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Marco teórico

Al realizar una revisión de los antecedentes sobre el síndrome de burnout se encontró que

las investigaciones asociadas a este tema toman como marco referencial a Christina

Maslach y Susan E. Jackson quienes acuñaron el término "burnout" en su artículo "The

Measurement of Experienced Burnout" publicado en 1981. Maslach ha sido una figura

central en la investigación sobre el burnout, contribuyendo significativamente al desarrollo

del concepto y su comprensión a lo largo de los años, asi mismo al psicoanalista Herbert

Freudenberger quien en 1974 describe por primera vez el termino de burnout como un

patrón contextual que lleva consigo la desmotivación, la falta de interés, el agotamiento

junto con varios síntomas como la ansiedad y la de depresión.

Maslach (1977) lo describe cómo el proceso gradual de pérdida de responsabilidad

personal, y desinterés cínico entre sus compañeros de trabajo. Este modelo ha sido

influyente en la comprensión del agotamiento profesional y ha contribuido al desarrollo de

intervenciones para abordar el burnout en entornos laborales. Esta investigación incentiva

a realizar pausas entre cada uno de los tiempos y entre cada actividad que se realiza,

puesto que las actividades entre tiempos permiten volver a tener paz y mentalidad

equilibrado que posibilita mejor concentración y rendimiento en su función.

En la teoría propuesta por Edelwich y Brodsky (1980) sobre la desilusión, plantean que

esta puede cumplir el seguimiento hacía unos patrones: la Idealización y Entrada,

considerando esta etapa como aquella en la que las personas ingresan a las profesiones

con ideales elevados, expectativas positivas y una fuerte motivación para hacer una

diferencia positiva, sin embargo, la segunda etapa, encuentro con la Realidad, enfrenta

desafíos y situaciones difíciles que no esperaban. Esto puede incluir la carga emocional

del trabajo, la burocracia, y la falta de recursos; como tercer momento encontramos la


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desilusión, en esta fase, las expectativas iniciales chocan con la realidad, es por ello que

los profesionales pueden sentirse abrumados, agotados emocionalmente y, a veces,

desilusionados por la brecha entre lo idealizado y lo experimentado.

Cherniss (1980) afirma que abordar el burnout en servicios humanos implica enfoques

tanto a nivel organizacional como individual. Esto podría incluir proporcionar recursos

adecuados, programas de apoyo emocional, capacitación en manejo del estrés y fomentar

una cultura que valore la salud mental de los profesionales. Además, los profesionales

también deben ser conscientes de la importancia de cuidar su bienestar personal y buscar

apoyo cuando sea necesario.

El burnout entonces es un estado de agotamiento físico, emocional y mental, causado por


trabajar altas horas seguidas, realizar funciones complejas y dedicar largos periodos al
trabajo dejando de la vida la vida personal, es por ello que Pines, Aaronson y Kafry (citado
por patermina, 2020) trabajan sobre una herramienta ampliamente reconocida para
evaluar el agotamiento. Fue desarrollado originalmente en la década de 1980. La medida
de agotamiento de Pines generalmente evalúa el agotamiento en tres dimensiones, la
primera el agotamiento emocional, la cual es la sensación de estar emocionalmente
agotado y agotado de recursos emocionales, la segunda la despersonalización, describe
como una actitud negativa y cínica y sentimientos de desapego hacia quienes reciben la
atención o el trabajo mismo y por último la realización personal reducida refiriéndose a
una disminución en los sentimientos de competencia y de logro exitoso en el trabajo con
la gente.

Continuando Martinussen, Burke y Richardsen (2007) proponen que el burnout viene a


partir de un proceso que ocurre a nivel individual como una experiencia psicológica
envuelta de sensaciones, actitudes, motivos y expectativas, y es una experiencia negativa
que da lugar a problemas de personalidad. En empleados como policías o militares el
burnout es una preocupación muy seria, puesto que las demandas laborales, la falta de
recursos y las largas jornadas pueden contribuir a niveles elevados de estrés, lo que
conlleva a afectaciones en la salud mental y en el rendimiento optimo.

Otra de las teorías que conceptualiza el síndrome de burnout es la de Peris (2002) quien

enfatiza como un trastorno caracterizado por la sobrecarga, y/o desestructura de tareas

cognitivas por encima del límite de la capacidad humana. Cuando el estrés laboral
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sobrepasa las capacidades del individuo a la hora de afrontarlas, puede llegar un periodo

de agotamiento extremo que impida realizar las tareas asignadas de un modo correcto.

Finalmente se puede considerar que el síndrome de burnout ha sido una consecuencia de

la mala organización, distribución y sobre carga que afecta no solo a la persona sino que

lleva a producir depresión, falta de interés y poca credibilidad en si mismo, ante lo anterior

Schaufeli y Buunk (1996) han investigado extensamente el agotamiento laboral y han

contribuido al desarrollo del modelo de desgaste, el cual también es llamado burnout.

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