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Ginecología y

obstetricia
Integrantes:
Alexandra Fleur
Missel Castillo
Clarisa Valdés
Ezequiel De la Cruz
Stefany Richardson
Curso:
5to VH
Modulo:
CSSE
Maestra:
Germania Mendoza :)
Título:
Procedimiento de
monitorización a la embaraza
Introducción
El embarazo, parto y puerperio son procesos fisiológicos que
requieren de una adecuada monitorización, preparación y atención
por parte del personal de salud, con el fin de identificar y manejar
oportunamente cualquier situación anormal que pudiera presentarse.
Un seguimiento prenatal periódico, la educación sobre signos de
alarma y la toma de decisiones informadas, son claves para garantizar
resultados positivos tanto en la madre como en el recién nacido.

Durante la gestación deben realizarse controles prenatales que


permitan valorar el estado de salud integral de la embarazada y del
feto, además de identificar factores de riesgo que clasifiquen la
gestación como de alto riesgo, requiriendo así una vigilancia y un
manejo especializado. La preparación para el parto también es
indispensable, entrenando a la mujer en las técnicas de relajación,
respiración y ejercicio físico, proporcionando información sobre el
proceso de parto y sus opciones de manejo.

La atención del parto, ya sea éste de inicio espontáneo o inducido,


debe ser personalizada, respetuosa y enfocada en proporcionar
bienestar y seguridad a la madre y al bebé. Finalmente, en el
puerperio se debe garantizar una recuperación adecuada de la mujer,
identificando y tratando precozmente cualquier complicación,
brindando apoyo para la lactancia materna y el vínculo con el recién
nacido.
Desarrollo
Monitoreo de la embarazada
•⁠ ⁠En cada visita prenatal se realiza un examen físico completo, se
toma la presión arterial, se ausculta latidos cardiacos fetales, se palpa
útero para verificar crecimiento fetal, se verifica edema y reflejos.

•⁠ ⁠Se realizan análisis de sangre y orina periódicamente para detectar


diabetes gestacional, anemia, infecciones.

•⁠ ⁠Se realizan ecografías cada trimestre para confirmar edad


gestacional, detectar malformaciones y verificar crecimiento fetal. En
embarazos de alto riesgo se hacen ecografías más frecuentes.

•⁠ ⁠Se efectúa el test de Apgar al recién nacido para evaluar su estado


de salud.

Preparación al parto
•⁠ ⁠Se brinda educación prenatal sobre proceso de parto, técnicas de
relajación y respiración, opciones farmacológicas para el dolor.

•⁠ ⁠Se recomienda realizar ejercicio moderado durante el embarazo


para fortalecer músculos.

•⁠ ⁠En las últimas semanas se monitorean contracciones para detectar


inicio de trabajo de parto.
Atención del parto
•⁠⁠Al inicio del trabajo de parto la mujer es internada en maternidad.
Se coloca vía endovenosa, se monitorean latidos fetales y
contracciones uterinas.

•⁠⁠Durante el expulsivo se brinda apoyo emocional, se indica pujo


efectivo, se vigila el periné para evitar desgarros.

•⁠⁠Si hay complicaciones como sufrimiento fetal, se realiza cesárea.

Cuidados en el puerperio
•⁠⁠Inmediatamente después del parto se revisa útero, loquios, periné
para detectar complicaciones.

•⁠⁠Se indica reposo, analgesia si es necesario, se vigila sangrado e


involución uterina.

•⁠⁠Se promueve la lactancia materna y se brinda apoyo para iniciarla.

•⁠⁠Se realiza examen de mamas, abdominal y pélvico antes del alta


para descartar complicaciones.

En embarazos de alto riesgo se realiza monitorización más estrecha y


se están alerta a posibles complicaciones que requieran intervención
oportuna. La mujer recibe educación especializada en los cuidados
que requiere su condición específica.
Las principales funciones de enfermería en la
monitorización de la embarazada, preparación al
parto, atención del parto y cuidados del puerperio
son:
•⁠ ⁠Realizar exámenes físicos prenatales periódicos para monitorizar
peso, presión arterial, altura uterina, frecuencia cardiaca fetal.

