauud Lucía Mejía; Incipit. XVII (1997)
unitaria manuscrita durante la Edad Media, formada por un número
variable de testimonios conservados, y una tradición impresa que tiene su
origen en uno de esos testimonios medievales que, después de ser
corregido (desde la fidelidad a la refundición), ha terminado por
desaparecer". Este manuscrito, copiado y difundido al margen de la
imprenta, si que merece un lugar en la relación de testimonios de la obra
que se edita, aunque haya desaparecido. Al actuar de este modo, estamos
siguiendo -siempre de un modo hipotético- la corriente de la lógica
textual”. En el caso de tradiciones textuales unitarias, aquellas que sólo se
difunden o por medio de la copia manuscrita o por medio de la imprenta,
la situación es bien diferente. Centrémonos en la Poncella de Francia. Como
veremos, los primeros balbuceos impresos del libro nos son desconocidos:
ni sabemos cuántas ediciones se lleva ron a cabo antes de la conservada de
152D ni tampoco es posible precisar el año o el taller (ni incluso la ciudad)
en que vio la luz la princeps. De este modo, ¿cómo sería ese manuscrito c‘?
¿Se trataría ya de un texto completamente terminado por su autor y
" Sólo hay que pensar en las múltiples notas que se escriben en los
márgenes y el cuerpo del texto de estos códices para comprender las causas de su
desaparición. Manuscritos (e impresos en el caso de reediciones) que quedan
literalmente ilegibles. Algunos ejemplos italianos pueden consultarse en Paolo
Trovato, "Primi appunti sulla norma linguistica e la stampa tra Quattvocento e
Cinqueoento", Lingua Noshu, XLVIII (1987), 1-7 y Con ogni dilegenza cm-retto, Bologna,
Il Mulino, 1991. Para el ámbito hispánico, esperamos la pronta publicación de los
estudios realizados por el Equipo de catalogación de manuscritos de la Real
Biblioteca, y presentados en el Curso "La Historia del Libro" (Salamanca,
Fundación Duques de Soria, septiembre de 1996) con el título: "Estudio técnico
sobre el paso del manuscrito al impreso".
"' Hemos utilizado tal método en nuestra experiencia ecdólica con el Libro
del caballero Zifar, que se presenta como una transmisión mixta, como puede
comprobarse en "La teoría de los diasistemas y el ejemplo práctico del Libro del
cavallero Zifar", Incipit, XVI (1996), 55-114.
‘5 Y, por complicar las cosas, también podríamos pensar en que antes del
impreso final, deberíamos situar las formas impresas con las correcciones, tanto del
propio autor, de un corrector profesional o de aquel del propio taller, así como el
g jose’ Manu! Lucía Might lncipít. XVII (1.997)
original que llegue a la imprenta lo deba hacer de un modo completo:
preliminares como el Prohemio o el propio explicit final en donde se vuelve
a hacer alusión a la reina Isabel la Católica, en el caso de la Poncella de
Francia, pueden ser incorporados con posterioridad-al texto, e incluso no
necesariamente proceder del autor“; en conclusión, en tradiciones textuales
unitarias impresas no se debe presuponer -como principio metodológico
la existencia de un manuscrito completo y totalmente estructurado, así
como tampoco se han de obviar las diferentes fases que un manuscrito (o
un impreso) deben completar antes de verse reflejado en letras de molde".
De este modo, mientras que en una tradición textual mixta es necesario
pensar en un manuscrito base con entidad propia, no debemos actuar así
en una unitaria impresa, ya que el verdadero texto que se desea difundir
jamás será el manuscrito base sino esa prínceps, ese ejemplar ideal, del que
hablaremos más adelante, que puede ser imagen casi idéntica de su
original, pero no necesariamente; casi nunca necesariamente (cf. 5.3.).
concepto del qemplar ideal, que puede llegar a ser sólo una abstracción. Es cierto que
un manuscrito va a situarse casi siempre al inicio de una tradición unitaria
impresa; pero también lo es que, para no desvirtuar el verdadero proceso de
transmisión tipográfica, deberíamos así mismo incluir otras, modalidades:
manuscrito con anotaciones, manuscrito con correcciones, formas impresas con
comuniones... Las implicaciones metodológicas y prácticas de estos conceptos son
fundamentales en el plano textual, como se está poniendo en evidencia en estos
últimos tiempos en relación a la edición del Quijote de Miguel de Cervantes.
"Los ejemplos que aquí se pueden traer a colación son numerosos, pero,
ya que antes hemos citado El Quijote, limitémonos a un reciente trabajo de
Francisco Rico en donde se llegan a interesantes conclusiones teniendoen cuenta
la complejidad de la imprenta manual: "El primer pliego del Quijote", HR.
'° Desde hace unos años Nieves Baranda y Víctor Infantes están
trabajando en poner algo de orden entre tantas ediciones caballerescas breves.
Esperamos que pronto todos sus esfuerzos vean la luz en forma de libro. Un primer
acercamiento bibliográfico al tema, lo presentó Nieves Baranda en "Compendio
bibliográfico sobre la narrativa caballeresca breve", en Evolución narrativa e ideológica
de la literatura caballeresca, op.cit. n. 3, pp. 183-191.
, f‘ 1"u Conservada
guientes segúnejemplares:
los editores en los si 'BNFrance:
l,.“‘‘
'
“'5- Y LB“ 252 (2*"' piece) | BNMadrid: 12/35913.
