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EBook - Gestion Comercial. El Plan de MKT
EBook - Gestion Comercial. El Plan de MKT
El Plan de Marketing
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Objetivos
1. Sistema de dirección comercial
Objetivos específicos: Describir los principales aspectos relacionados con el sistema de ges-
tión de la dirección comercial y su equipo de colaboradores.
Objetivos específicos: Aprender a diseñar los objetivos más adecuados para cada proceso
comercial estableciendo las herramientas idóneas para su consecución, así como también
el período de tiempo a tomar en cuenta.
Objetivo general: Describir los métodos cualitativos y cuantitativos que existen para la pre-
visión de ventas.
Objetivos específicos: Determinar los aspectos claves a ser tomados en cuenta para la ela-
boración de una efectiva previsión de ventas.
4. Gestión eficaz del cliente
Objetivo general: Comprender que la gestión eficaz del cliente y su fidelización son primor-
diales para la rentabilidad de la empresa.
Objetivo general: Aprender a desarrollar y ejecutar los pasos fundamentales para la elabo-
ración de un plan de marketing dentro de los procesos de la empresa.
Objetivos específicos: Conocer los elementos esenciales a tomar en cuenta para la elabora-
ción de un plan de marketing, así como también su ejecución y el control de sus actividades.
ÍNDICE
1. Sistema de dirección comercial
1.1. Dirección y gestión del equipo comercial
1.2. Los estilos de dirección
1.3. Liderazgo situacional: nivel de madurez
1.4. Liderazgo situacional: determinación del estilo apropiado de liderazgo
1.5. Ser líder y ser directivo
1.6. Funciones y roles de la dirección
1.7. La organización del departamento de ventas. La estructura horizontal y vertical
1.8. Motivación de la fuerza de ventas
1.9. Herramientas motivacionales
2. Plan de Acción Comercial
2.1. Fundamentos de la planificación comercial
2.2. Tipos de planificación de empresa
2.3. Programas de actuaciones
2.4. Presupuestos operativos de los programas
3. Previsión de ventas, previsión de la demanda
3.1. Conceptos generales de la previsión de ventas/demanda
3.2. Métodos para la previsión de la demanda (Juan Luis de los Ríos Sánchez)
4. Gestión eficaz del cliente
4.1. El servicio de atención al cliente en los procesos de compraventa
4.2. El servicio posventa
4.3. Las 4 “P” del marketing
4.4. La cartera de clientes
5. Plan de Ventas y su integración en el Plan de marketing
5.1. El Plan de Ventas
5.2. Principios para elaborar un plan de ventas. El presupuesto de ventas
5.3. Integración del Plan de Ventas y el Plan de Marketing
6.Plan de Marketing. Ejecución y control de actividades
6.1. El Plan de Marketing: instrumento de gestión
6.2. Promoción
6.3. Publicidad. Canales de distribución
6.4. Análisis de la situación
6.5. Plan de actuación para poner en marcha una estrategia de fidelización
7. Las 16 tendencias culturales que afectan a los consumidores
8. Bibliografía
Gestión
comercial.
El Plan
de Marketing 1.1. Dirección y gestión del equipo comer-
cial
La dirección de ventas implica que su programa debe
responder a las circunstancias ambientales de la empre-
sa y ser consecuente con las estrategias de marketing y
1. Sistema de de competencia del negocio. Al mismo tiempo, las bue-
dirección comercial nas políticas y prácticas de la dirección de ventas son
esenciales para poner en práctica con éxito una estrate-
gia competitiva y de marketing en la empresa.
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Podríamos comenzar afirmando que:
La respuesta a este interrogante lleva debatiéndose durante décadas, sin que se hayan en-
contrado las claves respecto al perfil idóneo del líder ni los comportamientos más eficientes
a la hora de tomar decisiones en un entorno cada vez más cambiante e impredecible.
Lo que sí parece claro es que existen dos dimensiones del comportamiento de la dirección:
La mayor atención a cada una de estas dimensiones ha caracterizado los estilos clásicos de
ejercer el liderazgo. Actualmente, los modelos más eficaces hablan de una ausencia de esta
tópica discusión sobre estilos más o menos participativos o autoritarios, atendiendo más a
la necesidad de ejercer el liderazgo con comportamientos situacionales. Dependiendo de
estas situaciones específicas existirán formas y grados de participación en la toma de deci-
siones que pueden resultar muy efectivos o absolutamente ineficaces.
De esta forma los estilos tradicionales tienden hacia otros rasgos, que los estilos de direc-
ción que se distinguen en los años treinta, cuando comenzó la investigación científica del
comportamiento de la dirección.
En los años 30, Kurt Lewin y sus colaboradores llevaron a cabo diversos estudios sobre el
comportamiento y determinaron tres estilos de dirección:
— Estilo de dirección “laissez - faire” (dejar hacer): el líder facilita la información que es ne-
cesaria para la toma de decisiones, sin hacer valer su autoridad e influencia en el proceso
de decisión. Las decisiones sobre cuestiones de planificación, organización y ejecución
se dejan al grupo. El líder no toma parte en la ejecución de actividades, ni realiza contro-
les y evaluaciones. Deja al grupo, también, la decisión sobre medidas correctivas, en el
caso de que aparezca una desviación considerable entre el “es” y el “debe ser”.
Veamos ahora algunas conclusiones de las investigaciones de Kurt Lewin en lo que se refie-
re a las reacciones frente a los tres estilos de liderazgo:
• Las reacciones recíprocas de los miembros del grupo se mostraron, en general, bue-
nas, al igual que la relación con el líder. Se desarrolló una conciencia de grupo relati-
vamente fuerte.
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• En cuanto al rendimiento, los resultados eran menos altos inicialmente que en los
grupos dirigidos autoritariamente, aunque el trabajo mostraba una mayor originalidad.
• Estos grupos resultaron ser los menos productivos de todos. Además, estos grupos
tendían a la formación de camarillas y a la rivalidad. En definitiva, el efecto de esta di-
rección podríamos decir que es la desorganización.
Los comportamientos que Kurt Lewin consideró característicos para los distintos estilos de
dirección, y que utilizaron en sus estudios para influenciar el clima social, los exponemos en
la tabla siguiente:
La teoría del Liderazgo Situacional se basa en dos variables: la cantidad de dirección (con-
ducta de tarea) y cantidad de apoyo socioemocional (conducta de relación) que el líder
debe proporcionar, para una situación y dado el “nivel de madurez” de sus seguidores o del
grupo.
Durante algún tiempo, se creyó que tarea y relación eran estilos de liderazgo que se excluían
mutuamente, y, por tanto, que se podían mostrar en forma de un continuo, apareciendo la
conducta autoritaria (tarea) en un extremo, y la conducta democrática (relación) en el otro
extremo.
En la actualidad, la idea de que los estilos de tarea y relación sean estilos de liderazgo mu-
tuamente excluyentes ha desaparecido. Así, se ha llegado a determinar que tarea y relación
son patrones del líder que pueden convivir. La teoría de Liderazgo Situacional está basada
en la interacción entre:
— El nivel de “madurez” que demuestran los colaboradores en una tarea, función u objetivo
que el líder intenta lograr a través de ellos.
Nivel de madurez
La madurez se define en esta teoría como la capacidad de formular metas altas pero alcan-
zables, la disposición y habilidad para asumir responsabilidades y la educación y/o expe-
riencia de un individuo o grupo.
Según Hersey y Blanchard, la palabra madurez designa la capacidad y deseo de las perso-
nas de asumir la responsabilidad de dirigir su propio comportamiento. Consta de dos com-
ponentes:
— Madurez para el trabajo: comprende los conocimientos y destrezas. Los que la poseen
tienen el conocimiento, capacidad y experiencia para realizar su trabajo sin la dirección
de otros.
Es importante señalar que estas variables de madurez deben ser consideradas solamente
con relación a una tarea específica que ha de ser ejecutada. Hablamos de grado de madurez
en relación con “la capacidad para abordar la tarea encomendada”.
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Según la teoría del Liderazgo Situacional, a medida que el nivel de madurez aumenta en
referencia al logro de un objetivo específico, el jefe debe comenzar a reducir la conducta de
tarea y a aumentar la conducta de relación.
Si consideramos el interés (motivación, querer hacer) junto con la competencia (saber hacer)
como los indicadores de madurez, podríamos obtener cuatro niveles de desarrollo distinto:
— Nivel de desarrollo 2: el individuo no puede pero quiere hacer las tareas necesarias al
puesto. Se siente motivado pero le faltan habilidades apropiadas. Personas con alto inte-
rés y baja competencia.
— Nivel de desarrollo 3: el individuo puede pero no quiere hacer. Personas con bajo interés
y medio-alta competencia.
— Nivel de desarrollo 4: el individuo puede y quiere hacer lo que se le pide. Personas con
alto interés y alta competencia.
— Para el nivel de desarrollo 1, la conducta eficaz del líder sería de alta tarea/baja relación, a
esta conducta la denominamos dirigir, dar órdenes, porque este estilo se caracteriza por
la comunicación unilateral descendente, mediante la cual el líder decide el papel de los
seguidores y les dice qué tarea deben realizar, cómo, cuándo y dónde han de realizarla.
Está orientado a la productividad y poco a las relaciones interpersonales.
— Para el nivel de desarrollo 3, la conducta eficaz sería participar, porque en este estilo,
líder y seguidor participan en la toma de decisiones mediante la comunicación bilateral
y una conducta facilitadora por parte de líder, ya que los seguidores tienen la habilidad
y conocimiento para hacer la tarea. Hay menos orientación a la productividad que a las
relaciones interpersonales. El líder facilita y comunica.
— Para el nivel de desarrollo 4, la conducta eficaz sería delegar, porque este estilo implica
que el colaborador cuenta con un alto grado de autonomía. El líder brinda poca dirección
y apoyo.
Hersey y Blanchard califican a su modelo como Teoría del ciclo vital y trazan una analogía
entre las relaciones líder-seguidor y las del padre-hijo. Lo mismo que los padres van cedien-
do control como consecuencia de la creciente madurez de sus hijos, también los líderes
deben compartir más su poder de toma de decisiones a medida que sus subordinados ad-
quieren mayor experiencia en su trabajo y se comprometen más en su tarea.