•⁠ ⁠Extraer muestras de sangre y orina para análisis de laboratorio


prenatales de rutina.

•⁠ ⁠Administrar vacunas y suplementos como ácido fólico y hierro


durante la gestación.

•⁠ ⁠Brindar educación prenatal a la gestante sobre autocuidado, signos


de alarma, preparación para el parto.

•⁠ ⁠Preparar física y psicológicamente a la gestante para el proceso de


parto. Enseñar técnicas de relajación y respiración.

•⁠ ⁠Monitorizar el bienestar fetal durante el trabajo de parto mediante


cardiotocografía externa.

•⁠ ⁠Brindar apoyo emocional y medidas de confort a la mujer durante


el trabajo de parto y parto.

•⁠ ⁠Asistir al médico durante el parto, preparando el equipo y los


insumos necesarios.

•⁠ ⁠Cuidar de la mujer en el puerperio inmediato, vigilando sangrado,


involución uterina, lactancia.

•⁠ ⁠Educar a la puérpera en autocuidado y cuidados del recién nacido.

•⁠ ⁠Identificar factores de riesgo en el embarazo y actuar


oportunamente ante cualquier complicación.

•⁠ ⁠Brindar cuidados especializados a embarazadas de alto riesgo


según su condición específica.
Monitoreo fetal

La monitorización fetal, o “ir a monitores” como se suele llamar


coloquialmente entre las pacientes, es un método de diagnóstico que
nos permite comprobar la vitalidad fetal y oxigenación, así como las
contracciones uterinas en la última fase del embarazo.

Gracias a este método complementario de diagnóstico podemos recibir


información importante del feto como la frecuencia cardiaca (fcf),
latidos por minutos, y las fluctuaciones producidas como
consecuencia de alteraciones del flujo sanguíneo y otros factores que
pueden afectar a la frecuencia cardiaca fetal.

Cómo y cuándo debe realizarse

Lo normal es comenzar la monitorización fetal en la semana 37 de


embarazo y realizarse con una periodicidad semanal hasta la semana
40. A partir de entonces se realiza cada 3 ó 4 días hasta la
finalización del embarazo, normalmente en la semana 41. Esto varía
en función de los resultados obtenidos, el tipo de embarazo que se
trate y del estado de salud de la madre. Por lo tanto el especialista
encargado del seguimiento del embarazo, puede determinar de
manera individualizada la necesidad de variar esta periodicidad o en
determinados casos inducir el parto si se observa algún registro de
sufrimiento fetal.
La prueba suele durar 30 minutos aproximadamente y es suficiente
para poder valorar el resultado obtenido.
Líquido Amniótico

Líquido amniótico

Es un líquido claro y ligeramente amarillento que rodea el bebé


dentro del útero (feto) durante el embarazo y que está contenido en el
saco amniótico.

Mientras está en el útero, el bebé flota en el líquido amniótico. La


cantidad de líquido amniótico es mayor aproximadamente a las 34
semanas del embarazo (34 semanas de gestación), cuando llega a un
promedio de 800 ml. Aproximadamente 600 ml de líquido amniótico
rodean al bebé a término (40 semanas de gestación).
El líquido amniótico se mueve (circula) constantemente a medida que
el bebé lo traga y lo "inhala", y luego lo libera.

El líquido amniótico ayuda:

Al feto a moverse en el útero, lo cual permite el crecimiento óseo


apropiado
Al desarrollo apropiado de los pulmones
Prevenir la presión sobre el cordón umbilical
A mantener una temperatura relativamente constante alrededor
del bebé, protegiéndolo así de la pérdida de calor
A proteger al bebé de lesiones externas al amortiguar golpes o
movimientos repentinos
¿Dónde se prepara la
embarazada?

Un centro de maternidad puede ofrecer controlar el dolor de manera


natural o con medicamentos narcóticos suaves. Pero si una mujer
decide recibir anestesia epidural o tiene complicaciones, es necesario
trasladarla a un hospital.