Por otro lado, los editores de la Poncella de Francia, como suele ser
práctica habitual en la edición de textos medievales y áureos, se han valido
de una serie de siglas (letras mayúsculas) para identificar cada una de las
reediciones“. En este caso, se ha seguido un criterio alfabético en relación
con la cronología. En este punto, quisiéramos proponer un sistema de siglas
que recogiera lo que tiene de particular la tradición unitaria impresa frente
550 . ' . ., . .,
citados en “cargo” clozmPlosj-‘le QÓICIOH. emision y estado, además de los trabajos
bibliográficos del, ‘¡sem(e! clonsultarse
e Slglo de Omel, Boletin
C"laSlC0detrabajo
lu RealdeAcademia
Jaime Moll, "Problemas
Española, LIX
Crítica textual: imprenta. 1. xtfúxjana alfiífo ¡{e una nueva cálida 61
lll
[E] Bu’-1562
[emisión] [E'] /Bu’—1562/
[estado] [E'] //Bu‘-1562//
l3l
[E] Buz-l 562
[emisión] [E'] Bu‘-1562 [em]
[estado] [E'] Bu¡-1562 [cs]
Pero seamos francos, no sólo ventajas encontramos a este sistema
de siglas (permite reflejar la peculiaridad de la transmisión impresa en
todas sus modalidades, identificar de manera sencilla y automática las
ediciones —con sus emisiones y estados-, al mismo tiempo que es posible su
utilización en una amplia tipología de textos impresos, lo que facilitaría la
comparación de estudios y aparatos críticos de diversas obras“...), sino
también inconvenientes: la imposibilidad (o dificultad) de poder incluir
dentro de este sistema tipos de transmisión particulares como los pliegos
de cordel, las comedias, etc”, y, en especial, porque, precisamente por su
(1989), pp. 49-107; así como los comentarios en los capítulos iniciales de nuestra
monografía Imprenta y libros de calrallenïzs, Madrid, Ollero y Ramos, 1998.
geográfica y temporal. En cualquier caso, ambos tipos de obras son las que han
sido catalogadas de un modo más exhaustivo y con un método más coherente.
Vease, amodo. de ejemplo, los sistemas que en estos modelos particulares de
transmisión han utilizado A. Rodríguez Moñino, Niww diccionario bibliográfico de
pliegos sueltos poéticos (s. XVI), ed. corregida y actualizada por Arthur L.F. Askins
y Víctor Infantes, Madrid, Castalia, 1997, así como la edición de las obras completas
S: lá? ¡le Vega, bajo la dirección de Alberto Blecua en la Universidad Autónoma
de ‘¿:9 (¿rzlfkl mismo modo, enel ambito medieval castellano, la catalogación
_ ionems sigue un sistema de siglas, ideado por Brian Dutton
Pïeflsamïfnïe Para dar respuesta a todas sus peculiaridades (Catálogo-Índice de la
fgïgfmmflmlád “Slfxv: Mádisfin. 1982). En el caso de los Cancionmis impresos,
_ tags cen alusion a las iruciales del título de la obra y el número al año de
Impresion; de este modo, CGII remite a la edición del Cancionero Genera! de 1511.
Oítica tqtuaíe imprenta. 1. Kgfúgïan; aífiiía le una nuria afición 6.3
más adelante, vendrán a confirmar esta primera hipótesis”.
3. l..a edición
4.1. Uno de los principales problemas con los que nos encontramos
a la hora de filiar la mayoría de las ediciones de textos castellanos en los
Siglos de Oro tiene su origen en causas cuantitativas: la escasez de
testimonios conservados, que imposibilita el conocimiento de lo que la
bibliografía textual denomina el ejemplar ideal”, que es definido por C. Th.
Tanselle, como "reconstrucción histórica de la forma o de las formas de los
ejemplares de una impresión o de una emisión que venían ofrecidos al
704V a condición que todo se les tornasse y del rey ovlessen talseguridad que [om
Se’ Se’] nunca les sería demandado
480V y del passado [de pesado Se’ Se‘ Se’ | de tan pesado Bu‘ A Ma‘ Ma‘] sueño de
tan desventurada fortuna despertad
491V porque se falla [falle Se’] en Vos cuerpo y Virtud
835V desarmadas y sin sospechas [sospecha Se’]
908V y la honra le fuera por la deliberar [delibrar Se’]
1077V la ciudad de Torres [Turs Se’ Se‘ | Tours Bu‘ A Ma‘ Ma‘ I Tots V]
1579 uno no [ninguno 5€] podía entrar ni salir
87v fue casi la Poncella del cielo venida [después de Dios fue la Poncella Se’]
429V dava gran crescida parte a la pobre pastora si quisiera tomar [quisiera tomarla
Bu‘ | ella quisiera tomarla A | quisiera tomarlo Bu’ Ma‘ Ma‘ V)
Gaita ¡qt-aah ünpnnta. 1. alfíía le una nueva edición 73
988V de lo aver fecho tan bien [tambien Bu‘ A] como hombre fijodalgo
FI
Se‘-1520
set! s31
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Se‘-1541
<Bu'-1557>
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Hui-l 562[1]
Bu’-1562[2]
Se’-1567
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Ma'-[c.1680]
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Ma‘-[c.1685]
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V-[c.1735]
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5. Coda