La teoría así expuesta, parece sencilla, la realidad no es así. Los colaboradores “pierden” su
grado de madurez por distintas causas: crisis familiares, cambios tecnológicos, etc.; ante
esto, al jefe no le queda más que intentar adaptarse a esos cambios con buenas dosis de
flexibilidad. Para conseguir una evolución en el grado de madurez de los colaboradores, los
cambios en el estilo de liderazgo deben ser graduales. Este proceso, por su propia naturale-
za, no puede ser revolucionario, sino que debe ser evolutivo.
Se puede definir el liderazgo, en el ámbito laboral, como la capacidad de una persona para
influir sobre sus colaboradores para que logren unas metas de trabajo prefijadas; de ma-
nera que es esencial la capacidad de liderazgo para el directivo, que ha de aprovechar al
máximo el potencial de un equipo.
Podríamos concluir que liderar y dirigir son dos fenómenos iguales, por ello es importante
establecer las diferencias, pero, además, debemos señalar que el liderazgo es una parte
muy importante de la dirección.
Líder Directivo
— Surge en el marco del grupo, sobre cu- — Está dotado de poder legítimo, coerciti-
yos miembros ejerce influencia. vo y/o de recompensa, otorgado por el
— No tiene por qué estar integrado en la poder oficial en la estructura organizativa.
estructura oficial ni reconocido por la au- — Está investido de autoridad por su posi-
toridad formal. ción dentro de la jerarquía de la organi-
— Su actuación se orienta al mantenimien- zación.
to del grupo y/o a la satisfacción de sus — Tiene asignadas competencias y funcio-
necesidades. nes específicas dentro de la organiza-
ción, orientadas al logro de objetivos.
Aunque no todo líder es directivo, es deseable para la eficiencia de la organización que todo
directivo sea líder, en el sentido de su aceptación y poder de referencia e influencia sobre
los subordinados.
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Tanto el líder, para ser líder, como el directivo, para ser directivo, han de estar dotados de
capacidad de influencia sobre los individuos, el grupo y la organización.
Funciones de la dirección
— Planificar: plantear los objetivos de la empresa a corto, medio y largo plazo; desarrollan-
do planes, estrategias y procedimientos a corto, medio y largo plazo para alcanzar los
objetivos.
— Controlar: verificar y corregir las acciones para comprobar en qué medida se cumple lo
previsto.
Roles de la dirección
Según Menguzatto y Renau (1991), podríamos decir que rol es el conjunto de comportamien-
tos correspondientes a un oficio o puesto determinado. Por otra parte, Mintzberg, establece
diez roles de la dirección:
• Roles interpersonales:
— Rol de líder: dirigir y coordinar las actividades de su grupo de trabajadores y/o colabora-
dores. Responsable de las acciones de los subordinados, así como de las suyas propias,
debe definir y crear un clima de buenas relaciones entre los miembros de la organización.
— Rol de difusor: transmitir y/o compartir información relevante para las actividades de la
organización, tanto interna como externamente (colaboradores, departamentos, provee-
dores, clientes…).
— Asignador de recursos: gestionar y distribuir recursos, determinar dónde deben ir los re-
cursos de la organización, tanto monetarios como humanos o técnicos y materiales.
— Rol de negociador: discutir diferencias y llegar a acuerdos con distintos individuos o gru-
pos que mantienen diferentes posturas, tanto interna como externamente.
Los directivos no desempeñan un único rol en cada momento del tiempo, cuando realizan
una función están desempeñando diferentes roles al mismo tiempo; además, dependien-
do del nivel directivo, desempeñarán más unos tipos de roles que otros. Por otra parte, en
un mismo momento, un directivo puede estar desempeñando distintos roles, por ejemplo,
cuando un directivo imparte una conferencia está actuando como representante, como en-
lace y como portavoz a un mismo tiempo.
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El tipo de división y especialización del grupo de vendedores dependerá del tipo de empresa:
— En una gran empresa pueden ser necesarios varios grupos de vendedores especialistas
(líneas de producto, momentos de la venta, zonas geográficas…).
Un departamento de ventas debe tener tanto una estructura vertical como horizontal. La
estructura horizontal se explica desde los diversos niveles de especialización que cada
empresa requiere; la estructura vertical se explica desde los diversos niveles jerárquicos,
de control y administración que cada empresa necesita. La estructura vertical define qué
puestos tienen determinadas facultades para realizar diversas actividades de administración
que permitan la integración y coordinación del esfuerzo de ventas. La estructura vertical se
sustenta en un departamento de ventas jerarquizado y en las funciones y tareas de cada
miembro del departamento, la estructura vertical da soporte a la estructura horizontal. La
estructura horizontal de la fuerza de ventas puede responder a:
— Una organización por productos: cada vendedor se familiariza con las características
técnicas, aplicaciones y métodos del producto.
— Una organización por clientes: cada vendedor conoce muy bien las necesidades y re-
querimientos de unos clientes concretos.
— Una organización por funciones de ventas: cada vendedor tiene distintas funciones,
como las de prospección, presentador de producto y primera venta, cerrar ventas, dar un
servicio específico al cliente, posventa…
— Una organización por centro de ventas: se crean centros soportados con personal de
diversas especialidades (ventas, ingeniería, desarrolladores, posventa…).
Las empresas suelen recurrir a los vendedores independientes cuando quieren reducir sus
costes fijos, acudiendo así a costes variables, esto viene motivado tanto por una cuestión
económica como estratégica.
Tradicionalmente, estudios sobre la motivación de la fuerza de ventas han asumido que las
recompensas financieras son los motivadores más importantes de los esfuerzos de ventas,
y que el diseño adecuado del paquete de compensaciones es el mejor enfoque para moti-
var a los vendedores. No obstante, los hallazgos de la investigación motivacional con otros
grupos ocupacionales muestran de forma consistente que el dinero no es necesariamente
el principal motivador de los esfuerzos laborales. En lugar de apoyar el argumento de que
los vendedores son una casta diferente que solo responde a recompensas financieras, la
evidencia indica que las fuerzas de ventas tienden a ser un compuesto de tipos de persona-
lidad, motivados tanto por incentivos financieros como no financieros.
Los directores de ventas deben darse cuenta de que toda la motivación es automotivación.
Los vendedores no pueden motivarse a menos que decidan dejarse motivar. En otras pa-
labras, la motivación es personal y debe llevarse a cabo individualmente, antes de que se
haga aparente para otros. Así, los individuos se motivarán si encuentran algo en el trabajo
de ventas que sea una fuente de motivación personal para ellos. Consecuentemente, los di-
rectores de ventas tienen la responsabilidad de crear la clase de ambiente e incentivos que
puedan motivar a los vendedores a “motivarse a sí mismos”.
Motivación y productividad
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mento de sus comisiones, mientras que los más jóvenes que están empezando les pueden
interesar oportunidades de progreso y promoción.
Consecuentemente, los directores de ventas pueden identificar ciertos medios para moti-
var a vendedores individuales e incluso a grupos de vendedores, pero posiblemente sería
contraproducente utilizar enfoques generales para aumentar la productividad de un gran
número de vendedores que están involucrados en diversas actividades. Tal vez una mezcla
de la teoría del establecimiento de metas y la filosofía del estilo japonés podría ayudar a los
directores de ventas a motivar en forma apropiada a sus vendedores.
Motivación y reconocimiento
Una herramienta motivacional no financiera que está ganando popularidad con rapidez en-
tre los directores de ventas en los últimos tiempos es el reconocimiento. La mayoría de los
directores de ventas comienzan a darse cuenta de que, para obtener el máximo estímulo de
los vendedores hoy en día, deben poner más atención a las necesidades individuales más
elevadas: apreciación, reconocimiento, cierta notoriedad y prestigio. En una palabra, consi-
deran que todos los niveles de vendedores aprecian alguna forma de reconocimiento públi-
co. Lo que finalmente es más importante para los vendedores, lo que realmente buscan, es
que se les reconozca entre los mejores y más brillantes de la empresa.
Las condiciones para desarrollar un buen programa de reconocimiento, son las siguientes:
Concurso de ventas: son programas de incentivos a corto plazo diseñados para hacer que el
vendedor concentre su esfuerzo sobre un objetivo difícil de alcanzar o sobre el que recae un
interés especial de la organización. Aunque no deben ser considerados como parte del plan
de compensación permanente, ofrecen al vendedor la posibilidad de obtener recompensas
financieras y no financieras. Los concursos tienen un carácter especial y para llevarlos a cabo
con éxito exigen lo siguiente:
El concurso resulta adecuado para trabajar temporalmente sobre un objetivo muy determi-
nado, que para las empresas podrían ser los siguientes:
Estos objetivos pueden ser tanto cuantitativos como cualitativos, aunque como parece evi-
dente son más simples y claros los objetivos cuantitativos: volumen de pedidos, nuevos
clientes...
La duración del concurso no deberá exceder los tres meses, ya que, a partir de ese período,
su fuerza motivadora irá en descenso. Tampoco puede ser demasiado breve, ya que enton-
ces el vendedor no tendrá tiempo de cubrir totalmente su territorio, al menos una vez.
Los temas deben ser excitantes, que ayuden a crear entusiasmo entre los participantes. Los
temas deportivos, como una “liga de ventas” o una “supercopa de ventas” son populares
porque ayudan a crear un ambiente competitivo.
Reuniones de ventas: uno de los medios más populares para aumentar la motivación, así
como una capacitación continua de los vendedores lo constituyen las reuniones de ventas,
ya sean nacionales, regionales o locales.
En lugar de utilizar la comunicación usual de una vía de la dirección a los vendedores, las
reuniones de ventas proporcionan oportunidades de una comunicación en los dos sentidos
y de una interacción entre todos los miembros del equipo de marketing y ventas, tanto de
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campo como de las oficinas centrales. La empresa revive en las reuniones de ventas, y los
nombres se convierten en personas a medida que los vendedores, los directores de ventas,
los directores de marketing y los altos directivos de la empresa interactúan.
Las reuniones nacionales, por lo general, se celebran una vez al año, y pueden incluir a toda
la fuerza de ventas o solo al grupo de personal de ventas de máximo nivel. Los gastos de
viaje y alojamiento son considerables, al mismo tiempo que se desatienden las zonas de
ventas en ausencia de los vendedores.
Sin embargo, los beneficios que se consiguen pueden compensar ampliamente estos gas-
tos, ya que los vendedores tienen la oportunidad de intercambiar ideas y experiencias en un
ambiente grato, al mismo tiempo que rompen la rutina diaria.
Las reuniones regionales se planifican, por lo general, con una agenda orientada al trabajo y
son menos caras, especialmente para aquellas empresas que tienen problemas de ventas
más localizados.