Los centros de maternidad ofrecen una experiencia de


alumbramiento íntima y acogedora para la madre, el bebé y la
familia entera. En la mayoría de los casos, se trata de edificios
independientes, aunque algunos están conectados a un hospital. Con
frecuencia, incluyen servicios como habitaciones individuales con luz
tenue, duchas, bañeras con hidromasaje y una cocina para uso de la
familia.
¿Qué hacer con una
paciente en pre-parto?

- Monitorear los signos vitales de la madre (presión arterial, temperatura,


pulso, etc.) de forma regular para asegurarse que estén estables.

- Hacer un monitoreo fetal, usualmente con un monitor electrónico, para vigilar


la frecuencia cardíaca fetal y detectar cualquier signo de sufrimiento fetal.

- Evaluar si hay contracciones uterinas, su frecuencia, intensidad y duración.


Esto ayuda a determinar el progreso del trabajo de parto.

- Revisar la dilatación cervical durante el examen pélvico para determinar


cuánto ha avanzado el parto. En el preparto temprano la dilatación suele ser
mínima.

- Mantener a la paciente hidratada y con una dieta liviana. Se puede ofrecer


líquidos claros y caldos.

- Permitir la deambulación y cambios de posición para facilitar el descenso del


bebé.
Explicar a la paciente qué puede esperar en las siguientes horas/días y resolver
cualquier duda o temor que tenga sobre el nacimiento.

- Preparar el equipo necesario para el parto como material estéril, pinzas,


bulbo, etc.

Es importante vigilar tanto el estado de la madre como del bebé, y estar listos
para actuar frente a cualquier emergencia o variación no normal de los signos.
Frecuencia Cárdiaca fetal

La frecuencia cardíaca fetal (FCF) es una medida importante para monitorizar


el bienestar del bebé durante el embarazo y el trabajo de parto. Algunos puntos
clave sobre la FCF:

Se mide en latidos por minuto (lpm) usando un monitor fetal electrónico que
capta la actividad cardíaca del bebé.

En condiciones normales, la FCF va de 120 a 160 lpm.

Si la FCF está por encima de 160 lpm de forma sostenida, se considera


taquicardia fetal. Si está por debajo de 120 lpm de forma persistente, se
considera bradicardia fetal. Ambas requieren evaluación.

Durante las contracciones uterinas, es normal ver una pequeña desaceleración


variable de la FCF, pero debe recuperarse rápidamente al final de la
contracción.

Desaceleraciones prolongadas y variables pueden indicar sufrimiento fetal por


compresión del cordón. Desaceleraciones tardías pueden ocurrir por hipoxia.

Un patrón no tranquilizador de la FCF puede ser signo de distress fetal y


requerir intervención como el parto inmediato.
Conclusión
En conclusión, el monitoreo cuidadoso de la embarazada y el feto es
esencial durante la gestación, el trabajo de parto y el puerperio para
identificar factores de riesgo y prevenir complicaciones.

Los procedimientos clave de monitoreo incluyen:

- Controles prenatales periódicos para evaluar ganancia de peso,


presión arterial, altura uterina, movimientos fetales, Presentación del
bebé y crecimiento uterino.

- Análisis de sangre y orina para detectar infecciones, anemia u otros


trastornos maternos.

- Ultrasonidos seriados para verificar edad gestacional, posición,


tamaño y bienestar fetal.

- Monitoreo fetal electrónico durante el parto para evaluar frecuencia


cardíaca, contracciones uterinas y su tolerancia.

Toda esta información se registra en la hoja de control prenatal y parto


para contar con datos completos sobre el binomio madre-hijo.

Un seguimiento cercano facilita la toma oportuna de decisiones sobre


manejo de riesgos o finalización del embarazo si las condiciones se
complican, incrementando la probabilidad de resultados positivos. Es un
componente central de la atención prenatal.
Fuentes
Bibliográficas
https://egom.es/blog/monitorizacion-fetal-cuando-y-como-se-
realiza/#:~:text=Monitorizaci%C3%B3n%20fetal%20interna%2C%20
es%20el,el%20interior%20del%20%C3%BAtero%20materno

https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002220.htm

https://medlineplus.gov/spanish/ency/esp_imagepages/9058.htm

https://www.sjdhospitalbarcelona.org/sites/default/files/styles/ima
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