Por otra parte, las reuniones locales y los seminarios, suelen ser la columna vertebral del
sistema de comunicación, por lo que se deben llevar a cabo con regularidad. Son importan-
tes para dar el oportuno reconocimiento a los vendedores, conseguir un espíritu de grupo
y mejorar la capacitación de los vendedores, dando respuesta a problemas territoriales y
creando oportunidades de ventas.
Para que las reuniones de ventas sean eficaces se exige realizarlas bajo una buena planifi-
cación; además del establecimiento previo de objetivos, fechas, programas, participantes,
publicidad, reservas de lugares, alojamientos, etc., se deben tener en cuenta los siguientes
extremos:
— Proporcionar a los vendedores los documentos resumen de los puntos tratados, para
que los revisen posteriormente en casa.
Además de los concursos de ventas y las reuniones de ventas, los directores de ventas tie-
nen en sus manos otras herramientas motivacionales como pueden ser las oportunidades
de ascenso y los programas de incentivos.
Gestión
comercial.
El Plan 2.1. Fundamentos de la planificación co-
de Marketing mercial
Planificación significa determinar los objetivos, incentivos
y mediciones, abarcando de esta manera tanto el modo
de alcanzar los objetivos, como los medios para valorar el
avance.
Siguiendo a John M. Brion, podemos decir que los objeti-
vos fundamentales de la planificación son:
• Dirigir: Determinar los objetivos de la empresa, las me-
tas a alcanzar, fijando el momento, las personas y las
estrategias precisas.
2. Plan de Acción
• Integrar: Integrar el conocimiento y la capacidad crea-
Comercial dora de la dirección para adoptar las mejores decisio-
nes. Integrar todos los objetivos, planes y acciones de
modo que cada función, departamento y responsable
actúe como miembro de un equipo unificado de traba-
jo hacia el logro de los objetivos de la empresa.
• Comunicar: Proporcionar comunicación formal eficien-
te de toda la información pertinente para conseguir los
objetivos a través de la organización, en sentido vertical
desde el mercado y los departamentos y en sentido
horizontal a través de las funciones.
• Controlar: Mantener todas las partes de la empresa
dentro del camino señalado. Asegurar que todas las
decisiones y acciones estén coordinadas, situadas en
el tiempo y ejecutadas como se proyectó. Coordinar
y controlar de un modo centralizado todos los costos
de producción y ejecución. Instaurar un feedback para
conseguir un rendimiento futuro mejor.
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A la habilidad de combinar los diferentes instrumentos o factores para alcanzar los objetivos
perseguidos, es a lo que denominamos estrategias y tácticas.
La idea y la actitud ante la planificación es, pues, necesaria para sobrevivir en un entorno
competitivo y en permanente evolución porque:
• En un mercado competitivo hay que sustituir acciones defensivas por acciones ofensivas.
Estas dos premisas conducen a una idea de evolución integrada de la empresa en su entor-
no, es decir, estudiar, analizar y planificar cuál es su situación y potencialidad en el presente
y en el futuro.
¬ El período de tiempo:
— Planificación a nivel político, que afecta a la alta dirección, dirección de grupo o direc-
ción corporativa.
— Planificación a nivel estratégico, que implica a la dirección corporativa y a la dirección
ejecutiva.
— Planificación a nivel logístico, que corresponde a las jefaturas de división o departa-
mento y a las cabeceras operacionales.
— Planificación a nivel táctico, que afecta a las jefaturas de departamento y a los man-
dos intermedios.
¬ Las actividades:
— Planificación de la producción.
— Planificación financiera.
— Planificación personal.
— Planificación comercial.
Veamos algunas estrategias concretas
— Acciones sobre canales actuales, en cuanto a una mejor penetración, una mejora de
margen y otras que pudieran merecer su interés.
— Acciones sobre nuevos canales de distribución, orientadas a penetrar en los canales
hasta ahora no considerados.
— Factor precios: se puede incidir al alza para mejorar los márgenes o la rentabilidad y
a la baja para obtener un aumento del volumen de ventas, conocido como dumping.
— Factor colección de productos, pudiéndose actuar reduciendo la gama de productos
para racionalizar la producción, renovando la gama o colección por la antigüedad de
los productos o extendiendo la gama para lograr una seguridad mayor jugando con
una gama más amplia de productos.
— Factor calidad del producto: cabe mejorar los aspectos internos o intrínsecos del pro-
ducto, así como los externos.
— En cuanto al cliente actual: buscando una mayor participación en los segmentos tra-
bajados o dirigiéndonos a aquellos segmentos de clientes más rentables.
— En cuanto al nuevo cliente, se puede aumentar la gama para llegar a cubrir nuevos
segmentos de clientela o buscar clientes de otros mercados.
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• Adquisición de licencias.
• Cesión/venta de licencias.
• Firma de acuerdos con los competidores en cuanto a precios, márgenes o reparto
del mercado.
— Actuaciones que imponen la creación de uniones financieras:
• Concentración horizontal (se realiza con los competidores).
• Concentración vertical (se realiza con proveedores o clientes).
• Concentración/fusión de intereses de diversos socios (holding).
• Yuxtaponer actividades muy diferentes (conglomerado).
Los programas detallan las estrategias; pero ¿cómo se establece el método de elaboración
de los programas?
— Identificar las acciones importantes, por fases o etapas, que se juzguen imprescindi-
bles para alcanzar el objetivo.
— Estimar el tiempo y plazo de ejecución razonables para que cada fase o etapa no re-
trase la secuencia previamente establecida.
— Si los plazos de ejecución no coincidieran con los programas establecidos, sería ne-
cesario arbitrar soluciones sobre los recursos disponibles, las personas asignadas y
los resultados esperados.
La combinación real de recursos para lograr los objetivos previstos en el marketing mix y el
presupuesto, supone expresar la mezcla de esos recursos en términos monetarios y finan-
cieros, incorporando los siguientes conceptos: la mano de obra, el tiempo y la energía dedi-
cados a la explotación real y futura de las circunstancias del mercado.
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El control es, por tanto, la manifestación y no existiría el uno sin la otra. Abarca pronósticos,
estrategias, tácticas y, también, maquinaria, comunicación y personal. Todos estos factores
tienen potencialidades y limitaciones y el control establece el equilibrio entre ambas.
Cabe establecer una serie de criterios para el control y, en este sentido, el control depende
de cada uno de los aspectos de la organización de la empresa, si se relaciona a nivel de or-
ganigrama y actividad, se pueden distinguir:
• La alta dirección, que conforma el marco donde se desenvuelve la actividad de la em-
presa.
• El director ejecutivo, que decide las prioridades para mejorar la rentabilidad de la empre-
sa.
Estas áreas son la base de la planificación y determinan los criterios de control. Todos estos
criterios van encaminados a tener un conocimiento profundo y, en consecuencia, una mejor
posición para detectar y reaccionar frente a desviaciones en el cumplimiento de los objeti-
vos.
Entonces, la base de todo control supone tener información de cómo se han ido compor-
tando los presupuestos con respecto a la realidad, para conocer el grado de cumplimiento.
Descendiendo al detalle dentro de los presupuestos, se deben controlar una serie de facto-
res fundamentales, siendo interesante distinguir entre los diferentes presupuestos por de-
partamentos o centros de coste que van a configurar el presupuesto general de la empresa
y la cuenta de explotación provisional, que va a reflejar cuál será el resultado de la compañía.
Se pueden distinguir los siguientes factores que será necesario controlar (se han dividido
departamentalmente para su mejor identificación):
Factores de marketing:
— Volumen de ventas (en euros y unidades).
— Precios de venta (para cada línea de productos).
— Ingresos reales (teniendo en cuenta las Degradaciones del Margen, DDM).
— Evolución del tamaño del mercado y su segmentación.
— Evolución en la participación de mercado de la compañía.
— Mix de productos.
— Personal de marketing y gastos.
— Medidas de productividad.
— Contribución al beneficio, vía factores de marketing.
Factores de producción:
— Volumen de producción necesario para cubrir objetivos.
— Rendimientos o pérdidas en la productividad.
— Capacidad de producción y utilización de esta capacidad.
— Posibilidad de incrementos en la capacidad productiva.
— Materia prima, energía y mano de obra necesarias por niveles de producción.
— Costes de producción.
— Medidas de productividad.
— Contribución al beneficio, vía factores de producción.
— Evolución del proceso técnico de producción.
— Controles de calidad para los productos.
Factores de distribución:
— Volumen a distribuir por los diferentes canales (diagrama de flujo de distribución).
— Instalaciones necesarias (almacenes, maquinaria…).
— Mano de obra (número de personas, cualificación necesaria…).
— Medidas de productividad.
— Contribución al beneficio, vía tipos de canales.
Factores administrativos:
— Mano de obra.
— Gasto realizado.
— Medidas de productividad.
Factores financieros:
— Valor de las ventas.
— Costes.
— Beneficios y márgenes.
— Capital empleado.
— Ventas y beneficios en relación al capital empleados.
— Cash-flow.
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Gestión
comercial.
El Plan
de Marketing 3.1. Conceptos generales de la previsión de
ventas/demanda
Todos los departamentos de la empresa se verán afecta-
dos por las previsiones de ventas/demanda.
Los programas que se instrumenten a partir de las previsiones de ventas deberán ser flexi-
bles y capaces de adaptarse a los cambios que se produzcan.
Por un lado, en un mercado dado, la demanda total de un producto durante un año será
igual a la del año anterior, a menos que algo la haga cambiar; por otro, la participación de
una empresa en el mercado de un producto durante un año (cuota de mercado) será igual
a la del año anterior, a menos que dicha empresa o sus competidores hagan algo para que
cambie.
Cambios posibles
Así como las transformaciones enunciadas en los dos primeros puntos no suelen darse de
repente sino de una manera más o menos regular o más o menos predecible. La transfor-
mación expuesta en el tercer punto no acostumbra a seguir pautas estables.
Por tanto, a menudo resulta imprudente predecir una cuota de mercado determinada:
será más práctico realizar la previsión sobre la demanda total en una fecha futura, marcar
como objetivo un nivel de participación en esa demanda y, posteriormente, planificar los
medios para alcanzar el objetivo propuesto.
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3.2. Métodos para la previsión de la demanda (Juan Luis de los Ríos
Sánchez)
Debido a la importancia de las decisiones de
negocio que se adoptan como consecuencia
de la previsión de la demanda futura, no es
de extrañar la profusión de técnicas y enfo-
ques diversos surgidas con objeto de asegu-
rar lo más posible la validez y adecuación de
dichas previsiones. No en vano hay mucho
dinero en juego.
Orientados al mundo del marketing, quizás los métodos cualitativos más directos a la hora
de establecer estimaciones sobre la demanda presumible en nuevos productos sean los
estudios de mercado y las consultas u opiniones del personal de ventas. Más allá, puede
recurrirse a técnicas no cuantitativas flexibles, multipropósito incluso, adaptables a una gran
variedad de problemas, y por ende hábiles también para interrogar al hilo de la previsión de
la demanda. Así lo son, al menos, el brainstorming o el método Delphi.
Consultas al mercado
Cuando queremos efectuar previsiones de demanda de productos nuevos, con poca ex-
periencia, o la demanda es muy variable en función de circunstancias del mercado, vale la
pena acudir a la opinión del personal de la red de ventas. Es una gran fuente de informa-
ción, ya que están en contacto directo con el mercado, pero cabe también tener en cuenta
el efecto de la subjetividad, pues probablemente los resultados reflejen, en algún grado,
ciertos prejuicios personales o tendencias que, de no ser detectadas, pudieran arrojar infor-
maciones sesgadas que harán que la previsión obtenida no sea más que un compendio de
buenas voluntades.
El brainstorming
Esta herramienta fue creada en el año 1941 por Alex Osborne, ejecutivo publicitario, cuando
su búsqueda de ideas creativas devino en un proceso interactivo de grupo no estructurado
que generaba más y mejores ideas que las que los individuos podían producir trabajando de
forma independiente, aprovechando la capacidad creativa de los participantes. La regla de
oro y el secreto de su éxito era “no criticar las opiniones de los demás”.
El grupo, compuesto por entre cinco y diez personas dirigidas por un coordinador, se reúne
alrededor de una mesa y deben sugerir el mayor número de ideas posibles en relación al
asunto objeto de evaluación.
Aplicado a la previsión de la demanda, se trata de identificar los atributos e ideas con el po-
tencial impacto sobre la demanda de un determinado producto.
El método Delphi
Este método cualitativo es uno de los más conocidos. Consiste, en síntesis, en el análisis sis-
temático e iterativo de las opiniones libres e independientes de una serie de expertos en una
determinada materia, intentando llegar a una opinión o conclusión consensuada entre todos
ellos respecto del tema analizado. Por ejemplo, la demanda previsible de un determinado
producto o servicio.
Los expertos que componen el panel no debaten ni intercambian opiniones entre ellos para
que las opiniones no se orienten en torno a corrientes y a liderazgos. De hecho, desconocen
qué otras personas integran el panel, y deben responder a las preguntas de forma individual
y aislada.
1. En una primera fase, los expertos reciben un cuestionario con las preguntas a responder
y remiten sus respuestas a un grupo coordinador que sistematiza y analiza estadística-
mente las respuestas.
2. En una segunda fase, los expertos reciben los datos consolidados u opiniones mayori-
tarias del grupo seleccionado, debiéndolas respaldar o refutar, y emitiendo su punto de
vista actual con relación al problema.
3. Todavía en una tercera fase, los expertos que difieren de la mayoría deberán justificar el
porqué de sus opiniones.
4. En una cuarta y última fase, se consolidan las opiniones en que ha habido consenso ma-
yoritario, y se anotan a su vez las disensiones u opiniones discrepantes, manteniendo el
anonimato de sus autores.
Las mayores dificultades del método radican en la selección adecuada de los expertos y en
la comunicación, coordinación e interpretación de las opiniones.
31
Estudio Ómnibus
Una curiosa variante de estudio de mercado, especialmente interesante para las pequeñas
y medianas empresas, es el Estudio Ómnibus, que pese a no ser un recién llegado (irrumpe,
por ejemplo, en España en la década de los 70), es poco conocido a pie de calle. El Estudio
Ómnibus consiste en la recogida simultánea de la información demandada por distintas em-
presas y sobre diversos temas a la vez, estructurada a través de un cuestionario.
¿Por qué “ómnibus”? Un ómnibus es un medio de transporte colectivo. Quien quiere se sube
en él; quien no quiere, no. Tiene unos horarios determinados. El trayecto que siguen los pa-
sajeros es similar, pero no el mismo, porque unos tienen un destino y otros otro. Del mismo
modo, cada uno paga en función del número de paradas que desea recorrer.
El estudio presenta varias ventajas, una de las cuales es su menor coste de realización (los
gastos se distribuyen entre las distintas empresas que encargan el cuestionario, de modo
que pone los estudios de mercado al alcance de empresas con pocos recursos). Además,
son rápidos y abren la posibilidad a la obtención futura de la misma información en épocas
similares, de cara a la realización de estudios comparativos.
33
poscompra que pueden dar origen a insatisfacciones y es, también, la etapa en la que
aparecen la mayor cantidad de problemas administrativos (cuestiones de facturación,
plazos…), con lo cual, una parte importante del esfuerzo de esta etapa se va a dedicar a la
resolución de conflictos con los clientes.
Conceptos
Customer Relationship Management o CRM es un término que se usa en el ámbito del mar-
keting. Este término traducido al castellano significa Gestión de Relaciones con Clientes.
Se define como una estrategia orientada a la satisfacción y fidelización del cliente, por lo
que, a veces, también es denominado Customer Service Management (Gestión de Servicio
al Cliente). Esta tendencia se incluye dentro del Marketing relacional, el cual se centra en las
relaciones con el cliente para conocer sus necesidades con el objetivo final de fidelizarlo.
También se aplica a aquellos softwares que les sirven a las empresas para administrar sus
relaciones con los clientes.
Por tanto, si por CRM (Customer Relationship Management) se entiende el sector de las
compañías de software que promete implementar soluciones que resolverán infinidad de
problemas, aumentarán las ganancias y reducirán costos de forma casi mágica, a CRM le
aguarda una vida corta. Por el contrario, si CRM es considerado desde un punto de vista más
amplio, —como una herramienta para escuchar al cliente, aprender a entenderlo, y adecuar
productos y servicios a sus necesidades particulares—, entonces la aplicación se volverá
cada vez más valiosa, sobreviviendo a largo plazo.
Gráfico: CRM (Customer Relationship Management). Fuente: adaptación propia.
Marketing Relacional
En términos generales, es el proceso que integra el servicio al cliente con la calidad y el mar-
keting, con el fin de establecer y mantener relaciones duraderas y rentables con los clientes.
35
clientes, lo que contribuye al éxito de la empresa. Y, según Dvoskin, es una metodología que
implica un sistema basado en herramientas tecnológicas que permite construir la lealtad de
y hacia el cliente. Se fundamenta en la idea de establecer con cada cliente una relación de
aprendizaje, que se torna más inteligente en cada interacción.
El Marketing One to One se caracteriza por tratar de alcanzar el nivel más alto posible de
personalización, puesto que se dirige a un solo individuo.
En este sentido, supera al llamado micromarketing, que también realiza una promoción muy
precisa, enfocada a un grupo muy reducido, pero no a una sola persona. Este fenómeno se
conoce, técnicamente, como hipersegmentación.
El desarrollo del entorno digital, y su penetración en la sociedad, ha hecho que nos encon-
tremos en una época de oro del Marketing One to One. Lo identificarás por las siguientes
caraterísticas:
— Crear y mantener una relación más personalizada con los clientes, lo que conlleva una
mayor fidelización, más intensa y duradera.
— Se mejora la rentabilidad, puesto que una relación continuada en el tiempo con los clien-
tes redunda en un retorno de la inversión (ROI) más positivo a corto, medio y largo plazo.
— Se aumenta el nivel de satisfacción del cliente y las posibilidades de que nos recomiende
a sus familiares, amigos y contactos en las redes sociales.
Sin embargo, el principal problema del marketing personalizado es que, aunque en teoría
tiene mucho sentido y la máxima personalización del mensaje publicitario supone una gran
ventaja, en la práctica estas acciones chocan con problemas que hay que valorar apropia-
damente:
— A veces resulta muy complicado crear el mensaje que encaje al 100 % con las necesida-
des de cada cliente.
— Pueden surgir problemáticas para crear una base de datos lo suficientemente segmen-
tada.
— Los costes iniciales pueden llegar a ser elevados y difíciles de rentabilizar a corto plazo.
Todos estos conceptos tienen como fin el individualizar la atención a los clientes tomando
como base que cada cliente es diferente y cada situación también, y solo conociendo per-
sonalmente a nuestro cliente vamos a conseguir fidelizarlo, manteniendo así una relación
comercial duradera y fructífera con él.
— Mantenimiento: es un servicio adicional que se presta con el fin de conservar en las me-
jores condiciones el producto vendido mediante revisiones periódicas realizadas por ex-
pertos.
— Asistencia técnica: consiste en la resolución de las dudas y problemas que puedan surgir
en el uso de un producto o servicio, tanto más frecuentes cuanto mayor sea la comple-
jidad técnica del producto, hasta el punto de que determinadas empresas mantienen
departamentos dedicados en exclusiva a esta labor.
Está muy extendido el sentimiento, erróneo, de que una vez realizada la venta no es posi-
ble hacer nada más para aumentar el beneficio obtenido. Este sentimiento, corto de miras,
está dejando paso al convencimiento de que cuanto más satisfecho resulte un cliente con
nuestro servicio, más posibilidades hay de que vuelva a comprarnos por propia iniciativa, es
decir, favorecemos su fidelización. La fidelidad del cliente primero hay que conseguirla para
después conservarla.
37
Cuando un cliente formula una reclamación, la actitud de la empresa debe ser la de poner-
se en lugar del cliente, intentando comprender su situación, su motivación y su actitud. Una
excesiva exigencia de explicaciones o, por contra, la falta total de las mismas no son siste-
mas adecuados para tratar la reclamación; la primera, porque previene al cliente contra la
empresa; la segunda, porque la empresa pierde información importante.
Algunas comunidades autónomas exigen que todos los establecimientos comerciales dis-
pongan de hojas de reclamaciones. La administración competente debe realizar visitas pe-
riódicas a los establecimientos para comprobar qué reclamaciones han sido formuladas y
tomar las medidas oportunas.
Una adecuada gestión de la calidad exigiría que se documenten todas las quejas de los
clientes, aunque estos no las formulen ante la administración.
Los formularios para recoger las reclamaciones han de tener al menos los siguientes ele-
mentos:
— Fecha de la reclamación.
— Identificación del cliente.
— Producto o servicio reclamado.
— Causa de la reclamación.
— Solución propuesta para solucionar la reclamación.
— Plazo para solucionar la reclamación.
— Observaciones adicionales del cliente.
Ágil Resolutiva
• Cliente agitado, nervioso o incluso agresivo: sin procurar calmarlo (se alteraría más), lo
llevaremos a un lugar privado (si disponemos de él), para que no condicione al resto de
los clientes, mostrándole respeto, hospitalidad e indicándole que se siente (si no dispo-
nemos de oficina o despacho, buscaremos un lugar apartado en el establecimiento).
• Tomamos la palabra: para lo cual le realizaremos preguntas para obtener información más
precisa, pues en el acaloramiento propio de la queja o insatisfacción, el cliente no suele dar
información ordenadamente (¿qué ha ocurrido?, ¿cómo?, ¿dónde?, ¿con quién ha ocurrido
el problema?). Emplearemos un tono de voz bajo y calmado, hablando despacio.
39
• Por último: procurar “no quedarnos nunca por encima del cliente” y comprobar si el clien-
te vuelve a comprarnos, ya que será indicativo de la buena gestión realizada.
Según el diccionario la “calidad” es “la manera de ser de una persona o cosa”, pero entendida
desde la perspectiva del marketing, la calidad es “dar al cliente lo que espera recibir”.
En general, se suele decir que la calidad consiste en dar a cada cliente, como mínimo, lo
que espera recibir. La gestión de la calidad implica en las empresas el nombramiento de un
especialista cuya única función es la de garantizar a los clientes que se cumplen los están-
dares de calidad que la propia compañía se ha fijado (hablando de empresas con suficiente
capacidad). En caso de empresas pequeñas, la figura del responsable de calidad ha de sus-
tituirse por el trabajo de la plantilla en dichos procesos.
Se trata de un concepto muy amplio, puesto que el producto abarca todo aquello que se
coloca en un mercado para su adquisición y que, de alguna forma, puede llegar a satisfacer
una necesidad o un deseo del consumidor. Por otro lado, el producto no tiene por qué ser
algo tangible, puesto que también engloba ideas y valores.
— ¿Qué vendo?
— ¿Qué necesidades satisface mi producto?
— ¿Qué características tiene mi producto? ¿Cuáles son los beneficios que se obtiene de
cada una de ellas?
— ¿Qué valor agregado proporciona mi producto?
Para fijar un precio óptimo para nuestro producto es necesario, entre otras acciones:
— Almacenamiento.
— Transporte.
— Tiempos de la operación.
— Costes de los envíos.
— Canales que más me conviene utilizar: venta directa, distribuidores, tiendas online, etc.
En la promoción se incluyen todos aquellos medios, canales y técnicas que van a dar a co-
nocer nuestro producto. Con la eclosión del universo online, las posibilidades de realizar una
buena promoción son muchas, asequibles para cualquier presupuesto y muy distintas en
concepto y filosofía.
En la actualidad, a los medios tradicionales (outbound), como pueden ser vallas publicitarias
o anuncios en radio o televisión, debemos sumar estrategias de inbound marketing. Estas
son mucho más amables y menos intrusivas, basadas en contenidos elaborados y bien ar-
gumentados y, sobre todo, con valor añadido para los posibles clientes.
41
En cualquier caso, es preciso valorar todas las posibilidades y, finalmente, seleccionar cuál
es la mejor forma (normalmente se trata de una combinación de varias) de llegar a nuestro
público objetivo, estudiando aspectos como: edad, población, sexo, necesidades y hábitos.
PRODUCTO PRECIO
Función Costo
Packaging Descuentos
Servicios Margen
TARGET
PROMOCIÓN LUGAR
Publicidad Distribución
Ventas Logística
Comunicación Canal
- People (Personas)
- Process (Procesos)
A continuación, vamos a ver con más detalle cada una de estas Ps:
People (Personas):
Por “elementos físicos” se alude a la decisiva influencia del entorno físico en la actitud del
consumidor, su estado de ánimo y su disposición para la compra. También comprende otros
signos visibles característicos de la empresa o que se relacionan con el producto adquirido.
Nadie pone en duda la influencia de estos factores, alguno de los cuales ya ha sido contem-
plado dentro de los atributos de producto.
Process (Procesos):
“Procesos”, por último, quiere reflejar la inquietud por mantener el mismo nivel de calidad
en todas las etapas de los procesos que se dirigen a la atención y servicio del cliente. Una
inquietud que excede el ámbito del marketing, puesto que toda la organización es la que
debe comprometerse en la mejora constante de la calidad.
Entre los aspectos necesarios para una buena gestión de la calidad, se encuentran algunos
como:
Cuando las empresas no realizan sus funciones con calidad suficiente, incurren en gastos
adicionales, conocidos como “costes por fallos” o “errores de calidad”:
43
• Fallos internos de calidad: son los errores detectados cuando el producto o servicio está
ya en disposición de ser ofrecido al cliente, pero antes de ser entregado. Se pueden
subsanar incurriendo en costes que no hubieran sido precisos en caso de una correcta
gestión de la calidad.
• Fallos externos de la calidad: son los errores que se detectan una vez entregados los
productos a los clientes. Se incurre en sobrecostes y, además, en pérdida de prestigio.
• Otros costes en los que incurre la gestión de la calidad son los que se aplican a las acti-
vidades previas a la finalización y servicio de los productos, básicamente los aplicados a
la prevención de errores y a la inspección y control de la calidad.
— Adquisición: una vez identificados los clientes han de incorporarse activamente a la car-
tera, esto es, comprar para, a partir de ese momento, poder clasificarlos como clientes
activos. Es el momento del marketing táctico (las famosas 4 o 7 Ps) y de la función ventas.
— Fidelización: un cliente fiel es aquel que repite compras y mantiene una relación estable
con la empresa vendedora. Está demostrado que es mucho más rentable repetir ventas
a un cliente que vender a un cliente nuevo. Por ello, debemos trabajar por conseguir que
la relación con nuestros clientes se prolongue en el tiempo. Un cliente fiel supone incre-
mento de ventas, reducción de costes y aumento de ventas cruzadas. Es el momento
del marketing relacional, del Marketing One to One, de la atención al cliente, del servicio
posventa. Como es evidente, difícilmente conseguiremos adquirir clientes si no sabemos
dónde están, de la misma forma que nos resultará imposible fidelizar clientes si estos no
han comprado nunca.
Esas condiciones suponen dar mayor descuento y prestar más atención a los A que a los
B y a los B que a los C. En principio parece lógico, ya que la facturación es un dato real
sobre el que nos podemos basar, pero ¿quién nos asegura a nosotros que no tenemos
entre los clientes B y C algunos que podrían superar con mucho sus compras si les pres-
tásemos más atención o les diésemos mejores condiciones?
2. Clasificación por actividad: se basa en distribuir a los clientes por sector de actividad y
se usa en empresas que actúan en diferentes mercados de forma que se pueda actuar
comercialmente de forma diferenciada en unos y otros, aplicando las estrategias y las
tácticas que cada grupo precise. Son muchas las empresas que trabajan tanto con clien-
tes industriales como de distribución o de cualquier otro tipo siendo la forma de trabajo
de cada uno de ellos completamente distinta.
3. Clasificación por capacidad: esta forma de clasificación se basa en diferenciar a los clien-
tes no solo por su volumen de facturación con nuestra empresa sino por sus posibili-
dades de desarrollo y de evolución y, por tanto, hacerlo mirando no solo al pasado sino
también al futuro. Por supuesto esta labor es más complicada y supone un conocimiento
mucho más profundo de la realidad de nuestros clientes y de nuestro mercado. Tiene el
inconveniente de que precisa una mayor dedicación en cuanto a la recogida de informa-
ción, pero, por otra parte, tiene la gran ventaja de que podemos actuar sobre clientes de
gran potencial futuro a los cuales no tendríamos identificados si solamente atendiéramos
a su facturación con nuestra empresa.
Cualquier acción comercial que queramos desarrollar tiene que estar guiada por unos ob-
jetivos concretos que nos permitan desarrollar un plan de acción coherente. Se recomienda
que dichos objetivos sean establecidos según la regla SMART:
— Specific (específico): nos referimos a que deben ser detallados, deben aportar una infor-
mación concreta de lo que queremos alcanzar.
— Realistic (realista): acordes con la situación del cliente, de la empresa y del mercado. Al-
gunos autores, los llaman “Relevant” (relevante).
Objetivos que, por supuesto, han de estar coordinados con los objetivos estratégicos de la
empresa y que tenderemos a definir de forma operativa, esto es, de forma que se puedan
trasladar a un plan de acción.
Si hiciésemos una encuesta entre directores comerciales o jefes de ventas sobre los objeti-
vos que quieren conseguir en sus acciones comerciales o en sus clientes, una mayoría nos
45
contestaría que su principal objetivo es “vender más” sin dar ninguna otra explicación; sin
embargo, en sí mismo, vender más no es un objetivo operativo porque: ¿qué significa vender
más?, ¿significa vender más productos?, ¿vender a más clientes?, ¿ampliar nuestra cartera
de productos?...
De la misma forma ¿cómo se vende “más”?, ¿haciendo más publicidad?, ¿haciendo más
presión con el equipo de ventas?, ¿con acciones promocionales?, ¿bajando precios y redu-
ciendo nuestros márgenes?...
La respuesta correcta a dicha encuesta debería ser: depende del cliente y de la acción co-
mercial concreta, ya que la definición de un objetivo operativo supone no solo plantear dón-
de queremos llegar sino también cómo vamos a llegar hasta allí y eso no lo podemos saber
si no estudiamos previamente la situación.
A mayor calidad del cliente y menor núme- A menor calidad del cliente y mayor núme-
ro, más tendencia a individualizar el plan. ro, más tendencia a homogeneizar el plan.
Establecidos los objetivos, el primer paso para alcanzarlos consiste en desarrollar un “plan
de acción individual por cliente o por grupos de clientes”. Dicho plan se basa en la premisa
de que cada cliente es único y tiene unas necesidades y unas circunstancias diferentes a
las del resto y solo conociéndolas seremos capaces de satisfacerlas y, por tanto, seremos
capaces de que sus compras evolucionen a nuestro favor.
La elaboración del Plan depende del tipo de clientes con los que trabajemos y de la cantidad
de los mismos. Cuanto mayor sea la calidad de los clientes y menor su número, más nece-
sario resultará un plan individualizado. Por el contrario, cuanto menor sea su calidad y mayor
su número, tenderemos a segmentar dichos clientes con el fin poder actuar sobre grupos
homogéneos manejables realizando una individualización por grupos, ya que en determina-
das circunstancias resulta inoperante actuar de forma absolutamente individualizada.
Las actuaciones que planteemos que hemos de desarrollar en el plan deben basarse en la
siguiente información y resultar acordes con el objetivo buscado:
Decíamos al principio que “entendemos por cartera de clientes el listado de clientes que
compran o han comprado a nuestra empresa”, además, adelantábamos que son muchos
otros los clientes que existen en el mercado que no trabajan con nosotros pero que se cons-
tituyen como clientes potenciales. Saber cómo van a evolucionar en el futuro estas carteras
de clientes es una tarea muy difícil, no obstante, existen herramientas que nos pueden ayu-
dar a predecir la tendencia de comportamiento como es la “Gestión por Carteras”.
Dicha herramienta se basa en el estudio de tres carteras diferenciadas en las que distribui-
remos tanto a clientes, clientes actuales, como a clientes potenciales:
— Cartera de Compras (CC): la componen todos aquellos clientes que en el período ob-
jeto de estudio han realizado compras. Los clientes que, por cualquier motivo, dejan de
comprar pasarían a la Cartera de Trabajo (CT) o a la Cartera de Mercado (CM), es lo que
se conoce como “desgaste”.
— Cartera de Trabajo (CT): la componen todos aquellos clientes en los que estamos invir-
tiendo esfuerzo para lograr que pasen a la Cartera de Compras (CC), es decir, para que
adquieran nuestro producto. Son clientes potenciales sobre los que estamos actuando
de forma consciente. Los clientes que se “desgastan” de la Cartera de Trabajo (CT) pasan
a la Cartera de Mercado (CM).
— Cartera de Mercado (CM): en ella situamos al resto de las empresas que concurren en
dicho mercado. Son clientes potenciales sobre los que no estamos actuando de forma
consciente.
Anteriormente veíamos que “La gestión de clientes se subdivide en tres grandes fases”:
Identificación, adquisición y fidelización. Pues bien, esas tres grandes fases se relacionan
con los tres tipos de cartera que acabamos de ver de la manera siguiente:
Como hemos visto, en cada una de estas carteras, al estar compuestas por clientes de dis-
tintas características, hemos de actuar de forma diferenciada.
De nada nos sirve tener clientes en CT que no sean en ese momento compradores poten-
ciales de nuestro producto, ya que todas las acciones que realicemos sobre ellos serán un
despilfarro de recursos y de tiempo de ventas que podríamos aprovechar en otros clientes.
Partiendo del análisis de estas tres carteras y de la evolución histórica de las mismas pode-
mos establecer un modelo matemático que nos oriente sobre su posible evolución futura,
para ello hemos de identificar varios factores:
— F1: Factor de conversión entre CM y CT, que indica qué porcentaje de las empresas que
prospectamos en CM podrían pasar a CT. Por ejemplo, si ese factor es de un 10 % y nece-
sitamos cinco nuevas empresas en CT, está claro que deberemos seleccionar cincuenta
empresas en CM para localizar las que puedan pasar a CT.
— F2: Factor de conversión entre CT y CC. Calcula cuántas empresas de las que tenemos
en CT somos capaces de pasar a CC. Imaginemos que el valor del factor vuelve a ser del
10 %; si tenemos diez empresas en CT, podemos prever que seremos capaces de pasar
una empresa a CC.
47
— F3: Factor de desgaste en CC, que nos indica cuántas empresas que nos han comprado
en un período anterior han dejado de adquirir nuestro producto, sea cual sea la razón, y
han pasado a CM.
— F4: Factor de desgaste en CT, que nos indica cuántas de las empresas en las que es-
tábamos invirtiendo esfuerzos, pasan a Cartera de Mercado porque no han comprado
nuestro producto.
Gráfico: Gestión de carteras. Fuente: adaptación propia.
CARTERA CARTERA
DE COMPRAS DE TRABAJO
CC F2 CT
(FIDELIZACIÓN) (ADQUISICIÓN)
F3 F4
F1
CARTERA
DE MERCADO
CM
(IDENTIFICACIÓN)
Por lo tanto, si sabemos cuál es el desgaste que tenemos en CC y CT y conocemos los fac-
tores de conversión de CM a CT y de CT a CC, tendremos información sobre qué actividad
debemos realizar en cada una de las plataformas para llegar a aquella que sea capaz de fa-
cilitarnos los objetivos marcados, siempre y cuando sea posible medir, en número de visitas,
ese factor de conversión (FC).
Por ejemplo, una empresa sabe que la CM está compuesta por 500 posibles clientes, actúa
en la CT sobre 100 y tiene una CC de 50. Si sabe que un 20 % de los clientes que prospecta
en CM pasan a CT (F1) y, a su vez, un 10 % de esos clientes en CT pasan a CC (F2), por cada
cliente que quiera incorporar ha CC deberá actuar sobre 10 clientes de la CT y sobre 50
clientes de la CM.
De la misma forma, si podemos evaluar las compras y las recompras de nuestros clientes
en un espacio determinado de tiempo y cruzamos ese dato con los factores de conversión y
desgaste podremos intuir la tendencia futura de nuestras ventas y actuar en consecuencia,
anticipándonos al futuro.
Fidelización y rentabilidad
— Clientes fieles y rentables: donde la empresa deberá centrar sus esfuerzos, profundizan-
do y fortaleciendo la relación.
La empresa debe valorar siempre la importancia de sus clientes y, en los casos que sea ne-
cesario, fomentar relaciones duraderas y trabajar con las herramientas propias del marketing
de relaciones.
Para aquellos clientes que no presenten ningún tipo de interés actual o futuro para la empre-
sa, se recomienda planes de acción globales y que, en última instancia, sea el propio cliente
el que valore el interés, o no, de adquirir nuestros productos.
49
Gestión
Comercial.
El Plan 5.1. El Plan de Ventas
de Marketing
Un Plan de Ventas es un documento en el que se esta-
blecen de manera prudente los cálculos acerca de las
ventas esperadas en una empresa para un período de
tiempo determinado. En él se definen los escenarios más
interesantes en los que se puede desarrollar la acción
comercial futura y en sus cifras y comentarios se basan
normalmente las previsiones financieras de una empresa,
5. Plan de Ventas y así como las de compras, las de producción, las de pla-
su integración en el nificación de los recursos humanos necesarios y las del
resto de las áreas funcionales y operativas.
Plan de marketing
Este Plan de Ventas incluye elementos estratégicos y tác-
ticos tanto de tipo cualitativo como de tipo cuantitativo.
Estos últimos se concretan habitualmente en la parte del
Plan de Ventas denominada Presupuesto de Ventas.
El método PEEV (Planeación Estratégica del Esfuerzo de Ventas) al que nos referimos, cons-
ta de dos análisis principales: el análisis CPR (Conversión, Penetración y Retención), acróni-
mo que indica las tres fuentes de ingreso de una empresa y el análisis de cartera de clientes,
de los cuales se derivan métricas específicas de cada cartera de clientes que guían dicho
esfuerzo de retención, penetración y prospección del profesional de ventas para impactar
las métricas de éxito de ventas, como lo es el porcentaje de cierre, facturación, churn rate
(tasa de pérdida de clientes), entre otros.
51
Es mucho más sencillo que una empresa alcance el cien por cien de sus ventas si encuentra
la mezcla perfecta entre estas tres estrategias y lo complementa con inteligencia de merca-
do para desarrollar un plan de acción que servirá de guía para focalizar a su equipo comer-
cial en la ejecución de sus actividades diarias.
Todas las empresas intentan incrementar sus ventas basándose en la primera estrategia:
“conseguir clientes nuevos”, no importa lo que cueste, y a veces cuesta mucho. Las esta-
dísticas dicen que, si bien nos va, de cada diez propuestas que se entregan solo una se
concretara en una venta. Esto, desde luego, depende de varios factores como el producto,
el mercado, la industria, entre otros.
En cuanto digerimos la estadística se vuelve relevante intentar vender más a los clientes ac-
tuales. No siempre contamos con productos que se puedan empaquetar en un combo para
ofrecer “papas y refresco grande por una cantidad adicional al cliente”, pero también es cier-
to que las empresas y nuestros colaboradores se enfocan en ofrecer un excelente servicio
para tener clientes satisfechos. Una vez terminado el trabajo prácticamente los mandamos
al olvido porque tenemos que conseguir más clientes nuevos.
El plan de ventas de una compañía debe contar con una estrategia de desarrollo de cuentas,
no solo con los clientes grandes. Debemos considerar a los clientes que nos generan flujo y
a los que queremos desarrollar a mediano plazo.
Si seguimos tomando como referencia la estadística, una venta nos cuesta nueve propues-
tas que no se concretan en nada, pero tampoco nadie les da seguimiento, dentro de esas
propuestas hay prospectos que estaban interesados, pero no tenían presupuesto o proyec-
to; ese “no” es un “no” definitivo, solamente es un “no” temporal, lo que pasa es que no le
damos seguimiento y perdemos oportunidades por falta de visión.
Si a todo lo anterior le sumamos que es poco probable que un vendedor conozca su hit rate
personal de ventas y tenemos que tomar el promedio mencionado como una base para co-
menzar el plan entonces se deben considerar los siguientes puntos:
Vender más es una actividad que ayuda en la permanencia en el mercado de nuestra em-
presa y retrasa el que formemos parte de las estadísticas de mortandad, pero para incre-
mentar su valor y definir el rumbo a largo plazo debemos desarrollar planes pragmáticos de
fácil implementación y seguimiento, pero, sobre todo, debemos difundir y alinear a toda la
empresa en el plan; de lo contrario, todo quedará en buenas intenciones.
El presupuesto de ventas
Una vez señalados cualitativamente estos comportamientos será necesario que se esta-
blezcan con claridad y en detalle las cifras y los datos relativos a su concreción. A esta de-
terminación cuantitativa y en detalle de los números y las cifras de un Plan de Ventas se le
llama normalmente Presupuesto de Ventas. Y la secuencia de su desarrollo es la siguiente:
Analizar las ventas de los productos actuales (los del presente y los del pasado) a los clientes
actuales (los de ahora mismo y los que ya lo son desde hace tiempo) nos debería llevar a
conclusiones específicas sobre los clientes del futuro (los clientes potenciales) y los nuevos
productos que nos garanticen ventas consolidadas en los próximos años.
Para que los diversos elementos del pronóstico fluyan con normalidad y se integren adecua-
damente en el presupuesto hay que:
— Establecer las suposiciones básicas (en forma de hipótesis profesional y técnica) que
deben ser usadas en el desarrollo del pronóstico: tendencias económicas, cambios en la
línea de productos, modificaciones o mejoras en la distribución...
— Llevar a cabo estudios de investigación y de simulación de los diferentes mercados.
— Distribuir la información necesaria a la red de ventas para un mejor análisis de las nece-
sidades de los clientes.
— Recoger las opiniones y los informes de los clientes más relevantes.
— Reconsideración constante de los supuestos básicos sobre la base de nuevos estudios
y nuevos análisis.
— Puesta a punto de las proyecciones estadísticas y de las tendencias que hayan sido se-
leccionadas.
— Redacción y concreción de los pasos anteriores.
Las predicciones sobre las ventas están afectadas por una gran cantidad de factores (el pre-
cio, el grado de competencia del mercado de que se trate, la situación política y económica,
los ingresos disponibles, la actitud de los compradores, la aparición de nuevos productos…),
por lo que la responsabilidad de establecer el Presupuesto de Ventas quedará a cargo del
Departamento de Ventas, si bien será la Dirección de Marketing quien dé finalmente su visto
53
bueno, ya que es aquí donde tiene una visión general de todas las demás circunstancias de
la planificación. En las pymes y demás pequeñas empresas estas tareas (por su importancia)
deberán realizarse siempre al más alto nivel que sea posible.
Análisis situación
interna + Análisis situación
externa
Diagnóstico
1ª FASE
situación empresa
Fase estratégica
Objetivos
Estrategias cartera
segmentación y posicionamiento
2ª FASE
Fidelización
Marketing Mix precio
producto
posición
promoción
Fase opeartiva
3ª FASE
Planes de acción
Priorización acciones
Previsión de presupuesto y resultados
55
¿Cómo será el mundo OPORTUNIDAD
en el que operamos?
Clientes AMENAZAS
Tecnología
Competencia
RIESGOS
Legislación
Política
Etc.
¿Dónde estamos y
FUERZAS
qué somos?
Mercado/productos
Recursos PROBLEMAS
Estabilidad
Flexibilidad DEBILIDADES
Políticas
Etc.
Así, contamos con que este plan que forma parte de la pla-
nificación estratégica de una empresa, por lo que es bueno
recordar que no debe ser una actividad aislada, sino —por
el contrario— que debe ser inherente a las actividades que
desarrolla cada uno de los departamentos de la empresa
(finanzas, producción, calidad, recursos humanos,…).
57
nuevos es la dificultad para recabar información. El plan debe cubrir, en estos casos, toda
la vida del proyecto, desde el inicio hasta el establecimiento en el mercado.
Principal característica: Completitud (cualidad de completo), es decir, que todo lo que nos
interesa como información debe estar contenido en el plan. Además:
• Descripción del entorno de la empresa: nos permite conocer el mercado, los compe-
tidores, legislación vigente, condiciones económicas, situación tecnológica, demanda
prevista…, así como los recursos disponibles para la empresa.
• Control de la gestión: prevé los posibles cambios y planifica los desvíos necesarios para
superarlos, permitiendo encontrar nuevas vías que conduzcan a los objetivos deseados.
Permite, así, ver con claridad la diferencia entre lo planificado y lo que realmente está
sucediendo.
El Plan de Marketing debe servir para explotar la oportunidad de negocio y las ventajas com-
petitivas asociadas a la misma.
• Estrategia de precios: se deben fijar los precios de comercialización del producto o servi-
cio y compararlos con los de la competencia. A continuación, hay que cuantificar el mar-
gen y calcular si dicho margen puede soportar los diferentes tipos de costes y generar
un beneficio para la empresa.
En el caso de que los precios de los productos o servicios sean menores que los de la com-
petencia, esto se debe explicar en el plan de empresa aludiendo a una mayor eficiencia en
la producción, menores costes laborales, menores costes en la distribución... Si los costes
fueran mayores, habría que explicar el sobreprecio en términos de novedad, calidad, garan-
tía, prestaciones, servicio, etc.
Se han de presentar las ventas estimadas por cada representante o miembro del equipo de
ventas, los incentivos diseñados para diferentes volúmenes y los costes totales de la activi-
dad de ventas y su porcentaje con respecto a la facturación total estimada. Se hará referen-
cia a los períodos de cobros a clientes y otras consideraciones como descuentos, anticipos,
rappels…
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6.2. Promoción
El objetivo de una promoción es ofrecer al consumidor un incentivo para la compra o adqui-
sición de un producto o servicio a corto plazo, lo que se traduce en un incremento puntual
de las ventas.
A. Variables a considerar
• Identificación plena del target. De esta forma la promoción tendrá una mayor ratio de
respuesta positiva.
• Temporal. ¿Cuándo lo realizamos? ¿Cuándo se vende más o menos? Dar respuesta a es-
tos interrogantes es parte del éxito y es una decisión estratégica, lo que sí hay que tener
en cuenta es que no debe perdurar en el tiempo.
B. Objetivos
Quizá en esta área de actividad es donde deben aportarse mayores dosis de creatividad
para unos mejores resultados, aunque seamos conscientes de que rápidamente sería co-
piada la idea. Entre las diferentes técnicas destacamos:
• Eventos. La creatividad es una variable que en este punto adquiere un gran protagonis-
mo, ya que en la actualidad existe una gran cantidad de lugares donde se puede realizar
este tipo de actos.
• Promociones económicas. Incluimos todas aquellas que tienen algún tipo de recompen-
sa económica: descuentos directos, vales o cupones descuento (muy extendido en EE.
UU.), el clásico 2 x 1, etc.
Una estrategia publicitaria proporciona una dirección amplia y general para la campaña pu-
blicitaria. Si el objetivo publicitario es aumentar la conciencia de los consumidores de Nue-
va York por una marca de alimentos local en un 25 %, por ejemplo, la estrategia describirá
cómo la publicidad puede cumplir con ese objetivo. La recomendación estratégica podría
ser construir conciencia de marca a través de altos niveles de exposición, posicionar la mar-
ca como un producto de alta calidad y motivar a los comerciantes a abastecer el producto.
Crear publicidad simplemente porque sí, sin estrategia, es poco probable que otorgue el
mejor rendimiento en el gasto publicitario. El informe publicitario es como un mapa que ayu-
da al equipo a llegar rápidamente a una solución adecuada.
El plan publicitario describe cómo poner la estrategia en práctica. Para generar conciencia
de marca, por ejemplo, el plan podría incluir una recomendación para una serie de anuncios
en los periódicos locales, en estaciones de radio locales y en sitios para carteles. Para posi-
cionar la marca, el plan podría proponer un enfoque creativo que sugiera alta calidad y una
asociación con el estilo de vida de Nueva York. El plan también podría incluir recomenda-
61
ciones para lograr distribución a través de publicidad hacia comerciantes y una campaña de
promoción de ventas para motivar a los consumidores a probar los productos.
El plan publicitario establece los medios para la campaña, con detalles de la audiencia ob-
jetivo, el número de anuncios y sus costos. Describe el tamaño de los anuncios impresos y
el tiempo de emisión de los comerciales de radio. Esta parte del plan también indica con
qué frecuencia aparecerán los anuncios y el período en el que se llevará a cabo la campaña
completa.
Las propuestas creativas en el Plan Publicitario describen los mensajes importantes que
cada anuncio transmitirá y las técnicas utilizadas para llamar la atención y comunicar el men-
saje claramente. El plan describirá cualquier mecanismo de respuesta, tales como un cupón
de respuesta o dirección de página web, para que el anunciante pueda hacer los arreglos
para administrar la respuesta.
El plan debe de incluir un presupuesto detallado, estableciendo todos los costos para la
campaña e indicando cuándo se harán los gastos. La campaña se diseña para cumplir ob-
jetivos cuantificables, así que el plan debería indicar cómo medirá la agencia la campaña.
Los canales de distribución definen y marcan las diferentes etapas que la propiedad de un
producto atraviesa desde el fabricante al consumidor final. Por ello los cambios que se están
produciendo en el sector indican la evolución que está experimentando el marketing, ya que
junto a la logística serán los que marquen el éxito de toda empresa.
En cualquier caso, debemos abordar los sistemas tradicionales de distribución ya que, in-
dependientemente de ser básicos para entender la filosofía de los canales, aún abarcan en
la actualidad una parte importante de nuestra actividad comercial. Canal de distribución, lo
podríamos definir como “áreas económicas” totalmente activas, a través de las cuales el fa-
bricante coloca sus productos o servicios en manos del consumidor final.
El canal de distribución representa un sistema interactivo que implica a todos los compo-
nentes del mismo: fabricante, intermediario y consumidor. Según sean las etapas de propie-
dad que recorre el producto o servicio hasta el cliente, así será la denominación del canal. La
estructuración de los diferentes canales será la siguiente:
Canal Recorrido
Agente
Doble Fabricante
exclusivo
Mayorista Detallista Consumidor
Cuando una empresa o fabricante se plantee la necesidad de elegir el canal más adecuado
para comercializar sus productos, tendrá en cuenta una serie de preguntas que serán las
que indiquen el sistema más adecuado, en razón a su operatividad y rentabilidad:
a. Ejemplos de canales
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Servicio posventa y garantía: se debe cuantificar la importancia que para el cliente potencial
tiene el contar con tales servicios. Hay que especificar el tipo de garantía que se ofrece, su
duración temporal, quien se encargará del servicio posventa y los costes en que se incurre,
y compararlos con lo ofertado por la competencia.
Una vez establecido este marco general, se procede a llevar a cabo los siguientes análisis:
• Análisis histórico: tiene como finalidad extraer estimaciones cuantitativas, tales como las
ventas de los últimos años, la tendencia de la tasa de expansión del mercado, cuota de
participación de los productos, tendencia de los pedidos medios, niveles de rotación de
los productos, comportamiento de los precios. Generalmente este concepto histórico se
aplica al menos a los tres últimos años.
• Análisis causal: se pretende buscar las razones (no justificaciones) que expliquen los bue-
nos o malos resultados en los objetivos propuestos con anterioridad.
• Análisis DAFO: es en el Plan de Marketing donde mejor debe ser plasmado, pues en él
quedarán analizadas todas las fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades que
se tengan o puedan surgir en la empresa o la competencia, lo que nos permitirá tener
reflejado no solo la situación actual sino el posible futuro.
Dentro de este punto del análisis de la situación se deben incluir otros factores externos e
internos que afectan directamente a los resultados:
Los objetivos constituyen un punto central en la elaboración del Plan de Marketing, ya que
todo lo que les precede conduce al establecimiento de los mismos y todo lo que les sigue
conduce al logro de ellos.
Los objetivos determinan dónde queremos llegar y de qué forma; para lo cual deben ser
viables (que se puedan alcanzar), concretos y precisos, ajustados a un plan de trabajo (por
tiempos), flexibles y motivadores.
Objetivos cuantitativos:
Objetivos cualitativos:
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Elaboración y selección de estrategias
Toda estrategia ha de ser formulada con base en la identificación de los puntos fuertes y
débiles, oportunidades y amenazas que existan en el mercado, así como de los factores
internos y externos que intervienen y siempre de acuerdo con las directrices corporativas de
la empresa. Como complemento a este punto, mencionaremos algunas de las estrategias
más utilizadas por los responsables del Área de Marketing de las empresas.
Estas estrategias han sido aplicadas de forma independiente o combinadas entre sí, de ma-
nera que formen una campaña de comunicación más completa:
Las diferentes tácticas estarán englobadas dentro del mix del marketing, ya que se pro-
pondrán distintas estrategias específicas combinando de forma adecuada las variables del
marketing. Se pueden apoyar en distintas combinaciones, de ahí que en esta etapa nos limi-
temos a enumerar algunas de las acciones que se pudieran poner en marcha, las cuales, por
supuesto, estarán en función de todo lo analizado en las etapas anteriores.
Saber cómo son nuestros clientes es el punto de partida para tomar cualquier decisión. Para
ello tendremos que hacer:
c. Diagnóstico de la situación
En función del diagnóstico que hayamos realizado, podemos sacar las siguientes conclusiones:
— La estrategia debe elegirse en función del beneficio potencial que nos puede aportar
cada segmento de clientes.
e. Plan de acciones
Una ver que hemos elegido la estrategia de fidelización, es el momento de ponerla en prác-
tica mediante el correspondiente Plan de Acciones; en la práctica, podríamos desglosarlos
en tres apartados:
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Establecimiento del presupuesto
Para que la dirección general apruebe el Plan de Marketing, deseará saber la cuantificación
del esfuerzo expresado en términos monetarios, por ser el dinero un denominador común
de diversos recursos, así como lo que lleva a producir en términos de beneficios, ya que a
la vista del valor final podrá emitir un juicio sobre la viabilidad del plan y demostrar interés
para llevarlo adelante. Después de su aprobación, un presupuesto es una autorización para
utilizar los recursos económicos.
La fijación del presupuesto depende de la empresa, pero los más comunes son:
— Presupuesto fijo: es el más usado en las empresas; en el año se fija una cantidad limitada
de dinero que no podrá ser sobrepasada.
Métodos de control
El control se concibe como “el conjunto de medidas implantadas con el fin de comprobar los
resultados del esfuerzo empresarial y analizar las causas de los aciertos y los errores para
tomar las medidas pertinentes”.
— Preventivos: son aquellos que determinamos con antelación como posibles causas de
error o retardo; permiten tener una acción correctora establecida en el caso de producirse.
Control preventivo
Control concurrente
Se presenta cuando la acción se lleva a cabo; su forma más conocida es la supervisión di-
recta. Los controles concurrentes permiten corregir las acciones antes de que resulten un
perjuicio total para la empresa e, incluso, antes de que sean demasiado costosos los errores
que puedan cometerse. Este es el tipo de mecanismos más comunes.
Control de retroalimentación
Este mecanismo se lleva a cabo una vez que la actividad ha sido concluida. Su mayor des-
ventaja es que cuando el responsable recibe la información, ya no existe forma de solucio-
narlo.
Pero proporciona excelentes datos que sirven como retroalimentación para planes futuros.
Control de inicio
Controles de procesos
Estos controles incluyen las actividades que tienen lugar durante la implementación y es-
tán diseñados para influir en el comportamiento de los empleados a fin de que apoyen la
estrategia y sus objetivos. El control de procesos que sobresale entre todos los demás es
el compromiso de los directivos con la estrategia. Otro control de procesos importante es
el sistema que se utiliza para evaluar y compensar a los empleados. En general, se deben
evaluar y compensar con base en los criterios relevantes para la estrategia de marketing.
Controles de resultados
Estos controles garantizan que los resultados de marketing coincidan con los anticipados.
El medio primario de control de resultados comprende el establecimiento de estándares de
desempeño con los que se pueda comparar el desempeño real. Para asegurar una evalua-
ción precisa de las actividades de marketing, todos los estándares de desempeño se deben
basar en los objetivos de marketing de la empresa.
Es conviene que establezcamos controles preventivos para cada una de las acciones pro-
puestas.
Resumen ejecutivo
Indica un extracto del contenido del plan en un número reducido de páginas, así como los
medios y estrategias que van a utilizarse; se citan las conclusiones finales y las recomenda-
ciones que hace el departamento de marketing a la empresa. Aquí se podrá visualizar de
manera más simple lo que se propone para lograr conseguir los objetivos propuestos por la
corporación.
Feed Back
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Dificultades o Inconvenientes
Existen ciertas dificultades que no podemos obviar en cuanto a la implantación del Plan de
Marketing. Asimismo, conviene identificarlas con el fin de prevenirlas. Las más conocidas son
las siguientes:
— Target inadecuado.
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3. Tomar el dinero y escapar: cada vez más personas están optando por un estilo de vida
más sencillo, con menos tensiones. Un ejecutivo abandona repentinamente su carrera,
escapa de la gran ciudad y aparece en un pueblo escribiendo en un pequeño periódico
o atendiendo un pequeño hotel rural. La gente escapa porque no cree que valga la pena
tanta tensión, siente nostalgia por los valores de los pueblos pequeños, busca aire libre,
escuelas seguras y vecinos sinceros.
4. Formar clanes: a medida que el mundo se vuelve más caótico, la gente siente más ne-
cesidad de unirse en grupos, de sentir pertenencia. El mercado está respondiendo con
productos, servicios y programas que ayudan a los consumidores a sentirse parte de
algo a través de clubes, cursos, experiencias…
5. Aferrarse a algo: la gente está recurriendo a prácticas antiguas que les sirvan de ancla o
apoyo para sus estilos de vida modernos. Esta tendencia explica la extensa popularidad
de la astrología, la meditación, la práctica del yoga, la aromaterapia…, el reto del mercado
es ofrecer productos y servicios verdaderamente importantes para las personas.
6. Egonomía: la gente quiere desarrollar su individualismo para ser vista y tratada como
diferente, no se trata de egoísmo, es el deseo de individualizarse a través de bienes y/o
experiencias. El mercado tiene la oportunidad de ofrecer bienes, servicios y experiencias
“muy” personalizadas.
7. Pensar en el género femenino: la gente está comenzando a reconocer que los hombres
y las mujeres actúan y piensan de diferente manera. Un indicador claro de pensamiento
teniendo en cuenta el género femenino es la popularidad de libros como Los Hombres
son de Marte, las Mujeres de Venus. “Crear relaciones es el motor que impulsa a las muje-
res”, explica Popcorn. “Por consiguiente, el marketing para las mujeres debe ser diferente”.
9. Estar vivos: la gente tiene motivaciones para vivir más naturalmente, recurriendo a la
alimentación y medicina natural, a la meditación y otras cuestiones que podrían mejorar
la vida. El mercado puede responder a esto satisfaciendo estas necesidades, diseñando
productos y servicios más saludables para los consumidores.
10. Rejuvenecer la imagen externa: la gente mayor muestra la tendencia a actuar y sentirse
más joven. Ellos gastan más en ropa juvenil, tintes para el cabello y cirugía plástica facial;
tienen una conducta más informal y lúdica y actúan de manera que antes no se conside-
raban apropiadas para su edad. Estas personas adquieren juguetes para adultos, asisten
a campamentos para adultos y se inscriben en vacaciones que implican aventura.
12. Desquitarse con el placer: cada vez más consumidores están volviendo a una conducta
“que se sale de la norma”. En lugar de practicar el autocontrol y la sobriedad en aras de
la salud y la conducta aceptable, la gente está buscando de forma pública y manifiesta
el placer. Estas personas están hartas de seguir las normas de la moda saludable de
principios de los años noventa. El resultado de esta tendencia, entre otras cosas, es un
aumento en el consumo de las carnes rojas, grasas, azúcares…
13. Tener aventuras fantasiosas: muchas personas sienten la necesidad de encontrar esca-
pes emocionales a su rutina diaria. La gente podría tomar vacaciones, comer alimentos
exóticos o ir a un buen parque de diversiones. Para el mercado, esta es una oportunidad
de crear nuevos productos y servicios de fantasía. Esta tendencia alimentará el creci-
miento de la realidad virtual durante la próxima década.
14. Iconoclastia o derrumbe de la imagen: esta tendencia se traduce en que “si es grande,
es malo”. El mercado puede responder con marcas de menor magnitud. Un ejemplo es la
cerveza Plank Road Brewery de Miller, que tiene el aspecto y otras características de las
bebidas producidas por las microcervecerías y que se han vuelto tan populares.
15. Ser consumidor vigilante: estos consumidores no están dispuestos a tolerar más pro-
ductos de mala calidad ni servicios deficientes, quieren que las empresas sean más
conscientes y sensibles, así que protestan, organizan boicots, escriben cartas y compran
“productos verdes”. Las empresas deben actuar como si fueran la conciencia del propio
consumidor y ofrecer productos y servicios mejores y más responsables.
16. Salvar a nuestra sociedad: un número creciente de personas quiere que la sociedad
sea cada vez más responsable respecto a educación, ética y medio ambiente. La gente
forma grupos para promover mayor responsabilidad social por parte de las empresas y
otros ciudadanos. Las empresas tienen la oportunidad de practicar un marketing más
responsable socialmente.
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Gestión
Comercial.
El Plan
de Marketing 8. Bibliografía
Hipervínculos
http://www.eoi.es/wiki/index.php/El_Plan_de_ Ventas_
en_Proyectos_de_negocio
http://blogs.cnnexpansion.com/soy-competitivo/
8. Bibliografía
75
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